El Fruto Cristiano El fruto, mostrará el verdadero carácter del árbol. La persona que dice ser cristiana sin fruto (la calidad de la enseñanza, la conducta y vida) está engañada y su declaración es mentirosa o en otras palabras no tiene la salvación provista por Dios. El fruto cristiano no es sinónimo de éxito personal ni tiene acciones sensacionalistas ni menos puede ser simulado por alguien que no es cristiano. El Señor Jesús dijo: “Por sus frutos los reconoceréis. Todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa al fuego”. La Palabra de Dios habla de que todo verdadero hijo de Dios debe llevar fruto y está ampliamente explicado y desarrollado en toda la Biblia. Buscando la palabra fruto en el diccionario Concordancia Alfabética de la Biblia encontré 122 versículos en el antiguo testamento y 55 versículos en el nuevo testamento. Leamos algunos versículos. El Libro de los Salmos 1:3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará 92:13 Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán. 92:14 Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes, El Libro de Oseas 14:8 Efraín dirá: ¿Qué más tendré ya con los ídolos? Yo lo oiré, y miraré; yo seré a él como la haya verde; de mí será hallado tu fruto El Libro Ezequiel 47:12 Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y su hoja para medicina El Evangelio Según Mateo 13:23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno 13:8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El Evangelio Según San Juan 12:24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. 15:2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 15:5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer El Libro de Romanos 6:22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. 7:4 Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios El Libro Gálatas 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 5:23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. El Libro de Efesios 5:9 (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), El Libro de Santiago 3:17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. El Libro de Hebreos 12:11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados. 13:15 Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre Todos estos versículos leídos demuestran que Dios es la fuente del fruto y es Él que produce el fruto en nuestra vida. El amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, sabiduría, santificación, justicia y otros son los frutos que produce Dios en la vida de un verdadero cristiano. El cristiano está llamado a glorificar a Dios mediante el fruto que produce su vida. El sentido de nuestra vida después de ser salvos o regenerados es glorificar a Dios. Sin la presencia del Espíritu Santo en la vida de la persona es imposible dar fruto que glorifique a Dios. El Espíritu Santo es el que produce el fruto en nuestra vida. Volvamos a recordar algunos términos: El fruto del Espíritu. Fruto para Dios. Frutos de labios. Fruto de santificación y vida eterna. Fruto en su tiempo. Fruto del evangelio. Fruto de justicia. Fruto de arrepentimiento. En tal sentido, todos debemos evaluarnos si nuestra vida produce el fruto de Dios. La evaluación interior del cristiano debe efectuarse según lo enseñado en la Palabra de Dios. Por ejemplo, algún famoso predicador correrá el riesgo de vanagloriarse al evaluar el éxito de su mensaje mediante el resultado de cuántas “almas ganó para Cristo” e interpretar y sentirse orgulloso de que es una persona muy espiritual por el resultado de su predicación pública y podría caer en el grave error de no haber tomado todo el consejo de Dios acerca de lo que significa el fruto cristiano. La Biblia nos habla del fruto cristiano como manifestación de varios aspectos uno de ellos es el carácter interno y otros las acciones externas siendo uno de ellas el ganar almas para Cristo, pero nunca se presenta aislada siempre acompañada de una vida piadosa. La piedad significa manifestar a Jesús en nuestro cuerpo. Recordemos que una alma ganada genuinamente para Dios siempre será una persona que vivirá manifestando a Jesús en esta tierra o en otras palabras será como que Jesús está caminando en su cuerpo en la tierra a través de la persona salvada. La evaluación de nuestra vida para ver si tiene el fruto del Espíritu Santo debe hacerse de manera completa para evitar ser engañados. La Biblia dice en el Evangelio Según Mateo capítulo 7 lo siguiente: “7:15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 7:16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 7:17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. 