La ciudad colonial heredada, la ideología y el valor del suelo.

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 Revista Sociedad, Ciudad y Territorio, número 05 febrero 2015
LA CIUDAD COLONIAL HEREDADA, LA IDEOLOGÍA Y EL VALOR DEL
SUELO
Leonardo Alfonso Santamaría Delgado1
Resumen:
El texto se ubica dentro de los ámbitos de la arquitectura, la planificación de
los asentamientos humanos y la investigación en Historia Socio Económica,
reflexiona sobre asuntos vinculados a lo institucional, lo ideológico y cultural,
constituyendo el fundamento teórico de un proyecto de investigación mas
amplio, y fue presentada el 11 de septiembre de 2013 en el 1° Encuentro
Internacional de Estudios Históricos Comparados México-Colombia, entre la
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. UMSNH (Morelia,
México) y la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. UPTC
(Tunja, Colombia), que hasta el momento no había sido publicada.
El planteamiento utiliza herramientas historiográficas desde la historia
urbanística y la historia urbana hasta las relacionadas con la historia del arte,
para comprender la relación que existe entre producción, distribución y
consumo del suelo urbano en la ciudad colonial heredada, mediante el
análisis de la estructura física y las relaciones de poder que sostiene la
sociedad que soporta, con origen en factores ideológicos plasmados sobre el
espacio desde el momento de su fundación y que a través del tiempo, junto
con otros factores de orden geográfico, racial y cultural, constituyen los
hechos generadores de valor económico, sobre los cuales actúa el Estado
moderno.
Palabras claves: ideología, ciudad colonial, suelo urbano, valor.
1
Arquitecto UANL, Mex., MC Planificación de Asentamientos Humanos UANL, México Candidato a
Doctor en Historia, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, UPTC, Colombia.
27 Revista Sociedad, Ciudad y Territorio, número 05 junio 2013
The inherited colonial city, Ideology and land value
Leonardo Alfonso Santamaría Delgado
Summary:
The paper is located within the fields of architecture, human settlements
planning and research in Socio Economic History, reflects on issues related
to the institutional, ideological and cultural, constituting the theoretical
foundation of a broader research project , and was filed on September 11,
2013 on 1st International Meeting of Historical Studies Compared MexicoColombia, from the Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
UMSNH (Morelia, Mexico) and the Pedagogical and Technological University
of Colombia . UPTC (Tunja, Colombia), which so far had not been published .
The historiographical approach uses tools from urban history and urban
history to the related art history to understand the relationship between
production, distribution and consumption of urban land in the colonial city
inherited by analyzing the physical structure and holding power relations that
supports society, arising from ideological factors reflected on the room from
the time of its founding and over time, along with other geographical factors,
racial and cultural, are the events for economic value, on which the modern
state acts.
Keywords: ideology, colonial city, urban land, value.
LA CIUDAD COLONIAL HEREDADA, LA IDEOLOGÍA Y EL VALOR DEL
SUELO
La ponencia pretende describir la manera en que se ha formado el valor
económico del suelo urbano dentro de la ciudad colonial, heredada por el
periodo republicano del siglo XIX, con mínimas variaciones en su estructura
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material y vigencia cultural de sus significaciones sociales, aun a pesar de
que los gobiernos de la regeneración administrativa la dotaran con los
últimos adelantos técnico científicos e higiénicos que las ciudades
occidentales desarrollaron en respuesta a los males del modo de producción
capitalista, sin por ello lograr aquí, desarticular el sistema de las fuerzas
económicas tejidas sobre el territorio durante cuatro siglos de dominación
ideológica desde las instituciones religiosas, reforzadas en su función
reproductiva por el férreo sistema de símbolos que le daba sustento y
profundizaba su enraizamiento.
La ciudad de Tunja a inicios del siglo XX permanecía atada a letargos
coloniales sin crecimiento poblacional ni material alguno, arrastrando inercias
fundacionales como otras ciudades con trazo en damero ajedrezado de la
colonización española, que dio inicio a la apropiación privada de solares por
cuartos de manzana distribuidos en orden de preeminencias, según la
calidad de los vecinos y alrededor de una plaza mayor dotada con fuente,
horca y árbol de picota o rollo, sitio donde se encontraban los edificios con
mayor carga simbólica y los solares con mas alto valor económico, asiento
de autoridades civiles, eclesiásticas o militares, hacia donde confluían calles
orientadas entre puntos cardinales, según una lógica de valor. (Rojas Mix
1978:116)
La ciudad colonial representaría el cosmos cristiano universal ordenado a
partir de la plaza en cuyo centro se erigió el rollo real de la justicia o picota
como el centro del mundo, el símbolo fundacional por excelencia donde el
Justicia Real hacía efectivo su poder sobre la vida o la muerte, la
recompensa o el castigo sobre todo vasallo. Desde aquel entonces, el centro
de la ciudad fue asiento de la aristocracia de origen militar como lo había
sido el de la nobleza feudal, el mejor sitio para vivir. El modelo de la ciudad
indiana sería un modelo de ordenamiento cósmico cristiano en donde el
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mundo indígena era considerado como el caos primordial. (Salcedo 1994:6062)
El significado de la plaza mayor es el de corazón de la ciudad, núcleo
generador de la traza urbana diseñada idealmente a priori, contrario a lo que
sucede en España y Europa donde era una operación urbanística a posteriori
dentro del tejido urbano; se transforma en algo propio del mundo americano,
el punto cero de intersección entre caminos, sede de instituciones y lugar de
celebración colectiva al que converge la comunidad de modo cotidiano,
sintetiza un macrocosmos de barrios y cuarteles que de modo escalonado se
