Francisco Bilbao - Revista La Cañada

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DOCUMENTO
FRANK MACDONALD SPINDLER
Francisco Bilbao, el discípulo chileno de Lamennais
(Traducción Rodrigo Naranjo)
Noticia
El libro de William Crawford (A Century of LatinAmerican Thought, Harvard, 1944) suscitó un primer
artículo de Oscar Kubitz sobre la muy probable relación
de la Ley de la historia de Bilbao (Buenos Aires, 1858)
con Espíritu y condiciones de la historia en América de
Sarmiento (Buenos Aires, 1858) y sobre la influencia
de Lamennais en el texto de Bilbao (“Francisco Bilbao’s
Ley de Historia in Relation to the Doctrines of Sarmiento
and Lamennais”, Philosophy and Phenomenological
Research, vol. 20, núm. 4, jun. 1960, pp. 487-502). A
continuación, Salomon Lipp publicó un ensayo sobre
tres pensadores chilenos, Bilbao entre ellos. Después,
Frank Spindler, interesado en investigar la influencia
de Lamennais sobre los pensadores latinoamericanos
del siglo XIX, publicó dos artículos al respecto: uno dedicado a Juan Montalvo (“Lamennais and Montalvo:
An European Influence upon Latin American Political
Thought”, Journal of the History of Ideas, vol. 37,
núm. 1, en.-mar. 1976, pp. 137-146); y otro dedicado a
Francisco Bilbao (“Francisco Bilbao, Chilean Disciple
of Lamennais”, Journal of the History of Ideas, vol. 41,
núm. 3, jul.-sept. 1980, pp. 487-496), especialmente
abocado a un análisis del ensayo de Bilbao Lamennais
como representante del dualismo de la civilización moderna (París, 1856). Este último es el que se publica
aquí en traducción de Rodrigo Naranjo. Desde otros
intereses y en otro contexto, la cuestión ha sido continuada y ampliada por Louis Miard: Francisco Bilbao. Un
Discípulo de Lamennais, Quinet y Michelet en América
del Sur (Cahiers Mennaisiens, 1982).
ALVARO GARCÍA
LA CAÑADA Nº3 (2012): 359-368
FRANCISCO BILBAO, EL DISCÍPULO CHILENO DE LAMENNAIS · FRANK MACDONALD SPINDLER
*
El original inglés “Francisco Bilbao,
Chilean Disciple of Lamennais”, ha sido
tomado de: Journal of the History of Ideas,
1980, vol. 41, N°3, julio-septiembre,
1980, pp. 487-496. Esta traducción forma parte del Proyecto de Investigación
Fondecyt N° 1111041: “Francisco Bilbao
y el proyecto latinoamericano”.
1
The Oxford Universal Dictionary (London,
1995), 519. [En el diccionario de la RAE:
“Persona que sigue la opinión de una escuela, aun cuando viva en tiempos muy
posteriores a los maestros que la establecieron”. (N. de T.)]
FRANK MACDONALD SPINDLER
Francisco Bilbao, el discípulo chileno de Lamennais*
[1980]
2
Sobre Bilbao, Alberto J. Varona, Francisco
Bilbao, Revolucionario de América. Vida y
pensamiento. Estudio de sus ensayos y
trabajos periodísticos (Panamá, 1973),
el más reciente y completo estudio, de
aquí en adelande citado como “Varona”;
y Armando Donoso, El pensamiento
vivo de Francisco Bilbao. La vida y obra
de Bilbao, por Armando Donoso (Sexta
edición; Santiago, Chile, 1940), de aquí
en adelante citado como “Donoso”. Sobre
Lamennais, Alec R. Vidler, Prophesy
and Papacy, A Study of Lamennais, The
Church, and The Revolution (New York
1954), en adelante citado como “Vidler”;
y Francisco Duine, La Mennais: sa vie,
ses idées, ses ouvrages (Paris, 1922), en
adelante citado como “Duine”.
3
Francisco Bilbao, Obras completas de
Francisco Bilbao, edición hecha por
Manuel Bilbao (2 vols., Buenos Aires,
1866), I, 81-136, en adelante citado como
“OC”. Esta edición contiene un Prefacio
de Manuel Bilbao, “Vida de Francisco
Bilbao”, I, xi-ccv. El ensayo de Bilbao fue
primero impreso en París en 1856.
