homenaje de los hermanos curbelo a alicia de larrocha

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LA PROVINCIA/DIARIO DE LAS PALMAS
Domingo, 1 de noviembre de 2009
Culturas
P MÚSICA
P TEATRO
Agenda
Ladie Dottie & The Diamonds
‘Por el placer de volver a verla’
Una explosiva formación de espectacular
directo entre soul, rhythm and blues, funk
y rock and roll. La banda liderada por la
veterana cantante Dorothy Mae, de 66
años de edad, se presenta en la capital
grancanaria el próximo miércoles 11 de
noviembre, a las 20.30 horas, en el Centro
de Iniciativas de La Caja de Canarias, en
la Alameda de Colón.
El Teatro Cuyás retoma su actividad escénica del 13 al 15 de noviembre con el espectáculo Por el placer de volver a verla,
dirigida por Manuel González Gil y protagonizada por Miguel Ángel Solá y Blanca Oteyza. Un duelo interpretativo de altura sobre esta pieza original de Michael
Tremblay con dos únicos personajes en
escena, madre e hijo.
ARTE
El fotógrafo y arquitecto Carlos Schwartz y el escritor Nilo Palenzuela han cruzado sus vidas profesionales para materializar el
proyecto La cámara oscura, fruto de diversos encuentros entre 2006 y 2008. El verbo y las imágenes son el soporte de un libro
y de una exposición de título homónimo que se inauguró el pasado viernes en la Fundación Canaria Mapfre Guanarteme.
Imágenes de buen verbo
Alberto García Saleh
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
L
a cámara oscura es el resultado de una reflexión
conjunta del escritor y catedrático de la Universidad de
La Laguna Nilo Palenzuela y el
arquitecto y fotógrafo Carlos A.
Schwartz sobre numerosos aspectos de la vida. Una publicación que complementa la exposición que con el mismo título
permanece abierta al público
hasta el 4 de diciembre en la sede institucional de la Fundación
Canaria Mapfre Guanarteme, en
la calle Juan de Quesada.
Ambos artistas insisten en
que todo está fuera de cualquier
tipo de dogma. “El libro deriva
de encuentros fortuitos y es un
homenaje al placer de la vida,
con referencias eróticas y mundanas. Somos dos amigos que
nos encontramos y nos hemos
divertido mucho, y éste es el resultado”, señala Schwartz.
El escritor Nilo Palenzuela
abunda en esta reflexión y dice
que “se trata de experiencia
creativa entre un fotógrafo y un
escritor y tiene que ver con los
diversos encuentros que hemos
ido teniendo en diferentes lugares”. Según Palenzuela, el proyecto “fue concretándose en
una experiencia creativa, con
imágenes que producen analogías y constituye una trama hecha a dúo”. En la exposición hay
referencias gráficas y literarias
a numerosos artistas como Guillermo Cabrera Infante, Henry
Moore o Ezra Pound. Si hubiera
de destacarse a alguno de todos
ellos, Schwartz o Palenzuela
destacan la figura de Edouard
Jaguer y su mujer, que es como
un símbolo para ambos, tanto
por su labor en un libro que publicó dedicado a la fotografía y
el surrealismo en 1983 y por su
filosofía de la vida.
Estas reflexiones se han producido a través de encuentros
en Madrid, Berlín, Lisboa, La Laguna o la ciudad de Las Palmas
de Gran Canaria.
Carlos A. Schwartz y
Nilo Palenzuela
dialogan sobre
diferentes aspectos
de la vida en el
proyecto ‘La cámara
oscura’, que presenta
la Fundación Mapfre
Palenzuela aclara que La cámara oscura es un proyecto
conjunto de orden creativo que
se ha materializado en un libro concebido como un relato
que tiene incrustadas las imágenes “con libertad de nuestras
conversaciones”. Una obra en
la que aparecen imágenes con
referencias a escultores o arquitectos, con mucho humorismo y actitud crítica hacia lo
que podemos ver. “No es nada
pesado ni erudito, sino un diálogo que se remite a cosas actuales”, subraya Palenzuela.
