ASOCIACIÓN PRO LIBERTAD DE PRENSA INFORME SOBRE LAS VIOLACIONES AL DERECHO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN CUBA MARZO 2016 1 APLP Informe sobre la libertad de expresión en Cuba Presentación La Asociación Pro Libertad de Prensa (APLP) es una organización de periodistas que promueve el ejercicio de la libertad de opinión y expresión para garantizar el acceso a la información dentro de Cuba, mejorando las capacidades técnicas y de protección para que todas las personas dentro de la isla, difundan y busquen información. La APLP se fundó el 27 de enero de 2006. Solicitó reconocimiento para funcionar como una Organización No Gubernamental ante el gobierno cubano el 6 de abril de 2006. Hasta el momento no ha respondido a la solicitud. Actualmente la APLP tiene su sede en la calle Independencia número 1046, entre las calles Lucha y Esperanza, reparto Managua, municipio Arroyo Naranjo, provincia La Habana, Cuba. Para comunicarse con la APLP: José Antonio Fornaris Ramos (Presidente): +53 5273518 Relaciones Públicas: +53 58176776 Comisión de Atención a Periodistas: +53 58447644 2 Queremos agradecer infinitamente a: El Centro de Información Legal “Cubalex” por la asesoría prestada. El Centro de Información Hablemos Press por la información brindada. La Red Cubana de Comunicadores Comunitarios por permitirnos acceder a los datos que ha recabado desde su surgimiento. A la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), organización cubana que trabaja en colaboración con APLP en la documentación de agresiones a periodistas. 3 APLP Informe sobre la libertad de expresión en Cuba Contexto sociopolítico en que se ejerce la libertad de expresión en Cuba. Hace catorce meses los presidentes Barack Obama y Raúl Castro anunciaron el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, lo que facilitaría en un futuro no lejano descongelar por completo un conflicto bilateral de más de cincuenta años. A este hecho le sucedieron una serie de conversaciones entre ambas partes en materia económica, cultural, política y de derechos humanos. La libertad de expresión y opinión incluye el derecho a estar informados como la libertad de expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción y sin limitación de frontera. Sin embargo, la Constitución de la República de Cuba reconoce a los ciudadanos la libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista y presupone que, dentro de Cuba, ese derecho se ejerce por el mero hecho de que los medios de comunicación masivos “son de propiedad estatal o social y no pueden ser objeto, en ningún caso, de propiedad privada”1. Esta es la primera limitante al ejercicio pleno de la Libertad de Expresión y Opinión. Actualmente los medios de comunicación son propiedad del Estado y responden a los intereses del Partido Comunista de Cuba, único partido político reconocido legalmente dentro del país. El control estricto sobre los medios lesiona el derecho de toda persona a la libertad de expresión. A pesar de las limitantes impuestas por el gobierno la circulación información ha experimentado un profundo cambio en los últimos 10 gracias a las nuevas tecnologías de la información. Además, el constitucional solo refiere a los medios de comunicación tradicionales prensa, la radio, la televisión, el cine y otros medios de difusión masiva”. de la años texto “…la Mientras el gobierno cubano habilita paulatinamente espacios públicos con conexión inalámbrica a Internet mediante la plataforma digital nauta.cu, el alto precio de este servicio estatal, de aproximadamente 2 dólares por hora de conexión, es una limitante para un país donde el salario promedio no excede los 23 dólares al mes. Actualmente, el servicio de internet en hogares solo es permitido a extranjeros residentes en la isla, quienes también necesitan autorización para instalar y mantener antenas, equipos, accesorios u otros dispositivos con el propósito de recibir señales internacionales de televisión. En los últimos meses, el gobierno cubano ha dicho que estudia la posibilidad de llevar Internet a los hogares a partir de 2016. Sin embargo, no existe ningun 1 Artículo 54 de la Constitución de la República de Cuba 4 disposición que regule la forma en que las personas en Cuba puedan obtener este permiso ni las causas por las que se le puede negar tal autorización. En