VACA NARVAJA, Miguel Hugo. Abogado. Ex ministro del gobierno radical en Córdoba y ex Ministro del Interior en los últimos días previos al derrocamiento del presidente Frondizi en 1962. Profesor por concurso durante muchos años, de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba y profesor de Historia e Instrucción Cívica en el Colegio Monserrat de la misma provincia. Pagó un alto precio, con su propia vida, ser el padre de al menos cuatro hijos montoneros. Quisieron obligarlo a firmar un documento de repudio a su hijo, Fernando, comandante de esa organización guerrillera peronista. Su respuesta fue contundente: “No haré declaración ni firmaré ningún documento en contra de mi hijo, que es dueño de sus actos y convicciones”. Meses más tarde, fue secuestrado-desaparecido por el comando del Tercer Cuerpo de Ejército, en su propio domicilio, el 10 de marzo de 1976. Lo mataron y decapitaron. Su cabeza en una bolsa de nylon apareció, más tarde, en un descampado a modo terrorífico de escarmiento. Tenía 61 años. VACA NARVAJA (h), Miguel Hugo. Le decían “Huguito” para diferenciarlo de su padre. En tanto estudiaba Derecho fue integrante del servicio informativo de radio Universidad de Córdoba. Se recibió de abogado. Conformó un grupo de letrados peronistas. Defensor de presos políticos. Fue funcionario del gobierno del Dr. Ricardo Obregón Cano. Apoderado del Partido Peronista Auténtico. Montonero. El 20 de noviembre de 1975 –bajo el gobierno títere de Isabel Martínez- fue golpeado, secuestrado y arrastrado hacia un Ford Falcon sin chapas identificatorias, cuando transitaba las escalinatas de los tribunales cordobeses, a plena luz del día. Llegó a gritar su nombre, por lo que luego debieron legalizar su detención. Quedó a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN) sin tener causa alguna en su contra. El 12 de agosto de 1976 es sacado de la cárcel (UP-1) y fusilado con otros dos compañeros más: Gustavo Adolfo De Breuil e Higinio Arnaldo Toranzo. Para entonces su defensor había logrado la autorización de la Suprema Corte para ser liberado y exiliarse en Francia, país que había dado su aprobación para recibirlo como refugiado político. En los juicios que se llevaron adelante en el año 2010, para darle perpetua a sus asesinos, su hijo, del mismo nombre y apellido, fue uno de los abogados querellantes. VACA RUBIO, Raúl Alberto. Nacido en Metán, Salta, el 21 de noviembre de 1953. Primaria y secundaria las hizo en su ciudad natal: colegio Manuel Belgrano y colegio Juan Carlos Dávalo respectivamente. Concurrió a la Facultad de Medicina en la Universidad Nacional de Tucumán. Militante de Juventud Peronista en Salta Capital, fue secuestrado-desaparecido el 20 de septiembre de 1976 en San Miguel de Tucumán a eso de las 14 hs. (Calle Rivadavia Nº 355 que era la dirección de la pensión donde vivía). Fue llevado al Arsenal militar Miguel de Azcuénaga donde sufrió crueles torturas antes de su asesinato. VACAS, Elena Graciela. Nacida el 2 de abril de 1955. Elena Graciela Vacas de Fortunato. 21 años. Perteneciente a una familia de clase media desarrolló su vida en la ciudad de San Miguel, en la provincia de Buenos Aires. Cursó el secundario en el Instituto Nuestra Señora de la Compasión. Con su marido (Daniel Hugo Fortunato. Ver su registro) se conocieron de adolescentes. Quienes los conocieron definen la relación así: “Único, invicto frente a la tragedia y a la muerte; si perfecto puede ser un amor, el de Daniel y Elena lo fue”. Militaba en Montoneros junto a su esposo y estudiaba en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, donde ingresó en 1973, con la idea de estudiar las teorías económicas y su relación con la política y el progreso de las sociedades. Secuestrada-desaparecida el 21 de abril de 1976 en San Miguel, provincia de Buenos Aires, en su propia casa junto a Daniel y dos compañeros más. VACCA, Nora Inés. Oriunda de Tres Arroyos, provincia de Buenos Aires. En esa ciudad se recibió de Bachiller y luego siguió sus estudios en Mar del Plata, buscando alcanzar la Licenciatura en Turismo. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Montoneros, era conocida como “La Gallega”. A los 24 años fue secuestrada-desaparecida, el 17 de septiembre de 1976 en su domicilio marplatense de Ayacucho 5849. Robaron además todo lo que encontraron en la casa; en una palabra la arrasaron. Cuando su padre, conocedor de que Nora Inés había sido secuestrada por marinos, reclamó en la base por la vida de su hija y por el robo cometido en el departamento que ella habitaba. Como respuesta recibió: “Mar del Plata, 23 de septiembre de 1977. ... 1) Es falso que su hija haya sido detenida por efectivos de la Armada... 2) Ante la denuncia de que había ocurrido un secuestro de personas jóvenes, personal de ésta fuerza se hizo presente en el lugar encontrando la casa deshabitada; la concurrencia de las Fuerzas Legales respondió a su responsabilidad de velar por la vida de todo ciudadano...”. Una mentira más para agregar a la cadena de hijoputeces de que hacía gala la dictadura militar. De Nora Inés Vacca, no se supo más nada, salvo que fue objeto de golpes de puño, con palos y otros elementos, simulacros de fusilamiento y descargas eléctricas, aplicadas con la picana durante el desarrollo de los interrogatorios. El 7 de diciembre de 2007, en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata, se inauguró un mural en homenaje a su figura y demás personas de esa alta casa de estudios, asesinadas por la última dictadura cívico-militar que sufrimos. VACCARO, Marta Inés. Nacida en Buenos Aires, el 12 de julio de 1956. Estudiante universitaria. Enfermera. 22 años. En 1977 había nacido su primera hija, con el nombre mágico de María Eva. Secuestrada por un grupo de tareas en su domicilio de San Nicolás 1500 - Capital Federal, junto a su esposo Hernando “Tito” Deria, el 28 de noviembre de 1978, a las dos de la mañana. Ambos eran militantes de la Secretaría Política Nacional en Montoneros y por su accionar estaban relacionados con un grupo de resistencia militar de la misma organización peronista, en la zona Oeste de la provincia de Buenos Aires. Al momento de su secuestro Marta estaba embarazada de 7 meses. VAL, Roberto Adolfo. Nacido el 4 de mayo de 1954 en Vedia, provincia de Buenos Aires. “El Ciego” Val, estudiante de Ciencias Exactas en la Universidad de La Plata, militaba en JUP y Montoneros. Secuestradodesaparecido en su domicilio platense de calle 32 Nº 390, dto. 3, el 22 de diciembre de 1976. Se lo llevaron junto a sus compañeros de militancia Dalmiro Segundo Villagra y Domingo Roque Alconada Moreira. VALDEZ, Oscar. Estudiante. Miembro de la Juventud Peronista (JP) sumó su esfuerzo militante contra la traición de Isabel Martínez y su corte de adulones y crápulas. Asesinado en el campo de concentración cordobés de “La Perla” en 1978. VALDEZ, Osvaldo Juan. Nació el 6 de diciembre de 1946 en la ciudad de las diagonales. “Cocho” para los amigos; “Aníbal” para sus compañeros de organización. Militaba en el PB-FAP La Plata. Trabajaba en Astilleros Río Santiago desde 1975. Fue secuestrado en su casa de esa misma localidad donde había nacido, el 10 de septiembre de 1976 por la madrugada. Fueron entre 10 y 12 personas de civil fuertemente armadas, que se identificaron como “fuerzas conjuntas”, vestidos con camperas, vaqueros y pasamontañas grises. Encerraron a “Cocho” en una pieza y a los familiares los sacaron al patio. A su mujer (embarazada) la interrogaron sobre la militancia política del marido. Luego hicieron vestir a éste, lo encapucharon y se lo llevaron. Nunca más apareció con vida. VALEMBERG, Jorge. 61 años. Concejal peronista por Bahía Blanca. Detenido por la dictadura militar. Muerto en la cárcel de Rawson, Chubut, debido a la falta de cuidados, el 9 de noviembre de 1976. VALENTE, Alfredo Daniel. “El Zorro”. Nacido en 1952 en Lucas González (Departamento Nogoyá), pero vivió su infancia en Colón, también Entre Ríos. En 1966 ingresó a la Escuela Normal de Colón, con excelentes notas en historia. Amante de la educación física. Valente fue “el mejor número 5 que jamás haya conocido Colón”, aseguran quienes lo vieron lucirse en el Club Campito de esa ciudad. De familia ligada a la U.C.R. Valente era estudiante de 4º año de Medicina en La Plata. Allí políticamente se sumó a la Federación Universitaria de la Revolución Nacional (F.U.R.N). Secuestrado y desaparecido en General Madariaga, provincia de Buenos Aires, en junio de 1978, a la edad de 25 años. Militante de J.U.P. y Montoneros, era amigo y compañero de Néstor Narciso “Pichila” Fonseca. (Ver su registro). Fue visto en el CCD “La Cacha” antes de su asesinato. VALENTINI, Eduardo Alfredo. Natural de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires. Le decían “El Brujo”. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de La Plata. Caído en combate en esa ciudad de las diagonales, con 24 años, el 22 de diciembre de 1976 cuando repartía panfletos en la puerta de un establecimiento fabril a las 7 y media de la mañana. Con él, también pierde la vida Patricia Noemí Guastavino, resultando herido en el enfrentamiento un cabo de la policía bonaerense. VALENTINUZZI, Norma Beatriz. Nacida en Santa Fe capital, el 30 de octubre de 1950. Por la temprana muerte de su padre debido a un cáncer de pulmón, debió desde muy jovencita ayudar a su madre para la subsistencia familiar. Profesora de expresión corporal en el Liceo Municipal “Antonio Fuentes del Arco”. Militante peronista y montonera. Resalta por su compromiso cotidiano, el convencimiento de sus ideales y de que el camino posible para triunfar era: organización, solidaridad, esfuerzo y compromiso en pos de una patria justa, libre y soberana; la patria socialista. Esposa de Horacio Domingo Maggio (ver su registro) con quien tuvo dos hijos: Juan Facundo y María. Secuestrada-desaparecida el 11 de septiembre de 1979 (día del Maestro) en Caseros, provincia de Buenos Aires, al poco tiempo de retornar al país para seguir la lucha contra la canalla militar. Se había ido del mismo para preservar la vida de sus hijos, pasando así por Brasil, Ecuador, México, Cuba y España. VALENZUELA, Edgard Tulio. Nació en San Juan el 21 de mayo de 1945. Su padre, Héctor Rómulo Valenzuela fue uno de los fundadores del bloquismo sanjuanino, diputado provincial y primer secretario de la embajada argentina en Moscú. “Tulishka” (como cariñosamente lo apodaba su grupo familiar), “Tucho” (como luego le dirán sus compañeros de militancia), se vino a estudiar Derecho a Buenos Aires. Allí conoce y se casa con la jujeña Alcira Graciela Fidalgo. Eso fue en 1970. Comienza su militancia en Acción Revolucionaria Peronista (ARP), luego de conocer a Alicia Eguren, la viuda de John William Cooke. Dos años más tarde, ya peronista y montonero, para el mes de octubre, es apresado y torturado salvajemente (estuvo 4 meses paralítico), luego lo encarcelan en Trelew. De allí saldrá en mayo de 1973 con la amnistía presidencial. Su suma al trabajo organizativo de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP) en Morón, provincia de Buenos Aires. En enero de 1974 se separa de Alcira Fidalgo, de común acuerdo. La traición de la burocracia sindical y la partidocracia liberal justicialista no lo apartan ni un instante de su camino: sigue en la lucha. Como oficial montonero es uno de los ejecutores del General de División (RE) Jorge Esteban Cáceres Monié en Paraná, el 3 de diciembre de 1975. (Cáceres Monié: ex “Revolución Libertadora”, ex represor de trabajadores en el frigorífico “Lisandro de la Torre” en enero de 1959, ex Comandante del Segundo Cuerpo de Ejército y ex jefe de Policía de la dictadura militar del General Lanusse, cuando secuestran y desaparecen en Capital Federal a Juan Pablo Maestre y Mirta Misetich, su esposa). Valenzuela, luego se suma a la resistencia armada contra la dictadura militar. Es apresado en Mar del Plata, el 2 de enero de 1978, en la puerta de la tienda “Los Gallegos”, junto a su nueva pareja, la rosarina Raquel Negro embarazada de 5 meses y de mellizos. Lo entregó el que hasta entonces era su mejor amigo en la “orga”, Carlos Laluf. En cautiverio pasa por una instancia insólita. Dejemos que él mismo la cuente, en la carta que le dejó a su otro hijo Esteban (“Quinqui”) para que este la leyera cuando fuera grande. “De allí fuimos trasladados a Rosario, donde en una quinta de la localidad de Funes, un grupo de traidores de nuestro Movimiento, quebrados por la tortura y su individualismo, trabajaba para el enemigo. Trataron de comprarnos para sus fines, dirigidos por el general Galtieri. El objetivo era que yo, jefe del partido en Rosario, facilitara la infiltración en el mismo y el asesinato de Firmenich y otros dirigentes. Nos ofrecieron a cambio nuestra vida y nuestra libertad. Si no aceptábamos nos matarían a tu madre y a mí (...) Tu madre y yo discutimos la situación y resolvimos simular que colaborábamos con el plan, para que yo pudiera viajar a México y avisar a nuestros dirigentes de lo que se tramaba. Quedarían como rehén tu madre, amenazada de muerte, y hasta tu propia vida correría riesgos, pese a que logramos enviarte con tus abuelos. Nuestras convicciones patrióticas no nos harían dudar, pero el cariño que nos teníamos nos haría sufrir mucho. No nos veríamos más porque las bestias enemigas difícilmente iban a dejar con vida a Raquel. Ella decidió su propio sacrificio y aceptó todas sus posibles consecuencias. Engañamos a enemigos y traidores y yo encontré la oportunidad de fugarme en México y denunciarlos allí y en Europa generando un escándalo internacional. Los asesinos que viajaron conmigo fueron capturados por un gobierno amigo y desenmascarados...”. Tucho Valenzuela pese a ese gesto de heroísmo fue despromovido en su organización. No se amilanó y volvió a ingresar al poco tiempo a la Argentina para seguir la lucha contra la dictadura militar-oligárquica. Hay una versión que dice que murió “empastillado” en el aeropuerto de Posadas, Misiones; es decir, tomó su pastilla de cianuro para no caer con vida y ganarles también ahí la última batalla al enemigo. Raquel Negro, se supo, fue asesinada por sus captores en represalia. Algo más sobre “Tucho” Valenzuela: en diciembre de 2009, las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron la recuperación del nieto número cien, de nombre Matías; hijo de “Tucho” Valenzuela y Norma Espinosa. La historia fue así: él la conoció a ella a mediados de 1974, luego de la primera salida de la cárcel, mientras militaba en la Columna Oeste de Montoneros por la zona de San Justo. A fines de 1974 empezaron una relación de pareja; la organización trasladó a Valenzuela a Santa Fe y Norma lo acompañó. En julio de 1975 ella quedó embarazada, pero enseguida se separaron. Norma volvió a Buenos Aires, se desconectó de la militancia y se fue a vivir a la casa de sus padres, a la espera del nacimiento de su hijo. Matías nació el 6 de marzo de 1976 en Lomas de Zamora. A los 6 meses su madre organizó un encuentro con el padre porque quería que éste conociera al bebé, pero “Tucho” no pudo darle el apellido a su hijo en ese momento, como sucedió con muchos otros militantes políticos, por la situación de clandestinidad en que se encontraba. VALENZUELA, Lucio Roberto. Le decían “El Loco”. A la edad de 41 años fue secuestrado-desaparecido en Cruz Alta, Tucumán. Ocurrió el 20 de julio de 1977. Ligado al gremio de los trabajadores de la caña de azúcar en esa provincia norteña, militaba en el peronismo montonero. VALESSI, José Segundo. Para todos era “El Jefe”. Organizaba y era un referente para los compañeros de la zona platense y aledaños. El neuquino Antonio Ángel Coria lo recuerda así: “A todos unía, como en logia, la lealtad, según el decir de un hermano mayor de ellos, que sólo unos muy pocos de allí conocieron, dado que siempre estaba en Punta Alta, su pueblo. Se llamó José Segundo Valessi (...) Maestro herrero en Puerto Belgrano, a él, autodidacta y amante de la revolución, que ‘buscaba unir el yunque y la pluma’ pese a que “ganaba cinco centavos la hora’, se le deben algunos aportes en el proceso doctrinario nacional y peronista operado en muchos universitarios de La Plata, Bahía Blanca, Rosario, Tucumán, Buenos Aires o del Comahue. Antes de morir, pisando los 80, su biblioteca se había desparramado entre militantes del FEN, de la CENaP, del Integralismo, de la UNE y la FURN; muchos de los cuales en sus oficinas, cuelgan hoy títulos profesionales”. VALETTO, Roberto Miguel. “El Negro”. Nació en Laguna Paiva, ciudad ferrocarrilera santafesina, un 24 de septiembre de 1955. Luego se radica con su familia en Rosario temporalmente, para afincarse luego en forma definitiva en Santa Fe. Allí asiste a la escuela parroquial Santa Teresita y luego a la Escalante. Hizo el secundario en el colegio La Salle y más tarde comenzó con el oficio de transportista como su padre, haciendo la ruta Tucumán-Buenos Aires. Luego se independiza y su progenitor le regala una camioneta para trabajar como repartidor de fideos en una fábrica de Rosario. Sobre él, dice Tere: “Roberto, El Negro, no era de medias tintas. Tenía una mirada política, profunda y militante, de un gran compromiso social, con aptitud para ir a fondo. Para 1973 ya demostraba gran preocupación por los más desprotegidos y comenzó su participación en la Juventud Peronista, en el barrio de Alto Verde. En las reuniones mostraba su carácter hipercrítico, duro, cuestionador, la firmeza del militante que sabe cuál es su rol y cómo debe asumirlo, siempre para adelante. Esa firmeza y dureza no se trasladaba al plano personal donde era un ser tierno, cariñoso, sabía ser amigo de sus amigos, era un fiel compañero”. Los represores lo buscan. Es secuestrado-desaparecido entre julio y agosto de 1977, en Rosario, con 21 años de edad conjuntamente con su mujer María de los Ángeles Castillo. Los cretinos además le roban la camioneta F100 que le había obsequiado su padre y a éste lo tienen preso clandestinamente unos 3 meses para que diga quienes son las amistades y compañeros de militancia de su hijo. Este hombre cautivo, contrae una hepatitis que no le es curada y que se agrava en una cirrosis, que le provocará la muerte más adelante. VALLADARES, Carlos Augusto. “El Oveja”Valladares nació en San Miguel de Tucumán el 22 de junio de 1947. Desde chico mostró una gran sensibilidad. Todos los fines de semana, trabajaba en el Hospital de Niños de su provincia y en la Casa de Huérfanos. Llevaba a pasear a los chicos en el auto “prestado” por su padre y les sacaba fotos con la cámara de su hermano que éste luego nunca encontraba y se enojaba, en tanto “El Oveja” le respondía: “No te calentés...si es para hacer felices a los chicos...”