PASOS ELEMENTALES PARA SER EVANGELISTA 1 Pasos Elementales Para Ser Evangelista Hace pocos días alguien me dijo: “¿Quién lo nombró evangelista? pues se saltó varios pasos elementales...” Yo solicité a mi interrogador el listado completo de los pasos que él llama “elementales” para ser un evangelista, pero no él supo qué responder. LAS DENOMINACIONES Y EL CLERO DE ELLAS En el mundo denominacional, es común la sucesión de magisterio y la ordenación como “reverendo” aprobado por los jefes de la denominación. Tales cosas son totalmente desconocidas en el Nuevo Testamento y por lo tanto desaprobadas por Dios. A pesar de la clara enseñanza novotestamentaria, equivocadamente las confesiones religiosas practican, a su modo, la ordenación clerical para aquellos que serán considerados como “ministros” y respetados como tales. Lo anterior es producto de la influencia de la apóstata Iglesia Católica la cual dio a luz a varias hijas: Las denominaciones protestantes. Pero, como toda invención de sabiduría humana, tales prácticas son desaprobadas por Dios, desconocidas en el Nuevo Testamento y por lo tanto pecaminosas. Cuando dejamos de lado la organización denominacional de las distintas confesiones religiosas llamadas “cristianas” y fijamos la vista en el patrón del Nuevo Testamento, vemos que las iglesias de Cristo del primer siglo eran totalmente autónomas en su organización, ejerciendo el derecho y la facultad de gobernar sus propios asuntos bajo la dirección de Cristo, y tomando sus propias decisiones al respecto (Hech. 14:23; 11:29). En el primer siglo, no había comunión orgánica entre dos o más iglesias; ninguna iglesia actuó como agencia centralizadora de la hermandad. El patrón novotestamentario impide la organización estructural de las denominaciones modernas y la ordenación de los reverendos por los jefes de la denominación. El sistema de ordenación en el ministerio es popular entre las denominaciones modernas porque permite el control de los nuevos “reverendos” subordinados bajo el poder de los directivos de la denominación y con esto se puede controlar a toda la denominación. Es un hecho patente que la “ordenación en el ministerio” será de acuerdo a la estructura y reglamento interno de la denominación. Lamentablemente los líderes denominacionales no han entendido que el Señor Jesucristo condena el uso de títulos religiosos (Mat. 23:8-12) y las jerarquías clericales (Mat. 20:2028). EVANGELISTAS, NO PASTORES Durante mucho tiempo, han sido mal etiquetadas como “cartas pastorales” las epístolas del apóstol Pablo a Timoteo y a Tito, pero un estudio cuidadoso da a conocer que Timoteo y Tito no eran “pastores” sino “evangelistas” cuyo oficio es distinto al de los ancianos de la iglesia local (2 Tim. 4:5; Tit. 1:5) es decir los pastores (1 Ped. 5:1-4, “apacentad” = pastoread; lo que hacen los pastores). Cada iglesia de Cristo debe trabajar para organizarse bíblicamente con sus ancianos (Hech. 14:23) llamados también “obispos” y pastores (Fil. 1:1; 1 Tim. 3:1-7; Hech. 20:17, 28; 1 Ped. 5:1-2). La obra del evangelista es distinta a la labor de los ancianos y de los diáconos de la iglesia local (1 Tim. 3:8-13). La Biblia nunca llama a Tito y a Timoteo “pastores” mucho menos “ministros” o “reverendos”, ellos eran evangelistas o predicadores. *** Por Josué Hernández www.JosueEvangelista.com PASOS ELEMENTALES PARA SER EVANGELISTA 2 El caso de Timoteo servirá para ilustrar el punto. Timoteo acompañó al apóstol Pablo en su segundo viaje de predicación dónde sin duda comenzó a aprender mucho de él (Hech. 16:13; 17:14-15). Sabemos que Timoteo fue enviado a confirmar la fe de los tesalonicenses (1 Tes. 3:2-6; Hech. 18:5) y luego fue enviado para amonestar y confirmar a los corintios (1 Cor. 4:17; 16:10). Al partir el apóstol Pablo en su tercer viaje evangelístico, Timoteo, una vez más, fue con él (Hech. 20:4) y luego de que Pablo fuese libertado de su primer encarcelamiento en Roma, el apóstol lo dejó en Éfeso (1 Tim. 1:3). Timoteo nunca fue “pastor” de la iglesia en Éfeso, ni mucho menos el “encargado” o cacique de la iglesia, sino que predicó la palabra (1 Tim. 4:13; 2 Tim. 1:13) mandando que no se enseñase diferente doctrina (1 Tim. 1:3-4, 18). La autoridad del predicador es la de predicar la verdad con autoridad (1 Tim. 4:11; 2 Tim. 4:2; Tit. 2:15). Timoteo “como hijo a padre” había servido con Pablo en el evangelio (Fil. 2:19-23) y por lo tanto no había duda de su ánimo, sinceridad y amor para con todos los santos. Los méritos de Timoteo eran sobresalientes, aún así necesitó del ánimo del apóstol (2 Tim. 1:7) para continuar con fidelidad en la obra de evangelista (2 Tim. 4:5). Según las actividades registradas acerca de Timoteo y las palabras del apóstol Pablo mismo, podemos ver que Timoteo no era un “pastor” sino un evangelista, un predicador del evangelio (2 Tim. 4:5). Los evangelistas son esenciales para la extensión del reino (Rom. 10:14) y la edificación del cuerpo de Cristo, por esto Dios los constituyó en la iglesia (Ef. 4:11). La