acerca de la necesidad de colegiación para el ejercicio de ciertas

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 ACERCA DE LA NECESIDAD DE COLEGIACIÓN PARA EL EJERCICIO DE CIERTAS PROFESIONES, ENTRE ELLAS LA DE ADMINISTRADOR DE FINCAS De acuerdo con lo establecido en el artículo 3 de la Ley 10/2003 de 27 de noviembre, reguladora de los Colegios Profesionales de Andalucía en sus puntos segundo y primer inciso del punto tercero: 2. El ejercicio de las profesiones colegiadas en Andalucía se realizará en régimen de libre competencia y estará sujeto, en cuanto a la oferta de servicios y fijación de su remuneración, a la legislación sobre Defensa de la Competencia y sobre Competencia Desleal. Los demás aspectos del ejercicio profesional se regirán por la legislación general y por la específica sobre la ordenación sustantiva propia de cada profesión, todo ello conforme dispone la Ley 2/1974, de 13 de febrero. 3. De conformidad con lo establecido por el artículo 3.2 de la Ley 2/1974, de 13 de febrero, es requisito indispensable para el ejercicio de las profesiones colegiadas estar incorporado al colegio correspondiente. La Ley 2/1974 es la Ley de Colegios Profesionales, de ámbito estatal. Es en el marco de la normativa estatal y andaluza que se dicta la Orden de 6 de marzo de 2008, por la que se procede a la adaptación de los Estatutos del Colegio Territorial de Administradores de Fincas de Málaga (B.O.J.A. nº 66, de 4 de abril de 2008), cuyo artículo 1 define a los Administradores de Fincas: Artículo 1.‐ Definición. 1.‐ El Administrador de Fincas es un profesional libre e independiente, a quien corresponde la administración de inmuebles propiedad de terceros. 2.‐ Son Administradores de Fincas ejercientes las personas físicas competentes, incorporadas al Colegio Territorial correspondiente que, en despacho profesional abierto al efecto, se dedican mediante la percepción de honorarios, a la administración de bienes inmuebles propiedad de terceros, y al asesoramiento en relación con estos, bien sean rústicos o urbanos, en régimen de explotación directa, mejora y puesta en valor, arrendamiento, aprovechamiento por turnos, propiedad horizontal o cualquier otro; así como a la administración de cooperativas de viviendas y comunidades de propietarios para la construcción de viviendas, urbanizaciones con sus servicios, instalaciones y anejos comunes, y entidades colaboradoras y partícipes de la gestión urbanística, aludidas en la Ley del Suelo y otras; en general, cuantos cometidos guarden relación con la administración, el aprovechamiento y la gestión de bienes inmuebles, especialmente, por su condición de experto, la atención de consultas, redacción y emisión de informes, valoraciones, arbitrajes, testimonios y actuaciones periciales, con las únicas condiciones y limitaciones que las que establezca para cada caso la legislación vigente. En el artículo 11 se establecen los requisitos de acceso a la profesión. Artículo 11.‐ Requisitos. 1.‐ Para ejercer la profesión de Administrador de Fincas, en el ámbito territorial del Colegio de Málaga, se exige estar incorporado al Ilustre Colegio Territorial de Administradores de Fincas de Málaga. […]. En todo caso, será necesaria la colegiación para el ejercicio privado de la profesión. 2.‐ Para incorporarse, deberán cumplirse los siguientes requisitos: A) Ser de nacionalidad española, de la Unión Europea, o de algún Estado signatario del Acuerdo sobre Espacio Económico Europeo. B) Ser mayor de edad. C) Cumplir los requisitos previstos legalmente para estar en posesión del título de Administrador de Fincas, de conformidad con lo previsto en el Art. 5 del Decreto 693/1968, de 1 de abril, y por la Resolución de 28 de enero de 1969, publicada en el B.O.E. de 3 de junio o titulación equivalente. D) No encontrarse incurso en causa de inhabilitación. E) Satisfacer la cuota de ingreso, la fianza exigible a los colegiados ejercientes y las demás obligaciones económicas establecidas. F) Para tener condición de ejerciente, además, deberá acreditar el haber causado alta en el Impuesto sobre Actividades Económicas y en el Régimen de Autónomos de la Seguridad Social, en los casos que proceda, y cumplir cuantas obligaciones fiscales o de cualquier tipo sean exigibles legalmente para el ejercicio profesional. Deberá también justificar no estar suspendido temporalmente, o dado de baja en el ejercicio de la profesión por otro colegio. G) Tener cubierto mediante un seguro los riesgos de responsabilidad civil en que pueda incurrir como consecuencia del ejercicio profesional. Por lo tanto el acceso a la profesión de Administrador de Fincas se regula por medio del Decreto 693/68 publicado en el B.O.E. nº 86, de 9 de Abril de 1968, y en los Estatutos de la Corporación en los que se establecen los siguientes procedimientos de ingresos mediante la aportación de la titulación exigida: Primero.‐ Directamente, sin otro requisito que estar en posesión de alguno de los siguientes títulos: Licenciados en Derecho, en Ciencias Políticas, en Económicas y Comerciales, en Dirección y Administración de empresas, Diplomados en Ciencias Económicas y Empresariales, los Profesores mercantiles, los Procuradores de los Tribunales de Justicia, los Ingenieros Agrónomos y los de Montes, los Veterinarios, los Ingenieros Técnicos Agrícolas, los Ayudantes de Montes, los Arquitectos Superiores, los Graduados Sociales y los Arquitectos Técnicos. Segundo.‐ El otro sistema de acceso es estar en posesión del título de Graduado en Estudios Inmobiliarios que se realiza a través de la Universidad de Málaga, como título propio y expedido por el rector de dicha Universidad. Las pruebas selectivas a las que hacía referencia el BOE de 9 de abril de 1968 en el punto segundo del artículo quinto, y que permitían el acceso a la profesión desde el mero título de Bachiller, superando dichas pruebas, han sido eliminadas hoy. La falta de colegiación constituye por tanto una clara infracción administrativa además de ser susceptible de erigirse en delito de intrusismo. En efecto, la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, TítuloXVIII, De las falsedades, Capítulo V, De la usurpación de funciones públicas y del intrusismo, dice en su artículo 403: El que ejerciere actos propios de una profesión sin poseer el correspondiente título académico expedido o reconocido en España de acuerdo con la legislación vigente, incurrirá en la pena de multa de seis a doce meses. Si la actividad profesional desarrollada exigiere un título oficial que acredite la capacitación necesaria y habilite legalmente para su ejercicio, y no se estuviere en posesión de dicho título, se impondrá la pena de multa de tres a cinco meses. Si el culpable, además, se atribuyese públicamente la cualidad de profesional amparada por el título referido, se le impondrá la pena de prisión de seis meses a dos años. Por su parte en sede de Delitos contra la Administración de Justicia el Capítulo III, Del encubrimiento, artículo 451, dispone que: Será castigado con la pena de prisión de seis meses a tres años el que, con conocimiento de la comisión de un delito y sin haber intervenido en el mismo como autor o cómplice, interviniere con posterioridad a su ejecución, de alguno de los modos siguientes: 1. Auxiliando a los autores o cómplices para que se beneficien del provecho, producto o precio del delito, sin ánimo de lucro propio. 
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