relaciona al microcosmos de las viviendas con patio central equivalente a la
plaza, donde transcurre la vida intima y familiar. (Bonet 1991:178)
La plaza mayor refleja la nueva sociedad que de España se trasplanta en
América, lugar de encuentro e intercambio social, lugar simbólico del
gobierno de la corona y del municipio, de la presión moral y religiosa que los
dominadores ejercían sobre los naturales y donde percibían quienes eran los
amos y cual su puesto en la jerarquía. (Bonet 1991:185) En alusión a la
dificultad de abrir plazas en la urdimbre del viejo burgo europeo, Fernand
Braudel, cita que Ortega y Gasset sostenía que el español no es el tipo del
mediterráneo, sino un hombre de la plaza mayor, del corazón de la ciudad,
que vive rodeado y vigilado por los demás, para quien vivir es aparentar. Un
ser social acosado desde que nace hasta la muerte. (Rojas Mix 1978: 112113)
El trazado ajedrezado con plaza central, eran el símbolo y vehículo de la
avanzada imperial desde tres teorías político-religiosas españolas de los
siglos XVI y XVII: la humanista con misión civilizadora; la mesiánica o
cristianización de Indias inspirada en el Antiguo Testamento; y la dominicana
o aristotélico tomista como comunidad de naciones del derecho de gentes
romano; a las que se resisten fundadores y vecinos por concebirse como una
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polis agrourbana semiautónoma, constituida bajo un orden público en
permanente conflicto con el orden privado del sistema familiar patriarcal
regido por un paternalismo jerárquico y compasivo, sobrepuesto al sistema
religioso social indígena de grupos tribales con lazos de parentesco; el
emparrillado similar al campamento romano lo guían consideraciones
estratégicas, políticas y agrícolas, mas que comerciales o industriales, y lo
rodean tierras repartidas según categorías sociales y militares en peonías y
caballerías junto con el ejido. (Morse 1975:17-24)
El origen de la ciudad colonial se basa en la tensión entre polis o ciudad del
hombre y ciudad universal o ciudad de Dios, cuya clave se ubica en la obra
de Santo Tomás de Aquino2 De regimine principium, la cual reconcilia las
convicciones de una vida cívica e intereses de la comunidad política de
Aristóteles, con otras referentes a la salvación personal y las virtudes de la
ciudad cristiana en San Agustín, hermanadas en la industria, donde el
individualismo estaba subordinado al servicio público y a la unidad social o
corporativa, por medio de un sistema de cambio ordenado de bienes con el
país circundante, la cual influyó profundamente en los tratadistas españoles
medievales, como Francesc Eiximenic y el obispo Rodrigo Sánchez de
Arévalo y, a través de ellos, sobre las ordenanzas colonizadoras de Indias.
(Morse 1975:44-47)
En Tunja, la parroquia de Santiago observaría una lógica de valor económico
según lo previsto en las Instrucciones dadas a Pedrarias Dávila en 1513,
para establecer pueblos que aseguraran un crecimiento ordenado,
perfeccionadas al adoptar ideas de orden y simetría que conformaron el
2
Tomás de Aquino profesa su pensamiento cristiano en la Orden de Predicadores fundada por Santo
Domingo de la Calzada, hijo de Castilla que se distinguía aún por los fueros locales y los municipios
libres y no por el absolutismo y su corte centralizada. Aunque comparte rasgos de la mentalidad
feudal como, la superioridad de la costumbre sobre el decreto del gobierno, la responsabilidad de los
señores de sus actos dentro de un sistema de concesiones y servicios, el honor caballeresco y la
compasión cristiana, es independiente de la incumbencia del sistema feudal (MORSE 1975:46)
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Renacimiento en la arquitectura, hasta la publicación de las Leyes de
poblamiento en 1573, donde los solares se repartían a suerte entre los
pobladores desde la plaza mayor, salvo la iglesia, las casas reales y los
solares
adyacentes
repartidos
entre
las
huestes
conquistadoras
y
pobladoras; el resto lo repartía el Adelantado fundador según la categoría
social de los pobladores, y los solares vacantes, los reservaba la Corona
para repartirlos entre otros que llegaran, iniciándose la apropiación privada
del suelo. (Brewer-Carías 1998: 22, 32)
Entonces, las cuadras a repartir entre pobladores era igual al terreno
disponible que la geografía del lugar permitía, siguiendo un orden geométrico
alrededor del centro y el cual coincide con un orden matemático que le
asigna valores económicos a cada una de las cuadras de acuerdo con una
serie numérica lógica distribuida de mayor a menor a partir del vacío central,
que a su vez, tenía correspondencia con la clase social a que pertenece
cada poblador y el privilegio de que goza, organizándose el asentamiento de
modo concéntrico y siguiendo las líneas de la preeminencia social.
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VALOR DEL SUELO POR CUADRAS EN LA CUADRICULA COLONIAL
6 4 3 4 4 2 1 3 1 4 2 2 4 PLAZA MAYOR 1 1 6 2 3 4 6 4 3 4 6 Figura 1: Distribución geo económica del valor del suelo sobre núcleo
colonial de veinticinco cuadras a partir de la plaza central, que conserva igual
disposición a inicios del siglo XX, aun cuando las preeminencias sociales que
le dieron razón de ser ya hubieran desaparecido. (Elaboración propia)
De igual modo, la repartición de solares dentro de la cuadra atiende
preeminencias sociales, porque las actividades más importantes de la ciudad
y que poseen las más suntuosas edificaciones pertenecientes al clero, al
gobierno y vecinos preeminentes se ubicarían en los ocho primeros cuartos
de cuadra alrededor de la plaza central y con mayor valor económico; siguen
como segundo valor, las cuatro cuartas partes de las cuadras contra esquina
a los vértices de la plaza central; como tercer valor, las dieciséis cuartas
partes a media cuadra de la plaza mayor; como cuarto valor, las dieciséis
cuartas partes ubicadas a una cuadra de la plaza mayor, como quinto valor,
las cuatro cuartas partes de cuadra a cuadra y media de la plaza central y en
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contra esquina del segundo valor; y como sexto valor, las veinticuatroavas
cuartas partes ubicadas a dos cuadras de la plaza central, y así
sucesivamente.
