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Lengua castellana y Literatura
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Lengua castellana y Literatura
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CANTABRIA
CONVOCATORIA JUNIO 2009
SOLUCIÓN DE LA PRUEBA DE ACCESO
AUTOR:
Alberto Mangado Macua
Opción de examen N.º 1
 El esquema del texto es el siguiente:
1. Planteamiento (líneas 1-8):
1.1. Conjeturas acerca de una vida saludable.
1.2. Mejora de tu estado de ánimo y salud.
1.3. Cambio de vida: te conviertes en otra persona.
2. Problemática (líneas 9-14):
2.1. Pérdida de identidad: aunque la persona que
antes eras no desaparece completamente.
2.2. Lamento de la persona que eras: quiere volver a
formar parte de tu vida.
3. Conclusión (líneas 15-18):
3.1. La vida se convierte en un continuo acuerdo entre
la persona que ahora eres y la que antes eras.
3.2. Siempre seréis dos personas.
 Se trata de un texto periodístico (publicado en El País)
y, en concreto, de un artículo de opinión, puesto que el
autor, Juan José Millás, presenta su punto de vista acerca
de un tema determinado: los problemas derivados del
hecho de llevar una vida más saludable. Podemos comprobar que el texto posee un carácter humanístico y gira en
torno a un tema de interés general, el cual recibe un tratamiento literario por parte del autor. Además, junto al desarrollo de argumentos lógicos y racionales, hallamos
como finalidad última del artículo la de convencer al lector
y hacer que este reflexione acerca del tema expuesto.
Por otro lado, el texto posee un carácter expositivo-argumentativo. En primer lugar, el articulista presenta una
situación hipotética que el lector tiene que imaginar, situación consistente en llevar una vida más saludable. Y en
segundo lugar, proporciona su punto de vista acerca de
dicha situación y aporta razones que tratan de demostrar
la conclusión a la que llega al final del artículo, donde afirma que la vida se convertirá a partir de ese momento en
un constante pacto entre la persona que éramos antes y
aquella en la que nos hemos convertido.
Teniendo en cuenta esta tipología textual, cabe señalar
que en el artículo predominan dos funciones del lenguaje:
쐌 Función expresiva. El autor muestra a lo largo del todo
el texto su punto de vista acerca del tema expuesto.
쐌 Función apelativa. La principal intención del autor es
llamar la atención del lector y persuadirlo para que comparta su misma opinión, basada en la idea de que el hecho
de llevar una vida más saludable proporciona muchos más
problemas que beneficios.
Con la intención de lograr este propósito, Juan José Millás
presenta una actitud crítica en ocasiones, irónica. A partir
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de un hipotético diálogo con el lector, analiza los efectos
negativos que supondría renunciar a ciertos placeres por
alcanzar una vida más sana, lo que le lleva a valerse de
algunas expresiones sarcásticas (que analizaremos con
posterioridad) con las que busca ganarse la complicidad
de la persona que está leyendo el artículo.
Por otra parte, hallamos en el texto una estructura inductiva, pues las ideas expuestas conducen a una conclusión
final. En la primera parte, el autor expone el planteamiento, basado en una situación hipotética en la que el lector
cambia sus hábitos y lleva una vida más saludable; mientras que en la segunda parte, intenta analizar los problemas que dicho cambio traería consigo. Finalmente, y a partir de lo expuesto con anterioridad, llega a la conclusión
de que la vida se convertiría desde ese momento en una
negociación continua entre aquella persona que podía
disfrutar de determinados placeres y la nueva persona que
desea renunciar a ellos.
Si analizamos el texto con mayor detenimiento, observaremos que en el primer párrafo el autor expone una situación hipotética, para lo que se ayuda de las formas verbales supongamos e imaginemos. Se vale de la primera
persona del plural, ya que quiere que el lector participe en
el juego y se sienta parte implicada en lo que expone. De
hecho, el escritor se dirige al lector a lo largo de todo el
artículo, como queda reflejado en el uso que hace de la
segunda persona (dejas: línea 1; has conservado: línea 2;
introduces: línea 3; procuras: línea 4; empiezas: línea 5).
