Bull terrier: Fuerte y protector

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instinto | bull terrier
Bull terrier
Fuerte
y protector
Aunque no es un perro guardián, destaca
por su carácter territorial y su contextura
musculosa. Tan afectuoso como posesivo,
demanda dedicación exclusiva
Lena Jahn Santorufo | fotografía ROBERTO MATA
Origen
Procedente de Gran Bretaña, la raza fue presentada alrededor de 1850 por el criador irlandés James Hinks. Si
bien su origen es impreciso, los escasos documentos que
existen registran que el bull terrier es el resultado del cruce
entre el perro bulldog inglés y el ya extinto terrier inglés
blanco. Algunos estudios refieren que en su origen están
también el perdiguero de Burgos y el dálmata. Con su
apariencia actual, fue exhibido por primera vez en 1862,
en Birmingham (Inglaterra).
implantación baja y longitud media, su cola es gruesa en
la base y se adelgaza hacia la punta.
Peso y altura promedio
De acuerdo con la OCM, no existen rangos de peso ni límites de estatura para el estándar de esta raza. Sin embargo,
el American Kennel Club (AKC) señala que la mayoría de
los ejemplares pesan entre 22 y 30 kilogramos y miden
entre 50 y 55 centímetros.
Color
Clasificación
La Organización Canina Mundial (OCM) lo sitúa en la categoría de los terriers tipo bull.
Anatomía
El rasgo más singular de esta raza es su cabeza ovoide,
comparada en algunos escritos de literatura canina con
un balón de fútbol americano, debido a la ausencia de
depresión naso-frontal, ángulo característico que se forma
entre el hocico y el cráneo de los perros. El bull terrier
es de contextura fuerte y musculosa. Su nariz es negra,
aunque puede presentar cierta despigmentación. Sus ojos,
negros o de color marrón muy oscuro, son estrechos y de
forma triangular; y sus orejas, muy juntas entre sí y erguidas
cuando el perro está alerta, son pequeñas y delgadas. De
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La OCM reconoce el bull terrier blanco uniforme o con
manchas en la cabeza, y ejemplares tricolores en dos modalidades: blanco, negro y rojizo; y blanco, negro y atigrado
(en ambos casos el blanco no representa más del 30%
del pelaje). También reconoce el leonado (rubio oscuro) y
el atigrado con ligeras manchas blancas.
Textura
Su pelaje es corto, tupido, áspero y ligeramente brillante.
Número de cachorros
De 4 a 6.
Expectativa de vida
En promedio, 10 años.
bull terrier | instinto
Si se le brinda al menos una hora de actividad física diaria, el bull terrier puede vivir cómodo en un apartamento
Rasgos distintivos
adoptar otras mascotas cuando se convive con esta
raza, y evitar demostraciones de afecto hacia otros
perros en su presencia, pues “no acepta compartir
el tiempo ni el espacio de su amo”.
• Enérgico y dinámico, amerita actividad física diaria,
al menos durante una hora. Siempre que siga un entrenamiento progresivo, es un excelente compañero
para trotar, por lo que es recomendado para deportistas. Si se le garantiza una rutina de ejercicios, puede
vivir cómodo en un apartamento.
• Como es dominante y algo testarudo para acatar
órdenes, su adiestramiento debe ser temprano y riguroso. Los especialistas consideran que no es una
raza indicada para quien se inicia con una mascota.
modelo Pinocho
• Territorial y valiente, no admite intromisiones en su
espacio. Custodia a los miembros de la casa –en especial a su amo– y, aunque no ataca espontáneamente,
los defiende ante situaciones amenazantes.
• Amigable con las personas de su entorno, es particularmente leal y apegado a su amo, de quien demanda
compañía y cariño. “Es casi un perro faldero”, describe
Fernando Navia, veterinario y criador de bull terrier.
• Por su temperamento afectuoso y equilibrado puede
convivir con niños: el bull terrier, incluso, disfruta mucho jugar con los pequeños. Sin embargo, por su gran
fuerza muscular se aconseja la supervisión adulta.
• Su carácter posesivo puede generar problemas.
Jorge Bulfone, criador de bull terrier, sugiere no
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instinto | bull terrier
El bull terrier no debe confundirse con el pit
bull terrier americano. Común a ambas razas,
el término bull (“toro”, en inglés) alude a una
actividad que se hacía en Gran Bretaña durante
los siglos XVIII y XIX: enfrentar a varios ejemplares
caninos contra un toro. Sin embargo, a poco
tiempo de su creación el bull terrier se comenzó
a criar con fines de exposición y compañía,
y pronto cambió las peleas por los eventos
de belleza.
Cuidados
Por la forma de su cabeza, el bull terrier tiende
a rozar la zona naso-frontal con distintas superficies. En consecuencia, puede presentar en
esa área foliculitis (inflamación de los folículos
pilosos). El suministro de antibiótico tópico u
oral suele mitigar la afección.
Su instinto divertido y juguetón lo lleva a buscar
algo que morder. Como los poderosos maxilares
del bull terrier destruyen casi cualquier objeto, accidentalmente puede tragar fragmentos.
Los especialistas recomiendan juguetes de resistencia extrema, fabricados con materiales
irrompibles.
Acicalamiento
El blanco requiere un baño semanal, pues su
pelaje se torna amarillento, mientras que para
el bull terrier de otro color es suficiente un baño
cada 15 días. Por ser una raza de pelo corto, renueva su manto por muda y no necesita cortes,
pero sí requiere un cepillado diario.
Historia clínica
Si bien el bull terrier es una raza saludable, el
veterinario Fernando Navia precisa algunas
afecciones y patologías, en su mayoría de origen
congénito:
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Luxación rotuliana. Se trata de una alteración
articular que impide a la rótula calzar en su cavidad. Aunque puede diagnosticarse a partir de
los tres meses de edad mediante examen físico y
radiológico, casi siempre se evidencia años más
tarde, cuando el perro comienza a claudicar en
uno o en ambos miembros traseros. El tratamiento es quirúrgico y, si bien en su estadio más leve la
patología no causa dolor, se recomienda la cirugía
una vez detectada, pues tiende a evolucionar.
Cardiopatías. Las fallas cardíacas se manifiestan durante la actividad física: el perro se cansa
notablemente e, incluso, puede desmayarse. El
diagnóstico se hace mediante la auscultación
clínica. En algunos casos el trastorno es asintomático y no afecta la calidad de vida del perro; en
la mayoría, es necesaria la medicación paliativa.
Lesiones de piel. Pioderma (infección bacteriana de la epidermis), eccema (erupción cutánea)
y sarna demodécica (no contagiosa) son las
patologías de piel más frecuentes en esta raza.
Para evitar su aparición es fundamental cumplir
una terapia preventiva de ectoparásitos (piojos,
pulgas y garrapatas) y proporcionarle al perro
una dieta balanceada, a base de alimento concentrado, además de secarlo bien después del
baño y cepillar su pelaje a diario.
Sordera. Algunos cachorros –especialmente
los blancos– nacen con esta condición, la cual se
hace evidente cuando no responden al llamado
y ladran con insistencia. Estos perros son muy
asustadizos y, en ocasiones, se tornan agresivos.
La afección no tiene tratamiento.
•
F u e n t es c o n s u l t a d a s
º Jorge Bulfone, criador de bull terrier desde hace 7 años.
º Fernando Navia, médico veterinario y criador de bull terrier desde hace 23 años.
º Alinort Rubio, criadora de bull terrier desde hace 7 años.
º Organización Canina Mundial (OCM).
º American Kennel Club (AKC).
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