Los Gozos a Santa María del Castillo Patrona Canónica de Cullera Pues Castillo sois, Señora, del divino Emperador: Conceded vuestro favor al devoto que lo implora. que sirvió José de muro; y pues fuisteis vencedora de Herodes y su rigor: Conceded vuestro favor… Castillo os miro cerrado desde vuestra Concepción, a donde por su invasión entrar no pudo el pecado, siendo desde aquella hora su castellán el Señor: Conceded vuestro favor… Contra Dragut en Cullera, por su grande devoción, castillo de redención fuisteis en batalla fiera; y pues de la furia mora logró el triunfo vuestro amor: Conceded vuestro favor… Porque el demonio orgulloso vuestro muro no asaltara, con virtud profunda y rara vuestra humildad le hizo foso; de la gracia auxiliadora le llenó su mismo autor: Conceded vuestro favor… De norte sirve brillante vuestro Castillo lucido al caminante perdido, y de faro al navegante; también fuisteis Redentora de un cautivo pescador: Conceded vuestro favor… En vuestro Castillo fuerte entró por la Encarnación el Verbo que en su Pasión le dio batalla a la muerte; y pues que el infierno llora de aquella Sangre el valor: Conceded vuestro favor… Castillo sois y oficina donde encuentra sin desvelo el afligido consuelo y el enfermo medicina; y pues sois consoladora de todo mal y dolor: Conceded vuestro favor… Cuando al Rey del cielo vieron salir, cerrado el rastrillo, de vuestro sacro Castillo, tres Reyes se le rindieron; una estrella brilladora les guió con su esplendor: Conceded vuestro favor… Dejando vuestra eminencia, que pasáis el mar creemos, pues tal vez mojada os vemos volver a nuestra presencia; y pues de celeste Aurora el rocío es el sudor: Conceded vuestro favor… Porque de Egipto seguro tuviera Cristo su amparo a vuestro Castillo, es claro, Pues en tal Castillo mora Dios, que es su Alcaide mayor: Conceded vuestro favor… 1 Los gozos dedicados a la Mare de Déu del Castell de Cullera fueron compuestos por el Dr. José Ríos y Tortajada, cura que fue de la parroquia de los Santos Juanes desde el año 1740 hasta 1774, constituyendo una autentica originalidad en el conjunto gozístico diocesano, más bien anónimo o de autor desconocido.1 Estos gozos fueron reeditados en numerosas ocasiones, aunque el cambio más destacado en las diversas impresiones se concreta en la xilografía que los preside, reproduciendo con más o menos acierto la histórica imagen de Santa María del Castell, según la peculiar inspiración del anónimo grabador.2 La reiterada edición de estos gozos es una de las pruebas de la devoción popular que el culto a la Patrona de Cullera ha generado, sobre todo en las buenas gentes de la costa valenciana, para quienes la Castellera es una de las más queridas advocaciones de la Mare de Déu. 1 El Dr. Ríos Tortajada nació el 14 de octubre de 1700 en Ademuz, pasando a residir con sus padres a Valencia donde cursó los estudios filosóficos, graduándose en Gandía. Recibió la ordenación sacerdotal en Segorbe y ejerció su ministerio pastoral desde el año 1725 hasta 1740 como vicario de Lliria. En la última fecha anotada fue nombrado por don Andrés Mayoral, arzobispo de Valencia, cura propio de Cullera, ejerciendo este cargo hasta el año 1774. Un inicuo proceso contra él le hizo abandonar su parroquia, recluyéndose en el monasterio de Santa María de Valldigna hasta el año 1778 en que falleció, recibiendo sepultura el 1 de marzo de 1778 en la entrada de la capilla de la Comunión del templo parroquial cullerense, que había sido construida durante su largo curato en esta iglesia. La valía personal del Dr. Rios quedó constatada y reconocida por el círculo ilustrado al que pertenecía, bajo la mirada y doctrina de don Gregorio Mayáns y Síscar. 