De la Prevención a la Promoción de las Fortalezas. El impacto en la

Anuncio
De la Prevención a la Promoción de las Fortalezas.
El impacto en la formación del Psicólogo.
Schmidt, Vanina
RESUMEN:
En la actualidad se atraviesa por un importante proceso de transición en el campo
de la Evaluación Psicológica debido a los cambios temáticos y de enfoque que está
experimentando el cuerpo de conocimientos y prácticas que podríamos englobar en
aquella rama de nuestra disciplina denominada Psicología de la Salud. Pobreza, uso
indebido de drogas, mobbing, bullying, burn-out, obesidad, desnutrición, embarazo
precoz, violencia, son algunas de las “nuevas temáticas” que requiere de una
respuesta efectiva por parte de nuestra ciencia. Asimismo, la mirada sobre los
aspectos positivos del sujeto que ha traído el enfoque de la Psicología Positiva,
imprimen un cambio radical en el área. En el presente trabajo se revisan los
principales cambios conceptuales y de foco que ha experimentado esta rama de la
Psicología, y la contribución de los mismos a la conformación de prácticas,
instrumentos y nociones novedosas en la Evaluación Psicológica. Es indiscutible la
necesidad de contar con una formación superior actualizada en torno a los
procedimientos propios del ámbito de la evaluación que permiten operar en
Psicología de la Salud.
Palabras clave: Psicología de la Salud – Promoción de Fortalezas - Evaluación
Psicológica – enseñanza
De la Prevención a la Promoción de las Fortalezas.
El impacto en la formación del Psicólogo.
La Psicología de la Salud es una rama de la disciplina psicológica que ha sido
poco entendida y atendida en nuestro contexto. Recibe escaso espacio en la
formación de grado y postgrado de la mayoría de las universidades, con la
consecuente repercusión en la deficiente formación en evaluación psicológica en
esta área. Buela-Casal (1999) afirma que el psicólogo de la salud es un profesional
que puede trabajar en ámbitos tan diversos como el tratamiento psicológico de
trastornos orgánicos, en colaboración con tratamientos médicos para diversos
trastornos, programas de prevención de trastornos orgánicos y psicológicos y en la
promoción de conductas saludables. Matarazzo (1984) define a esta rama como el
"conjunto de contribuciones educacionales, científicas y profesionales de la
psicología para la promoción y mantenimiento de la salud, para la prevención y
tratamiento de la enfermedad, para la identificación de correlatos etiológicos de la
salud y diagnósticos de salud/enfermedad, de las disfunciones relacionadas, así
como para el análisis y mejoramiento del sistema de cuidado de la salud y las
políticas de atención de la salud”. En nuestro medio, Mucci y Benaim (2005) afirman
que el objetivo en Psicología de la Salud es conocer la interacción entre los factores
biopsicosociales implicados en salud-enfermedad, y programar y valorar estrategias
de intervención para proteger, promover y acrecentar la salud, además de prevenir,
tratar y rehabilitar en el estado de enfermedad. La Psicología de la Salud podría ser
vista, en síntesis, como aquella rama de la Psicología que interviene en todas las
cuestiones implicadas en el continuo salud-enfermedad.
Si bien la actuación profesional al interior de este continuo es cada vez más común y
necesaria, no siempre encontramos profesionales capacitados para la tarea. Es
indiscutible la necesidad de contar con una formación superior actualizada en torno
a los modelos y procedimientos que permiten operar en el campo denominado
Psicología de la Salud. No son pocos los especialistas (por ejemplo, Sebastianai,
Pelicioni y Chiattone, 2002) que señalan esta paradoja: escasos recursos humanos
capacitados y, paralelamente, aumento de las demandas en esta área que se sigue
ampliando extralimitándose de aquello que solíamos designar antiguamente “salud
mental”. El desafío está planteado dada la amplitud de temas que abarca esta rama
de la psicología pero, y sobretodo, dado el cambio de enfoque que está ocurriendo,
el cual ya ha repercutido en nuestros modelos y prácticas de evaluación.
De la Prevención de enfermedades a la Promoción de Fortalezas. Su impacto en
Evaluación Psicológica
Desde las declaraciones de Alma Ata (1979) hasta nuestros días, muchos han sido
los cambios que ha experimentado esta área de la Psicología con la consecuente
repercusión en nuestra subdisicplina: la Evaluación Psicológica. Al ubicar la mirada
en los distintos puntos del espectro, podemos ir desde el extremo denominado
“enfermedad” -y pensar en una práctica ligada a la prevención- hacia el polo positivo
de la “salud”, aquel que invita a pensar en el desarrollo individual y colectivo, aquel
que convoca, a su vez, al surgimiento de un nuevo perfil profesional, nuevo rol,
nuevos espacios y nuevas prácticas profesionales. La evaluación psicológica cobra
un papel central en este nuevo escenario, en tanto permite identificar fortalezas,
virtudes, valores individuales y colectivos, y valorar el impacto de las intervenciones.