En este mismo párrafo el autor enumera primero una serie
de comportamientos que el lector llevaría a cabo en el
supuesto caso de que optase por una vida más sana, enumeración en la que se percibe un punto de ironía. Luego,
concluye el párrafo afirmando que dichos comportamientos ocasionarían que el lector acabara convirtiéndose en
otra persona, lo que resalta con el marcador discursivo en fin.
En el segundo párrafo, Millás quiere dejar claro a través de
la expresión todo esto está bien que las hipotéticas acciones a las que había hecho referencia en las primeras líneas
son muy positivas para la persona; sin embargo, enseguida
el lector podrá descubrir cuál es el punto de vista que el
autor tiene con respecto a esta situación, ya que, en su opinión, ese cambio de vida provocaría el abandono de nuestra identidad. No obstante, la persona que antes éramos no
desaparecerá del todo, lo que lleva consigo que el autor se
plantee ciertos interrogantes cargados de humor y sarcasmo y termine el párrafo asegurando que el hecho de
renunciar a lo que éramos en otro tiempo hará que seamos otro en el llanto del anterior, como se reafirma con el
marcador discursivo en efecto.
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CANTABRIA
En los párrafos tercero y cuarto el autor expone su conclusión. En su opinión, si el lector acaba convirtiéndose en
otro, su vida será un continuo acuerdo entre la persona
que es y la que fue, pues los intereses de cada una son
diferentes. De hecho, el autor va más allá y concluye el artículo sentenciando que, en cualquier caso, nunca conseguiremos ser una única persona. Esta idea queda reflejada
también desde el punto de vista lingüístico, ya que, para
referirse al lector, usa la segunda persona del plural (lleguéis: línea 16; representáis: línea 16; seréis: línea 18).
Juan José Millás hace uso en el texto de un registro culto
pero perfectamente comprensible para el destinatario.
Debemos tener en cuenta que El País es un periódico de
prestigio y sus lectores poseen una cultura elevada, lo que
permite que sean capaces de entender el artículo sin
mayores dificultades. Además, el autor pretende convencer al lector y hacer que este comparta su opinión, de
modo que tampoco quiere utilizar un léxico rebuscado
que complique la lectura del artículo.
Desde mi punto de vista, la conclusión a la que llega el
escritor al final del texto es bastante respetable, aunque
merece alguna consideración. Renunciar a los placeres de
la vida supone un gran esfuerzo y provoca que nos podamos plantear en numerosas ocasiones hasta qué punto
merece la pena esa privación; así, se crearía en nuestro
interior una lucha que nos impediría lograr el sosiego
necesario para vivir. Sin embargo, debemos ser conscientes de que un mayor cuidado del cuerpo y un poco de
sacrificio en ciertos comportamientos nocivos para la
salud pueden ayudarnos a encontrarnos mejor tanto física
como mentalmente. Por todo ello, cada uno de nosotros
tiene que ser capaz de valorar y discernir entre aquello de
lo que realmente puede prescindir y aquello de lo que no,
de modo que logremos el equilibrio necesario para encontrar
nuestro bienestar y felicidad.
 El análisis sintáctico del fragmento propuesto se ofrece
en la última página, en el Cuadro 1.
Nos hallamos ante dos oraciones. La primera de ellas (una
oración simple) es predicativa, transitiva y activa. La segunda
oración es compleja e incluye tres oraciones subordinadas
sustantivas y una adjetiva. La oración compleja es predicativa, transitiva y activa. La primera oración sustantiva es
atributiva. La oración subordinada adjetiva es predicativa,
intransitiva y activa. Y las dos últimas oraciones sustantivas
son predicativas, transitivas y activas.
 Nos encontramos ante un artículo en el que el autor
proporciona un tratamiento literario a las ideas expuestas,
para lo que se vale de una serie de recursos. En primer
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lugar, al comienzo del texto, Juan José Millás hace referencia a un mundo ficticio, fundamentado en una serie de
comportamientos hipotéticos. El autor quiere que el lector
participe en este juego literario y sea capaz de imaginarse
dicho mundo, de modo que pueda llegar a compartir la
conclusión a la que se llega al final del artículo. Esa realidad ficticia es construida por el autor a partir de la concatenación de una serie de imágenes que tratan de facilitar
la labor constructiva del lector.
