Construyendo rapport - Observatorio de la Calidad en la Educación

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Construyendo rapport: Creando contextos emocionales positivos
para promover la enseñanza y el aprendizaje.
William Buskist
Bryan Saville
Universidad de Auburn
Original disponible en: http://www.psychologicalscience.org/teaching/tips/tips_0301.cfm
Originalmente publicado en: APS Observer, Vol. 14 No. 3 Marzo de 2001.
Traducción de: Alejandro Franco (Miembro APS, Miembro APA División 2)
Correo: [email protected]
La capacidad para estimular emociones positivas fuertes en los estudiantes separa
al profesor universitario competente del profesor universitario destacado (Lowman,
1995).
Sara Jamison, como la mayoría de quienes leemos los Tips de Enseñanza, toma su trabajo muy
en serio. Ella espera con ansias la clase, si bien, la verdad sea dicha, algunos días son mejores que
otros. Prepara clases magistrales bien organizadas, experimenta con nuevas actividades que realiza
durante la clase; coloca preguntas desafiantes en sus exámenes; se preocupa por el crecimiento
intelectual de sus estudiantes; y lee vorazmente, tratando de estar actualizada para sus cursos. Sara
parece hacerlo todo en su intento de ser una profesora efectiva.
Sin embargo, se siente incómoda en clase. Algunas veces siente como si hubiera un abismo
entre ella y sus estudiantes. Sus estudiantes la respetan, pero dudan sobre si tomarían de nuevo un
curso con ella. Muchos no se sienten cómodos expresando sus ideas en clase, y otros se sienten
desconectados de Sara y de su materia.
Claro está, Sara Jamison es un personaje ficticio. La creamos para reflejar aquellos entre
nosotros que, a pesar de nuestros mejores esfuerzos para convertirnos en profesores más efectivos,
nos quedamos cortos. Sara representa una amalgama de aquellas cualidades que reflejan la
enseñanza efectiva, pero que por sí solas no conducen a una enseñanza realmente destacada. Tales
cualidades pueden ser necesarias para la enseñanza efectiva, pero no son suficientes. Entonces,
¿qué es lo que falta en la enseñanza de Sara?
Parece que la enseñanza de Sara carece de rapport, definida en el Diccionario Random House
(1987) como: "una conexión especialmente armónica o comprensiva" (p.1601). Cerrar el abismo
entre Sara y sus estudiantes -o entre cualquier profesor y un conjunto de estudiantes- requiere la
construcción de rapport: crear conexiones emocionales entre el profesor y el estudiante, y entre el
estudiante y la materia. En este artículo, reflexionamos sobre la naturaleza del rapport, ofrecemos
sugerencias simples para establecerlo, y subrayamos algunas de las contribuciones que puede
ofrecer a nuestra enseñanza.
La naturaleza del rapport y su influencia
en la enseñanza efectiva
El rapport es difícil de entender. Tal vez por ello la voluminosa literatura sobre la enseñanza
universitaria básicamente ignora el tema. Puesto que el rapport es más una variable contextual que
prepara el escenario para la enseñanza efectiva, ha sido evitado a favor de otras variables, tales
como métodos de enseñanza, tipos de evaluación, y técnicas de evaluación de la efectividad de la
enseñanza, que pueden ser conceptualizadas y manipuladas con mayor facilidad. Sin embargo, es
prudente considerar el rol del rapport en nuestro trabajo, así sea solo para explorar sus posibles
contribuciones a la enseñanza efectiva.
El rapport como propiedad emergente
Establecer una "conexión especialmente armoniosa o comprensiva" con los estudiantes no
parece ser el resultado de una única acción. Más bien, el rapport es el resultado de muchas cosas
que se hacen bien de manera consistente. En este sentido, el rapport puede ser pensado como una
propiedad emergente de la enseñanza, o, incluso, de cualquier relación social. En general, debemos
hacer dos cosas para desarrollar el rapport. Primero, debemos extender a los estudiantes una cálida
y amistosa invitación para que integren la "comunidad de aprendizaje" que tratamos de establecer
en nuestras clases desde el primer día de clase. Segundo, debemos adoptar este comportamiento en
todas las clases siguientes, dentro y fuera de la clase, y sin tener en cuenta los problemas
innumerables que puedan presentarse en el transcurso del período.
