cistitis | rx Cistitis Vejiga en aprietos Nada más común en la consulta de un urólogo que un caso de cistitis, la infección de las vías urinarias inferiores más frecuente. Se trata de una inflamación de la vejiga causada, en la mayoría de los pacientes, por gérmenes provenientes del sistema digestivo. Los registros indican que más del 85% de los casos son provocados por Escherichia coli, una bacteria que se encuentra en el tracto gastrointestinal inferior. Los síntomas de la cistitis causan malestar e incomodidad porque son de carácter irritativo: aumento de la frecuencia urinaria, urgencia del deseo mic- Es una condición tan común que se calcula que toda mujer adulta la ha sufrido al menos una vez en su vida. Generalmente de origen bacteriano, es de fácil prevención y tratamiento. El malestar y la incomodidad se revierten siguiendo las indicaciones del especialista / Lucylde González R. cional, incremento de la frecuencia urinaria durante las noches (nocturia), ardor al orinar (disuria) y, en algunos casos, dolor intenso durante la micción. La infección también se puede presentar con tenesmo, la sensación de no haber vaciado la vejiga después de orinar. Incidencia femenina Aunque prácticamente cualquier persona podría contraer una infección del sistema urinario, la anatomía desfavorece a las mujeres. La uretra de la mujer es mucho más corta y está incluida dentro 41+SALUD rx | cistitis No es frecuente que un niño tenga una infección urinaria. En consecuencia, su padecimiento –especialmente si es recurrente– debería levantar sospechas en el pediatra sobre la posibilidad de malformaciones congénitas. de la vulva, un órgano cercano al ano y con una flora bacteriana propia. Esa localización facilita que colonicen los gérmenes provenientes del recto, pululen en la zona vaginal y asciendan a través de la uretra hacia la vejiga. La uretra masculina, por el contrario, es más larga, está ubicada en el pene, en un área seca y alejada del ano. No obstante, Germán Spinetti, cirujano urólogo de la Policlínica Méndez Gimón, explica que la incidencia de infecciones urinarias varía para cada género a lo largo del ciclo de vida. “Es mínimo el número de infecciones urinarias que se presentan en la infancia, pero las proporciones son equivalentes en ambos sexos. Posteriormente, va aumentando la incidencia en las mujeres y tienen un pico cuando despierta la actividad sexual. Luego, a medida que van envejeciendo los individuos, se van emparejando por la presencia de enfermedades propias de la edad y, en el caso de los hombres, por la aparición de problemas de próstata”. Además, el bajo consumo de líquidos, especialmente agua, y diferir la micción –sobre todo en el caso de las niñas y mujeres por pudor e incomodidad– puede facilitar la aparición de infecciones urinarias. Igualmente, factores como los hábitos sexuales (coito anal sin uso de preservativo), el aseo genital, enfermedades inmunosupresoras (diabetes, por ejemplo) e inmunodeficiencias (medicamentosas o virales como el VIH) y la presencia de cálculos en los riñones también pueden predisponer el cuadro infeccioso. Un examen de orina y un urocultivo –para determinar el tipo de bacteria que causa la infección­– son necesarios para diagnosticar la cistitis bacteriana. Origen diferente Además de la cistitis bacteriana –la más común–, también existe la cistitis intersticial. Muy poco frecuente, comparte algunos síntomas con la infección de origen bacteriano, pero sus causas no han sido determinadas con exactitud. El diagnóstico, explica Spinetti, se hace por descarte de otras patologías (infecciones del tracto urinario, endometriosis, enfermedades de transmisión sexual, cálculos renales, cáncer de vejiga) y demanda algunas pruebas especializadas para su confirmación. De considerarla necesaria, el médico podría recurrir a una cistoscopia (introducción de una sonda con cámara por la uretra hasta la vejiga para verificar su estado). Los pacientes con cistitis intersticial tienen las paredes de la vejiga inflamadas e irritadas, una condición que puede dejar cicatrices y