“Sé que no puedo salvar el mundo, pero sí lograr pequeños

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“Sé que no puedo salvar el mundo, pero sí lograr pequeños cambios”: Coordinadora del Programa de
Intercambio de Delegados de la Cruz Roja de Juventud de Noruega.
El espíritu voluntario no tiene límites
Lotte
Katborg
Madsen tiene 31
años y empezó en
el 2009 en la Cruz
Roja, en su cargo
actual, y antes de
eso
vivió
en
Dinamarca donde
hizo
trabajo
voluntario
internacional
en
comunidades
de
África y el Medio
Oriente.
Para nadie es un
secreto que la Cruz
Roja
es
la
Organización Humanitaria por excelencia en el mundo, su gestión a veces traspasa los límites con la
comunidad y el amor por ese gran trabajo, y en gran parte, es por la labor que cumplen los voluntarios de
la institución. En Colombia hay en la actualidad 42 mil voluntarios y cerca de mil empleados que están
distribuidos en las 32 Seccionales, quienes ejercen labores humanitarias en todo el territorio nacional.
Según el último estudio realizado por la firma Napoleón Franco en el 2010, el índice de reconocimiento de
la Institución se mantiene en el 97%.
Eso demuestra que cada la labor voluntaria es más que un compromiso, algo que no tiene fronteras, como
en Noruega, donde hay aproximadamente 35 mil voluntarios y 130 mil miembros pagos en la Cruz Roja de
ese país. La Organización cuenta con el 90 por ciento de reconocimiento por parte de su sociedad.
“La Cruz Roja es una organización muy importante en Noruega. Todos nos sentimos orgullosos de ser
parte de la Institución. Nosotros hacemos sondeos de opinión de diferentes organizaciones humanitarias
donde se mide qué tanta confianza tiene la sociedad en las organizaciones humanitarias y los logros que
estas se han propuesto, y la Cruz Roja siempre está en los primeros lugares”, consideró Lotte Katborg,
coordinadora del Programa de Intercambio de Delegados de la Cruz Roja de Juventud de Noruega.
Lotte es la coordinadora del Programa en la Cruz Roja Noruega, en el que los voluntarios de ese país
viajan a otras partes del mundo para intercambiar conocimientos y experiencias con sus homólogos de
Sociedades Nacionales como: Colombia, Zimbawe y Nepal.
María Alejandra Urdaneta Yepes/Prensa Cruz Roja Colombiana
Los voluntarios que participan en el Programa deben estar los 21 y los 28 años y tener experiencia previa
en la Cruz Roja de al menos un año, si son de otras instituciones voluntarias, de por lo menos tres años de
experiencia. Se quedan por nueve meses y tienen un tiempo de entrenamiento en su Sociedad Nacional,
luego son elegidos para convertirse en delgados de Juventud. Ahí es cuando hacen un curso preparatorio
de tres semanas y después hacen el viaje al país correspondiente.
“Ahora en septiembre, voluntarios noruegos vendrán a Bucaramanga. Ellos usarán las redes sociales y
bloggearán. La idea con todo esto es darle visibilidad al voluntariado a nivel mundial, y al mismo tiempo los
voluntarios de la Cruz Roja Colombiana que vayan a Noruega y se queden en el Distrito, también estarán
bloggeando”, contó la coordinadora del Programa en la Cruz Roja Noruega.
Añadió que es importante, para el voluntariado, mostrar historias a la sociedad, porque si no se visibilizan
las acciones de la Cruz Roja, la gente no sabrá nunca de lo que se está perdiendo porque no hacen parte
de la Institución. “Si no lo mostramos, es difícil para la gente notarlo y entusiasmarse con hacer parte activa
del voluntariado”, dijo.
Desde Noruega para Colombia
En Noruega el 48% de la población realiza algún tipo de voluntariado, que a la hora de calcularlo en horas
de trabajo, la cifra es muy difícil de medir. “En Noruega el voluntariado es una contribución especial para
que la gente no se sienta sola, que los inmigrantes que van al país, se sientan bienvenidos y es ahí donde
este juega un papel importante. También se destaca la inserción y rescate, así como de lograr la inclusión
social y la cohesión en la sociedad, como veo que también sucede en Colombia”, dijo Katborg.
