Tiza, pizarrón y revólver: hartos de las agresiones, docentes

Anuncio
Tiza, pizarrón y revólver: hartos de las agresiones, docentes evalúan ocupación
http://www.elobservador.com.uy/noticia/292458/tiza-pizarron-y-revolver-hartosde-las-agresiones-docentes-evaluan-ocupacion/
Jóvenes armados se cuelan en el liceo y acosan a los docentes
Los profesores del liceo 50 advierten que no pueden ofrecer seguridad a los padres de
que los alumnos estarán bien. Evalúan ocupar
El profesor salió al patio del liceo y se encontró, como sucede habitualmente, a un
adolescente que no concurre a ese centro educativo. Le pidió entonces que saliera y el
joven saltó la reja y emprendió la retirada, junto a otros dos que lo acompañaban unos
metros más atrás. Al pasar junto al docente, sin hablarle, el muchacho de unos 15 años
levantó su remera y le mostró un revólver que llevaba en la cintura.
La amenaza era clara. Sin embargo, acostumbrado a convivir con situaciones violentas
dentro del liceo de Ciclo Básico, el docente no le dio mayor trascendencia y minutos
después estaba dando clase, como si nada hubiera sucedido. En el recreo, el profesor
se lo comentó a una compañera que le advirtió sobre la necesidad de denunciar el
hecho y sobre el peligro que genera en docentes y estudiantes tomar las amenazas y
golpizas como sucesos normales.
Los profesores del liceo 50, en el barrio Casabó, al oeste del Cerro de Montevideo,
trabajan codo a codo para combatir la naturalización de la violencia con la que
conviven dentro de la institución. “No podemos seguir trabajando de esta forma
porque no podemos ofrecerle ninguna seguridad a los padres de que los gurises van a
estar sanos acá”, confesó a El Observador Silvia Ibarra, profesora de Biología. “Esto no
es normal”, repite la docente, en un intento por no olvidarlo y convencer a las
autoridades.
Hace 10 días, el lunes 10 de noviembre, un adolescente ajeno al liceo ingresó al patio y
le mostró un arma a un profesor. Este martes, otro joven que no asiste al liceo entró y
agredió a un liceal. La presencia de muchachos desconocidos dentro del centro
educativo es tan habitual como las pedreas contra vidrios y estudiantes. “Te la vamos a
dar, adentro y afuera”, suelen decirle algunos jóvenes a una docente cuando se la
cruzan por la calle.
“Hay un desprestigio de las instituciones educativas que no ayuda a la convivencia. En
el barrio no se respeta el liceo. Es hostigado”, explicó William Motta, profesor de
Educación Física.
Los docentes se reunieron ayer en asamblea y evaluaron la necesidad de tomar
medidas, ante la falta de respuesta del Consejo de Educación Secundaria, al que han
informado sobre estos episodios. En concreto, analizaron ocupar otra vez la
institución. Ya tomaron esta medida el 2 de agosto de este año, cuando un
adolescente, que tampoco pertenece a la institución, entró al liceo y llegó a hasta un
salón de clase para amenazar con un palo a un profesor.
La ocupación duró dos días y con ella los docentes lograron algunas mejoras.
Secundaria instaló un sistema de portero eléctrico y contrató un servicio de portería
que aún funciona, pero que no ha logrado solucionar el problema.
Los muchachos saltan las rejas del jardín de infantes lindero o se cuelan por los huecos
de las mallas que marcan el perímetro y entran como Perico por su casa al patio del
liceo. Por esa razón, los profesores piden que Secundaria levante un muro para
delimitar el espacio educativo y proteger así a docentes y estudiantes de la amenaza
constante.
Los profesores resolvieron ayer en asamblea no ocupar el liceo, para permitir que los
estudiantes puedan hacer las pruebas de fin de año, que terminan la primera semana
de diciembre. Para muchos, la aprobación del curso depende de esa prueba. Pero si no
reciben respuesta de parte de Secundaria, volverán a ocupar. Recuerdan aún que
estudiaron y trabajan para educar, no para esquivar piñas, palos o balas.
by Kalooga
Descargar