SENTENCIA nº. 829/2013 - Consell de Col·legis de Veterinaris de

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FRANCISCO JAVIER MANJARIN ALBERT
Referencia AP0066940
Cliente
CONSELL COL.LEGIS VETERINARIS
CATALUNYA
Letrado
ALEJANDRO E. FERNANDEZ
RODRIGUEZ
Procedimiento 722/10- SECCION 4ª SALA CONTENCIOSO-ADMVA. TSJC
Notificación
03/09/2013
Procesal
-RIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCIÓN CUARTA
Recurso nº 722/2010
Parte actora: CONSELL DE COL.LEGIS DE VETERINARIS DE CATALUNYA
Parte demandada: DEPARTAMENT DE GOVERNACIO I ADMINISTRACIONS PUBLIQUES
Parte codemandada: COL·LEGI DE FARMACÈUTICS DE GIRONA
SENTENCIA nº. 829/2013
Ilmos. Sres.:
PRESIDENTE
D. EDUARDO BARRACHINA JUAN
MAGISTRADOS
D/Dª. JOAQUIN BORRELL MESTRE
D/Dª. LUIS FERNANDO GÓMEZ VIZCARRA
En Barcelona, a dieciséis de julio de dos mil trece.
VISTO POR LA SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DEL TRIBUNAL
SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA (SECCION CUARTA), constituida como figura al
margen, ha pronunciado EN NOMBRE DE S.M. EL REY la siguiente sentencia para la
resolución del presente recurso contencioso administrativo, interpuesto por D/Dª. CONSELL
DE COL.LEGIS DE VETERINARIS DE CATALUNYA, representado por el Procurador de los
Tribunales D./ª. Fco. Javier Manjarin Albert, y asistido por el Letrado D./ª.
Alejando
Fernández Rodríguez;
contra la Administración demandada: DEPARTAMENT DE
GOVERNACIO I ADMINISTRACIONS PUBLIQUES, actuando en nombre y representación
de la misma l'Advocada de la Generalitat de Catalunya.
Es parte codemandada la Administración: COL·LEGI DE FARMACÈUTICS DE
GIRONA , representada por el Procurador de los Tribunales D. Leopoldo Rodés Menéndez,
y con asistencia Letrada.
Ha sido Ponente el Ilmo. Sr. Magistrado D/Dª.
expresa el parecer de la Sala.
Eduardo Barrachina Juan, quien
ANTECEDENTES DE HECHO
Primero.- Por la parte actora, a través de su representación en autos, se interpuso en
tiempo y forma legal, recurso contencioso administrativo contra la resolución objeto de
recurso dictada por la Administración demandada.
Segundo.- Acordada la incoación de los presentes autos, se les dio el cauce procesal
previsto por la Ley de esta Jurisdicción, habiendo despachado las partes, llegado su
momento y por su orden, los trámites conferidos de demanda y contestación, en cuyos
escritos respectivos en virtud de los hechos y fundamentos de derecho que constan en ellos,
suplicaron respectivamente la anulación de los actos objeto del recurso y la desestimación
de éste, en los términos que aparecen en los mismos.
Tercero.- Se acordó recibir el presente pleito a prueba, con el resultado que obra en
autos.
Cuarto.- Se continuó el proceso por el trámite de conclusiones sucintas que las partes
evacuaron.
Quinto.- Se señaló para votación y fallo de este recurso, habiéndose observado y
cumplido en este procedimiento las prescripciones legales correspondientes.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Es objeto de recurso la resolución GAP/2265/2010 de convocatoria del
proceso selectivo para proveer cuarenta y cuatro plazas del cuerpo de titulación superior
(Subgrupo 1) de Salud Pública, en la que sólo pueden participar titulados en Biología,
Farmacia, Medicina y Química, con exclusión de los Licenciados en Veterinaria.