En segundo lugar, podemos apreciar que, para la creación
de ese mundo ficticio, el escritor se vale de un esquema
formal basado en la repetición. Así, todas las oraciones
que componen el primer párrafo están introducidas por
las formas verbales supongamos o imaginemos, de las que
dependen una serie de proposiciones subordinadas sustantivas (introducidas por la conjunción completiva que),
las cuales van aportando los datos necesarios para la construcción de esa conjetura. Este mecanismo dota al párrafo
de un ritmo monótono y repetitivo acorde con la idea que
el autor pretende transmitir, ya que, como se demostrará
más adelante, este no es partidario de renunciar a los placeres que la vida proporciona en favor de una actividad
más saludable.
Otro recurso utilizado por Juan José Millás es la interrogación retórica, es decir, aquella pregunta que no requiere
una respuesta. Dicho recurso lo hallamos en el segundo
párrafo, cuando quiere hacer entender al lector que la persona que éramos antes de cambiar de vida nunca desaparecerá por completo y se lamentará en nuestro interior. Por
ello, y de manera sarcástica, el autor dirige al lector dos
preguntas buscando su reflexión y su adhesión a la opinión que trata de defender.
Por otro lado, hallamos en el texto la presencia de dos figuras
literarias como la metáfora y la comparación. La primera
de ellas la encontramos en la segunda línea del artículo,
donde se refiere a la locura que el lector ha conservado
durante años como si fuera el último tesoro de tu juventud.
Por su parte, la comparación aparece en el penúltimo
párrafo del texto, donde trata de aclarar que los intereses
de la persona que éramos y los de aquella en la que nos
hemos convertido son tan diferentes como el capital y la
clase obrera.
Por último, podemos señalar que a lo largo de todo el artículo
el autor busca la emotividad y apela al sentimiento del lector.
Este aspecto se ve reflejado con claridad en el segundo
párrafo del texto, en el que Juan José Millás, aludiendo a
la persona que éramos tiempo atrás, afirma lo siguiente:
Sus palabras te producirán la nostalgia de otro tiempo, la
melancolía de la ausencia.
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CANTABRIA
CONVOCATORIA JUNIO 2009
Opción de examen N.º 2
 Mientras todos duermen, Bayardo San Román, acompañado de Ángela Vicario, llama a la puerta de la casa de la
madre de esta, quien se despierta para abrir y cree, en un
principio, hallarse ante dos fantasmas. Tras entregarle a su
hija, Bayardo San Román se despide cariñosamente de
Pura Vicario, quien propinará una gran paliza a Ángela sin
que el resto de la familia sea consciente de lo sucedido
hasta la mañana siguiente. Antes de las tres, los hermanos
de la muchacha llegan a casa y la encuentran con la cara
amoratada pero mucho más tranquila. Pedro Vicario le
pregunta por la persona causante del deshonor y Ángela
culpa a Santiago Nasar.
 Se trata de un texto literario, ya que nos hallamos ante
una realidad ficticia, inventada por el autor, cuya intención
es, principalmente, estética. El fragmento contiene un lenguaje que pretende llamar la atención del lector y provocar en él una sensación diferente y especial. Este texto pertenece a una obra literaria que, como cualquier otra obra
de arte, está hecha, en esencia, para que los lectores disfruten con ella, se entretengan y se emocionen con lo que el
autor ha escrito. No obstante, como veremos más adelante,
esta novela posee otras funciones, como la de reflexionar
acerca de la condición del ser humano y mostrar algunos
de sus sentimientos más salvajes.
En concreto, nos encontramos ante un texto narrativo,
perteneciente a la obra Crónica de una muerte anunciada,
de Gabriel García Márquez. En este fragmento, un narrador
presenta una acción en la que participan una serie de personajes situados en un espacio y en un tiempo. La acción
está contada por un narrador de primera persona cuyo
nombre se desconoce. El narrador está presentado en la
novela como un personaje secundario y no como un protagonista: cuenta —como ocurre en este fragmento— lo
que les sucede a sus más cercanos familiares y amigos,
actos de los cuales ha sido testigo y colaborador, salvo del
asesinato de Santiago Nasar. Además de este narrador,
hallamos aquí otros personajes como Pura Vicario, Bayardo
San Román, Ángela Vicario y los hermanos gemelos de
esta, que intervienen en los sucesos de uno u otro modo.
