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NUESTRA REALIDAD EN EL USO DE FLUIDOS DE PERFORACIÓN
En Chile existe la percepción en ciertos grupos de que los pozos de agua
perforados con fluidos de perforación entregan un menor caudal que los
perforados con otros sistemas. Esto hace que se dé preferencia a métodos de
perforación que no son los más adecuados e incluso que están absolutamente
contraindicados para el terreno y las condiciones existentes. No hay nada más
costoso que tratar de perforar un pozo con el método equivocado.
Roscoe Moss Company
Por ejemplo, hace algunos años, se intentó perforar con sistema Barber en un
sector donde el terreno estaba compuesto principalmente de cenizas volcánicas,
con el agravante de que existía agua surgente. Al entrar la ceniza volcánica en
contacto con el agua del pozo, reacciona en forma similar a la arcilla,
transformándose en un material muy plástico y aumentando su volumen por
hidratación. Esto hizo que la tubería que se iba colocando al tiempo que se
efectuaba la perforación quedara atrapada en muy pocos metros y obligara a
efectuar una reducción de diámetro, llegando al absurdo de tenerse cinco o seis
tuberías de distinto diámetro en 50 ó 60 metros de perforación. A pesar de que
los pozos estaban planificados a un poco más de 100 metros, ninguno de ellos
pudo ser terminado.
En este caso, lo más indicado era perforar el pozo con un sistema rotatorio
convencional con lodo pesado. Las ventajas de este método, en esta situación
particular, son que el tricono como herramienta de corte permite perforar
fácilmente material de sobrecarga en grandes diámetros con un mínimo de peso,
lo que hace que la perforación sea rápida y eficiente, alcanzando normalmente
promedios de 80 metros por turno. Por otro lado, la presión hidrostática que
ejerce un lodo pesado, diseñado de tal forma que equipare la presión de
surgencia del pozo, permite eliminar la surgencia durante la perforación. La
incorporación de viscosificadores, inhibidores y detergentes en la concentración
adecuada permite crear un fluido compatible con la formación. En otras
palabras, el fluido elimina los efectos adversos que produce el agua al entrar en
contacto con una zona hidrofílica, como lo es la ceniza volcánica.
La eficiencia de un pozo nada tiene que ver con el método usado para su
perforación. Un pozo perforado con un sistema rotatorio convencional es tan
eficiente como uno perforado con percusión, sistema Barber o aire y martillo. El
secreto radica en elegir el método más adecuado para el terreno específico en el
que se perfore el pozo.
En Chile se observan dos problemas recurrentes, que le significan al mandante
y, muchas veces, a la empresa de sondajes grandes pérdidas económicas.
1) El primero es la mala elección del fluido de perforación, por cuanto se trabaja
con productos que al mezclarse entre sí producen sellos permanentes en las
zonas acuíferas. Si ha de usarse productos que creen sellos, éstos habrán de
ser temporales y susceptibles de degradarse o dispersarse una vez que el pozo
tenga instalados los revestimientos y rejillas.
2) El más importante de los procesos involucrados en la construcción de un
pozo es su desarrollo, por cuanto es el que determina que éste produzca el
máximo de agua. Paradójicamente, es también el más económico. El desarrollo
consiste en restaurar el terreno a su estado original. Durante este proceso se
retira el sello temporal que el fluido formó en las zonas productoras, para luego
reacomodar y retirar los sólidos de menor diámetro que pasan a través de la
apertura de la criba, dejando la zona productora con la permeabilidad que tenía
originalmente. Al mezclar en un fluido bentonita y polímero, se obtiene un sello
casi permanente o permanente, ya que el polímero encapsula las partículas de
bentonita. En esta situación, al desarrollar el pozo encontramos paredes
formadas por capa sobre capa de bentonita-polímero. Si bien cada uno puede
ser degradado (polímero) o dispersado (bentonita) aisladamente, su
superposición impide el contacto del agente oxidante que degrada el polímero
pero que no afecta la bentonita, y del agente dispersante que actúa sobre la
bentonita pero no sobre el polímero.
También se ha observado el uso de aditivos de pérdida de circulación, e incluso
de cemento, en las zonas productoras. Este mal uso de los aditivos ha
contribuido a perpetuar la percepción de que los pozos perforados con fluidos
son “malos”, descartándose por esta razón la perforación rotatoria convencional
que a veces, como ya se ha dicho, es la mejor opción económica. Este es el
segundo de los problemas recurrentes mencionados.
-El desarrollo empieza antes de empezar a perforar
-Minimiza los daños de la formación acuífera
-Diseño técnico y control riguroso de los fluidos de
perforación
Roscoe Moss Company
Para perforar un pozo de agua y obtener el mejor beneficio de él se requieren
dos cosas: una planificación que considere todos los aspectos técnicos
involucrados y especialistas en cada uno de ellos. Lamentablemente, en lo que
se refiere a los fluidos, ha faltado históricamente la asesoría profesional,
dejándose en manos de vendedores el “ejercicio” de este rol. Puesto que en
esta situación ha primado el interés comercial y no el criterio técnico, se ha
creado una desconfianza natural hacia la perforación rotatoria.
Es tiempo de perfeccionar esta área y de capacitar no sólo a los perforistas, sino
también a los hidrólogos y controladores, para que puedan elegir el mejor
sistema de perforación y supervisar su adecuada ejecución.
Christian Dockendorff
Ingeniero Fluidos de Perforación
Seminole College, OK., USA
SOUTHERNLAND CHILE
[email protected]
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