Estamos siendo testigos y protagonistas de un nuevo viraje en evaluación
psicológica que debe ser acompañado con una adecuada formación de grado y
postgrado. Si antaño era necesario capacitar resaltando la distinción entre
prevención y promoción (la primera, cuando existen indicios de factores de riesgo de
enfermedad, mientras que la segunda enfocada hacia la salud y la posibilidad de
desarrollo de áreas saludables), actualmente comienza a ser necesario considerar la
formación no sólo en Promoción de la salud sino en Promoción de Fortalezas.
Las fortalezas del ser humano es uno de los “grandes temas” llamados a ocupar un
rol protagónico en nuestra disciplina en los años venideros. Las virtudes, valoradas
por los antiguos filósofos griegos y romanos, constituyen el patrimonio moral del ser
humano; se las define como la cualidad humana que permite obrar conforme a un
sentido moral. Las fortalezas son los rasgos o disposiciones personales del sujeto a
través de las cuales las virtudes se ponen en acción (Peterson y Seligman, 2004).
Para quienes trabajamos en instituciones educativas, resulta interesante recordar
que en el Informe Delors de la UNESCO de 1996 se especificaron los elementos
imprescindibles de una política educativa de calidad: aprender a conocer, aprender a
hacer, aprender a convivir con los demás y aprender a ser (Henderson y Milstein,
2003). Los dos últimos aspectos son los que se abordan desde programas de
promoción de la salud cuando se trabaja en instituciones educativas. Para contribuir
con nuestra práctica profesional al aprendizaje del “convivir y ser”, el psicólogo debe
ir más allá de la identificación de los factores de riesgo de enfermedad, más allá de
la identificación de situaciones o factores que amenazan la salud e, incluso, más allá
de los factores protectores. El psicólogo formado en esta rama debe estar
capacitado para evaluar e intervenir en la prevención -en todos sus niveles-, pero
también para efectuar evaluaciones con miras a la promoción y el desarrollo de las
fortalezas.
La mirada puesta en la enfermedad permitió acercarnos al concepto de prevención.
La mirada puesta en el polo opuesto, la salud, nos invita a ubicar el acento en las
prácticas -de evaluación e intervención- capaces de fomentar la salud y mejorar la
calidad de vida de los individuos. Con los nuevos aportes de la Psicología Positiva,
el significado del término “salud” parece quedara demasiado estrecho en tanto sigue
estando en la línea (continuo) de la enfermedad y no refleja el potencial de los
programas que promueven las fortalezas.
Las virtudes, valoradas por los antiguos filósofos griegos y romanos, constituyen el
patrimonio moral del ser humano; se las define como la cualidad humana que
permite obrar conforme a un sentido moral. Las fortalezas son los rasgos o
disposiciones personales del sujeto a través de las cuales las virtudes se ponen en
acción (Peterson y Seligman, 2004).
Sabiduría y conocimiento: Fortalezas cognitivas que implican la adquisición y el
uso del conocimiento.
1.Curiosidad, interés por el mundo
Tener interés por lo que sucede en el mundo, encontrar temas fascinantes, explorar
y descubir nuevas cosas.
2.Amor por el conocimiento y el aprendizaje
Llegar a dominar nuevas materias y conocimientos, tendencia continua a adquirir
nuevos aprendizajes.
3.Juicio, pensamiento crítico, mentalidad abierta
Pensar sobre las cosas y examinar todos sus significados y matices. No sacar
conclusiones al azar, sino tras evaluar cada posibilidad. Estar dispuesto a cambiar
las propias ideas en base a la evidencia.
4.Ingenio, originalidad, inteligencia práctica
Pensar en nuevos y productivos caminos y formas de hacer las cosas. Incluye la
creación artística pero no se limita exclusivamente a ella.
5.Perspectiva
Ser capaz de dar consejos sabios y adecuados a los demás, encontrando caminos
no sólo para comprender el mundo sino para ayudar a comprenderlo a los demás.
Coraje: Fortalezas emocionales que implican la consecución de metas ante
situaciones de dificultad, externa o interna.
6.Valentía
No dejarse intimidar ante la amenza, el cambio, la dificultad o el dolor. Ser capaz de
defender una postura que uno cree correcta aunque exista una fuerte oposición por
parte de los demás, actuar según las propias convicciones aunque eso suponga ser
criticado. Incluye la fuerza física pero no se limita a eso.