palabra griega para evangelista es “euangelistes” que debe ser entendida como “El que lleva buenas noticias, un evangelista. Se da este nombre en el Nuevo Testamento a aquellos anunciadores de la salvación gracias a Cristo que no son apóstoles: Hech. 21:8; Ef. 4:11; 2 Tim. 4:5” (Henry Thayer). Los otros términos para describir la obra del evangelista son predicador (“kerux”; 1 Tim. 2:7; 2 Tim. 1:11) y heraldo (“kerusso”; 2 Tim. 4:2). ¿ORDENACIÓN DE TIMOTEO? Alguien dirá que yo no he mencionado la ordenación de Timoteo en el clero como ministro (1 Tim. 4:14). Pero adrede he dejado este tema para el final. Considérese lo siguiente: o Aquellos que afirman que 1 Timoteo 4:14 establece como requisito la previa “ordenación” para ejercer el ministerio de La Palabra, tendrán que aceptar TODO lo que la Biblia diga sobre la organización y obra de la iglesia; ya que aceptan la Biblia como palabra de Dios, entonces se ajustarán al patrón presentado en el Nuevo Testamento (2 Tim. 1:13). No se puede apelar a la Biblia sólo cuando encontramos algo que parece apoyar nuestra posición y luego desecharla cuando no nos gusta lo que establece como doctrina y práctica aceptable a Dios. o Aquellos que afirman que 1 Timoteo 4:14 establece como requisito imprescindible la “ordenación” para el ministerio, tendrán que aceptar que Timoteo no fue un “pastor” sino un “evangelista” cuya labor está registrada en el Nuevo Testamento. Está bien clara y definida, en las Escrituras, la labor de los pastores de la iglesia local y la labor de los evangelistas; Timoteo no era pastor, él fue un evangelista. *** Por Josué Hernández www.JosueEvangelista.com PASOS ELEMENTALES PARA SER EVANGELISTA o Aquellos que afirman la previa ordenación TODO lo que dice 1 citados para probar Testamento). 3 que 1 Timoteo 4:14 establece como requisito inalterable para el ministerio de La Palabra, tendrán que aceptar Tim. 4:14, así como los demás textos que suelen ser la existencia del clero (cosa desconocida en el Nuevo 1 Timoteo 4:14 trata del momento cuando los “presbíteros” (ancianos) recomendaron a Timoteo. Este evento muy probablemente es registrado en Hechos 16:1-3. En esta oportunidad Timoteo recibió un “don” que le fue dado “mediante profecía” a través de la imposición de las manos del apóstol Pablo (2 Tim. 1:6). Es importante reconocer que la imposición de las manos “del presbiterio” (cuerpo de ancianos) no proporcionó “el don”, sino que acompañó a la imposición de las manos del apóstol Pablo. Hay diferencia entre las preposiciones “con” y “por”. El “don” habitaba en Timoteo “por” la imposición de las manos de Pablo, y fue acompañado “con” la recomendación del cuerpo de ancianos. La gramática española y el mismo texto griego ratifican esta interpretación. Cosas que recordar: o Los dones sobrenaturales eran proporcionados por la imposición de las manos de los apóstoles (Hech. 8:14-18) y tenían como finalidad confirmar la palabra que estaba siendo revelada (Hech. 14:3; Mar. 16:20; Heb. 2:3-4). Estos dones “cesarían” y así sucedió (1 Cor. 13:8-13). o En el primer siglo no existían las denominaciones modernas que son fruto de la apostasía y de una mala actitud hacia las Escrituras. La organización colectiva más grande establecida por Cristo es la iglesia local, no hay nada de la estructura organizacional de las denominaciones modernas en el Nuevo Testamento. o Timoteo nunca perteneció al clero, ni ostentó título religioso alguno. La apostasía que vino después estableció tales cosas. CONCLUSION Para ser evangelista se requiere cierta habilidad especial en la predicación de la verdad, pero sobre todo fidelidad (1 Tim. 4:11-16; 2 Tim. 3:10-12). Es preciso que el evangelista no sea perezoso (1 Tim. 4:15; 2 Tim. 2:15) sino ejemplo de los creyentes (1 Tim. 4:12) cuidando su conducta y enseñanza (1 Tim. 4:16) para conservarse puro (1 Tim. 5:22). Un evangelista no puede ser elevado al clero (esto es desconocido en las Escrituras) por algunos que deseen manipular con su influencia algún sector de la hermandad. Ni siquiera la iglesia local puede establecer su propio clero, pues al hacerlo dejaría de lado el dechado de Cristo para la iglesia local. El llamado “control evangelístico” es muy dañino y corrosivo y el uso de títulos religiosos es igual de dañino y pecaminoso. La iglesia local puede ocupar o desocupar al evangelista, nadie puede quitar a la iglesia local su autonomía, elevando al evangelista al puesto de “reverendo” o “líder” como lo hacen las denominaciones en su organización ajena a las Escrituras. Si hablamos de “pasos elementales” para ser evangelista, vemos que las Escrituras ponen el énfasis en cualidades de carácter (Fil. 2:20-22) invalidadas por la arrogancia de aquellos que miran alguna “ordenación” previa como requisito para ser efectivamente un evangelista. Lo que en realidad sucede es que algunos se sienten incómodos con la verdad y no aceptarán como “colega predicador” a quien no está en sintonía con su agenda programática. *** Por Josué Hernández www.JosueEvangelista.com