VALOR DEL SUELO POR CUARTOS DE CUADRA EN CUADRICULA
COLONIAL
10 9 8 6 6 6 6 8 9 10 9 7 6 4 4 4 4 6 7 9 8 6 5 3 3 3 3 5 6 8 6 4 3 2 1 1 2 3 4 6 6 4 3 1 1 3 4 6 PLAZA MAYOR Figura 2: Distribución geo económica del valor del suelo sobre solares
homogéneos que ocupan la cuarta parte de cada cuadra de la retícula
colonial a partir de la plaza mayor. (Elaboración propia)
El plano levantado en 1816, permite evidenciar el emplazamiento de la
ciudad junto con los accidentes geográficos más relevantes, configurando
una estructura que se mantiene intacta hasta bien entrado el siglo XIX. El
asentamiento colonial fue hecho sobre una planada adyacente al
asentamiento
indígena
preexistente,
sobre
terreno
que
desciende
suavemente al norte y termina en un despeñadero al oriente hacia la vega
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pantanosa del rio Gallinazo, cuyo cauce desciende diagonalmente desde el
sur cerrándose contra el empinado cerro occidental, de donde bajan cuatro
carcavones de aguas lluvias hacia el rio, dos al sur, llamados La picota y San
Laureano y dos al lado norte, llamados San Francisco y Santa Lucía, los
cuales atenazan la ciudad y le condicionan los pasos de acceso desde las
poblaciones vecinas. (Porras 2006:142)
Figura 3: Plano de Tunja. Levantado por Alexandro Vélez en 1816. (Servicio
geográfico del ejército. Col.110) Fuente: La ciudad Hispanoamericana. El
sueño de un orden. CEHOPU, CEDEX Centro de publicaciones del ministerio
de fomento, España 1997, Pág. 114.
La organización que exhibe Tunja a inicios del siglo XX se conservaría sin
cambios desde su fundación, centrada en una plaza con embrión de 35
cuadras nombrado parroquia de Santiago, luego, su primer ensanche al sur
de 43 cuadras o parroquia de Santa Bárbara, y segundo al norte 52 cuadras
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en la parroquia de Las Nieves, con 130 cuadras en total, organizadas a lo
largo de dos calles reales, 13 calles de sur a norte y 9 de oriente a occidente,
(Cortes 1985:42) (Porras 2006:142) donde el suelo sigue un propia lógica de
valor económico según jerarquías sociales y la topografía; estructura que
prolongaría el orden colonial sobre el periodo republicano 400 años después,
aunque con menor numero de cuadras, continuaba siendo epicentro de los
poderes económico, social y político del municipio, la provincia y el
departamento.3
La participación del damero en la labor misional de dominación ideológica fue
eficaz, porque a través de la plaza se cumplía una función como organismo
regulador de relaciones entre los colonizadores como grupo social
privilegiado con características de clase, y los colonizados o pueblo indígena
encomendado sometido a pautas de incorporación en la nueva sociedad
como mano de obra tributaria, conformando un núcleo poblacional para
explotación de las regiones circundantes al servicio de ese otro grupo social
dominante en la España de los Austrias. (Rojas Mix 1978:87,88)
Desde el punto de vista religioso, la ideología que orienta la acción de estos
grupos dominantes en el proceso de conquista y colonización se expresa en
la “idea de la gracia” defendida por el catolicismo Español y mediante la cual,
“Dios” capacita la voluntad humana para ejecutar su voluntad divina dentro
de la iglesia universal, que configura una visión del mundo y relación de
comunidad entre fieles y gentiles cuyo centro gravitacional es la plaza con
implantación en una cuadrícula, adecuada para cumplir las funciones
políticas, económicas y sociales del mercantilismo español y las misionales
3
Tunja, capital de Provincia en Confederación de Provincias Unidas de Nueva Granada, 1811-1819;
capital de Departamento en Confederación de Naciones de la Gran Colombia, 1821-1830; capital de
Provincia en República de Nueva Granada, 1832-1854; capital de Estado Federal Boyacá 1855-1885;
y de nuevo, capital de Departamento de Republica de Colombia 1886 en adelante.
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del catolicismo para conversión de los indígenas como fundamento a los
títulos de dominio sobre las tierras descubiertas.4 (Rojas Mix 1978:89-92)
El catolicismo español halló concordia entre la predestinación del hombre y la
gracia de Dios en la doctrina del libre albedrío y la acción de la iglesia para
ayudarle en su salvación por la impartición de sacramentos como acción
civilizatoria, posibilitando su control, obediencia y subordinación a un
ejercicio de dominación política entre la Iglesia y Estado dentro de una
estructura de “ciudad abierta” y apertura institucional a todos los hombres sin
barreras de acceso, “congregando” la comunidad sometida alrededor de un
centro de convergencia o plaza, en donde son adoctrinados por la tarea
misional de remodelación ideológica cotidiana en su amor a Dios y al
Monarca español, a quienes se debía amar, obedecer y servir.5 (Rojas Mix
1978:98-106)
El modelo urbano en la colonización española del continente americano
reprodujo dos componentes: la tradición militar del campamento Romano
reconocido por el trazado de manzanas alargadas y, la ciudad ideal cristiana
formulada en España durante la Edad Media cuyo símbolo mas notorio es la
manzana cuadrada. Ambos hechos condujeron a aceptar la reducción del
modelo teórico de la ciudad indiana a uno de inspiración divina: La Nueva
4
La ciudad como producto de una comunidad, se estructura de acuerdo con la visión del mundo que
posee el grupo dominante respecto a esta “idea de la gracia” cuya doctrina determinista separa entre
hombres buenos y malos, blancos y de color, elegidos y condenados, como es el caso del colonizador
puritano en América Anglosajona a quien el don de la gracia le convirtió en “elegido” para formar
con otros una comunidad cerrada y reproducir la “comunidad divina”, en la colonia de New Haven.
