ALEMANIA UN PAÍS “RICO” CON RICOS MÁS RICOS Y POBRES

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ALEMANIA UN PAÍS “RICO” CON RICOS MÁS RICOS Y POBRES MÁS POBRES
El capitalismo sigue ejerciendo su potencia DESIGUALITARIA
“……Los titulares de los diarios lo decían todo: “Certificado de pobreza para un país
rico”, “Los ricos de Alemania cada vez más ricos”, “Los pobres siguen pobres; los ricos,
más ricos”. Y los que titularon así no son diarios de izquierda, no. Dos de ellos son de
tendencia liberal y el otro, conservador. Sí, el informe oficial del gobierno conservadorliberal de Alemania fue como un campanazo de alarma. Ese informe oficial fue
presentado por la ministra del gobierno Von der Leyen, del conservador Partido
Demócrata-Cristiano. Es decir, no son cifras elaboradas por la izquierda o por algún
centro de estudiantes. No. Es nada menos que el informe oficial. Pero en ese informe
hay más para asustarse: se ha comprobado que el 10 por ciento de la población
posee el 53 por ciento de la riqueza nacional; el 40 por ciento (que conforma la
clase media) posee el 46 por ciento de esa riqueza; y el resto, el 50 por ciento de
la población, es decir, la mitad de los habitantes totales posee apenas el uno por
ciento de la riqueza. Sí, tal cual. Parece increíble. Pero, repetimos, fue presentado
oficialmente por el propio gobierno.
Por supuesto, el debate comenzó en todas las esferas. “Alemania no es pobre, pero
cada vez más se abre la tijera de la diferencia entre ricos y pobres”, dice con algo de
tristeza el diario conservador de Bonn General Anzeiger. Los socialistas salieron a la
palestra exigiendo el aumento de los impuestos a los magnates acaudalados. Y en
seguida la respuesta conocida: no, no se pueden aumentar los impuestos a los ricos
porque si no se llevan esa riqueza a otro país. Y dejan sin trabajo a la gente. Un
conocido argumento basado en el miedo a quedarse sin ricos y convertirse todos en
pobres. El periódico Frankfurter Rundschau es fuerte en su editorial bajo el título “Así
no puede seguir”. Y comienza: “Los alemanes son cada vez más ricos. No es así, la
verdad es que los alemanes ricos son cada vez más ricos”. Y llega a la conclusión de
que se ha llegado a eso por “la repartición totalmente desigual de la fortuna pública”.
Eso ocurre en la denominada “joya económica de Europa”. El análisis del reparto de la
riqueza en los Estados Unidos de Norteamérica daría cifras para asustarse y quedarse
mudo. Y entonces nace la obligada pregunta fundamental: ¿ésas son las auténticas
democracias? ¿La palabra democracia no tendría que estar uniendo las palabras
libertad con igualdad? Todo lo contrario: cada año, en esos países “modelo”
aumenta la desigualdad. Por ejemplo, en Alemania, en 2008, el 10 por ciento que
conforma la franja de los pobladores más ricos contaban con el 45 por ciento de la
fortuna privada total; cuatro años después esa parte ha subido el 53 por ciento. ¿Qué
pasará dentro de diez años? Mientras tanto, Alemania tiene cerca de tres millones de
desocupados que cobran una ayuda por cierto muy modesta. El diario bávaro
Münchner Merkur titula “Dinamita bajo el fundamento de la democracia” y protesta
porque cada vez más “la democracia es desgastada por una masa de población que se
va empobreciendo mientras aumenta cada vez más la riqueza de la clase alta”.
“Alemania se ha convertido en una sociedad de clases”. La única democracia que
poseen los pobres es poner el papelito en las urnas cada dos años, igual que los ricos.
Y aquí cabe de nuevo la pregunta: ¿es ésa una auténtica democracia?
Un golpe severo para el gobierno de su propio partido, la Democracia Cristiana acaba
de ser asestado por uno de los hombres fundamentales en la historia de ese partido
político, Heiner Geissler, que fue secretario general de esa organización durante doce
años (desde 1977 a 1989). En el congreso partidario de Rhein-Sieg declaró que “El
mundo ha caído en el desorden porque la política y la economía han perdido sus
fundamentos éticos”. Y agregó mencionando al gobierno de su propio partido: “ya no
poseemos nosotros una economía social de mercado sino llanamente el capitalismo”. Y
dio esta meta: “necesitamos un sistema de mercado social-ecológico internacional.
Ahora se ahorra a costo del ser humano. Esto lo tiene que tener en claro la Democracia
Cristiana porque actualmente hay en el mundo dinero como trigo y dinero como mierda.
Y nos representa la gente falsa”. De paso criticó a la Iglesia Católica diciendo: “La
Iglesia no tiene que renunciar a sus obligaciones sociales, y no sólo dedicarse a la
liturgia y a un falso alejarse de lo llamado mundanal”.
Algo para reflexionar. Y es que no salieron estas palabras de algún “agitador” de
izquierda, sino de un hombre de la escuela de Adenauer y Kohl.
Ante las realidades lo bueno es que comience por fin un debate constructivo que ayude
a salir de la crisis en que se encuentra el continente europeo……”
Extracto de la nota de Osvaldo Bayer publicada en página 12. Sábado 29/9/12
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