. Carlitos Valladares era muy estudioso; enamorado de la poesía, la guitarra y el folclore. Se casó con Nora del Valle Jiménez, militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), quien ya con 18 años tenía un hijo de él, de nombre Héctor. Norita fue presa política durante la última dictadura militar. Ya en la Universidad, “El Oveja” Valladares, comienza a militar en el Centro de Estudiantes y al mismo tiempo da una mano a diversos sacerdotes que trabajan en diversos poblados de Tucumán, ya sea en la construcción de escuelitas o casas, o bien, catequizando a los changuitos. Faltándole sólo seis materias para recibirse de abogado, se dedica de lleno a la militancia política en los ingenios azucareros. Lo nombran delegado de la Regional Noroeste de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP). En un acto público el 9 de marzo de 1974 en el estadio del Club Caja Popular de Tucumán dijo muy clarito: “Nosotros compañeros no necesitamos cinco, diez o quince activistas más en cada fábrica. Lo que la JTP necesita, porque es el pueblo trabajador, es toda la fábrica, es el control político de nuestros ingenios, de nuestras fábricas y de todo lugar donde un hombre pone el lomo para que se enriquezca un patrón”. Un comando de derecha le destruye su domicilio de un bombazo el 13 de noviembre de 1974. Un mes más tarde, bajo el gobierno traicionero de Isabel Martínez es detenido y alojado en la cárcel de Devoto hasta el 30 de octubre de 1975 que le sale la opción para irse al exterior. Regresa a la Argentina para sumarse a la lucha contra la dictadura militar. En la militancia montonera también era conocido como “Juan”. Pasa a ser miembro del Consejo Nacional montonero, siendo Secretario de Relaciones Internacionales para el Departamento América Latina. Carlos Valladares murió en el aeropuerto de Carrasco, Uruguay el 18 de diciembre de 1977 al ser detenido cuando venía de Brasil. Llevado a la oficina de Migraciones (1° piso) descubren su verdadera identidad, entonces “El Oveja” se tira por la ventana y una vez en el suelo, se levanta y comienza a correr gritando: “¡¡Un Montonero no se entrega ni se rinde, carajo. Muere peleando!!”. Tres hombres lo rodearon para apresarlo y reducirlo. Se defendió bien ya que sabía yudo y karate. Hasta que en un momento se desplomó al suelo inerte. En un descuido de sus cancerberos, había tomado la pastilla de cianuro. Al Hospital Militar de Montevideo llegó muerto. VALLE, Ana María. “Ani”. 22 años. Hermana de Juan Carlos Valle. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Montoneros. Estudiante en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario. El 17 de febrero de 1977 fue asesinada en esa ciudad, en la vía pública por fuerzas represivas. Dos días antes había sido secuestrada. El día viernes 17 de septiembre de 2010 una placa en su memoria, fue colocada por el Colectivo de Ex Presos Políticos y Sobrevivientes de Rosario y la municipalidad de dicha ciudad, en San Lorenzo y Vera Mujica, lugar de su asesinato. VALLE, Juan Carlos. “Cali”. Nacido en 1953 en Rufino provincia de Santa Fe. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Montoneros. Estudiante de Odontología en la Universidad Nacional de Rosario. Secuestrado-desaparecido por la última dictadura militar, el 5 de julio de 1977. Para entonces estaba cumpliendo con el servicio militar obligatorio en el Grupo de Artillería de Defensa Aérea 602 de Mar del Plata, siendo su jefe militar el Teniente Coronel Juan Carlos Tejada. VALLE, Juan José. Nacido el 15 de marzo de 1904. Casado con Dora Cristina Prieto el 16 de octubre de 1935. General del Ejército Argentino y sanmartiniano en el Arma de Ingenieros. Defiende al gobierno constitucional del General Perón luego de los bombardeos del 16 de junio de 1955. Dado de baja por los “Libertadores” el 14 de mayo de 1956. Héroe de la Resistencia Peronista. Fusilado en la Penitenciaría Nacional luego de la fallida sublevación cívico-militar del 9 de junio de 1956 que lo tuvo como protagonista. La idea era derrocar a la dictadura de Aramburu y Rojas y llamar a elecciones libres, con el fin de que volviera a ser presidente Juan Domingo Perón. Pero Aramburu, su compañero de estudios en la Escuela Superior de Guerra lo mandó a fusilar. En 1973 el Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, en ejercicio del Poder Ejecutivo, le otorga post-mortem el grado de General de División con fecha 12 de junio de 1956, día de su fusilamiento. Actualmente, desde 2006, por decisión del gobierno del Dr. Kirchner, la Escuela del Arma de Ingenieros sita en Campo de Mayo lleva su nombre. Cabe recordar que la primera acción pública de Montoneros fue el secuestro y ejecución posterior de Pedro Eugenio Aramburu, el 29 de mayo de 1970. Cabe acotar que en la ciudad de Villa Mercedes, San Luis por ordenanza Nº 1362-o, del 20 de agosto de 2002, hay una calle con el nombre de “General Juan José Valle”. VALLE, Susana Cristina. Hija del General Juan José Valle. Nacida en Capital Federal (otros dicen Avellaneda) el 26 de noviembre de 1936. Una vez fusilado su padre en 1956, fue una de las miles de mujeres que sumó su esfuerzo a la Resistencia Peronista. También integró la JP en lucha contra las dictaduras militares. Con su prédica y perseverancia marcó a fuego a todos los integrantes de la “Revolución Libertadora” que como Aramburu y Manrique luego quisieron “blanquearse” para ingresar al juego político en períodos de democracia. Los acusó públicamente de asesinos. Inclusive a Aramburu le dejó en la puerta de su casa, una corona mortuoria de flores en 1969, como una manera elíptica de que recordara a las personas que había fusilado cobardemente. Y seis años antes, en 1963, le envió una carta abierta que en una de sus partes dice: “La ‘paz’ que usted promete no es otra que la paz de los sepulcros. Que el orden que usted puede asegurar, es el ‘orden’ que aseguran los tiranos por el terror y el crimen, que la ‘legalidad’ que usted promete es la que de un plumazo derribó la Constitución y fusiló sin juicio previo ni sumario…”. Como podrá apreciarse, digo, la violencia política en Argentina no empezó precisamente en los ’70 con la muerte de Aramburu. Susana, en 1974 integró la conducción nacional de Partido Peronista Auténtico (PPA), una agrupación de superficie del MPM. Durante la última dictadura militar se ocultó en Córdoba. Allí fue detectada por el III Cuerpo de Ejército y enviada a prisión. Embarazada y esposada en la morgue de un hospital a una camilla de mármol, sufrió torturas con picana eléctrica lo que le provocó un nacimiento prematuro de mellizos. Uno nació muerto y fue colocado sobre su pecho; al que nació vivo, lo pusieron a la vista pero lejos de su alcance, hasta que murió de hipotermia. Al padre de los niños también lo mataron. Con la vuelta de la democracia siguió activando en el peronismo revolucionario, por ejemplo desde Intransigencia y Movilización Peronista (IMP). Pero en los últimos tiempos, complicados y serios problemas de salud fueron mellando su organismo. Ese mismo organismo que nunca supo de traiciones y dobleces, ni de agachadas, ni de mentiras. En abril de 2004, desde el Frente de Agrupaciones Peronistas, brindó todo su apoyo al proyecto político del Dr. Néstor Kirchner. También la satisfacción de ver el apellido de su padre con letras de molde, en el frontispicio de la Escuela de Ingenieros del Ejército Argentino en Campo de Mayo, en junio de 2006. “Susanita” Valle como la conocíamos todos, falleció el domingo 3 de septiembre de ese mismo año en la pobreza más absoluta, de una afección hepática y pulmonar. Sus restos fueron velados en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Y enterrados en el cementerio de Olivos, al lado de su padre y sus hijos mellizos asesinados por la dictadura genocida. VALLEDOR, José Constantino. Nacido el 23 de enero de 1945 en La Plata. Militante montonero. Según un parte policial es abatido en Mar del Plata, el 6 de octubre de 1977, en un tiroteo ocurrido en la intersección de las calles España y Peña de esa ciudad balnearia. Su cuerpo no fue entregado a la familia. Había nacido el 23 de enero de 1945 en La Plata. Junto a su primera compañera, Esther Liliana Lavalle, tuvo a su hijo Constantino José (su mismo nombre) en 1972. Su segunda esposa, Silvia Laura Castilla, estaba con un embarazo de 4 a 6 meses al momento de su secuestro y posterior asesinato. VALLEJO, Arturo. Militante del peronismo montonero asesinado en San Lorenzo, provincia de Santa Fe el 4 de febrero de 1976 por las fuerzas represivas. VALLEJO, Gerardo. Nació en Tucumán el 4 de enero de 1942. Murió de cáncer de pulmón a los 65 años, el 6 de febrero de 2007. Ya a los 7 años le leía el “Martín Fierro” a su abuelo, un campesino analfabeto que se emocionaba hasta las lágrimas con su relato. En su juventud partió hacia Santa Fe, donde estudió en la Escuela de Cine Documental a cargo del mítico Fernando Birri. Peronista desde la cuna, Gerardo supo aunar en proyecto de vida sus dos pasiones: la cinematografía y el compromiso político en defensa de la clase obrera. Para fines de los ’60 formó parte del Grupo Cine Liberación al lado de Fernando Solanas y Octavio Getino, siendo asistente de aquella revolucionaria cinta “La Hora de los Hornos”. En 1968 comenzó el rodaje de la que sería –a mi modesto entender- una de su mejores realizaciones; el semi-documental “El Camino Hacia la Muerte del Viejo Reales”, que denunciaba la terrible explotación que sufre el campesino azucarero. Ganó con él, numerosos premios en diversos escenarios y concursos del cine testimonial latinoamericano. A su cargo estuvo no solo la dirección, sino también el manejo de cámara, el montaje y la fotografía. Cuando pasaron la película en Tucumán, al terminar la función fue sacado en andas por los espectadores, del cine a la calle, improvisándose así una nueva marcha de repudio a la dictadura militar de entonces. Cabe recordar, que los originales de la película logró retirarlos clandestinamente del país en 1971 evitando así su destrucción por parte de la dictadura de Lanusse que prohibió el film: los mismos volvieron recién al país en 1973 por medio de un decreto de Perón en su tercera presidencia. Ese año entre la primavera camporista y las expectativas por el retorno de Perón a la primera magistratura, pudo filmar 24 cortometrajes con apoyo de la FOTIA y la Universidad Nacional de Tucumán, que se pasaron por la TV local. Fueron los famosos “Testimonios de Tucumán”. En 1975 la Triple A puso una bomba en la casa de sus padres en esa provincia norteña, obligándolo al exilio panameño y español. Allí filmó Reflexiones de un Salvaje” (1978) y escribió en forma de libro “Un Camino hacia el Cine”. Con el regreso de la democracia volvió a la Argentina. En su ciudad natal filmó en 1985, una hermosa película con fondo social y político: “El Rigor del Destino”, protagonizada por Carlos Carella. En 2006 estrenó su última obra que era a su vez un viejo sueño: “Martín Fierro, un Ave Solitaria”, sobre la cual expresó: El indio y el gaucho fueron víctimas del mismo proceso de devastación por un proyecto de nación ajeno. Todo esto fue expresado en forma inigualable por José Hernández”. Y por vos querido amigo, excelso en tu creatividad, solidario en tu militancia diaria, comprometido con tu gente, único en tu bondad. Descansa en paz y en nuestro recuerdo imborrable tanto sobre tu persona como sobre tu obra. VALLEJOS, Secundino. “Taco”. “Carau”. Nació en Villa Berthet, Chaco. Ingresó a la escuela ya de grande, con alrededor de 18 años. Le gustaba jugar al fútbol y era simpatizante de Boca Juniors. Llegó a ser dirigente del sindicato rural FATRE (Federación Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores) en la seccional de su pueblo. Militaba en el peronismo revolucionario; era aspirante montonero, militaba en la Zona Sur de Villa Ángela y Charata, provincia del Chaco. Hugo Vocouber (ver su registro) vivía en el mismo pueblo y llegó a relacionarse con él. Según recuerdan familiares, Secundino y Hugo se separaron al tener que pasar a la clandestinidad debido a la persecución militar. Ambos llevaban de provisión un pan entero, y al separarse en la ruta, lo cortaron en dos partes, para luego seguir camino separados. Los datos sobre su secuestro y desaparición son confusos. Según la CONADEP, Secundino está “desaparecido” desde 1976 en territorio chaqueño, en la localidad de San Bernardo, O’Higgins. Este dato coincide con el relato de uno de sus familiares, que lo vio por última vez con vida, en la noche del 13 de junio de 1976. VALLESE, Felipe. El decreto “4161” que prohibía al peronismo se aplicaba nuevamente por orden del Ministro del Interior, Carlos Adrogué. El presidente Guido era la fachada de los militares, que eran el verdadero poder detrás del trono. El Plan Conintes se desarrollaba a pleno. Las cárceles, nuevamente, estaban atiborradas de peronistas. Frente al número 1770 de la calle Canalejas, a las 23.30 hs. del jueves 23 de agosto de 1962, un hombre es secuestrado. Se llamaba Felipe Vallese y tenía 23 años. Había nacido en el porteño barrio de Flores el 14 de abril de 1940 y su padre, era un inmigrante italiano. Felipe, como integrante de la Juventud Peronista, tuvo el triste privilegio de ser el primer secuestrado-desaparecido en Argentina de esa filiación política. Al ser raptado se dirigía como todas las mañanas a cumplir con su trabajo en la fábrica metalúrgica TEA donde era delegado. Sus captores, fueron policías de la Regional San Martín, de la provincia de Buenos Aires al mando del entonces Inspector, Juan “El Tano” Fiorillo, verdugo y torturador en esos momentos y luego también a partir de 1976 –ya con el grado de Comisariodurante la sangrienta dictadura militar del General Jorge Rafael Videla. Hoy, la calle Canalejas pasó a llamarse “Felipe Vallese” como un homenaje al compañero caído en la larga lucha por la liberación nacional y social de nuestra patria y la misma denominación tiene el salón de actos de la Confederación General del Trabajo (CGT), en su edificio de la calle Azopardo. En 2010, el diputado nacional y ex integrante de la conducción de la Regional I de Juventud Peronista, Juan Carlos Dante Gullo presentó un proyecto de resolución para homenajear a Felipe Vallese a 48 años de su secuestro y desaparición. Cabe acotar que en la ciudad de Villa Mercedes, San Luis por ordenanza Nº 1362-o, del 20 de agosto de 2002, hay una calle con su nombre. Eduardo Duhalde (El Bueno) que lo conoció la suficiente como para ser coeditor de un libro sobre su figura, lo presenta así: “Felipe tenía un curioso equilibrio que le permitió advertir que no debía renunciar a los dos campos de su actividad militante: la política y lo sindical. Con la primera, radicalizaba su práctica y se integraba como protagonista de la Resistencia Peronista. En lo sindical no era un cuadro especialmente destacado, sino uno de los tantos disciplinados delegados de fábrica de la seccional Capital de los metalúrgicos, que actuaban en los límites de la lucha reivindicativa”. Y Leopoldo Barraza que también investigó sobre Felipe Vallese aporta: “Cuando es elegido delegado gremial ya al poco tiempo consigue para sus compañeros numerosas conquistas que hoy le son arrebatadas. Ropa de trabajo, riguroso cumplimiento del horario laboral, pago de horas extras, cofres para vestuario, leche por trabajo insalubre, etc. Hasta el momento de su desaparición siguió siendo delegado; cuatro años fue reelegido por unanimidad. Era una garantía”. VALOR, Haydee Susana. “La Gorda” para sus amigos. “Cristina” en la orga. Nacida el 24 de diciembre de 1951 en Tandil, provincia de Buenos Aires. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) en la Facultad de Ciencias del Hombre de la Universidad de Tandil y luego montonera. Docente. Secuestrada-desaparecida en Mar del Plata, el 18 de septiembre de 1976, a la edad de 24 años. Allanaron su domicilio de Alejandro Korn 964. Era pareja de Omar Alejandro Marocchi (ver su registro). Cuando se los llevaron a ambos, a ella le pusieron gruesas cadenas a sus miembros inferiores lo que no le permitía desplazarse normalmente en tanto los verdugos le decían a los vecinos que se llevaban a dos peligrosos terroristas descubiertos. La madre de Marocchi, Nélida, inició gestiones para dar con el paradero de los secuestrados. Recibió una carta del Jefe de la Base Naval de Buzos Tácticos Mar del Plata, Capitán de Navío Juan Carlos Malugani, el 10 de noviembre de 1976 y que bien puede mostrarse como un monumento al cinismo: “Si usted considera que es necesario verme para que se lo diga personalmente, no tengo inconveniente en recibirla, pero lamentablemente solo le podré decir que la Armada no lo tuvo ni lo tiene y sí que lo está buscando, lo mismo que a su compañera para ponerlos a disposición del Poder Ejecutivo; si ese momento llega no vacilaré en informarle. Yo también soy padre señora y créame que no me resulta fácil teclear estas líneas...”