Se alega en la demanda, brevemente expuesto, que los veterinarios también pueden
desempeñar las funciones que los demás licenciados en materia de salud pública, debido a
sus conocimientos y preparación técnica. se remite a las funciones que desempeñan los
veterinarios en función de lo dispuesto en el RD 1384/1991, de 30 de agosto y demás
legislación concordante que son las siguientes: función de control, inspección y seguridad
alimenticia, educación sanitaria y prevención de enfermedades, salubridad de agua, higiene
y sustancias plaguicidas, criterios de ordenación farmacéutica, análisis de datos y gestión de
bases de datos, seguridad y salud de pacientes en centros y servicios sanitarios. Se añade
también que no aparece infome alguno que justifique la exclusión de la parte demandante,
así como el carácter pluridisciplinar del Cuerpo de titulados de Salud Pública. Se añade, que
no consta motivo justificado alguno para excluir de la convocatoria a los Licenciados en
Veterinaria. Por último, destaca la relación de las funciones a desempeñar exigidas en la
convocatoria y la capacidad técnica de los Licenciados en Veterinaria, regulada en el RD
1384/1991 y demás normas jurídcas que cita.
En la contestación a la demanda se alegan los requisitos y condiciones de la
convocatoria que se fundamenta en la idoneidad de los titulados respecto de las plazas a
proveer en la salud pública, lo que justificó la no inclusión de los Licenciados en Veterinaria
en la base 2.1 de al convocatoria. Se remite a las funciones a desempeñar por el Cuerpo de
titulación superior de Salud Pública. No se duda de que los veterinarios puedan asumir
algunas funciones enumeradas en la convocatoria, en función de su titulación específica,
que se exige en la convocatoria, que no se corresponde conla titulación veterinaria, que
también tiene atribuida funciones propias en salud pública, pero en este caso, al ser
funciones específicas de los cuerpos que se citan, no es admisible suparticipación.
Se ha practicado prueba pericial, cuyo informe emitido por la Dra. Mora Ventura,
aportado el 28 de enero de 2013, consta en autos, donde se acredita que los Licenciados en
Veterinaria están capacitados para el desempeño de las funciones que corresponden a los
puestos de trabajo de la convocatoria.
SEGUNDO.- Este Tribunal ha llevado a cabo una valoración conjunta de las
alegaciones y razonamientos jurídicos que se expresan en la demanda, como en el escrito
de contestación a la misma, así como la prueba practicada, especialmente la documental,
con especial atención al informe pericial, siempre en relación con la convocatoria objeto de
impugnación, para llegar a la conclusión de que la acción jurisdiccional debe prosperar por
los siguientes motivos.
Según se dispone en el Anexo 1 de la convocatoria indicada, apartado 1, Bases
Específicas, las funciones que corresponden a los funcionarios del Cuerpo de titulación
superior (Subgrupo 1), salud pública,son las que se establecen en el artículo 1 de la Ley
9/1986, de 10 de noviembre, que en términos generales son las que hacen referencia al
estudio, propuesta, control, ejecución e inspección de las tareas técnicas derivadas de las
titulaciones requeridas para acceder al cargo. Se excluyen de forma expresa las funciones
asistenciales en centros sanitarios de la Seguridad Social, en partidos médicos, así como las
de inspección sanitaria de la Seguridad Social.
Las funciones que deben desempeñarse, según las bases de la convoctoria,
reservadas a Licenciados en Biología, Farmacia, Medicina y Química, también pueden ser
llevadas a cabo por los Licenciados en Veterinaría, pues es cierto que su exclusion, no
aparece debidamente justificada, máxime, al tener las funciones propias de los Licenciados
en Veterinaría, una clara incidencia en la salud pública.
El ejercicio de las profesiones tituladas viene reconocido en el artículo 36 de la
Constitución, que establece una reserva legal al respecto, y en su desarrollo la Ley 2/1974,
de 13 de febrero, de Colegios Profesionales, establece en su artículo 2.º que el Estado
garantiza el ejercicio de las profesiones colegiadas, de conformidad con lo dispuesto en las
Leyes. Pero este ejercicio no se opone sino que se complementa con las atribuciones
reconocidas estatutariamente a cuerpos de la Administración, especialmente preparados
para desempeñar las funciones para las que han sido formados y no para la defensa de
intereses privados sino para la defensa de los intereses de la comunidad que a ellos se les
confía.
