2 AL DÍA LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO Domingo 17.04.16 EL DIARIO VASCO Una ayuda para una nueva vida lejos del agresor El pago único se creó en 2009 para amparar a las víctimas sin ingresos ni acceso a un trabajo que dan el paso de denunciar. 264 mujeres la han recibido en Gipuzkoa desde entonces :: ARANTXA ALDAZ SAN SEBASTIÁN. Los esfuerzos para ayudar a las víctimas de la violencia de género a poner fin al drama del maltrato suelen chocar todavía con demasiados muros. La dependencia emocional, los hijos, la vergüenza al qué dirán son algunas de las dificultades para que una mujer, envuelta en el miedo y la incertidumbre, se atreva a decir basta. Muchas de ellas nunca dan el primer paso. Y las que lo hacen no siempre llegan hasta el final. El año pasado, dos de cada diez víctimas retiraron la denuncia, un dato que evidencia la envergadura de un problema irresuelto que solo esta semana ha dejado tres nuevas mujeres asesinadas. Cuando no se tiene nada, la falta de recursos también influye a la hora de tomar la decisión de dejar al agresor. «La dependencia económica de las mujeres, que aumenta con la crisis, incrementa el miedo a la denun- cia y a la separación. La incertidumbre sobre el futuro y el sentimiento de culpa funcionan para que no se atrevan a denunciar», ha alertado el Observatorio de la violencia de género. Conscientes del problema, las instituciones incluyeron en la Ley contra la Violencia de Género la conocida como ayuda de pago único, que entró en vigor en 2009. Desde entonces y hasta finales de 2015, 264 víctimas guipuzcoanas (825 mujeres en toda Euskadi) se han beneficiado de esta protección económica, dirigida en exclusiva a las personas sin recursos y con especiales problemas de inserción laboral, para que puedan empezar una nueva vida lejos del agresor. La cantidad se percibe en un solo pago, de ahí su nombre, y oscila entre 2.556 euros y los 10.224 euros, en función de si la mujer tiene hijos menores a su cargo o sufre algún tipo de discapacidad. «Son las víctimas más vulnerables de las vulnerables», sostienen desde la dirección de Servicios Sociales del Gobierno Vasco desde donde se tramitan estas ayudas. «Aunque más indefensas aún se encuentran las mujeres que no denuncian», añaden, porque si no aflora el maltrato, resulta muy difícil ofrecer la protección adecuada. La ayuda de pago único apenas llegó al 2% de las 1.463 mujeres que el año pasado presentaron una denuncia por violencia de género en Gipuzkoa. Su limitado acceso responde a varios motivos. El principal, que no todas las víctimas pueden solicitarla. La ayuda está pensada para proteger a un colectivo muy específico, el de aquellas mujeres que tengan bajos ingresos y no tengan trabajo ni posibilidades de incorporarse al mundo laboral por circunstancias sociales, de formación o edad. Recibir esa ayuda de urgencia –la espera media desde que se pide has- LAS CIFRAS 1.463 mujeres presentaron el año pasado una denuncia por violencia de género en Gipuzkoa, según los datos recogidos por el Consejo General del Poder Judicial. 4,7 millones de euros se han gastado desde 2009 en las 825 ayudas de pago único concedidas hasta ahora a mujeres víctimas de malos tratos en Euskadi. ta que se cobra es de un mes– les permite, por ejemplo, afrontar el pago de un alquiler, acreditar el aval o saldar deudas, la mayoría de las veces ocasionadas por sus agresores, aseguran desde el Departamento de Empleo y Servicios Sociales. «En definitiva, se trata de que puedan empezar una nueva vida alejada del agresor. Intentamos hacer todo lo posible para que la víctima se separe de su agresor», remarcan. El limitado número de beneficiarios también se explica por un cierto desconocimiento, en general, sobre la existencia de esta ayuda, admiten desde el Gobierno Vasco que está haciendo un «enorme