DONACIÓN Visita de la reina María Amalia de Sajonia al Arco de Trajano en Benevento Antonio Joli FUNDACIÓN AMIGOS DEL MUSEO DEL PRADO Coordinación: Fundación Amigos del Museo del Prado C/ Ruiz de Alarcón, 21 28014 Madrid www.amigosmuseoprado.org © de los textos: sus autores © de la edición: Fundación Amigos del Museo del Prado © de las fotografías: Lámina página 9, Museo Nacional del Prado Páginas 25, 29, 32 y 33, Museo Nacional del Prado Página 26, Biblioteca Nacional de España Depósito legal: M-43417-2011 DONACIÓN Visita de la reina María Amalia de Sajonia al Arco de Trajano en Benevento Antonio Joli FUNDACIÓN AMIGOS DEL MUSEO DEL PRADO El acto de presentación de la obra de Antonio Joli, Visita de la reina María Amalia de Sajonia al Arco de Trajano en Benevento, donada por la Fundación Amigos del Museo del Prado gracias a la contribución de su Patronato Internacional, se celebró el 10 de noviembre de 2011 a las 11:00 horas en la sala XXI del Museo Nacional del Prado FUNDACIÓN AMIGOS DEL MUSEO DEL PRADO Antonio Joli, Visita de la reina María Amalia de Sajonia al Arco de Trajano en Benevento, hacia 1759, óleo sobre lienzo, 77,5 x 131 cm. Museo Nacional del Prado, Madrid. Carlos Zurita, Duque de Soria Presidente de la Fundación Amigos del Museo del Prado E s enorme la satisfacción que siento al hacer entrega al Museo del Prado, en nombre de la Fundación Amigos que me honro presidir, de la Visita de la reina María Amalia de Sajonia al Arco de Trajano en Benevento, obra del artista italiano Antonio Joli. La Fundación Amigos del Museo del Prado se siente orgullosa de, en su labor de apoyo al Prado, de la que se cumplen ya tres décadas, poder aportar otro granito de arena al enriquecimiento de la inestimable colección pictórica del Museo. Esta donación, que ha sido posible gracias a la generosidad del ejemplo del modo en el que la sociedad civil puede contribuir al crecimiento de las más altas instituciones de la cultura. Nos es muy grato, además, que esa colaboración llegue de fuera de nuestras fronteras, internacionalizando la labor de la Fundación y haciendo patente que el Museo del Prado, además de ser el buque insignia de la pintura española, es un tesoro universal que toda la humanidad tiene el derecho de disfrutar y el deber de apoyar y proteger. Protección de las artes que llevó a cabo con ahínco la protagonista de la obra que ahora ingresa en el Museo, María Amalia de Sajonia, Carlos III, primero en el reino de Nápoles y luego en España, promovió iniciativas de corte ilustrado —como las excavaciones arqueológicas de Pompeya y Herculano o la creación de las reales manufacturas de tapices y porcelanas de Nápoles y Madrid—, promovió las artes y adquirió obras que terminarían engrosando los fondos del Museo Real que en 1819 fundó su nieto Fernando VII y que, posteriormente, tomaría el nombre de Museo del Prado. Con esta donación la Fundación continúa con una labor que comenzó en 1982 cuando entregó su primera obra al Museo, La condesa de Santovenia «la niña rosa» de Eduardo Rosales. A ella se unieron después los cuadros Retrato de enano de Juan van der Hamen, en 1986; 11 Martirio de san Esteban de Bernardo Cavallino, en 1988; Aureliano de Beruete y Moret, hijo de Joaquín Sorolla, en 1994, y Autorretrato en el estudio de Luis Paret y Alcázar, en 1996. Además, la Fundación también ha donado al Museo dibujos de Mariano Fortuny, Francisco de Goya, Herrera el Viejo, José del Castillo y Bartolomé Esteban !"!# $% El Museo del Prado visto por doce artistas españoles contemporáneos, en 1990, y Doce artistas en el Museo del Prado, en 2007. Nada de esto hubiera podido llevarse a cabo sin la inestimable generosidad de todos los Amigos, que con su aportación hacen posible las iniciativas con la que nuestra Fundación colabora con el Museo del Prado. Vaya para todos ellos el agradecimiento profundo por su sensibi & 12 Plácido Arango Presidente del Real Patronato del Museo Nacional del Prado L a donación al Museo del Prado del cuadro de Antonio Joli, Visita de la reina María Amalia de Sajonia al Arco de Trajano en Benevento, por parte de la Fundación Amigos del Museo del Prado, constituye razón de alegría y agradecimiento. La pintura viene a enriquecer una pequeña colección de obras del pintor modenés que están todas relacionadas con el importante acontecimiento del pasaje de Carlos III y su esposa María Amalia desde el trono del reino de Nápoles al de España en 1759. Pintor especializado en vedute, que realizó prin ' ( )*+<<=+++> ? esta obra el impulso que supuso el interés de los borbones napolitanos para la arqueología en Campania. La Fundación Amigos del Museo del Prado, bajo la presidencia de don Carlos Zurita, Duque de Soria, ha realizado un papel fundamental en el desarrollo del papel social y educativo del Prado. Ha facilitado la incorporación a las colecciones del Museo de obras importantes de Juan van der Hamen, Eduardo Rosales, Luis Paret y Alcázar y Bernardo Cavallino. A las vísperas de la celebración de su treinta aniversario, quisiera manifestar el aprecio por todo el apoyo moral, técnico y