3. Época romana-herodiana. 4. Época después de

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3. Época romana herodiana 63-4 a.C.
3.1 Ocupación de Palestina por Pompeyo
El final del reino asmoneo en Palestina fue consecuencia de la ampliación continua de la dominación romana en oriente. Ya en el 190 a.C. el ejército romano había cruzado el Helesponto
(Dardanela) en la guerra contra Antíoco III; desde entonces empezó a influir en Asia Menor y a
presionar el reino seléucida.
En el 133 a.C. tras la muerte del último rey el reino de Pérgamo le correspondió a Roma, entonces se creó la provincia de Asia; por otra parte, en el 101 a.C. cuando Roma derrotó bandas de
piratas en la costa sur de Asia Menor, se creó la provincia de Cilicia. De esta manera la presencia
romana les dificultó a los tolomeos y a los seléucidas mantener espacios de maniobra.
Desde finales del siglo II creció en Asia Menor la oposición a Roma, que se desató en bastantes
levantamientos o guerras. A Pompeyo, que había acabado con bandas de piratas que operaban
entre Cilicia y Creta, el senado lo dotó de inmenso fuero para combatir a Mitrídates del Ponto y a
Tigranes de Armenia; el primero huyó, el segundo capituló; gracias a estas victorias se ensanchó
la pronvicia de Cilicia, y se creó la doble provincia del Ponto y Bitinia. Mientras Pompeyo incursionaba en Asia Menor envió por delante a Escauro a conquistar a Siria. Pompeyo se dirigió en el
64 a.C. a Damasco.
Tres delegaciones de judíos cortejaron a Pompeyo en Damasco. Una de Hircano II que acusaba
a su hermano Aristóbulo II de haberle quitado el trono, de ser enemigo de las ciudades helenistas
que se rendían a los romanos y de favorecer las bandas de piratas en la costa de Palestina. Otra de
Aristóbulo II, que ya había sobornado a Escauro, quien no negaba haber excluido del poder a
Hircano II por su falta de pericia política. Y una delegación de judíos que pedía la abolición del
reinado asmoneo debido a que esclavizaba al pueblo con altos impuestos, y abogaba por el establecimiento de una teocracia sacerdotal. Pompeyo pidió calma y espera hasta cumplir su campaña
contra los nabateos.
Pero Aristóbulo cayó en la sospecha de que se armaba en secreto para combatir a los romanos;
entonces Pompeyo lo sitió en la fortificación Alejandrina obligándolo a entregar todas las demás
fortificaciones; Aristóbulo huyó, pero luego hizo saber a Pompeyo que le aseguraba a los romanos la entrada a Jerusalén. Pero éstos encontraron las puertas cerradas. Entonces Pompeyo ordenó
arrestar a Aristóbulo, mientras Hircano le concedió la entrada a la ciudad; no obstante los seguidores de Aristóbulo se atrincheraron en el área del templo; éstos fueron masacrados después de
tres meses resistencia y de que los muros del templo fueran demolidos. Pompeyo penetró entonces hasta el Santo de los santos, lo cual era para los judíos un sacrilegio; pero dejó intacto el tesoro del templo. Hircano fue nombrado sumo sacerdote y etnarca (señor del pueblo), mientras Aristóbulo fue conducido a Roma como prisionero con sus dos hijos, Alejandro y Antígono. Alejandro logró huir antes de llegar a Roma.
La conquista de Jerusalén por Pompeyo marcó el comienzo de la dominación romana sobre Palestina y el fin del reinado asmoneo, aunque dos décadas después Antígono lograra restituir el estado anterior por poco tiempo. Judea se hizo vasallo, estado vigilado por Roma, volvió a caer en
la insignificancia que había tenido bajo la dominación persa, tolomea y seléucida, perdió territorios; perdió a Samaría, las ciudades costeras y las de Trasjordania, que se unieron formando la
Decápolis. Estas pérdidas acarrearon también gran disminución económica. No se sabe nada del
pago de impuestos a Roma.
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3.2 Hircano II (63-40 a.C.) y ascenso de Herodes (37-4 a.C.)
Luchas por el poder en Roma influyeron durante todo el período en que Hircano II y Antipatro
estuvieron encargados de Judea. Ellos aprovecharon tal situación para consolidar su propio poder
político.
Al regresar a Roma Pompeyo entró triunfal, pero a pesar de haber erigido tres nuevas provincias, que elevaban inmensamente las entradas del estado, no logró el éxito que esperaba en el Senado; tampoco Craso lograba del Senado facilidades para los recaudadores de impuestos en Asia
Menor; Julio Cesar aprovechó entonces la oportunidad para aliarse con Pompeyo y Craso formando el primer triunvirato.
Grupos favorables a los asmoneos causaron tensiones por la nueva situación política. En el 57
a.C. Alejandro, el hijo mayor de Aristóbulo, reclutó un ejército con caballería para oponerse a la
reconstrucción de ciudades helenistas en Palestina, adelantada por los romanos; pero lo derrotaron con la ayuda de Antipatro; consecuencia de este levantamiento fue la división de la región en
5 distritos para debilitar su unidad económica y cultural y facilitar el dominio romano. Así el área
de gobierno de Hircano se redujo a Jerusalén y al templo.
Poco después Aristóbulo y su hijo Antígono escaparon de Roma, entonces trataron de recuperar
el poder en Judea, pero también ellos fracasaron. Aristóbulo otra vez fue hecho prisionero y llevado de regreso a Roma. Después de haber confiscado el tesoro del templo de Jerusalén para la
guerra contra los Partos, fue muerto en ella el triunvir Craso por esta época.
Mientras tanto Pompeyo se insinuaba como dictador para sacar a Roma del caos político; entonces el Senado, con aprobación de Pompeyo, se pronunció contra Cesar retirándole su mandato
sobre Galia e Iliria. Cesar desconoció al Senado y el 7 de enero atravesó con sus tropas el río Rubicón rumbo a Roma, dando con ello inicio a la guerra civil y a lucha por el poder entre los dos
triunvires restantes. Entonces Pompeyo huyó de Roma con 200 senadores a Grecia.
Cesar sacó a Aristóbulo de la cárcel y lo envió a Judea escoltado por dos legiones; pero Aristóbulo murió envenenado por mano de simpatizantes de Pompeyo; su hijo Alejandro fue decapitado
en Antioquía por orden de Pompeyo. Cesar derrotó a Pompeyo en la guerra de Farsalia (en la
provincia de Tesalia, Grecia), cuyas tropas huyeron despavoridas; también Pompeyo huyó dirigiéndose a Alejandría. Contra su expectativa de que sería ayudado por los tolomeos, cuya dinastía había ayudado a restablecer 11 años antes, fue asesinado a traición el 28 de septiembre del 48
a.C. para que Egipto no fuera a ser comprometida en la guerra civil romana.