. Haydee Susana (embarazada de 3 meses) y Omar Alejandro siguen desaparecidos. VALOY, María Isabel. Nacida el 7 de julio de 1950 en San Miguel de Tucumán. Tenía 8 hermanos. Primaria y secundaria en su ciudad de origen. Concurrió a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) anotándose en la carrera de Historia. Secuestradadesaparecida en Caballito (Guayaquil 4, 2º D), el 28 de mayo de 1977. Finalizado el operativo se clausuró la puerta de entrada mediante una faja con la inscripción “GADA 101. Ejército Argentino”. Vista en el CCD “Club Atlético” que dependía operacionalmente del Primer Cuerpo de Ejército, antes de su asesinato. Allí compartió celda con Ana María Careaga, quien oportunamente dio testimonio. A ella la torturaron para que dijera donde iba a encontrarse con su marido. Tuvo un hijo con su pareja Diego Julio Guagnini, hermano de Luis Rodolfo Guagnini. Al momento de su desaparición ese niño –Emilio- tenía tan sólo 18 meses de vida. Y el está orgulloso de la militancia de sus padres en Montoneros, como lo hizo saber en un reportaje aparecido en “Página 12” el 14 de diciembre de 2010. VALVERDE, Eduardo Jorge. “Tero”. Compañero peronista. Abogado de presos políticos. Funcionario del gobierno provincial cordobés del Dr. Obregón Cano entre 1973 y 1974 cuando se desempeñó como Secretario Técnico de la Gobernación. Miembro fundador de la Agrupación de Abogados de Córdoba (ADA). Perseguido por la derecha y los militares. Secuestradodesaparecido el mismo 24 de marzo de 1976 en el Hospital Militar Aeronáutico a la edad de 36 años. Visto en La Perla antes de su asesinato. VAN GELDEREN, Roberto Ricardo. Nacido el 13 de octubre de 1952. Estuvo relacionado con la Fraternidad del Evangelio (ver registro del cura Adur) y en su juventud posiblemente tuvo un paso por la Juventud Independiente Católica (JIC). Abogado. Militante peronista montonero en Zona Oeste del Gran Buenos Aires. Secuestrado-desaparecido el 31 de mayo de 1977. VAN LIERDE, Pablo. Al “Gringo” van Lierde militante de Juventud Peronista y montonero, se lo llevaron de un bar, donde estaba con otros dos compañeros organizando los actos conmemorativos del 22 de agosto: renunciamiento de Evita y matanza de Trelew. Los metieron en una citroneta, los trasladaron a un descampado de Quilmes y los acribillaron a balazos. Eran tres: “El Roña” Eduardo Beckerman, Pablo van Lierde y otro compañero más de apellido Baglietto que sobrevivió en ese momento. Fue la Triple A, el 22 de agosto de 1974. Tenía tan sólo 22 años de edad. Con posterioridad, antes de fines de ese mismo año, Montoneros ejecutó al oficial subayudante de la comisaría 1° de Quilmes, Orlando Feliciano Fernández, por haber participado -como reconoció públicamente y con jactancia- en los fusilamientos de van Lierde y Beckerman. A Pablo van Lierde por la rigidez con que llevaba adelante su militancia le decían “El Prusiano”; nunca aflojaba y le marcaba el ritmo sostenido a sus compañeros para que no se apartaran de la huella... pero también mostraba actitudes que lo hacían tan querible como irreemplazable. El 20 de junio de 1973 en Ezeiza, era el jefe de uno de los grupos de autodefensa y corría de un lado para el otro tratando de proteger a su gente, pese a que le habían metido un par de perdigonazos de Itaka desde lejos. En un momento quedó encerrado con otro compañero, rodeado de tipos del Comando de Organización (C de O) y la Concentración Nacional Universitaria (CNU) que les tiraban. Entonces sacaron sus armas y empezaron a abrirse paso. Al rato, el compañero que estaba junto al “Gringo” se dio cuenta que se había quedado sin balas y le pasó la mala nueva a su jefe. Casi sin inmutarse, van Lierde, al que le quedaban solo dos balas, sacó una y se la dio al compañero diciéndole: “Tomá, al menos si no salimos, bajaremos uno cada uno, de estos hijos de puta”. VANZINI, Osvaldo. Hombre de la Resistencia Peronista. Uno de los fundadores del Comando de Operaciones de la Resistencia (COR) dirigido por el general Miguel Ángel Iñiguez. Pasó cárceles y persecuciones por su inquebrantable fe en el regreso de Perón. En su vejez decidió poner fin a sus días, suicidándose en el año 2005. VARAS, Juan José. Oriundo de San Juan. Realizó estudios en la Universidad Nacional de Córdoba. Contador público. Peronista. Amigo y secretario personal de Atilio Hipólito López en el gremio de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y en la vice gobernación cordobesa durante el período 1973/74, donde además desempeñó el cargo de Subsecretario de Hacienda. Asesinado por la Triple A junto al “Negro” López (secuestrados en Capital Federal, asesinados en Capilla del Señor), el 16 de septiembre de 1974, el mismo día que se cumplía un nuevo aniversario de la “Revolución Libertadora” de Aramburu y Rojas realizada en 1955. VARAS, Luis. Militante del peronismo montonero caído en combate el 16 de enero de 1976. Ver registro de Sergio Prado. VARAS, Pedro. Nacido el 18 de enero de 1938. Artesano. Cofundador de la Agrupación de Artesanos Peronistas y de la Asociación Gremial de Artesanos. Con otros compañeros, el 9 de junio de 1973, al cumplirse un nuevo aniversario de los fusilamientos de José León Suárez, en un acto relámpago le cambiaron el nombre a la feria de artesanos de Plaza Francia por el de “Felipe Vallese”. Militante de Juventud Trabajadora Peronista (JTP) y Montoneros en la Columna Oeste. Secuestrado-desaparecido el 17 de octubre de 1976; en un nuevo aniversario de la gesta proletaria y popular que liberó al General Perón en 1945. Varas cayó en un enfrentamiento cuando iba con una compañera en una camioneta F 100 azul, le dieron el alto y se resistieron. La Agrupación de Artesanos Peronistas, con Varas a la cabeza eran los encargados de confeccionar los inmensos cartelones con el nombre de J.T.P. que abrían las manifestaciones multitudinarias del sector. Tuvieron también a su cargo montar el inmenso cartel de “Montoneros” entrado por partes al acto del 1° de mayo de 1974, cuando las autoridades habían prohibido entrar con banderas partidarias. Su hijo Diego recuerda con veneración a su padre y los juegos que éste organizaba mezclando militancia (para él) y diversión (para su hijo) en partes iguales; así podían subir al obelisco o adentrarse en los túneles del subte donde trabajaban los obreros del sector. Ahora, en la casa donde vivió (Ventura Bosch 6408, barrio de Liniers) hay una placa en su memoria. VARELA, Oscar. Militante peronista y montonero secuestrado en su domicilio conjuntamente con su esposa Elsa Radisic de Varela, el 19 de noviembre de 1976. Ambos siguen desaparecidos. VARGAS, Benjamín. Costarricense. Pastor protestante. Estudió en un Seminario de Buenos Aires a principios de los ’70. “El Obispo” como lo llamaban sus compañeros, militó en la Juventud Peronista (JP) y con el golpe militar del ’76 se vio obligado a volverse a su país. Pero una vez en el mismo, fue uno de los colaboradores “tapados” que tuvo “Radio Noticias del Continente”, la emisora de onda corta que Montoneros instaló en ese país de Centroamérica. Cuando las bombas y atentados de la ultra derecha local y los militares argentinos enviados expresamente para hacer desaparecer la radio, amenazaban con cumplir dicho objetivo, la intervención de Benjamín logró salvar los equipos y archivos. Como era funcionario de la Dirección Nacional de Aduanas, conocía los pormenores del movimiento de cargas y trámites para salir del país y por medio de él se hizo. Todo el cargamento -un convoy de dos camiones gigantes y ocho automóviles-, llegó sano y salvo a la Nicaragua sandinista. Con el regreso de la democracia en Argentina, Benjamín volvió a estas tierras. Trabajó en el diario “La Voz” y luego instaló un comedor infantil en Capital Federal, en tanto seguía militando en el Peronismo Revolucionario, “hasta que un ataque al corazón, a ese corazón inmenso que a duras penas le cabía en el cuerpo, se lo llevó junto a Dios” como bien dijo su compañero de militancia Raúl Cuevas. VARGAS, Domingo Eduardo. Nace en Salta capital, el 13 de octubre de 1949. En esa ciudad se rumoreaba que era hijo de una señora afectada al servicio doméstico y un hacendado salteño que nunca lo reconoció. Luego de cursar estudios secundarios incompletos, se engancha en la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina, donde se capacita durante 3 largos años, para luego pedir la baja. Para 1971 se traslada con su madre y 3 hermanos a San Salvador de Jujuy donde trabaja en una concesionaria de automotores, siendo delegado del SMATA, al mismo tiempo que milita en la Juventud Peronista, donde para todos es “El negro Hugo”. El 11 de noviembre de 1974, ya fallecido el General Perón y el proceso de liberación nacional interrumpido, es detenido en la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán (Salta). Es sobreseído por el Juez Federal de Jujuy, Dr. Néstor Meyer, el 19 de agosto de 1975, pero sigue detenido a disposición del PEN. Hace uso de la opción para salir del país de acuerdo a lo establecido en el Artículo 23 de la Constitución Nacional. El 9de septiembre de 1975 viaja a México. Allí conoce a su compañera Juana Juárez (ver su registro). Juntos vuelven en 1978 como miembros de las TEA en el Ejército Montonero, llevando a cabo diferentes objetivos políticos y militares con motivo del Mundial de Fútbol. Para junio de 1979 salen de nuestro país y se suman a la lucha por derrocar al dictador “Tachito” Somoza en Nicaragua, desde las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). “El Negro Hugo” llegó a desempeñarse como segundo comandante tanquista de las fuerzas rebeldes. Triunfante la revolución, siempre junto con Juana, se fue para El Salvador, poniéndose a las órdenes de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL). Murió cuando le explotó encima de su cabeza un disparo de mortero enemigo. VARGAS, Dora Elena. “Josefina”. Nacida el 20 de mayo de 1953 en Saladas, provincia de Corrientes. Hermana de Juan Ramón Vargas (ver su registro). Militante de Juventud Universitaria Peronista en la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y montonera. Perseguida en su provincia, se viene a trabajar y continuar sus estudios de Veterinaria a esta Capital. Secuestrada-desaparecida en San Francisco Solano, provincia de Buenos Aires cuando esperaba el colectivo para ir a su trabajo. Tenía 24 años y un embarazo de 3 meses. Ocurrió el 12 de noviembre de 1977. VARGAS, Jorge Enrique. Oriundo de la provincia de San Juan, donde nació un 20 de enero de 1943. Abogado. 33 años al ser secuestrado. Miembro de la conducción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) en su provincia natal hasta la fusión. Jefe Montonero en la Regional Cuyo. Los hechos ocurrieron de este modo: El matrimonio Galamba-Morales (ambos militantes de JUP) y sus dos hijos, vivían en una casa de la calle Rodríguez en Mendoza y poco tiempo atrás habían recibido el pedido de alojamiento de un compañero de militancia, Jorge Vargas (Montonero) quien también llegó con su pareja, María Luisa Sánchez y las hijas de ambos: Josefina de 5 años y Soledad de un año y medio. Al mediodía del 12 de junio de 1976, Vargas salió y no regreso. Esa misma noche cuando los tres adultos terminaron de cenar, Galamba se retiró en el auto a comprar comida por si volvía Vargas. Al rato allanan la casa violentamente tipos de civil, algunos con pasamontañas, rompiendo puertas y ventanas. Las dos mujeres y todas las criaturas fueron llevadas al D2 (Inteligencia Policial) y alojadas en una oficina desocupada. La hija de 5 años de Jorge y María Luisa se pone nerviosa y empieza a golpear y patear la puerta. Entonces viene un tipo y dijo que se la llevaba a comprar galletitas. Cuando vuelve, ella dice que la habían llevado a la Terminal para que reconociera “tíos” (es decir compañeros de militancia de sus padres). A todo esto Jorge Vargas –que vio el allanamiento cuando volvía a su casa y trató de huir- estaba en uno de los calabozos, con un disparo en la mano y otro en la frente que le había arrancado parte del cuero cabelludo, quemaduras de cigarrillos por todo su cuerpo, la boca rota y sin dientes (arrancados en la tortura) y le contó con extrema dificultad a su pareja Sánchez, que a la hija de ambos, Josefina, la habían llevado a la sala de torturas y que los captores lo torturaban a él, que hasta el momento no había dicho palabra, manoseando y diciendo barbaridades sexuales a la niña. Jorge Vargas sigue “desaparecido”. Lo más terrible es que su hijita Josefina que luego fue liberada, a los dos meses, en la casa de sus abuelos, mientras jugaba con sus primas, encontraría el arma del abuelo y se pegaría un tiro en la cabeza. VARGAS, Juan Ramón. “Horacio Ernesto Vargas tenía apenas 12 años cuando dos de sus cuatro hermanos, Juan Ramón y Dora Elena, desaparecieron. En el mismo tiempo, prácticamente en simultáneo, su padre estaba preso y otra de sus hermanas se encontraba en un centro clandestino de detención junto con su esposo. El cuadro de pérdidas y persecuciones familiares se completa con la desaparición de Dorita Noriega, la novia de su hermano Juan Ramón. La joven estaba embarazada” cuenta el periodista Carlos Rodríguez en el “Página 12” del 11-02-08. Juan Ramón Vargas, nació en Saladas, provincia de Corrientes, el 6 de marzo de 1955. A la edad de 21 años, fue secuestrado-desaparecido el 20 de noviembre de 1976 en la ciudad de Corrientes. Fue visto mientras estaba en esa condición, en el Regimiento de Infantería 9 de esa ciudad, esposado, tabicado y torturado. Olimpia, su hermana, reivindica para Juan Ramón y toda su familia el hecho que los llevó a tantos padeceres: “Nuestra familia fue perseguida por ser peronista”. A Juan Ramón Vargas le decían “El Mono”. Hizo la primaria en Goya y el título secundario vino por su estudio en la escuela “Presbítero Manuel Alberti” de la misma ciudad correntina. Al momento de su desaparición estaba en la ciudad capital provincial cursando en la UNNE, el tercer año de Odontología y militaba en la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y también en la J.P. Su hermana lo define como “muy atlético, medía 1,80 m y practicaba fútbol, rugby, vóley. Era morocho, de pelo largo y lacio que se hacía crespito en la parte de atrás”. VARGAS, Ricardo. Militante del Frente Revolucionario Peronista (FRP) muerto en 1974. No existen otras precisiones. VARGAS AIGNASSE, Guillermo Claudio. Senador provincial peronista secuestrado-desaparecido en el feudo tucumano del general Antonio Bussi, el mismo 24 de marzo de 1976. 27 años más tarde su hijo Gerónimo, en la misma provincia y representando al Partido Justicialista, derrotó al geronte dictador militar en elecciones en que se elegía intendente de la ciudad de San Miguel de Tucumán. El peronismo no se imponía en ese cargo desde el 11 de marzo de 1973. “Bussi no es para mí un adversario político. Es un enemigo al que he vencido y para mí es una satisfacción derrotarlo después de tantos años de impunidad” dijo el vencedor de los comicios. VÁSQUEZ, Jorge Máximo. 27 años. Conocido como “Víctor” y como “Negro Alegría”, era un chango que militaba en la JP marplatense. Se ganaba la vida entre otras profesiones como pintor y albañil. Precisamente estaba pintando una pared de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata cuando cruzó su mirada con la de Nora Alicia Peralta (ver su registro), alumna de dicho establecimiento educativo. Al tiempito se casaron y tuvieron un chiquito. Ambos fueron secuestrados un 25 de septiembre de 1976 y vistos hasta sus asesinatos en el CCD “La Cueva” perteneciente a los marinos. VÁSQUEZ, Nelly Noemí. “Tana”. “Gringa”. Nelly Noemí Vásquez de Moresi. Nació el 22 de octubre de 1949 en Corrientes, siendo la primera hija del matrimonio conformado entre Francisco Vásquez (suboficial del ejército) y Ramona Obregón (ama de casa). Debe recordarse que Nelly fue maestra profesora superior de piano y una estudiante universitaria brillante al ser la primera mujer de su Corrientes natal que se recibió como Licenciada en Química a los 21 años de edad. Nelly formaba parte del centro de estudiantes de la facultad de la UNNE y fue tomando compromiso con el pensamiento político de la Juventud Universitaria Peronista (JUP); se la recuerda porque siempre hablaba en los actos y participaba mucho de las asambleas; era además muy alegre y carismática. El 30 de junio de 1973 se casó con su compañero de militancia Pedro Francisco Moresi (ver su registro). Lo hicieron en la Iglesia de Oliva, provincia de Córdoba. Durante los siguientes años militaron en Rosario y en provincia de Buenos Aires. Hacia comienzos de 1976 vivieron en Empalme Villa Constitución integrando la Unidad Básica de Combate San Nicolás-Villa Constitución de la Columna 17 ó también conocida como Paraná. Militante peronista y montonera, pese a su embarazo, logra escapar a un control de rutas en San Nicolás, el 12 de octubre de 1976, al salir de un rastrojero chocado y baleado, para subirse a un colectivo. Sigue su militancia contra la dictadura militar genocida hasta que es detenida junto a su esposo el 17 de diciembre de 1977. “Desaparecida” definitivamente el 29 de enero de 1978 en una comisaría de Bella Vista, provincia de Buenos Aires, junto a su marido. Con la vuelta de la democracia, en un acto oficial se impuso una calle con su nombre en los barrios Ponce y Santa Rita de Corrientes. Nelly Vásquez no solo sobresalió por su capacidad sino por su incansable generosidad, cosechando el amor de aquellos que la conocieron y disfrutaron de su amor solidario. Quienes pensaron que desapareciéndola, la borraban de la historia, se equivocaron una vez más. VÁSQUEZ OCAMPO, María Marta. Nacida el 28 de diciembre de 1952 en la ciudad de Buenos Aires, en un nuevo aniversario de los Santos Inocentes. Hija de un diplomático. Psicopedagoga egresada de la Universidad del Salvador. Catequista. Integró el Movimiento Villero Peronista (MVP). Militante peronista de “Cristianos para la Liberación”. Secuestradadesaparecida el 14 de mayo de 1976, cuando estaba embarazada de dos meses, por un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Para más datos ver registro de su esposo César Amadeo Lugones Casinelli. VÁZQUEZ, Daniel. “Gallego” para algunos; “Ñato” para otros. Jefe Montonero de la Columna Sur Capital (unas 100 personas para esa época). Cayó a fines de noviembre de 1978. Un marino contaba que después del enfrentamiento, mal herido y tirado en el piso, tuvieron que rematarlo, porque medio muerto y todo, le estaba sacando el seguro a una granada que llevaba encima para no caer con vida y si era posible llevarse con él a algún represor. VÁZQUEZ, Guillermina Silvia. 