La doctrina jurisprudencial es constante al señalar que no puede admitirse un
monopolio de proyección de todo tipo de funciones a favor de profesión determinada,
cuando, al contrario, tal competencia en exclusiva, como sucede en el presente caso, no
aparece atribuida específicamente a ninguna especialidad científica determinada, a la vez
que las diferentes reglamentaciones ofrecen perspectivas de competencias concurrentes, sin
reglas precisas de delimitación. Es por ello, que en supuestos similares, este mismo Tribunal
ha dicho que lo procedente es una comparación de funciones de unos Cuerpos a otros, y en
especial, de aquellas funciones que tienen una redacción o efectividad general, donde sí que
aparece un interacción del Cuerpo que ha sido excluido, como ocurre en el presente caso.
En tal sentido cabe citar numerosas sentencias, que resuelven conflictos planteados
tanto en el tema de competencias profesionales para la elaboración de proyectos, como en
el relativo al desempeño de puestos de trabajo en la Administración, pudiendo reseñarse la
del Tribunal Supremo de 21 de octubre de 1987, en la que se pone de manifiesto que “la
doctrina de esta Sala en sus últimos años ha rechazado el monopolio competencial a favor
de una profesión técnica superior predeterminada al mantener la necesidad de dejar abierta
la entrada a todo título facultativo oficial que ampare un nivel de conocimientos urbanísticos
o técnicos en general, etc. que se correspondan con la clase y categoría de los proyectos
que suscriba su poseedor -Sentencias de 27 de mayo de 1980, 8 de julio de 1981, 1 de abril
de 1985, entre otras”.
Asimismo, la sentencia de 27 de octubre de 1987 que reafirma que las orientaciones
actuales van perfilando posturas de carácter general que huyen de consagrar monopolios
profesionales en razón exclusiva al título ostentado, para asentar los criterios delimitadores
de las funciones dichas, en la competencia que emane de los estudios que determinan el
otorgamiento del título habilitante, mientras que la Ley no imponga expresamente uno
determinado o sea notoriamente dispar aquella con el trabajo a realizar.
Además, la sentencia del Tribunal Supremo de 9 de marzo de 1989 que señala que
“la competencia en cada rama técnica depende de la capacitación real para el desempeño
de las funciones propias de la misma, es decir, frente al principio de exclusividad se afirma el
principio de la libertad con idoneidad -Sentencias de 26 de febrero de 1966, 16 de marzo de
1967, 1 de diciembre de 1973, 24 de marzo de 1975, 8 de julio de 1981, 8 de julio de 1988
etc.-, por ello la frase genérica que se emplea habitualmente de facultativos o técnicos
competentes”, revela el propósito de no vincular el monopolio o exclusiva a una determinada
profesión”. Igual la de 21 de abril de 1989 que razona en el sentido de que “la competencia,
según el criterio jurisprudencial, viene referida o depende de la capacidad técnica real para
el desempeño de las funciones propias de la misma -Sentencias de 31 de diciembre de
1973, 24 de marzo de 1975, 8 de julio de 1981, 1 de abril de 1985.