Muerto Pompeyo Hircano II y Antipatro se cambiaron a Cesar. El asesinato de Pompeyo,
acuartelado por los jefes egipcios, buscaba que Cesar abandonara pronto Alejandría, hasta donde
había perseguido a Pompeyo; pero no ocurrió así; Cesar apeló al pago de inmensas sumas contraídas por el rey anterior, Tolomeo XII, con el Senado, además quizo intervenir en la política interna de Egipto; entonces fue rodeado por el ejército egipcio. Tropas de ayuda de Mitrídates de
Pérgamo fueron detenidas en una fortificación limítrofe. Entonces intervino Antipatro salvando a
Cesar. Logró que los nabateos atacaran en retaguardia; conquistó luego la fortificación abriendo
paso de esa manera a Mitrídates; al salir el ejército egipcio a su encuentro tuvo que abandonar el
sitio de Cesar; la tropa de ayuda de Mitrídates fue puesta en fuga, no obstante Antipatro logró la
victoria con su ejército judío; el rey egipcio Tolomeo XIII murió en la contienda.
Cesar agradeció a los judíos que le salvaran la vida en Alejandría concediéndoles una serie de
privilegios: libre ejercicio de su religión, exención de servicio militar; exención de impuestos el
año sabático. Antipatro fue nombrado gobernador de Judea, y se le permitió fortificar Jerusalén;
Hircano ganó en influjo político, aunque Antipatro de hecho ejercía el poder. Antipatro aprovechó esta situación para confiarles puestos militares a sus dos hijos, Fasael, estratega de Jerusalén,
y Herodes, estratega de Galilea. Herodes comenzó su carrera con 25 años combatiendo amotina-
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dores en la región limítrofe entre Galilea y Siria, que fueron los antecesores de los futuros zelotas.
En Roma el Senado le había concedido a Cesar señorío único por tiempo limitado; pero luego
decidió concedérselo de forma vitalicia. En contra de esta concesión había círculos prorepublicanos del Senado, que idearon el plan de asesinar a Cesar, plan perpetrado por Bruto y Casio en el 44 a.C. El Senado les concedió amnistía a los dos asesinos pero, como el pueblo no había consentido el atentado, tuvieron que salir de Roma hacia Oriente. Surgió así en Roma en el
año 43 a.C. el segundo triunvirato compuesto por Marco Antonio, Octaviano y Lepido, al que se
le otorgó poder por 5 años.
Un año después a Bruto y Casio les fue derogada la amnistía; estos se tendrían que enfrentar
con Marco Antonio y Octaviano. Casio era dominador de Oriente y, ante esta situación, ordenó a
Antipatro y a sus hijos reunir impuestos para financiar un ejército que se enfrentara a Marco Antonio y Octaviano. Particularmente Herodes cumplió la orden vendiendo a la esclavitud a los habitantes de los pueblos que se resistían al impuesto; Casio entonces lo recompensó nombrándolo
Gobernador de la provincia de Siria. La fidelidad a Roma le costó la vida a Antipatro, que murió
envenenado.
Marco Antonio y Octaviano vencieron a los asesinos de Cesar. Entonces Marco Antonio se hizo cargo de Oriente, quien no tomó represalias contra Fasael y Herodes sino que, recordando la
acogida que años atrás le había brindado su padre Antipatro, los nombró Tetrarcas (título griego,
Gobernador territorial) de Judea y Galilea respectivamente. Herodes estaba entonces casado con
la judía Doris, no obstante se comprometió con Mariamna, hija de Alejandro, el que había sido
decapitado por Pompeyo. De esta forma Herodes se hacía miembro de la familia asmonea.
En el año 40 a.C. cambió por poco tiempo de forma inesperada la situación política internacional, pues los partos penetraron en Siria poniendo en fuga a su gobernador. Los partos permitieron
que Antígono, hijo de Aristóbulo, restaurara la antigua dominación reinando como sacerdote asmoneo. Herodes logró huir, mientras Fasael e Hircano fueron víctimas de un ardid que los condujo a la cárcel; Fasel se suicidó, a Hircano Antígono le hizo cortar las orejas para impedirle el cargo de sumo sacerdote, que según Lv 21,28 debía tener total integridad física.
Herodes se dirigió a Roma, en donde convenció a Antonio y a Octaviano de su posición; entonces allí mismo fue nombrado rey por el Senado; a Antígono le fue abrogado el título, a quien por
dinastía le correspondía, además fue declarado enemigo de Roma por aliarse con los partos. A su
regreso Herodes debió enfrentarse con campesinos galileos a favor de Antígono, que ahogaron en
el lago a los herodianos. Mientras sitiaba a Jerusalén se casó con Mariamna en Samaría, haciéndose de esa manera heredero de la casa asmonea; con la ayuda militar romana conquistó la ciudad
en el 37 a.C. Antígono se entregó, fue conducido a Antioquía donde fue ejecutado por orden de
Antonio.
3.3 Reinado de Herodes el Grande
El reinado de Herodes y sus méritos están opacados por la imagen del asesinato de los inocentes de Belén y de ser un déspota brutal; realmente fue uno de los grandes reyes que vinculó a Judea al imperio romano procurándole bienestar económico. Inicialmente la aristocracia judía lo
rechazaba por considerarlo un rey impuesto por Roma; pero Herodes pronto encontró apoyo en la
nobleza de Galilea e Idumea.
Su ascendencia idumea dificultaba su aceptación, se le estimaba medio judío por su padre Antipatro de Idumea, que antaño había sido judaizada por Juan Hircano.
Al comienzo tampoco le fue favorable la situación política exterior. Herodes dependía de Antonio, que detentaba el poder absoluto en Oriente. La reina tolomea Cleopatra de Egipto había
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comprometido a Antonio en una relación amorosa de la que había tenido mellizos. Mientras Antonio buscaba por esa relación apoyo para sus campañas contra los partos, Cleopatra anhelaba
restaurar el reino tolomeo incorporando a él a Judea. De manera que la relación entre Antonio y
Cleopatra fue siempre causa de temor para Herodes.
Primeramente Herodes hizo ejecutar 45 seguidores de Antígono, probablemente miembros del
sanedrín, que estuvieron a su favor. A los miembros de la casa asmomea también los consideraba
peligrosos: a Aristóbulo III, hermano de Mariamna, a su madre Alejandra, y a Hircano II, que había regresado de la prisión de los partos. Las intrigas de palacio lo pusieron a prueba y lo llevaron
a ordenar la ejecución política de sus más cercanos familiares. Alejandra utilizó sus relaciones
con Cleopatra para debilitar el reino de Herodes. Así, por considerar a Aristóbulo III peligroso
para su reinado, Herodes lo hizo asesinar en Jericó. Entonces Alejandra hizo intervenir a Cleopatra ante Antonio, ante quien Herodes debió justificar el asesinato de Aristóbulo, argumentando
que era favorable a la restauración asmonea y adverso a Roma.