31 años. Pareja de Mario Rubén Arrosagaray, “Tato”. Como él, militante de Montoneros. Trabajaba en la empresa de los Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires (SEGBA). Afiliada a Luz y Fuerza, delegada gremial. Profundamente católica. Secuestradadesaparecida en Ezpeleta, provincia de Buenos Aires, el 17 de febrero de 1977, cuando la patota militar cayó a su casa. En la misma acción pudo escapar luego de un tiroteo, “Tato” Arrosagaray. (Ver su registro). VÁZQUEZ, Harry José. Tenía 54 años de edad cuando fue secuestradodesaparecido el 17 de febrero de 1976 en la vía pública de San Miguel de Tucumán. Era suboficial mayor del Ejército en situación de retiro. Peronista, ya había sido detenido en 1956 cuando fracasó la intentona del general Valle por desalojar del poder al binomio asesino Aramburu-Rojas. Luego, fue amnistiado y ascendido en 1974 durante el tercer gobierno de Perón. VÁZQUEZ, José Raúl. Secuestrado-desaparecido el 8 de diciembre de 1978 a eso de las cinco y media de la tarde en una cita “cantada” en Lanús, provincia de Buenos Aires. “Paco” Vázquez era subteniente de la secretaría militar de la Columna Sur de Montoneros. Había iniciado su militancia peronista, en 1973, en una Unidad Básica de Valentín Alsina en el conurbano sureño. Para 1975 pasa al frente sindical: comienza a trabajar en la fábrica ECA de Fabricaciones Militares ubicada en Avellaneda. Es elegido delegado gremial por sus compañeros de trabajo. En 1976 pasó a la estructura militar antes citada, integrando en primer término una Unidad Básica de Combate en Lanús, protagonizando “recuperación” de automotores, volanteadas en puertas de fábricas y un tiroteo con un patrullero policial en Bánfield cuando intentaba atentar contra un oficial de esa fuerza acusado de torturador. Para octubre de 1977 pasa a integrar un grupo resistente peronista en Burzaco, que para el 17 de ese mes se moviliza con pintadas y la quema de un par de colectivos de la línea 160. VÁZQUEZ, Marcos Augusto. Fue integrante de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP) y del Bloque Gremial del Peronismo Auténtico. Montonero. Delegado gremial de la empresa alimenticia “Molinos Río de la Plata” del grupo monopólico Bunge & Born. Integrante de la Confederación General del Trabajo en la Resistencia (CGT-R). Secuestrado-desaparecido el 2 de diciembre de 1976 a la edad de 23 años, en Florencio Varela, provincia de Buenos Aires. Visto con vida, antes de su asesinato, en el CCD “Garage Azopardo”. Vázquez dio su vida en defensa de los derechos de los trabajadores. Memorias de Guido Florente Almaraz que trabajó con él: “Pero el delegado general de toda la planta era Marcos Augusto Vázquez, un paraguayo que por la pinta parecía boliviano. Tenía una voz tan clara ¡y unos argumentos también tan claros! Había un cuerpo de delegados de 16 integrantes representando a cada sección y ellos elegían al delegado general de la planta que en mi época fue Vázquez. Mire si éramos democráticos que luego de la elección del delegado general, se iba sección por sección para ratificar esa decisión”. VÁZQUEZ, María Esther. Nacida en Ayacucho, provincia de Buenos Aires, el 12 de febrero de 1942. Hija única. Esposa de Néstor Enrique García (ver su registro). Fue secuestrada-desaparecida junto a su marido en la madrugada del 13 de julio de 1977. También como él, militaba en el Peronismo de Base. María Esther se caracterizó por ser un ser sumamente sociable, siempre preocupado por ayudar a sus semejantes a solucionar los problemas. VÁZQUEZ NUÑEZ, Néstor Guillermo. Soltero. Sindicalista. Secretario de Prensa y Propaganda del Gremio de los Telefónicos (FOETRA) en Tucumán. Fue seminarista. Estudió en la Universidad Tecnológica de su provincia. Secuestrado-desaparecido en San Miguel de Tucumán, a la edad de 28 años, el 16 de diciembre de 1975. Era hijo de Harry José Vázquez suboficial peronista que luego de 1955 se sumó a la resistencia contra el gobierno de facto de Aramburu. VEDIA, Héctor Hugo. Nacido en Neuquén, el 11 de mayo de 1951. Casado. Estudio Ingeniería 3 años. De profesión constructor. Militante de la Columna 17 de Paraná, la “Ramona Galarza” (por la cantante chamamecera), en la Organización político-militar Montoneros, donde era conocido como “Ramiro” y “Antojito”. Integrante de una Unidad Básica de Combate (UBC) en San Nicolás, provincia de Buenos Aires. Secuestrado el 12 de octubre de 1976 cuando trata de zafar de una “pinza” militar en la ruta, con un rastrojero que choca y queda inutilizado. (Para mayores precisiones de este hecho ver registro de Nelly Noemí Vásquez). Al resistirse fue herido de bala en la columna vertebral y sufrió una paraplejía, por lo que fue operado, con el único fin de sanarlo para sacarle información. Dos meses más tarde fue visto en un campo de concentración de Córdoba antes de su asesinato. Sin embargo, en el libro de la CONADEP dan como fecha de su caída el 29 de diciembre de 1976 en “El Castillo”, ciudad de Córdoba. Esta controversia de fechas ha dado lugar a un reducido pero sustancioso trabajo de investigación del Profesor Ernesto Jorge Rodríguez que se puede consultar en www.buscandohistoria.como.ar. VEDOYA, María Teresa. “Tere”. “Negrita”. Nacida en la ciudad de La Plata el 11 de agosto de 1954. Estudiaba Medicina en la universidad de dicha ciudad bonaerense. Militante de JUP y Montoneros aún con panza pronunciada por su embarazo, cuando se la veía transportando petardos y panfletos que arrojaba con otros compañeros, en maniobras organizadas para distraer como apoyatura, a acciones de mayor envergadura. Es conocida la anécdota cuando en la calle 8 de La Plata en plena hora comercial largaron un chancho enjabonado con una bandera de Montoneros a cuestas, con el fin de ridiculizar a los agentes del orden que trataban de agarrarlo ante las carcajadas de los transeúntes. Secuestrada-desaparecida en San Andrés, partido de San Martín, provincia de Buenos Aires, el 20 de octubre de 1976. Su hijo Marcos, de un año, fue secuestrado junto a su padre, Hugo Alberto Suárez, también militante del peronismo revolucionario, el 20 de diciembre de 1976. Hugo sigue “desaparecido” y Marcos, fue dado para su crianza a una mujer que se desempeñaba como profesional en el ámbito de la salud. Luego de 30 años, Marcos de dirigió a Abuelas de Plaza de Mayo, porque sospechaba que era hijo de desaparecidos. Allí se confirmó su identidad y fue el nieto número 85 en ser encontrado. Lo más increíble es que sin saber aún su orígen cierto, vio su foto de bebé en una escena de la novela televisiva más vista en Argentina: “Montecristo”, lo que lo llevó urgentemente a tratar de dilucidar su pasado. VEGA, Emilio Etelvino. “El Negro”. Su padre era asturiano. Nacido el 5 de septiembre de 1944 en Santa Fe. Era el típico muchacho vago del barrio que iba en barra a los bailes, que compartía diversiones con sus amigos. Pero la vida lo pone a prueba. Queda ciego de un día para otro debido a un accidente con ácido. Pese a ese grave impedimento físico, Vega se había recibido de Técnico en Fundición y le gustaba mucho la mecánica y electrónica. Cuando escuchaba el rugido ó el ronroneo de un motor, de inmediato le decía a su padre, “este auto tiene esto o lo otro”, levantaba el capot y metía mano con éxito hasta solucionar la falla. También, terminó el bachillerato nocturno en el Colegio Nacional. Sus planes eran seguir estudiando Abogacía y dedicarse a impulsar y perfeccionar la legislación a favor de los no videntes. Para ganarse la vida, Emilio era, de profesión sodero y por convicción peronista montonero. Integrante del Frente de Lisiados Peronistas (FLP). Secuestrado a la edad de 33 años en Rosario, calle Santiago 3815, el 17 de septiembre de 1977. Fue la única batalla que ganó el general Leopoldo Fortunato Galtieri, comandante del Segundo Cuerpo de Ejército. Lo secuestraron junto a su esposa, María Esther Ravelo de 23 años –también ciega- junto al hijo de ambos, Iván Alejandro Vega de 3 añitos y el perro lazarillo. Los dos mayores murieron en la tortura. Los asesinos se apoderaron de su casa y por intermedio de un feroz represor, el Comandante de Gendarmería Carlos Augusto Feced, Jefe de la policía rosarina, se la cedieron al Arma que custodia nuestras fronteras y pasó a ser la residencia del “Centro de Suboficiales Retirados de la Gendarmería Nacional”. Recién para 1995 la misma fue devuelta al hijo del matrimonio Vega-Ravelo y cedida por éste a organismos de Derechos Humanos para hacer una Casa de la Memoria. Norberto Olivares, patrocinante por organismos de Derechos Humanos en la causa por la restitución del inmueble a sus verdaderos dueños fue claro: “La casa de la calle Santiago fue el único bien restituido con la pelea. Nunca se pudieron recuperar pertenencias de los desaparecidos. Por otra parte es un caso que define muy claramente el carácter de las Fuerzas Armadas, que nada tienen que ver con el ideal sanmartiniano de defensa de la soberanía y de construcción de ejércitos populares en caso de agresiones imperiales. Según una teoría instalada en la sociedad, el terrorismo de Estado fue una reacción ante un supuesto terrorismo de izquierda. Nosotros decimos que hubo un solo demonio, que comenzó a reconvertir el país de la mano de Martínez de Hoz y que hoy está rematando todo con Menem. Y que del otro lado había una experiencia militante que no peleaba por quedarse con el Banco de Santa Fe o para meterse en la corrupción sino que apuntaba a un cambio social”. Para concluir, una información más: cuando secuestraron al matrimonio Vega-Ravelo, mataron de dos balazos al repartidor de la sodería, Juan Carlos “Juanca” Amador, militante de Juventud Peronista y Montoneros. VEGA, José Vicente. Villa Corina, Avellaneda, provincia de Buenos Aires. El 27 de octubre de 1976 por la madrugada cae la patota represiva al 3° piso de un edificio, propiedad del matrimonio constituido por Carlos Manfil y Angélica Zenobia Zárate de Manfil. Estaban con sus tres hijos: Carlitos (8), Karina (4) y Cristhian (6 meses). Con ellos convivían José Vicente Vega (“El Gordo José”) y su esposa Rosario Ramírez de Vega con sus hijos, Adolfo (9) y Marcela (5). Las cuatro personas mayores era peronistas, eran montoneros. Resisten el cerco y allanamiento. Saben que si los agarran con vida les espera la tortura sin límites y la muerte segura. Los represores tiran con todo. Matan al matrimonio Manfil-Zárate y a su hijo Carlitos. La compañera de José Vicente Vega, Rosario, se tira desde la ventana al vacío y muere. Sufren heridas de bala los dos niñitos Vega y Karina Manfil. “El Gordo José” en calzoncillos desde una ventana, los enfrenta con una ametralladora, cubre a sus hijos con un colchón y luego se descuelga por unas cañerías de agua, se hace de una bicicleta y escapa. Los fallecidos fueron sepultados en una fosa común en el cementerio de Avellaneda e identificados 15 años después por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Los niños fueron internados en el Hospital Finocchietto (actualmente Eva Perón) de Sarandí con custodia policial. Otro militante montonero (falso médico) sorteó la custodia y les acercó ayuda a los niños internados, les dejó dinero y a los chicos Vega en particular les dijo que el papá estaba bien y que pronto se reunirían con él, cosa que por suerte semanas después ocurrió. “El Gordo José” siguió combatiendo a la dictadura militar hasta que el 17 de agosto de 1977, a las 20 hs. fue secuestrado en su domicilio de Lacarra 1548, Lanús Oeste, provincia de Buenos Aires. Tenía 29 años, Fue secuestrado-desaparecido por un grupo de tareas y visto en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) antes de su “traslado” definitivo. VEGA, Raúl Alberto. “El Flaco”. Nacido el 5 de octubre de 1947 en Santa Fe. Hijo de un inmigrante asturiano y un ama de casa. Vivió desde siempre en la casa del Barrio Candioti donde también había vivido su familia materna. Ex alumno del Colegio Nacional de Santa Fe “Simón de Iriondo”. Estudiante de Veterinaria en la Universidad Católica Argentina (UCA) en esa misma provincia, carrera que abandona por razones económicas familiares. Aunque en verdad, él desde chico tenía habilidad y pasión por la plástica, el dibujo y la pintura, cualidades siempre incentivadas por su madre y que se tradujeron en artesanías, bocetos, etc. Se casó con Marta en 1970; ambos estudiaban y militaban. Él continuó en la escuela de Bellas Artes hasta 1972. A fines del ’74 se fue a vivir a San Nicolás, provincia de Buenos Aires, donde entró a trabajar en una fábrica; su esposa aún recuerda sus ilustraciones en volantes o en revistas de la agrupación sindical en la que militaba (Bloque Sindical del Peronismo Auténtico). Fue montonero como su hermano Emilio Etelvino Vega (ver su registro). En junio de 1976 al ser detenida su compañera, pasa a la clandestinidad. Cuenta su madre, que había retomado el estudio de las culturas pre-colombinas y hacía juguetes. Sus hijos conservan algunos dibujos en las pocas cartas y cuentos que pudo enviarles durante ese período. Fue asesinado por la dictadura militar en Córdoba, el 9 de marzo de 1977 (Barrio Altos de Villa Cabrera) en la casona de tres pisos llamada “El Castillo” junto a otros 6 compañeros. Se necesitaron 200 militares uniformados y fuertemente pertrechados que debieron tirar hasta con bazookas para eliminar a estos militantes montoneros. Su madre recuperó sus restos que fueron inhumados en la provincia de Santa Fe. VEIGA, Alejandro Daniel. “El 21 de febrero, el oficial montonero Alejandro Vega (sic) que realizaba tareas en las proximidades de la fábrica metalúrgica Santa Rosa, en San Justo (Provincia de Buenos Aires), fue sorprendido por un control peatonal desarrollado por la policía de Villa Madero a la salida de los obreros de la fábrica. Ante la imposibilidad de esquivar el control, que se montó sorpresivamente en una calle con gran afluencia de obreros, el compañero Vega hizo fuego sobre uno de los policías matándolo. Otro de los policías abatió a nuestro compañero que transitaba solo y a pie. En primer lugar destacamos la correcta y heroica reacción de nuestro compañero que se encontraba armado y se resistió al enemigo muy superior en número y armas. En segundo lugar señalamos una vez más hacia dónde se dirige la represión dirigida por las Fuerzas Armadas: esta represión es contra los obreros, porque ese control sorpresivo se hace en las puertas de una fábrica con el objetivo de atemorizar a los trabajadores y ver si encuentran algún activista; pero nunca se hace en barrios residenciales de las clases dominantes. En San Justo como en todo el país, la policía realiza tareas de punta de lanza contra el pueblo, a las órdenes de los monopolistas y de la cúpula militar. Los llamados ‘servidores del orden’ solo sirven al orden explotador y dependiente, ni por casualidad se equivocan alguna vez y afectan la tranquilidad de los explotadores y entreguistas” (“Evita Montonera” N° 12. Febrero-marzo 1976). Veiga contaba con 22 años al momento de su muerte. VEIGA, Ángel Osvaldo. Ver registro de Conrado Alzogaray. VEIGA, Marta Edith. “Pacha”. 23 años. Platense. Estudiante de Arquitectura en la Facultad de La Plata. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP). Secuestrada-desaparecida el 16 de diciembre de 1976 conjuntamente con su compañero de vida y militancia Roberto Ricardo Suárez. VEITZMAN, Tito. Fue dirigente de la Federación Universitaria de la Revolución Nacional (FURN). Médico psiquiatra. Hombre de una razonable fortuna, vivía en un lugar lujoso y vestía como un dandy, con bombín y bastón incluido. Nadie podía llegar a pensar que era integrante del grupo protomontonero de ésta Capital en el que también militaban José Sabino Navarro y el “Pinguli” Hobert. Como Tito era espástico, cuando “El Negro” Navarro fue perseguido (luego de la muerte de Aramburu, 1970) , lo adoptó como chofer, con uniforme y todo, para que manejara su flamante Kaiser Carabela negro lustrado. Una cubierta para sus vecinos que además resistía cualquier control policial caminero. En su libro “Montoneros: la buena historia” cuenta José Amorín: “Tito había comenzado a deprimirse. Situación que no era ajena a su discapacidad física y la consiguiente imposibilidad de participar en las unidades de combate. Si bien hizo de chofer en algún operativo, a partir de la unión con el grupo de Abal Medina, fue excluido; se consideró que su discapacidad, en caso de tener que fugarnos a pie, podía poner en peligro a sus compañeros. Ser excluido de las unidades de combate significaba que no podía participar en operativos militares. Pero, más aún, significaba la imposibilidad de participar en los ámbitos de conducción política, limitación que para un tipo de la lucidez política de Tito resultaba fatal. Según me contó Hilda Rosenberg, a su suicidio también contribuyó la existencia de un amor imposible”. El suicidio ocurrió en 1971. VELA, César Miguel. Era “El Flaco Aníbal”. Secuestrado-desaparecido el 16 de enero de 1977 por un grupo de tareas de marinos de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Militante de Juventud Peronista y Montoneros. Su compañera, Marcela Gordillo, “La Flaca María” también fue secuestrada y desaparecida. VELASCO, Olga Beatriz. Nacida el 30 de agosto de 1955. Compañera peronista revolucionaria conocida como “Olgui”, secuestrada por un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) el 29 de agosto de 1976 a la edad de 21 años en su domicilio de Villa Maipú, provincia de Buenos Aires. Sigue desaparecida. VELÁSQUEZ, Didí. Sobre ella dice Sergio Pollastri: “Fue mi suegra en aquella época. Radical y antiperonista se fue acercando a nosotros a causa de nuestra militancia en el peronismo montonero. Así se convirtió en una especie de amiga-madre-confidente de una buena cantidad de ‘cumpas’ que encontraron en su casa un refugio material y un reconforte espiritual cuando el miedo amenazaba los movimientos o el duelo por un ‘cumpa’ asesinado exigía un hombro para llorar. En la época brava sirvió de correo interno, distribuyó volantes en los buzones, fabricaba embutes en las ropas de los ‘cumpas’, cuidaba los bebés de los compañeros en operaciones o rajados (Florencia Morillo entre ellos). Su casa de Tolosa, calle 16 entre 527 y 528 sirvió de depósito, casa operativa... por allí pasaron Tatú Basile, Tito Morillo, Susana Quinteros y tantos otros, cuyos nombres nunca supe. Antes de que la casa se ‘quemara’ por completo debido a los movimientos de jóvenes, sirvió también de lugar de reposo para ‘cumpas’ estresados y agotados por la militancia. Solían pasar uno o dos días disfrutando de su charla, su ternura, sus pastafrolas y su humor siempre bien dispuesto a pesar de los riesgos. Debió abandonar la casa presionada por nosotros porque estaba sumamente ‘junada’ y en cualquier momento podían ‘levantarla’. Didí fue el prototipo de esas viejas que terminaron uniéndose a la causa de sus hijos y que militaron tanto o más que otros sin encuadramiento formal, pero se contaba con ellas siempre, como si fueran militantes. Murió en 1987. Está en un lugar privilegiado de mi corazón”. VELÁZQUEZ, Alfredo Rubén. “Beto”. “Fredy”. Correntino. 