económico que la Fundación brinda a nuestra institución. Quiero expresar también mi agradecimiento al Patronato Internacional de la Fundación, un grupo de benefactores recientemente constituido que suponen un gran apoyo para el Museo del Prado. Prueba última de ello es la donación con carácter anónimo que uno de sus miembros ha hecho con gran generosidad, la misma que ha permitido la adquisición de este lienzo de Joli. 13 Visita de la reina María Amalia de Sajonia al Arco de Trajano en Benevento Antonio Joli 15 Visita de la reina María Amalia de Sajonia al Arco de Trajano en Benevento de Antonio Joli Gudrun Maurer E l 21 de abril de 1759, el arquitecto napolitano Luis Vanvitelli escribió a su hermano Urbano que había llegado a Nápoles un artista veneciano llamado Antonio Joli, pintor de escenografías de teatro y de vedute, cuyo estilo le recordaba al de las vistas de su padre —el reconocido paisajista holandés Gaspar Vanvitteli, que se había trasladado en 1674 a Italia y al que se deben las primeras vistas de Venecia pintadas al óleo. Le informó de que Joli había trabajado en la corte española durante mucho tiempo, donde había conocido a Corrado Giaquinto, pintor de cámara de Fernando VI, y disfrutado de un sueldo de consideración, @ $ atender encargos de clientes particulares. También le comunicó que Joli había regresado a Italia con motivo de ciertas divergencias en cuestiones teatrales con Carlo Broschi, el célebre castrato conocido como Farinelli1. Esta carta es el primer testimonio de Antonio Joli (1700-1777) en Nápoles e indica su intención de establecerse allí y, seguramente, de conseguir una plaza en el destacado Teatro Real de San Carlos, inaugurado en 1737. Facilita, a la vez, una fecha post quem para el cuadro Visita de la reina María Amalia de Sajonia al Arco de Trajano en Benevento, bellísimo paisaje ubicado en la antigua y próspera ciudad de Benevento situada en la región italiana de Campania, a unos 50 kilómetros al noreste de Nápoles. El portentoso arco triunfal dedicado al emperador Trajano, nacido en España en el año 53 d. C., preside $ Y tamaño, entre las que destaca el cortejo de unos gentilhombres y damas nobles, encabezado por la reina consorte de Nápoles y de Sicilia. María Amalia de Sajonia (1724-1760), hija de Augusto III de Polonia, elector de Sajonia con el nombre de Augusto II, y de la archiduquesa María Josefa de Austria, estaba casada desde 1738 con Carlos de Borbón (1716-1788), hijo de Felipe V de España, llamado Carlos VII de Nápoles y Carlos V de Sicilia, que gobernaría en España como Carlos III a partir de octubre de 1759. Este hecho permite situar la distinguida 17 visita de la reina a Benevento representada en el cuadro de Joli, antes del 6 de octubre de 1759, cuando los reyes de Nápoles y de Sicilia se trasladaron a Madrid para suceder en la Corona Española al hermanastro de Carlos, Fernando VI, tras su fallecimiento sin descendencia. [ \$$ ] $ ^ mental de su hijo primogénito y por estar destinado el segundogénito, Carlos, a ser su futuro sucesor en el trono de España—, en su tercer hijo varón, Fernando, que aún era menor de edad, dejando por ello el gobierno en manos del marqués Bernardo de Tanucci, que había sido ? & _ ` { en varios lienzos pintados por Joli, precisamente en su Abdicación de Carlos III en su hijo Fernando y en dos vistas de La partida de Carlos de Borbón a España (Madrid, Museo Nacional del Prado), obras encargadas tal vez por Tanucci, ya que el artista no entró al servicio de la [| }% +]~& Antonio Joli, nacido en 1700 en Módena, fue, según el historiador Girolamo Tiraboschi, discípulo del pintor modenés de perspectivas Raffaelo Menia Rinaldi, y, en Roma, de Giovanni Paolo Panini, excelente % ? damente en el estilo de Joli. En 1732 inició su carrera como pintor de escenografías de teatro en Venecia, uno de los centros más importantes de la ópera italiana en aquel tiempo. Se dedicó también a la veduta al óleo, género pictórico ya muy popular y lucrativo en Italia, impulsado por Gaspar Vanvitelli y Luca Carlevarijs, y que habían hecho avanzar pintores como Giovanni Antonio Canal, conocido como Canaletto, Bernardo Bellotto y Francesco Guardi. En este género, Joli consiguió pronto un cierto reconocimiento; fue reclamado por Johannes Matthias von der Schulenburg, mariscal de la República de Venecia, y su trabajo fue también apreciado por Carl Gustav Tessin, $ mente sería al pintor de escenografías Giuseppe Galli Bibbiena a quien terminó encargando distintos trabajos en la corte de Estocolmo. En 1739, Joli fue nombrado prior del Collegio dei Pittori Veneziani, ascendiendo a uno de los tres cargos de síndico en 1741. Giacomo Girolamo Casanova, el famoso escritor y libertino veneciano, le elogió como “célebre pintor de adorno”, cuando incorporó a este colegio 18 a su hermano Francisco para liberarle de la “tiranía” de su maestro Guardi2. Tras una breve estancia en Roma y unos viajes por Austria y Sajonia emprendidos en 1742 y 1743, Joli trabajó durante varios años en Londres en el Teatro Real del Haymarket. Realizó también para mecenas privados