Antonio le concedió a Cleopatra algunos territorios de Judea, incluso zonas aledañas a Jericó
por cuya producción de bálsamo y brevas Herodes ahora debía pagar impuesto; también obtuvo
derecho a explotar asfalto del mar Muerto, lo cual debilitaba su economía. Estas concesiones a
Cleopatra representaban una maniobra calculada de Antonio para lograr que Egipto dependiera
mayormente de él, pero sin permitir que Herodes fuera absorbido por Egipto.
Octaviano en Occidente y Antonio en Oriente ascendieron considerablemente; pero a Antonio
su relación con Cleopatra se le convirtió en fatalidad. Con tal relación Antonio se echó encima a
Roma; inmensas donaciones a los hijos que había tenido con Cleopatra, previstas en su en su testamento, fueron consideradas una traición a Roma; se temía que Alejandría se hiciera capital del
imperio. Después de terminar el quinquenio del triunvirato en el 33 a.C. el Senado le retiró el poder otorgado a Antonio y le declaro la guerra a Cleopatra. En la guerra de Accio en el 31 a.C. Octaviano derrotó a Antonio, quien huyó a Egipto. Un año después se suicidó cuando Octaviano
marchó contra Egipto. Cleopatra también se suicidó 12 días más tarde haciéndose morder por una
serpiente venenosa.
Octaviano (emperador Augusto) y el sistema del principado
Después de la batalla de Accio Octaviano logró integrar la monarquía en el reglamento republicano conservando externamente sus instituciones e ideales; el Senado le concedió el título (sacral) de Augusto. Octaviano poco a poco monopolizó el mando militar, imperó sobre las provincias de Galia, España, Egipto y Siria; en año 12 a.C., al morir el triunvir Lepido adquirió además
el cargo de Pontifex Maximus (para dirigir lo sacral); el nombre del mes Sextilius cambió en su
honor a Agosto.
3.4. Herodes y Octaviano
Después de la guerra de Accio Herodes se cambió de bando a Octaviano, se dirigió a Grecia;
pero antes hizo ejecutar a Hircano II, que a la sazón tenía 80 años, porque como último asmoneo
podía desencadenar la oposición. En Rodos depuso su corona ante Octaviano en señal de sumisión, quien lo confirmó en su mandato. Al regresar le preparó un suntuoso recibimiento en Tolemais (Akko) cuando iba de paso para Alejandría. Después de la muerte de Antonio y Cleopatra se
encontró de nuevo con Octaviano en Alejandría; entonces le fueron restituidos los territorios de
Judea que Antonio le había otorgado a Cleopatra, además pudo anexionar otras ciudades.
Rumores de que Mariamna había cometido adulterio y de que estaba implicada en un complot
para asesinar a su esposo llevaron a Herodes a ejecutar al presunto adúltero y a Mariamna en el
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año 29 a.C.; las depresiones en que cayó fueron aprovechadas por Alejandra que planeaba derrocarlo, lo cual le costó la vida; igual suerte corrió Costobar, su yerno, gobernador de Idumea, que
buscaba separarse de Judea; así Herodes eliminó a todos sus opositores, consolidó sus relaciones
con Roma y pudo sentirse señor absoluto en el país.
El reino de Herodes se hizo parte del imperio, Judea se convirtió en una de las monarquías que
Octaviano no convirtió en provincia romana; fue lugar de estabilidad: Herodes custodiaba en
oriente incursiones de los nabateos, de manera que aseguraba el paso de bienes de Egipto a Siria;
promovió la cultura helenista.
En el periodo de bienestar se preocupó por construir grandes edificaciones. Fortificaciones
construidas por los asmoneos: la Hircaniana (al suroriente de Jerusalén), la Alejandina (al norte
de Jericó), el Maqueronte (al oriente del Mar Muerto) y la fortificación de Masada (al sur de
Qumram) en parte fueron convertidas en lujosos palacios. Al sur de Jerusalén construyó la fortificación Herodiana, el palacio y los jardines de Jericó. Edificó o reconstruyó ciudades como Antipatris (en honor a su padre), Gaba (una ciudad ecuestre), convirtió un asentamiento fenicio en la
ciudad costera de Cesarea (en honor al emperador) con templo, plaza, teatro, hipódromo y acueducto. Hizo reconstruir a Samaría, que había sido arrasada por Juan Hircano, poniéndole el nombre griego de Sebaste (Augusta) en honor al emperador Augusto; Samaría resurgió como ciudad
helenista y concentró veteranos de guerra y más que todo población pagana del país. Pero la ciudad en donde más se construyó fue Jerusalén: teatro, hipódromo, el palacio herodiano y el templo.
A pesar de la prosperidad económica sus relaciones con el pueblo permanecieron tensas; hubo
el intento de asesinarlo en el teatro; estas malas relaciones sólo podían controlarse prohibiendo
asambleas, espiando y oprimiendo; en el año 20 a.C. obligó a los judíos a jurarle lealtad, a semejanza del juramento de lealtad al emperador. Los esenios y muchos fariseos se negaron. Herodes
fue un monarca helenista que orientó su dominio según el modelo de los palacios orientales; por
eso le era difícil encontrar aceptación entre los fieles, sobre todo entre los fariseos, que abogaban
por una teocracia religiosa y política; tenían además la esperanza en el vuelco radical del fin de
los tiempos desplegado por Dios; Herodes, en cambio, fundaba la legislación social en el sistema
de derecho romano, no en la Torá; el Sanedrín caía en la indiferencia.
Mantuvo muy buenas relaciones con Augusto, con Agripa, yerno del emperador, el segundo
hombre con más poder, a quien desde el año 23 a.C. le fue trasferido el mando sobre las provincias orientales; se gloriaba de los títulos “amigo de los romanos” y “amigo del cesar”. Esta lealtad
le fue recompensada por el emperador ampliándole el territorio de Galilea al norte del lago de
Genesareth; se hizo consejero del gobernador romano de Siria. Pero al final de su gobierno mermaron las buenas relaciones con Roma más que todo por los problemas de su sucesión.
Conflictos sangrientos familiares e intrigas se presentaron a la hora de determinar a sus sucesores. Se casó diez veces con damas aristócratas o de su gran familia, de donde nacieron numerosos
descendientes varones. Su reino estaba vinculado a su persona (ad personam); con permiso del
emperador previamente había designado a sus hijos Alejandro y Aristóbulo (de su matrimonio
con Mariamna) como sucesores. Estos habían sido enviados a formarse en Roma. Al regresar, en
el año 17 a.C., empezaron los conflictos, pues sus dos hijos se consideraban herederos de la casa
asmonea; no superaron la ejecución de su madre y por esto le guardaban odio a su padre. Corrió
el rumor de que estos dos querían acusar a Herodes ante el emperador para ellos asumir el poder.