25 años. Aficionado a las danzas folclóricas. Trabajador gráfico. Estudiante de Derecho. Combatiente montonero con el grado de oficial, caído en el asalto al Regimiento 29 de Infantería de Monte en Formosa, el 5 de octubre de 1975. Por decisión del juez de Primera Instancia Leandro Costas, que atendió en la causa, sus restos no fueron devueltos a sus familiares, sino enterrados con una topadora en una fosa común creada a tal efecto, en el Cementerio Norte de esa localidad litoraleña. Era el esposo de Mirta Blanco cuya desaparición no fue denunciada en sede policial o judicial alguna. (Ver su registro). Con la vuelta de la democracia, en un acto oficial se impuso una calle con su nombre en los barrios Ponce y Santa Rita de Corrientes. VELEDA, Ricardo Horacio. Nacido el 12 de julio de 1951, en el seno de una familia de clase media acomodada, en General Pico, provincia de La Pampa. Un amigo lo recordó así: “Ricardo era alto, un tanto desgarbado al caminar, inquieto e inocente en el trato. Usaba larga y desordenada cabellera y barba incipiente. Había descubierto la política como una vocación y a ella se había volcado con pureza, casi con ingenuidad, pero siempre trasuntando asombro ante lo desconocido, alegría ante el diario descubrimiento de la vida”. Cuando explotó el Cordobazo el 29 de mayo de 1969, Veleda estaba en quinto año del secundario. No ingresó a clase y arengó a sus compañeros en la puerta del establecimiento educativo para que se encolumnaran y manifestaran contra la dictadura militar de Onganía: hubo una marcha por la ciudad y Ricardo fue el orador al cierre de la misma. Después se fue a estudiar Sociología a la Universidad de Córdoba. Allí abrazó la causa del peronismo revolucionario; primero en la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y luego en Montoneros. A Ricardo sus compañeros le decían “Vizcachón” por el grueso bigote que portaba. Para 1976 vivía en Avellaneda, trabajaba en una industria gráfica y si bien seguía su militancia, tenía fuertes discusiones por la marcha de los acontecimientos dentro de la "orga". El 14 de mayo de 1977, un grupo militar forzó su domicilio de Avenida Coronel Díaz al 1400 y lo secuestró delante de su mujer e hijita. Nunca más apareció con vida. Su amigo Eduardo recuerda emocionado: “La última vez que lo ví al ‘Flaco’ Veleda, fue una tarde en la calle Jerónimo Luis de Cabrera de Alta Córdoba, en octubre de 1976. Él pasó con su motoneta Siam y frenó en cuanto me vio caminando. Se alegró de verme vivo y me dijo que a él también los milicos lo andaban buscando, pero que se quedaría una días más en Córdoba antes de irse a vivir con sus viejos. Nos despedimos con un abrazo y nunca más supe de él, hasta que con dolor me enteré de su desaparición. Éramos peronistas…” VÉLEZ, Ramón Lorenzo. Con 34 años de edad, fue secuestrado el 15 de julio de 1976 en su domicilio. Miembro de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP). Había trabajado en la fábrica Bendix organizando a sus compañeros, hasta noviembre de 1975, cuando debió dejar su puesto de trabajo debido a un accidente que le llevó dos dedos de su mano izquierda. Asesinado en la masacre de Fátima, su cuerpo apareció luego en una fosa común. VENEZIANO, Víctor Vicente. “El Loco”. “El Tano”. Nació el 15 de diciembre de 1941. Sus padres eran italianos. Secuestrado-desaparecido el 22 de diciembre de 1977 por la madrugada, cuando se lo llevaron de su casa, en presencia de su esposa e hijas. Militaba en el peronismo montonero por Wilde y Villa Domínico, en la zona Sur de la provincia de Buenos Aires, en donde tenía una casa de venta de neumáticos y reparación de cubiertas, (“La Banderita”. Ramón Franco 5444). VÉNICA, Remo Joaquín. “Santiago”. Nació en Guadalupe Norte, una pequeña colonia agrícola-ganadera santafesina, el 23 de julio de 1943. Fue el menor de nueve hermanos. Dirigente del Movimiento Rural Católico. Militante peronista y montonero en la zona sur del interior del Chaco con el sobrenombre de “Santiago”. El Ejército Argentino recomienda su captura el 7 de diciembre de 1977. Casado en 1973 con Irmina Kleiner compañera de vida y militancia, junto a ella y otros compañeros sufrió persecución por parte de la dictadura militar de Videla; lo que lo obligó a internarse en el monte y vivir de la naturaleza y la solidaridad de los compañeros hacheros y agricultores. (Ver registro de Irmina). Toda esta aventura épica, quedó registrada en un libro escrito en 2006 por el periodista Jorge Miceli y que lleva por título “Monte Madre”. Actualmente Remo e Irmina viven con sus hijos en una granja ecológica que administran. VENTURA, Carlos Marcelo. Nació el 1º de septiembre de 1949. Carlitos “El Momia” Ventura (bautizado así por su parquedad) era estudiante del Policlínico platense en la ciudad de las diagonales. Serio, circunspecto y engominado. Cuadro político de sólido rigor intelectual llegó al Peronismo y a Montoneros de la mano de la Liga de Estudiantes Socialistas, brazo universitario de los Comandos Populares de Liberación (CPL), escisión revolucionaria, nacionalista y popular del Ejército Revolucionario del Pueblo, conocido como ERP-22 de Agosto. Militaba en la estructura de Sanidad. Su compañero de militancia, Jorge “Chiqui” Falcone en su libro “Memorial de guerra larga” dice sobre él: “Un día me contó que había tenido que probar la efectividad de ciertas dosis de cianuro fraccionadas en cápsulas y que las había testeado con gatos abandonados en el Jardín Botánico. Eso motivó una larga conversación sobre la idea de autoeliminación en situaciones límites como reserva del derecho a ganar la última batalla. (...) La defección en cautiverio de una compañera muy cercana a él, Malena “Gorda Lucrecia” Mainer, que a su vez nos ocasionó múltiples bajas, nos llevó a conversar a fondo sobre la tortura y la posibilidad de la traición. Yo inquiría sobre la volubilidad de la condición humana, que nos puede tornar héroes o villanos de un momento a otro. Fue entonces cuando “El Momia” desplegó una de sus reflexiones que, a lo largo de esta dura lucha, se me tornarían inolvidables: ‘El hombre es capaz de la mayor grandeza y la peor canallada’. Ambas facetas coexisten como una taba que gira en el aire. Siempre hay circunstancias que nos prueban, y entonces la historia nos toma una instantánea que dura para siempre...”. Jorge Falcone, sabría con el tiempo que “El Momia” no defeccionó, no traicionó. Violando todo criterio de autopreservación, pese a saber que aquel había caído en manos de la represión (28-3-77), Falcone fue a una cita preestablecida en más de una oportunidad. Más adelante se enteró que Ventura fue brutalmente torturado, durante los días en que él iba a su encuentro. “Aquella taba en vuelo de la que hablaba había caído para siempre, del lado de la luz”, escribió, con cierto dejo de admiración. VENTURA, José Pablo. Ex alumno del Colegio Nacional Buenos Aires (promoción 67). El “Tala” Ventura era estudiante de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UBA y dirigente nacional de la Juventud Universitaria Peronista (JUP). Detenido y puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN) cuando era ministro del Interior Benito Llambí, en el gobierno entreguista de “la Martínez”, (19-11-74) optó por salir del país y se fue a Perú, de allí a México y volvió clandestino a su querida Argentina para seguir la lucha contra la canalla militar. Cuadro montonero (a cargo de la Secretaría de Organización) y con el nombre de “Rafael”, fue abatido en la ciudad de Santa Fe durante un enfrentamiento registrado el 4 de enero de 1977, al sitiarse una casa ubicada en San Martín y Boneo. Además del “Tala” cayeron María Josefina Mujica y Adriana Bianchi. Después del operativo en que cayeron un universitario y dos pibas jóvenes, el gobernador de facto de la provincia santafesina, vicealmirante Jorge Aníbal Desimoni, concurrió a la jefatura de la policía local para felicitar al jefe de Policía, coronel Carlos Ramírez y a la plana mayor por esta acción contra la “subversión apátrida”. Digo. Pregunto. Interrogo: ¿Pueden precisamente ellos hablar de Patria, cuando entregaron la Nación? VENTURA, Víctor Hugo. Delegado gremial en la fábrica de la empresa automotriz alemana Mercedes Benz. Integrante del Frente Mecánico Eva Perón adherido a la Juventud Trabajadora Peronista (JTP); cuyo fin era convertir el sindicato en un instrumento de los trabajadores, capaz de revertir, hacer retroceder, la situación de explotación en las fábricas. Secuestradodesaparecido en el domicilio de sus padres en Florencio Varela, provincia de Buenos Aires, el 5 de enero de 1977 a la edad de 26 años. (Ver registro de su compañero Esteban Reimer). Se sospecha fuertemente de la colaboración patronal de Mercedes Benz con la represión, en la “desaparición” de Víctor Hugo Ventura. VENTURI, Francisco Salvador Host. Militante de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) y el Peronismo de Base (PB), secuestrado-desaparecido el 20 de febrero de 1976. El “Tano” Venturi nació en Italia en 1937. Con 12 años llega a la Argentina. Con 18 años se afilia al Partido Comunista (PC). Con 22 años, en 1958, fue miembro del Cuerpo de Delegados que dirigió la famosa huelga bancaria de ese año. A mediados de los ’60 se relaciona con el grupo político-cultural denominado “Espartaco” y rompe con el PC, al comenzar su militancia en el nacionalismo popular revolucionario. En 1968 sumó su esfuerzo militante a la Juventud Peronista de San Fernando, provincia de Buenos Aires, el mismo espacio donde actuaban Diego Ruy Frondizi y Manuel Belloni (ver sus registros). Un año más tarde, participa de la exposición “Hambre Basta” –clausurada por la dictadura militar- que refleja el conflicto social en ascenso en los ingenios azucareros tucumanos. Como FAP y PB cae detenido en 1972 (Villa Devoto, Buque Granaderos, Rawson). Amnistiado al año siguiente, se muda con su mujer e hijo a Mar del Plata, donde sigue militando hasta su secuestro. Su compañero y amigo, Carlos Arbelos, le dedicó un hermoso poema denominado “Sin Piedad” y que relata su secuestro por los esbirros de Videla. Su único hijo, Santiago Francisco, fue motivo de una ejemplar resolución sin precedentes. En enero de 1995 la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, a cargo de la Dra. Alicia Pierini, promovió la indemnización del hijo del “Tano”, nacido durante el cautiverio de su madre (Mabel Adriana Grimberg), detenida ilegalmente en 1976. Fueron 165 días que el pibe permaneció en cautiverio y por tal motivo cobró un dinero que sirve como precedente para casos semejantes. Antes de concluir esta reseña, debe resaltarse la vena artística del “Tano”, puesta al servicio de la liberación nacional participando a fines de los ’60, en diversas actividades organizadas por la sociedad Argentina de Artistas Plásticos (SAAP), tales como: Homenaje al Viet-Nam (1966), Homenaje a Latinoamérica –y al Che Guevara- (1967-68), Villa Quinteros también es América –sobre la problemática de los trabajadores tucumanos de la caña de azúcar (1969), Malvenido Mister Rockefeller (1969) y homenaje al Cordobazo (1969). El 25 de abril de 2006 en el Centro Cultural Recoleta, toda su obra por primera vez reunida –pinturas y dibujos, fotos y cartas- fue exhibida con gran éxito de público. VERA, José Hipólito. Ese día había repartido juguetes entre los chicos de la barriada. A las 22 horas del 5 de enero de 1975 llegan cuatro tipos de civil armados a la casa de “Chito” Vera, en Villa Concepción, Partido de San Martín, provincia de Buenos Aires. Se identifican como policías. Lo sacan a patadas haciéndolo rodar por las escaleras, sólo le permiten dejar a sus tres hijos en el departamento de abajo. Siete días más tarde su cuerpo y el de otros compañeros aparecen dinamitados en Roque Pérez, provincia de Buenos Aires. “Chito” es identificado por una carta de sus hijos a los Reyes Magos, encontrada a 100 metros del lugar donde los volaron. Tanto él como sus compañeros conformaban la Agrupación de Juventud Peronista del Barrio Enrique Delfino, de Pacheco, Tigre, provincia de Buenos Aires. Vera, además, militaba en Montoneros. VERA, Roberto Miguel. Secuestrado-desaparecido el 3 de abril de 1976 en el Barrio de Recoleta. 22 años. Estudiante de Derecho. Militante del peronismo revolucionario. Ver registro de Alicia Mallea. VERCELLANA, Juan Eduardo. Conocido como “Cacho”. Porteño. Responsable de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) de Ciencias Económicas en Córdoba. Secuestrado-desaparecido en el barrio de La Paternal, a la edad de 22 años, el 9 de septiembre de 1976. Su compañera Graciela Oliva sobrevivió al genocidio y está radicada en Chaco. VERD, Marcelo Aburnio. “Armando”. Nació el 5 de abril de 1939 en San Juan. Odontólogo. Tuvo instrucción militar en Cuba. Militante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) secuestrado en su casa-consultorio en la provincia de San Juan, el 2 de julio de 1971 conjuntamente con su esposa, Sara Eugenia Palacio de Verd, obstétra, militante de la misma organización guerrillera. Ambos se habían conocido en Córdoba cuando eran estudiantes universitarios. Se casaron en 1962 y becados partieron para Francia donde se toparon con el Mayo Francés de 1968. Al año siguiente de regreso en nuestro país comienzan a organizar la resistencia a la dictadura militar, empeño en que encuentran la muerte. El detonante fue el asalto a un camión militar con armas en Pilar, provincia de Buenos Aires, que terminó con las armas en poder de los guerrilleros y la muerte de un custodio del armamento, el teniente de Ejército, Mario César Asúa. Según Juan Dragoevich, también conocido como “Tito Drago” en su libro “Cara y Cruz, el Che y Fidel” (editado en Málaga, España, en 2007) afirma que Verd “fue el encargado de planear y dirigir la fabricación de pequeños artefactos incendiarios dotados de temporizadores” que se usaron para incendiar 14 supermercados Minimax del magnate yanqui David Rockefeller, en Buenos Aires, el 26 de junio de 1969. En su secuestro y posterior desaparición estuvo implicado el coronel Juan Bulacios, titular de la SIDE en Mendoza. Un árbol con el nombre de Marcelo Aburnio Verd puebla el “Bosque de La Memoria” levantado en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de San Juan. VERGARA, Carlos Alberto. Obrero en Petroquímica Argentina. 25 años. Integrante del Bloque Sindical del Peronismo Auténtico y Montoneros. Secuestrado-desaparecido en San Lorenzo, provincia de Santa Fe, el 20 de enero de 1976. Cinco días después de su desaparición, sus compañeros de fábrica inician medidas de fuerza para forzar (sin éxito) su aparición con vida. VERGARA, Hilda Zulma. 37 años. Los militares aseguran que participó del asalto al Regimiento 29 de Infantería de Monte, en Formosa, el 5 de octubre de 1975, con el grado de aspirante en el Ejército Montonero. Secuestrada por las fuerzas represivas entre junio y julio de 1976 en Paso de los Libres, Corrientes. Luego inventan un enfrentamiento que nunca tuvo lugar y afirman falsamente que murió, el 31 de julio de ese mismo año, en Las Flores y Sarratea, José León Suárez, provincia de Buenos Aires; y que la misma suerte corrió su esposo Arnaldo Harold Buffa. (Ver su registro). En la página web desaparecidos.org.ar, desconocen su identidad montonera y los dan como militantes del Partido Socialista de los Trabajadores. VERGARA RUZO, Tomás Ricardo Ramón. 16 de junio de 1955. Bombardeo a Plaza de Mayo por parte de militares y civiles antiperonistas contra un gobierno constitucional, que en las últimas elecciones (1952), había cosechado más del 60% de los votos emitidos. En pleno ataque de los aviones, una bomba que cayó en la intersección de las calles Balcarce e Hipólito Yrigoyen, alcanzó al automóvil en que viajaba el general Vergara Ruzo, provocando su muerte instantánea. Este alto militar todavía no restablecido de una dolencia que lo aquejaba, se dirigía al Ministerio de Ejército para ponerse a las órdenes de sus superiores jerárquicos, en cumplimiento de deberes que consideró inexcusables. Vergara Ruzo era del arma de Ingenieros y pertenecía a una de las familias más tradicionales de Catamarca. VERMEULEN, Osvaldo Mario. Empleado bancario. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Montoneros. Estudiante en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Rosario. Secuestradodesaparecido por la última dictadura militar, en esa ciudad, el 1° de abril de 1977, a la edad de 23 años. Juan “Negro” Arguello, ex militante de la JTP Bancaria, con motivo de ser el 6 de noviembre el “Día del Trabajador Bancario” que festeja el gremio, escribió a sus compañeros de trabajo detenidos-desaparecidos: “Los convoco compañeros, compañeras, como en los buenos viejos tiempos del combate cotidiano, de ese sueño compartido; el de un país solidario y la justicia social por la patria liberada. Por el amor, por la vida, con estas banderas vamos, como ayer, hoy y siempre: presentes, presentes, presentes ¡Hasta la victoria siempre!”. VERÓN, Luis Ricardo. Nació en Mercedes, Corrientes, el 11 de mayo de 1949. La familia se radicó en Córdoba cuando fue trasladado su padre que trabajaba en el Banco Nación. Allí comenzó a estudiar Derecho en la universidad estatal. El “Gordo” Verón, como su padre, también era bancario, trabajaba en el Banco Nación y vivía con su madre, ya viuda, en el barrio Maipú de la capital cordobesa. Apenas se organizó la Juventud Trabajadora Peronista (JTP) allí fue el “Gordo” a sumar su esfuerzo y a poner todo su peso –que no era poco- en pos de hacer realidad las banderas históricas del peronismo: la justicia social, la independencia económica y la soberanía política. Estuvo en la toma del Banco Social, cuando las bandas fascistas avanzaron sobre el gobierno constitucional y popular del Dr. Obregón Cano. De poco hablar y mucho escuchar, irradiaba confianza y seguridad por su carácter tranquilo y manso. Cuando el vehículo en que se trasladaba, viniendo de Alta Gracia, en octubre de 1975, fue interceptado por la policía, ofreció resistencia ya que no sabía si lo iban a matar ahí nomás por ser Montonero. La tortura padecida, con golpes y picana eléctrica, le paralizó las manos por cierto tiempo. Encarcelado en la Unidad Penitenciaria N° 1 (UP-1) y cuando estaba restableciéndose de sus inconvenientes motrices, fue sacado de la cárcel y fusilado, argumentando una fuga inexistente, el 17 de mayo de 1976. La orden fue dada por el General Juan Bautista Sasiaiñ y la autorización para sacarlos del recinto penitenciario fue firmada por le Juez Adolfo Zamboni Ledesma. En “Monólogo para mi amigo Luis Ricardo Verón” escrito por Luis Acosta, puede leerse: “En esta ocasión se espera que escriba algo en tu homenaje. ¿Qué homenaje necesitás? Ninguno. Los que necesitamos recordarte somos nosotros, porque fuiste un buen tipo como tantos y en lo que te distinguiste es en no esquivar el llamado de la historia y al hacerlo lo hiciste desde un lugar digno y luminoso que por tal será siempre referencia de donde estuvo alguna vez el coraje, el honor y el amor a la patria”. VIALE, Santiago Jorge. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP), muere a la edad de 23 años al resistirse a su secuestro, ocurrido el 3 de abril de 1976 en Buenos Aires. VIANCONI, Máximo Bruno. 