Consumo crónico de benzodiazepinas y riesgo de deterioro

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Consumo crónico de benzodiazepinas y riesgo de deterioro cognitivo
en el anciano
Long Term Benzodiazepines Use and Cognitive Decline in the Elderly:The Epidemiology of Vascular Aging Study. Paterniti, Sabrina
MD, Dufouil y col.Journal of Clinical Psychopharmacology.2002 Jun; 22:285-293.
Objetivo
Evaluar si el consumo crónico de benzodiazepinas se asocia con un
incremento en la velocidad de deterioro cognitivo en la ancianidad.
Diseño
Estudio poblacional de cohorte prospectivo con seguimiento a 2 y
4 años.
Lugar
Ciudad de Nantes, Francia.
Participantes
1.389 voluntarios entre 60 y 70 años.Se excluyeron aquellos que
h u b i e ran permanecido por tiempo prolongado en instituciones
geriátricas.
Evaluación de factores de riesgo
Datos sobre nivel educacional (años de escolaridad), ocupación,
hábitos personales (tabaquismo, consumo de alcohol) y medicamentos fueron recabados a través de entrevistas personales. Se
utilizaron el CES-D (versión francesa de la escala de depresión del
centro de estudio epidemiológico) y el tratado de Spielberger para
evaluar síntomas de depresión y ansiedad respectivamente.
Enfermedad coronaria, hipertensión, diabetes y dislipemia fueron
considerados potenciales confundidores.
Medición de resultados principales
Los participantes fueron clasificados como no consumidores, consumidores esporádicos, recurrentes o crónicos de benzodiazepinas
según reportaran su uso en una, dos o tres de las evaluaciones
realizadas.
El Mini Mental Test se utilizó para evaluar estado cognitivo
g l o b a l ; El Trail Making Test, parte B (TMT-B) atención visual y
velocidad de ejecución motriz; el Digit Symbol Substitution (DSS)
razonamiento lógico, velocidad psicomotriz y atención; Auditory
Verbal Learning Test (AVLT) memoria verbal y el Finger Tapping
Test (FTT) velocidad de ejecución psicomotriz.
Resultados principales
Los participantes que consumían crónicamente benzodiazepinas
presentaron un incremento significativo del riesgo en el deterioro
cognitivo, evaluado a través del Mini Mental Test: odds ratio (OR)
[95% de intervalo de confianza (CI)]=1.9 [1.0-3.5]; DSS: OR [95%
CI]=2.7 [1.6-4.7]; TMT-B: OR [95% CI]=2.1 [1.2-3.7].
Si bien los consumidores esporádicos y recurrentes presentaban
scores más bajos que los no consumidores, esta diferencia no fue
estadísticamente significativa. Los resultados fueron independientes de la edad, sexo, nivel educacional, consumo de tabaco,
alcohol y otras drogas psicotrópicas, ansiedad y depresión.
Conclusión
El consumo crónico de benzo d i a zepinas aumenta el riesgo de
deterioro cognitivo progresivo en la ancianidad.
Fuente de Financiamiento: no ref erida.
Comentario
Desde la aparición de la drogas tranquilizantes a mediados de la
década del 50, las mismas se han convertido en una herramienta
ampliamente utilizada en la práctica asistencial. De hecho,
estadísticas recabadas en EEUU muestran que las benzodiazepinas
representan aproximadamente el 17% del total de drogas
prescriptas por año y que 85% de los sujetos que las consumen
jamás han visitado a un psiquiatra en sus vidas.
Esto ha generado sin duda un problema de salud y un motivo de
preocupación general que lo ha llevado al ámbito de la inve s t igación. Numerosos estudios se han realizado a fin de documentar los efectos adversos de las benzodiazepinas sobre la atención,
memoria y performance psicomotriz. Muchos de ellos con errores
metodológicos que limitaron sus alcances.
El estudio EVA con una cohorte poblacional numerosa seguida
longitudinalmente sustenta sus resultados, con poder estadístico,
sobre la base de dos de los cinco test utilizados (DSS y TMT-B).
El hecho de haber seleccionado una cohorte con características
educacionales y socioeconómicas superior a la media de la
población general, excluyendo posteriormente en un sub-análisis
aquellos con puntaje menor a 24 en el Mini Mental Test, fortalece
los hallazgos, intentado eliminar el sesgo de una mu e s t ra con
probabilidades de alojar sujetos con demencia. Si bien alcanzar
dicha certeza, resulta imposible.
Vale destacar ciertas limitaciones metodológicas, algunas
Dra. Cecilia Maria Irurzun
comentadas por los autores en la discusión. La primera es que
existe evidencia sobre efectos colaterales de las benzodiazepinas
en relación a la dosis administrada y su vida media. Este estudio
no cuenta con información sobre este tipo de datos.
En segundo lugar no hay una medida objetiva para medir la
exposición, como los niveles plasmáticos de la droga;tampoco del
tiempo transcurrido entre la toma de la misma y la ejecución del
test cognitivo, por lo cual resulta difícil concluir si los resultados se
deben a la asociación entre dicho deterioro y el consumo crónico
o a un efecto secundario agudo de la droga.
Si bien se identificaron algunos factores de riesgo como potenciales confundidores, otros como historia psicopatológica (se
desconoce por ej. si las benzodiazepinas fueron prescriptas por
algún trastorno específico de ansiedad) y otras comorbilidades no
fueron tomadas en cuenta en el análisis.
Conclusión del comentador:
Por todo lo expuesto, se podría
concluir que si bien los individuos que consumen crónicamente
benzodiazepinas presentan más riesgo de sufrir deterioro cognitivo progresivo que los no consumidores, el siguiente trabajo no es
contundente en cuanto a determinar asociación causal, siendo sin
embargo sus hallazgos, un paso más en el camino de la investigación en este terreno.
[ Fellow de clínica médica, Centro Medicus ]
Bibliografía
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EVIDENCIA en la Práctica Ambulatoria
volumen 6 nro 2
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