Presentación

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Presentación
Mucha gente piensa que su existencia es normal, excesivamente normal para hacer de ella una novela. Pero un
día, antes o después, surge de forma inesperada un hecho singular que disuelve la bulgaridad cotidiana en la
tensión del amor, la ilusión, la amenaza o la destrucción. Pasado ese momento, de nuevo se vuelve a la
repetición de los días más o menos iguales.
¿No es algo similar lo que les ocurre a los personajes novelescos? La Regenta huye del tedio de su vida vacía
cayendo en los brazos de don Álvaro, de los cuales retorna a la soledad de su frío caserón. Amparo, la
Tribuna, escapa de su vida humilde con la doble esperanza de la política y del amor, pero tras el fracaso
vuelve desilusionada a la vida de antes.
La historia de estos personajes no es en el fondo tan diferente de las nuestras, aunque el ropaje, los usos y las
formas del siglo XIX pudieran hacernos pensar algo distinto.
El Realismo Literario
Influidos por los novelistas europeos, los escritores españoles que han conocido las novedades de la novela
por entregas y el Realismo literario −que reclaman las nuevas condiciones de vida surgidas en las ciudades−
deciden escribir, en palabras de Galdós una novela de verdad y de caracteres, espejo fiel de la sociedad en que
vivimos. Así, designan a la clase media como la fuente inagotable de su novelística. Las clases medias y la
burguesía van a ser el objeto de interés de los novelistas y, al mismo tiempo, los destinatarios de la novela.
El yo y los temas alejados en el tiempo y en el espacio ceden su protagonismo a la realidad inmediata, a lo
humilde y cotidiano. La lírica y el drama, géneros propios del Romanticismo, dejan paso a la novela realista,
porque el Realismo se va a expresar narrativamente. El lenguaje realista se vuelve minucioso y descriptivo en
la construcción de los personajes o en la recreación del ambiente. Las técnicas narrativas se diversifican,
ensayando el novelista nuevas perspectivas, que influyen la utilización del diálogo teatral.
Sociedad y cultura de la época
Contexto histórico−social: Durante el siglo XIX se produce el auge y la consolidación de la burguesía como
clase social diferenciada de aristocracia y pueblo, con unos intereses, aspiraciones y visión del mundo propios.
Su afianzamiento se basa en el enriquecimiento económico y en el ascenso al poder político, conseguido a
través de las distintas revoluciones burguesas que se propagan por Europa desde mediados de siglo.
Otra fuerza social que irrumpe con vigor es el proletariado, nacido de las nuevas relaciones laborables y
humanas que surgen tras la industrialización. La diferencia entre las dos clases sociales se refleja
principalmente en la ciudad, escenario de los grandes cambios sociales. El nuevo urbanismo establece un
modelo de ciudad en el que burguesía y proletariado habitan zonas distintas al concentrarse la población
trabajadora en barrios periféricos
Muy distinta es la situación en el campo, ya que el trabajador agrícola, con una mentalidad conservadora y
ajeno a las organizaciones revolucionarias, sigue apegado a las formas tradicionales sirviendo con fidelidad a
los terratenientes, los cuales velan por sus propios intereses económicos y políticos controlando con
procedimientos caciquiles el trabajo y el voto de sus obreros.
Contexto cultural: En la segunda mitad del siglo XIX el progreso, los adelantos y los descubrimientos no
sólo han transformado las formas tradicionales de vida, sino que ofrecen al hombre la esperanza de mejoras
ilimitadas. La filosofía deja la especulación abstracta y centra el objeto de su estudio en aquellas fenómenos
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que pueden ser observados y experimentados. También la filosofía de Marx y Engels abandona el
pensamiento abstracto para interpretar la historia, la sociedad y el hombre a partir de la materia. La teoría que
proponen se denomina materialismo histórico, y su sistema socialismo científico.
Realismo y Naturalismo
¿Qué se entiende por Realismo?: En arte, y por lo tanto en literatura, se entiende por Realismo el estilo o
creación que trata de conseguir una reproducción exacta o lo más fiel posible del mundo, de la realidad.
No obstante, difícilmente una obra será una obra exacta de lo real, ya que la realidad en toda su profundidad y
extensión no puede trasladarse íntegra al soporte material que maneja el artista. El Realismo se contrapone a
idealismo como dos formas opuestas de concebir la tarea recreativa, en cuanto que el idealismo aspira a la
expresión de un ideal más bello que la realidad, o diferente, sirviéndose por ejemplo de la fantasía. El arte
realista también se contrapone a abstracción o arte abstracto.
Sin embargo, nunca hasta el siglo XIX había sido la novela un instrumento tan apropiado y necesario para
reflejar en toda su dimensión un gran cambio histórico: el experimentado por una sociedad que salía
definitivamente del Antiguo Régimen. Además, los logros artísticos fueron tales y tantos que, hablando de
novela, la época realista por excelencia en Europa es el siglo XIX.
¿Qué es el Naturalismo?: Los términos Realismo o naturalismo, en esencia, vienen a significar lo mismo,
porque ambos pretenden obtener una copia de lo real o natural. La palabra naturalismo ya había sido empleada
anteriormente, aunque la acepción actual le añade, y eso es lo que también le agrega al Realismo, los
principios científicos en boga.