7:18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 7:19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. 7:20 Así que, por sus frutos los conoceréis”. Contemplando el fruto sabremos de qué árbol viene ese fruto. Así es también el fruto cristiano que viene de Dios. Viendo a un falso profeta o maestro nos daremos cuenta que no puede glorificar a Dios porque en su interior o secreto de su vida se expresará externamente en palabras y hechos que no agradarán a Dios. El falso maestro no tiene la fe que agrada a Dios. El buen hombre, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. “Mt 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 7:22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 7:23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”. Solo cuando hacemos la voluntad de Dios manifestaremos el fruto cristiano. Veamos que los versículos anteriores (Mateo 7:21-23) muestran tres acciones principales que realizaban estos falsos profetas: 1. Profetizaban en el nombre de Dios, 2. Echaban fuera demonios y 3. Hacían muchos milagros. Cualquiera de esas tres acciones es lo que desearía hacer cualquier cristiano dentro del ambiente evangélico o en el mundo. Pero, aquí está la descripción de un falso profeta o maestro. No basta o no es suficiente que una persona pueda decir alguna verdad de Dios escrita en la Biblia, se le demanda que viva o tenga una conducta acorde con las cosas que enseña públicamente. La advertencia está dada contra el falso maestro porque su conducta o carácter interno hablará con voz potente que no tiene el fruto cristiano. Esa es la enseñanza: “Por sus frutos lo conoceréis”. Lamentablemente el falso maestro o profeta nunca podrá darse cuenta de su propio engaño o error porque excluye voluntariamente a Dios y lo más grave es que no lo conoce ni Dios lo conoce como su hijo. Sin la presencia del Espíritu Santo, una buena conciencia y un corazón puro será imposible lograr una evaluación correcta de que si estemos llevando fruto cristiano. Que hermosa enseñanza nos ha dado Jesús para evitar que caigamos en semejante engaño o error. Volvamos al principio de la creación. En el Libro de Génesis 1:11 se dice lo siguiente: “Y dijo Dios: Que haya vegetación sobre la tierra; que ésta produzca hierbas que den semilla, todos según su especie”. Cada fruto pertenecerá a un determinado árbol. El fruto cristiano solo puede venir de Dios. Génesis 2:9 “Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal”. Será siempre la intervención de Dios para que nuestra vida lleve el fruto que pueda glorificar su nombre. La única manera que tiene un cristiano genuino para manifestar los frutos es permaneciendo unido a Jesús. La Biblia dice en el Evangelio Según San Juan lo siguiente: Jn 15:1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. La vid verdadera es Jesús, junto con sus pámpanos que son los cristianos que creen en Él El Padre toma la figura de un labrador o agricultor que representa la fuente, el autor, el que planea, el que planta la vida, la substancia, nueve el suelo, da el agua, el aire, la luz del sol y todo para que la vid crezca y se desarrolle a gran plenitud. La vid es la expresión y extensión del Reino de Dios aquí en la tierra a través de Jesús y nosotros. Jn 15:2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. La voluntad de Dios es que cada genuino creyente lleve mucho fruto para lo cual la promesa de Dios es limpiarnos para que podamos llevar más fruto. La limpieza tiene que ver con alguna circunstancia en la vida provocada por Dios para causarnos dolor o sufrimiento que nos empuja a buscarle con intensidad y depender mucha más de Él y también provoca en nuestro ser apartarnos de todo aquello que nos contamina o nos hace pecar. La advertencia de Dios es clara para todo creyente que rehúsa permanentemente permanecer en Jesús. El creyente sufrirá las consecuencias. Dios lo quitará para que sea privado de participar de las riquezas de la vida de la vid. Ahora fíjate bien que el versículo 11 habla del gozo. En el Libro de Primera de Juan sabemos que la