¿Cómo educar para la paz en medio de la pobreza? El Grupo de Pedagogía para la Paz de la Presidencia de la República fue invitado a participar en el Foro ‘Retos y Oportunidades para la Paz en el Pacífico Colombiano’, promovido por las Secretarías de Educación del Departamento del Chocó y de Quibdó. La actividad fue programada para funcionarios de ambas Secretarias y un grupo de 35 rectores y docentes de núcleos educativos de todo el Departamento. El evento tuvo lugar en la sede de la Diócesis de Quibdó. El propósito fue ambientar la vinculación activa del sector educativo del Chocó en la ‘La Paz es una Nota’, el próximo 25 de febrero, en el marco del plan de Pedagogía ‘La conversación más grande del Mundo’. El 25 de febrero tendrá lugar en todos los colegios y escuelas del país la primera de una serie de jornadas pedagógicas mediante las cuales se busca sensibilizar, movilizar e incentivar la participación de la comunidad educativa en actividades de Pedagogía para la Paz. El objetivo de todas ellas es promover conversaciones especializadas sobre el rol del sistema educativo en la comprensión de los acuerdos de La Habana y, posteriormente, en la construcción colectiva de la Paz. En la actividad participamos, a nombre del Grupo de Pedagogía para la Paz, María Teresa Ramírez, nuestra colega representante de ‘La Conversación más grande del Mundo’ en el Eje Cafetero, y el suscrito. El ejercicio comenzó con la presentación del video/texto ‘Adiós a la guerra, bienvenida la conversación sobre la Paz’ que sirvió de pretexto para activar la conversación con los asistentes al evento. La conversación giró en torno a una serie de preguntas dilemáticas entre el deber ser de la Paz versus las realidades territoriales (sociales, económicas, políticas, culturales, ambientales) y las tensiones latentes entre los modelos de desarrollo que se plantean desde el Gobierno Nacional y aquellas concepciones de bienestar y desarrollo propias de las comunidades locales. Fue particularmente interesante la discusión sobre el rol de la escuela en la transformación de los imaginarios heredados en el conflicto armado, la generación de aquellos que serán necesarios en la fase de transición y en la construcción colectiva de la paz. Así mismo, la conversación profundizó sobre el rol de la escuela en la reconstrucción de la confianza en el Estado, los partidos políticos y la política; la formación en ciudadanía de no menos de 11 millones de estudiantes que hoy asisten al sistema educativo formal; la comprensión de la institucionalidad democrática y su capacidad real para tramitar los conflictos sociales, sin la presión de actores armados ilegales.