Comentario sobre un fragmento del Canto IX de La Odisea de

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Comentario sobre un fragmento del Canto IX de ​
La Odisea​
de Homero
(…)
Entonces metí la estaca debajo del abundante rescoldo para
calentarla y animé con mis palabras a todos los compañeros, no fuera que
alguno, poseído de miedo, se retirase. Mas cuando la estaca de olivo, con
ser verde, estaba a punto de arder y resplandecía terriblemente, fui y la
saqué del fuego, y me rodearon mis compañeros, pues sin duda una
deidad nos infundió gran valor. Ellos, tomando la estaca de olivo, la
clavaron por la aguzada punta en el ojo del Cíclope, y yo, alzándome y
haciendo fuerza desde arriba, la hacía girar.
Como cuando un hombre taladra con el barreno el mástil de un
navío, otros lo mueven por debajo con una correa, que asen por ambas
extremidades, y aquél da vueltas continuamente: así nosotros, asiendo la
estaca de ígnea punta, la hacíamos girar en el ojo del Cíclope y la sangre
brotaba alrededor del ardiente palo. Al arder la pupila, el ardoroso vapor
le quemó párpados y cejas, y las raíces crepitaban por la acción del fuego.
Así como el broncista, para dar el temple que es la fuerza del hierro,
sumerge en agua fría una gran hacha o la garlopa que rechina
grandemente, de igual manera rechinaba el ojo del Cíclope en torno de la
estaca de olivo. Dio el Cíclope un fuerte y horrendo gemido, retumbó la
roca, y nosotros, amedrentados, huimos prestamente.
Entonces él se arrancó la estaca, toda manchada de sangre, la arrojó
furioso lejos de sí y se puso a llamar con altos gritos a los Cíclopes que
habitaban a su alrededor, dentro de cuevas, en los ventosos
promontorios. En oyendo sus voces, acudieron muchos, quién por un lado
y quién por otro, y parándose junto a la cueva, le preguntaron qué le
angustiaba:
—¿Por qué tan enojado, oh Polifemo, gritas de semejante modo en
la divina noche, despertándonos a todos? ¿Acaso algún mortal se lleva tus
ovejas mal de tu grado o, por ventura, alguien te está matando con
engaño o con fuerza?
Y les respondió desde la cueva el robusto Polifemo: —¡Oh, amigos!
«Nadie» me mata con engaño, no con fuerza. Y ellos le contestaron con
estas aladas palabras: —Pues si nadie te hace fuerza, ya que estás solo,
no es posible evitar la enfermedad que envía el gran Zeus, pero al menos
ruega a tu padre, el soberano Poseidón.
Apenas acabaron de hablar se fueron todos, y yo me reí en mi
corazón de cómo mi nombre y mi excelente artificio les había engañado.
El Cíclope, gimiendo por los grandes dolores que padecía, anduvo a
tientas, quitó el peñasco de la puerta y se sentó a la entrada, tendiendo
los brazos por si lograba echar mano a alguien que saliera con las ovejas.
¡Tan estúpido esperaba que yo fuese!
Este fragmento pertenece a la Literatura Antigua, concretamente griega y
1 de la época arcaica cuya cronología abarca desde los orígenes (siglos IX – VIII
a.C.) hasta las guerras Médicas (inicios del siglo V a.C.) y forma parte de ​
La
Odisea​
, epopeya compuesta por 24 rapsodias en versos, generalmente en tercera
persona excepto en el canto 9 y en el 12.
La epopeya es un subgénero ​
épico​
, escrito casi siempre en verso largo
(​
hexámetro​
), o ​
prosa y que consiste en la ​
narración extensa de acciones
trascendentales o dignas de memoria para un pueblo en torno a la figura de un
héroe que representa las virtudes de más estima; en ella intervienen muchas
veces los dioses y existen elementos fantásticos. Casi siempre estas extensas
acciones suelen tratar sobre guerras o viajes, elementos cada vez más escasos en
los ​
cantares de gesta o epopeyas medievales y, ya en el ​
siglo XIX​
, absolutamente
eliminados en la ​
novela realista o epopeya del héroe vulgar o de la ​
clase media
que por entonces conquistó el poder político y el prestigio social y reveló en ella
los valores de la ​
burguesía​
: el individualismo y el materialismo.