I.
Introducción: un discípulo y su maestro
Un discípulo es “quien sigue a otro con el propósito de aprender de él”.1 Esta definición se satisface completamente en la relación entre Francisco Sales Bilbao y Barquín (9 de enero 1823 - 19
de febrero de 1865), el pensador político y escritor chileno, y Hughe Félicité Robert Lamennais
(19 de junio 1782 - 27 de febrero 1854), el socialdemócrata y mesiánico revolucionario francés.2
Lecturas, traducciones, familiarización personal y colaboraciones periodísticas reforzaron esta relación, pero el testimonio más fuerte del discipulado se encuentra en el ensayo de 55 páginas de
Bilbao titulado Lamennais como representante del dualismo de la civilización moderna”, aunque
también numerosas referencias y citas al maestro pueden ser encontradas en otras obras del chileno.3 Los estudiosos generalmente admiten la influencia de Lamennais sobre Bilbao, pero no la
han estudiado de cerca.4 Solamente O. A. Kubitz, Alberto J. Varona, y Salomon Lipp han dado una
evidencia más detallada sobre este punto.5 Kubitz vincula el pensamiento secular de Lamennais,
representado en su Esbozo de filosofía, a la orientación de Bilbao en La ley de la Historia.6 Varona
y Lipp sintetizan de distinta manera la influencia del autor francés, destacando particularmente
el homenaje que Bilbao ofrece a la memoria del maestro.7 Lipp destaca contemporáneamente el
interés por revivir la obra y la vida de Bilbao, generando ahora una reevaluación del lugar que
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4
E.g., W. Rex Crawford, A Century of
Latin American Thought (edición revisada; Cambridge, Mass., 1961) 73; Harold
E. Davis, Latin American Thought. An
Historical Introduction (Baton Rouge,
La., 1972) 83-84; Miguel Jorrín y John D.
Martz, Latin American Political Thought
and Ideology (Chapel Hill, N.C., 1970)
190-01; Abelardo Villegas, Antología del
pensamiento social y político de América
Latina (Washington, D.C., 1964) 420;
Elias Ugarte Figueroa, Francisco Bilbao,
agitador y blasfemo (Santiago, Chile,
1965) 9, 19, 56-58, 93-97, 148, 153, 184,
217-225, 242, y 396.
5
Varona, ver nota 4; O. A. Kubitz,
“Francisco Bilbao`s Ley de Historia in
relation to the Doctrines of Sarmiento
and Lamennais,” Philosophy
and
Phenomenological Research, 20 (June,
1960), 487-502; Salomon Lipp, Three
Chilean Thinkers (Waterloo, Canada,
1975), 12-52.
6
Kubitz, Op. cit.; OC, I, 137-68; Hughes
Fèlicité Robert de Lamennais, Esquisse
d`une philosophie (4 vols.; Paris, 18401846).
7
Varona, 217-25 Lipp, Op. cit., 29-30.
8
Lipp, op. cit. 52.
9
OC, I, 123; Lamennais, Le Livre du peuple (Paris 1837), rápidamente traducido
al castellano como El libro del pueblo. Las
versiones en español fueron publicadas
durante 1838 en Paris, Marsella, Madrid
y Ciudad de México. Para la traducción
inglesa, ver la traducción de Nathaniel
Green, The Peoples`s Own Book (Boston,
1839).
FRANCISCO BILBAO, EL DISCÍPULO CHILENO DE LAMENNAIS · FRANK MACDONALD SPINDLER
ocupa en la historia intelectual chilena, y nos anima a reexaminar las influencias europeas de su
pensamiento.8 Mi objetivo aquí es examinar las más importantes de estas influencias, trazando el
curso del discipulado de Bilbao con Lamennais, especialmente y, como se ve, en el ensayo conmemorativo del chileno.
II.
