AP Spanish Language Continuidad de los Parques

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Nombre: _________________________________ período: _____
Continuidad de los parques
por Julio Cortázar
RESUMEN: Después de cuidar sus asuntos, un hombre de negocios coge una novela que hacía unos días empezaba a leer. Se sienta en una
silla verde mirando hacia la ventana del salón. Le gusta entregarse a la historia del libro que lee, y disfruta al mismo tiempo de su cigarrillo,
de su sillón, y de la vista al parque desde la ventana. En su novela (que a pasar cada línea del cuento parece que él se hace parte del cuento,
parte de la realidad del libro), un hombre y una mujer se encuentran en una cabaña; son amantes y ella le besa al hombre. Pero la atención
de los dos no se enfoca en el amor, sino en el asesino. El hombre va a matar al marido de la mujer…. Los dos salen de la cabaña. La mujer
va al norte, y el hombre va a la casa de la mujer. Siguiendo las instrucciones de su amante, el hombre entra en la casa, puñal en la mano, y
encuentra al hombre, sentado en un sillón verde con su espalda hacia la puerta, mirando hacia el parque y leyendo un libro…
Vocabulario a aprender…
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1. negocios
acciones, profesiones, asuntos, oficios
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2. regresar
volver, retornar
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3. la finca
hacienda, propiedad
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4. la trama
progresión de la acción de una obra, el argumento, el tema
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5. apoderar
delegar, asignar
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6. el mayordomo
el administrador
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7. aparcerías
acuerdos, contratos
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8. los robles
arboles grandes y fuertes, oak trees
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9. arrellanarse
acomodarse, sentarse
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10. acariciar
mimar, to caress, to pamper
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11. el terciopelo
velvet
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12. retener
detener, to retain
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13. novelesca
interesante, maravilloso, fabulosa
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14. gozar
complacerse, no caber de contento, sentir placer
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15. desgajar
separar, dividir, apartar, desviar
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16. rodear
cercar, envolver, encerrar
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17. del alto respaldo
the back of (the chair)
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18. al alcance
within reach
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19. de los ventanales
ventanas grandes
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20. la sórdida
mezquina, tacaña, avarienta, nasty, dirty, mean
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21. disyuntiva
alternativa, dilema, dificultad
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22. concertar
acordar, convenir, to agree, reconcile, harmonize
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23. testigo
declarante, informador, witness
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24. recelosa
incrédula, temerosa, distrustful, suspicious
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25. el chicotazo
swat or lash of a branch
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26. restallar
parar, stopping
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27. rechazar
resistir, refutar, rebatir, reject
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28. las caricias
caresses, strokes, pats
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29. furtivos
ocultos, secretos
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30. el puñal
estilete, cuchillo, daga, navaja, machete
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31. entibiarse
to cool itself, moderarse
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32. latir
palpitar, pulsar
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33. agazapada
prendida, agarrada, prendida, catch, grab
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34. anhelante
deseoso, aspirante,
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35. enredar
confundir, complicar, mezclar
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36. disuadirlo
dissuade, discourage, deter
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37. coartar
limitar, restringir, to limit, to restrict
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38. azares
eventualidades, casualidades
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39. una mejilla
cheek
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40. atados
ligados, enlazados
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41. parapetándose
fortificándose, perpetuándose
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42. los setos
fence, hedge
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43. la bruma
niebla, neblina, nube
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44. malva del crepúsculo oscurecer, the mauve color of dusk
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45. la alameda
vereda, sendero
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46. los tres peldaños
escalones, gradas
Continuidad de los parques
AP Spanish Language
Julio Cortázar
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Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a
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abrirla cuando regresaba en tren a la finca ; se dejaba interesar lentamente por la trama , por el dibujo de
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los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una
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cuestión de aparcerías , volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los
5 robles*. Arrellanado* en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una
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irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo
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verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes
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de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse
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desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba , y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente
10 en el terciopelo del alto respaldo*, que los cigarrillos seguían al alcance* de la mano, que más allá de los
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ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida
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disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y
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movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer,
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recelosa ; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente
15 restallaba* ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba* las caricias*, no había venido para repetir las
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ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos . El puñal
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se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada . Un diálogo anhelante corría por las
páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas
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caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo , dibujaban
20 abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado:
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coartadas , azares , posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente
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atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla .
Empezaba a anochecer.
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Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la
25 cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante
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para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos , hasta
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distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían
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ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del
porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una
30 sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera
habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los
ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una
novela.