vedute de la capital inglesa y de Italia, éstas últimas según dibujos ejecutados durante su aprendizaje con Panini y según estampas de vistas pintadas por los paisajistas italianos contemporáneos. Tras el fallecimiento del director de la opera londinense en 1749, Joli se trasladó a Madrid, donde sustituyó al difunto Santiago Pavía, pintor boloñés de escenografías para el Teatro Real del Buen Retiro. De su estancia de seis años en la corte española se conservan también vistas, que le valieron el apodo del “Canaletto de Madrid”. Regresó a Italia en 1754, al parecer por las citadas discrepancias con Farinelli. Careciendo de un puesto estable en uno de los teatros venecianos, se dedicó exclusivamente a la veduta, siendo uno de los primeros pintores de este género incorporados a la nueva Academia veneciana de Pintura y Escultura, y al consejo de la misma. En 1756 conoció a Lord John Brudenell, al que acompañó en su Grand Tour por el sur de Italia, también a Ischia y Sicilia, regiones poco visitadas hasta entonces, pintando para su nuevo protector numerosas vistas de las ciudades y regiones por las que pasaron. Entre ellas destaca la serie de seis Vistas de los Templos de Paestum, visitados por el lord y el pintor en junio de 1756. De novedoso concepto, representan las primeras pinturas al óleo de estos monumentos descubiertos en 1746, aunque prácticamente no habían atraído a los viajeros hasta 1760. Se difundieron a través de estampas realizadas por Filippo Morghen, miembro de una de las familias de grabadores italianos más importantes del siglo XVIII, publicadas en 1765 en una edición dedicada a Frederick Calvert, barón de Baltimore, extravagante aristócrata inglés que había vivido en Italia durante los últimos años de su vida. Mientras Brudenell regresó a Venecia en el verano de 1758, Joli intentó establecerse en Nápoles. Sus gestiones respecto a una plaza en la corte napolitana se interrumpieron con la partida de los reyes en octubre de 1759. Hasta esta fecha, no había llegado todavía a ser $ +]~ 19 Vincenzo Ré, pintor de escenografías del Teatro Real de San Carlos, que a Joli le conocía solamente “poco”3. Sin embargo, fue Joli quien obtuvo la plaza vacante, que ocupó hasta su muerte en 1777. Durante esta última etapa de su vida continuó pintando vistas para coleccionistas particulares, entre ellos el príncipe de Francavilla, uno de los cortesa % ministro británico en Nápoles. Otras de sus vistas, unidas sobre todo a ' que, en 1764, quería enviar a su padre, Carlos III, gran admirador de obras de este género pictórico, dos vistas de Joli de los Paseos del rey por mar a Posillipo4, lienzos hoy desaparecidos. Asimismo, está documentado un envío de dos cuadros a la corte de Madrid, tratándose tal vez de La erupción diurna del Vesubio de 1761/62 y de su pareja, una versión nocturna de la misma, conservados en el Palacio Real de Aranjuez desde 1769. *** La obra aquí presentada es parte de la producción realizada por Joli después del viaje con Lord Brudenell al sur de Italia, en la que se perciben decididos avances en el género del paisaje con ruinas, ? ` % histórico y arqueológico de los viajeros a los monumentos clásicos, que se observa desde mediados del siglo XVIII. La visita de la reina consorte, María Amalia, a los monumentos \ ` antigüedades clásicas. A la soberana, que había crecido en la “Florencia del Norte”, como se denominó la corte de Dresde por su brillante vida artística, se le atribuye el impulso para la fundación de la fábrica de porcelana en Nápoles, en la que se produjeron objetos al estilo de las antigüedades descubiertas en Herculano en 17385. Las excavaciones de Herculano y las de Pompeya, ciudades desaparecidas tras la erupción del Vesubio del año 79 d. C., se iniciaron en 1748 y se deben al gran interés personal del propio Carlos de Borbón, conocido como “Rey Arqueólogo”, por la Antigüedad y constituyeron el proyecto más importante de su política cultural. Bajo su reinado, las pinturas, 20 esculturas y diversos objetos procedentes de las excavaciones fueron trasladados a los palacios reales e investigados y dados a conocer por la Regale Accademia Ercolanese, fundada en 1755 a iniciativa de Tanucci. Entre 1757 y 1792 se editaron los ocho volúmenes de la obra Le antichità di Ercolano esposte, prestigiosa publicación ilustrada con numerosas estampas y protegida igualmente por Carlos de Borbón, que se difundió por toda Europa y contribuyó decididamente a la evolución del Neoclasicismo. Una de las ciudades de mayor interés arqueológico era Benevento, de origen samnio (siglo VIII a. C.), denominada entonces Maleventum (“malos vientos”), y que recibió su nuevo nombre, Beneventum, en el año 275 a. C. tras su conquista por los romanos. En los siglos posteriores se convirtió en una próspera ciudad mercantil, debido a las fructíferas tierras de la región atravesada por los ríos Sabato y Calore, que se juntan al oeste de la ciudad, y al cruce de las dos principales calzadas romanas, la Vía Apia y la Vía Trajana, que conectaron Roma con Tarento y con Brindisi. La Benevento romana tuvo su