Los voluntarios de intercambio siempre son bienvenidos en en cualquier país, pero es interesante ver como
los colombianos son reconocidos por su nuevas propuestas, ideas y sobre todo porque tienen mucha
energía. “Estoy esperando con ansias que voluntarios de Noruega vengan a Colombia y viceversa, porque
sé por experiencias anteriores que ellos han ayudado mucho”, sostuvo Lotte.
Más voluntarios
Existen varias tácticas para fomentar la vinculación de nuevos voluntarios a la Sociedad Nacional Noruega
y la coordinadora del programa compartió las suyas: “en el grupo de juventud, hacemos campañas de
reclutamiento en escuelas y actividades en las que los voluntarios puedan venir, contribuir y sentir que son
parte de hacer la diferencia y ayudar a alguien. Creo que eso es importante para la Cruz Roja, que los
voluntarios y la gente se acerque y quiera hacer parte de la Institución y del Movimiento. La cuestión es
ayudar al otro”.
El voluntariado se hace atractivo al público dependiendo de la actividad. Para algunos grupos funciona el
“voz a voz”, porque cuando alguien ha vivido la experiencia de ser voluntario y la comparte con sus
conocidos, varios se animan a participar en lo mismo.
“Hay otras actividades que hacemos que consisten en que los niños van a la institución y los voluntarios les
ayudan a hacer sus tareas para el colegio. Otras veces vamos a los colegios y hacemos campañas de
María Alejandra Urdaneta Yepes/Prensa Cruz Roja Colombiana
diseminación, y esta es también una forma de mostrar que la Cruz Roja existe y que hay diferentes
actividades en las que la gente puede participar.”
Adicionalmente, las herramientas como Facebook y Twitter se han hecho fundamentales en la tarea de
visibilización, porque son muy útiles y se han convertido en una forma fácil de hacer presencia en la web y
en la vida real.
Su vida en la Cruz
Roja
La gran motivación de
Lotte para iniciar su
vida voluntaria fue la
recompensa
humanitaria que había
detrás de su labor. “Es
difícil encontrar un
trabajo luego de cinco
años de universidad y
aún más cuando no se
tiene experiencia, sin
embargo
el
ser
voluntario me la dio te
da la experiencia que
se necesita para conseguir los buenos trabajos. Ahora estoy muy feliz de estar en la Cruz Roja Noruega,
pero eso lo alcance por mi trabajo como voluntaria porque no estuve solo en mis libros, sino me quede
afuera donde experimente lo que es trabajar en terreno.”
Es voluntaria de la organización internacional Save the Children, aunque le encantaría pertenecer a la Cruz
Roja, porque su interés en el voluntariado ha sido constante y desde niña vio que su madre se caracteriza
por ser muy social, y quien además desarrolla actividades para ayudar a la comunidad y personas en
condición de discapacidad intelectual.
Por su trabajo, va de país en país divulgando los proyectos de la Cruz Roja Noruega, y confesó que
Colombia la enamoró, haciendo un énfasis en el proyecto Panica. “Aunque en Noruega tenemos
programas similares y he visto cosas parecidas en Uganda y en Líbano, no son lo mismo, son diferentes,
pero sí sirven para hacer que la juventud y los niños tengan un espacio de crecimiento y para que
incrementen su confianza y sean más reconocidos en la comunidad. Si tú les das la oportunidad, ves que
pueden crecer y pienso que el proyecto Panica es muy bonito”, dijo.
Ahora, lo que quiere es continuar en la Cruz Roja porque ama la labor humanitaria cosa que nunca dejará.
“Hay mucho para hacer en Noruega, a pesar de que es un país fuerte, con una economía sostenible,
tenemos retos humanitarios, en los que necesitamos concentrarnos. Siempre hay algo por hacer y estoy
muy orgullosa de sentir que hago la diferencia. Sé que no puedo salvar el mundo, pero sí lograr pequeños
cambios.”
María Alejandra Urdaneta Yepes/Prensa Cruz Roja Colombiana
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