El escritor francés Emile Zola fue el iniciador del naturalismo. Empezó a ser conocido en España a finales de
le década de 1870. Si la nueva ciencia es materialista, la nueva novela también pretende serlo, con el
consiguiente menoscabo de los componentes idealistas. El novelista no tiene que inventar nada, sólo ha de
observar y esperar los resultados.
La técnica de la observación y el experimento se lleva a cabo en el medio social que influye sobre el
personaje, el cual recibe también la afluencia de la herencia genética. En consecuencia con estos principios, el
cuerpo, las condiciones fisiológicas, las taras hereditarias y cualquier función relacionada con la biología
humana adquieren una importancia inusual en las obras literarias.
Innovaciones de la novela realista y naturalista
La distinta forma de concebir la sociedad, la vida y el hombre, propia de los nuevos tiempos, favorece una
nueva manera de entender la literatura y determina cual es el objeto de la novela, qué historias interesa narrar
y cómo debe llevarse a cabo la narración.
El argumento: Carece de singularidad, pretende representar lo normal y cotidiano. Sólo se refleja un tramo
de la vida de los personajes. Con la llegada del naturalismo, el argumento deja de ser un entretenimiento para
convertirse en estudio social.
Los temas: La novela introduce temas palpitantes de la sociedad en que se escribe y lee la obra, tales como
las tensiones ideológicas, o los episodios coetáneos. Irrumpe con fuerza el mundo del trabajo y el dinero como
móvil imperante de la sociedad. Bajo el influjo del naturalismo aparecen nuevos temas tratados con una óptica
distinta y con mayor crudeza de tono. Del amor irrumpen los aspectos carnales y de la pasión interesa el
impulso carnal. Conforme la novela se aproxima al final del siglo, sus contenidos se tornan más simbólicos e
intelectuales.
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Los personajes: Son vulgares y grises, sin rasgo ni distintivo especial, destaca la gran importancia prestada al
personaje femenino. En la primera etapa del Realismo los personajes son encarnación de ideas.
Progresivamente los personajes se aproximan a los seres de carne y hueso. Contrasta la forma de ser
presentados. El naturalismo contempla al personaje como animal sujeto a leyes de la naturaleza y a las de la
sociedad.
El tiempo: El conflicto se desarrolla a lo largo de unos años que resultan centrales en la vida del personaje.
La obra comienza en el punto en que va a iniciarse el conflicto dominante de la novela. A continuación se
retrocede en el tiempo para relatar o resumir hechos del pasado que interesa conocer. Una vez que se ha
relatado el pasado y se alcanza el punto inicial, la narración continúa hacia delante. Esta estructura narrativa
se denomina in medias res, esto es, comienza a mitad de la historia.
El espacio: Los espacios son verosímiles y se dibujan con gran acumulación de detalles. Muchas veces son
reales. Aparecen con gran profusión los espacios urbanos y los arrabales de las ciudades. También los
espacios interiores. El conjunto de la novela es la interacción del personaje con el mundo exterior.
Las técnicas narrativas: La pretensión de representar la realidad exige un narrador que conozca íntegramente
la historia y el mundo interior de los personajes, por tanto se necesita un narrador omnisciente. El naturalismo
exige además del narrador que no haga ninguna intervención directa ni valoración alguna. Las descripciones
son abundantes en esta época. El diálogo es una forma de lograr impasibilidad narrativa, ya que en él sólo se
escucha la voz pura del personaje. No es de extrañar, pues, que se empleen abundantes diálogos. El estilo
indirecto libre es una novedad introducida por los realistas para ofrecer íntegramente las palabras o el
pensamiento del personaje sin que sea anunciado por el presentador. También adquiere gran importancia en
algunos pasajes de Galdós y Clarín el monólogo como forma de autoanálisis del personaje, aproximándose su
uso al monólogo interior moderno.
El lenguaje: El lenguaje de los realistas gana en sencillez respecto a la etapa literaria anterior, esforzándose
en depurar la retórica vacía, enfática y ornamental. La sintaxis oracional no es muy complicada. Los periodos
oracionales son a veces extensos a causa de las enumeraciones motivadas por la minuciosidad descriptiva. En
el léxico destaca la introducción de términos científicos, ya que los escritores siempre estuvieron muy atentos
a la documentación para conseguir Realismo hasta en los últimos detalles. Finalmente uno de los logros del
Realismo es la viveza y frescura con que se reproduce el habla coloquial.
Grandes nombres del Realismo
El comienzo del Realismo se remonta a la época romántica con la obra de los franceses Balzac y Stendhal. A
mitad de siglo la novela realista ha triunfado en Europa: Flaubert en Francia, Dickens en Inglaterra, Tolstoi y
Dostoievski en Rusia. El Realismo español es algo más tardío y recibe influencias europeas, principalmente
francesas y rusas. Ya hemos mencionado la gran presencia de Zola en la década de 1880 o la incidencia de la
novelística rusa en el último tramo de la etapa realista. A partir de 1870 aparecen las primeras novelas de
Alarcón, Galdós, Pardo Bazán, Valera, Palacio Valdés... Todos ellos presentan grandes diferencias
ideológicas y de estilo, pero a todos les une una nueva manera de concebir la novela: el Realismo.
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