ocaso con la conquista de la ciudad por los godos en 490, a los que siguieron los longobardos, que fundaron el célebre ducado de Benevento en 571. En 1077, la ciudad pasó a la Iglesia y se la disputaron en los siglos poste [ | &_+" Guerra de Sucesión Española, y por el Tratado de Utrecht, el reino de Nápoles y de Sicilia, ligado a la Corona de Aragón desde el siglo XV, pasó, incluido Benevento, al dominio de Austria y fue recuperado en 1735 para la Corona Española por Carlos de Borbón, entonces duque de Toscana, con ayuda de las tropas de su padre, Felipe V de España, y de Luis XV de Francia. El Arco de Trajano de Benevento es uno de los arcos triunfales romanos mejor conservados. Encargado por el Senado y el pueblo romano en honor del emperador Trajano, fue levantado hacia el año 114 d. C., como se deduce de la inscripción del ático, idéntica en ambas fachadas del monumento y trasferida casi íntegramente al arco pintado por Joli: “IMP[eratori] CAESARI DIVI NERVAE FILIO NERVAE TRAIANO OPTIMO AVG[usto] GERMANICO DACICO PONTIF[ici] MAX[imo] TRIB[unicia] POTEST[ate] XVIII IMP[eratori]VII CO[n]S[uli] VI 21 P[atri] P[atriae] FORTISSIMO PRINCIPI SENATVS P[opulus] Q[ue] R[omanus]”. (“Al Emperador Cesar hijo de Nerva, el divino, y por apellido Nerva & & %& %& %& Tribuno del pueblo dieciocho [veces]. Capitán general siete [veces]. Cónsul seis [veces]. Padre de la patria. Príncipe fortísimo. Senado y pueblo romano”). Los títulos imperiales aquí indicados permiten precisar la fecha del arco entre el 1 de septiembre y el 9 de diciembre de 114 d. C., es decir, entre la concesión al emperador del título de Optimus y el cumplimiento de su decimonovena Tribunicia Potestate. En su origen, el Arco de Trajano, concebido como una construcción aislada, fue situado en la circunscripción oriental de Benevento, extendiéndose en dirección noroeste-sureste. Encabezó allí la Vía Trajana construida durante el reinado de este emperador, que convirtió el puerto de Brindisi en puerta del imperio romano hacia Grecia y el Oriente. De unos 15 metros de altura, 13 de anchura y 5 de profundidad, así como de una sola puerta en arco de medio punto de unos 8 por 5 metros, revestido de mármol de Paros, con pilares adornados con columnas corintias y capiteles de estilo compuesto, el arco de Benevento es una repetición del importante Arco de Tito construido en Roma en el año 81 d. C. Sin embargo, se distingue de los austeros pilares de éste por una lujosa ornamentación de grandes relieves narrativos, doce en las fachadas, uno en cada intradós y uno en la clave de la bóveda, cuyas ` y de actitudes contenidas, no afectan a la grandeza del monumento ni a la verticalidad de su estructura. ( ` $@Y de Trajano, es decir, sus victorias militares, a las que siguieron temporadas de paz y de prosperidad, consolidadas bajo el imperio de Adriano (76-138 d. C.), su sucesor. Mientras las escenas marciales se distribuyen por la fachada que se orienta hacia el campo, los asuntos alusivos a la paz y a la prosperidad se concentran en la fachada que da a la ciudad. Los dos relieves del intradós representan respectivamente un sacrificio a Trajano y la Institución Alimentaria, establecida por el emperador para el sustento de los niños pobres. El relieve 22 que adorna la clave de la bóveda se dedica a la Victoria coronando a Trajano armado. Por el exterior de la zona del ático corre un friso con el Triunfo de Trajano, cuya lectura se inicia a la izquierda de la fachada urbana, que fue cortada por una muralla construida por los longobardos en el siglo VII, que incorporó el arco a su estructura, convirtiéndolo en una puerta denominada coloquialmente Porta Áurea. El arco no recuperó su aspecto original hasta la demolición de la muralla en esta zona, realizada entre 1892 y 1894. Entre los monumentos romanos conservados en Benevento % bajo Adriano y ampliado por Caracalla entre los años 200 y 210 d. C, así como una arcada restante del Criptopórtico —galería medio subterránea que sirvió como almacén de alimentos y como cimientos del desaparecido foro. Un puente romano sobre el Sabato, llamado Puente Leproso, recuerda el acceso al oeste de la ciudad por la Vía Apia procedente de Roma. Numerosos elementos arquitectónicos @ construidos en los siglos posteriores, mientras otros se conservan en el Museo del Sannio de Benevento fundado en 18736. También existía un templo consagrado a Isis, reina de Egipto, adorada como diosa después de su muerte también en Grecia y en Roma. Los cimientos de este templo fueron descubiertos en 1903 en las cercanías del Arco de & Y!!