Entonces Herodes también nombró heredero a su hijo Antipatro, que hacía mucho había tenido
con la judía Doris. A Alejandro y a Aristóbulo terminó haciéndoles proceso en Beirut en el año 7
a.C., con permiso de los romanos, del cual resultaron reos de muerte por traición. Fueron ajusticiados en Sebaste. La persona intrigante en este proceso fue su hermana Salomé, interesada en
que Herodes odiara a los parientes que quedaban de la casa asmonea.
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Para estar seguro de su poder Herodes les exigía a sus súbditos un segundo juramento de fidelidad, refrendado con una prueba de fidelidad al emperador. El sucesor designado, Antipatro, no
veía la hora de que su padre muriera, perpetró entonces un atentado con veneno contra él. Entonces se le hizo juicio, presidido por el gobernador de Siria Varo, que lo encontró culpable condenándolo a muerte. Ya moribundo, cinco días antes de su muerte, designó a su hijo Herodes Antipas, que había tenido con su quinta esposa, la samaritana Maltace; ordenó también que se ejecutara la condena a muerte de Antipatro, en cuanto llegó el permiso de Roma. Se le atribuye a Augusto el dicho: es mejor ser un cerdo que hijo de Herodes, el cual refleja el comportamiento despiadado de Herodes para con sus más cercanos familiares.
Después de la ejecución de Antipatro Herodes mandó otra vez cambiar su testamento: a Arquelao, hermano mayor de Herodes Antipas, lo designó heredero y rey de Judea, Idumea y Samaría;
A Herodes Antipas, tetrarca de Galilea y Perea, y a Filipo, que era hermanastro de Herodes Antipas, tetrarca de la región nororiente del reino. Herodes murió en su palacio de Jericó en el año 4
a.C. Arquelao le organizó un entierro suntuoso y lo sepultó en el castillo Herodiano cerca de Belén, como lo había ordenado su padre. En el 2007 los arqueólogos localizaron allí su tumba.
La investigación histórica ha cambiado favorablemente respecto al juicio que se tiene de Herodes, corrigiendo la historiografía judía y cristiana, que trasmitían un juicio negativo del monarca;
los primeros por su apertura al helenismo, los segundos por el influjo negativo de la leyenda de la
matanza de los inocentes.
Árbol genealógico de Herodes el Grande
de Doris
de Mariamna I
hija de Alejandro
de Mariamna II
Antipatro Alejandro Aristóbulo
Agripa I
de Cleopatra
Arquelao
Herodes
de Calcis
Herodías
de Maltace
Herodes Filipo I
Salomé
Herodes Antipas
Herodes Filipo II
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4. Época después de Herodes hasta la guerra judía (4 a.C. - 66 d.C)
4.1 Judea bajo Arquelao y la dominación de los gobernadores romanos
Herodes poseyó un reinado vinculado exclusivamente a su persona; es decir, cesó con su muerte. Augusto le había concedido el derecho de elegir sus sucesores, pero debían ser legitimados por
Roma. Entonces Arquelao se dirigió donde Augusto para que le fuera reconocido el título real.
Una delegación judía también fue pidiendo que Judea se incorporara a la provincia de Siria y fuera regida por su gobernador para que el pueblo pudiera vivir por las leyes de los antepasados. Esta delegación se presentó debido a que inmediatamente después de morir Herodes Arquelao reprimió brutalmente una rebelión apoyada por los fariseos en pascua, pues se negaba a enjuiciar a
los que habían provocado la ejecución de los maestros de la ley Judas y Matías, implicados en los
desórdenes por el águila de oro puesta en el portal del templo.
Mientras Arquelao estaba en Roma hubo desórdenes en Palestina: un administrador romano decomisaba los bienes de Herodes provocando al pueblo, la guarnición romana saqueaba el tesoro
del templo; en Séforis rebeldes comandados por Judas el Galileo, iniciador de los zelotas, asaltaron el depósito de armas promoviendo una rebelión armada; en Trasjordania un Simón, antiguo
esclavo de Herodes, se proclamó rey reduciendo a polvo y cenizas el palacio de Jericó antes de
ser decapitado por los romanos; en Emaús un pastor Atrogeno reunió a sus hermanos, como antaño los macabeos, y asaltó el depósito romano de armas y grano.
Estos desórdenes fueron controlados por Varo, que era gobernador de Siria, con dos legiones:
destruyó Séforis vendiendo a la esclavitud a sus habitantes, también destruyó Emaús; crucificó a
más de 2000 judíos. Por fin Augusto confirmó el testamento de Herodes: Arquelao, etnarca de
Judea, Samaría e Idumea, se le denegó provisionalmente el título de rey; Herodes Antipas, rey de
Galilea y Perea, Filipo, tetrarca del nororiente de Galilea.
Arquelao reconstruyó el palacio de Jericó y construyó un acueducto al norte de Jerusalén, no
obstante tenía mala fama; se casó con Glafira, viuda de su hermanastro Alejandro, que había sido
ejecutado por Herodes. Arquelao infringía así la ley de levirato, pues su hermano Alejandro había
tenido varios hijos. Depuso además arbitrariamente al sumo sacerdote Joazar en el año 4 a.C. En
el año 6 d.C. Augusto lo destituyó desterrándolo a Galia después de oír inculpaciones de una delegación de aristócratas judíos y samaritanos. Arquelao no estuvo a la altura de su cargo.
La tetrarquía de Judea, Samaría e Idumea fue convertida entonces en provincia romana, regida
directamente por Roma. Augusto había introducido el censo de las provincias recién fundadas
para estimar el número de contribuyentes y de sus bienes. El censo de la nueva provincia fue hecho por el gobernador Quirino; Lucas ubica el nacimiento de Jesús en épocas de este censo. Los
que se inclinan por su nacimiento al morir Herodes (año 4 a.C.), como lo retiene Mateo, le atribuyen a Lucas un error cronológico de 10 años.
La introducción del censo en Judea marca el comienzo del movimiento zelota que se le opuso; a
parte del aspecto de la carga económica que se sumaba al diezmo de los judíos, se convirtió en
símbolo de dominación romana. Intervino entonces el sumo sacerdote Joazar, que había sido depuesto por Arquelao, ayudando a apaciguar la oposición del pueblo.
4.2 Los zelotas
Junto con los fariseos, saduceos y esenios fue también una agrupación religiosa influyente en el
judaísmo fundada por Judas el Galileo; constituyó el partido impulsor del combate armado contra
la dominación romana; Josefo los cataloga de criminales usuales; posiblemente ellos mismos se
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hayan denominado zelotas (celosos), aunque Josefo reserva el término para separatistas de esta
agrupación en el contexto de la guerra judía.
