Epílogo - Agfitel

Anuncio
después de ser envueltos en capucho­
nes blancos fueron ahorcados en
Chicago, en m edio de la indignación
y estrem ecim iento de las masas explo­
tadas del mundo entero.
Epílogo
La m onstruosidad del ju ic io no dejó
de ser denunciada a lo largo y ancho
de los Estados Unidos. Eran tantas
las evidencias, que en 1893, el Go­
bernador Ageld ordenó reabrir el pro­
ceso. El Juerz Especial Eberhardt
estableció que los ahorcados „habían
sido víctimas de un lamentable error
judicial“. Schwab y Fielden fueron
liberados, y también Oscar W. Neebe,
pero ni entonces ni antes ninguna
autoridad dijo nada de la lucha por
la jornada de ocho horas, que había
precipitado los acontecimientos.
Día de solidaridad
internacional
Spies, Parsons, Fischer y Engel cubiertos con capuchones blancos momentos
antes de ser ahorcados en Chicago.
August Spies, 31 años, periodista,
condenado a muerte en la horca.
Miachel Schwab, 33 años, periodista,
condenado a muerte en la horca.
Samuel Fielden, 39 años, pastor meto­
dista, condenado a muerte en la hor­
ca.
Albert Parsons, 38 años, periodista,
director de „The Alarm“, condenado a
muerte en la horca.
Adolf Fischer, 30 años, tipógrafo, con­
denado a muerte en la horca.
George Engel, 50 años, tipógrafo, con­
denado a muerte en la horca.
Louis Lingg, 22 años, carpintero, con­
denado a muerte en la horca.
Oscar W. Neebe, 27 años, nacido en
EE.UU.,de padres alemanes, heredero
de una gran fortuna, condenado a
15 años de prisión.
No se les había com probado ningún
cargo, salvo que eran propagandistas
y agitadores revolucionarios. Por igual
„d e lito " los tribunales de Nueva York
aplicaban 60 días de cárcel y 200 dó­
lares de multa.
Fueron inútiles las apleaciones a la
Corte Suprema y al G obernador
Oglesby, del Estado de Illinois. Cuan­
do el día 10 de noviem bre se suicidó
Louís Lingg fum ándose un cartucho
de dinam ita que había ocultado en
EXPRÉS ESPAÑOL / A bril 1975
su frondosa cabellera, el Gobernador,
a la hora undécima, conm utó la pena,
por presidio perpetuo, a Schwab y
Fielden. Los restantes debieron subir
al cadalso.
Al amanecer del 11 de Noviembre de
1886, Spies, Parsons, Fischer y Engel,
El Día Internacional de los Trabaja­
dores, día de recuerdo y lucha para
los proletarios de todo el mundo,
declarado como tal por un Congreso
internacional celebrado en París en
1889, es reemplazado en la tie rra del
dólar por la „Fiesta de los Trabaja­
dores", que se celebra con cócteles y
carreras de bicicleta, en una fecha
móvil, el prim er lunes de septiem bre
de cada año.
Las generaciones jóvenes de los
Estados Unidos ignoran a quién per­
tenecen esas sombras de cuatro ahor­
cados que se balancean en algún
punto de su historia, su triste historia
de pais imperialista.
■
Manifestación alegre y pacífica del 1 de Mayo. Pero no siem pre es así.
Despidos y medidas policíacas fueron muchas veces la norma.
35
Descargar