&[&$ en él las esculturas y otros adornos que el emperador había traído de Egipto, así como las esculturas realizadas en estilo egipcio durante su imperio, obras que hoy se guardan asimismo en el Museo del Sannio. El templo desapareció con el derrumbamiento de una muralla en 545, cuyo recuerdo se había conservado solo a través de distintos elementos arquitectónicos y escultóricos del Egipto clásico. El culto de Isis, revivido en Alejandria en el siglo III a. C., fue introducido en Italia un siglo más tarde. Uno de los defensores más decididos de ese culto fue precisamente Domiciano, seguramente porque su padre, Vespasiano, había sido elegido emperador en el año 69 d. C., durante su estancia en Alejandría. En el Thesaurus Antiquitatum Beneventanarum del canónigo Giovanni di Vita, publicado en Roma en 1754 se debate, basándose en distintas lápidas con inscripciones, sobre la 23 Marco Aurelio7. *** En esta obra, de composición muy pensada, que a partir de ahora se expone en el Prado, Joli reunió las ruinas de varios de los solemnes \ ` % real, en dos grupos y disponiéndolos alrededor del Arco de Trajano, aquí despojado de la muralla longobarda. Para ello se sirvió evidentemente de cinco de las estampas de Pierre-Jacques Gaultier según los dibujos `\} Thesaurus Antiquitatum Beneventanarum y que reproducen la fachada urbana del Arco de Trajano, los restos del teatro romano vistos desde el norte y desde el oeste, y dos relieves incluidos también en el cuadro de Joli8. El espacio pictórico se articula, conforme al concepto de paisaje clásico, en una sucesión de tres planos paralelos: primero, las umbrosas orillas de un río que bordea la zona inferior del cuadro y que serpentea hacia un paisaje que se abre a la izquierda, formando, a la vez, un ` `&_ el segundo plano se eleva el Arco de Trajano, por detrás del cual se extiende, como tercer plano, la zona urbana, viéndose a través del ojo ? \ ` % y una torre medieval. A la derecha de esta calle se sitúa una arcada que, según la estampa correspondiente del Thesaurus, muestra una parte del muro occidental del célebre teatro romano, detrás de la cual Joli incluyó unas columnas estriadas y coronadas por capiteles dóricos, que sostienen un arquitrabe y fragmentos de una cornisa. Un árbol añadido por el pintor en el margen derecho del cuadro cubre una mitad de esta columnata, visible en la radiografía. A la izquierda del Arco de Trajano se localizan los restos del muro norte del teatro, aprovechado en la construcción de unas casas contemporáneas. Desde allí, la mirada conduce hacia un puente romano, que recuerda la salida por el sur de la ciudad por la Vía Apia, y hacia un paisaje de bosques y pequeñas colinas, envuelto en la luz difuminada de la mañana ya avanzada. Los brillantes rayos del sol generan, a la derecha, el luminoso azul de un cielo casi 24 despejado, sobre el cual se recorta con mucho efecto el solemne arco &( tes de luz y sombra para resaltar los elementos estructurales del colosal ` `& una forma muy abocetada, Joli siguió perfectamente a la estampa del Thesaurus Y $` $ de los distintos dioses representados. Antonio Joli, Visita de la reina María Amalia de Sajonia al Arco de Trajano en Benevento, detalle, hacia 1759, óleo sobre lienzo, 77,5 x 131 cm. Museo Nacional del Prado, Madrid. Estos relieves perfectamente reconocibles revelan, sin embargo, que Joli ha invertido la posición del arco en este paisaje. Aunque visto desde el campo —perspectiva que garantiza su libre visión y un panorama de gran amplitud— se presenta aquí la fachada que en realidad se dirigía hacia la ciudad. 25 _ $ ` ` nes de las Victorias Augustas, acompañadas cada una por un niño con ? Primavera y al Verano. En las pechinas $ ?` recostados, a la izquierda la diosa Tisia, a la derecha el dios Danubio, los ríos fronterizos de Dacia, hoy Rumanía, conquistada por Trajano entre 101 y 102 d. C. Dos niños, uno con uvas y otro envuelto en una Otoño y el Invierno. _ ?` percibirse claramente en el aguafuerte titulado Veduta dell´Arco di Benevento nel Regno di Napoli de Giovanni Battista Piranesi, aunque invertidas sus posiciones, apareciendo el Danubio a la izquierda y la Tisia a la derecha. Una inexactitud que se observa también en otros detalles de este aguafuerte y que revela que Piranesi se centró, más que en los pormenores de la decoración, en el efecto general del monumento en el espacio, cuyo colosal tamaño están midiendo tres de los personajes en primer plano. La estampa de Piranesi se fecha entre 1773 y 1778 y fue Giovanni Battista Piranesi, Veduta dell´Arco di Benevento nel Regno di Napoli, hacia 1773-1778, aguafuerte, 2ª estado, usado en la 1ª ed. de París de Francesco y Pietro Piranesi, 1800/08, 475 x 710 mm (huella de la estampa). © Biblioteca Nacional, Madrid. 26 incluida en la primera edición de las Vedute di Roma publicada por sus hijos Francesco y Pietro Piranesi en París entre 1800 y 1807. La inversión del Arco de Trajano en el paisaje de Joli corresponde a la libertad implícita en el género del capricho arquitectónico, que permite un alto grado de invención o de fantasía, que era desde la Antigüedad uno de los principios fundamentales de la creación artística. Joli presenta la fachada mejor conservada, ya que por el lado opuesto faltaba casi la mitad del relieve izquierdo del ático, pérdida antigua reproducida en el aguafuerte de Piranesi. Además, las escenas alusivas a la paz y a la prosperidad dispuestas en esa fachada se acomodaban mejor a la presencia regia en el cuadro. Precisamente, los relieves inferiores de los pilares se dedican, a la derecha, a la entrada de