este sentido, se puede decir que la sociedad cubana vive una discriminación por exclusión que vulnera el derecho a estar informado y el de la libertad de expresión. Además, el Gobierno de Cuba impone un sesgo informativo vía internet al bloquear algunos sitios web que no se pueden ver en la isla. Esto ha sucedido a páginas de noticias como www.cubanet.org2 y www.14ymedio.com. Los periodistas que utilizan estos medios alternativos de comunicación para expresar libremente sus ideas, son reprimidos por los órganos de la Seguridad del Estado cubano. El Derecho a la libertad de expresión, reconocido internacionalmente, es violentado por diferentes leyes. La Ley número 88, promulgada el 16 de febrero de 1999 sanciona severamente la comunicación telefónica con emisoras extranjeras, denunciar hechos acontecidos en la Isla, opinar sobre políticas gubernamentales y publicar en diarios extranjeros. En marzo de 2003, en lo que se conoció como la primavera negra, 75 disidentes fueron encarcelados por ejercer su derecho a la libertad de opinión y expresión, entre ellos 26 ejercían de forma independiente el periodismo. A la mayoría se les aplicó esta ley. Igualmente, el gobierno utiliza diferentes figuras penales para reprimir a los que manifiestan públicamente su opinión. Por ejemplo, desde el grito “¡abajo Fidel! o críticas públicas contra los actuales dirigentes es considerado “desacato”, que tiene previsto sanción entre uno y tres años de privación de libertad. También las autoridades emplean la figura de la peligrosidad predelictiva por conducta antisocial e inicia procesos judiciales por delitos comunes para encarcelar a las personas. La detención arbitraria, las citaciones en las unidades policiacas, los registros en las viviendas, las agresiones físicas y los decomisos de materiales de trabajo son otras formas que el gobierno cubano utiliza para amenazar y limitar el trabajo de las y los periodistas. En los últimos meses las técnicas para amedrentar a los comunicadores independientes han cambiado por los órganos de inteligencia adaptándose al nuevo escenario internacional que ha manejado el gobierno de Raúl Castro. Es cierto, ha mostrado al mundo cierta tolerancia hacia quienes ejercen libremente el periodismo. Ahora las técnicas son las golpizas públicas, los arrestos de corta duración, la inmovilidad, el decomiso de equipos e información, registros aduanales o a 2Desde agosto de 2015 Cubanet News fue desbloqueada. 5 APLP Informe sobre la libertad de expresión en Cuba domicilios, la difamación, y las “entrevistas” con la Seguridad del Estado para hostigar a quienes se han atrevido a ejercer el periodismo. Por supuesto, no debemos olvidar que en la cárcel sigue el periodista José Antonio Torres, corresponsal en Santiago de Cuba del periódico Granma, cumpliendo una sentencia de 14 años acusado de “espionaje”. El periodista fue arrestado en 2011, después de publicar una serie de trabajos periodísticos sobre la mala gestión en la construcción del acueducto de Santiago de Cuba y sobre la instalación del cable de fibra óptica entre Venezuela y Cuba. Libertad de Asociación El derecho constitucional de reunión 3, entendido como la manifestación colectiva de la libertad de expresión a través de una asociación temporal, no tiene definido su contenido, ni los límites a su ejercicio. El Código Penal4 aunque reconoce el derecho a la asociación y a la manifestación, lo hace de forma limitada porque únicamente reconoce este derecho a las asociaciones inscriptas. Cualquier manifestación o asociación fuera de estos preceptos legales, constituye un delito e impide el ejercicio libre de manifestarse o asociarse. El propio cuerpo legal5 considera que, comete un delito que atenta contra el orden público, quienes participen en reuniones o manifestaciones celebradas con infracción de las disposiciones que regulan el ejercicio de esos derechos. Triplica la sanción para los organizadores de las mismas. Aún no se ha adoptado una ley que permita la realización de este derecho en Cuba, produciéndose una inconstitucionalidad por omisión, resultado de la inacción del órgano legislativo. También son comunes los mítines de repudio de las “masas enardecidas” contra lo que el propio gobierno califica, como manifestaciones contrarrevolucionarias (disidentes). Las propias autoridades