esfuerzo de difusión», especialmente entre los servicios sociales de base de los ayuntamientos, adonde se dirigen en su mayoría las mujeres víctimas de maltrato para tramitar ayudas sociales. La evolución al alza de los pagos concedidos corrobora esa tesis. Domingo 17.04.16 EL DIARIO VASCO LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO AL DÍA Ayuda de pago único para víctimas de violencia de género en euros 886.932 950.832 846.036 «Somos también víctimas económicas» 922.716 452.412 493.308 2010 2011 2012 2013 2014 2015 Gipuzkoa 173.808 189.144 314.388 350.172 224.928 191.700 Bizkaia 132.912 204.480 411.516 345.060 411.516 467.748 Araba 145.692 99.684 161.028 255.600 209.592 263.268 3 139.191 2009 «Hay apoyo, pero hace falta mucho más», reivindican desde la asociación eibarresa Mujeres al Cuadrado Ayudas concedidas 35 86 90 149 162 153 150 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 Gipuzkoa 25 33 33 46 59 37 31 Bizkaia 7 27 39 72 58 72 76 Araba 3 26 18 31 45 44 43 7 Ayudas por municipios en Gipuzkoa en 2015 5 3 San Sebastián Irun :: A. A. 3 Arrasate Mondragón Tolosa 2 2 Lezo 1 1 Bergara Zumarraga 1 1 Errenteria Eibar 1 1 Ibarra Hernani 1 1 Legorreta Ikaztegieta 1 Villabona Urnieta :: DV En su primer año, solo 35 mujeres en todo Euskadi se beneficiaron de esta inyección económica. Lo curioso, además, es que la mayoría eran guipuzcoanas (25). Esta sobrerrepresentación del territorio puede deberse precisamente a una mayor información sobre la ayuda en el territorio en el momento en el que se creó, interpretan desde la dirección de servicios sociales. Siete años después, el número de perceptores encaja algo más en las previsiones hechas. También casa más el reparto territorial, donde se observa que la mayoría de solicitudes se cumplimentaron en Bizkaia –el territorio de mayor población–, seguido de Álava y Gipuzkoa. El año pasado se concedieron un total de 150 ayudas, que supusieron un gasto de 922.716 euros en Euskadi. No volver con el agresor Los requisitos que se piden son exigentes y el control, escrupuloso. Se pone especial celo en asegurar que la víctima no guarda relación con el agresor. La mujer, que debe estar empadronada en Euskadi desde hace al menos seis meses, tiene que presentar una sentencia condenatoria o una orden de protección en vigor, con una antigüedad que no supere el año. Además, solo la pueden cobrar una vez en la vida, independientemente de si en otra relación posterior vuelve a ser víctima de violencia de género. Retomar la relación con el agresor no solo supone un riesgo para quedarse fuera de la ayuda. Si se confirma ese hecho, la víctima está obligada a reintegrar el 100% de la cantidad percibida. El Gobierno Vasco aprobó en 2014 una orden para incluir esta condición, aunque de momento no ha tenido que aplicarla porque la dirección de servicios sociales no ha tenido conocimiento de ningún caso. Sí se denegaron el año pasado un total de 82 peticiones por alguno de los motivos enunciados. La gran mayoría de los casos superaba el tope económico establecido (el 75% del salario mínimo). Otras 24 mujeres habían percibido o estaban percibiendo la Renta Activa de Inserción (RAI) por violencia de género, incompatible con la ayuda de pago único. Hubo dos víctimas que habían vuelto con Teléfono gratuito de atención a las víctimas 900 840 111 su agresor, lo que fue motivo directo de no seguir con la tramitación. Doce mujeres estaban trabajando y otra diez no tenían una sentencia firme o una orden de alejamiento en vigor de menos de un año. La ayuda de pago único sí se puede cobrar a la vez que la RGI, precisan desde la dirección de Servicios Sociales. De hecho, la renta de garantía de ingresos se ha convertido en el paraguas bajo el que se cobijan cerca de mil mujeres maltratadas en Euskadi, que subsisten gracias a esta ayuda social. Tienen