Discipulado literario
El discipulado de Bilbao comenzó en 1839 durante sus primeros años como estudiante del Instituto
Nacional en Santiago de Chile, se basó en sus lecturas y traducciones de algunas de las obras de
Lamennais. Dos refugiados políticos, Pascual Cuevas y Vicente Fidel López, lo introdujeron a los
escritos del francés. Cuevas, un reformador social peruano, le prestó a Bilbao una copia del Libro
del pueblo9, diciendo: “He aquí Francisco, lo que te conviene”.10 Años más tarde, el propio Bilbao
declaró cómo ese libro impactó en su pensamiento:
[…] Y desde entonces la luz primitiva que fecundó la Araucana de Ercilla, recibió en mi infancia la confirmación o la revelación científica del Republicanismo eterno, que recibí en mi patria independiente y con
la palabra de mi padre [Lamennais].11
López, el profesor favorito de Bilbao en el Instituto y un exiliado argentino, estaba bien familiarizado con las obras de Lamennais, particularmente con las apasionadas Palabras de un creyente.12 Con toda seguridad, durante los años de 1840–1844, López introdujo a Bilbao a esa obra,
dado que el profesor frecuentemente citaba a Lamennais a sus estudiantes.
Los escritos de Bilbao evidencian un conocimiento considerable del corpus de las obras seculares lamennesianas, el que obtuvo a partir de las lecturas y relecturas de ellas durante su vida.13
Bilbao era todavía un estudiante cuando Lamennais publicó su ensayo sobre la Esclavitud moderna.14 Tres de las obras de Lamennais pertenecientes a sus largos años de confinamiento en la prisión de Sainte-Pélagie (1841-42) —Du passê et de làvenir du peuple15, Discusions critiques et pensèes diverses sur la religion et la philosophie16 y Une Voix de prison17— y los tres primeros volúmenes
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10
OC, I, 123; Varona, 55-57.
de su Esbozo de filosofía18, llamaron la atención del chileno. Bilbao también conocía algunos de los
11
Ibid.
escritos de Lamennais publicados antes de su ruptura con la Iglesia: el famoso apologético Ensayo
12
José Ingenieros, La evolución de las ideas
argentinas (4 vols.; Buenos Aires, 1946)
IV, 378-384; Donoso, 12; y Varona, 53-55.
Hughes Fèlicité Robert de Lamennais,
Paroles d`une croyant (Paris, 1834), publicado en castellano como Palabras de
un creyente, de la que existen numerosas
ediciones: Marseille, 1834, 1835; Paris,
1835; Ciudad de México, 1835; Madrid,
1836; Sevilla, 1838; y Barcelona, 1868.
En la región del Plata la versión más popular fue El dogma de los hombres libres.
Palabras de un creyente. Por M. F. La
Mennais. Traducidas de la última edición
por D. Mariano José de Larra (Madrid,
836). Ver Celina Ester C. de Carilla,
“Lamennais y el río de La Plata”, Revista
de Historia de las Ideas (Tucumán,
Argentina: Universidad Nacional de
Tucumán, 1950), No. 1, 67-68.
13
Donoso, 15 y 30.
sobre la indiferencia religiosa19; la traducción anotada al francés de Thomas Kempis The Imitation of
Christ20, y probablemente Asuntos de Roma.21 Las citas de Bilbao a esta última obra, sin embargo,
podrían provenir también de su repetición en la “Introducción” de Lamennais a su traducción de la
Divina Comedia de Dante, una publicación póstuma a la que Bilbao dedica una sección en su ensayo.22 Finalmente, el chileno estudió de su profesor la traducción francesa de los Evangelios, con sus
comentarios adjuntos a cada capítulo.23
Los escritos ultramontanos de Lamennais de los años 1809-1830 fueron ignorados por el
discípulo, excepto el Ensayo sobre la indiferencia.24 Estas obras, generadas en las condiciones de
la iglesia francesa bajo Napoleón I y la restauración de los borbones, reflejaban puntos de vista
que Lamennais ya no compartía hacia la fecha en que Bilbao lo conoció. Tampoco Bilbao parece
estar familiarizado con el programa político de los Católicos Liberales franceses como tal, que
Lamennais y sus socios pusieron en marcha durante los años de 1830-1831, en el periódico parisino L`Avenir. Sin embargo, Bilbao conocía la orientación del periódico Dios y libertad, y él mismo
abogaba por la versión secularizada de las metas de los liberales católicos, tal como éstas aparecían
en los últimos escritos de Lamennais: libertad de prensa, libertad de asociación, libertad de educación, sufragio universal, separación de la Iglesia y el Estado, tolerancia religiosa y oposición al
Lamennais, De l`esclavage moderne
(Paris, 1840); véase la nota 26 más abajo.
gobierno centralizado.25
Lamennais, Du passê et de làvenir du
peuple (Paris, 1941; ver nota 26 más
abajo.)
de las obras del maestro. El 10 de junio de 1843, el chileno publica su traducción en español de
14
15
16
Lamennais, Discusions critiques et pensèes diverses sur la religion et la philosophie (Paris, 1841)
17
Lamennais, Une Voix de prison (Paris,
1843); OC, I, 123, nota citada del capítulo
I, “Le Seigneur et le Prophète”, y 127, citando el capítulo XXI, “Le son des morts”.