5
El acuerdo entre Iglesia y Estado es total, respecto a la función política e ideológica asignada a la
plaza mayor en la ciudad colonial-misional, pues los indígenas fueron compelidos por las autoridades
a vivir en pueblos de manera política y cristiana, y su presencia en la plaza los días de mercado en
cercanías de la Catedral contribuía a su conversión, a ejercer control político, sofocar sublevaciones,
incorporarlos a la economía de mercado y rescatar el oro que aún pudiere encontrarse en sus manos.
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Jerusalén,6 medievalmente representada por la Jerusalén Celestial del
Apocalipsis y las visiones del profeta Ezequiel, que suponen gran influencia
sobre las Ordenanzas Filipinas de 1573. (Salcedo 1994:225-237)
El tipo de traza regular con manzana cuadrada tuvo difusión en el antiguo
virreinato del Perú a partir de la fundación de Lima, donde la plaza mayor y el
rollo o picota reciben la fachada de las casas del cabildo, los soportales del
comercio y la iglesia, esta última ubicada en esquina de la manzana al
levante, denominada traza limeña, que se implanta en Tunja, diferente a
iglesias con fachada a la calle lateral y puerta falsa o puerta del perdón hacia
la plaza, como en Quito y otras ciudades o traza quiteña; otras variaciones
del patrón de subdivisión de manzanas y solares, ubicación de la iglesia en la
plaza, son las trazas chilena, alto peruana, santafesina, jujeña, tucumana y
trazas sobre ciudades prehispánicas. (Salcedo 1994:63-74)
Por el carácter evangélico de la conquista y sus Instrucciones, lo primero
que debía construirse era la Iglesia y según reglas religiosas de las
Constituciones Apostólicas del Siglo V, obligaba al sacerdote voltearse al
oriente para realizar la consagración, de espaldas a la asamblea, lo cual
determinó la construcción de las iglesias en la parte este de la plaza con la
fachada de entrada al occidente y bóveda semicircular que sobresale en la
fachada posterior o ábside, orientada al oriente. Además, se precisaba que, a
cada cierta distancia en la trama urbana, se debían ir dejando plazas
menores, donde se pudieran edificar templos de la iglesia mayor, parroquias
y monasterios, de modo que se repartiesen en buena proporción para la
doctrina y reparto apropiado de los vecinos. (Brewer-Carías 1998: 27, 38)
6
La “ciudad perfecta humanística” siglo XIV del Franciscano Catalán Francesc Eiximenic, cuadrado
con dos ejes perpendiculares cruzados en una plaza mayor tiene raíces en el Génesis y el Antiguo
Testamento. BONET CORREA, Antonio. Urbanismo e historia urbana en el mundo hispano. Segundo
Simposio. Tomo I. Universidad Complutense de Madrid. 1982. Marcial Ponds Librero. Pp. 369-374.
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La Plaza de Armas del campamento romano o Plaza Mayor de la parroquia
cristiana son equivalentes, por constituir el epicentro del módulo estructural
donde confluyen las fuerzas económicas, sociales y políticas de la ciudad, al
cual se subordinan las partes manteniendo su vinculación orgánica y
confluye la perspectiva monumental simbólica del conjunto de edificios e
instituciones desde los cuales se modelan las mentes de los colonizados,
idea elemental que representa la dialéctica entre forma y función para
significar un orden racional planificado que late con pulso regular desde hace
siglos, por igual en todas las ciudades fundadas bajo el dominio español, y
aun continua latiendo después, cuando los habitantes quisieron identificarse
con otros modos de vida europeos buscando signos de prestigio para
diferenciarse, porque tal afán, también hacia parte del modelo que
desarrollaba la mentalidad colonizada.
La ciudad permite, que todo ordenamiento sobre el espacio tienda a
perpetuarse en el tiempo a través de diversos signos que fundamentan una
ideología, fijando sobre la materialidad de un lugar, los valores, jerarquías,
instituciones e intercambios que pueden ser interpretados desde tres
perspectivas: la primera, del orden social que les dio origen; segunda, por la
sobrevivencia de lugares con dinámica de cambio refuncionalizada que
imprimen nuevos significados en símbolos antiguos, y tercera, como un
orden nuevo construido como algo distinto, (Mejía 2000:195) y como lo fue el
paisaje urbano colonial que continuó presente en Tunja a inicios del siglo XX.
Aunque la independencia política fuera objeto de permanente exaltación
mediante actos conmemorativos, memoria histórica, monumentos y literatura
heroica durante el siglo XIX e inicios del XX, en nada transforma los
contenidos ni la función que la iglesia realiza sobre los nuevos ciudadanos,
quienes continúan sujetos al cotidiano adoctrinamiento practicado desde el
catolicismo, utilizando los mismos símbolos y signos eclesiásticos que usaran
39 Revista Sociedad, Ciudad y Territorio, número 05 junio 2013
en connivencia con los dominadores, hoy a nombre del poder ejercido por
élites ataviadas con viejos ropajes del prestigio, el estatus de los blasones
hidalgos y las portadas coloniales de viviendas, institucionalizadas por el
concordato entre la Santa Sede y el conservador gobierno de la
Regeneración..
