Las cuitas del joven Wherter

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“Las cuitas del joven Wherter” – Johann Wolfgang Goethe
Análisis de la carta del 4 de mayo de 1771
El texto es la misiva1 de Wherter a su amigo Guillermo. La correspondencia es unilateral ya que el lector
solamente conoce las cartas que envía el protagonista, pero no las respuestas de su amigo. La fluencia del discurso
por momentos se torna un aparente monólogo interior 2, sobre todo cuando reflexiona sobre sus actos, actitudes,
sentimientos.
En cuanto a la estructura se pueden determinar cuatro momentos identificables con los cuatro párrafos de la
carta: el recuerdo del pasado y la meditación del presente, del asunto de la madre a la meditación filosófica, la
exaltación de la naturaleza y el contraste entre la ciudad y la naturaleza.
Desde el primer párrafo se aprecia un particular manejo del tiempo narrativo, pasa de la exterioridad del
encargo de su madre a la subjetiva meditación de la naturaleza: la exaltación del clima primaveral que acompaña el
estado de ánimo del protagonista.
La fluctuación entre pasado y presente y viceversa dan idea de su inestabilidad emocional. Obsérvese por
ejemplo el uso del presente y de la primera persona “¡Qué alegría verme ya lejos de ahí!”, que está inmediatamente
seguido por la referencia general: “¡Lo que es el corazón humano!”. Otro ejemplo es la referencia a circunstancias
pasadas, como el
aparente triángulo amoroso con dos hermanas,
que sirven de anticipación de nuevos
acontecimientos. Sus reflexiones dejan entrever que considera a las relaciones como instrumentos del destino para
angustiar su corazón, al mismo tiempo se percibe una personalidad netamente romántica, por su inclinación a
relaciones complicadas, amores imposibles, no correspondidos. Por otra parte, este triángulo es una anticipación del
que será el eje de la novela: Werther enamorado de Carlota, ella comprometida con Alberto.
El estilo es otro indicio de la inestabilidad emocional del protagonista. La carta comienza con figuras
patéticas, que son aquellas que nacen de los sentimientos de los personajes, son la expresión de los mismos. Entre
estas figuras encontramos las exclamaciones y las preguntas retóricas. A través de ellas Werther transmite su
personalidad tumultuosa, apasionada, sensible, patética.
La carta comienza con el autoanálisis de Werther, examina su conciencia, analiza la culpabilidad en el asunto
de las hermanas y termina por absolverse, pero la absolución no es completa: “¡Pobre Leonor! Y sin embargo soy
inocente. ¿Qué culpa tuve yo de que mientras los caprichosos encantos de su hermana me procuraban un agradable
pasatiempo naciera una pasión en ese desgraciado pecho? Y en el fondo…¿soy totalmente inocente? ¿No alenté sus
sentimientos? (…) ¿No fui yo quien…?”. Sus recuerdos no son sanos, están contaminados de los momentos dolorosos
del pasado, es este otro rasgo romántico, el regocijo en el dolor. A partir de esto desea corregir su inclinación hacia
la nostalgia y la melancolía, pero su propia forma de proceder se lo impedirá. Su etopeya se compone por lo que
oculta más que por lo que dice: promete “alejarse de los problemas”, pero en las acciones se siente atraído por
Carlota y lo inaccesible de ella lo atrae aún más.
Por otra parte, no asume sus responsabilidades, culpa a las
circunstancias y exonera a su voluntad, evade la verdad como evade el conflicto amoroso en la belleza del paisaje.
1
2
Carta
Técnica utilizada sobre todo en el género dramático para reflejar el contenido de la conciencia de un personaje
Un romántico no enfrenta sus problemas sino que busca la evasión física y mental como lo ha dejado claro desde el
inicio de la carta, el lugar más propicio para hacerlo es la naturaleza.
En el segundo momento se observa un procedimiento típico en esta obra: el narrador parte de un tema
particular, como es en este caso el encargo de su madre, y esto motiva una reflexión general sobre la sociedad:”he
vuelto a ver que los errores de comprensión y la pereza ocasionan quizá más daño en el mundo que la malicia y la
perversidad”. Werther reclama de la sociedad mayor comunicación y comprensión entre sus miembros. Esta crítica
se complementará con la que expresará en la contraposición entre la civilización y la naturaleza.
En el tercer momento es posible contemplar la exaltación de la naturaleza. Al definir el mundo exterior el
narrador se define a sí mismo: “me encuentro aquí muy a gusto; la soledad de este paraje es un bálsamo para mi
corazón”, es un solitario, disfruta ese estado e incluso desea fundirse con la naturaleza para disfrutar de ella. Esta
suerte de metamorfosis que plantea profundiza su alejamiento de la vida en comunidad: quiere se parte de la
naturaleza, un insecto, pero no un miembro de la sociedad. En este párrafo es posible contemplar el panteísmo
romántico: la naturaleza es un dios que le concede esa vitalidad y ese goce. El espíritu exaltado de Werther
concuerda con el paisaje primaveral, se encuentra aquí un paralelismo psico – cósmico.
La carta finaliza con la contraposición ciudad – naturaleza. Esta oposición nos remite directamente a
Rousseau, quien afirmaba que era necesario volver a la vida primitiva, ya que la vida en comunidad corrompe al
hombre, la naturaleza lo salva. Werther asocia a la civilización con la ciudad de la que sólo dispensa un comentario
mínimo: ”La ciudad en sí es desagradable”. En cambio, se extiende describiendo el jardín del Conde de M… donde
abunda la naturaleza, es un lugar “sencillo (…) y se adivina que no fue planeado por un jardinero científico, sino por
un corazón sensible que quería disfrutarlo personalmente”.
Werther plantea la contraposición entre la razón y la emoción: el jardín no ha sido fruto de los planes de un
científico sino que quien lo construyó plasmó en él sus sentimientos. El individualismo romántico aparece reflejado
en la referencia al dueño del jardín “un corazón sensible que quería disfrutarlo personalmente”. La carta finaliza con
una demostración de la sensibilidad de Werther, al emocionarse recordando al conde, con quien llega a
identificarse, sobre todo por el lugar en que ambos se refugian y disfrutan de la soledad.
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