2 La primera edición de estos gozos en una hoja tamaño folio lo fue a mediados de siglo XVIII, por tanto es contemporánea a su autor, no debiéndose descartar la intervención personal del propio doctor Rios en su publicación; fue editada en Valencia, aunque no consta el año ni le nombre del impresor, y lleva este título: Gozos a la/ Virgen Milagrosa/ del Castillo/ de la/ Villa de Cullera. Una original xilografía muestra por primera vez en el arte del grabado el hermosísimo icono mariano de la Mare de Déu del Castell. Su anónimo autor intentó reproducir aunque no muy fielmente la venerada imagen, simplificando los trazos de su venerable antigüedad, de manera más clara en el lirio que la Virgen lleva en su mano derecha y en el osezno que sostiene el infante Jesús con su izquierda, sustituidos ambos elementos en el grabado que comento por sendas flores (¡) en forma de estrella. La segunda impresión de los gozos alteró el orden gramatical del título: Gozos a la milagrosa Virgen del Castillo de la Villa de Cullera, y la xilografía de la Mare de Déu es copia de la anterior, aunque más elaborada que aquella, distinguiéndose en su menor tamaño y por haber sustituido las flores estrelladas por una flor abierta. Tampoco se indica en esta hoja el lugar de impresión ni el año, pero lo fue en el último tercio del siglo XVIII. La tercera impresión de los gozos fue una mera repetición de la hoja anterior, aunque el título volvió a abreviarse: Gozos a la milagrosa Virgen del Castillo de Cullera. A finales del siglo XVIII tuvo lugar la cuarta impresión de los Gozos a la Virgen del Castillo de Cullera, en la que como vemos de nuevo se abrevió el título de esta composición poética. En esta ocasión se reprodujo una bellísima composición xilográfica de autor desconocido que sirvió de modelo para futuras reediciones de este texto popular, así como fuente de inspiración de algunos retablos cerámicos aún conservados, que lo reproducen fielmente. La vista panorámica del recinto amurallado del Castell Vell de Cullera, donde recibiría culto devocional la Moreneta, es, sin duda alguna, la mejor reproducción de aquel estratégico lugar. Las dos estampaciones de estos gozos realizadas en el siglo XIX tuvieron lugar en tipografías valencianas, debiendo señalarse en ellas la romántica interpretación que el anónimo autor hace de la hermosa xilografía de la hoja comentada antes, a la que imita, pero no iguala. Por lo que respecta a las dos ediciones de los gozos de la Patrona de Cullera de principios de este siglo se debe anotar que una lo fue en la primera década, aunque la fotografía de la Mare de Déu del Castell se obtuvo en 1899, mientras que la segunda vio la luz en el año 1919, con motivo de la Coronación Canónica de la devora imagen de la Mare de Déu del Castell. 2 Escritos en versos heptasílabos y octosílabos su autor pretendió explicar con términos teológicos e históricos la autentica devoción a la Verge del Castell, venerada multisecularmente por el pueblo cullerense como su Excelsa Patrona. Veamos pues, el contenido literario de este relato poético, compuesto de dos cuartetas y nueve estrofas. La primera cuarteta nos introduce en el tema principal del relato relacionando la advocación popular de esta imagen del Castillo-Castell-, con el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios que es su auténtica y litúrgica advocación: Pues Castillo sois Señora. El Espíritu Santo fue quien obró el milagro de la Encarnación, convirtiendo el seno inmaculado de María en otro castillo en el que habitó Jesús, el divino Emperador, Rey de reyes y Señor de señores. Los dos últimos versos componen el estribillo que se repite en todas las estrofas de estos gozos, expresando un filial deseo que espera verse atendido: Conceded vuestro favor/al devoto que lo implora. De la primera estrofa a la quinta el doctor Ríos desarrolla una perfecta catequesis, expuesta con gran claridad y pedagogía, sobre el sentido teológico de la Salvación. Veamos. En la primera, desarrolla la defensa inmaculista de María, concebida sin mancha de pecado original: Castillo os miro cerrado/desde vuestra Concepción/adonde con su invasión/entrar no puedo el pecado. La preservación por parte de Dios de la culpa original en María está expresada por el doctor Ríos acertadamente, comparándole con el propio defensor del castillo: siendo desde aquella hora/su Castellán el Señor. La estrofa segunda profundiza en la grandeza de María que