Por otro lado, es preciso indicar que en esta parte de la
obra se intercalan ciertos pasajes dialogados, fruto de las
relaciones que se establecen entre los diversos personajes.
La mayoría de los pasajes reproducen textualmente sus
palabras, de este modo, se intenta dotar a lo escrito de la
expresividad propia de una conversación hablada.
El tema sobre el que gira este texto es el ultraje del honor
de una familia y los indicios de una futura venganza para
recuperar el prestigio perdido. Como ya hemos apuntado
con anterioridad, una de las intenciones de García Márquez es mostrar algunos de los sentimientos más poderosos del ser humano. Por un lado, hallamos la humillación
sufrida por Bayardo San Román al comprobar en su noche
de bodas que su mujer no es virgen, así como la deshonra
de la familia al ser devuelta por este motivo Ángela a su
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casa. Y, por otro lado, con la llegada de los hermanos Vicario
y la acusación realizada por Ángela, asistimos a la sed de
venganza de la familia, que pretende recuperar el honor
asesinando a Santiago Nasar.
Teniendo en cuenta este propósito, diferenciamos en el
texto la siguiente estructura: podemos distinguir una primera parte (líneas 1-13) en la que Bayardo San Román
entrega a Ángela a su madre, lo que refleja la humillación
sufrida por él. Luego, encontramos una segunda parte
(líneas 14-18) en la que Pura Vicario propina una paliza a
su hija, lo que pone de manifiesto la deshonra ocasionada
a la familia. Por último, en una tercera parte (líneas 19-28),
los hermanos Vicario consiguen que Ángela pronuncie el
nombre del que ha provocado el ultraje, hecho que anticipa la venganza, es decir, el asesinato de Santiago Nasar.
Si analizamos con mayor profundidad la estructura, vemos
que en el primer párrafo se nos relata la llegada de Bayardo San Román a la casa de Pura Vicario. Lo curioso del
pasaje es que las palabras del narrador se intercalan con
las que Pura Vicario dirigió a la madre de este narrador,
mediante esta técnica se proporciona más autenticidad a
lo relatado. Además, el párrafo posee también cierto carácter descriptivo, pues se nos muestra el desagradable
aspecto en el que tanto Bayardo San Román como Ángela
se presentan en la casa en plena noche, lo que provoca
que Pura Vicario crea que se halla ante dos espectros y les
pregunte aterrada si todavía siguen vivos.
En las siguientes líneas, se nos muestra la entrega que
Bayardo San Román hace de su esposa a Pura Vicario,
entrega que realiza sin decir una palabra. Únicamente después de besar a su suegra en la mejilla, se despide de ella
con unas palabras que demuestran cariño a la vez que un
profundo desánimo. Por un lado, le agradece a Pura Vicario
todo lo que ha hecho por él, considerándola una santa.
Esta calificación acusa de manera indirecta a Ángela, quien
le había ocasionado una gran humillación.
Ya en la segunda parte, el narrador muestra su ignorancia
acerca de lo realizado por Pura Vicario durante las dos
siguientes horas, afirmando que se fue a la muerte con su
secreto. No obstante, de nuevo intenta aportar información
acudiendo al testimonio de uno de los personajes, en este
caso Ángela, quien solo puede recordar la paliza que recibió de su madre. Esta la golpeó de tal manera que incluso
llegó a temer por su vida; sin embargo, lo hizo con tal cuidado que ninguno de los familiares dormidos fue consciente de la desgracia hasta la mañana siguiente.
En el primer párrafo de la tercera parte, el narrador relata la
llegada de los hermanos gemelos de Ángela, quienes la
encuentran con la cara macerada a golpes pero más sosegada, como ella misma le confiesa más tarde al narrador.
De esta forma, apreciamos cómo de nuevo se intercala en
un pasaje narrativo la declaración de uno de los personajes protagonistas del suceso que se relata, lo que acerca la
escena al lector y le confiere mayor expresividad. Luego,
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CANTABRIA
Pedro Vicario levanta a Ángela del sofá y la sienta en la
mesa del comedor, donde temblando de rabia trata de que
le confiese el nombre del causante del agravio.