22 años. Secuestrado-desaparecido el 7 de septiembre de 1976 en su domicilio de la ciudad de Formosa, calle José Cabezón 975, Barrio Villa Lourdes. Militante de Juventud Peronista y Montoneros. VICENTE, Eduardo Luis. Nacido en el porteño barrio de Parque de los Patricios, el 23 de julio de 1952. Compañero peronista. Cae el 10 de marzo de 1977. Tenía 24 años. A partir del 10 de septiembre de 2003, la Escuela N° 2 del Distrito Escolar N° 21, ubicada en Larrazábal 5430, del barrio de Lugano, lleva el nombre de “Maestro Eduardo Luis Vicente” como homenaje al joven docente, militante gremial y social, estudiante de Sociología, asesinado por la última dictadura militar. En ese establecimiento educativo, colocaron una placa que dice “Maestro, donde quieras que te encuentres aquí está tu nombre”. Además como escritor hacía cuentos para niños junto a su amigo Daniel Feldman. Ahora además, otra institución se denomina con su nombre y apellido: es el Centro de Formación Profesional Docente Nº 14. VICH, Margarita. Poseía la doble nacionalidad argentino-española. A la edad de 47 años fue secuestrada-desaparecida un 15 de septiembre de 1979 en Capital o Gran Buenos Aires. Era militante del Peronismo Montonero. VICINI, José Luis. “Bicho”. Nació el 21 de marzo de 1955. Militante en el peronismo montonero. Fue secuestrado-desaparecido en tanto cumplía con el servicio militar obligatorio en el Regimiento de Caballería de Tanques 10. Ocurrió en el propio cuartel, cuyo jefe era el Teniente Coronel Carlos Alberto Saini. Fue el 1º de septiembre de 1976. Al no volver a su casa en una fecha prevista y no teniendo noticias de su hijo, el padre de José Luis se apersonó al regimiento. Le dijeron que no se preocupara que seguramente “se habrá ido con alguna mujer, son esas cosas de la juventud” . Siguiendo la parodia, al cumplirse 7 meses de su desaparición, personal militar se presentó en el domicilio de la familia Vicini para buscar al “desertor” y un oficial alterado les dijo “Y lo vamos a llevar aunque sea muerto”. Tres meses después repitieron la escena en la casa de la abuela del soldado desaparecido. VIDAL, Emil Carlos. “Tití” Vidal nació en la ciudad entrerriana de Concepción del Uruguay en 1936. Instalado en La Matanza, provincia de Buenos Aires se ganó la vida como pintor. Amigo de Gustavo Rearte; este hombre alto, flaco y soltero, que al momento de caer tenía 40 años, fue uno de los baluartes de la Primera Resistencia Peronista y luego de unos acuerdos entre Gustavo Rearte y el “Che” Guevara, “Titi” Vidal recibió instrucción militar en Cuba durante 1966. Luego de 6 meses y de vuelta en nuestra Patria, siguió desde las filas peronistas, enfrentando a las dictaduras militares de turno. Aficionado al ajedrez entrelazó relaciones políticas con otros compañeros como si fuera una gran partido del juego ciencia. Pasó por la Juventud Revolucionaria Peronista (JRP), el Movimiento Revolucionario 17 de Octubre (MR-17) y el Frente Revolucionario 17 de Octubre (FR-17). Con el regreso del peronismo al gobierno en 1973, fue elegido secretario del Consejo Deliberante del municipio matancero. Al cambiar la situación política con el accionar de la Triple A y otras fuerzas nazi-fascistas, pasó nuevamente a la clandestinidad. Fue secuestrado-desaparecido junto a sus compañeros de militancia Héctor Marghetich y Juan María Castro, el 19 de agosto de 1976. VIDAL, Luis María. Militante en el peronismo montonero. Con 25 años perdió la vida al ingerir la pastilla de cianuro para no caer con vida cuando una patota militar irrumpió en su casa de la calle México 2224 del Barrio de Balvanera en Capital Federal. Tomó esa decisión imposibilitado de hacerles frente ya que estaba desarmado. Ocurrió el 23 de febrero de 1978. Su compañera de vida sentimental y organización política, Mercedes Joloidovsky, fue apresada en la misma acción, pero salvó su vida y con posterioridad partió al exilio donde aún vive. Desde España en 2010 testimonió contra los represores del CCD “El Vesubio” y ya con anterioridad, en 1984, lo había hecho frente a la CONADEP y en el juzgado de Daniel Rafecas. VIDELA, Guillermo Enrique. 16 años. Militante peronista y montonero. Asesinado el 21 de marzo de 1975. Hijo de Jorge Videla. Ver registro siguiente. VIDELA, Jorge Enrique. Peronista. Teniente 1° de Ejército en retiro efectivo. El 21 de marzo de 1975, cinco automóviles Ford Falcón con parapoliciales y paramilitares arriban a su casa ubicada en Mar del Plata, Barrio La Perla, calle España 856. Se lo llevan y lo matan junto a sus dos hijos y un sobrino de apellido Eliçagaray. VIDELA, Jorge Lisandro. Hijo del anterior. 22 años. Estudiante. Empleado del Automóvil Club Argentino. Militante peronista y montonero asesinado el 21 de marzo de 1975. Ver los dos registros anteriores. VIDELA, María Zelmira. Peronista, Montonera. Detenida el 12 de mayo de 1972 y liberada por la amnistía presidencial del 25 de mayo de 1973. La última dictadura militar la hace aparecer como uno de los guerrilleros peronistas abatidos cuando terminaron con la vida del empresario Francisco Soldati, integrante de nuestra oligarquía vernácula ligado a la dictadura militar. Ese hecho ocurrió el 13 de noviembre de 1979. En realidad ella estaba secuestrada-desaparecida de antes y lo que hicieron fue entonces blanquear su muerte. VIDELA, Néstor Marcelo. Teniente 1° del Ejército Argentino. Maestro de Banda Musical en la Escuela de Suboficiales. Peronista. Fusilado en Campo de Mayo, provincia de Buenos Aires, luego del frustrado intento del 9 de junio de 1956 (comandado por el General Juan José Valle), por recuperar la soberanía popular arrebatada por el sangriento golpe militar de Rojas y Aramburu, protagonizado un año antes. VIDELA, Ramón Raúl. Resistente peronista. Baleado y muerto por la represión en La Plata, provincia de Buenos Aires con motivo del fallido levantamiento del General Juan José Valle, el 9 de junio de 1956. Tenía para entonces 28 años y era obrero del Frigorífico Swift. “Línea Dura” un diario de la Resistencia Peronista, lo describió así: “Fue otro más de los ‘cabecitas negras’ que habían hallado su dignificación en la Nueva Argentina de Perón. Tenía esposa, tres hijos y un corazón de argentino auténtico, sangre de criollos humildes y laboriosos que desde los albores de nuestra nacionalidad habían puesto el hombro a las cosas grandes de la Patria”. Muere ametrallado en el intento de salvarle la vida a otro compañero, Rolando Zanetta, jefe civil de dicho levantamiento. VIEL, Dante. Nació en Rosario, provincia de santa Fe, una nochebuena de 1923. Trabajó desde muy jovencito y siempre tuvo “pasta” para defender a sus compañeros como delegado sindical. Caído Perón en 1955 se sumó de lleno a la causa de la Resistencia Peronista, lo que le valió despidos y persecuciones. Participó de la CGT Auténtica en aquellos momentos e integró el Consejo Superior Peronista más tarde. En los ’60 se sumó al fallido movimiento insurreccional del general Iñiguez, en pos de tomar militarmente un regimiento de la ciudad de Rosario, con el fin de lograr el regreso de Perón a la Patria. Diversos cargos jalonaron su trayectoria gremial al servicio de los trabajadores: secretario general del personal Civil de la Nación (seccional Santa Fe-Zona Sur), presidente del consejo directivo superior de UPCN (Unión Personal Civil de la Nación). Con otros compañeros de extracción gremial (A. Framini, S. Borro, A. Fernández, A. Lizaso) defendió a capa y espada la experiencia que llevaba adelante la Juventud Peronista en pos del socialismo nacional, a partir de 1973. En marzo de 1974, en un acto en la cancha de Atlanta para conmemorar el triunfo electoral de un año antes, expresó: “Si a veces nos permitimos disentir (con Perón), no es para enfrentar a Perón que, por otra parte, tiene sobradas pruebas de nuestra conducta revolucionaria, sino que somos conscientes de que en el orden interno se han utilizado procedimientos incorrectos, arbitrarios, carentes de lealtad y sinceridad, lo que ha posibilitado el acceso a los organismos de conducción nacional de aquellos que nunca practicaron la lealtad y se burlaron de la disciplina partidaria. Lealtad no es obsecuencia. Por eso reclamamos la reorganización de todas las estructuras del Movimiento, asegurando el acceso a la conducción, a los compañeros más capaces, leales y representativos”. Producido el incidente entre la J.P. y Perón el 1º de mayo de 1974 en la Plaza de la República, no dudó en retirarse con los jóvenes descontentos con el discurso del líder; y es más, con otros compañeros gremiales de larga actuación en el Movimiento Nacional Peronista -ya citados renglones más arriba- elevaron un documento a Perón (también hecho solicitada en los diarios), donde expresaban su desacuerdo por el rumbo que había tomado el gobierno y adherían a los reclamos de la Juventud Peronista. La última dictadura militar entronizada en 1976 lo obligó a un exilio interno del que salió indemne. Pero una grave enfermedad acabó con su vida a fines del siglo XX. VIGLIA, Miguel Ángel. El 6 de agosto de 1976 en un enfrentamiento con Fuerzas Conjuntas, en la calle Martín Fierro 1331, Villa Bosch, provincia de Buenos Aires, muere el militante montonero Miguel Ángel Viglia. Se resiste a entregarse con vida. VIGNA, Hugo. “Gaucho”. Estudiante de Veterinaria en la Plata. Comienza a militar en PB-FAP, alrededor de 1971 en el frente barrial. Con la política de proletarización impulsada en la “orga” comienza a trabajar en el gremio de la construcción. Es contratado por un empresario “comunista” (Pedro Massi) del viejo PC, cuya empresa paga salarios en negro e inferiores al convenio. En 1976, cierta noche volviendo a su vivienda, tiene la feliz idea de comprar cigarrillos en el quiosco de la esquina antes de entrar a su vivienda. La cara de pavor de la quiosquera que no responde a sus preguntas y ni siquiera atina a darle el vuelto, lo impone de lo conveniente que es caminar en dirección contraria a la original, cuando el Ejército Argentino le está reventando la casa a uno. Su pasión por los “Particulares” negros –que con toda probabilidad le quitarían la vida años después- se la salvó por entonces. Continuó militando semi clandestino en La Plata, mientras la Organización se mantuvo en pie, siempre con su aire tranquilo campechano y sus permanentes reflexiones críticas. En 1979, los “Particulares” le ganaron a su cuerpo y un cáncer de pulmón se lo llevó al “Gaucho” definitivamente. VIGNUDO, Silvia. Estudiante de Medicina. Militante peronista revolucionaria. A la edad de 29 años es secuestrada en junio de 1976 en la ciudad de La Plata junto a su compañero Eugenio. En el CCD “La Cacha” fue desnudada y picaneada por horas. Ella quería morirse para no entregar a nadie. Aguanta como puede. En un momento la llevan a la cajuela de un baúl y se mueven, vaya uno a saber adonde, con Eugenio al lado. Logra zafar de sus ligaduras y sacarse la capucha: por una razón que se desconoce, el automóvil está estacionado en el centro de la ciudad de La Plata, seguramente para conseguir algo y luego seguir su viaje. Logra abrir el baúl. Silvia presiente que es “ahora o nunca” y se lo dice a Eugenio. Este le contesta que se escape ella, que él esta esposado. “O los dos o ninguno” le contesta ella. Y se escapan corriendo una cuadra, a todo lo que dan. Logran subirse a un camioncito de reparto estacionado por el semáforo en rojo en las calles 7 y 55. Sus ocupantes –dos laburadores- la dejan con su compañero en las afueras de la ciudad. Escapan y sobreviven. Silvia Vignudo, dos hijas, es actualmente doctora en Medicina, especialista en medicina familiar. VIGO, Abel Luis. Nacido el 16 de mayo de 1957, el compañero “Gordo Pomelo” Vigo era un cuadro de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios). Fue secuestrado-desaparecido a la edad de 20 años, el 30 de julio de 1976 por la madrugada, cuando es sacado abruptamente de su domicilio en la ciudad de La Plata. Su padre, Edgardo Antonio Vigo fue un reconocido artista plástico. Abel, amante del deporte, nadaba y era jugador de rugby en La Plata Rugby Club. Su compañero de militancia, Néstor, lo recuerda por “sus ideas, su nobleza y su compromiso” puestos al servicio de la revolución y afirma con emoción: “El Gordo no habló durante su sufrimiento, por eso estoy vivo”. VILAR, Ercilla Argentina. Natural de Villa Cañás, provincia de Santa Fe. Sus padres, inmigrantes españoles, agradecidos a esta tierra que los cobijó, pusieron de segundo nombre a su hija, Argentina. Terminada su secundaria como perito mercantil, Ercilla se vino para Buenos Aires y en 1972 ingresó a la FCE para seguir la carrera de contador público. Militó en la izquierda peronista y en la comisión interna del sindicato en Económicas ya que había entrado a trabajar en la facultad como empleada administrativa en tanto seguía con sus estudios. Vilar fue delatada por colaboracionistas de derecha en esa casa de altos estudios que llegaron de la mano de la “Misión Ivanisevich”. La secuestraron de donde vivía con sus tíos, en Marcelo T. de Alvear 2043, P.B., en la madrugada del 10 de noviembre de 1976. Contaba con 23 años de edad y nunca más apareció con vida. VILCHEZ, Roberto. Su amigo Fabián Dantonio lo recuerda de este modo: “Había nacido un 3 de febrero. Siempre me decía que prefería recordar la batalla de San Lorenzo y no la de su cumpleaños, Caseros, porque le dolía la traición a Juan Manuel de Rosas. Eran tiempo del presidente Justo y los muchachos de FORJA. Su infancia y adolescencia transcurrieron en La Paternal. Su padre era mozo en el famoso café ’36 Billares’ y su madre fervorosa ama de casa que por aquellos tiempos fue a entrevistarse con Evita para pedirle por la familia y a los pocos días un camión de la Fundación estacionaba en la puerta de su casa depositando el pedido. A partir de ese momento, Roberto Vilchez, se identificó ‘a muerte’ con el Peronismo. Habilidoso para el fútbol descolló en ‘Floreal’ el club de barrio, pero su pasión por la música le ganaría al deporte y en épocas de oro del tango se vuelca a los escenarios con gran éxito debido al personal timbre de su voz; pero al poco tiempo conoció a su mujer –que adoraba- y definitivamente optó por conformar una familia, lejos de las tentaciones y la bohemia nocturna. Su necesidad de sustento económico lo haría vendedor de libros, en épocas en que varios escritores estaban prohibidos. Su avidez y entusiasmo lo llevó a ser uno de los hombres que más ‘historias argentinas’ de José María Rosa vendió. Militante peronista en épocas de bombardeos, exilios y fusilamientos, más de una vez se jugó la vida ‘guardando’ amigos y compañeros perseguidos. Fue parte activa así mismo, de la Resistencia Peronista. Con los años volvió a introducirse en el deporte, esta vez como dirigente del club de sus amores: Platense; allí conoció al ‘Polaco’ Goyeneche y se forjó una gran amistad entre ambos”. Más adelante llegó a ser gerente de la editorial Oriente que reeditó la colección de ‘Pepe’ Rosa, pero en momentos que su salud no lo favorecía fue alejado de su trabajo sin ningún tipo de reconocimiento, pese a que al dueño de la editorial de apellido Cositorto –y que se decía su amigo- le había hecho ganar fortunas. Este triste episodio del fin de su vida me lo contó a mí, Roberto Baschetti, cuando nos conocimos y comenzamos una hermosa amistad que se alimentó hasta su muerte el 11 de julio de 2009, ya que su estado de salud fue deteriorándose irremediablemente. Con él era un placer hablar de peronismo, tango y fútbol con ese modo de hablar que tenía tan porteño. ¡Salud, cumpa! Y un muy grande ¡Viva Perón, carajo! VILLA, Efraín Fernando. Argentino, 30 años de edad, detenido en Monteros, Bolivia, por la policía del altiplano, al estar sin documentos de identidad. Eso fue un 29 de agosto de 1976. Conocida su filiación, fue entregado con otras dos víctimas, en La Quiaca, a personal de seguridad argentino. Fue visto con vida en el CCD Automotores Orletti antes de su asesinato. Efraín Villa, “El Efra”, fue parte de la experiencia guerrillera de las FAP en Taco Ralo. Y además fue un artista plástico que siempre puso su obra al servicio de la causa popular, haciendo por ejemplo, el mural del salón de entrada del gremio de la FOTIA en Tucumán. Los entendidos, catalogaban a sus pinturas “como un mundo de fantasía, de tono onírico, absolutamente alejado de la lacerante neofiguración”. VILLA, Patricia Virginia. Patricia Virginia Villa de Suárez. 