18
Ver la nota 6, arriba.
El discipulado literario de Bilbao con Lamennais avanzó a través de sus propias traducciones
la Esclavitud moderna, y el Pasado y porvenir del pueblo.26 A cada una agrega un Prefacio de seis
páginas; sin embargo, de acuerdo a Palau, a la segunda edición de la Esclavitud moderna le falta
el Prefacio. Esa traducción, aunque injustamente criticada por Barros Arana, se compara favorablemente con la adscrita a Giuseppe Mazzini.27 La “traducción y reimpresión” de la primera obra
enfatiza este hecho. ¡Las 27 páginas en octavo no pueden reproducir las 184 páginas del original!
Tal vez Bilbao se enforzó en traducir solo el primer y el último capítulo para que pudieran encajar
en el tamaño de su edición, para avanzar en el “objeto de esta escritura” y “el cambio y efecto que
debería traer a las condiciones actuales del pueblo”.28
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19
Lamennais, Essai sur l`indifférence en
matière de religion (4 vols; Paris, 18171823); OC, I, 101-10.
20
Lamennais, Trad., L`Imitation de JêsusChrist. Traduction nouvelle avez des
Rèflexions à la fin de chaque chapitre
par M. L`Abbê F. de Lamennais. (Paris,
1824); Donoso, 184.
21
Lamennais, Affaires de Rome (Paris,
1836-37); OC, I, 117.
22
OC, I, 117; II, 228-229. Lamennais,
Oeuvres posthumes de F. Lamennais,
publiées selon le voeu de l`auteur par D.E.
Forgues; La Divine Comédie de Dante
Aliguieri, Précédée d`une Introduction
sur le vie, les doctrines et les oeurvres de
Dante (Paris, 1856), xli-xlii.
23
Lamennais, trad., Les
Évangiles.
Traduction nouvelle avec des Notes et
de Rèflexions à la fin de chaque chapitre
par F. Lamennais (Paris, 1846); Donoso,
184; Varona, 97, nota 18, sostiene que
el mennasiano peruano, José Casimiro
Ulloa, hizo posible la publicación de
Traducción nueva de los Evangelios con
notas y reflexiones al fin de cada capítulo,
publicados en francés el año 1846 por F.
Lamennais y traducidos al español por
Francisco Bilbao (Lima, 1856).
24
Estos escritos ultramontanos incluyen
Tradition de l`Eglise sur L`intitution de
èvêques (3 vols.; Paris, 1818); De la religion considérée dans ses rapports avec
l`ordre politique et civil (Paris, 1825 –
26); Des Progrès de la révolution et de
la guerre contre l`Eglise (Paris, 1829); y
contribuciones al periódico mensual, Le
Mémorial catholique (1824-30).
FRANCISCO BILBAO, EL DISCÍPULO CHILENO DE LAMENNAIS · FRANK MACDONALD SPINDLER
Durante 1846-1847, mientras estaba en Francia, Bilbao tradujo los Evangelios con los comentarios de Lamennais a cada capítulo y también sus Reflexiones sobre la imitación de la vida
de Cristo, que son las meditaciones del francés sobre las materias tratadas por Thomas Kempis.