Teniendo presente esta meta, Joseph Lowman afirma que los profesores deben minimizar el
grado en que los estudiantes experimentan emociones negativas, tales como ansiedad y rabia, y
deben tratar de crear emociones positivas en los estudiantes, tales como la autoeficacia y la
autoestima positiva. Esta visión ayudaría a los estudiantes a sentir que su profesor se preocupa por
ellos, permite que se motiven para hacer su mejor esfuerzo, y piensen en formas muy positivas
acerca de su profesor. Los efectos positivos del rapport no se limitan a los estudiantes -afectan
también a los profesores. Tal y como lo anota Lowman en su libro de 1995, Dominando las
Técnicas de Enseñanza "... la mayoría de profesores universitarios disfrutan más sus clases cuando
tienen buenas relaciones interpersonales con los estudiantes, y esta satisfacción tiene un efecto
benéfico en la calidad de su instrucción" (p. 98).
El rapport como alianza basada en la confianza
Otra forma de conceptualizar el rapport entre estudiantes y profesores es pensarlo en la misma
forma que muchos terapeutas consideran la "alianza terapéutica" entre ellos mismos y sus clientes.
Esta alianza está marcada por cuatro elementos: (i) el grado en el cual el cliente y el terapeuta están
de acuerdo sobre las metas de la terapia, (ii) la capacidad del cliente para trabajar hacia estas metas,
(iii) la empatía del terapeuta hacia el cliente y el compromiso del terapeuta en el proceso
terapéutico, y (iv) la conexión emocional entre el cliente y el terapeuta, así como el compromiso del
cliente con la terapia (Gaston, 1990).
Trasladando este modelo a la relación profesor-estudiante, podríamos ver el rapport de esta
manera: (i) el grado en el cual los estudiantes aceptan o se comprometen con las metas que el
profesor ha comunicado a la clase, (ii) la capacidad del estudiante para trabajar hacia el logro de
estas metas, (iii) la capacidad del profesor para cuidar genuinamente los estudiantes y cultivar su
aprendizaje, y (iv) la “conexión” emocional entre el estudiante y el profesor motivando a los
estudiantes para participar activamente en su educación. Como tal, el rapport es tanto un proceso
como un resultado. Es un proceso porque incluye una serie de pasos que el profesor debe tomar para
que se desarrolle el rapport. Es un resultado porque emerge solamente cuando los componentes
apropiados están presentes en las situaciones de enseñanza, llevándola a ser más efectiva.
La confianza es central para esta alianza entre el profesor y el estudiante. Considere el punto que
Stephen Brookfield hace en su libro de 1990, El profesor hábil.
La confianza entre profesores y estudiantes es el pegamento afectivo que une la
relación educativa. La desconfianza hacia los profesores tiene diversas
consecuencias en los estudiantes. Cuando no hay confianza, los estudiantes no están
dispuestos a afrontar por sí mismos las riesgosas incertidumbres de un nuevo
aprendizaje. Evitan el riesgo. Mantienen sus preocupaciones más profundas en
secreto. Miran con reserva cínica las exhortaciones e instrucciones de los profesores
(p. 162).
Claramente, la confianza está presente en la alianza que se forma entre clientes y terapeutas
efectivos, y entre estudiantes y profesores efectivos. Ya sea en terapia o en la enseñanza, tal
confianza contribuye a construir el rapport, incrementando la motivación y estimulando el
aprendizaje. Si deseamos que los estudiantes se unan a nosotros como miembros de la comunidad
de aprendizaje, debemos demostrarles que pueden confiar en nosotros.
El rapport como conexión
Afín con la noción de alianza encontramos el concepto de Paker J. Palmer "capacidad de
conexión". En El Coraje para Enseñar (1998), argumenta que los buenos profesores luchan para
forjar conexiones entre ellos mismos y su materia, así como entre ellos mismos y sus estudiantes.
Tales conexiones son el resultado de la "identidad e integridad" emocional del profesor y se
expresan a través de cualquier medio que el profesor utilice para enseñar. En palabras de Palmer
(1998):
... en toda clase donde enseño, mi capacidad para conectarme con los estudiantes, y
para conectarlos a ellos con el tema, depende menos de los métodos que uso que del
grado en el cual conozco y confío en mi individualidad -y estoy dispuesto a que esté
disponible y vulnerable al servicio del aprendizaje (p.10).
Así, la enseñanza revela nuestra humanidad, la forma en que elegimos definirnos a nosotros
mismos en nuestro trabajo, y la manera en que nos relacionamos con nuestra materia y nuestros
estudiantes, así como con el mundo que nos rodea. Si uno desea "conectarse" con los estudiantes establecer rapport con ellos- uno debe exponer al menos parte del sí mismo propio ante ellos. El
grado en el cual seamos exitosos en esta empresa, determinará la creación de un ambiente que lleve
a una enseñanza efectiva, y por ende, a un aprendizaje efectivo.