24 años. Periodista, trabajaba en los diarios “La Calle”, “La Opinión”, “El Mundo” y “El Cronista Comercial”. También en la revista “Siete Días”. Integrante de la Asociación de Periodistas de Buenos Aires (APBA). Ligada al peronismo montonero, junto a su esposo Eduardo Suárez, (ver su registro de éste). Fue secuestrada-desaparecida el 14 de agosto de 1976. Fue vista con vida en el CCD ESMA antes de su asesinato. VILLAFLOR, Azucena. Azucena Villaflor de Devincenti. Nació el 4 de abril de 1924, pero la anotaron tres días más tarde. Peronista de base. Afiliada a la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). Trabajó desde los quince años como telefonista en la fábrica de heladeras Siam. El 11 de agosto de 1949 se casó con Pedro Devincenti delegado de la UOM y tuvo 4 hijos. Fundadora y mártir de las Madres de Plaza de Mayo. Secuestrada por un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el 10 de diciembre de 1977 en la esquina de su casa en Sarandí, provincia de Buenos Aires cuando iba al mercado. Se resistió, la golpearon y la metieron adentro de un Ford Falcon. Azucena, buscaba al segundo de sus hijos, Néstor, miembro de Juventud Peronista (JP), también secuestrado con anterioridad y había empezado a organizar a las madres de los desaparecidos. Ella pensaba que había que recuperar la Plaza de Mayo e ir a protestar al centro neurálgico del poder político: así comenzaron las rondas a la plaza. Hoy la calle donde fue secuestrada (Crámer) lleva su nombre como póstumo homenaje de sus vecinos y hay otro monumento también con su nombre en Puerto Madero. En la ESMA la torturaron. Luego fue arrojada desde un avión por la Marina de Guerra. Sus restos aparecieron en las playas de Santa Teresita y fueron enterrados como N.N. en el cementerio de General Lavalle. Identificaron los mismos en julio de 2005. Para diciembre del mismo año y en el marco de una nueva Marcha de la Resistencia llevada a cabo por diversos organismos de Derechos Humanos, sus cenizas fueron sepultadas en la Plaza de Mayo, donde también colocaron una placa en su memoria, junto a la Pirámide. VILLAFLOR, José Osvaldo. Hombre de la Resistencia Peronista en la zona de Avellaneda. Militante de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) y del Peronismo de Base (PB). Obrero gráfico; sindicalista en su gremio. Integrante de la Confederación General del Trabajo de los Argentinos (CGT-A) en 1968. Su experiencia política siempre estuvo ligada al Peronismo de Base hasta octubre de 1985 cuando integró la fórmula de un frente denominado Frente del Pueblo (FREPU) como candidato a diputado. En tal instancia preguntado por la vigencia del Peronismo y la reticencia con que sectores del mismo los calibraban, acusándolos de tener un discurso setentista, Villaflor dijo: “Decimos cosas que hemos dicho en 1973 y a comienzos de este siglo, porque hay objetivos que ese pueblo argentino aún no alcanzó y por el cual lucharon viejos anarquistas, comunistas, socialistas, y los cambios que hoy propiciamos fueron sostenidos antes por nuestro abuelos y nuestro padres. Hay discursos que son permanentes hasta que se alcancen los objetivos que enuncian. Es cierto que hay otro tipo de lenguaje que es más moderno, más elegante, pero que no tiene nada que ver con lo que quieren y sienten los trabajadores (…) Ese peronismo combativo no ha desaparecido. Existe en la conciencia de la mayoría de los trabajadores porque el peronismo es su historia concreta, alternada de triunfos y derrotas, de avances y retrocesos”. VILLAFLOR, Josefina. “La Negrita”. Obrera gráfica. Militante del Peronismo de Base. Esposa de José Luis Hazán. Secuestrada-desaparecida con éste, por un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) el 3 de agosto de 1979. Sola, desnuda y destrozada por la picana, cada vez que el torturador de turno le quería sacar alguna información, ella daba la misma respuesta. “Andá a la puta que te parió”. (Para más datos ver el registro de su esposo). VILLAFLOR, Raimundo Aníbal. “Negro Raúl”. Obrero. Con 23 años a mediados de los ’50, fue elegido secretario general de la comisión interna de la fábrica metalúrgica Tamet, una de las más grandes por aquellos tiempos. Fue uno de los más respetados cuadros de Acción Revolucionaria Peronista (ARP) en el conurbano bonaerense, allá por la zona de Avellaneda. Militante de la CGT de los Argentinos. A partir de su larga experiencia de enfrentamiento antipatronal y antiburocrático, reconoce las limitaciones de la lucha reivindicativa y de la recuperación sindical por si sola. Llega entonces indefectiblemente, a la necesidad de una síntesis entre lucha reivindicativa, política y militar, incorporándose a las FAP e impulsando dentro de éstas, la construcción de una organización de clase peronista “independiente de patrones y burócratas” e incluso del mismo Perón, aunque reivindicando lógicamente todo lo que éste representó para la historia contemporánea de la clase trabajadora. Esta propuesta que no es patrimonio solo del grupo Villaflor, se denominará la “alternativa independiente de la clase obrera y el pueblo peronista” o simplemente “la alternativa”. Junto con el sector de las FAP proveniente del MNRT, encabezada por Caffatti, desarrollan un proceso de homogeneización política interno, que si bien consolidó lo que quedó en pie dentro de la “orga”, provocó también una práctica internista que llevó a la pérdida de numerosos cuadros y frentes que emigraron a otras organizaciones y dejaron a las FAP a un paso de su disolución. Superando este proceso, que él mismo había empezado a cuestionar, Villaflor queda como referente del sector llamado FAP-Comando Nacional, que luego de algunas fusiones con grupos provenientes de la diáspora del “alternativismo”, comienza a desarrollar su propuesta de “Poder Obrero”. Con una coyuntura nacional inmanejable y que difícilmente puede influir, al ser una pequeña organización de cuadros y activistas obreros aún en desarrollo, el golpe militar del 24 de marzo de 1976 encuentra a las FAP-PB debilitadas por el retroceso en los frentes de masas y los golpes represivos en algunas regionales. Villaflor junto a Ardeti y Palazzesi entre otros –que es lo que queda de la dirección nacional- deciden en 1978 suspender el limitado funcionamiento que se tenía, hasta que existieran condiciones más favorables. Con esto contribuyen a preservar lo que resta de la organización y la vida de la mayoría de sus militantes. Se sabe que Villaflor instala con otro compañero, un taller de electricidad para ganarse la vida. Pero independientemente de las medidas de prevención desarrolladas, la máquina represiva, que sigue funcionando a pleno, se topa casi casualmente, cuando está buscando a un militante de Montoneros, con el hilo que la conduce a los dirigentes nacionales de las FAP. “El Negro Raúl” es secuestrado el 4 de agosto de 1979 con su compañera (“La Petisa Lucía”), María Elsa Martínez Garreiro (33 años), cerca de su domicilio en Villa Domínico, provincia de Buenos Aires, cuando había ido a visitar a su padre Don Aníbal. Murió a los 45 años, exactamente a los tres días de ser secuestrado por la Marina de Guerra, sin decir absolutamente nada que no fuera su antigua participación en la “orga”. Al ser llevado por varios suboficiales de esa arma a su celda luego de una sesión de tortura, muerde en el hombro al más feroz y jodido de sus custodios. La paliza que le propinan acabó con sus pocas fuerzas y su vida. Seguramente buscaba eso... Sus amigos lo recuerdan como un tipo de acción y de arrojo sin par. Un imprescindible cuando se quiere narrar la historia del peronismo revolucionario. VILLAGRA, Agustín Luis. El “Tin” Villagra fue muerto el 3 de noviembre de 1971 en Córdoba por la policía provincial. Combatiente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), tomaba parte de un operativo conjunto con otras organizaciones hermanas, bajo la denominación de Organizaciones Armadas Peronistas (OAP). Intentaba con otros compañeros secuestrar a un alto ejecutivo de la empresa Fiat de Córdoba, en conflicto con su personal, al negar la patronal, la representatividad del sindicato clasista Sitrac-Sitram entre los trabajadores. Sorprendido, fue asesinado a mansalva con un disparo en el cuello a quemarropa, cerca del maxilar izquierdo, con un orificio de un centímetro de diámetro, al parecer hecho con una escopeta. Su pelo corto prolijo, sus ojos claros y su infaltable pipa le daban un aire de intelectual que bien tenía. Era el compañero de María Antonia Berger, una de las sobrevivientes luego, de la “Matanza de Trelew” el 22 de agosto de 1972. VILLAGRA, Américo Mario Esteban. Paraguayo. 63 años de edad. Colaborador en el peronismo montonero. Secuestrado-desaparecido el 3 de diciembre de 1975 en la pensión donde vivía en la localidad de Clorinda, Formosa. VILLAGRA, Delmiro Segundo. Nacido en Río Turbio, provincia de Santa Cruz, el 18 de febrero de 1953. La secundaria la hizo en la Escuela Agrotécnica Salesina de Río Grande, Tierra del Fuego. Estudiante de Veterinaria en la UNLP. Integrante de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Montoneros. Secuestrado-desaparecido en su domicilio de La Plata, provincia de Buenos Aires, el 22 de diciembre de 1976, cuando contaba con 22 años de edad. Participó como actor en un corto cinematográfico que llevaba por título “La sombra de Segundo”. VILLAGRA, Florencia María. “Kitty”. 19 años. Nacida el 30 de marzo de 1957. Vivió toda su vida en San Isidro. Abatida en una plaza de Martínez, provincia de Buenos Aires, partido de Vicente López, cita en San Juan y Beruti de aquella ciudad bonaerense. Fue el 10 de mayo de 1976. Los represores en la misma acción se llevan con vida y luego hacen desaparecer a Gustavo Alejandro Cabezas (Ver su registro). Ambos eran militantes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). El domingo 22 de mayo de 2011 a través del periódico porteño “Pagina 12” se conoció una información complementaria sobre lo ocurrido. “El 10 de mayo de 1976, Gustavo Alejandro Cabezas y Florencia María Villagra estaban repartiendo panfletos en una plaza de Martínez cuando fueron abordados por un grupo de la Sección Segunda de la Compañía Demostración de la Escuela de Comunicaciones de Campo de Mayo a cargo del Teniente 1º Carlos Tomás Macedra. A Gustavo lo subieron a un auto y se lo llevaron. Florencia logró desprenderse del soldado que la sujetaba y empezó a correr. Recibió un disparo en la espalda y murió. El relato del hecho figura en la declaración de José Luis Aguas, que en ese momento era un conscripto. Aguas vio y sintió como ella se apagaba. La agonía duró un minuto. Hasta que dejó de respirar. Al rato llegó la policía. Un agente se acercó, se agachó al lado del cuerpo e intentó sacarle el reloj y una cadenita. Aguas le mostró la pistola. ‘Si la tocás, te mato’, lo amenazó. Macedra está preso. Fue arrestado hace diez días. Había logrado pasar desapercibido durante 35 años”. VILLAMAYOR, Juan Carlos. “El Negro”. “Negrolín”. “Ricardo”. Porteño, nacido el 28 de abril de 1955. Integrante del peronismo montonero, fue secuestrado con su pareja Marta Enriqueta Pourtalé (ver su registro), el 10 de diciembre de 1976 en Villa Ballester, zona norte del GBA. Fue visto en la ESMA antes de su asesinato. VILLANUEVA, Ana María. Conocida como Anita y/o Quela. Cordobesa. Estudiante de Derecho. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP). Fue la dirigente mujer de más alto nivel en la JUP Córdoba, teniendo bajo su responsabilidad a varios oficiales Montoneros. Poseía una incuestionable claridad política. Además era muy bonita y dulce, un verdadero encanto. Murió el 2 de junio de 1976 asesinada junto a su pareja el “Panza” Diez y otro compañero (Carlos Delfín Oliva). VILLANUEVA, Mirta Élida. Nacida en Daireaux, provincia de Buenos Aires el 6 de junio de 1947. Primaria y secundaria las llevó a cabo en la ciudad de City Bell, la Plata. Trabajaba en la escuela Rural de Oberá. En 1975 nació su primer hijo, Camilo. Secuestrada-desaparecida el 3 de octubre de 1978 en su domicilio de Bolivia 62, Oberá, Misiones, conjuntamente con su esposo Sergio Trinidad Paniagua. Ambos militaban en Montoneros. Ella tenía un embarazo de un mes y medio. Entre 6 y 8 hombres, algunos uniformados y otros de civil que se identificaron como miembros de la Policía Federal, se los llevaron violentamente en vehículos distintos, partiendo con rumbo desconocido. VILLANUEVA, Santiago Bernardo. “El Chino”. Nacido el 12 de septiembre de 1946. Hermano del ex rector de la UNPBA, Ernesto Villanueva y actual rector de la Universidad Arturo Jauretche de Florencio Varela, provincia de Buenos Aires. . Estudiaba ingeniería mecánica en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y trabajaba en el centro de cómputos del Banco Ganadero como operador. Militante del peronismo revolucionario en la Juventud Universitaria Peronista (JUP). Casado, tenía dos hijos de nombres Guillermo y Facundo. Secuestrado el 26 de julio de 1978 junto a su compañera Norma Leto, que fue dejada en libertad un mes más tarde. Visto con vida en el CCD “Olimpo” antes de su asesinato. Sus restos fueron recuperados por el EEAF en agosto de 2007 y enterrados en el cementerio de la Chacarita en abril de 2008. VILLAR, Guillermo. Febrero de 2008. “Se fue uno de los nuestros. La muerte del compañero Guillermo Villar significa una enorme e irremplazable pérdida para el Movimiento Villero de la Capital Federal. El querido “Flaco Guillermo” de la Villa 21 de Barracas era un tenaz luchador lleno de convicciones y con una sólida formación ideológica. Un dirigente que supo lo que fue la persecución política, que fue coherente hasta el final y que empezó su vida como la terminó: Trabajando, amando, sufriendo, construyendo entre los más pobres. En su Villa tuvo que luchar con denuedo contra el atraso, el olvido y la incomprensión muchas veces de propios y ajenos. Pedimos que ahora desde el cielo ó desde alguna estrella donde éste, nos ayude a cumplir el sueño que lo desvelaba y que era la transformación definitiva de la Villa 21 en un barrio digno en el que se mereciera compartir la vida. La Federación de Tierra y Vivienda (FTV) honrará siempre tu memoria e imitará tu ejemplo de constructor de una Argentina justa, libre y soberana. Hasta la victoria siempre. Patria o Muerte. Venceremos”. Firma Luis Ángel D’Elía presidente de la FTV. VILLAR, Jorge Julio. “El Petiso Lucas”/”Joaquín”. Oficial montonero proveniente de la Juventud Peronista (JP). Tenía toda la pinta provinciana de un muchacho del interior de nuestro país. Un metro sesenta de estatura; cabello negro, lacio; ojos oscuros, grandes; nariz chica, aguileña, fina; boca mediana, labios gruesos, tez trigueña, contextura delgada. Combate en nuestra patria hasta agosto de 1978 en que se repliega a México. Como secretario militar y jefe de un grupo de Tropas Especiales de Agitación (TEA) en 1979 vuelve a la Argentina. Cae el 27 de mayo de 1981. Vivía en Zona Norte del Gran Buenos Aires, en Villa Adelina. Lo agarran en la calle, logra escapar, pero lo hieren mal y recapturan. Murió en el Hospital Naval antes de ser torturado. VILLARINO, Nélida Ofelia. Nacida el 1º de enero de 1949 en La Plata. Maestra Normal Nacional. El 4 de abril de 1975 fue asesinada junto a su novio “El Loco” Urtubey, por la Triple A. Los dos militaban en el ámbito estudiantil universitario platense. Primero en la FURN y luego en la JUP. Licenciada en Ciencias de la Información. Trabajaba como perfo-verificadora de I.B.M. en el Ministerio de Obras Públicas de La Plata, Dirección de Transporte. VILLARREAL, Jorge Rafael. Joven militante peronista de Temperley (provincia de Buenos Aires). Fue secuestrado-desaparecido en la casa de su tía, ubicada en Madreselva y Montecristo de aquella localidad sureña, el 15 de abril de 1976 a la una de la madrugada. Su madre (Beba) rememora: “Esta zona fue muy castigada, se llevaron muchos jóvenes. ¿Por qué? ¿Qué mal hicieron? ¿Ser peronistas? ¿Juntarse con el vecino para hacer el asfalto, la escuela, traer gas? ¿Por eso te tienen que matar?”. Todas preguntas sin respuesta en aquella Argentina de la impunidad y los privilegios para pocos. VILLARREAL, Miguel Francisco. Biólogo. Delegado sindical en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Para todos sus amigos: “Chufo”. Militante peronista. Cuadro Montonero. Una de sus tareas fue en lejano Israel organizar a las jóvenes viudas de compañeros asesinados o desaparecidos de raza judía, para que su drama fuera conocido por el resto de la sociedad hebrea como así también la denuncia sobre el carácter genocida de la dictadura militar videlista. Secuestrado el 9 de julio de 1978 a la edad de 33 años en pleno centro de Buenos Aires (saliendo de un bar, entrando al subte), alcanza a tomarse la pastilla de cianuro. Llega muerto a la ESMA. Su cadáver apareció al día siguiente muerto por asfixia y congestión. Dejó tres hijos: Julieta de 7 años, Juan Manuel de 4 y Laura de 2. Recibió de su organización, post mortem, la condecoración “Al Héroe en Combate” en su máximo grado: el del “Comandante Fernando Abal Medina”. Un recordatorio de sus familia, amigos y compañeros en 1994 dice: “Amigo, hermano y compañero: recordamos tus ojos siempre vivos, tu alegría y tus manos siempre extendidas....”. Hermosa definición para quien dio la vida por su pueblo. En la esquina de Corrientes y Uruguay donde ocurrió la escena que lo llevó a la muerte, el 24 de agosto de 2008, fue colocada una baldosa que lo recuerda. VILLEGAS, Edesio. Había nacido en San Luis el 26 de abril de 1947. Trabajaba en la Comisión de Comercio del Gobierno y era soltero. Estudiante de la Escuela Superior de Comunicación Colectiva en Mendoza. Era integrante de la estructura sindical de Montoneros en esa provincia cuyana. Fue secuestrado el día 26 de mayo de 1976 en su domicilio de calle Granaderos 470. Dicen los vecinos, que los integrantes de las fuerzas de seguridad que actuaron, destrozaron y se robaron todo lo que pudieron. Fue llevado al Departamento Dos de Inteligencia de la Policía Provincial ubicado en el Centro Cívico mendocino. Por las brutales torturas padecidas no podía ni ir al baño por si solo. Murió tras una intensa agonía. VILLERES, Rubén Argentino. “Cacho”. Había nacido en Las Flores, provincia de Buenos Aires. Vivía en el Barrio Pueblo Nuevo de Olavarría, también provincia de Buenos Aires. De profesión tornero, era obrero metalúrgico. Militante en el Peronismo de Base. 25 años. Secuestradodesaparecido junto a su esposa Graciela Noemí Folini (ver su registro) el 16 de septiembre de 1977. Visto con vida en la Brigada de Investigaciones de Las Flores y en la Brigada de Investigaciones de La Plata (Robos y Hurtos) antes de su asesinato. VILTE, Marina Leticia. Jujeña. Nacida en San Salvador de Jujuy en 1938. Soltera. Padre agricultor, madre docente; ella misma maestra normal. Secretaria General del Sindicato de Maestros de la Provincia de Jujuy y miembro de la Mesa Directiva Nacional de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA). Militante del Frente Revolucionario “17 de Octubre” (FR-17) después de un paso anterior por la izquierda independiente. Luego del último golpe militar fue detenida y alojada en el Penal de Villa Gorriti de esa provincia norteña (entró a la cárcel silbando la Marcha Peronista); compañeras de encarcelamiento como “Joko” Martina Chávez, aún la recuerdan con lágrimas en los ojos, cuando cantaba coplas folclóricas que se escuchaban en todo el pabellón. Le concedieron la libertad por poco tiempo. Fue secuestrada-desaparecida el 31 de diciembre de 1976, en su ciudad natal y de su propia casa. Luchaba en defensa de la educación popular, por mejorar las condiciones de trabajo de los maestros y por tratar de liberar a los changuitos del hambre y la miseria a que estaban condenados de antemano. Toda esa lucha la llevó adelante dando un hándicap terrible, como era esa molestia que la seguía desde chica, con el bronco espasmo y el asma recurrente. Sus hermanas Selva y Betty aseguran: “A pesar de los años vives en nosotros, en las coplas que cantamos entre los cerros de Pumamarca y en las calles de Jujuy, junto al pueblo, que hoy levanta firme tus banderas de lucha: la defensa incondicional de la dignidad de los trabajadores, contra la opresión y por una sociedad justa y solidaria”. Testimonio de esa presencia, es que la escuela primaria de Alto Comedero, una biblioteca y la Escuela de Formación Sindical de CTERA, llevan orgullosamente su nombre: Marina Vilte. VIÑAS, Cecilia Marina. Nacida el 7 de junio