Como se puede comprobar, la tensión va aumentando gradualmente hasta alcanzar el punto más alto en la parte
final del fragmento. Tras ser interrogada por sus hermanos,
Ángela trata de buscar en las tinieblas el nombre del
culpable, lo que ya pone en tela de juicio que el nombre
que finalmente elija sea el verdadero causante del ultraje.
Esta idea queda reforzada, además, con la comparación
de la que el narrador se vale para considerar el hecho
como la crónica de una muerte anunciada: lo dejó clavado
en la pared con su dardo certero, como a una mariposa sin
albedrío cuya sentencia estaba escrita desde siempre. Finalmente, el fragmento concluye con la intervención de
Ángela pronunciando el nombre de Santiago Nasar.
En mi opinión, Gabriel García Márquez es capaz de reflejar
con gran acierto y de forma velada los sentimientos que
atormentan a los personajes protagonistas de este fragmento. Sobre la base de ciertos detalles e indicios el lector
se va percatando de la humillación que reconcome a
Bayardo San Román y la rabia y sed de venganza que consume a la familia Vicario. Además, el escritor colombiano
sabe combinar de manera magistral los pasajes narrativos
con los testimonios de los protagonistas de los sucesos
relatados, lo que ayuda a proporcionar una mayor autenticidad y acerca los acontecimientos al lector.
 En este párrafo hallamos un claro predominio de los
verbos frente a los adjetivos, ya que es un texto que posee
un carácter narrativo más que descriptivo. A continuación
exponemos el valor estilístico de los adjetivos y verbos
que contiene.
쐌 Valor estilístico de los adjetivos. En lo que atañe a los
adjetivos, podemos señalar que solo uno de ellos funciona
como adyacente (macerada), ya que los tres restantes
poseen un carácter predicativo o atributivo (tumbada,
asustada, resuelto). Macerada es un adjetivo especificativo
que limita la extensión significativa de cara, sustantivo al
que acompaña. Además, se encuentra también complementado por el sintagma preposicional a golpes, que concreta su significado. Tumbada, por su parte, funciona como
complemento predicativo, al depender tanto del verbo
(encontraron) como del complemento directo (Ángela
Vicario). Este adjetivo, a su vez, se encuentra complementado por un sintagma adverbial (bocabajo) y un sintagma
preposicional (en un sofá del comedor). Respecto a asustada,
podemos señalar que se trata de un adjetivo que funciona
como atributo, pues depende tanto del sujeto (elíptico)
como del verbo (estaba). Por último, resuelto es un adjetivo
al que hallamos en grado superlativo relativo, ya que
expresa la cualidad en el más alto grado pero en relación
con otras personas de su misma condición (el más resuelto
de los hermanos). Además, debemos decir que se trata de
un adjetivo sustantivado, como lo demuestra el hecho
de estar precedido por el artículo el.
쐌 Valor estilístico de los verbos. En cuanto a los verbos,
podemos apreciar que todos ellos poseen un carácter
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pretérito, pues el narrador nos está relatando unos hechos
que han tenido lugar en el pasado. No obstante, podemos
establecer una diferencia aspectual entre aquellos que
poseen un carácter perfectivo y, por lo tanto, se refieren a
la acción como terminada, y aquellos que tienen un carácter imperfectivo y, por ende, hacen hincapié en la permanencia de la acción. Con relación a las formas verbales de
aspecto perfectivo, el tiempo que predomina es el pretérito perfecto simple, que hace referencia a hechos puntuales ocurridos en el pasado (volvieron, encontraron, levantó,
sentó) o introducen las palabras de algún personaje en
estilo directo (dijo). A estas formas debemos añadir el participio pasivo llamados, que indica proceso concluido, y la
forma de pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo hubiera
quitado, la cual alude a una acción anterior a otra también
pasada.
En cuanto a las formas de aspecto imperfectivo, únicamente hallamos verbos en pretérito imperfecto, los cuales
expresan simultaneidad (estaba, sentía, quería, era) o posterioridad (terminara) con respecto a una referencia pasada.
Como se puede observar, los verbos de aspecto perfectivo
indican acción, mientras que los de aspecto imperfectivo
designan estado o sentimiento.