Como antecedentes cercanos de esta obra nos encontramos otros poemas
narrativos anteriores de tema heroico o mítico que recitaban los rapsodas
–poetas que se creían directamente inspirados por las Musas, hijas de Zeus y
Mnemosine (símbolo y personificación de la memoria)- en las casas públicas en el
periodo prehomérico, himnos religiosos y poemas épicos cuya temática provenía
de leyendas y tradiciones mitológicas desde tiempos inmemoriales, vinculadas a
creencias o símbolos religiosos y ambientadas en una época y en un mundo
ideales en el que los dioses y los héroes poblaban la tierra y sentían y sufrían
como mortales; y si nos remontamos a épocas anteriores llegamos hasta los
arquetipos de sustrato primitivo de la cueva y las prácticas de canibalismos
propios de nuestra especie.
A Homero, cuya biografía es muy poco conocida, se le debe la creación de
la epopeya griega representadas por la ​
Iliada y la ​
Odisea escritas hacia el siglo
VIII a.C. un género
La ​
Odisea es una obra de 12.110 hexámetros inspirados en la leyenda de la
guerra de Troya donde se narran las peripecias y aventuras del griego Odiseo (o
Ulises) en su viaje de regreso a Ítaca, su reino, una vez concluida la guerra de
Troya, donde le espera Penélope, su fiel esposa, quien acosada por múltiples
pretendientes logra darles largas con astucia al prometerles que elegirá marido
cuando acabe de tejer una gran tela que deshace cada la noche.
Su hijo Telémaco se marcha a buscar a su padre enfrentándose a grandes
peligros mientras Ulises regresa, hecho que rompe la linealidad temporal al
narrar secuencias de acción de forma simultánea.
Esta epopeya fue creada para ser recitada en público y sirvió para rehacer
los valores perdidos de una polis tras la derrota sufrida en la guerra de Troya
mediante la exaltación de las hazañas de un gran héroe que, en este fragmento,
muestra el valor de la astucia frente a la fuerza, y cuyas aventuras descritas con
cierta objetividad y realismo se entretejen con intervenciones fantásticas de
distintos dioses a quienes se presenta como simples mortales sometidos a las
2 mismas pasiones y defectos que los hombres, lo que a veces ayuda o perjudica a
los protagonistas.
El hecho de que se presente como una novela de aventuras, hace de la
Odisea se acerque al lector actual y continúe su vigencia. Incluso cabe resaltar el
mayor papel que se concede a las mujeres y que no se centra solo en Penélope
sino también en otras como su madre, Circe o Calipso.
Respecto al contenido, ​
La Odisea se divide en XXIV cantos: del canto 1 al
4 la historia se inicia ​
in media res rompiendo la tradicional linealidad temporal
ya que narra la salida de Telémaco en busca de su padre mientras Penélope se
queda en Ítaca junto con los pretendientes; en los cantos 5 al 8 se relata el viaje
de Ulises al país de los feacios donde el rey se da cuenta de que Odiseo es un
gran héroe y le pide que cuente su vida públicamente; de los cantos 9 al 12
Odiseo describe sus aventuras desde que salió de Troya; y, por último, de los
cantos 13 al 24 se detalla el reencuentro de Ulises con su esposa en Ítaca, como
mata a los pretendientes, sofoca la sublevación de la familia de las víctimas y
logra finalmente la paz.
Dentro de la obra, el Canto IX al que pertenece este fragmento, constituye
una de las más sugestivas aventuras del viaje mítico del héroe Odiseo. Narra el
encuentro de Ulises con el Cíclope Polifemo, hijo de Poseidón, un ser salvaje,
antropófago y gigantesco con un solo ojo en medio de la frente, que habitaba en
una gruta de una isla lejana con otros Cíclopes desconocedores de la civilización
y dedicados al pastoreo.
Este encuentro le sirve al autor para exaltar como Ulises consigue vencerlo
con astucia, emborrachándolo primero, clavándole una vara ardiendo en el único
ojo después, y ocultándose bajo los carneros del rebaño del Cíclope para huir de
la cueva donde lo tenía encerrado junto con sus compañeros; y, al mismo
tiempo, este canto supone un gran giro ya que, vencer a Polifemo supuso para
Ulises y su tripulación un gran sufrimiento, pues el Cíclope, ultrajado, invocó a su
padre Poseidón para que les envíe toda clase de calamidades; y así, en adelante,
el héroe y sus hombres quedarán a merced de un dios que va a ser su más
implacable enemigo.
En concreto, el fragmento corresponde al clímax del canto IX ya que se
centra en el momento preciso en el que el héroe despliega todas las cualidades
que le son propias: astucia, talento, valor, liderazgo… y exalta la astucia del
héroe frente a la fuerza bruta, animalidad y violencia del monstruo desde que
Ulises clava la estaca en el ojo de Polifemo hasta que huye.