Las sedes de instituciones religiosas como iglesias, capillas y conventos
junto con atrios y plazuelas, y las instituciones gubernamentales en los
edificios de gobierno, cárceles, colegios, escuelas y hospicios sobre plazas y
plazoletas, eran los puntos alrededor de los cuales se acumularon plusvalías
del suelo y generaron mayor valor económico en propiedades bajo su área
de influencia, como una red interconectada de valores diferenciados que se
difunden de modo heterogéneo sobre la cuadrícula en damero, diferente al
modelo ideal homogéneo fundacional originalmente soñado, que dejaban al
margen del valor económico, los rastros y vestigios prehispánicos.7
En Tunja desde su fundación en el siglo XVI y hasta inicios del siglo XX, fue
enorme la influencia que tuvieron el clero y las instituciones religiosas sobre
la morfología urbana y el valor económico del suelo urbano por constituirsen
sus Iglesias, capillas, conventos, atrios y plazuelas en una red de nodos
articulados entre los que existía cohesion material y simbólica estructurada
alrededor del anillo de poder eclesiástico, paralelo al anillo de poder colonial,
y luego al poder civil en instituciones de gobierno regidas por élites letradas
vinculadas a la hacienda, mercaderes y comerciantes con acción alrededor
de casas de gobierno, educacion, salud, abastecimiento y vivienda, que
actuan en comun acuerdo para fines de control y reproduccion del sistema.8
7
Los lugares prehispánicos estaban al margen del orden económico, simbolizan lo bárbaro e inculto,
opuesto al orden occidental, que connotaba valor económico, mostrando el ocultamiento cultural se
sobreponía al ocultamiento económico, aun cuando ambos poseyeran iguales características físicas.
8
Las instituciones religiosas y civiles organizan y dominan el espacio social y físico de la ciudad con
fines de control poblacional y competencia por recursos naturales para satisfacer fines económicos.
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Si bien, la parroquia de Santiago centrada en la plaza mayor era asiento de
vecinos pudientes y donde se llevan a efecto los acontecimientos públicos
mas
destacados
y
espectaculares
representando
un
espacio
con
espectacularidad de primer orden, lo eran también las parroquias del primer
ensanche asiento de vecinos pobres, donde la parroquia de Santa Barbara
brillaba por su espectacularidad de segundo orden en la ermita y plazoleta de
San Laureano al costado sur sobre la entrada desde Bogotá, mientras la
parroquia de Las Nieves, con ermita al costado norte y entrada de Vélez y
Sogamoso, lo era en tercer orden. Las vías axiales se encontraban alineadas
con la plaza mayor y la Iglesia de Santiago, como sendas vías sacras
perpendiculales que perduraron en el tiempo hasta los inicios del siglo XX.
(Porras 2006:152)
La plaza mayor cuatro siglos después fue llamada plaza de Bolívar y
continuaba siendo el sitio con mayor visibilidad y espectacularidad donde el
mercado, las fiestas de toros, y no ya, el juego de cañas cedían su puesto a
paradas militares y desfiles centenarios de independencia sustitutos de
fiestas y desfiles de regocijos reales de antaño, y los que a su vez cedían en
espectacularidad a las procesiones religiosas y romerías que permanecieron
con recorridos fijos relacionando entre sí a las tres parroquias, incluidas las
rogativas y novenarios extraordinarios por calamidades, a los cuales ahora
se sobreponían las funciones del nuevo Estado democrático para trazar otros
nuevos recorridos con los cuales se regiría la vida de los habitantes.
Si bien, el cambio de orden colonial a republicano indujo la creencia del
liberalísmo económico como fuente de progreso entre partidarios liberales y
conservadores que aceptaron las ideas del racionalismo y empirismo
ilustrados, el poder eclesiático vió amenazados sus valores católicos y selló
alianza con conservadores ultramontanos del Estado colombiano mediante el
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concordato con la Santa Sede,9 para preservar el cotidiano adoctrinamiento
que se nutría de los espacios publicos de la ciudad y se articulaba al poder
eclesiástico como eje generador de toda actividad económica, el cual, a su
vez representaba una fuente atávica del pensamiento racial colombiano y la
preocupacion por la “pureza de sangre” traida por los conquistadores
españoles.
Aunque los ricos y los pobres vivian en estrecha proximidad, los ultimos
servían con deferencia a los primeros quienes vivían en el centro de la
ciudad, mientras aquellos vivían en la periferia, determinando un patrón
residencial, en círculos concéntricos caracterizado por la decreciente riqueza
y posicion social, reforzada por la “jerarquía de la virtud” propuesta por la
filosofía moral de la época, como tambien por la raza, porque los blancos y
mestizos balanqueados se ubicaban en el centro, mientras los blancos
pobres, indigenas y mulatos vivían en la periferia, reproduciendo un patrón
colonial americano que remota a la cristianizacion de la península Ibérica y la
casi simultánea llegada de los judíos, como una obsecion del español por el
“linaje” y a la desconfianza de la iglesia por los conversos. (Henderson 2006:
124)
Así, los espacios abiertos espectaculares como plazas, plazuelas, placetas,
calles y balcones, o cerrados como iglesias, ermitas, conventos y calles,
siguen participando de ver o de ser visto, articulandose de modo
complementario y suplementario. Los templos y su respectiva plaza o
plazuela
comunicados
merced
de
su
puerta,
forman
unidades
complementarias que a su vez articula y comunica otras unidades merced de
las calles (reales) formando unidades suplementarias, estableciendo
estructuras conformadas por unidades de reposo o detención y movimiento o
flujo de creyentes fieles (leales vasallos), organizando un sistema de posas y
9
Con la Constitución de 1886 se dio el concordato con la Santa Sede, mediante el cual la educación
en Colombia quedaba bajo el control de la iglesia católica, la cual determinaba los textos escolares y
universitarios que podían estudiarse estableciendo una censura por motivos religiosos o políticos.