Trajano en Roma, acompañado por lictores y recibido, en el relieve de la izquierda, por un senador togado en el centro, un representante del Ordo Equester con bastón a la izquierda, y por el Genio del Pueblo de Roma con su cornucopia, símbolo de la abundancia, a la derecha, y con la asistencia del pueblo de Roma que se representa al fondo. _ ` protector de los puertos y del comercio, acompañado por togati, al parecer comerciantes, y por Hércules y los dioses Portuno y Apolo. Enfrente, la diosa Virtus de las cinco legiones con un estandarte de cinco águilas, acompañada por Diana y Silvano, dioses de la caza y de los bosques, recomienda a dos veteranos, togados y representados de menor tamaño, para que reciban tierras para su colonización y cultivo. _ ` % ` emperador: a la izquierda, Júpiter, que aparece entre Juno y Minerva, formando la Tríada Capitolina, alarga a Trajano, representado en la escena de la derecha, el rayo, símbolo de su poder y aquí de las insignias & de menor tamaño a su lado, como su legítimo sucesor. La temática de la paz y de la prosperidad del imperio romano resultante de victoriosas expediciones militares pudo establecer un paralelismo con la historia política del reino de Nápoles y de Sicilia, precisamente con las décadas de paz que éste vivió después de haber sido recuperado por Carlos de Borbón del dominio de 27 Austria en 1735 y que impulsaron también la intensa vida cultural, como por ejemplo las importantes excavaciones arqueológicas protegidas por el rey. El aspecto arqueológico es el que domina también esta obra de Joli. En el Arco de Trajano, aunque aparece desplazado hacia la derecha del eje central del lienzo, se unen dos marcadas diagonales: la primera la dibuja la calzada de piedra —la Vía Trajana— que entra desde la izquierda, atravesando un antiguo puente y facilitando el acceso al arco. Por esta calzada, reservada por Joli a los personajes de rango elevado, cabalgan dos elegantes caballeros conversando y señalando al solemne arco, sin prestar atención a un mendigo sentado en el parapeto del puente, que les alarga el gorro. Otros jóvenes aldeanos ? $ & % adelante, pasean dos distinguidos cortesanos conversando asimismo sobre el monumento, como se desprende de sus gestos. Por la puerta del arco sale un noble jinete, que contrasta con una campesina que montada sobre un burro abandona la ciudad por una sencilla senda a la izquierda del arco. A través de estos paralelismos y contrastes, Joli marcó claramente su distanciamiento de los conceptos de su maestro Panini y de la veduta arcádica, habitada por personajes de época romana, que pueblan también sus vistas de estos mismos monumentos, El Arco de Trajano y El teatro romano de Benevento, pintadas hacia 1745 y documentadas en la colección del cardenal Silvio Valenti Gonzaga9. Utilizó, en cambio, la novedosa actitud intelectual con que los viajeros de su época se acercaron a los monumentos clásicos. La otra diagonal se constituye a través de la perspectiva en la que se plantea el Arco de Trajano en el espacio pictórico. Visto desde la derecha y ligeramente desde abajo, el punto de vista coincide con la una roca, que representan a un artista dibujando, acompañado por un versado arqueólogo que le explica los grandes relieves expuestos delante de ellos, mientras otro erudito personaje observa el proceso del dibujo. La perspectiva del arco concebida desde la posición de este grupo trasmite, por un lado, la monumentalidad de la arquitectura y permite percibirla de una forma más completa, al hacer visibles los relieves que adornan el intradós de la puerta y la clave de la bóveda. 28 creativo y artístico, iniciado con la mirada analítica del dibujante que, instruido por un especialista, copia los monumentos del natural en $ ` ` que se unirán la realidad y la invención. Aquí, el artista dibuja dos relieves expuestos ante su vista. De nuevo, se trata de unos restos clásicos que se han conservado hasta hoy día y que se reproducen también en el mencionado Thesaurus Antiquitatum Beneventanarum. El relieve de la derecha muestra el frente de un sarcófago de mármol blanco, del siglo III, de un tamaño de 147 x 260 cm y conservado casi íntegramente en el Museo del Sannio \ ` & Aquiles y Pentesilea, fue interpretado en el Thesaurus como el mito del Rapto de las sabinas, que describe como los fundadores de Roma secuestraron a las mujeres de la tribu de los sabinos para tomarlas por esposas, y que se relaciona aquí con los orígenes romanos de Benevento. Antonio Joli, Visita de la reina María Amalia de Sajonia al Arco de Trajano en Benevento, detalle, hacia 1759, óleo sobre lienzo, 77,5 x 131 cm. Museo Nacional del Prado, Madrid. 