Su idea central fue el celo por Dios y por la Ley en vista de la dominación romana; su modelo,
Pinjás (Nm 25); sicario pudo ser una denominación de las autoridades romanas para designar la
táctica de los zelotas consistente en matar con la daga a romanos o sus simpatizantes mezclándose entre la multitud; de esa forma fue asesinado el sumo sacerdote Jonatán.
Judas el Galileo debió ser el personaje ajusticiado 10 años antes en Séforis, que le había infiltrado motivación religiosa al movimiento.
Otra figura fundadora del movimiento fue el fariseo Sadoc. El zelotismo fue una ramificación
radical del fariseísmo que predicaba el único señorío de Dios, no aceptando el señorío del emperador, que consideraba inconciliable con la Tora. En época imperial por derecho Roma se hacía
dueña del suelo y de la tierra de los pueblos vencidos; esta cuestión era rechazada de plano por
Judas y Sadoc. La finalidad el movimiento era liberar al pueblo del yugo romano y purificar el
país de los trasgresores de la Ley; socialmente los zelotas tenían mucho apoyo en la población
campesina de Galilea que sufría bajo las circunstancias económicas.
El movimiento debió tener también motivación escatológica, pues el señorío único de Dios era
el primer paso de la redención de Israel del final de los tiempos; los zelotas creían que podían encausar esta acción salvadora de Dios y participar activamente en la imposición de su señorío.
Judas el Galileo fundó una dinastía; sus hijos, Simón y Jacob, fueron crucificados por el gobernador Tiberio Alejandro (46-48); al comienzo de la guerra judía su hermano Menajen entró en
Jerusalén con seguidores armados como rey mesiánico logrando controlar la ciudad, pero fue asesinado por otros levantados de los sacerdotes. Eleazar Ben Jair, un nieto de Judas, defendió Masada al final de la guerra contra el sitio romano, pero al verse vencido se quitó la vida con todos
sus hombres. Juan de Gishala y Simón bar Giora, con sus movimientos desunidos, causaron finalmente el hundimiento de Jerusalén, aunque ambos perseguían los mismos ideales zelotas.
Lc 6,15 menciona a Simón el zelota entre los discípulos de Jesús; Barrabás pudo ser un zelota;
según la tradición sinóptica Jesús no se confronta con los zelotas, más bien sus palabras de resistir al mal y del amor al enemigo (Mt 5,38-48) adquieren mucho sentido teniendo en cuenta el
odio entre zelotas y romanos.
La tetrarquía de Arquelao quedó bajo control romano. Poder de gobierno, judicial y financiero
quedó en manos del gobernador romano local, sujeto a la inspección del legado de Siria. Judea se
volvió dependiente de Siria, su gobernador tenía el título militar de Prefecto, era el jefe de la tropa romana, vivía en Cesaréa, sólo iba a Jerusalén para las grandes fiestas y residía en el pretorio
(Mc 15,16), que se encontraba probablemente en el palacio de Herodes. El pueblo judío estaba
exento del culto al emperador, pero en señal de lealtad se ofrecía en el templo dos veces al día
holocausto por el emperador y por la nación romana. El Sanedrín tenía a su cargo asuntos internos, se componía de 70 miembros, la mayoría de los cuales eran saduceos.
Con el tiempo el Sanedrín ganó importancia, se volvió máxima instancia de decisión de política
interna y órgano de administración judía. Mientras durante los asmoneos y Herodes la aristocracia del Sanedrín carecía de importancia y estaba sometida a la arbitrariedad, al hacerse Judea
provincia romana ganó en poder en el fuero de los problemas internos.
También la función del sumo sacerdote ganó importancia; no se limitó sólo al culto, sino que se
hizo máximo representante del pueblo judío. Pero era nombrado por el gobernador romano quien
guardaba en el castillo Antonia su ornamento y se lo concedía sólo para las grandes fiestas, procedimiento que ya era practicado por Herodes. El sumo sacerdote Joazar desagradó al pueblo por
su actitud favorable al censo; entonces Quirino nombró a Anás, quien detentó el cargo por 15
años; hasta la destrucción del templo casi todos los sumos sacerdotes provinieron de su familia.
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Después de que Quirino estableció el impuesto Coponio fue el primer gobernador de Judea. Los
gobernadores ejercían el cargo por tres años. Bajo el mandato de Coponio afloraron otra vez conflictos entre judíos y samaritanos que esparcieron por el templo restos humanos durante la pascua
para contaminarlo cultualmente.
El emperador Augusto fue sucedido por Tiberio (14-37), su hijo adoptivo. Tiberio dispuso que
el cargo de gobernador fuera ejercido por mayor tiempo. Así en Judea hubo dos gobernadores en
20 años: Valerio Grato (15-25) y Poncio Pilatos (25-36). De Valerio se sabe que nombró uno tras
otro tres sumos sacerdotes hasta encontrar un candidato adecuado que fue Caifás, yerno de Anás.
Poncio Pilatos es más conocido por Josefo y por el Nuevo Testamento. Al comienzo de su cargo relata Josefo el suceso de que hizo llevar un estandarte con la imagen de Tiberio a Jerusalén,
lo cual era una provocación para los judíos; sus antecesores eran considerados y empleaban estandartes sin imágenes; la tradición sinóptica transmite una masacre de judíos en Galilea (Lc
13,1) por motivos que se desconocen. El Nuevo Testamento lo presenta como gobernador benévolo que sentenció a muerte a Jesús contra su voluntad. Pero Pilatos es inexcusable, jurídicamente sólo él podía pronunciar el fallo; seguramente el Sanedrín lo interrogó por su crítica al templo,
pero luego lo envío al gobernador que debió pronunciar el fallo y hacerlo ejecutar.
4.3 Tetrarquías de Filipo y Herodes Antipas
Filipo fue tetrarca de una población siríaca y griega más bien abierta al orden romano. Filipo
amplió una ciudad cerca de las fuentes del Jordán dándole el nombre de Cesarea de Filipo, que
hizo capital de la tetrarquía; en la desembocadura del Jordán en el lago también hizo ampliar la
ciudad de Betsaida renombrándola como Julia, en honor a la hija del emperador Augusto. Filipo
no era rey ni estaba casado con Herodías, como dice Mc 6,17, sino con su hija Salomé; como no
tuvo hijos, después de su muerte en el año 34 el territorio fue anexado a la provincia de Siria. Pocos años después el emperador Calígula se lo otorgó al rey Agripa I.