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flujo que hacen de Tunja una ciudad procesional, objeto de adorno, cuidado,
limpieza, mantenimiento, mejora y empedrado de calles y puentes, por parte
de la autoridad. (Porras 2006:146)
Los espacios abiertos y cerrados de orden complementario o posas se
articulan por espacios abiertos de flujo o calles reales que estructuran un
sistema procesional. Las transformaciones urbanas ocurridas entre los siglos
XVIII y XIX trajeron consigo la modificación de recorridos en las procesiones
sobre las vías sacras, en especial por desaparecer las plazoletas de acceso
a las iglesias y edificaciones, también, por decretarse la fundacion de
cementerios en las parroquias prohibiendo entierros en templos y atrios
desde 1825, dando pie a que por unos años el cementerio local se
estableciera a espaldas del antiguo convento de las Clarisas, para luego
trasladarlo al norte de la ciudad, a extramuros del barrio de Las Nieves,
(Correa 1948:271) en donde se consolida, permanece e integra a los
recorridos procesionales y de valor.
43 Revista Sociedad, Ciudad y Territorio, número 05 junio 2013
44 Revista Sociedad, Ciudad y Territorio, número 05 junio 2013
Figura 4: Representacion del sistema de posas y flujos que hacen de Tunja
una ciudad procesional. Dibujo de Gala Porras, Los Angeles, 1998. Fuente:
PORRAS 2006:143.
Se sugiere la hipótesis de que el valor del suelo y los usos, se relacionan con
el recorrido procesional.
La clave del conjunto estaba en iglesias y conventos que daban coherencia,
orden y ritmo a las actividades dentro de los edificios y lugares sobre el
espacio. Su dominio lo ejercen los edificios y propiedades acumulados en
espacios públicos y privados, erigiéndose en el principal factor de poder en la
ciudad. El valor ritual de las plazas adquiría un significado simbólico por ser
lugar de ceremonias públicas colectivas, y ante todo las procesiones
religiosas. (Mejía 2000:429-435). La tradicion procesional se mantuvo intacta
a pesar de estas transformaciones, y con ella, las agrupaciones de
actividades comerciales florecen y se consolidan a lo largo de nuevos
recorridos que incorporan innovaciones en el transporte mecánico en la
ciudad y alterarían las formas de relacion social y los valores del suelo sobre
las antiguas calles reales.
.
El
sistema
procesional
urbanístico
se
relaciona
con
espacios
de
espectacularidad arquitectónica, como son las casas altas y bajas que
bordean las vías procesionales y participan con arrogancia o modestia del
espectáculo; sobre todo en los aspectos constructivos y decorativos que
relacionan el espacio interior con el exterior a traves la forma y numero de
vanos en portadas y ventanales del primer piso y de la forma y número de
balcones, volados y corridos sel segundo piso, espacios preeminentes
concebidos
como
ennoblecimiento
de
atalayas
las
privilegiadas
casas,
desde
apetecidas
donde
se
en
calidad
pueden
del
observar
espectáculos como las fiestas del Corpus Christi, la de San Laureano, de la
Transfiguración del Señor y la Natividad, todas con procesiones, danzas y
hasta toros en la plaza. (Porras 2006:149-151)
45 Revista Sociedad, Ciudad y Territorio, número 05 junio 2013
Figura 5: Plaza Mayor Suárez Rendón de Tunja. Oleo sobre madera 1,20 x
0,40 m. ejecutada por el artista Armando Chicangana en 1987, elaborada
con base en el fotomontaje procesado por Gustavo Mateus Cortés, resultante
de la recopilacion que hizo de gravados y fotogramas de los siglos XVIII, XIX
y XX, que muestran los costados sur, sur oriental y sur occidental de la plaza
tunjana, en donde la mayoría de edificios se conservaban tal como fueron
construidos en los siglos XVI, XVII y XVIII. Fuente: PORRAS 2006: 15.
Costado occidente a la derecha, sur al fondo y oriente a la izquierda.
El sistema procesional además se relaciona con simbolos que exhiben los
escudos de armas labrados en las portadas de las viejas mansiones
señoriales y los escudos episcopales o eclesiásticos labrados en las
portadas de la arquidiósesis, seminarios, conventos e iglesias, como con las
inscripciones antiguas al interior de los templos en capillas y sepulcros,
siendo quizás Tunja, la ciudad de América hispána con el mayor número de
ellos, donde el blasón era la piedra fundamental del edificio y mas preciado
símbolo de posicion, patronato y jerarquía al denotar nobleza de privilegio,
entre caballeros, escuderos e hidalgos de menor fortuna, otorgada por real
cédula de la corona, aunque de menor rango a la nobleza de sangre.10
(Rojas 1939: 11)
10
La celebración del IV centenario de fundación de Tunja en 1939, premia a Ulises Rojas por la obra,
Escudos de armas e inscripciones antiguas de la ciudad de Tunja, con 22 escudos de armas, 4 escudos
eclesiásticos y 17 inscripciones, basada en la copia y traducción de blasones históricos ordenados por
la Junta Patriótica del Centenario para el museo inaugurado en 1919. Ver: Ordenanza 20 de abril 25
de 1917, Ordenanzas, expedidas por la Asamblea de Boyacá. Ed. oficial, Tunja, Imprenta del Dep/to.