Por último, debemos mencionar las dos perífrasis verbales
existentes en este párrafo (había terminado de llorar y tirarme a dormir). La primera de ellas posee un carácter conclusivo, y la segunda, incoativo. Ambas perífrasis reflejan las
carencias que posee el castellano en el esquema verbal del
aspecto.
 Este fragmento se localiza al final del segundo capítulo
de la novela, capítulo que se concentra en la pareja formada
por Bayardo San Román y Ángela Vicario desde el mes de
agosto en que él llegó al pueblo hasta las dos de la mañana
en que devuelve a su mujer la noche de bodas.
Bayardo San Román se nos presenta como un hombre
dominante, seguro y altanero, un hombre al que nada se le
resiste y todo lo puede. Este aspecto queda reflejado en el
progresivo rendimiento de la desconfiada madre del
narrador ante la fascinación del forastero y en el sometimiento del viudo Xius, que concluye vendiéndole la mejor
casa del pueblo en la que seguía rindiendo culto desconsolado a su esposa. Esa misma imposición la ejerce respecto
a Ángela Vicario: no pretende seducirla, busca someterla,
para lo cual cuenta con la ayuda de su misma familia
pobretona, interesada en emparentar con un hombre rico
y de buena presencia.
Sin embargo, como queda demostrado unas páginas antes
de este fragmento, Ángela es la única que se resiste. Desdeña los consejos de las amigas que le proponen engañar
al marido derramando mercurocromo en las sábanas con
el fin de simular una virginidad perdida. Esta actitud no se
debería simplemente a miedo o incapacidad, sino a una
voluntad de enfrentamiento. De esta forma, Bayardo San
Román sufre la mayor humillación imaginable para un
hombre de su temperamento y carácter, lo que desencadena la escena de este fragmento en la que Bayardo
devuelve a Ángela a su familia.
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CANTABRIA
Una vez que Pura Vicario ve que el honor de la familia ha
sido ultrajado, hace venir a sus dos hijos deseosa de recuperar la honra. Ángela Vicario culpa del ultraje a Santiago
Nasar, su acusación desencadena la sucesión de una serie
de acontecimientos que acabarán con la vida de este. Tras
el delito, los hermanos Vicario aseguran haber asesinado a
Santiago Nasar en defensa legítima de su honor. De hecho,
al final del juicio, ambos declaran que lo volverían a hacer
mil veces. Sin embargo, su rendición ante la iglesia poco
después del crimen ya era una prueba de su gran dignidad,
a lo que se une el hecho de que habían realizado más de
lo que era imaginable para que alguien les impidiera
matar a Santiago Nasar.
Los hermanos Vicario consideran irremediable el asesinato
de Santiago, e incluso, antes de matarlo, piensan que es
como si ya lo hubiesen hecho. Además, una vez cometido
el crimen, se sienten reconfortados por el prestigio de
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haber cumplido con su ley. Para la mayoría del pueblo solo
hubo una víctima, y esa fue Bayardo Román, pues los otros
protagonistas de la tragedia habían cumplido con dignidad,
y hasta con cierta grandeza, la parte de favor que la vida les
tenía señalada.
Como se puede apreciar, la acusación que Ángela realiza
en este fragmento marca el resto del relato. Sin embargo,
en la novela nunca se ha de aclarar quién fue el verdadero
causante de su perjuicio. El mismo juez encargado del caso
afirma en su sumario que lo que más le había alarmado al
final de la investigación fue el no haber encontrado un
solo indicio de que Santiago Nasar hubiera sido en realidad el causante del agravio. Por ello, cuando en este fragmento la joven nombra a un culpable, es muy posible que
lo hiciese para proteger a alguien a quien de verdad amaba,
y escogió el nombre de Santiago pensando que sus hermanos nunca se atreverían con él.
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*Y: marcador discursivo.
**En efecto: marcador discursivo.
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↓ (SC: 3.ª pers. sing.)↓ (SO: 2.ª pers. sing.)
*Y verás que eres otro, **en efecto, en el llanto de1el anterior, que no cesará de pedir que le hagas un hueco en tu existencia.
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Sus palabras te producirán la nostalgia de otro tiempo, la melancolía de la ausencia.
Cuadro 1 (Opción de examen N.º 1)
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