Herodes Antipas rigió su tetrarquía más de cuatro décadas. El terrotorio abarcaba Galilea y Perea, al oriente del Jordán. Herodes reconstruyó la ciudad de Seforis, que habían destruido los romanos al reprimir el levantamiento de Judas el Galileo. De ella surgió entonces una ciudad helenista, donde debió hablarse griego; en el sitio se excavó un teatro para 4000 espectadores. La ciudad estaba a unos 8 km de Nazareth. Es imaginable que José y Jesús hubieran trabajado allí como
carpinteros, pues la tradición le atribuye a José ese oficio, que en su época era desempeñado por
familias bien situadas. En el año 19 Herodes Antipas fundó Tiberíades, que se convirtió en capital
de la tetrarquía. Al ser construida la ciudad se vio que el terreno había sido un cementerio, no
obstante Herodes Antipas prosiguió con la construcción. Como según Nm 19,16 todo contacto
con sepulcros contamina, por eso la ciudad era evitada por judíos observantes. También Tiberíades se destacó por ser ciudad helenista. Estas dos ciudades no se mencionan en el Nuevo Testamento.
A diferencia de Arquelao y Filipo Herodes Antipas es mencionado en el Nuevo Testamento;
fue gobernante de Juan Bautista y Jesús. Herodes Antipas había contraído matrimonio político
con la hija del rey Aretas para evitar conflictos limítrofes con los nabateos. Pero después se enamoró de Herodías, esposa de un hermano suyo también llamado Herodes, y le prometió matrimonio. Antes de que la repudiara, su legítima esposa huyó donde su padre. Este nuevo matrimonio le
acarreó severos problemas con los nabateos y perjudicó su imagen; Juan Bautista lo criticó por el
hecho, lo cual tenía repercusión política. Por eso fue arrestado y ajusticiado. La tradición sinóptica lega también la actitud crítica de Jesús respecto a Herodes Antipas, al que llama “un zorro”
(Lc 13,31).
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El final del gobierno de Herodes Antipas estuvo antecedido por su derrota al enfrentar a los nabateos a causa de territorios limítrofes; en la contienda también debieron tener importancia sentimientos de venganza de Aretas para con su yerno. El pueblo interpretó la derrota como castigo
de Dios por ajusticiar a Juan Bautista. Finalmente Herodías lo convenció de dirigirse a Roma para que le fuera concedida la dignidad de rey, en vista de que a su primo, Agripa I, el emperador
Calígula le había concedido el mismo honor y le había asignado la tetrarquía de Filipo, que había
muerto sin hijos. La petición se le volvió fatalidad, pues en el año 39 fue desterrado a Galia, a
donde lo siguió Herodías.
4.4 Bajo Calígula
El emperador Gayo, apodado por los soldados Calígula (botica, porque de niño iba junto a su
padre Germánico por el campamento), ejerció su cargo imperial del 37 al 41 de forma brutal, maniática; cometió incesto. Calígula había iniciado su principado con buenas perspectivas y buena
acogida; pero cambió cuando obligó a Gemelo, nieto de Tiberio, a suicidarse por ver amenazado
su trono. Entre sus medidas se cuenta la prominencia sacral que le dio a su dominio para legitimarse y para hacerse oír humillando a la aristocracia. Esta postura tuvo consecuencias en oriente;
entre los judíos condujo a conflictos por falta de tino político y desprecio del judaísmo.
El culto al emperador se practicaba en las ciudades por lealtad y con la esperanza de que Roma
lo retribuyera, también se instrumentalizaba como medio de rivalidad entre ciudades para propia
glorificación. El que los judíos de la diáspora se abstuvieran de este culto llevaba a tensiones con
las elites urbanas.
En el año 38 se dieron conflictos en Alejandría entre judíos y griegos. Los judíos buscaban
equidad social y anhelaban su propia administración política; esto iba contra la posición privilegiada de los griegos que veían amenazada su seguridad, su portavoz era el retórico Apión. Los
problemas afloraron cuando en el año 38 Agripa I, como rey, pasó por Alejandría al regresar de
Roma rumbo a la tetrarquía de Filipo. Ante el saludo frenético de los judíos reaccionaron los
griegos con burlas y profanación de la sinagoga; el gobernador romano Flaco, influenciado por
los griegos, obligó a los judíos a rendir culto al emperador; como se negaron, les retiró sus derechos declarando gueto el barrio judío donde vivían.
En el año 40 el judaísmo de Alejandría envío una delegación a Roma presidida por Filón para
reclamar sus derechos; pero tuvo poco éxito porque allí ya se encontraba un grupo de presión dirigido por Apión que desacreditaba a los judíos de Alejandría porque se negaban a rendir culto al
emperador. La situación se agravó cuando en Jamnia los judíos destruyeron un altar al emperador
construido por los griegos. Entonces Calígula ordenó a gobernador Petronio de Siria erigir un estandarte imperial en el templo de Jerusalén para exigir de los judíos prueba de lealtad. Una delegación judía logró detener a Petronio en Tolemais (Akko). Este gobernador le daba de largas al
asunto por los masivos desórdenes que podía causar, hasta que Calígula enfureció. Le mandó decir a Petronio que se suicidará; pero la noticia de que la guardia pretoriana había asesinado a Calígula le llegó a Petronio antes de que la carta con la orden de suicidio.
4.5 Política religiosa del emperador Claudio
Claudio (41-54) era sobrino de Tiberio y tío de Calígula; condujo los destinos del imperio con
energía y habilidad, consolidándolo.
El distintivo de su política religiosa fue la tolerancia de las religiones en el imperio mientras
permanecieran en sus costumbres tradicionales y no provocaran desórdenes. Se preocupó de restablecer la paz entre judíos y griegos en oriente. Según Josefo (Ant. 19,280-291) en un edicto de
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su primer año exhortó a las partes litigantes a la calma; este mismo tenor se repite en una carta a
los alejandrinos que exhorta a guardar la paz para con los judíos y a garantizarles el libre ejercicio
de su religión, y a los judíos les dispone que se den por satisfechos con los derechos que tienen
sin buscar más privilegios y que paren el flujo de migrantes judíos a Egipto; Claudio amenazaba
con combatir el judaísmo como enfermedad pandémica si desatendían su instrucción. Su política
de tolerancia tenía la finalidad de mantener la pax romana; su actitud favorable al judaísmo tenía
sus límites donde veía amenazada la paz política.