Pero veámoslo más detenidamente:
Es el propio Ulises quien comienza en primera persona diciendo: “Entonces
metí la estaca (…) la saqué del fuego…” y presenta una de sus cualidades como
héroe “animé (…) a mis compañeros” lo que demuestra algunas de las
características más valoradas por la sociedad griega de la época: la capacidad de
liderazgo del héroe y la de cooperación y fidelidad que logra por parte de sus
3 seguidores ante la confianza que despierta en ellos por la seguridad que les
transmite.
Seguidamente, el texto va subiendo en intensidad: comienza por utilizar la
personificación hiperbólica y premonitoria de la estaca que “resplandecía
terriblemente” que une a las creencias de una época en la que los dioses estaban
presentes en la vida de los hombres “una deidad nos infundio gran valor”, en
este caso, para apoyarlos.
A continuación, prosigue ampliando esta imagen mediante el uso de gran
cantidad de epítetos que resaltan las características de la estaca: la punta como
instrumento de muerte -“aguzada punta (…)- ; y las cualidades transformadoras
del fuego como elemento peligroso -(…)” ígnea punta” (…) “ardiente palo”, etc.lo que dota a la escena de una gran fuerza plástica que confirma el anterior
adverbio “terriblemente” y que llega al clímax de la escena que el autor resuelve
a través de una comparación de intención objetiva al emplear hechos de la
realidad: “Como cuando un hombre taladra (…) continuamente” y cuya intención
consiste en ampliar la intensidad dramática de una escena que funciona como
eje de un acto extraordinario.
Posteriormente, se detiene en darnos detalles realistas al relatar la acción
de la vara dentro del ojo: “Rechinaba el ojo del cíclope”, acción que se
entremezcla con lo fantástico ya que solo puede ser llevada a cabo por un
verdadero héroe.
Ya en el segundo párrafo, nos encontramos otro de los rasgos de esta
epopeya: la intervención dialógica entre el cíclope, Polifemo y otros, una
característica muy importante en este tipo de texto y que se utiliza para
amplificar el tema de la escena.
Este diálogo se presenta en estilo directo: “¿Por qué tan enojado, oh
Polifemo gritas (…) a todos?” en el que se destaca la astucia del héroe frente al
monstruo gigantesco “ (…) alguien te esta matando con engaño o con fuerza?”
Esta última pregunta también le sirve al autor como reiteración de la cualidad
del héroe -la astucia- “engaño” de Odiseo.
A ello responde concretando el Cíclope con “Nadie”, la palabra clave que
recalca esa cualidad, a lo cual responden los otros cíclopes con palabras
liberadoras “aladas” porque debe aceptar el destino que le marca “Zeus”, dios
quien, finalmente, decide la suerte de los mortales.
Al terminar el diálogo, el héroe reflexiona sobre su cualidad “excelente
artificio” acabando la escena con el monstruo vencido.
La escena del cíclope constituye, en definitiva, una secuencia casi de cine
muy actual e hiperrealista, que se estructura mediante la fuerza plástica de las
imágenes, la repetición de epítetos que constituyen un pleonasmo temático, y
las descripciones objetivas que nos muestran una parte de la vida del mundo
clásico antiguo, en un ambiente característico del Mediterráneo en el que
resaltan los olivos, el pastoreo del ganado… y en una época arcaica en la cual las
4 explicaciones de la realidad se basaban en interconexión de vivencias entre
hombres, héroes y dioses (Odiseo, Poseidón, Polifemo, Zeus, compañeros) al
tiempo que encarna un hipotexto que representa la relación de continuidad de la
temática arquetípica del héroe que se enfrenta a los peligros del sustrato
primitivo de la cueva y las prácticas de canibalismo mítico religiosas o rituales
propios de nuestra especie.
Respecto a su influencia posterior, en el ​
Áyax de ​
Sófocles​
, se narra cómo, a la
muerte de ​
Aquiles​
, Odiseo hereda sus armas. En la disputa por tan preciado
trofeo prevalece por sobre ​
Ayax Telamonio​
, principal guerrero de los griegos
mientras Aquiles estuvo fuera de la batalla. Esto no sólo simboliza la importancia
del personaje, sino el cambio del paradigma de héroe y, por lo tanto, de los
valores. El héroe principal ya no es el guerrero más valiente y esforzado, quien
más se destaca en la batalla, sino el más inteligente, quien es capaz de obtener
mayores resultados con menores sacrificios.