29 Sin embargo, el aislamiento de este relieve en el cuadro de Joli es otra invención del artista, ya que en realidad estuvo empotrado en la fuente pública de la Iglesia de Santa Sofía hasta su traslado al Museo del Sannio en 1873. Una estampa según una preciosa aguada de Claude-Louis Châtelet ofrece una vista de esta fuente con el relieve empotrado en ella y fue incluida en el tercer volumen de Voyage Pittoresque ou Description del Royaumes de Naples et de Sicile, del abate Jean Claude Richard de Saint-Non, publicado en París entre 1781 y 1786. _ ` @ $ & ( &&&|& * pulusque Romanus”) incluidas en el ángulo inferior derecho indican que este mármol fue encargo del Senado y del pueblo romano. Se basa en la estampa de la portada del Thesaurus y corresponde a un relieve antiguo que se encuentra empotrado en la fachada del campanario de \ ` ~+ $ &( $ minado “chingiale stolato”, fue incorporada, además, en el escudo civil de Benevento, junto con la inscripción, aunque sustituida la “R” por la “B”, inicial del nombre de la ciudad, que aparece también en la estampa del Thesaurus. Sobre la procedencia de la imagen del jabalí existen distintas leyendas. Según la más popular, también la estampa del Thesaurus, se trata del mítico jabalí que fue enviado por Artemisa, diosa de la caza, a la región de Calidón en Etolia para devastarla y castigar así el olvido de Eneo, rey de Calidón, de &$ @ % _ & Diomedes, rey de Argos y uno de los participantes en esa célebre cacería, le arrancó los dientes a la bestia, llevándolos a Benevento, una de las ciudades que había fundado en el sur de Italia. Allí, Diomedes, que luchó con Aquiles y Ulises en la Guerra de Troya, huyó después $ ` quisieron matar. Los dientes del jabalí de Calidón fueron considerados como la reliquia más sagrada de la Antigüedad todavía en la época del historiador Procopio (h. 500-562)10. 30 ) ` sugiriendo haberse basado en dibujos realizados del natural $ ` una manera que le permitió trasmitir un sentido que va más allá de ? los monumentos han producido en los visitantes representados, así como su percepción de la importancia histórica y ética del pasado para el presente contemporáneo. La representación por Joli de la mirada ? $ principios fundamentales del proceso creativo convierte esta obra en ? $ siderado todavía en aquel tiempo como uno de los géneros inferiores en la jerarquía tradicional de los géneros pictóricos. Aquí, el paisaje aparece ennoblecido por la representación del proceso creativo y, además, por la presencia de la reina. María Amalia de Sajonia, vistiendo un exquisito traje de seda azul con volantes de encaje blanco, correspondiente a la moda francesa entre +<+]< encabeza un pequeño cortejo de gentilhombres y de damas nobles, de distinguidas actitudes y elegantes atuendos descritos con detalle. Una de las damas representa seguramente a Reverta Zenobia, duquesa viuda de Castropignano, la más prominente de las damas ? $ 11. Dos jóvenes guardias de uniforme cierran el grupo a la izquierda y revelan con su presencia la identidad de la reina. También en otras pinturas de Joli, miembros de esta guardia escoltan a los reyes y a otros personajes de alto rango político, como por ejemplo en La partida de Carlos de Borbón a España, vista desde la dársena, donde un guardia con el mismo uniforme corre delante de la carroza de Tanucci. El gentilhombre representado al lado de María Amalia, con tricornio y ) do como el marqués de Tanucci, famoso por sus conocimientos sobre las antigüedades descubiertas en Herculano y Pompeya, que asistió “siempre que podía” a las sesiones de la Academia Herculanense presidida por él12. Con un gesto de respeto, Tanucci se dirige a la soberana para presentarle al guía de la excursión, vestido con la giamberga napolitana, esa casaca roja que estuvo de moda entre 1740 y 1760. 31 Antonio Joli, Visita de la reina María Amalia de Sajonia al Arco de Trajano en Benevento, detalle, hacia 1759, óleo sobre lienzo, 77,5 x 131 cm. Museo Nacional del Prado, Madrid. ` han abandonado la calzada empedrada, a pesar de lo delicado de sus elegantes calzados, pues no es el Arco de Trajano el monumento que les explica, sino los restos del templo añadido por Joli, hacia el que señala el guía con su mano derecha. Este gesto se repite explícitamente Y Arco de Trajano, enseña a un compañero la misma columnata —detalle ` &` @ aquí a Hércules como antecedente mítico de los regentes, o al culto de Isis como origen de la civilización y del arte, considerado como tal todavía en el siglo XVIII, por ejemplo por el célebre arqueólogo Johann ) & fue considerada, además, como modelo de las reinas desde los tiempos de los faraones. En la inscripción de uno de los obeliscos conservados en Benevento se elogia a Isis como reina del cielo y de todos los dioses, como madre divinizada y ojo e hija del sol13, títulos presentes tanto en la iconografía mariana como en la regia. En ambos casos, el discurso del guía sobre el templo pudo implicar un sutil elogio de Joli a María 32 Antonio Joli, Partida de Carlos III a España, vista desde la dársena, detalle, 1759, óleo sobre lienzo, 128 x 205 cm. Museo Nacional del Prado, Madrid. Amalia, su ansiada mecenas, que después de haber escuchado la explicación sobre el templo, podría acercarse a los relieves dibujados por el artista. Por otro lado, el orden dórico del templo que se presenta a la reina ? $ ` raíz del descubrimiento de los templos de Paestum hacia 1747, de los que Joli realizó las primeras representaciones