Es importante la sentencia del Tribunal Supremo de 15 de octubre de 1990, con cita
de la sentencia de 27 de octubre de 1987, recordó que la Sala venía manteniendo “que de
las orientaciones actuales van perfilando posturas de carácter general que huyen de
consagrar monopolios profesionales en razón exclusiva del título ostentado, para asentar los
criterios delimitadores de las funciones dichas en la competencia que emane de los estudios
que determinan el Título habilitante” y que “ha rechazado el monopolio de competencias a
favor de una profesión técnica superior predeterminada al mantener la necesidad de dejar
abierta la entrada a todo título facultativo oficial que ampare un nivel de conocimientos
técnicos”, señalando más adelante que “desde este criterio, que se recoge en los principios
expuestos en la Ley 30/1984, de 2 de agosto, sobre Medidas para la Reforma de la Función
Pública, especialmente el artículo 15,2 -conforme al cual la adscripción de puestos de
trabajo con carácter exclusivo a funcionarios de un determinado Cuerpo o Escala, sólo
puede hacerse cuando tal adscripción se deriva necesariamente de la naturaleza y de la
función a desempeñar en ellos y en tal sentido lo determine el Gobierno a propuesta del
Ministerio de la Presidencia, han de desestimarse las pretensiones de la actora que se
fundan en una interpretación de los preceptos impugnados que por su amplitud no permiten
establecer las exclusiones que denuncia, ni menos aún sustituir a unos profesionales por
otros; cuando no se mencionan ninguno en particular en aquellos artículos”.
Al igual que las anteriores, la sentencia del Tribunal Supremo de 14 de enero de 1991
reitera que “esa competencia no es exclusiva ni excluyente, ya que la normativa docente
aplicable ha venido a establecer una base de enseñanzas comunes que dota a las distintas
ramas de los titulados superiores de un fondo igual de conocimientos técnicos, que, con
independencia de sus distintas especialidades, otorga a unos y a otros, en el orden
profesional, capacidad o competencia residual”.
En similar sentido la de 5 de junio de 1991 señala que “para que pueda sentarse la
competencia de unos técnicos, descartando la de otros que también la tienen con carácter
genérico, resulta absolutamente imprescindible que la exclusividad esté legal o
reglamentariamente reconocida”; y, por citar una más reciente, la de 27 de mayo de 1998
que confirma la sentencia recurrida que sostiene que “ frente al principio de exclusividad
debe prevalecer el de libertad con idoneidad, ya que al existir una base de enseñanzas
comunes entre algunas ramas de enseñanzas técnicas éstas dotan a sus titulados
superiores de un fondo igual de conocimientos técnicos que, con independencia de las
distintas especialidades, permiten el desempeño de puestos de trabajo en los que no sean
necesarios unos determinados conocimientos sino una capacidad técnica común y genérica
que no resulta de la titulación específica obtenida sino del conjunto de los estudios que se
hubieran seguido”; rechazando por ello que “la amplia potestad autoorganizatoria que a la
Administración otorga el artículo 4.2, g) de la Ley de Ordenación de la Función Pública de la
Junta de Andalucía, de cobertura al decreto impugnado”.
En el presente caso, al aplicar la doctrina jurisprudencial anteriormente citada y otras
más que se han dictado por otros órganos jurisdiccionales, claramente se desprende que
las funciones delimitadas en la convocatoria, se deben desempeñar desde los puestos de
trabajo reservados a una titulación específica, aun cuando los Veterinarios también
desempeñen funciones de Salud Pública, dentro del ámbito general de sus competencias.
Pero si existiesen otros ámbitos profesionales relacionados con la Salud Pública que sí han
sido admitidos a la convocatòria, todos ellos con funciones generales similares, al menos
debería justificarse debidamente el por qué los Licenciados en Veterinaría no pueden
participar en la convocatòria, cuando la similitud de funciones es verdaderamente
asombrosa, pues es suficiente una comparación de las listas de funciones de convocatòria,
con las propias y exclusivas de los Licenciados en Veterinaria, para llegar a la conclusión de
que, efectivamente, también pueden desempeñarlas. Decíamos que esa conclusión resulta
evidente y se refuerza al comparar la preparación técnica de los interesados, es especial,
las asignaturas que cursan los Licenciados en Veterinaría, y las funciones objeto propias del
Cuerpo de Salud Pública
Entre dichas funciones las hay generales y especiales, que no se diferencian, a
grandes rasgos, de las que son propias de Licenciados en Veterinaría, si analizamos las
que corresponden al Cuerpo de Salud Pública, en relación con las especialidades que sí han
sido admitidas en la convocatòria. Sirva de ejemplo, las funciones de estudio, propuestas,
control, ejecución e inspección de las tareas técncias derivades de las titulacions requerides
para accedir al cuerpo. Los Licenciados en Veterinaría son profesionales sanitarios con
especialidad en control, inspección y Seguridad alimentaria.