La traducción bíblica es publicada en Lima casi diez después, pero la fecha de publicación de esta
última obra se desconoce, excepto por lo que señala el propio Bilbao.29
Aunque no sea una traducción completa en sí misma, el largo resumen de Bilbao en español
de la “Introducción” de Lammenais a la Divina Comedia de Dante incluye numerosas referencias
de los capítulos I y V, y no sólo aparece en el Tercer Capítulo del ensayo de Bilbao sobre Lamennais,
sino que también reaparece en parte en el ensayo América en peligro.30
Sin embargo, otra evidencia del discipulado literario de Bilbao puede verse en los efectos
que tiene sobre su estilo literario. Armando Donoso destaca que las lecturas de la Biblia y de la obra
de Lamennais le enseñan a escribir en frases cortas, aforísticas y lapidarias, similar en estilo a los
versos bíblicos.31 Muchas de las obras del chileno demuestran esta tendencia, pero ciertamente
reforzada por su asociación personal con el maestro francés. Los Boletines del espíritu, compuesto
largamente durante su viaje de retorno a Chile en 1849, ilustra esta tendencia estilística. La obra
de Bilbao, como las Palabras de un creyente de su precursor francés, fueron condenadas por la
autoridad eclesiástica. El arzobispo de Santiago no solo censuró las enseñanzas de Bilbao, prohibiendo a los feligreses leer este “folletín” sino que también excomulgó a su autor.32
III. Discipulado personal
Bilbao, como muchos otros mennacianos latinoamericanos, disfrutó de una prolongada relación
personal con Lamennais. Iniciada en una entrevista en París el 8 de mayo de 1845, su familiarización se reforzó por múltiples visitas y colaboraciones literarias hasta que Bilbao volvió a Chile
en 1849, y después se mantuvo por correspondencia hasta la muerte de Lamennais en 1854.33
Su amistad rápidamente progresó desde la fascinación juvenil de Bilbao ante “Él! El Autor de las
Palabras de un creyente” hasta la devoción de amor filial al mentor sincero.34 Lamennais, “el sacerdote a pesar de sí mismo”, siempre atrajo discípulos jóvenes, dirijiendo gentilmente y no dictando
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25
OC, I, 85 y 268. Para un argumento clásico de estas libertades, ver OC, I, 251253, El gobierno de la libertad.
26
Lamennais, La esclavitud moderna, por
F. Lamennais; traducida y reimpresa en
Santiago de Chile (por Francisco Bilbao)
(Santiago, Chile, junio 10, 1843), y Sobre
el pasado y porvenir del pueblo; traducida y reimpresa (por Francisco Bilbao)
(Santiago, Chile, junio 18, 1843). Ver
Antonio Palau y Dulcet, Manual del librero hispanoamericano 13 vols.; 2ª ed.,
corr. & aug; Barcelona 1954, VII, 352.
27
Varona, 57, nota 43; cf. José [Giuseppe]
Mazzini, Deberes del hombre. La esclavitud moderna, por Lamennais (Buenos
Aires, 1933 (¿?)).
28
Esta especulación está basada en el estudio de la obra de Lamennais. La publicación de Bilbao no ha estado disponible
para su examen.
29
Ver la nota 26 más arriba, y Donoso, 184.
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su desarrollo intelectual.35 Ahora bien, los dos hombres sostienen su relación en gran parte gracias
a la fluidez de Bilbao en la lengua francesa, así como a las experiencias de vida comunes y creencias
similares en religión, ética y política.36 Cada uno era, como dice Duine, un “hombre de acción, por la
pluma”, comprometidos con la escritura y el periodismo para propagar su filosofía política.37 Cada
uno sufrió persecución judicial y tuvieron que padecer la prisión en manos de despóticos gobiernos
que ellos denunciaban. Cada uno fue condenado por la Iglesia, por sus publicaciones y opiniones
políticas, condenaciones que los llevaron más tarde a expresar duras posiciones anti-papales, anticlericales y anti-católicas, aunque ambos adhirieran a una creencia evangélica cristiana. Cada uno
sufrió el exilio: Lamennais, por un breve período, bajo los cien días de Napoleón I; Bilbao, por veinticinco años, de sus cuarenta y dos. Ambos eran hombres de “Dios y libertad”, apasionados demócratas que buscaban destruir sólo para levantar nuevas y mejores sociedades. Ambos, correctamente,
son los predilectos de los historiadores de las ideas: eran tan grandes sus creencias en el poder de la
razón y las ideas para el avance del progreso humano y el perfeccionamiento de la humanidad. La
vida pública y los escritos de cada uno podrían mejor ser resumidos con las palabras de un dramatista Irlandés: “Todas mis ideas dan insomnio”, “Soy un despiadado idealista práctico”.38
Para Bilbao, Lamennais era su “maestro amado”, “mi padre”, y “ese hombre representativo
del siglo, que me llamó su hijo”.39 Él era el “hombre justo”, el “hombre preeminente”, el “hombre
sublime”, “un héroe comparable a Sócrates y a Cristo”.40 Para Bilbao, Lammenais “ocupaba, como
30
OC, I, 114-120; II, 228-29
Voltaire, la tribuna de su época”, siendo uno de esos espíritus meteóricos que iluminan la vida hu-
31
Donoso, 15.