son quienes incitan estas reacciones, en su mayoría violentas. Incluso, son avaladas como legítimas por los medios de comunicación oficial. Los Destacamentos de Respuesta Rápida (DRR) o Brigadas de Respuesta Rápida se organizan a nivel institucional ejerciendo presión sobre las personas en centros laborales, de estudio y barriales, a través de sus organizaciones sociales y de masas para que participen en ellas. Tienen la misión de rechazar las alteraciones y disturbios contrarrevolucionarios con armamento rústico: palos, barras de acero y cables de electricidad trenzados. En estos casos, el gobierno no tiene en cuenta las alteraciones del orden público que se producen, las interrupciones del tránsito, las interrupciones del horario laboralen los centros 3Artículo 54 de la Constitución de la República de Cuba 4 Artículo 292 Código Penal 5 Artículo 209 Código Penal 6 de producción y servicios, (los trabajadores son convocados de forma masiva), ni los posibles enfrentamientos violentos que pudieran ocurrir entre los manifestantes. La legislación penal cubana, sanciona al que provoque riñas o altercados en lugares al que concurren numerosas personas. Sin embargo, los miembros de los DRR, actúan con total impunidad, porque los encargados de velar por la tranquilidad y seguridad ciudadana, los agentes policiales, no actúan, cuando la propia ley les impone la obligación de actuar de oficio y detener al que intente cometer un delito, o en el momento de ir a cometerlo. El gobierno cubano no ha ratificado los tratados internacionales en materia de libertades políticas y civiles. Considera que las exigencias de respeto a la legislación internacional por parte de los diferentes gobiernos democráticos del mundo, constituyen condicionamientos e imposiciones inaceptables. 7 APLP Informe sobre la libertad de expresión en Cuba Ataques a la prensa después del 17 de diciembre de 2014 En diciembre de 2014, cuando se anunció el restablecimiento de las relaciones Cuba-Estados Unidos, el accionar de la Policía Política se intensificó, especialmente su Grupo de Enfrentamiento a la Prensa el cual está dirigido contra los periodistas independientes. En este periodo, la Asociación Pro Libertad de Prensa ha documentado 54 agresiones a periodistas. Violencia física, psicológica, detenciones arbitrarias y citaciones oficiales son las constantes a las que se enfrentan las y los periodistas al ejercer su trabajo. La citación oficial La citación oficial tiene como objetivo aclarar o comprobar un hecho delictivo en investigación. La Ley de Procedimiento Penal, aprobada por el Parlamento cubano en 1977, establece que esta se practica “por medio de cédula expedida por el secretario”, un funcionario del tribunal. Sin embargo, agentes de la Seguridad del Estado, la utilizan para “entrevistarse” o “definir la situación” de periodistas independientes, activistas de derechos humanos, blogueros y opositores políticos. En estos casos, las autoridades no rigen sus actuaciones conforme a lo establecido en la ley. La ley procesal regula, aunque de forma dispersa, un procedimiento para la misma. En principio la autoridad debe fundamentar, mediante resolución judicial (auto), ante el secretario del tribunal, los motivos de su decisión. El proceso debe garantizar que los ciudadanos no sean molestados innecesariamente. De hecho, en la práctica, ninguna autoridad cumple este requisito legal. Aun cuando la propia ley establece que: “son nulas las… citaciones…que se practiquen sin observar lo dispuesto” por ella. No obstante, el propio precepto aclara que, si la persona citada muestra conformidad con la misma, esta surtirá todos sus efectos, como si se practicara según lo establecido en la ley. Los ciudadanos desconocen este particular. En la generalidad de los casos aceptan como válidas citaciones ilegales, por desconocimiento. La Ley de Procedimiento Penal ofrece impunidad a los órganos estatales ante sus propias acciones. Favorece además la arbitrariedad, de los que tienen la obligación de velar por el cumplimiento de la legalidad. Tampoco se cumple el requisito de apercibimiento en las citaciones oficiales exigido en la Ley de Procedimiento Penal. Las autoridades coaccionan a los periodistas a presentarse a su llamado injustificado, bajo la amenaza de ser “multado o procesado por el delito de denegación de auxilio”. 