Dos medidas tomó Claudio respecto a los judíos en Roma. En relación con los hechos del 41
informa Dio Casio (155-235, historiador romano que publicó una historia de Roma en 80 libros)
de una medida del emperador que les mandaba a los judíos de Roma guardar su modo de vida
tradicional y les prohibía temporalmente reunirse para la liturgia; por causas desconocidas había
desórdenes entre ellos; no es de excluirse que ya en esa época hubiese confrontaciones con quienes predicaban a Jesús como Mesías. En el 49 hubo otra medida muy probablemente por la misma causa. Según Suetonio (70-122, historiador romano) el emperador expulsó a los judíos de
Roma en el 49 “que incansables provocaban tumultos con Cresto como alborotador”. El “Cresto”
al que alude Suetonio pudo ser Cristo, de quien pensaba que era un cabecilla judío que vivía en
Roma. Tácito (58-120, orador romano) llama crestianos a los cristianos. Probablemente se trataba
de conflictos entre judíos y judeocristianos por el mesianismo de Jesús, quizá estos últimos hayan
sido acusados de alborotadores ante la autoridad. La expulsión debió relacionarse sólo con ellos,
entre quienes pudieron estar Aquila y Priscila, quienes debieron emigrar a Corinto, donde se encontraron con Pablo. Esta medida debió ser suprimida en el 54 cuando Claudio murió envenenado por su esposa Agripina; pocos años después, cuando Pablo llegó a Roma se encontraban de
nuevo allí Aquila y Priscila (Rom 16,3).
Bajo Claudio y la política de tolerancia impuesta por él los cristianos debieron ser un peso para
las comunidades judías, pues inicialmente se movían en el espacio de la sinagoga, sin distinguirse
claramente del judaísmo; con su apertura a los paganos, sin la observancia de las tradiciones judías, el cristianismo ocasionaba desequilibrios que podían conducir a la intervención de la autoridad.
4.6 Reinado del rey Agripa I (41-44)
Agripa fue un descendiente de Aristóbulo. Creció en Roma y se movió en círculos aristócratas;
vivía más allá de sus posibilidades económicas; fue amigo de juventud del hijo de Tiberio y de
también de Claudio. Desesperado por sus deudas casi pone fin a su vida. Estuvo en Palestina entrando en desacuerdo con Herodes Antipas, que se había vuelto a casar con su hermana Herodías.
Regresó a Roma en el 35, se ganó la confianza de Calígula, a quien le deseo el título de emperador; al enterarse Tiberio lo acusó de conspiración y lo metió a la cárcel. Pero al morir Tiberio y al
ser intronisado Calígula comenzó su carrera política. Agripa fue nombrado rey de la tetrarquía de
Filipo. En el año 39 también se le adjudicó la de Agripa, que había sido desterrado a Galia.
Al ser hecho emperador Claudio creció su territorio de dominio. Agripa había intervenido en el
Senado para que Claudio fuera nombrado emperador. En recompensa Claudio le adjudicó también la tetrarquía de Arquelao. Amistad de juventud y agradecimiento jugaron un papel importante, pero también la apreciación de la capacidad política que Claudio veía en Agripa para defender
los intereses romanos y para apaciguar los problemas de la diáspora judía. Fue el último rey que
gobernó un territorio tan vasto como el que había tenido su abuelo Herodes. Por su ascendencia
asmonea gozaba de gran simpatía en el pueblo.
Agripa buscaba autonomía; en este contexto le retiró interrumpió la línea de la familia de Anás,
de la cual salía el sumo sacerdote. Nombró un sumo sacerdote de la familia Boeto, cuya línea ha-
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bía detentado el cargo por más de 20 años bajo Herodes el Grande; con este nombramiento se distanciaba de la praxis romana que recurría a la familia de Anás.
No obstante su espacio de acción fue reducido. Debió interrumpir la construcción de una segunda muralla en Jerusalén por oposición de Claudio. También se le prohibieron sus relaciones
con otros dominadores dependientes de Roma. Pero supo defender los intereses de los judíos, ante todo en relación con los estandartes públicos del emperador.
Externamente dio una imagen de apertura al helenismo, internamente favoreció la piedad de la
Ley y el culto del templo. Depositó en el tesoro del templo una cadena de oro que le regalara Calígula para que recordara que había estado encadenado por Tiberio. Favoreció a los fariseos; los
saduceos también cobraron nueva importancia bajo su mandato. En cambio persiguió la comunidad cristiana de Jerusalén, hizo ejecutar a Santiago el Zebedeo y encarceló a Pedro.
Estas medidas bien pudieron deberse a la política religiosa de Claudio que esperaba que los judíos vivieran en paz según sus costumbres; la comunidad de Jerusalén, que comenzaba a llamar
la atención por su actitud de libertad frente a la ley ritual y al culto del templo, pudo haber disgustado al rey que, para preservar el orden, pudo haber procedido contra Santiago y Pedro. No se
sabe nada de la posición teológica de Santiago el Zebedeo, que fue martirizado; Pedro debió ser
encarcelado y luego debió huir saliendo de Jerusalén (Hch 12,17). Entonces Santiago el hermano
del Señor, fiel a la Ley, asumió la dirección de la comunidad.
Agripa murió sorpresivamente en el año 44 en Cesarea. Debido a que favoreció la Torá y el
templo legó una imagen positiva en Josefo y en la tradición rabínica; su imagen, en cambio, fue
negativa en el cristianismo por la persecución de la comunidad de Jerusalén, imagen que no hace
del todo justicia a sus méritos como último rey de un vasto territorio, comparable a los de Herodes y David.
4.7 Desde la muerte de Agripa hasta las vísperas de la guerra
Marco Julio Agripa II, hijo de Agripa I, tenía 17 años y permanecía en Roma preparándose para
su tarea. La edad de Agripa II y el deseo de convertir los reinados vasallos en provincias llevó a
Claudio a hacer de todo el vasto territorio una provincia, incluida Galilea, cuna de los zelotas.
Como era costumbre, los romanos quisieron custodiar otra vez el ornamento del sumo sacerdote
en el castillo Antonia; pero la oposición judía llevó incluso una delegación a Roma que, apoyada
por Agripa II, logró impedirlo; la autoridad sobre el templo y el derecho de nombrar sumo sacerdote se le confió a Herodes de Calcis, hermano mayor de Agripa I. Los gobernadores seguían viniendo de la caballería, pero ya no eran prefectos, sino procuradores.
La reducción del territorio a provincia despertó el odio contra los romanos, además el cuidado
administrativo empeoró y los procuradores tenían cada vez menos tacto respecto a los sentimientos religiosos y nacionales; por otra parte su período administrativo de sólo 2 años desfavorecía la
consolidación de relaciones. Como consecuencia del descontento aumentaron mucho los zelotas
y la situación escalaba. El gobernador de la nueva provincia fue Fado (44-46); en su época apareció Teudas, un profeta zelota, que congregó una multitud anunciando el prodigio de dividir el
Jordán; pero Teudas acabó decapitado por los romanos. Estos profetas actuaban respondiendo a
la expectativa de muchos que esperaban la irrupción de Dios y la liberación del dominio romano
al cumplirse los signos anunciados por tales profetas.
