5. CONCLUSIÓN El Señor Jesús es nuestro Proveedor, en toda

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5. CONCLUSIÓN
El Señor Jesús es nuestro Proveedor, en toda necesidad. Él
es Creador de todo, capaz de transformar cualquier cosa, o
multiplicarla ilimitadamente. Para ello, Cristo sólo
necesita hallar a alguien que esté dispuesto a obedecer, a
confiar plenamente en Él y a entregarle todo a Él.
PREGUNTAS
 ¿Estás preparado para liberar la provisión
sobrenatural de Dios sobre tu vida?
 ¿Qué estás dispuesto a hacer esta semana para que
un milagro de Jesús se produzca?
Jesús es tu Gran Proveedor
Lección 2
Rompe-hielo: ¿Alguna vez has estado en una gran
necesidad y Dios suplió para la misma?
1. INTRODUCCIÓN
En el Antiguo Testamento Dios se ha presentado
muchas veces como “Jehováh-Jireh”, nombre que significa
“Dios provee”. Nosotros creemos que Jesús es ahora
nuestro Jehová-Jireh, nuestro Gran Proveedor para todas
nuestras necesidades; y muchos de sus milagros así lo
prueban. Veamos ahora tres milagros de provisión
realizados por Jesús.
2. Jesus Convierte el Agua en Vino
Véase Juan 2.1-11. Este milagro fue el primero que Jesús
efectuó en su ministerio. Tuvo lugar en Caná, una villa
cercana a Nazaret, durante una fiesta de casamiento a la
que Jesús y sus discípulos habían sido invitados. Parece
que José ya había fallecido, porque en el momento de
necesidad María recurrió a Jesús, como si Jesús fuera el
jefe de la familia. La provisión de vino se había agotado,
no sabemos si por llegar más convidados de los previstos
o sencillamente porque la familia no tenía los recursos
necesarios. De todos modos, hubiera sido muy vergonzoso
para los anfitriones que los invitados supieran que el vino
se había terminado. ¿Cómo fue obrado el milagro? A
través de un acto de obediencia total. María dijo a los
sirvientes que hicieran cualquier cosa que Jesús les
indicara. Jesús les dijo que llenaran seis tinajas con agua y
luego la extrajeran y la diesen al jefe de la fiesta. Lo
hicieron tal cual, y el milagro tuvo lugar.
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Ya que las vasijas fueron llenadas hasta el cuello y la
capacidad de cada una era de alrededor de 36 litros, se
calcula que fueron creados unos 216 litros (57 galones) de
vino, de la más excelente calidad, según lo testificado por el
maestresala. Así fue como Jesús comenzó su ministerio, con
un milagro de provisión que hizo que su gloria se
manifestara a la humanidad y que sus discípulos
descubrieran su identidad de Creador; como alguien dijo:
“El agua vio la cara de su Creador y se sonrojó.”
3. UNA GRAN REDADA DE PECES
Véase Lucas 5.1-11. Pedro, Jacobo y Juan ya eran
discípulos del Señor; ellos habían comenzado a seguirlo
después de su bautismo en el río Jordán. Habían
presenciado el milagro en Caná, pero aún no habían
tomado la decisión de dejar su ocupación de pescadores y
servir de tiempo completo a Jesús. Mientras Jesús se
hallaba dedicado a su ministerio en las riberas del mar de
Galilea, observó a sus discípulos lavando sus redes. Habían
tratado de pescar toda la noche, pero sin éxito. Estaban
desalentados y sin embargo Jesús, que obviamente
comprendía la situación, subió a la barca de Pedro para
enseñar a la gente. Existía la necesidad de suplir el sustento
a estos pescadores y a sus familias, pero otra necesidad era
más urgente: alimentar a la multitud con la Palabra de
Dios. Después de predicar, Jesús se dispuso a obrar el
milagro. ¿Y cómo fue obrado? Por un acto de confianza.
Pedro pensaba que era totalmente en vano volver a
intentarlo, pero igual confió en Jesús: “…en tu palabra,
echaré la red.” (V. 5). Dos cosas le había pedido Jesús: que
remara hasta aguas profundas y que volviera a arrojar las
redes. Aunque ya habían lavado sus redes para ponerlas a
secar y estaban muy fatigados,
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los discípulos obedecieron a Jesús y gracias a ello, la redada
de peces que obtuvieron fue tan grande que debieron pedir
ayuda a otros pescadores. Ni siquiera dos barcas podían con
tan abundante pesca. Atónito y compungido, Pedro
comprendió su iniquidad y exclamó: “Apártate de mí, Señor,
porque soy hombre pecador.” (V. 8). El Señor le respondió:
“No temas; desde ahora serás pescador de hombres.” (V. 10).
En otras palabras, no hay razón para inquietarse, pero sí
muchas razones para confiar en Jesús. Él puede ocuparse de
lo que nos preocupa… si nosotros nos ocupamos de lo que a
Él le preocupa –la salvación de otras personas.
4. ALIMENTANDO A CINCO MIL
Véase Juan 6.5-14. Una gran multitud de gente había seguido
a Jesús hasta el desierto y Él sintió compasión de ellos.
Losreunidos eran cinco mil hombres, además de mujeres y
niños. Tenían hambre, pero la única comida disponible era el
almuerzo de un jovencito, constituido por cinco hogazas de
pan y dos peces. ¿Cómo fue obrado el milagro? Por la
generosidad del muchacho. Jesús miró hacia los cielos,
bendijo el alimento, lo partió y lo dio a sus discípulos para
que lo repartieran a la multitud. Aquel jovencito entregó todo
a Jesús, quien hizo que todos comieran y quedaran
satisfechos. Esto nos enseña que Jesús multiplica
sobrenaturalmente, cuando encuentra generosidad. Él es el
Pan de Vida que descendió del cielo, y espera que nosotros
ofrezcamos todo lo que tenemos, para poder bendecirnos. Y
cuando Él nos ha bendecido, debemos ser agradecidos y
cuidar de que nada se desperdicie (V. 12).
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