En opinión de Schwartz, todo nace de la intuición de que
“podemos hace una cosa divertida” y donde el azar tiene mucha importancia. Para el fotógrafo es algo natural, ya que un
arte como la fotografía es mucho más cercana a la literatura que las artes plásticas.
En la imagen superior, Nilo Palenzuela junto a Schwartz, en Mapfre; e imágenes de la muestra. i JUAN C. CASTRO
Un proceso creativo compartido
La cámara oscura es un proyecto realizado en común
por Nilo Palenzuela y Carlos Schwartz en sucesivos encuentros que se inician en 2006 y que concluyen en 2008. Se trata de un proyecto que surge de
las puestas en común de textos e imágenes que terminan por mostrar un tupido relato literario-fotográfico que habla del mundo actual, de las quimeras, del arte y la fotografía, de los sueños, de la
cultura, de las cosas más cotidianas y de la vida, en
medio de un lenguaje que cuenta siempre con la creación y con el humor. Por un lado, se pespunta un
relato que a menudo se apoya, como en un espejo, en
las imágenes de Schwartz aunque siga su propio curso; por el otro, las instantáneas realizan un lenguaje propio y análogo que cuenta con los ecos y referencias de las palabras. Doble trenzado creador que
se culmina en el libro La cámara oscura y en la exposición . Palenzuela señala que La cámara oscura es
un homenaje al libro que Edouard Jaguer dedicó a
la fotografía surrealista. “Jaguer tenía una extraordinaria sensibilidad para el arte y para discernir en
esta época confusa”, señala. Carlos Schwartz añade
que “es una experiencia creativa y única entre un fotógrafo y un escritor, un proceso creativo común”.
FUNDACIÓN MAPFRE-GUANARTEME
HOMENAJE DE LOS HERMANOS
CURBELO A ALICIA DE LARROCHA
G. García-Alcalde
E
l dúo pianístico de Oliver y
José María Curbelo ofreció
en la Fundación Mapfre-Guanarteme un atractivo programa con
el epígrafe “Orquesta-Dos. La
Orquesta en el Piano a cuatro
manos” (famosas transcripciones del piano a la orquesta y viceversa). Aula Magna abarrotada
y alta empatía entre intérpretes y
público. Muy emocionados, dedicaron el programa a su insig-
ne maestra Alicia de Larrocha,
recientemente fallecida y evocada con vídeos en pantalla. Abrió
la velada una selección de siete
de las doce miniaturas Juegos de
niños Op.22, de Bizet, bien diferenciadas en su cambiante carácter, precisas en los ritmos y siempre amables.
Con la Rapsodia española, de
Ravel desplegaron a continuación un pianismo de mayor com-
promiso, impresionista y pintoresco en los tres primeros números y expansivo en el virtuosismo
de la Feria final, brillante cuadro de ambiente con episodios
de danza de gran complejidad,
dominados y resueltos con imaginación y alegría.
Finalmente, las cuatro escenas
de Petrouchka, transcritas a cuatro manos por el propio Stravinsky, marcaron el punto ceni-
tal del concierto. Las magníficas
ilustraciones en pantalla de Lola María Alfaro, concebidas con
refinamiento y modernidad, subrayaron visualmente la sincronía
del dúo, su generosa técnica,
temperamento rítmico y plasticidad colorística en la ejecución de una partitura que es puro sinfonismo en los límites del
teclado. La versión, vitalista y extravertida, fue muy celebrada y
tuvo continuidad con el bis de
una de las danzas húngaras de
Brahms.
El programa merece un espacio acústico más adecuado. El
techo bajo de la sala se presta
mejor a la moderación camerística que a estas obras tan percutidas, exigentes de gran dinámica y fuertes calados. Con
frecuencia se hacía dura y estridente la fiel lectura del fraseo.
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