7.Perseverancia y diligencia
Terminar lo que uno empieza. Persistir en una actividad aunque existan obstáculos.
Obtener satisfacción por las tareas emprendidas y que consiguen finalizarse con
éxito.
8.Integridad, honestidad, autenticidad
Ir siempre con la verdad por delante, no ser pretencioso y asumir la responsabilidad
de los propios sentimientos y acciones emprendidas.
9.Vitalidad y pasión por las cosas
Afrontar la vida con entusiamo y energía. Hacer las cosas con convicción y dando
todo de uno mismo. Vivir la vida como una apasionante aventura, sintiéndose vivo y
activo.
Humanidad:Fortalezas interpersonales que implican cuidar y ofrecer amistad y
cariño a los demás.
10.Amor,apego, capacidad de amar y ser amado
Tener importantes y valiosas relaciones con otras personas, en particular con
aquellas en las que el afecto y el cuidado son mutuos.Sentirse cerca y apegado a
otras personas.
11.Simpatía, amabilidad, generosidad
Hacer favores y buenas acciones para los demás, ayudar y cuidar a otras personas.
12.Inteligencia emocional, personal y social
Ser consciente de las emociones y sentimientos tanto de uno mismo como de los
demás, saber como comportarse en las diferentes situaciones sociales, saber que
cosas son importante para otras personas, tener empatía.
Justicia:Fortalezas cívicas que conllevan una vida en comunidad saludable.
13.Ciudadanía, civismo, lealtad, trabajo en equipo
Trabajar bien dentro de un equipo o grupo de personas, ser fiel al gurpo y sentirse
parte de él.
14.Sentido de la justicia, equidad
Tratar a todas las personas como iguales en consonancia con las nociones de
equidad y justicia. No dejar que los sentimientos personales influyan en decisiones
sobre los otros, dando a todo el mundo las mismas oportunidades. .
15. Liderazgo
Animar al grupo del que uno es miembro para hacer cosas, así como reforzar las
relaciones entre las personas de dicho grupo. Organizar actitvidades grupales y
llevarlas a buen término.
Moderación:Fortalezas que nos protegen contra los excesos.
16.Capacidad de perdonar, misericordia
Capacidad de perdonar a aquellas personas que han actuado mal, dándoles una
segunda oportunidad, no siendo vengativo ni rencoroso.
17.Modestia, humildad
Dejar que sean los demás los que hablen de uno mismo, no buscar ser el centro de
atención y no creerse más especial que los demás.
18.Prudencia, discreción, cautela
Ser cauteloso a la hora de tomar decisiones, no asumiendo riesgos innecesarios ni
diciendo o haciendo nada de lo que después uno se pueda arrepentir.
19.Auto-control, auto-regulación
Tener capacidad para regular los propios sentimientos y acciones. Tener disciplina y
control sobre los impulsos y emociones.
Trascendencia:Fortalezas que forjan conexiones con la inmensidad del
universo y proveen de significado la vida.
20.Apreciación de la belleza y la excelencia, capacidad de asombro
Saber apreciar la belleza de las cosas, del día a día, o interesarse por aspectos de la
vida como la naturaleza, el arte, la ciencia...
21.Gratitud
Ser consciente y agradecer las cosas buenas que a uno le pasan. Saber dar las
gracias.
22.Esperanza, optimismo, proyección hacia el futuro
Esperar lo mejor para el futuro y trabajar para conseguirlo. Creer que un buen futuro
es algo que está en nuestras manos conseguir.
23.Sentido del humor
Gustar de reir y gastar bromas, sonreir con frecuencia, ver el lado positivo de la vida.
24.Espiritualidad, fe, sentido religioso
Pensar que existe un propósito o un significado universal en las cosas que ocurren
en el mundo y en la propia existencia. Creer que existe algo superior que da forma a
determina nuestra conducta y nos protege.