8 La Ley específica que si la persona citada no concurre sin justa causa al llamado de la autoridad, “se le impondrá multa de cincuenta pesos, y si se tratare de segunda citación podrá ser acusado por el delito procedente”. En algunos casos la policía amenaza a las y los periodistas con imponer multa de 500 pesos cubanos, cifra que supera el salario promedio de un trabajador en Cuba, si no se presenta ante la autoridad. Abajo se muestra un ejemplo de modelo de citación con un apercibimiento en la que un oficial amenaza con imponer multa de 1000 pesos o arresto, en caso de no presentarse al llamamiento. Uno de los ejemplos más reciente de citación fue el de Magalys Norvis Otero, corresponsal de Hablemos Press en La Habana. Norvis Otero fue citada por un agente de la Seguridad del Estado el 1 de febrero de 2016. En la entrevista con los oficiales fue amenazada por cuestionar las declaraciones que hizo en televisión el Ministro de Salud Pública. El ministro de Salud Pública declaró que todas las farmacias de Cuba estaban abastecidas con hipoclorito de sodio. Norvis Otero pudo corroborar personalmente y con testimonios que en algunas farmacias de la capital no contaban con el producto. La amenaza, hostigamiento, difamación y persecución La periodista, Leticia Rodríguez Iglesias, fue interrogada en el mes de junio de 2015, por agentes de la Policía Política, en la terminal tres del aeropuerto internacional José Martí, mientras esperaba abordar un vuelo con destino a Europa. Rodríguez Islas, afirmó, que fue retenida por un empleado de la aduana, quien le dijo que tendría un encuentro con la Seguridad del Estado, y la condujo a un pequeño cuarto dentro de la terminal aérea, donde la esperaban dos oficiales, que le preguntaron sobre su viaje, sus planes futuros y su vida privada. Rodríguez, quien lleva varios años realizando trabajos de periodismo multimedia , ha tenido que viajar en varias ocasiones para tomar cursos relacionados con su actividad profesional. La agencia de noticias Las Villas Press fue objeto de una campaña difamatoria en el mes de enero, con el objetivo de empañar el desempeño de la directiva y fomentar pugnas entre sus integrantes. Mediante correos enviados con falsas identidades al buzón de la agencia, los emisores de esta práctica buscaban desalentar el trabajo de sus periodistas y colapsar un proyecto periodístico. La detención en Cuba por ejercer la libertad de expresión La detención arbitraria de corta duración es uno de los métodos utilizados por el Estado Cubano para impedir a las y los periodistas ejercer su derecho a expresarse. Una práctica recurrente la realizan los representantes de las autoridades en puntos de control de carreteras, quienes mediante una 9 APLP Informe sobre la libertad de expresión en Cuba detención temporal, impiden que las y los periodistas salgan de sus lugares de residencia y/o lleguen a su destino. Después de ser detenidos, las y los periodistas, son conducidos en autos patrulleros a diferentes unidades de la Policía Nacional Revolucionaria de la ciudad. En los autos patrulleros son obligados a colocarse en posiciones incómodas en el suelo del auto, entre el asiento delantero y trasero. Después, oficiales de la Seguridad del Estado, hombres o mujeres se sientan o colocan sus pies encima de ellos. Otras acciones descritas, refieren que las y los periodistas son colocados en el asiento trasero, luego obligados a doblarse colocándoles la cabeza entre las piernas para impedirles ver el trayecto por donde los conducen. Esta posición es utilizada por los oficiales de la Seguridad del Estado quienes presionan fuertemente sus codos contra la espalda del periodista. También es frecuente que los esposen con las manos en la espalda. Mientras el periodista camina, los oficiales ejercen presión en sus muñecas para guiarlos. En la patrulla conducen bruscamente para que pierdan el equilibrio, se golpeen y al mover las manos para sostenerse se aprieten las esposas, acción que les provoca un intenso dolor en las muñecas. Otra de las técnicas utilizadas por los oficiales cuando llegan a los centros de detención, consiste en dejarlos por varias horas dentro de los automóviles con las ventanillas cerradas bajo el sol. Una vez en las estaciones policiales, no se registra la entrada y permanencia del periodista