El rapport sin velos
Desde nuestro punto de vista, el rapport es una conexión emocional positiva entre los
estudiantes, el profesor y el tema de estudio, que emerge dependiendo de la manera en que el
profesor construya el ambiente de aprendizaje. Buena parte depende de la disposición del profesor
hacia los estudiantes, el tema de estudio, el proceso educativo, y en general, la vida. Del grado en el
cual el estudiante y el profesor se unan para lograr las metas del curso, dependerá que el ambiente
de aprendizaje favorezca el incremento de la receptividad del estudiante hacia el profesor y la
materia. Para el desarrollo de tal alianza es de suma importancia el sentido de sí mismo del
profesor, tal y como se refleja en características como la confianza, el respeto, y la disposición para
comprometer a los estudiantes en el proceso de aprendizaje.
Perspectivas de los estudiantes sobre el rapport
Tratar de entender el rapport colocándolo en esta especie de esquema conceptual es sólo la mitad
de la historia, y tal vez la mitad menos importante para ello. La otra mitad, claro está, es conocer
cómo los estudiantes experimentan el rapport.
Para ganar un poco de insight en esta materia, supervisamos algunos cientos de estudiantes de
pregrado de la Universidad de Auburn inscritos en un curso de psicología de nivel introductorio y
les solicitamos que nos dijeran tres cosas: (i) el grado en que experimentaron el rapport en sus
clases; (ii) las cosas que los profesores hacían para desarrollar rapport con ellos; y (iii) de qué
manera el rapport afectaba a su comportamiento académico.
Sólo un poco más de la mitad de los estudiantes afirmaron que habían experimentado rapport
con un profesor. Estos estudiantes nos dijeron que los comportamientos más comunes de los
profesores para contribuir al desarrollo del rapport eran, en orden: mostrar sentido del humor;
disponibilidad antes, durante, o por fuera de clase; estimular la discusión en clase; mostrar interés
en ellos; conocer los nombres de los estudiantes; compartir insights y experiencias personales con la
clase; relacionar el material del curso con términos comunes y ejemplos; y entender que los
estudiantes ocasionalmente tienen problemas que surgen y que afectan inadvertidamente su
progreso en sus cursos. Finalmente, los estudiantes también nos dijeron que los efectos positivos
más comunes del rapport en su comportamiento académico eran, en orden: incrementar el disfrute
del profesor y la materia; motivarlos a volver a clase con más frecuencia, y prestar más atención en
clase. De esta manera, el rapport parece facilitar tanto la motivación del estudiante hacia el
aprendizaje así como su disfrute del curso, e incrementa la receptividad hacia lo que se enseña.
Tips para construir rapport
¿Cómo podríamos construir el rapport con nuestros estudiantes? Intente algunas o todas las
siguientes sugerencias para desarrollar rapport con sus estudiantes:
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Llame a los estudiantes por su nombre.
Aprenda algo sobre los intereses, actividades de tiempo libre y aspiraciones de los
estudiantes.
Cree y utilice ejemplos personalmente relevantes en la clase.
Llegue temprano a clase y quédese un poco más -y charle con los estudiantes.
Explique las políticas de su curso -y por qué se eligieron las actuales.
Deje escrito y cumpla las horas de oficina.
Esté disponible en línea -utilice el correo electrónico para incrementar la accesibilidad a los
estudiantes.
Interactúe más, haga menos clase magistral -enfatice el aprendizaje activo.
Recompense los comentarios y preguntas de los estudiantes con comentarios verbales.
Sea entusiasta sobre la enseñanza y apasionado sobre su materia.
Relájese - comparta un chiste de vez en cuando1
Sea humilde y, cuando sea apropiado, utilice la autocrítica.
Haga contacto visual con los estudiantes - sin miradas fijas, penetrantes, o agresivas.
Recuerde que es poco probable que cualquiera de estas acciones, por sí sola, construya rapport.
En cambio, combinaciones de estos comportamientos implementados consistentemente en el tiempo
produce los efectos de sinergia necesarios para que emerja el rapport en su enseñanza. ¿Cómo sabrá
cuando se establece el rapport? Probablemente la métrica más confiable es el comportamiento de
los estudiantes hacia usted. Si ellos se aproximan con preguntas, comentarios, y anotaciones
personales; sonríen o ríen durante clase; lo buscan durante las horas de oficina, le piden consejo
sobre algo; le dicen que les gustó una demostración, una clase magistral o que están disfrutando su
clase, puede apostar que usted ha desarrollado algún grado de rapport con sus estudiantes.
