Capítulo I ¿Por qué los Derechos Humanos deben estar en

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Capítulo I
¿Por qué los Derechos Humanos deben estar en la Constitución?
De acuerdo al preámbulo de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el respeto de
los derechos humanos es la base para la “libertad, la justicia y la paz”, razón por la cual
resulta fundamental que sean protegidos por “un régimen de derecho” de manera que “el
hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la
opresión”. Es decir, una cultura de derechos humanos constituye una alternativa a la
rebelión y la guerra entre naciones y grupos.
Al mismo tiempo, la Declaración, en su artículo 28, establece que “toda persona tiene
derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y
libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos”. En ese
marco, cobra relevancia la forma en que las sociedades se organizan y gobiernan,
requiriendo modelos que pongan en el centro de sus preocupaciones la dignidad humana
y la construcción colectiva de los acuerdos bajo los que se regirá la convivencia social.
En consecuencia, el marco internacional de derechos humanos establece dos criterios
mínimos para organizar la sociedad. En primer lugar, la adhesión a la Declaración exige a
las sociedades organizarse de manera democrática, en contraste con “la tiranía y la
opresión”. Ello quiere decir, que las decisiones sobre cómo se ejercerá el poder, y también
sobre las libertades y condiciones de vida mínimas que se garantizarán a las personas y
grupos, se tomarán a través de acuerdos sociales que representen a la mayoría de la
población, donde todos y todas participen efectivamente con libertad e igualdad de
palabra.
En segundo lugar, exige que los Estados Miembros se comprometan a asegurar “el respeto
universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales”, a través de garantías
jurídicas. En este sentido, el ejercicio del poder estatal debe respetar esos derechos, aun
cuando el acuerdo social definido por la mayoría indique lo contrario, por lo que el Estado
(y todos sus órganos y agentes) se ve limitado a actuar dentro de esos márgenes siempre y
en todo lugar. Los derechos humanos son, entonces, un límite al poder y respecto de los
cuales los Estados tienen la obligación de respetar y garantizar.
La discusión del proceso constituyente, entonces, tiene un fuerte vínculo con los temas de
las garantías y ejercicio de derechos humanos. No sólo porque implica el ejercicio de
derechos políticos (derecho a votar, a participar en asuntos públicos, o al ejercicio de
libertades como las de pensamiento, expresión y asociación), sino también porque los
contenidos de la discusión se refieren a la manera en que el Estado se organizará para
reconocer, proteger y realizar el conjunto de derechos y libertades que aseguran la
dignidad humana, de todas las personas, en el territorio nacional, tales como la integridad
física y psíquica, salud, educación, trabajo, vivienda, entre otros. Así también, dicha
discusión es el espacio en que se reconocen las obligaciones y límites del actuar del Estado
y de las personas, de manera de conformar una comunidad política con respeto de
derechos y cumplimiento de sus deberes. Todos estos elementos tienen y tendrán un
fuerte impacto en la cotidianeidad de la población que habita en el país y en el desarrollo
de políticas públicas.
Por tanto, no es posible iniciar una conversación sobre la organización política que la
sociedad chilena se dará, si no compartimos previamente una comprensión de qué son los
derechos humanos y su relevancia en este proceso.
¿Qué son los derechos humanos?
Las expresiones derechos humanos y derechos fundamentales indistintamente se refieren
a “las facultades que tienen las personas, por una parte, para vivir libres de la intervención
arbitraria del Estado, y por otra, para solicitar al Estado que realice determinadas acciones
destinadas a permitirles desenvolverse en sus vidas”1.
De esta manera, los derechos humanos son poderes que ejercen las personas y los
pueblos para limitar el actuar del Estado, dado que le impiden restringir los derechos de
las personas, y, a la vez, le da a las personas facultades para exigir que el Estado también
realice acciones para que puedan gozar de los mismos. Ello implica que los Estados deben
tomar medidas para proveer de servicios y condiciones que permitan que las personas
ejerzan sus derechos de manera igualitaria. Así, cuando se habla de derechos humanos,
siempre es posible identificar por una parte, al sujeto de derechos o titular del derecho,
que es quien tiene el poder de exigir las libertades o acciones positivas (un individuo o un
colectivo); y por otro lado, al sujeto de obligación o la parte obligada, que es quien debe
satisfacer la exigencia del sujeto de derecho, respetando su ámbito de libertad o
realizando una acción positiva.
El fundamento de los derechos humanos es la dignidad que se reconoce a las personas y a
los pueblos, es decir, la condición de ser humano es una cualidad merecedora de algunos
mínimos respecto a las condiciones de vida y a las libertades que se reconocen a todo
individuo de la especie humana.
De esta manera, se afirma que los derechos humanos son Universales, Inalienables e
Interdependientes. Son universales, dado que pertenecen a todas las personas en virtud
1
INDH, Informe Anual sobre la Situación de los Derechos Humanos en Chile, 2010, p. 23.
de la dignidad intrínseca del ser humano, sin importar su raza, sexo, nacionalidad, religión,
o cualquier otra condición, dado que todos y todas tienen los mismos derechos humanos.