mana y preservan el destello de la verdad en una atmósfera hostil, una de permanencia heroica y
32
Varona, 102, 128-131, y 130, nota 69.
33
OC, I, xlvi, xlviii-l, liv-lvi, lviii-lxi, lxx;
122-23.
épica, que avanza su pronunciamiento universal a pesar de todas las vicisitudes.41 Era el “discípulo
de Cristo” con una mente dominada por la “idea de Dios” y por afectos regidos por la veneración:
“La más bella aparición en nuestro siglo de los más elevados sentimientos, es la veneración”.42 Era
34
el heraldo “quien clama desde las profundidades del pasado hasta la altura de los cielos”, el repre-
35
sentante del conflicto entre Libertad y Catolicismo, un conflicto que Bilbao percibe como la carac-
OC, I, xlvii y xlix.
Robert Vallery-Radot, Lamennais; ou,
Le prêtre malgré lui (Paris, 1931); Vidler,
141-44; Duine, 375.
terística espiritual del siglo diecinueve.43
La admiración cariñosa de Bilbao por su maestro se intensificó con el hecho de que Lamennais
36
OC, I, xlvii, et. passim.
le mostró su vocación en la vida. Al final de su segunda entrevista (27 de mayo de 1845), Lamennais
37
Duine, 214.
solemnemente interpeló al joven chileno: “Usted tiene una misión apostólica; aprenda todo lo que
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38
Thomas Murphy, The Morning after
Optimism (1971), Acts I y II, representada por el Abbey Theatre, Dublin, el 7 de
junio 1977.
39
Oc, I, 95, 83, y 122.
FRANCISCO BILBAO, EL DISCÍPULO CHILENO DE LAMENNAIS · FRANK MACDONALD SPINDLER
sea bueno con esa voluntad y entusiasmo. Aquí encontrará un amigo sincero. Yo le llamo a usted ‘mi
hijo’”, y lo abrazó. “Y yo a usted ‘mi padre’”, le respondió el joven, quien dejó la presencia de su maestro emocionado.44 De nuevo, y tan solo tres meses antes de su muerte, Lamennais escribió a Bilbao
una carta, la que el chileno describe como “una de las más trascendentales que haya escrito” y “el
tesoro más precioso que poseo”.45 Ahí Lamennais expuso ante Bilbao las nuevas metas para su vida:
40
OC, I, 94, 97-98.
41
OC, I, 98, 95-96.
42
OC, I, 94, 97.
43
OC, I, 83, 81.
La providencia la ha destinado (a la América Meridional) a formar el contrapeso a la raza anglosajona,
que representa y representará siempre las fuerzas ciegas de la materia en el Nuevo Mundo. No llenará
esta misión tan bella, sino desprendiéndose de los vínculos de la teocracia, uniéndose y fundiéndose con
las otras dos naciones latinas, la nación italiana y la nación francesa. Veréis, por el folleto que va adjunto a
esta carta, de qué modo empieza a efectuarse esa unión. Esa unión está en la naturaleza, en la necesidad;
luego, será. Trabajad en esa gran obra, y que Dios bendiga vuestros esfuerzos.46
Aquí Lamennais alude a su proyecto de una Santa Alianza entre los pueblos mencionados, implementando “la gran ley de la solidaridad”, y sacar adelante un nuevo orden sociopolítico. Iluminados por la antorcha de la Libertad, los pueblos establecerán gobiernos republicanos,
44
un socialismo de la razón y una religión de la verdad. Francia, España e Italia formarán el núcleo
45
del nuevo orden al que las otras naciones sucumbirán.47 Ahora, Lamennais le solicita asistencia a
OC, I, xlix.
Donoso, 189.
46
OC, I, 122.