La implementación de programas de “Promoción de las Fortalezas” puede
comprender las mismas etapas que la Promoción “clásica” de la Salud. Las
etapas son: la evaluación, la planificación, la ejecución (la intervención) y,
finalmente, la valoración. Existen dos momentos en donde se requiere la
experticia del evaluador: en el primer momento, para efectuar el “diagnóstico
institucional” y en el último, para la valoración del impacto de la intervención. Las
nuevas contribuciones no tienen que ver con nuevas etapas sino con una nueva
mirada, cambio de perspectiva del psicólogo inmerso en realidades complejas. La
noción de evaluación se amplía en tanto no sólo es un proceso de contrastación
de enunciados verificables. “Evaluar significa, al mismo tiempo, traducir y
reconstruir, separar y concentrar, analizar y sintetizar. Evaluar, de esta manera,
es realizarlo de forma elíptica. Una nueva forma de evaluación debe considerar al
proceso natural de vivir. Un proceso elíptico en que se estructuran y reestructuran
sentimientos, emociones, conocimientos, actitudes, expectativas y otro sin fin de
aspectos que tiene como finalidad crecer y vivir en contextos determinantes y
significativos para la conducta. Los procesos de evaluación deben responder a la
complejidad del sujeto en su vida cotidiana. Entendemos que la finalidad de la
evaluación es ayudar a construir el conocimiento de la realidad que se desarrolla
y evoluciona con y en el sujeto. La evaluación debe responder a la concepción
que la sustenta que, en este caso, es la complejidad y sus consecuencias
posibles” (Leibovich de Figueroa y Schmidt, 2010, p.18).
Los profesionales deben ser capaces de:
1. Realizar evaluaciones sobre el “estado” de salud de individuos y grupos en
términos de posibilidades de desarrollo de fortalezas, virtudes, valores, vínculos
interinstitucionales, redes.
2. Identificar situaciones o factores de riesgo para la salud.
3. Indagar aspectos (individuales, familiares, culturales, políticos) que facilitan el
desarrollo de los individuos y las comunidades e impactan en la calidad de vida de
las mismas.
4. Indagar al sujeto en su contexto, respetando las condiciones socio-históricas y
culturales del grupo, acercándose al mismo desde una posición ética.
4. Realizar valoraciones sobre la eficacia e impacto de programas, proyectos o
planes de promoción de la salud
Conclusión:
El interés creciente por la Promoción de la Salud y de las Fortalezas imprime
cambios en nuestro quehacer como psicólogos e impacta en la subdisciplina
denominada Evaluación Psicológica. El Diagnóstico de la situación de la salud del
grupo o institución ya no puede tener como centro la “caza” de factores de riesgo o
de grupos en riesgo. La evaluación debe permitir acercarnos a la complejidad del
sujeto en su vida cotidiana, debe ayudar a construir una imagen integrada del grupo
y su contexto. Conocer los intereses, metas vitales, fortalezas, ideales de los grupos
humanos y valorar el impacto de nuestras acciones requieren de una formación
especial no sólo conceptual e instrumental sino ética.
La Psicología, en especial la Psicología de la “Salud”, puede y debe contribuir a la
búsqueda humana de un mejor “pasar y estar”. Pero para ello es necesaria una
formación superadora de los modelos centrados en la enfermedad, superadora de
viejas e infructíferas dicotomías, superadoras del dogmatismo motivado por el
“status
quo”,
y
superadoras
de
modelos
centrados
en
individuos
“descontextualizados”. La salud individual no puede desligarse del contexto social: la
salud no es el objetivo de la vida sino un recurso para objetivos mayores (de la Villa
Moral Jiménez, 2008). La visión de salud colectiva, el enfoque de promoción de la
salud y, más aún, de promoción de las fortalezas y virtudes, están contribuyendo al
desarrollo de nuevos paradigmas, nuevas modelos y estrategias en Psicología.
Referencias:
- Sebastianai, R., Pelicioni y Chiattone, T. (2002). Psicología de la Salud
Latinoamericana, International Journal of Clinical and Health Psychology, 2, 153-172
- de la Villa Moral Jiménez, M. (2008) Crítica a la visión dominante de saludenfermedad desde la Psicología Social de la Salud. Patologización preventiva de la
vida cotidiana. Boletín de Psicología, 94, 85-104
- Buela-Casal, G. (1999). Presentación. Suma Psicológica, 6, 143-145.
- Grau, J.A. (1997). Psicología de la Salud: Una Perspectiva Latinoamericana.
Boletín Latinoamericano de Psicología de La Salud, 1, 6-19.
- Leibovich, N. y Schmidt, V. (2010). Ecoevaluación Psicológica del Contexto
Familiar. Bs. As.: Guadalupe.
- Matarazzo, J. (1986). Behavioral Health. N.Y.: Wiley.
- Mucci, M y Benaim, D (2005) Psicología y Salud. Calidoscopio de prácticas
diversas Revista Psicodebate 6. Psicología, cultura y sociedad: 123-137.
- Henderson, N. y Milstein, M. M. (2003): Resiliencia en la Escuela. Barcelona:
Paidós.
- Peterson, Ch. y Seligman, M. (2004). Character Strengths and Virtues. Washington
DC: APA.
Descargar