de 1948. Trabajaba como administrativa en “Nexo Publicidad”. Fue delegada sindical en el SMATA. Embarazada de siete meses fue secuestrada por la Marina de Guerra a la edad de 34 años, un 13 de julio de 1977,de su domicilio de Capital Federal. Para mayores detalles, ver el registro de su esposo Hugo Reynaldo Penino, militante peronista y montonero, como ella. Las familias recobraron en 1998, a un hijo de ambos apropiado ilegalmente por un oficial de aquella Arma (Capitán de Navío Jorge Raúl Vildoza, jefe del Grupo de Tareas 3.3.2 de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) hasta febrero de 1979. Una cerámica con los nombres de Cecilia y Hugo, registrando sus secuestros, puede leerse en Avenida Corrientes 3645, barrio de Almagro. VIÑAS, Lorenzo Ismael. Peronista. Oficial montonero con el grado de teniente y nombre de guerra “Andrés”. Especializado en logística. Desaparecido bajo la dictadura militar genocida, el 26 de julio de 1980, al cruzar el puente internacional de Paso de los Libres, Corrientes. Lo tuvieron secuestrado un tiempo antes de su asesinato. Bajo tortura no pudieron sacarle un solo dato comprometedor para sus compañeros. Se burlaba de sus captores haciéndolos ir de un lado para el otro con falsas direcciones y contactos inexistentes. Una noche que lo estaban torturando con picana eléctrica, el verdugo le comentó a un secuaz, la idea de parar un rato “la máquina” para tomarse un café; fue entonces cuando se escucho la voz de Lorenzo, el torturado: “Y para mí por favor, otro con leche, 3 cucharaditas de azúcar y dos medialunas…” Un genio, realmente…….Su padre, el brillante escritor David Viñas, conmocionó el ámbito cultural, cuando rechazó en 1991 la beca norteamericana Guggenheim dotada con un premio de 25 mil dólares. Simplemente a modo de explicación dijo: “Fue un homenaje que hice a mis hijos”. VIÑAS, María Adelaida. Hija del escritor David Viñas, hermana de Lorenzo Ismael Viñas. Ella, primero militó en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y en tal carácter fue una de las guerrilleras que copó la ciudad de Garín en la provincia de Buenos Aires; como se recuerda, la primera acción armada publicitada por la propia organización. Fue esposa de Carlos Goldemberg. Luego de la fusión de las dos organizaciones guerrilleras peronistas pasó a militar en Montoneros con el seudónimo de “Gorda Mini”. Secuestradadesaparecida el 29 de agosto de 1976 en el Jardín Zoológico cuando llevaba de paseo a su hija. Lo hizo el Comando de Ejército Zona IV. Se la vio con vida en el CCD “El Campito” antes de su asesinato. VIOLA, María Elena Beatriz. María Elena Beatriz Viola de Konkurat. “Marilen”. Cordobesa, nacida en Villa María. Estudiaba para recibirse de ingeniera agrónoma. Comenzó su militancia en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y luego de la fusión se sumó a Montoneros.. Secuestrada-desaparecida a la edad de 26 años, en Capital Federal el 29 de julio de 1977. VIOTTI, Silvio Octavio. Chacarero de Jesús María, provincia de Córdoba. Luchó contra las dictaduras militares de Onganía, Levingston y Lanusse. Luchó por el retorno definitivo de Perón a la Argentina, sufriendo por tal motivo persecuciones, cárcel y torturas. Con la última dictadura militar no le fue mejor: lo volvieron a secuestrar en Córdoba, pasó por “La Perla” y “La Ribera” y luego lo tuvieron preso hasta 1982. Hoy está fallecido, pero eterno en la memoria de sus amigos y compañeros. VISUARA, Julio César. “Camilo”. 23 años. Secuestrado-desaparecido el 19 de abril de 1976 junto a su señora Norma Benavidez. En un nuevo aniversario del hecho, dejaron registrado el 20-4-2005, en “Página 12”: “Ni olvido ni perdón. La sangre derramada no será negociada. Castigo a los genocidas de ayer y de hoy. Hasta la victoria siempre. Tus compañeros y amigos”. Visto en el CCD “Club Atlético” antes de su asesinato. VITALI, Elvio. Durante la década del ’70 fue secretario general del Centro de Estudiantes de la Facultad de Derecho de la UBA. Estuvo exiliado en México entre 1976 y 1983. “Cuando tomé la decisión de irme, sentía que estábamos derrotados por varias razones. Nosotros habíamos perdido las banderas de la paz, y los que las habían ganado eran estos militares asesinos. Yo era un militante muy conocido de la Juventud Universitaria Peronista, y era lógico que me sintiera amenazado; claro que el estilo no era que te amenazaran. Directamente te secuestraban y te mataban. Era una continua caída de compañeros”. Fue el creador de la librería y cafetería “Ghandi”, en el barrio de Coyoacán, México; foro de encuentro, reunión y discusión de los compatriotas exiliados. Fue Director de la Biblioteca Nacional de Argentina del 2003 hasta diciembre del 2005. A partir de esa fecha fue legislador porteño hasta su muerte. Amante empedernido del tango fue impulsor del Festival Internacional de esa música ciudadana en Buenos Aires. Quien mejor lo define en su persona es Nicolás Casullo, también él fallecido prematuramente: “Elvio emergía en lenguaje, salida, broma, de ese mundo popular peronista revuelto, corajudo, peleador, imprevisible a veces, que siempre estaba, y que a Elvio le dio dones como el de ser el permanente gestador de consignas, cánticos, versitos, lemas que luego bramaban en miles de gargantas. Las bellas muchachas que pasan, la familia tana, el fútbol, los fideos, el tuco, los asados sobre chapa en el piso, la calle, el café, la cantina, la sobremesa y el tango que lo envolvió como una oscura argentinidad supletoria en la última década y pico de su vida, compusieron su retrato cotidiano, el mural madre donde fue entrando el militante, el exiliado, el librero, el empresario, el candidato, el director de la Biblioteca Nacional, el legislador (…) Tuvo un inmenso don: nunca se la creyó del todo. A su propia trayectoria digo”. Elvio Vitali legislador porteño por el kirchnerismo falleció de un cáncer de páncreas, a los 54 años, el 16 de febrero de 2008. Sus restos fueron velados en la Biblioteca Nacional. VITTAR, Juan Carlos. Secuestrado-desaparecido en Monteros, Tucumán el 20 de junio de 1977. Sus familiares y amigos lo recordaron emocionados, en un nuevo aniversario de su desaparición en junio de 2006, transcribiendo lo siguiente: “Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Rodolfo Walsh”. Juan Carlos había nacido en San Miguel de Tucumán, un 20 de noviembre de 1956. VIVAR, César Roberto. Falleció en 2010. Peronista revolucionario de Río Gallegos, provincia de Santa Cruz, Comenzó su militancia en la Juventud Peronista Regional VII, en la Unidad Básica “Mártires de Trelew” (que estaba situada en la esquina de Tucumán y Belgrano) de donde salieron los diputados provinciales de J.P. Jovito Rossell y Pablo Ramos. Con motivo de su reclusión forzada durante la última dictadura cívico-militar en la cárcel de Rawson durante 5 años, escribió sus memorias como militante, siendo las suyas, una de las más logradas en tal sentido. De ahí extraigo: “¡Montoneros Carajo! ¡Montoneros carajo! Así entramos gritando a Buenos Aires en la noche del 20 de junio (de 1973) y el clima era peor que el de un velorio; casi diría que era otro anuncio de lo que se venía. De un auto bajaron unos tipos que pidieron que no dejáramos de joder… Buenos Aires es una tremenda ciudad y todo aparece vivo a cada esquina desde Troilo a Gardel ó Perón. Pero a nosotros venidos del Sur, como avanzada nos pusieron ‘Operación Masacre’ con la presencia en vivo de Cedrón, Julio Troxler, Envar El Kadri; eso nos animaba a todo, a cualquier aventura porque el resultado sería una sociedad justa (…) Este puto viento, sigue emperrado en soplar en esta celda por debajo de la cama, frío como la muerte, nos quiere joder, pero tengo que poder soñar con cosas nuevas… en la cárcel recordar la vida es soñar, en la vida el sueño es lejano o irreal. En libertad no se recuerda tanto, preso, recordás hasta gastar la memoria. Todo es un recuerdo para pensar en vivir, desde las mujeres a las luchas o desventuras. Pero me parece que el sueño me está venciendo, aunque ese maldito viento parezca un huracán y yo siga desesperado luchando por ser un ser humano más que un mártir”. César Vivar, ex militante de superficie de Montoneros, recuperó su libertad en agosto de 1981 con la orden impartida por un capitán del ejército de ‘no hablar con políticos o gente de los derechos humanos”. Sin nada, empezó a pucherear (se ganaba su sustento diario) en un humilde centro comunitario donde enseñaba a hilar lana. Un mes después – cuenta- “Kirchner que era abogado y me conocía, vino a mi casa y me consiguió trabajo en ‘De Dios Automotores’, cliente de su estudio. Y cuando corrí peligro de una nueva detención, arregló para que la concesionaria me trasladara a Río Turbio. Siempre le voy a estar muy agradecido a este compañero”. Su amigo Juan Vilaboa resalta cualidades de César Roberto Vivar con motivo de su deceso: “Con César se va un tipo que supo hacer política junto a la gente, llegando a los problemas y buscando a los funcionarios para que cumplan con aquello que dijo Evita ‘donde hay una necesidad hay un derecho’. La Junta Vecinal Güemes, la Biblioteca Jauretche, las Unidades Básicas, todos fueron para el Negro los espacios, para buscar llegar a los necesitados. César fue un preso político y esa tremenda circunstancia marcó su vida (…) Acá nos quedaremos con los puños apretados, tratando de comprender lo irreversible. Esperando que un día nos volvamos a juntar con los que se fueron antes, con Daniel (Toninetti), con Mariano (Tierno), con Jovito (Rossell), con Laura (Manso) y tantos otros. En tiempos de utopías decíamos que había que levantar la bandera y llevarla a la victoria. Ahora nos cuesta creer que somos héroes, que tenemos banderas tan capaces de alcanzar el paraíso; preferimos ser humanos, llorar al amigo… Para recordar las mil cosas que vivimos, para seguir creyendo que un mundo mejor es posible. Hasta tanto, le pedimos a toda su familia la cristiana resignación, nosotros vamos a tratar de seguir… Chau César… Nos vemos”. Otro compañero entrañable y amigo de Vivar, Jorge Layana, que vivía a la vuelta de su casa y ambos a dos cuadras de ‘Lupo’ Kirchner, lo homenajea de éste modo: “Viendo a esos dos hijos de puta en el banquillo: A Videla cayéndosele la mandíbula y a Menéndez con un pálido destello de su ferocidad, con discurso patético y ridículo, me acordaba que esto, el Negro César no lo pudo ver. Ese chilote de las pensiones de la vuelta, el de la infinidad de tachos a la hora de acarrear agua en la esquina del ‘Gardelito’. El que ponía el cuerpo si alguno se me venía al humo a la salida del colegio salesiano. El de la J.P. y la ‘Mártires de Trelew’, que cumplió con la orden del paso a la clandestinidad; orgánico, fiel, leal. El que se comió la cana en Rawson en los mejores años de su vida. El que a la vuelta, seguía hueveando con la vecinal, las viejas, que las tejedoras, que el agua, que las cloacas, a ver a no sé que funcionario…Con su paso cansino, sus pantalones caídos y su carpeta desorejada, el Negro César Roberto Vivar no dejó nunca de caminar. Esa sonrisa en su cara morena parecía más blanca. Ahora lo sé, era su almita que asomaba. Negro querido, como te lloro, ahora que todo parece más fácil vos no estás (…) Acá lloramos tu ausencia cuando paradójicamente toda va mejor. Extrañamos ‘tu querida presencia’. Vos, un militante popular de los miles que hicieron tanto y recibió tan poco. Un hombre bueno que me honró con su amistad”. VIVAS, Andrés Teodoro. Asesinado en Tucumán el 3 de octubre de 1974. Militante de la Juventud Peronista de las Regionales. Tenía 33 años. VOCOUBER, Hugo Rogelio. Nacido en Villa Berthet, Resistencia, Chaco, un 12 de diciembre de 1948. Fue el primero de tres hijos. Su familia era de tradición radical y de hecho, su primera afiliación fue a la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI) liderada por Arturo Frondizi. Desencantado por el gobierno de éste, busca otros rumbos que contemplen la liberación nacional y social de nuestro pueblo. Llega al peronismo a fines de los ‘60. Concluyendo el año 1973, en una reunión de la Juventud Peronista en su pueblo de nacimiento, conoce a quien sería su esposa, Olga Esther “Pepona” Chamorro. Con ella tendrá una hija: Eva Tatiana. Vocouber fue un apasionado hincha de San Lorenzo, es decir, “cuervo” hasta la médula. Para esa época de matrimonio, trabajaba en un colegio secundario enseñando Instrucción Cívica e Historia. Realizaba trabajos como abogado. Atendía causas particulares y sus ganancias le permitían costear las causas de trabajadores en contra de las patronales. También fue asesor de las Ligas Agrarias. Sus trabajos de base los realizaba con los hacheros, en tareas de concientización. Su primera detención fue en junio de 1975, por alrededor de un mes. Al año siguiente, y tras zafar de un nuevo intento de captura, pasa definitivamente a la clandestinidad. Combatiente con el grado de Subteniente en el Ejército Montonero del Noroeste argentino. Conocido con el sobrenombre de “Pato”. Sale del país a mediados de 1978. Caído en el marco de la contraofensiva partidaria (secuestrado en Mendoza o San Juan) el 1° de octubre de 1980 a la edad de 31 años. VOISARD, Juan Carlos. El “Gringo” Voisard era militante de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP) en Santa Fe. Había nacido en Esperanza. Ya estaba preso en la cárcel de Coronda en 1975 y allí murió de una enfermedad de presión mal atendida. En el libro confeccionado por los ex presos políticos de esa unidad carcelaria y titulado: “Del otro lado de la mirilla”, se cuenta: “Cuando se cumplió un año de la muerte del Gringo Voisard, sentimos la necesidad de rendirle un homenaje y decidimos mantener un silencio absoluto durante 24 horas. Ese día no funcionamos por las ventanas y si hablamos en nuestras celdas, fue en la voz más baja posible para que no se escuchara desde afuera. Cuando salimos a barrer, un silencio sepulcral inundó el pabellón, reemplazando el estrépito de voces y risas habituales. Ese silencio me emocionó y aunque no pude ver a los ‘botones’, supongo que se habrán estremecido, agobiados por ese mudo grito de protesta, una manifestación de odio, pero también una amenaza, era el rugido de un león enjaulado, una demostración de poder de parte de un enemigo que, aunque sometido, no perdía su ferocidad ni su espíritu de lucha”. Otro que lo conoció al “Gringo”, fue un anónimo vecino de Esperanza que dejó escrito: “Hoy yo regreso a tus años, a tus horas, a tus encuentros, a tu dulzura de miel, a tu dureza de roca... a ese discurso encendido, estallándote en la boca. ‘¡La dignidad no se vende ni se llora! Se lucha, compañero...’ mientras decías, y pensabas lo mejor para tu pueblo. Y te fuiste despacito, tal vez hacia otro encuentro donde van los que nacieron sin alambradas ni tientos”. VON SCHMELING, Hermann. Paraguayo nacido el 25 de diciembre de 1938. Empresario. Peronista revolucionario secuestrado-desaparecido por la última dictadura militar, el 15 de noviembre de 1977 en su domicilio de Olivos, provincia de Buenos Aires. Visto con vida en la Comisaría 3ra.de Morón (Castelar). Su esposa, hijos, compañeros y amigos, en un recuerdo a su memoria aparecido en “Página 12” del 15-11-2005, recuperan las coplas de una conocida milonga contestataria: “Mi voz, la que está gritando, mi sueño el que sigue entero, y sepan que sólo muero si ustedes van aflojando, porque el que murió peleando, vive en cada compañero. LOMJE”. Como se sabe LOMJE son las iniciales que escribió con su propia sangre María Antonio Berger, sobreviviente de la “Masacre de Trelew”, en la base aeronaval cuando trataron de asesinarla y que significa: Libres O Muertos, Jamás Esclavos”. VON SCHMELING, Sonia. Tenía un bisabuelo paterno de nombre Hans, nacido en Berlín. Argentina/paraguaya, nacida el 21 de octubre de 1960. Militante peronista. Secuestrada-desaparecida a la edad de 16 años, el 28 de septiembre de 1977. Su abuela Gregoria, su madre Elena, sus hermanos Marcela, Ingrid, Hermann y Heidi, compañeros y amigos la recordaron en un matutino porteño, el sábado 28-9-2002 con estas sencillas palabras: “Estás con nosotros en cada instante de nuestras vidas. LOMJE”. Para el significado de LOMJE ver registro anterior. VUISTAZ, Luis Alberto. Hijo de una familia acomodada de Salta. “Lucho” Vuistaz era peronista. Militó en Juventud Argentina Para la Emancipación Nacional (JAEN) y en la Fuerza Organizada para la Revolución Peronista (FORPE). Ingresó a Montoneros (con el seudónimo de “Negro Martín”). Cuando fue la gira del candidato del peronismo, por el Norte Argentino y llegó a Salta a principios de 1973, “Lucho” en un atiborrado y masivo acto público habló en nombre de la Juventud Peronista de la provincia y comenzó diciendo: “Continuando con la tradición montonera de Martín Miguel de Güemes y la tradición de amor de Perón y Evita por su pueblo, hoy el compañero Cámpora llegó a Salta....”. Premonitorio, racional, lógico, luego agregó: Nunca habrá justicia social si no hay soberanía política e independencia económica”. Fue un contacto eficiente para solucionar problemas, entre el gobernador salteño Ragone y los pueblos originarios de la zona, que en algunos casos ni luz eléctrica tenían. Fue delegado reorganizador de la zona norte de su provincia y ya en un congreso provincial de J.P. en abril de 1973, advierte: “Bregamos por un camino de paz y entendimiento, pero si la oligarquía y el régimen quieren la guerra, lucharemos hasta el fin”. Luis Alberto fue “desaparecido” por la última dictadura militar. Sus restos fueron exhumados y reconocidos por el Equipo Argentino de Antropología Forense. Fue enterrado en el cementerio de su ciudad natal de Embarcación, Salta, el 23 de marzo de 2000, lo que provocó un sentido y multitudinario homenaje de familiares y amigos en su memoria. El viernes 6 de agosto de 2004, su foto apareció en la página 8, del matutino porteño “Pagina 12” con la siguiente declaración: “Murió el 6 de septiembre de 1976, en Santa Fe, junto a otros compañeros, combatiendo a la dictadura militar, la misma que intentó condenar al pueblo argentino a una eterna dependencia, contrayendo una deuda externa ficticia y asesinando para ello a otros 30.000 patriotas. Tus compañeros peronistas de Zona Norte de Salta te llevamos como bandera, porque diste tu vida por la independencia nacional y de América Latina. En tu lucha y tus ideales está el espíritu de amor al pueblo argentino”. Con él cayó Miguel Ángel Fonseca y el procedimiento fue en la calle Martín Zapata 2526.