1
Nota del traductor: que sea pertinente para el tema o para el momento particular de la clase
Algunas reflexiones finales
Los temas con frecuencia se vuelven especialmente claros cuando los miramos desde una
perspectiva alternativa. En este caso, podríamos considerar la importancia de la construcción de
rapport en la medida en que crea un contexto para promover la enseñanza y el aprendizaje,
contrastándola con una de sus antítesis, la alienación. El diccionario Random House (1987) define
"alienar" como "hacer indiferente u hostil" (p. 53). En consecuencia, formas seguras para alienar a
sus estudiantes serían el resultado de hacer justamente lo opuesto de las sugerencias dadas
anteriormente para construir rapport: no se preocupe por aprender los nombres de sus estudiantes;
no se preocupe por saber algo sobre sus estudiantes; no se preocupe por relacionar la psicología con
la vida de los estudiantes; llegue tarde a clase y salga tan pronto como sea posible una vez que
termine el período; no explique sus políticas para el curso; no coloque sus horas de oficina, o mejor
aún, colóquelas pero no asista; no trate de promover las líneas de comunicación con sus estudiantes;
asuma que sus estudiantes son receptores pasivos esperando a ser llenados con su inteligencia;
desestimule las preguntas y comentarios de los estudiantes (si sus estudiantes insisten en hablar,
ignórelos, o mejor aún, señale que sus comentarios son inapropiados); muestre a los estudiantes que
la psicología es aburrida y que usted quisiera estar haciendo algo distinto a enseñar; sea severo,
serio e intolerante a la sensibilidad; evite el contacto visual, sea arrogante, condescendiente,
narcisista, y finalmente, frunza el ceño. Si ninguna de estas funciona, simplemente trate a sus
estudiantes como si fueran retrasados mentales.
El riesgo de alienar a los estudiantes de manera no intencional es particularmente alto en las
clases más numerosas –digamos, las de más de 50 estudiantes. Parece haber simplemente
demasiados nombres, caras, y vidas por conocer; así, podríamos asumir que la construcción de
rapport en una clase como esta es imposible. ¡Por el contrario! La mayoría de las recomendaciones
que hemos expuesto pueden implementarse fácilmente sin importar la cantidad de estudiantes.
Después de todo, comportamientos tales como hacer un buen contacto visual, decir un chiste o dos,
o mostrar la pasión por el tema que se enseña no se limita por el número de estudiantes que
tenemos frente a nosotros.
El punto de Lowman (1995) está en la mira -la clase es un ambiente cargado emocionalmente.
La enseñanza efectiva incluye la realización de pequeños ajustes progresivos al ambiente, de tal
forma que maximicemos las oportunidades de aprender en nuestros cursos para los estudiantes. La
construcción de rapport es una forma de asegurarnos que tendremos éxito en nuestras metas. El
rapport, de hecho, puede ser lo que le faltaba al repertorio de enseñanza ejemplar que demostró Sara
Jamison al comienzo de este Tip.
Referencias y Lecturas Recomendadas
Brookfield, S. D. (1990). The skillful teacher. San Francisco: Jossey-Bass.
Gaston, L. (1990) The concept of alliance and its role in psychotherapy: Theoretical and empirical
considerations.
Psychotherapy,
27,
143-153.
Lowman, J. (1995). Mastering the techniques of teaching (2nd Ed.). San Francisco: Jossey-Bass.
Palmer, P. J. (1998). The courage to teach: Exploring the inner landscape of a teacher's life. San
Francisco:
Jossey-Bass.
Perlman, B., McCann, L. I., and McFadden, S. H. (Eds.). (1999). Lessons learned: Practical advice
for the teaching of psychology. Washington, DC: The Association for Psychological Science.
The Random House Dictionary of the English Language (2nd Ed.). (1987). New York: Random
House.
Safran, J. D., & Muran, J. C. (Eds.). (1998). The therapeutic alliance in brief psychotherapy.
Washington, DC: American Psychological Association.
Bill Buskist es Profesor de Psicología en la Universidad de Auburn donde ha estado enseñando
en amplias secciones de cursos de psicología de nivel introductorio durante los últimos 18 años.
Durante los últimos 10 años ha enseñado un curso sobre la enseñanza de la psicología para los
asistentes de enseñanza posgraduados con una duración de un año. Sus intereses principales de
investigación se centran en la excelencia de la enseñanza en el pregrado.
Bryan Saville es estudiante de doctorado en el programa de Análisis Experimental del
Comportamiento en la Universidad de Auburn. Ha enseñado en clases de Introducción a la
psicología, Psicología social, y Análisis del Comportamiento. Sus intereses investigativos incluyen
la enseñanza de la psicología, el análisis experimental del comportamiento social, y el ejercicio y el
deporte.
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