Aumento Mamario ¿Implantes redondos o anatómicos? En los últimos años el concepto de la cirugía de aumento mamario ha ido cambiando, ya no se trata de dejar un pecho grande sino de conseguir un pecho bonito. No es ya el volumen sino las proporciones. En estos momentos disponemos de una gran variedad de implantes, con forma redonda o anatómica, diferentes perfiles o proyecciones, envoltura lisa o rugosa, con relleno salino o gel de silicona, gel de silicona de baja, media o alta cohesividad, con doble gel, con cobertura de poliuretano….sí, disponemos de tanta variedad que más que nunca es posible planificar un aumento a medida para cada paciente. Los primeros implantes de silicona se comenzaron a utilizar en los años 60, en esa época eran redondos, de cobertura lisa y con un gel de silicona líquido. Como sabéis, la cirugía y los implantes han evolucionado muchísimo. Llegaron los implantes de envoltura rugosa y los geles cohesivos, mucho más seguros, al tiempo que los fabricantes nos iban ofreciendo gamas más amplias con diferentes proyecciones y grados de rugosidad en su superficie. Y hace unos 12 años aparecieron los primeros implantes anatómicos, pensados en principio para la reconstrucción mamaria, que pretendían simular una forma lo más parecida posible a la mama normal, dado que en estos casos la prótesis constituiría todo el contenido mamario. Quedaban tan bonitos y tan naturales que, lógicamente, enseguida pasaron a usarse en mamas tuberosas, en asimetrías y, claro está, en aumentos de mamas normales. Las prótesis anatómicas contienen un gel de silicona de alta cohesividad (algunas redondas también lo poseen, pero no queda demasiado natural en éstas) y una firme envoltura, pues son implantes con forma estable. Con su forma en gota o en lágrima imitan la forma de una mama normal, que muestra un polo superior menos lleno, que cae recto hasta el pezón, siendo la areola y pezón el punto más proyectado de la mama; la zona más llena de la mama son los polos inferiores, donde cae la glándula de forma natural, más cuanto más voluminosa sea. Así es un implante anatómico. Por otra parte, y si seguimos estudiando la forma de un pecho natural, vemos que éste no es redondo, ni en perfil como decíamos arriba ni en su base. Una mujer alta y delgada tendrá una mama más alta que ancha, una mujer bajita y ancha en cambio tiene una mama con más anchura que altura. Como es lógico, tórax tan distintos no pueden tratarse con prótesis del mismo tipo. Los catálogos de prótesis anatómicas muestran implantes para los tres tipos, cortos y anchos, altos y estrechos, o casi tan altos como anchos. No tenemos el pecho redondo, y si buscamos naturalidad y armonía debemos utilizar implantes que se correspondan a nuestro tórax y hábito corporal. Tenemos los materiales para el vestido a medida, usémoslos. Por último, disponemos, para cada modelo o base del implante, de diferentes perfiles o proyecciones, baja, moderada, alta, incluso extraalta.. con el fin de adaptarnos a las diferentes formas de la caja torácica o de la mama, y por supuesto a los deseos de la paciente, pues ya que si la altura y anchura del implante los decide el cirujano en función de sus mediciones, sí que pediremos opinión a la paciente al decidir la proyección, ¿aumento moderado y discreto?, ¿aumento más visible pero siempre natural? , ¿lo máximo que sea posible dadas las dimensiones de mi tórax y la calidad de mi piel ? ¡esto va por mis pacientes veinteañeras! Jugando con las proyecciones podemos conseguir aunar nuestro deseo de armonía con los de la paciente. Es evidente mi preferencia por las prótesis anatómicas, pero opino que un cirujano plástico no debe ser categórico ni rígido, por supuesto que también uso prótesis redondas aunque en un porcentaje muy inferior. Pienso que las prótesis anatómicas son imprescindibles en los siguientes casos: Mamas tuberosas. Por su forma precisan una prótesis firme y con forma estable (gel de alta cohesividad) que moldee esta mama, con una distribución del gel que rellene poco el polo superior (que ya tienen demasiado lleno), una gran proyección para la areola y muy llenas en los polos inferiores, que suelen ser muy deficitarios. Mamas con hipoplasia moderada a severa. La forma la dará la prótesis, por lo que es crucial que el implante tenga forma de mama. Anomalías torácicas tipo tórax en quilla, cifoescoliosis, asimetrías…. la gran variedad de implantes nos permiten adaptarnos al máximo a las particularidades de estos tórax, usando diferentes alturas, anchuras y proyecciones. Ptosis leves. Estas prótesis rellenan mejor estos tejidos y consiguen un mejor posicionamiento de las areolas sin precisar una pexia. En cuanto a las prótesis redondas, considero que éstas serían sus indicaciones: Mamas con volumen y discreta pseudoptosis, es decir, déficit del polo superior al deslizare la glándula al polo inferior. Típico tras lactancias o en mamas con cierto volumen. Si no hay descenso de las areolas y la paciente desea sobre todo recuperar el volumen en polo superior, las prótesis redondas son perfectas aquí. Mamas con forma normal e hipoplasia leve, en que la paciente desea un polo superior convexo, bien lleno y con escote bien marcado. Aunque tal vez sea menos natural podemos lograr resultados muy bonitos en estos casos usando prótesis redondas. Y, ¿Por qué hay cirujanos que no usan nunca prótesis anatómicas? Hay varias razones Los implantes anatómicos son más caros… no es el caso si se buscan presupuestos bajos, nunca se ofrecerán en ninguna oferta… Son más difíciles de planificar y elegir. Precisan un estudio y evaluación muy detenidos, no es volumen lo que calculamos, es anchura, altura, proyección, para adaptarnos a las proporciones corporales…… nada que se pueda hacer en una consulta express de 20 minutos ” sólo informativa”.. Técnica más difícil. Tienen una curva de aprendizaje mayor, el bolsillo debe planificarse y realizarse con gran precisión pues no admite correcciones. Es fundamental dejarlos bien posicionados y en un espacio muy ajustado y calculado con exactitud para evitar rotaciones del implante. Postoperatorio más estricto. Estos implantes deben inmovilizarse y cuidarse más tiempo, para evitar algún giro que supondría un cambio en la forma. La información y el control postoperatorio estricto aquí son fundamentales. En resumen, el concepto de la cirugía de aumento mamario ha cambiado mucho en los últimos años: desde sus comienzos en los años sesenta hasta hace unos 10 años el objetivo era el volumen, se buscaba un pecho grande ( por cierto, y hasta hace poco, cada vez más y más grande!). En cambio, ahora cada vez más buscamos la naturalidad, la armonía, no queremos ya aumentar sin más, queremos remodelar, no es ya un pecho grande sino un pecho bonito, que se adapte a las proporciones de cada mujer. Hagámoslo bien, pacientes y cirujanos. Fuente: Dra Martínez Lara