a su cargo a otras 1.150 personas, casi todos son hijos. La prestación que concede Lanbide ofrece ciertas ventajas a las víctimas respecto a otros perceptores. Por ejemplo, solo deben acreditar un año de empadronamiento, en lugar de tres, pero también exige requisitos que, en opinión de varias asociaciones de mujeres, resultan excesivos y deberían flexibilizarse, como el hecho de tener que acreditar una orden de alejamiento en vigor o un informe judicial que acredite su condición de víctima. Lanbide ha tomado nota de las peticiones y ha anunciado que actualizará su protocolo de atención a las víctimas de violencia de género para atender sus circunstancias especiales. SAN SEBASTIÁN. «Lo más importante de todo es poner la denuncia, pero igual de importante es prestarle atención a lo que viene después. Hay apoyo, pero hace falta mucho más». Las mujeres que componen la asociación eibarresa Mujeres al Cuadrado conocen en primera persona lo que entraña plantarle cara a un maltratador, «romper las cadenas y salir huyendo con una mano delante y otra detrás». «Porque somos también víctimas económicas», alegan desde este grupo de mujeres, entre las cuales hay varias víctimas que subsisten gracias a la RGI y algunas que también han tenido que recurrir a las ayudas de emergencia social (AES) para tirar hacia adelante. «Si no fuera por nuestras familias, no sé qué hubiera sido de muchas de nosotras», reconocen en un gesto de agradecimiento hacia los suyos. LAS CLAVES Ayuda de urgencia La cantidad se percibe en un solo pago y oscila entre los 2.500 y 10.000 euros en función de la situación Otras ayudas Es compatible con la RGI, que el año pasado cobraban cerca de mil mujeres maltratadas Observatorio de la violencia «La dependencia económica, que ha crecido con la crisis, incrementa el miedo a denunciar» DISTRIBUIDOR Y SERVICIO TÉCNICO Delteco Central: Cruce de Málzaga, S/N. Eibar. EXCLUSIVO DE Sus historias encajan con el relato de otras muchas mujeres sin recursos que un día dijeron basta. «La dependencia económica pesa a la hora de tomar la decisión, pero hay que hacerlo. Aunque no tengas nada. En mi caso la ayuda de la familia ha sido fundamental», cuenta una mujer que insiste en animar a que se ponga fin al maltrato. «Las mujeres no están solas. Hay cada vez un mayor respaldo, desde asociaciones, desde los técnicos de Igualdad, desde los servicios sociales, pero eso no impide reconocer al mismo tiempo lo que queda aún por hacer», reivindican. Más formación El papel de las instituciones resulta imprescindible, pero echan en falta una mayor sensibilidad por sus condiciones específicas como víctimas a la hora de tramitar ayudas sociales, en concreto la RGI a través de Lanbide. «Me parece justo que se hagan cumplir las normas y que se sea exigente, pero todavía hace falta más formación a la hora de atender a una mujer víctima de la violencia de género. Muchas de ellas no tienen herramientas suficientes, en muchos casos son mujeres completamente anuladas a las que el simple hecho de tener que cumplir con los trámites les resulta imposible. No se nos puede tratar igual que al resto», señalan desde la asociación. «Estás anulada como persona, muerta de miedo y te empiezan a pedir papeles. Yo no supe que me habían concedido la ayuda de pago único hasta que un día me ingresaron una elevada cantidad de dinero en mi cuenta. Me alarmé y fui corriendo a la trabajadora social. Ella me recordó que habíamos solicitado la ayuda. Yo por aquel entonces no me enteraba de nada. Estaba complemente destrozada». Ana, que habla desde el anonimato, revela la importancia de contar con un apoyo económico para salir del maltrato. Ella destinó parte de la cantidad recibida a pagar deudas a varios conocidos que le prestaron dinero para que pudiera huir de domicilio conyugal y refugiarse en un lugar seguro.