ha sido dotada por Dios con múltiples virtudes, en atención a su Maternidad Divina, por lo que podía enfrentarse al demonio con virtud profunda y rara; virtud que la convirtió en humilde esclava del Señor, complaciéndose Dios en todo extremo, quien con la ayuda generosa de la gracia auxiliadora con la que le llenó su mismo Autor, consiguió la obra perfecta de María Santísima. Una gracia desbordante que estuvo siempre con Santa María y reconoció el mismo arcángel al saludarla como la “Llena de Gracia”, en el humilde hogar de Nazaret. La tercera estrofa une en su intención teológica el seno inmaculado de la Virgen María –vuestro Castillo fuerte-, en el que tuvo lugar cuando entró por la Encarnación/ el Verbo, el misterio del engendramiento del Hijo unigénito de Dios, quien con su Pasión y Muerte consiguió la salvación del género humano. En la Cruz derramó su Sangres redentora que cubrió una multitud de pecados, razón por la que el infierno llora/ de aquella sangre el valor. La estrofa cuarta traslada al devoto a la cueva de Belén en la que tuvo lugar el Nacimiento de nuestro Salvador, a donde acudieron los Magos de Oriente para adorarle como Mesías: tres reyes se le rindieron, a quienes una estrella brilladora/ les guió con su esplendor. Sin embargo la idea más original de esta estrofa está referida a la Virginidad de María en el momento del Parto, descrita por el doctor Rios en estos termino: Cuando al rey del Cielo/ vieron salir, cerrado el rastrillo,/ de vuestro sacro Castillo. El rastrillo es la puerta para entrar en la fortaleza, pero al ser izado impide la entrada a la plaza fuerte tanto al enemigo como al inoportuno visitante, más ¿cómo se puede salir del recinto amurallado sin bajar el rastrillo? He ahí el misterio de la Virginidad de María en el Parto, según ha creído y defendido siempre la Iglesia: María dio a luz a Cristo conservando su integridad virginal. 3 La quinta estrofa reúne, por una parte, la persecución desatada por el rey Herodes para matar al Niño lo que motivó la huida de la Sagrada Familia de la cueva de Belén: pues fuisteis vencedora/ de Herodes y su rigor, hacia la tierra de los faraones, a la que habían llegado siglos antes Jacob y sus hijos, según deseaba José. En Egipto encontraron refugio adecuado y una defensa propicia: Porque en Egipto seguro/ tenía Cristo su amparo/ a vuestro castillo, es claro/ que sirvió José de muro. En la estrofa sexta, el autor de este teológico y completo relato poético deja constancia de un hecho real acontecido el día 25 de mayo del año 1550, fiesta de Pascua de Pentecostés, cuando Gurgut Arraiç, moro de alende más conocido en nuestras tierras como el pirata Dragut, con veintisiete embarcaciones llegó a la playa de Cullera y asaltó la población. En la ayuda de los cullerenses acudieron varios suecanos, entre los que hubo víctimas.3 El doctor Ríos se hace eco de la protección prestada por la Mare de Dé del Castell como Madre Amparadora en aquel dramático momento, convirtiéndose así en Castillo de redención/ contra Dragut en Cullera/ pues de la furia mora/ logró el triunfo vuestro amor. La estrofa séptima presenta a María como guía de peregrinos pues por su intercesión el creyente camina hacia la verdad, y el pecador arrepentido encuentra en ella puerto seguro de salvación: De Norte sirve brillante/ vuestro Castillo lucido/, al caminante perdido… También Santa María es Estrella del Mar para los pescadores, convirtiéndose de ese modo en luz que brilla en la oscuridad de la noche y seguro Faro del navegante, en medio de la soledad y silencio de la inmensidad del mar. El marinero pueblo de Cullera no podía olvidar en este poético canto a quien en sus tribulaciones ha sido siempre Consuelo de los afligidos. Pero, además, la Virgen María es también Auxilio del pueblo cristiano, razón por la que estos gozos guardan memoria de la maternal intervención de la Mare de Déu del Castell, gracias a quien un devoto hijo suyo obtuvo de nuevo la perdida libertar: También fuiste Redentora/ de un cautivo pescador.4 La octava estrofa es un canto de gratitud a