El siguiente procurador fue Tiberio Alexander (46-48), judío, sobrino de Filón de Alejandría,
hombre de gran talento; pero se había alejado tanto de sus raíces judías que más bien era considerado desertor y traidor; bajo su gobierno fueron crucificados Santiago y Simón, dos hijos de Judas el Galileo, que habían seguido tras las huellas de su padre. Por esta época se produjo también
una gran escasez de grano por malas cosechas en Egipto, que también abastecía a Palestina. Hubo
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pues una hambruna. Esta situación podría explicar la petición de la colecta por parte de la comunidad de Jerusalén a Pablo y Bernabé (Gal 2,20).
Bajo Cumano, procurador del 48 al 52 hubo varios incidentes: durante pascua uno de los soldados de guardia en el atrio de los gentiles se desnudó provocando con ello desórdenes en los que
murieron miles de personas. Al castigar a unos rebeldes que habían atacado por el campo a un
oficial un soldado romano destruyó un rollo de la Torá en gesto de burla; pues Cumano sólo logró
apaciguar a la población exasperada haciendo decapitar al soldado. Peregrinos galileos de camino
a Jerusalén fueron asaltados y muertos en Samaría; entonces varios pueblos samaritanos fueron
incendiados y sus habitantes masacrados por los zelotas. Cumano ya no lograba controlar la situación, por lo cual intervino el gobernador Cuadrado de Siria, que ajustició a los cabecillas zelotas y asumió el control de la provincia.
Del 52 al 60 asumió el gobierno Felix, un esclavo liberado. Claudio lo nombró aconsejado por
el sumo sacerdote Jonatán. Pero resultó cruel y arbitrario. Los profetas anunciadores de signos,
que traerían el cambio salvador del final de los tiempos, alcanzaron nueva popularidad. Así un
judío de la diáspora egipcia, consciente de su envío profético, convocó una multitud de 30 mil
personas desde el desierto rumbo al Monte de los Olivos para presenciar la caída de las murallas
de Jerusalén a su orden, pero ni la dispersión de la multitud ni la crucifixión de numerosos rebeldes apaciguaron la situación; más bien la popularidad de los zelotas aumentó en la población. Los
sicarios comenzaron a operar; entre sus víctimas está el sumo sacerdote Jonatán por su estrecha
relación con Roma.
En el año 53 Claudio puso a Agripa II al frente de la tetrarquía que antes había tenido Filipo;
por el matrimonio de su hermana Drusila con el gobernador Felix consolidó Agripa II sus relaciones con Roma.
Al final del gobierno de Felix tuvo lugar el viaje de Pablo a Jerusalén a entregar la colecta; Pablo parecía contar con una situación adversa y con el rechazo de la colecta (Rom 15,30s); su
arresto en Jerusalén, según Hch 21,28-29, se debió al rumor de que Pablo había llevado al atrio
interior del templo al judeocristiano Trófimo, al cual se prohibía entrar a los paganos bajo pena
de muerte. Un tumulto ocasionado por este causa terminó en el arresto de Pablo, que fue conducido a Cesarea, donde residía Felix, quien no le resolvía la situación; bajo el gobernador siguiente
(Festo, del 60 al 62) apeló Pablo al juzgado imperial en Roma, a donde fue conducido.
Festo murió en el 62 repentinamente. No había llegado el nuevo gobernador Abilino (62-64);
entonces el sumo sacerdote Ananías aprovecho la oportunidad para hacer ejecutar a Santiago, el
hermano del Señor. Probablemente círculos fariseos protestaron por el hecho ante Agripa II y ante Abilino, por lo cual Ananías fue depuesto; sin embargo, este Ananías jugó un papel importante
en la guerra judía. El último gobernador romano antes de la guerra fue Gesio Floro (64-66) al que
Josefo califica de terrible, duro de corazón y de ambición insaciable.
4.8 Nerón y la persecución de los cristianos en Roma
Nerón era hijo de Agripina, quien se casó con Claudio logrando que le adoptara a su hijo. Cinco
años después murió Claudio, presuntamente envenenado por Agripina para asegurarle el trono a
su hijo. Agripina logró que el Senado le concediera el principado a su hijo. La imagen inicial
transmitida por Nerón fue bastante positiva; se hizo negativa con el asesinato político de la familia: mandó ejecutar a Britanico, hijo de Claudio, a su madre Agripina y, más tarde, a su esposa
Octavia. Se dedicó al arte antes que a la política, sin responder a las expectativas del Senado y del
pueblo.
La política de tolerancia religiosa establecida por Claudio continuó vigente; no obstante, en
época de Nerón el cristianismo, a diferencia del judaísmo, todavía no era religión lícita, por lo
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cual ocasionalmente sufría la intrusión tanto de grupos judíos y locales, como también medidas
de presión de las autoridades. El cristianismo se consideraba agrupación capaz de causar desórdenes porque se guiaba por sus propios principios religiosos y sociales, haciendo caso omiso del
culto al emperador; a los cristianos se les tenía por seguidores de Jesucristo, un amotinador político ajusticiado en la cruz.
Nerón se asocia con el incendió de Roma, que arrasó vastas zonas de la cuidad en el año 64. No
hay indicios de que Nerón mismo lo hubiera hecho; pero parece haberse difundido el rumor de
que él lo había hecho para fundar una nueva Roma; ante este rumor Nerón culpó a los cristianos
de Roma de haber incendiado la ciudad. Hubo pues medidas severas contra los cristianos de Roma no por su religión, sino por la sospecha de haber incendiado la ciudad; su mala imagen en la
opinión pública de ser una asociación de malhechores opuestos al estado facilitó la injusta inculpación; además, según Tácito, algunos cristianos se declararon culpables. Las bestiales ejecuciones públicas de los cristianos, según el mismo Tácito, provocaron en la población más sentimientos de compasión que de saciedad de venganza.
Según la tradición entre las víctimas de la persecución está Pedro; sobre su presunta tumba se
edificó la basílica de san Pedro. La persecución de Nerón fue local; es incomprobable que Nerón
hubiera expedido una ley contra los cristianos que rigiera en todo el imperio; no obstante las medidas en Roma contra los cristianos contribuyeron a agravar los prejuicios contra los cristianos en
el resto del imperio.
La impopularidad de Nerón creció, aumentada por el alto costo del grano para la población; finalmente la guardia pretoriana le negó su apoyo; en el 68 fue declarado enemigo del bien común
por el Senado; entonces Nerón se suicidó. Rumores de que antes de su muerte buscó huir hacia el
rey de los partos alimentaron la leyenda de que no había muerto y de que volvería de oriente. Nerón se conoce en la historiografía romana por su violencia, despilfarro y pedantería. La percusión
de los cristianos marcó su imagen entre los escritores cristianos.
Nerón tuvo relevancia en la apocalíptica judía (el Cuarto y Quinto escrito sibilino de finales del
siglo I) y cristiana (en el Apocalipsis).
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