47
Lamennais, Comité démocratique français-espagnol-italien (Paris, 1851), un
argumento de los motivos y principios
de ese cuerpo, firmado por Lamennais,
Joly, y otros; Duine, 291-92; y Françoise
Tuloup, Lamennais et son époque; sa vie,
son oeuvre, son influence, son prophetisme (Dinan, 1961), 405.
48
OC, I, 122.
49
OC, I, 122, nota 1.
Bilbao, dándole una nueva dirección vocacional; aunque típico de su método de enseñanza y alerta
del anti-españolismo de Bilbao, el francés sutilmente tempera la resistencia del pupilo, omitiendo
la mención de España entre las naciones latinas involucradas en este gran proyecto.48
La carta de Lamennais genera interrogantes tentadoras, aunque no completamente respondidas. ¿Hasta qué punto no inspiró la constante oposición de Bilbao a la teocracia y su propuesta de
la federación Latino Americana? Efectivamente, en el balance de su vida estuvo dedicado extensivamente a estas metas, y su respuesta a Lamennais sugiere su aceptación de esta dirección vocacional:
Mantengo firme mi paso, padre, cuán grande es la fuerza que uno recibe al escuchar la palabra del maestro! – cuando contemplamos la autoridad de tu vida, el fulgor científico de la Palabra de Cristo desplegada
por tus labores, por tus actos, y por tu esperanza eterna como la verdad!49
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IV. El homenaje del discípulo
El ensayo Lamennais como representante del dualismo de la civilización moderna es el homenaje
de Bilbao al maestro fallecido. Consiste en materiales compatibles con la nueva vocación a la que
Lamennais le exhortó: una revisión del Ensayo sobre la indiferencia, Las palabras del creyente,
Esbozo de filosofía, y su “Introducción” a la Divina Comedia de Dante; una caracterización del rol
providencial del maestro en los eventos de su época, una reminiscencia del discípulo, un sentido
adiós a su mentor. La estructura del ensayo, en general, imita las formas que usa Lamennais en
su “Introducción” a la trilogía de Dante.50 La mayor debilidad del ensayo es su incapacidad para
enunciar claramente y desarrollar sistemáticamente el tema anunciado en el título. Aparte de las
referencias al “dualismo del Catolicismo y la Libertad” y el “dualismo de la civilización encarna50
Lamennais, Oeuvres posthumes, i-lix,
está organizado por consideraciones
generales, un bosquejo biográfico de
Dante, una investigación de sus otras
obras, un sumario de sus doctrinas políticas y una discusión del poema.
51
OC, I, 83, 111, y 113; II, 289, Cf. OC, II,
205, 212, y 233, “América en peligro”.
52
OC, I, 122 y nota 1.
53
J. Salwyn Schapiro, Anticlericalism: Conflict between Chuch and State in France,
Italy, and Spain (Princeton, 1967), 32-37.
Cf. OC, II, 171-273, América en peligro”,
en el que el anticlericalismo de Bilbao se
vuelve incluso más aguzado.
do” en la persona de Lamennais, en ninguna parte Bilbao define su significado tan sucintamente
como hará seis años después en su Contra-Pastoral: “La incompatibilidad que existe entre Libertad
y Catolicismo, entre democracia y teocracia, entre la República y la Iglesia”.51 Este tema, sin embargo, permea el ensayo y concuerda con el llamado de Bilbao para desprenderse de “las ataduras de
la teocracia” en Latino América, un logro que ambos, él y su maestro, ven como deseable y necesarios para promover la unión democrática de los pueblos.52
A la luz de la vocación mennasiana, las consideraciones generales introducidas por el
ensayo hacen más que darle un soporte histórico al rol profético del autor francés en su propia
época. Bilbao manifiesta aquí su propia adhesión al anti-clericalismo, el que absorve no sólo de
Lamennais, sino también de sus profesores favoritos en el Collège de France, Edgar Quinet y Jules
Michelet. El ataque ahora contra la Iglesia institucional, sus dogmas, y sus prácticas devotas se
convierten típicamente en la inexorable polémica que Bilbao mantiene hasta el fin de su vida.53 Su
argumento, aunque reitera muchos de los “capitales de intercambio” de los librepensadores del
siglo diecinueve, tiene interés aquí por su relación con Lamennais.54 Las ideas teológicas de Bilbao
54
están marcadamente influenciadas en la insistencia de Lamennais en el consentimiento universal,
55
tal cual se expone en la primera parte del ensayo sobre la indiferencia y por el argumento ontológi-
Schapiro, op. cit., 32-34 y 38-47.