ni se completa el acta de detención. Generalmente son detenciones de corta duración, entre 4 y 12 horas en promedio. Una vez detenidos, las autoridades ocupan los teléfonos móviles, cámaras fotográficas y medios digitales que lleve consigo el periodista. Hay ocasiones en que no los devuelven. Sin embargo, cuando los devuelven, los equipos han sido intervenidos, y los archivos de los dispositivos son borrados. En todos los casos, las detenciones de periodistas no son del conocimiento de un juez. Las detenciones también tienen como fin que se estigmatice el trabajo de los periodistas ya que la población los percibe y califica como personas problemáticas. En correspondencia con los tratados regionales e internacionales en materia de derechos humanos6, la Constitución de la República de Cuba establece en su 6 Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, Artículo XXV: “Nadie puede ser privado de su libertad sino en los casos y según las formas establecidas por leyes preexistentes. Nadie puede ser detenido por incumplimiento de obligaciones de carácter netamente civil. Todo individuo que haya sido privado de su libertad tiene derecho a que el juez verifique sin demora la legalidad de la medida y a ser juzgado sin dilación injustificada, o, de lo contrario, a ser puesto en libertad. Tiene derecho también a un tratamiento humano durante la privación de su libertad”. El artículo 9 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, firmada por el Estado Cubano en 1948 y citamos “Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, ni preso, ni desterrado”, y lo establecido en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y 10 artículo 58 que “La libertad e inviolabilidad de su persona están garantizadas a todos los que residen en el territorio nacional. Nadie puede ser detenido sino en los casos, en la forma y con las garantías que prescriben las leyes. El detenido o preso es inviolable en su integridad personal”. Igual garantía establece la Ley No. 5, Ley de Procedimiento Penal, única disposición legal que en el sistema jurídico cubano regula formas y el procedimiento para detener a una persona. En el artículo 241 señala que “Nadie puede ser detenido sino en los casos y con las formalidades que las leyes prescriben”, y en su artículo 243 establece que “La autoridad o agente de la policía tiene la obligación de detener, a cualquier persona contra la que exista orden de detención”, aunque en ningún artículo o disposición de la referida ley se establece, qué autoridad está facultada para emitir la “Orden de detención”. Por otra parte, la Ley de Procedimiento Penal vigente en el ordenamiento jurídico cubano, viola en el artículo 244, lo establecido en el Artículo XXV de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, el artículo 9 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el apartado primero, del artículo 9 del Pacto de los Derechos Civiles y Políticos, que establece que se extienda acta de detención, después de haberse efectuado la detención de una persona7. La Ley de Procedimiento Penal vigente violenta lo establecido en el Artículo XXV de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y el apartado tercero del artículo 9 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos porque : “Toda persona detenida o presa a causa de una infracción penal será llevada sin demora ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales”. De igual forma, la Ley de Procedimiento Penal va en contra de los principios 4, 9, 10 y 11 del Conjunto de Principios para la Protección de Todas las Personas Sometidas a Cualquier Forma de Detención o Prisión de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, debido a que no prevé que los detenidos sean llevados ante una autoridad judicial que determine sus derechos y obligaciones, y si debe esperar juicio en libertad o prisión provisional, al permitir a la Policía, en su artículo 245, mantener a una persona detenida por veinticuatro horas, término dentro del cual da cuenta al Instructor sobre el detenido y las actuaciones. El artículo 246, permite al Instructor, una vez recibidas las actuaciones que le remite la Policía, o conocido directamente el hecho, mantener a una persona detenida por setenta y dos horas más, término en el cual propone al Fiscal la imposición de la medida