Es cierto que el Cuerpo de Titulación superior de Salud Pública no puede convertirse
en un Cuerpo General donde, en todas las convocatorias para proveer puestos de trabajo en
desempeño de funciones relacionadas con la salud pública, necesariamente tengan cabida
todas las titulaciones que guardan una relación directa o indirecta con la salud pública. Pero
si se aprueba una convocatòria con funciones generales convocándose 44 plazas, donde
tienen cabida cuatro Licenciaturas específicas y entre las mismas no se cuentra la de
Veterinaría, con una clara concurrència de funciones profesionales en el ámbito de la salud
pública, es cuando la Administración Pública debe justificar debidamente su exclusión, de
forma convincente y acreditada en la diferenciación, en su caso, del ámbito exclusivo y
excluyente de las funciones a desempeñar en el Cuerpo de Salud Pública y de Veterinaria,
pues el mencionado Cuerpo de Salud Pública es multidisciplinar.
En este aspecto nos remitimos al informe pericial que consta en autos, donde
claramente se analizan estas funciones para llegar a la conclusión de que en el ámbito
efectivo y práctico de las mismas, tambén pueden ser desempeñadas por los Licenciados en
Veterinaria.
También es cierto que la convocatoria impugnada no tiene el carácter de ser amplia o
general para todas las titulaciones relacionadas con la salud pública, como se ha indicado,
sino sólo y exclusivamente para determinadas funciones, que por el principio de exclusividad
e idoneidad la Administración Pública considera que las titulaciones admitidas son las que
mejor adecuación presentan entre su preparación y conocimientos y las funciones que
deben que se exijen. No obstante, cuando en otras ocasiones han participado los
Licenciados en Veterinaria, en supuestos similares, se debería haber aportado la
justificación o motivación técnica de por qué han quedado excluidos, cuando, se repite una
vez más, sus funciones pueden ser considerades también propias del Cuerpo de Salud
Pública.
Por todo ello, es procedente la estimación de la pretensión de la demanda, sin
imposición de costas a los efectos prevenidos en el artículo 139 de la Ley de la Jurisdicción
Contencioso-administrativa.
FALLAMOS
1º Estimar el recurso, anular la convocatòria objeto de impugnación, y reconocer el
derecho de la parte demandante, a que los Licenciados en Veterinaría, puedan participar en
la misma.
2º No imponer costas
Notifíquese la presente Sentencia a las partes en la forma prevenida por la Ley;
haciéndoles saber que contra la misma cabe interponer Recurso de Casación en el plazo
de diez días a partir de su notificación, el cual se preparará ante este Órgano Jurisdiccional,
y se sustanciará ante la Sala Tercera de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal
Supremo (artº. 89.1 LJCA).
Y para que esta Sentencia se lleve a puro y debido efecto, una vez alcanzada la
firmeza de la misma, remítase testimonio junto con el Expediente Administrativo al órgano
que dictó la resolución impugnada, que deberá acusar recibo dentro del término de diez
días, e indicar el órgano responsable del cumplimiento del fallo conforme previene la Ley,
dejando constancia de lo resuelto en el procedimiento.
Así por esta nuestra sentencia, de la que se llevará testimonio de la misma a los autos
principales, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
PUBLICACIÓN .- Dada, leída y publicada ha sido la anterior Sentencia por el Ilmo. Sr.
Magistrado Ponente que la suscribe, estando la Sala celebrando audiencia pública el día 31
DE JULIO DE 2013 fecha en que ha sido firmada la sentencia por todos los Sres.
Magistrados que formaron Tribunal en la misma, de lo que yo el Secretario, Doy fe.
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