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Bibliografía:
FRADERA, J. M. “Juan Prim y Prats (1814-1870). Prim conspirador o la pedagogía del sable”. En: I. Burdiel y M. Pérez Ledesma. Liberales, agitadores y
conspiradores. Biografías heterodoxas del siglo XIX. Madrid. 2000. Espasa
Calpe.
ALARCÓN, Pedro Antonio de. Diario de un testigo de la guerra de África.
Madrid. 1859 Gaspar y Roig.
REDONDO PENAS, A. Guerra d’Àfrica (1859-1860). Els 466 del general
Prim. Valls. Cosetània Edicions. 2008
CÉSAR ALCALÁ, La campaña de Marruecos, 1859–1860 . Quirón. 2005
PÉREZ GALDÓS, B., Prim [Episodios nacionales, cuarta serie], Madrid,
Alianza Editorial, 2007.
ANONIMO. Biografía del general don Juan Prim, conde de Reus y marqués de
los Castillejos, Madrid. Imprenta de Marés y Compañía. 1866
Los documentos seleccionados se pueden consultar en http://
www.mcu.es/archivos/, donde está disponible su imagen digital.
Archivo Histórico Nacional
C/Serrano, 115. 28006 MADRID
http://www.mecd.es
http://www.pares.es
[email protected]
Análisis del proceso de fe que incoó el Tribunal de la Inquisición de Toledo a un ateniense en el que se requirió la colaboración del Greco como
intérprete de la lengua griega durante los interrogatorios y la traducción
de la sentencia. 1582
Pieza del mes de Diciembre de 2014
1859, Diciembre, 12 – 1860, Enero, 31.
Partes remitidos por Juan Prim al general en jefe del Ejército en los
que da cuenta de las acciones de guerra acaecidas entre el 12 de diciembre de 1859 y el 31 de enero de 1860 en el valle de Los Castillejos.
ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL.
DIVERSOS-TITULOS_FAMILIAS,2400,N.2
El 12 de diciembre de 1814 nace en Reus Juan Prim y Prats, quizás
una de las figuras más relevantes del siglo XIX en España. Político liberal
que llegó a presidente del Consejo de Ministros y más que militar, héroe,
fue una de las figuras más populares de su época. Si conocido fue por sus
logros tanto políticos como militares a lo largo de su vida, no menos famosa (y misteriosa) fue su muerte, cuando cayó abatido a tiros un 27 de diciembre de 1870 en vísperas de la llegada a España del nuevo rey Amadeo,
que estrenaba monarquía con el luto de su mayor valedor.
La carrera política de Juan Prim fue dilatada y compleja. Su adhesión al bando progresista, su trabajo como diputado, sus intervenciones
activas y constantes en el turbulento panorama político español del siglo
XIX, participando en conspiraciones y pronunciamientos, culminó con su
intervención en La Gloriosa, en 1868, y su nombramiento como Ministro
de Estado, y tras las elecciones de enero de 1869 como jefe del Gobierno y
a la vez Ministro de Guerra. En la espinosa cuestión de la sucesión al trono, Prim fue el mayor defensor de la candidatura, finalmente vencedora, de
Amadeo de Saboya. Sin embargo no pudo llegar a ver su obra finalizada:
el mismo día en que Amadeo salía hacia España, un atentado acababa con
la vida del general. El popular político y militar, del que circulaban historias y anécdotas casi legendarias en vida, siguió dando de que hablar a la
hora de su muerte, pues aún hoy se desconocen con claridad muchos extremos de la misma: desde la identidad de sus asesinos hasta la fecha exacta
en que falleció.
Quizás ese halo mítico y heroico que Juan Prim tuvo a lo largo de su
vida entre todos los estamentos de la sociedad de su época procediera de su
intervención en la batalla de Los Castillejos. Juan Prim, de familia acomodada, pero no noble, se inicia en la carrera castrense en la Primera Guerra
Carlista como simple soldado sin preparación militar previa de ninguna
clase, pero su valor y su inteligencia en los hechos de armas rápidamente
le labran una carrera meteórica: al terminar la guerra, con 26 años, es ya un
militar famoso por su valor, condecorado y que ha alcanzado el grado de
coronel.
Cuando el presidente O’Donnell declara la guerra a Marruecos con
la escusa de los ataques rifeños a los fortines de Ceuta, nombró a Prim jefe
de una división de reserva. El presidente no consideraba prudente que en
una contienda propagandística y de prestigio como fue la Guerra de Marruecos estuviese al margen un militar de la fama y el carisma de Prim. Así
su participación en la misma y concretamente en la victoria de la batalla de
Los Castillejos reafirmó la figura de Juan Prim casi como la de un héroe
nacional. La batalla de Los Castillejos se libró el 1 de diciembre de 1860
en el valle del mismo nombre, unos kilómetros al sur de Ceuta. Pese a la
menor cantidad de efectivos españoles frente a los marroquíes, la victoria
fue relativamente rápida y se saldó con escasas bajas españolas si se comparan con los contendientes que cayeron del lado marroquí. Pedro Antonio
de Alarcón la describiría así en su Diario: “Hay además en el combate de
hoy una rara circunstancia que hacer valer, y es que su brillante éxito se ha
debido, sobre todo, al valor personal de los generales. Sin el arrojo temerario de Prim, sin la actitud audaz de Zabala, sin la furia arrebatadora de O'Donnell, ningunas tropas de cuantas sostiene el mundo hubieran intentado
empeños tan inauditos, tan imprudentes, tan insensatos a primera vista y
tan gloriosos en los resultados, como cerrar uno contra veinte, penetrar en
un torbellino de balas, meterse entre dos fuegos, luchar a la vez con armas
blancas y a tiros, y arrostrar una muerte segura en empresa de que tal vez
desconfiaban. Así es que, después de tal batalla, los generales podrán muy
bien decir: Con soldados como éstos, no hay nada imposible; y los soldados responder: Con tales generales se va siempre a la victoria.”
La documentación elegida para conmemorar el nacimiento de Juan
Prim son los partes que remitió al general en jefe del Ejército de las acciones de guerra acaecidas entre el 12 de diciembre de 1859 y el 31 de enero
de 1860 en el valle de Los Castillejos. En ellos el general narra en primera
persona y de forma extremadamente detallada todas las acciones y movimientos de las tropas que comandaba. Se trata por tanto de un documento
de excepcional importancia por tratarse de una información de primera
mano y un relato pormenorizado de los hechos que le valieron a su protagonista alcanzar el punto más alto de su prestigio militar.
Texto: Eva Bernal Alonso. Archivo Histórico Nacional
Diseño cubierta: La Azotea
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