ulls de CJanta JL^lú cía El fútbol saltó la valla

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voz
ulls
de
CJanta JL^lú cía
Peí desembre fredolic ha passat Santa Llúcia, alegrant els dies
curts amb ía llum serena deis
seus ulls tan clars.
La seva exquisida formosor
corporal era motiu d'un nou encant quan deambulava pels bells
jardíns de la seva quinta romana
a Siracusa, la patria llur; pero el
principal ornament de sa beutat,
eren aquells ulls clars i serens que
atreien les mirades de tothom. No
eren ulls de boniquesa mundanal
lograda amb pintures, riméis i colitis, ullerosos i lascius sino d'esguard suau, modestos, virginals,
enamoráis de l'Anyell immaculat
En l'antigpr solien posar nom
a les persones d'acord amb les seves qualitats anímiques o corporals. Així, aquesta Santa, per la
lluissor deis seus ulls, fóu anomenada Llúcia, nom que evoca la llum, el brill i claretat.
Peí mateix motiu és invocada amb gran devoció
com a remeiera de les malalties de la vista. I segurament admirant la seva bellesa, les modistetes, que
també son elles boniques i gentils, l'han proclamada sa Patrona i pregant-li els conservi la vista tan
necessária peral seu art, i claretat d'enteniment La
festegeri alegres tots els anys en la seva festa amb
la joia esclatant de la joventut
Diu una llegenda o tradició, que un cavaller
paga, follament enamorat de nostra Santa i sobretot encisat per la
formosor deis seus ulls, volia feria esposa seva i la importunava
seguidament per a gosar a tothora el dolc mirar d'aquells bellíssims ulls, i que Santa Llúcia, verge consagrada ja a Crist, se'ls
arrencá i posant-los en un plat els
va enviar a l'enamorat cavaller
pregant-li la deixés en pau. I si bé
aquesta llegenda sembla que no
és pas auténtica i que la Santa no
féu mai aixó, a l'ésser creenca
popular, confirma que verament
els ulls de Santa Llúcia serien
d'una bellesa excepcional.
La seva gran formosor i cristianes virtuts, malgrat la seva modestia, feren que entre els molts
pretendents, un ric cavaller paga
volgués emmaridar-la i no poguent lograr el consentiment de la Santa verge, la
delata ais tribunals com a cristiana, lo que fóu causa del seu martiri, poguent així, la Santa, presentarse amb el blanc vestit de verge ornat de púrpura a
les noces amb 1'Áimat.
* Vos que ven/u peí desembre
portant els ulls en un plat,
Santa Llúcia conserveu-nos
la vista i la claretat».
El fútbol saltó la valla
que podría llamarse era propagandística y da divulgación, para
dar paso sin rubores románticos ni vacilaciones sentimentales a
la época brutal de explotación sin rodeos ni caretas de una pasión popular que se ha venido exacerbando utilizando para ello
todos los resortes políticos, regionales, patrióticos y a veces...
incluso deportivos pero guardándose mucho de poner de manifiesto sus empresarios la auténtica y definitiva aspiración que
era -ahora acaba de verse- el asalto total a los bolsillos del pueblo sin ningún género de reservas.
De aquella época -¡ay, lejana!- de captación, de creación,
de ambiente, de cuando los campos se rodeaban de efímeras y
tentadoras vallas que dejaban asomar los balonazos altos con el
mismo picaresco aire con el que las tonadilleras del «Goya»
mostraban el trazo carnal de los tobillos, recordamos que no tan
sólo eran radiados los partidos, entonces difícilmente escuchados, con aparatos de galena, sino que los empleados bonachones situados en el dintel de aquel mundo aún más desconocido,
hacían la vista gorda en la revisión de entradas y aún sé yo de
más de uno que practicaba discretos agujeros en las vallas para
captar la curiosidad de los indiferentes transeúntes. Se buscaba
entonces a! espectador con la misma fiebre con que hoy se caza
al jugador y con el mismo estribillo «al precio que sea». Mucho
ha llovido desde entonces, tanto, que los que jóvenes en aquel
tiempo podían entrar gratis en el campo de juego, viejos hoy, no
tienen ya ni el derecho de escuchar desde sus casas la retransmisión de los partidos. A ellos y a los aficionados imposibilitados y ciegos nuestro sentido pésame. Porque lo que es a usted,
querido lector, a éste y a mí nos son tan indiferentes las
vacas gordas de ahora como aquellas flacas y lánguidas de entonces, aunque interiormente nos digamos «Vaya con la intención que llevaban las vaquillas!
OCTAVIO CARRERAS
Pues no señor, usted éste y yo estábamos terriblemente equivocados, morábamos en la higuera o para usar un lenguaje más
apropiado nos hallábamos nada menos que en un fuera de juego de proporciones dantescas al creer con fé notarial que donde
más fuerza y poder tenía el fútbol español era en terreno económico; Resulta que no. Ahora resulta que estos enormes clubs
que funcionan con el brillo de sociedades de alta finanza están
poco menos que al borde de la ruina. Y, no vayan ustedes a creer
-por favor evitemos el ridículo de un nuevo fuera de juego- que
esta ruina, este «crack» económico deriva del colosal dispendio
provocado por la «trata de piernas» o sea la compra de jugadores a tres millones el par de espinillas. No caballeros, lo que realmente provoca el hundimiento monetario de los clubs primates
de la industria futbolística nacional, es el hecho de que los ciegos, los enfermos y los comodones se sientan los domingos ante sus receptores para escuchar gratis la radiación de los partidos. Estos son pues y no otros los auténticos piratas de éter que
roban, esquilman y pulen las blindadas arcas de los «primera
división» motivo por el cual éstos se han dirigido a la Federación, exigiendo de la misma el impedimento taxativo de radiar
los encuentros oficiales -lo cual, como no- han logrado con todos los pronunciamientos favorables, quedando la cosa al libre
albedrío de quienes precisamente desean no se realice.
.••• Quizá sea por lo que cualquier tiempo pasado fue mejor,
pero los que llevamos casi tres docenas de años de vida observando el crecimiento inaudito de la pasión futbolística, no podemos menos que; hacer constar para ilustración de los más jóvenes como esta disposición prohibitiva separa dos épocas económicamente muy distintas del fútbol español; poniendo fin a lo
Voz de Malgrat. 1/1/1956. Pàgina 6
P. CLARA
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