la Madre de Dios por sus continuas intercesiones a favor del pueblo creyente, sobre todo cuanto está pasando alguna 3 En el Archivo Municipal de Sueca se conserva en el libro de Cuentas Municipales o de Propios del año 1550 en el que relata lo acontecido en Cullera. Este texto fue transcrito en 1887 por primera vez en la Historia de Sueca de don Juan Bta. Granell, siendo publicado por don Andrés Piles en su Historia de Cullera, editada en 1893, amén de otros investigadores que han tenido el gozo de poder leer el texto original que es del tenor siguiente: Posee en memoria (com en lo dia XXV de) Maig del any 1550, dia (de Pasqua del Sant Sperit) e any de Jubileu, entre quatre e cinh (del matí, que) era quant apuntava lo sol, vingué a la (Vila de Cullera) Gurgut Arraiç, moro de alende, ab vint y set o (vint y Huit) fustes y lansá molta gent en terra, de tal manera que entrá en Cullera y barrejá aquella, y cremá moltes cases, y matá alguns homens y cativá certes dones de Cullera; y anant socorro de Cuequa a Cullera, volent entrar dins Cullera per deffensar aquella, maatren los moros a Berthomeu Terrasa, Jaume Tortosa, Johan Spanyol, Berthomeu Copellat, ahun moço de Montaner, e cativaren a Pere Burgos, a Johan Ferrer, a hun moço de Montaner, a Joliá de Algezira, a Burguera de Algemezí. E per rahó del dit desconcert y avallot los Jurats nous de Cuequa no juraren de matí en la sglesia, sinó al vespre en la torre, en ma poder del Ilustrissim Senyor Mestre de Montesa. 4 Nada de extraño tiene que algún cullerense fuera llevado a la fuerza a tierra de sarracenos, capturado en el transcurso de alguna de las incursiones que los piratas realizaban por las poblaciones costeras al mediterráneo. Como ya vimos en la crónica de lo ocurrido en Cullera el 25 de mayo de 1550 los árabes capitaneados por el temido Dragut se llevaron cautivos a varios cristianos, por los que solicitarían una buena recompensa, quedando su rescate a cargo bien de la Orden Mercedaria o bien de la Orden Trinitaria, encargadas de la Redención de Cautivos. 4 necesidad, demostrando así que está atenta como Madre fiel y es en la enfermedad la Salud: …pues sois consoladora/ en todo mal, y dolor. Acudir a María en demanda de ayuda para encontrar remedio en cualquier tribulación ha sido una práctica constante en la Iglesia, y una experiencia entrañable para el pueblo fiel que de ese modo se acoge a su materna protección y la experimenta de manera constante. La última estrofa recuerda un acontecimiento conservado en la memoria colectiva local y constatado al comprobar en el rostro de la imagen de la Mare de Déu del Castell, así como en los manteles de su altar, señales inequívocas de haber estado en contacto con el agua del mar, lo que fue interpretado como una salida de la Virgen de su Santuario en ayuda de algunos pescadores que se encontraban en peligro: …que pasáis el mar creemos,/ pues tal vez mojada os vemos/ volver a nuestra presencia:/ Y pues de celeste Aurora es rocío ese sudor.5 La Virgen María es esperanza de nuestra salvación, Aurora Divina que precede al Salvador de los hombres, Luz del mundo, Cristo el Señor. La segunda cuarteta con la que concluyen estos gozos entona un jubiloso canto en honor de Santa María, pues en ella tuvo lugar el gran misterio de la Encarnación, que al mismo tiempo es plegaria confiada: Pues en tal Castillo mora/ Dios, que es su Alcayde mayor, María, Madre de Dios y Madre de los creyentes: Conceded vuestro favor/ al devoto que lo implora. Rvdo. Andrés de Sales Ferri Chulio Académico correspondiente de la Academia Mariana de Jaén. 5 Una narración oral conservada amorosamente por la devoción local refiere en lenguaje poético este suceso, aumentando el número de náufragos de uno a cinco, relatándolo del siguiente modo: Hubo cinco niños que en frágil barquilla lejos de la orilla el mar arrastró, durante tres días sin rumbo perdidos Tristes y afligidos pavor les entró. Miran al Castillo allá en lontananza y allí su esperanza ponen y su fe, de la Sacra Virgen el auxilio claman, no en vano la llaman y a salvarlos fue. 5