conducir a la rigidez del órgano, imposibilitando que se expanda a medida que se llena de orina. En algunos casos, el tejido puede sangrar levemente y ulcerarse. El tratamiento para la cistitis intersticial es sintomático: busca aliviar la incomodidad o malestar del paciente (suele causar, además de los síntomas típicos de la cistitis bacteriana, dolor de vientre, dolor intenso durante la micción y pujo vesical). Seguir las indicaciones En principio, la cistitis es una condición de fácil tratamiento y sus efectos se revierten siguiendo las indicaciones del especialista. Sólo cuando no se trata adecuadamente y se convierte en una infección de las vías urinarias superiores (riñones y uréteres), o cuando se presenta en conjunto con otras enfermedades, podría comprometer seriamente la salud del paciente. Usualmente el tratamiento se centra en la toma de antibióticos para combatir las bacterias que se han 42+SALUD cistitis | rx Vías urinarias Inferiores: uretra y vejiga. Superiores: uréteres y riñones. rístico de la infección, tomar líquido en abundancia, no reprimir las ganas de ir al baño por mucho tiempo y respetar las citas de control médico. Si bien el urólogo es el especialista más indicado para atender los casos de cistitis, cuando se trata de una mujer embarazada debe trabajar en equipo con el gineco-obstetra que lleva el control de la paciente. Prevención a la mano alojado en la vejiga y la uretra. Al respecto, Spinetti advierte que los pacientes no deben automedicarse: la ingesta indiscriminada de antibióticos puede crear resistencia en las bacterias y hacer mucho más complicada su erradicación. Si los síntomas iniciales persisten y se suman nuevos como fiebre, dolor de espalda, dolor de estómago o vómitos, es necesario contactar al médico tratante de inmediato, porque podría tratarse de una complicación de la cistitis. Condición especial Algunos cambios propios del embarazo pueden predisponer la aparición de infecciones urinarias como la cistitis, no sólo por las variaciones hormonales que pueden alterar la flora bacteriana presente en la vagina, sino también por la presión que ejerce el feto sobre el sistema urinario a medida que va creciendo. La cistitis en sí no representa un peligro mayor para el curso del embarazo, pero si la infección progresa hacia los riñones podría elevar el riesgo de un parto prematuro. Afortunadamente, hoy existen medicamentos inocuos para el feto que permiten tratar la cistitis de manera efectiva. Aun así, se recomienda a las embarazadas estar atentas a cualquier síntoma caracte- • Consuma líquidos en abundancia, especialmente agua, en una cantidad que ronde los dos litros diarios (aproximadamente 8 vasos). • No difiera la micción. Cuando se posponen las idas al baño la vejiga suele acostumbrarse, un efecto que desencadena alteraciones en su medio interno: la orina se carga de solutos y se hace más concentrada, pudiendo causar una irritación química que predisponga a una infección urinaria. Medicina natural • No se automedique: en las mujeres los Aunque no parece antibióticos cambian la flora bacteriahaber una explicación na vaginal que ofrece protección frente científica para ello, a otras infecciones y su uso indiscrimise sabe que el jugo nado puede generar resistencia. de arándano (conocido • No se exceda en el aseo genital ni como cranberry en Inglaterra) ayuda exagere el uso de lavados vaginales. a mitigar los síntomas Además, recuerde que la limpieza de molestos de la cistitis la zona anal de adelante hacia atrás e, incluso, a erradicar ayuda de manera importante a impealgunos de los gérmenes dir el traslado de las bacterias hacia el o bacterias alojados orificio de la uretra. en la vejiga y la uretra. • Use preservativos en las relaciones sexuales anales (para evitar la infección por contacto con las heces) y orine después del coito (para eliminar cualquier bacteria proveniente del sistema digestivo que haya podido llegar hasta la uretra). • F u en t e s º Germán Spinetti, cirujano urólogo. Policlínica Méndez Gimón. º www.nlm.nih.gov / www.familydoctor.org 43+SALUD