46 Revista Sociedad, Ciudad y Territorio, número 05 junio 2013
Las casonas edificadas por fundadores y vecinos preeminentes en el siglo
XVI eran de fabrica costosa, con portadas y escudos de armas labrados para
eternizar fama y orgullo del privilegio de nobleza logrado en premio a sus
servicios o la vanidad del linaje caballero, hidalgo y señorial en la posteridad,
son casas tipo castellano en su mayoría de dos pisos, con muros en tapia de
tierra, cantería en esquinas y portadas, distribuidas alrededor del patio
central enclaustrado en dos o tres frentes, arcos con alfices mudéjares en las
galerías bajas y dinteles en las altas, al gusto toledano, escalera en ángulo
del patio y cubierta en teja de barro (Dorta 1942: 32; 1944: 150)
Las casas de Tunja no ofrecen conjuntos arquitectónicos notables en sus
fachadas,
son austeras en su exterior, excepto la portada con vano
rectangular, cubierto por dintel despiezado sobre modillones, espirales
arrolladas con volutas jónicas, detalles estilísticos góticos, platerescos o
herrerianos, puertas de póstigo recortado en arco conopial con clavos de
bronce renacentista, portadas que degeneran en el siglo XVII a lineas
constructivas esenciales que encuadran el vano en pilastras lisas, sostienen
el dintel despiezado y se remata en corniza. (Dorta 1942: 34-38; 1944: 151153)
El
sistema
procesional
urbanístico
relaciona
espacios
cerrados
de
espectacularidad arquitectónica sobre las vías procesionales al tiempo que la
procesion cobra sentido por el ritual que el culto catolico desarrolla en el
interior del templo con la comunidad de fieles, volcandose del interior al
exterior para perpetuar mediante diversos signos su ideología sobre la
materialidad de los lugares, valores, jerarquías, instituciones e intercambios,
sujetos a cotidiano adoctrinamiento y desde los cuales se modelan las
mentes de los colonizados, por la dialéctica entre forma y función del orden
racional planificado que late con pulso regular desde hace siglos y donde el
47 Revista Sociedad, Ciudad y Territorio, número 05 junio 2013
tiempo y espacio ordinario de la ciudad profana se transforma en litúrgico de
la ciudad sagrada.11
Los signos exteriores del edificio relacionan la fachada principal, naves,
cubiertas, cúpulas, torre, campanario y espadaña, con las otras obras
interiores de carpintería como son los retablos, púlpitos, confesionarios,
tabernáculos, ventanas, puertas y artesonados de la techumbre, la
ornamentacion y los muebles en general, mas toda suerte de pinturas,
imágenes, cofres, custodias, copones, conformando el universo simbólico del
Gótico Mudejar renacentista realizado por vecinos y corporaciones,
conservados en el tiempo por la accion social que la iglesia ejerce sobre la
ciudad mediante su ideología: La Tunja de hoy es la misma ciudad
renacentista de ayer.12
El sistema de signos y símbolos exteriores que destacan a lo lejos por
encima de los tejados de las viejas mansiones, visibles en forma de cúpulas,
torres, campanarios, espadañas y frontones, se complementan con otros que
dan cuenta del preciosísmo interior de los mismos, en forma de conjuntos
decorativos que florecieron en el siglo XVII con un fermento artístico de
indudable procedencia quiteña13 y se manifiestan en los revestimientos de la
madera tallada y policromada sobre muros, arcos y bajo cubierta con
aplicaciones doradas sobre fondo rojo, única representacion de barroco en
Tunja, aunque la decoracion se distribuye al modo renascentista o al
plateresco, con motivos vegetales o animales locales, en los que destaca la
11
La ciudad procesional esta integrada con la ciudad de las preeminencias y con la ciudad comercial,
todas ellas inmersas dentro del sistema mundo capitalista formando estructuras de valor económico.
12
Frase acuñada por Enrique Marco Dorta para significar, que la ciudad fundada por Suarez Rendón
ha conservado casi incólume, a inicios del siglo XX la fisonomía urbana de aquellas remotas décadas.
13
La influencia local manifiesta en elementos decorativos como bustos de indios, monos, aves, frutas
tropicales, motivos vegetales y florales, son crisol y síntesis de estilo europeo con aporte americano.
48 Revista Sociedad, Ciudad y Territorio, número 05 junio 2013
Capilla del Rosario, con cubierta a cuatro aguas y artesonado octógonal
mudejar. (Dorta 1944: 40-46)
Desde el siglo XVII, la cultura barroca hispanoamericana animada por un
profundo sentimiento cristiano empezó a darse cuenta del valor de lo
autóctono incorporándo la naturaleza a la concepción mística del mundo a
travéz de la arquitectura; siendo así posible explicar, la decoracion de las
iglesias a traves de los retablos en madera tallada laminados de oro en los
altares, artezonados, columnas y arcos torales con motivos animales y
florales propios del exhuberante trópico; sobre todo, techumbres mudéjares
neogranadinas que cobran profunda personalidad bajo influjos del gótico
tardío que cristalizan en el Isabelino, dejando ver la estrecha relacion que
guardan espacio y volumen en la arquitectura hispanomusulmana.