cautelar de prisión provisional. Políticos en su artículo 9, apartado primero y citamos: “Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad personal. Nadie podrá ser sometido a detención o prisión arbitrarias. Nadie podrá ser privado de su libertad, salvo por las causas fijadas por ley y con arreglo al procedimiento establecido en ésta”. El Estado cubano, mediante autentificación, dejó clara su intención de obligarse por los tratados internacionales en materia de derechos humanos, específicamente el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, firmado en Nueva York, el 28 de febrero de 2008, por el entonces Ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque. 7 Ídem 11 APLP Informe sobre la libertad de expresión en Cuba El artículo 247, permite al fiscal, recibida la propuesta del Instructor respecto a la imposición de la medida cautelar de prisión provisional, mantener a una persona detenida por setenta y dos horas más, término en el cual debe decidir si aplica o no la medida cautelar de prisión provisional. Las autoridades policiales en Cuba tienen facultades para detener a una persona por 24 horas por simple sospecha y sin dar motivos en virtud de las facultades que le confiere el artículo 245 de la Ley de Procedimiento Penal. Además, la propia ley no prevé que los detenidos sean llevados ante una autoridad judicial que determine sus derechos y obligaciones. Los artículos 241, 242 y 243, de la Ley de Procedimiento Penal, facultan a cualquier persona para detener a otra que intente cometer un delito o cuando lo esté cometiendo, con la obligación de entregarla inmediatamente a la Policía. Estas disposiciones, contravienen las Directrices para la Aplicación Efectiva del Código de Conducta para Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley, respecto a la selección, educación y capacitación de los mismos, así como el Principio 2 y el Principio 7 del Conjunto de Principios para la protección de todas las personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión. d. Igualmente, los articulo 1,2 3, 5, 6 y 8 del Código de conducta para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley. Los arrestos que las autoridades cubanas efectúan en contra de los periodistas contraviene también el principio 10 del Conjunto de Principios para la Protección de Todas las Personas Sometidas a Cualquier Forma de Detención o Prisión el cual establece que “Toda persona detenida será informada, en el momento de su detención, de las razones de la misma, y notificada, sin demora, de la acusación formulada contra ella”. El Principio 13 es violentado por las autoridades cubanas porque no les proveen de “información y explicación sobre sus derechos, así como la manera de ejercerlos”. La APLP ha recibido denuncias de periodistas que fueron detenidos y que las autoridades les negaron comunicarse con sus familiares. El artículo 244 de la Ley de Procedimiento Penal establece en su segundo párrafo, que “A instancia del detenido o de sus familiares, la Policía o la autoridad que lo tenga a su disposición informará la detención y el lugar en que se halle el detenido, así como facilitará la comunicación entre ellos en los plazos y en la forma establecida en las correspondientes disposiciones”. No obstante, no existe ninguna disposición legal dentro del ordenamiento jurídico cubano, que regule el plazo y la forma en que las autoridades o la policía deben permitir o facilitar la comunicación entre el detenido y sus familiares. En la legislación nacional no existe ninguna institución a la que los ciudadanos puedan recurrir a denunciar violaciones de sus derechos humanos y reciban protección de forma inmediata. La Ley de Procedimiento Penal regula el procedimiento de Habeas corpus, pero es prácticamente inaplicable, debido a 12 que no está regulada en la legislación, las formalidades para emitir una orden de detención y mucho menos qué autoridades pueden emitirla. También se han recibido denuncias sobre detenciones cuando las y los periodistas se presentan a una citación oficial. Torturas y Malos Tratos Desde el punto de vista físico se han evidenciado golpes, fracturas , desgarres musculares, aplicación de temperaturas extremas y presión para adoptar posturas incómodas. Las lesiones físicas, el castigo y las amenazas son recursos que emplean las autoridades