Son inalienables, es decir, nadie puede renunciar a sus derechos, venderlos o regalarlos,
pues acompañan a la persona durante toda su vida y en todo momento, lugar y
circunstancia. Por otro lado, son interdependientes, dado que la dignidad humana no
puede verse satisfecha sin el pleno cumplimiento de todos los derechos. Así, la afectación
de uno aqueja la satisfacción de los demás y para el cumplimiento pleno de uno de los
derechos se necesita del cumplimiento de otros derechos.
¿Cuáles son los derechos humanos?
Los Estados se han puesto de acuerdo, a partir del término de la II Guerra Mundial, en un
catálogo de derechos que reflejan las libertades que se le respetarán a toda persona, así
como las condiciones mínimas de vida que los Estados deben asegurar a toda persona
sometida a su jurisdicción. Este catálogo se encuentra en la Declaración Universal de
Derechos Humanos, el primer instrumento internacional que contiene el listado de
derechos humanos, y en otros instrumentos internacionales acordados a nivel regional y
universal2, a los que los Estados adhieren y se comprometen a proteger y promover.
Asimismo, cada Estado tiene una ley fundamental, generalmente llamada Constitución
Política, que reconoce a nivel nacional los derechos que aparecen mencionados en los
instrumentos internacionales de derechos humanos con los que el Estado se han
comprometido3. Los Estados pueden reconocer otros derechos o definir nuevas medidas
para dar especial protección a determinados grupos, ampliando las obligaciones mínimas
de los tratados internacionales. Lo anterior se debe aplicar apelando al principio propersona, es decir, que siempre deben utilizarse las normas que favorezcan más el ejercicio
de derechos, la dignidad y libertad de las personas, desechando la opción que los restrinja.
¿A qué obligan los derechos humanos?
Los Estados que firman y ratifican los instrumentos internacionales de derechos humanos,
se comprometen a cumplir con ciertas obligaciones a favor de las personas que habitan en
sus territorios. Por un lado, se comprometen a respetar los derechos de las personas, es
decir, a no conculcarlos o impedir su ejercicio. Por otro lado, deben proteger a las
personas frente a vulneraciones que puedan recibir por parte de otras personas,
2
A nivel regional (interamericano): La Declaración y la Convención Americana de Derechos Humanos, así
como diversas Convenciones interamericanas sobre temas y grupos específicos.
A nivel universal: el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, así como diversas Convenciones sobre temas y grupos específicos.
3
PIDCP art.5.2; PIDESC, art.5.2; CADH, art. 29 c).
previniéndolas, o bien investigando, sancionando y reparando el daño. Asimismo, los
Estados deben realizar acciones y tomar medidas para asegurar las condiciones necesarias
para el goce de los derechos. Por último, deben promover los derechos entre la
ciudadanía, de manera que todos y todas puedan conocerlos y saber cómo ejercerlos,
generando así una cultura ciudadana empoderada de sus derechos y respetuosa de los
derechos de las demás personas.
A modo de ejemplo, en relación con el derecho a voto4, el Estado debe:
(1) abstenerse de impedir a las personas ejercer su derecho cuando hayan cumplido con
los requisitos mínimos para ello, sin que dichos requisitos constituyan en sí mismos un
impedimento irracional para ejercer el derecho a votar. En este sentido, el voto debe ser
universal.
(2) evitar que alguien impida que otros/as ejerzan su derecho, a través de medidas de
seguridad y de transparencia en el proceso, asegurando que todos los votos valgan lo
mismo (sea igualitario), y que se ejerzan de manera secreta, para evitar presiones, y que
cada persona lo ejerza de manera personal, de manera de garantizar la libre expresión de
la voluntad, en torno al tema consultado o la elección de representantes.
(3) implementar un sistema electoral con locales de votación adecuados y suficientes en el
territorio.
(4) promover el ejercicio del derecho a voto, informando a la ciudadanía la importancia de
participar a través de este mecanismo, cómo y dónde hacerlo, así como las garantías que
deben exigir a la hora de ejercer su derecho.
Otro ejemplo demuestra cómo se expresarían estas obligaciones en relación con los
derechos sociales, específicamente, el derecho a la salud:
(1) No denegar el acceso a los establecimientos de salud a las personas que requieren
atención.
(2) Fiscalizar a los establecimientos de salud privados para asegurar que no se vulneren los
derechos de las personas.
(3) Construir hospitales y formar profesionales en cantidad suficiente.
(4) Informar a las personas sobre sus derechos en materia de salud y cómo exigirlo.
4
Pacto de derechos civiles y políticos, artículo 25; Comité de Derechos Humanos, Observación general N°25;
Carta Americana de Derechos Humanos, art. 23.
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