comunión con Dios y con los hermanos nos trae gozo. Jn 15:3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. La Palabra de Dios nos limpia continuamente. En el evangelio según San Juan 17:17 dice: “Santifícalos en la verdad, tu palabra es la verdad“. En libro de Efesios 5:26 dice. “para hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra“. Jn 15:4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. El fruto se produce solo cuando permanecemos unido a Jesús, es cuando recibiremos la fuerza espiritual al estar en permanente constantemente en comunión con Él, obedeciendo por amor sus bellas enseñanzas, manifestando el amor de Jesús en la relación con los hermanos, sometiéndonos a su Señorío: Jn 15:5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Jn 15:6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Jn 15:7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. Jn 15:9 Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. Jn 15:10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Jn 15:8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Jn 15:11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. Vamos resumiendo lo expresado hasta el momento. Los frutos mínimos que el creyente en Cristo o genuino debe manifestar son los siguientes: 1. La fe genuina es un fruto del Espíritu Santo. a. Por su fruto lo conoceréis Mt 7:20 b. Por su fruto se conoce al árbol Mt 12:33 El fruto marca la diferencia entre el creyente y el incrédulo. Por ejemplo la vida de Judas fue falsa. Siempre simulaba llevar fruto. Pero, en la tentación fracasó porque traicionó a Jesús por dinero y cuando su conciencia lo acusó decidió ahorcarse. Nunca buscó el fruto del arrepentimiento. 2. El fruto del carácter. Gal 5:22-23 a. b. c. d. e. f. g. h. i. 3. Amor. Gozo o alegría. Paz Paciencia. Benignidad o amabilidad. Bondad. Fe o fidelidad. Mansedumbre o humildad. Templanza o dominio propio. Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu. El fruto de las ofrendas. Fil 4:17 Ro 15:28 a. Las contribuciones en aquellos que están en necesidad. b. Las cosas materiales que se entregan al siervo del Señor. c. La participación en la obra evangélica. Fil 4:17 No es que busque dádivas, sino que busco fruto que aumente en vuestra cuenta. Ro 15:28 Así que, cuando haya concluido esto, y le haya entregado este fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España. Tito 3:14 Y aprendan también los nuestros a ocuparse en obras dignas para los casos de necesidad, para que no sean sin fruto. 4. El fruto de alabanza. Heb 13.15. Is 57, Os 14 a. b. c. d. Nuestra forma de hablar Agradecer a Dios continuamente. Recitar los atributos de Dios. Recitar sus obras. Heb 13:15 Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de Él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. 5. El futo de buenas obras. Col 1:10 Andéis como es digno del Señor. Col 1:10-11 “para que vivan de manera digna del Señor, agradándole en todo. Esto implica dar fruto en toda buena obra, crecer en el conocimiento de Dios y ser fortalecidos en todo sentido con su glorioso poder. Así perseveraran con paciencia en toda situación” 6. El fruto de convertidos. Ro 1:13 Ro 1:13 Quiero que sepan, hermanos, que aunque hasta ahora no he podido visitarlos, muchas veces me he propuesto hacerlo, para recoger algún fruto entre ustedes, tal como lo he recogido entre las otras naciones. Criterios de autoevaluación de una vida de fruto Descripción Si Demostramos arrepentimiento por los pecados que cometemos. Mt 3:18 Recibimos lo que pedimos en oración a Dios. Jn 15:16 Nuestra vida es santa o separada para Dios. Ro 7:4, 2Co 9:10 Tenemos comunión permanente con Jesús Jn 15. Nuestra vida es justa Fil 1:11 Hacemos buenas obras Co 1.10 Somos receptivos espiritualmente Mt 13:23 Ofrendamos Ro 15:28 Nuestro lenguaje o forma de hablar agrada a Dios Heb 13:15 Ganamos almas para Cristo Ro 1.13 Hemos dejado nuestra vieja forma de vivir Jn 12:24 En nuestro carácter hay amor, gozo, paz, amabilidad, paciencia, bondad, fidelidad, humidad. Dominio propio. Ga 5:22-23 No hay prácticas corruptas en nuestra vida Mt 7:17 No hay prácticas mentirosas en nuestra vida Os 10:1 No hay inmoralidad sexual, impureza y libertinaje Ga 5:19 No Agradeceré te sirvas escribirme a [email protected] para saber tu comentario acerca del artículo del fruto cristiano. Muchas gracias.