al óleo contemporáneamente a este paisaje. Estos descubrimientos habían impulsado un debate sobre la relación entre los estilos griego y romano. El primero, estimado por los arqueólogos modernos por su simplicidad, se confrontaba con la @ $ Renacimiento y consolidado a través de la teoría de Vitrubio. Los defensores del estilo romano rechazaban la idea de que este, que consideraban ` & % $ tura clásica de 1762, la arquitectura griega y, con ello, el orden dórico como el modelo arquetípico y el origen de todos los estilos arquitectónicos posteriores. Este debate pudo relacionarse en el cuadro de Joli con la 33 temática de los relieves dibujados por el artista, que aluden a los origines de Roma y Benevento. Con la novedosa concepción del cuadro aquí presentado, Joli se distanció de las fuentes utilizadas hasta entonces, entre las que están en primer lugar los paisajes arcádicos de ruinas de su maestro Panini, que se enfocan a la fugacidad de la materia y del solemne pasado. También, las vedute | ` { perspectivas, y que pretenden trasmitir una idea de la grandeza y de la eterna gloria de la Antigüedad que va desapareciendo. Joli abandonó asimismo el concepto del amplio panorama urbano desarrollado por Gaspar Vanvitelli y Canaletto, basado, por ejemplo, en la manipulación de la perspectiva y de los detalles arquitectónicos para trasmitir las peculiaridades más características de una ciudad. Creó, en cambio, un paisaje austero en que se encuadra un conjunto de monumentos en número limitado, reuniendo las masas en un plano pictórico relativamente cercano. Este concepto contribuye aquí al carácter íntimo y privado de la visita de la reina y a la mirada cercana, analítica e histórica, de los modernos visitantes a los monumentos de la Antigüedad, cuyos restos, lejos de estar sometidos a la destrucción del tiempo, ` &( radas a la composición una vez concluida, protagonizan el paisaje, cuya estructura compositiva impulsa sus actitudes y permite reconocer un sentido trascendental. Es posible que la obra, cuya historia se desconoce, sirviera como presentación de Joli ante la reina en conexión con su intención de establecerse en la corte napolitana. En el Palacio Real de Caserta se conserva otra versión de esta composición, con variantes en la disposi $$ ` un guardia de uniforme14. En esta obra, Joli hizo hincapié en la realidad objetiva, cualidad cada vez más apreciada en este tipo de paisajes durante la segunda mitad del siglo XVIII, lo que no le impidió servirse de los sugestivos recursos del paisajismo, como los bellos efectos de la luz del sol, ni aprovechar las libertades compositivas que le brindaba el capricho 34 arquitectónico. A través de estos recursos, Joli ennobleció las disciplinas de la historia y de la arqueología, en cuyos progresos el propio $ $ = ción regia de las artes. *** 35 Notas 1 Franco Strazzullo (editor), Lettere di Luigi Vanvitelli della Biblioteca Palatina di Caserta, 3 vols., Galatina, Congedo, 1976-1977, vol. II, pp. 337 y ss. 2 Giacomo Casanova. Historia de mi vida. Gerona, Atalanta, 2009 vol. I, p. 167. 3 Carlos III. Cartas a Tanucci (1759-1763), [Prólogo Gonzalo Anes. Introducción, transcripción y notas Maximiliano Barrio], Madrid, BBV, 1988, p. 343. 4 Carlos III en Italia, 1731-1759. Itinerario italiano de un monarca español, cat. exp., Madrid, Museo Nacional del Prado, 1989, (Jesús Urrea), p. 150. 5 Cartas familiares del abate D. Juan Andres a su hermano D. Carlos Andres, dandole noticia del viage que hizo á varias ciudades de Italia en el año 1785, publicadas por el mismo D. Carlos, Tomo I, Madrid, Imprenta de Sancha, 1791, carta XII [del 19 de enero de 1786], p. 145. 6 Mario Rotili, , | ]+& 7 Giovanni de Vita, Thesaurus Antiquitatum Beneventanarum, Roma, Ex Typographia Palladis, 2 vols., 1754-1764, vol. I, pp. 71 y ss. 8 Íbidem, portada, p. 2, y pp. 252 y 284. 9 Ferdinando Arisi, Gian Paolo Panini e i fasti della Roma del’700, Roma, Ugo Bozzi Editore s. a. s., 1986, pp. 146 y ss. y p. 408, nº 354 y nº 355. 10 Ferdinand Gregorovius, Wanderjahre in Italien, Munich, C. H. Beck´sche Verlagsbuchhandlung, 1997, cap. 97. 11 José Luis Gómez Urdañez, Cartas desde Varsovia. Correspondencia particular del conde de Aranda con Ricardo Wall (1760-1762), Lublín, Universidad Juan Pablo II, 2005, p. 42, nota 123. 12 Cartas familiares del abate D. Juan Andres a su hermano D. Carlos Andres, dándole noticia del viage que hizo á varias ciudades de Italia en el año 1785, publicadas por el mismo D. Carlos, Tomo I, Madrid, Imprenta de Sancha, 1791, carta XV [del 9 de febrero de 1786], p. 242. 13 Mario Rotili, , | ]+&!& 14 Ralph Toledano, Antonio Joli, Turín, Artema, 2006, p. 386, nº NXXXV. 36 Este libro fue editado con motivo de la donación al Museo del Prado de la obra de Antonio Joli, Visita de la reina María Amalia de Sajonia al Arco de Trajano en Benevento, por parte de la Fundación Amigos del Museo del Prado gracias a la contribución de su Patronato Internacional, y se acabó de imprimir el 4 de noviembre de 2011, aniversario de la inauguración del Teatro Real de San Carlos de Nápoles.