cubanas contra las víctimas para acceder a información y/o para que abandonen su labor periodística. Periodistas reconocen a varios miembros del cuerpo de seguridad nacional que los han golpeado. Entre ellos destacan los agentes que se hacen llamar Camilo, Volodia, Alejandro, Ronal, entre otros. Basado en imágenes y según lo referido por periodistas, las autoridades cubanas tienen conocimientos generales de la anatomía humana. Durante el trato, los agarran y golpean en determinadas zonas del cuerpo, que resultan muy dolorosas y con la precaución de no dejar huellas . A continuación se exponen algunas zonas del cuerpo que comúnmente son usadas por los oficiales cubanos para ser golpeadas. -Cara interna de los brazos. A este nivel se localizan los músculos bíceps braquial y tríceps braquial respectivamente; los cuales son presionados, logrando aumentar la presión a nivel muscular. Este episodio es muy doloroso, dada la contracción muscular constante (por el exceso de ácido láctico), y limita la movilidad del brazo. Logra derribar a una persona de forma instantánea. En ocasiones se producen desgarres musculares. -Articulación de miembros superiores e inferiores. A este nivel se localizan tendones, fibras musculares y cápsulas cartilaginosas, entre otras estructuras anatómicas, que son hiperextendidas, provocando dolor a ese nivel, que en ocasiones se irradia por todo el antebrazo. Se pueden producir luxaciones y subluxaciones, solo por mencionar las lesiones más simples, que además del dolor que ocasionan, requieren de atención médica inmediata, y logran inmovilizar a la persona, durante aproximadamente 21 días. -Cabeza, Cara y resto de macizo facial. En esta zona hay gran cantidad de terminaciones nerviosas, con sus respectivos recorridos, órganos de los sentidos y sus áreas centrales de coordinación. Especialmente el cráneo guarda en su interior los centros de control nerviosos central. Un golpe en dichas regiones puede ocasionar la pérdida de conciencia (dejar inconsciente) , ya que ese mismo trauma puede lesionar estructuras internas de vital importancia, produciendo Conmociones y Contusiones Cerebrales. 13 APLP Informe sobre la libertad de expresión en Cuba Un caso de este tipo de agresiones físicas vivió Leticia Ramos Herrería, quien en la actualidad tiene secuelas como cefalea intensa, fotofobia y náuseas. En la región de la cara se registran heridas en la cavidad o mucosa oral con pérdida de algún incisivo, desfiguración, fractura de tabique, que ocasionan secuelas permanentes en la persona dañada. A este nivel específico, cualquier lesión es considerada grave, por las secuelas físicas que deja. -Piel: A este nivel las lesiones frecuentes son las quemaduras por fricción, ocasionadas cuando los periodistas son arrastrados entre 2 o más oficiales. También se reportan heridas cortantes regulares, de bordes finos, que son ocasionados por objetos filosos de bordes regulares, ya que en las caídas rozan con objetos de estas características, ocasionándose dichas lesiones, que requieren de suturas inmediatas. Las secuelas persisten en el tiempo. -Rodillas y Codos: A este nivel se producen traumas a raíz de las caídas que sufren. Puede haber fracturas o contracturas en las estructuras necesarias para la amplia locomoción. Requieren valoración y tratamiento oportuno por parte de las autoridades sanitarias. Desde el punto de vista psicológico se ha documentado que las y los periodistas que están recluidos en un calabozo son expuestos a un ruido intenso de forma constante, similar al de un motor o extractor de aire. Además, sufren aislamientos en las prisiones, privación sensorial secundaria causada por ruidos por encima de los decibeles a los cuales el ser humano está fisiológicamente adaptado, humillación verbal y física, manipulación de información de las víctimas y actos de desmoralización. Con estas técnicas se busca dañar la autoestima y disminuir la resistencia moral para tener acceso fácil a los detenidos. Las amenazas influyen negativamente sobre la psique del periodista, a quien le refieren expresiones como: “Si te cojo de nuevo te voy a cortar…, tu familia las va a pagar…”; entre otras palabras amenazantes. En todos los casos se requiere de atención de salud inmediata. Según las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos, documento