(Sebastian 1966: 15, 106)
La fauna exótica y los motivos grutescos de los frescos que decoran las
techumbres de salas en segunda planta de las casas que en conjunto hacen
un ingenuo alarde y obsesivo deseo por mostrar versacion humanística
mediante reiteradas referencias a mitos grecolatinos y a sus simbólicas
atribuciones, y tienen un programa religioso de tipo eucarístico perteneciente
al manierísmo-barroco y demuestran incorporacion del medio americano al
arte europeo, que no solo simbolizaba los valores cristianos sino tambien, las
creencias básicas de los naturales. (Sebastian 1966: 81, 84, 96)
Aquella ciudad colonial heredada a inicios del siglo XX, ante todo encarnaba
para las élites en el poder del periodo Regeneracionista, aquellos valores
arquitectónicos y urbanisticos hispánicos con los que se identificaba,
ubicados al mismo nivel que el idioma, la religión y las costumbres, una vez
hubo superado el rechazo español que tuvo manifestación en la adopción de
nuevos estilos como el neoclásico y victoriano, porque continuaba
significando el sueño renacentista de la ciudad universal de Dios o ciudad
49 Revista Sociedad, Ciudad y Territorio, número 05 junio 2013
cristiana, trasladada e implantada en Indias a travéz del catoliscismo que
profesaran colonizadores y monarcas españoles, normada por las leyes de
Indias, y que además de traducir un orden fisico reflejo del poder ideológico
de dominacion colonial, tambien reprepresentaba el poder económico del
sistema capitalista.14
La lógica económica que sigue el valor del suelo urbano, es también
consecuencia directa y reflejo del orden ideológico materializado a través de
la organización física del suelo en cuanto producto de jerarquías políticas,
económicas, sociales y raciales que evidencian un proyecto urbanístico
instaurado desde el momento mismo de la fundación, sitio en donde se
erigirán las sedes de las instituciones civiles y religiosas que toman forma y
significación castellanas utilizando recursos físicos y humanos de la región,
expresados en proyectos arquitectónicos reflejo de aquel mismo orden
ideológico que representan valores culturales hispánicos interiorizados del
periodo colonial, apropiados por las nuevas élites en el poder del periodo
republicano.15
DISTRIBUCION DEL VALOR POR CUADRAS A INICIOS DEL SIGLO XX
14
Al fracasar el programa político, social y económico del liberalismo radical, la reestructuración del
Estado la formula Rafael Núñez como “regeneración administrativa o catástrofe administrativa” que
renovaría y reforzaría los vínculos entre la Iglesia y el Estado, a cambio de políticas del laissez faire;
al tiempo que, implantaría un orden urbano normado por los códigos de policía asimilados desde la
Francia Napoleónica, que en cuanto a construcción se refiere, dan continuidad al valor arquitectónico
hispánico, sobrepuesto a las plantillas arquitectónicas y urbanísticas neoclásicas y victorianas.
15
Remite a la noción de hábitus desarrollada por Pierre Bourdieu, en cuanto que la lógica económica
que observan los actores sobre el suelo urbano de la ciudad es consecuencia de sus prácticas sociales.
50 Revista Sociedad, Ciudad y Territorio, número 05 junio 2013
Figura 6: Distribución del valor del suelo sobre plano de 1907. (Elaboración
propia). Fuente: Plano acotado de la ciudad de Tunja, levantado por Jacinto
Caycedo R. 1907 Censo nacional de Población 1912. AHNC, siendo
Gobernador el Sr. Dr. Dn Narciso García Medina.
BIBLIOGRAFIA
FIGURAS
Figura 1: Distribución geo económica del valor del suelo sobre núcleo
colonial de veinticinco cuadras a partir de la plaza central, que conserva igual
51 Revista Sociedad, Ciudad y Territorio, número 05 junio 2013
disposición a inicios del siglo XX, aun cuando las preeminencias sociales que
le dieron razón de ser ya hubieran desaparecido. (Elaboración propia)
Figura 2: Distribución geo económica del valor del suelo sobre solares
homogéneos que ocupan la cuarta parte de cada cuadra de la retícula
colonial a partir de la plaza mayor. (Elaboración propia)
Figura 3: Plano de Tunja. Levantado por Alexandro Vélez en 1816. (Servicio
geográfico del ejército. Col.110) En: La ciudad Hispanoamericana. El sueño
de un orden. CEHOPU, CEDEX Centro de publicaciones del ministerio de
fomento, España 1997, Pág. 114.
Figura 4: Representación del sistema de posas y flujos que hacen de Tunja
una ciudad procesional. Dibujo de Gala Porras, Los Ángeles, 1998. PORRAS
2006:143.
Figura 5: Plaza Mayor Suárez Rendón de Tunja. Oleo sobre madera 1,20 x
0,40 m. ejecutada por el artista Armando Chicangana en 1987, elaborada
con base en el fotomontaje procesado por Gustavo Mateus Cortés, resultante
de la recopilación que hizo de gravados y fotogramas de los siglos XVIII, XIX
y XX, que muestran los costados sur, sur oriental y sur occidental de la plaza
tunjana, en donde la mayoría de edificios se conservaban tal como fueron
construidos en los siglos XVI, XVII y XVIII. En: PORRAS 2006: 15.
Figura 6: Distribución del valor del suelo sobre plano de 1907. (Elaboración
propia). Fuente: Plano acotado de la ciudad de Tunja, levantado por Jacinto
Caycedo R. 1907 Censo nacional de Población 1912. AHNC, siendo
Gobernador el Sr. Dr. Dn Narciso García Medina.
FUENTES PRIMARIAS
Leyes y Decretos de Colombia (LDC) Congreso de la República
52 Revista Sociedad, Ciudad y Territorio, número 05 junio 2013
Archivo Histórico Nacional de Colombia (AHNC) Mapa de Tunja, 1907.
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Historia de Tunja. CORREA, Ramón C (compilador) Tomo III, Tunja, 1948,
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de
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su desarrollo teórico y práctico. Santa fe de Bogotá. 1994. Centro Ed.
Javeriano CEJA, 242 Págs.
54 
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