La comedia de ​
Pedro Calderón de la Barca ​
El mayor encanto, amor (también
aparece como ​
El mayor hechizo, amor​
) se centra en las peripecias de Ulises y su
tripulación en la isla de la maga ​
Circe​
.
En ​
La Divina Comedia Odiseo y ​
Diomedes comparten un flamígero castigo en el
octavo saco donde son castigados por haber profesado astutos y fraudulentos
consejos sin reparar en equidad alguna. Y, sobre todo, porque no permaneció en
Ítaca sino que se hizo de nuevo a la mar, franqueando incluso las ​
columnas de
Hércules​
, hasta que una inmensa ola los hunde. Es una prueba más del poco
aprecio de la Edad Media por Ulises. Sólo en el Renacimiento se conocerá la
Odisea en el texto original griego y comenzará un redescubrimiento de Ulises.
Una muestra de ello se encuentra en el hecho de que en ​
Os Lusíadas de ​
Luís de
Camões​
se atribuye a Ulises la fundación de ​
Lisboa​
.
La novela de ​
1961 ​
Tiempo de silencio de Luis Martín-Santos retoma las
peripecias de un Odiseo moderno contadas en un estilo narrativo muy inspirado
en el Ulises de James Joyce.
James Joyce dio el nombre latino de Odiseo a su Ulises, donde retrata a lo
largo de un día completo de veinticuatro horas la vida del ​
Dublín de ​
1904​
, pero la
conexión con la epopeya de Homero en esta difícil novela irlandesa es todavía
hoy inextricable y sujeta sólo a conjeturas, puesto que aparentemente no hay
ninguna conexión argumental o de planteamiento entre ambas obras, más allá de
la coincidencia de nombres y del hecho de que ambas tienen como tema central
los sucesos del protagonista. El italiano ​
Giovanni Pascoli incluye en una de sus
obras un largo poema titulado ​
L'ultimo viaggio​
, en que se ve a Ulises volviendo a
hacerse a la mar hasta morir. Por otro lado, el griego ​
Constantino Cavafis escribe
un importante poema, Ítaca, en que —dirigiéndose al lector— explica que no
espere nada de Ítaca a su vuelta: el propio viaje será lo más interesante.
Su influencia también se ha dejado sentir en el cine: en ​
1905​
,​
Georges Méliès
realizó la que probablemente es la primera de muchas películas de ​
cine sobre
Odiseo: ​
L'Île de Calypso: Ulysse et le géant Polyphème​
; en ​
1954 se realiza ​
Ulisse
(The Loves and Adventures of Ulysses)​
, una superproducción italoamericana
5 dirigida por Mario Camerini, con la interpretación de ​
Kirk Douglas como Ulises,
Anthony Quinn y Silvana Magnano. Considerada una de las mejores adaptaciones
de la obra y una de las primeras superproducciones del cine europeo; en ​
1981 se
realizó la serie franco-japonesa de dibujos animados para ​
televisión ​
Ulises 31​
,
que combinaba personajes y argumentos inspirados en la ​
Odisea con elementos
de viajes espaciales de ​
ciencia ficción​
; y ​
Brother, Where Art Thou? es una
película de comedia-aventura realizada por los ​
hermanos Coen​
. Lanzada en el
año ​
2000​
, la acción se sitúa en Mississippi en 1937, durante la Gran Depresión. El
filme es una adaptación libre de la Odisea de Homero, como se menciona en los
créditos de inicio.
En el texto encontramos, además, valores como la amistad, el
compañerismo y la cooperación del héroe con sus seguidores, la inteligencia; la
astucia que se contrapone con la ira, la violencia, la crueldad, o la codicia que
están representados respectivamente por el “humano” Odiseo frente al
“antihumano” Polifemo. Estos valores se repiten en la sociedad actual, donde
hay una fuerte crisis que acentúa las diferencias sociales por lo que se hace
necesarios publicitar valores heroicos para mantenerla cohesionada.
Formalmente, ​
La Odisea ha dejado un legado importante a la narrativa
posterior ya que es la primera obra que rompe la linealidad temporal y cuenta
historias de forma simultánea, tal y como sucede, por ejemplo, con ​
Ulises de
James Joyce.
Y, por último, podemos considerarla como una obra atemporal porque
sirve de modelo de conducta positiva que pone en tela de juicio la aplicación
gratuita de la violencia en pos del uso de la inteligencia y la razón.
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