que incluye a los Detenidos en Unidades de la Policía Nacional Revolucionaria, es obligatoria la presencia de personal sanitario en estos centros, lo cual es violado frecuentemente en las estaciones policiales. Las y los periodistas que han sido lesionados, acuden por asistencia médica por sus medios. A pesar de los maltratos y golpizas, los liberan o abandonan según sea el caso, sin proveerles asistencia médica. El Sistema Nacional de Salud Pública tampoco permite que las víctimas tengan evidencia de las lesiones. Los médicos para emitir el Certificado de Lesiones tienen que hacerlo delante del policía y entregarlo a este, y no dan copia del documento a las víctimas. En todos los servicios de urgencia hay un oficial de la Policía Nacional Revolucionaria, encargado de registrar los Certificados de lesiones y formular la 14 correspondiente denuncia. En el caso de periodistas esto no ocurre porque las lesiones fueron provocadas por la propia autoridad. En el Certificado Médico de Lesiones, el médico debe denunciar un hecho ocurrido y describir detalladamente las lesiones físicas con el correspondiente pronóstico y tipo de tratamiento que recibió. Por otra parte, el personal médico no tiene la atención necesaria con el periodista. No toma en cuenta los maltratos físicos y psicológicos que se producen durante su detención o reclusión. En su actuar, los médicos son influenciados por la Seguridad del Estado para no documentar las agresiones de forma adecuada. El trato desproporcionado por parte de los funcionarios cubanos constituye una violación, y así consta en La Convención Contra La Tortura y Otros Tratos Crueles e Inhumanos o Degradantes. También se viola el artículo 5 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos condena también los actos de tortura. En conclusión, las y los periodistas en Cuba están en situación de riesgo para la vida e integridad corporal, debido a que el Estado garantiza impunidad a los agresores, a los agentes policiales y de la Seguridad del Estado. 15 APLP Informe sobre la libertad de expresión en Cuba Recomendaciones En el seno de las Naciones Unidas y de la Organización de Estado Americanos, se ha reconocido la legitimidad y el papel decisivo que desempeña la libertad de expresión, como la necesidad de garantizar el trabajo periodístico. En consecuencia, la Asociación Pro Libertad de Prensa solicita a los organismos internacionales y regionales de Derechos Humanos, a los gobiernos democráticos y a las Organizaciones no gubernamentales que defienden y promueven los derechos humanos en el mundo que denuncien internacionalmente la violación de los derechos humanos de las y los periodistas independientes de Cuba.A los gobiernos democráticos que inviten al gobierno de la República de Cuba a conversar sobre la situación de los derechos humanos en la isla, los instamos a presionar para que el gobierno cubano: Revise su marco jurídico, derogue o modifique las leyes que impiden la labor periodística , fundamentalmente la Ley 88, y las concilie con las normas internacionales relativas al derecho a la libertad de reunión, asociación, manifestación, expresión y opinión. Investigue todas las denuncias sobre uso indiscriminado y excesivo de la fuerza por funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, y adopte las medidas apropiadas contra los responsables. Derogue de su ley penal interna, los delitos que criminalizan la realización de actividades en defensa de los derechos humanos y la pertenencia a entidades no inscritas. Elimine todos los obstáculos que impida ejercer el derecho a inscribirnos como personas jurídicas o nos permita existir y realizar nuestras actividades colectivamente. Se abstenga de estigmatizarnos y reconozca nuestra condición y papel de defensores y defensoras de la legitimidad de nuestras actividades, en declaraciones públicas, como primer paso para prevenir, o al menos reducir, las amenazas y riesgos en nuestra contra. Que defina en su derecho interno la “defensa” de los derechos humanos como un derecho en sí mismo, y reconozca a las personas que trabajan a favor de esos derechos, como “defensoras y defensores de los derechos humanos”, incorporando en esa definición, una perspectiva de género que dé respuesta a los riesgos y las necesidades de seguridad específicas que las mujeres necesitan. 16