Lamennais, Esquisse d`une philosophie,
I, 3-98.
co de la existencia de Dios elaborado en el Esbozo de filosofía (Parte I, Libro I, “De Dios”55).
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Bilbao asume la dicotomía entre la religión natural y la sobrenatural, y entre dos de sus fuentes, razón y fe, respectivamente. Él pasa sobre el hecho de que ambos pueden ser considerados
como fuentes subjetivas de la teología, es decir, ser complementos más que opuestos.56 Para el
chileno, la religión significa un concepto del ser, del deber y el destino.57 Su ontología le lleva a
concebir a Dios como el que es, uno, infinito, omnipotente, el Creador, el Padre de la Libertad y
la fuente de la justicia pura, amor y caridad.58 Bilbao niega la divinidad de Cristo y la encarnación,
aceptándolo sólo como un ser humano, “una gota de sangre del amor eterno”.59 Indicativo de su
punto de vista humanista de Cristo y su traducción, en 1863, de Joseph Ernest Renan, La vida de
Jesús, que caracteriza a Cristo como un cándido orador de Galilea, pero que le niega cualquier ele56
Marshall Bowyer Steward, Dogmatic
Theology, 3, programa de curso publicado por The General Theological
Seminnary, New York; OC, I, 87-88, 103.
57
OC, I, 121.
58
OC, I, 83-85, 96, 101, 105-107
59
OC, I, 87, 110.
60
F. L. Cross. Ed., The Oxford Dictionary
of the Christian Church (London, 1958),
1152-53.
61
OC, I, 84, 86-87, 96, 109.
62
OC, I, 109, 120-121.
63
OC, I, 85, 89, 110, 119.
mento sobrenatural en su vida e ignora sus aspectos morales.60 En su doctrina, Bilbao ve al hombre
como un ser razonable, dotado con libertad, y capaz de comunicarse directamente con el ser divino
y estar eternamente reunido con Él. La libertad del hombre, se ejercita con los límites del derecho y
el deber, forma la base de la sociedad y le da a uno el coraje para oponerse al despotismo.61 El chileno notablemente simplifica el problema del mal. Para él, el mal es ajeno a la dominación del alma;
y el bien consiste en la libertad, la unión de todos los hombres (énfasis lamennasiano en la fraternidad), y la perfección de cada ser.62 Él reniega de las doctrinas del pecado original y de la caída del
hombre. No ve necesidad de la gracia divina, ni tampoco cree en el concepto de las recompensas
futuras y el castigo.63 Estas últimas enseñanzas, considera Bilbao, son herramientas en manos de
los clérigos para motivar un miedo irracional y el terror en el pueblo, dándole a los ministros de la
iglesia medios de dominación de la voluntad y la conciencia de los hombres libres, los que (por su
propia definición) serían nefastos.64 Él niega que la Iglesia pueda actuar como mediadora entre
Dios y el hombre, el pensamiento y la conciencia.65 Para Bilbao, la historia demuestra el prolongado intento despótico por parte de la Iglesia de imponerse sobre la razón del hombre, su libertad
64
intelectual y su conciencia.66 Repetidamente condena a sus compañeros latinoamericanos por en-
65
tregarse en “obediencia ciega” a los dictados de la Iglesia, viendo esto como una humillación de la
OC, I, 85, 87, 110, 115, 119.
OC, I, 89.
66
OC, I, 87, 110.
67
OC, I, 88-89, 110, 119.
68
OC, I, 87-89, 110.
razón.67 Sus ataques contra la infalibilidad de ambos, la Iglesia o el Papa, el papado monárquico y el
jesuitismo, reflejan las controversias francesas contemporáneas, especialmente las de la época de
la revolución de 1848 cuando Bilbao estudia junto a la gran trinidad de los anti-clericales: Quinet,
Michelet y Lamennais.68
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Las consideraciones anti-clericales de Bilbao son completadas por una visión crítica de la
historia de Francia desde 1879 hasta la época de reacción que produce la Segunda República.
Condena al pueblo por usurpar el principio de infalibilidad y traicionar su compromiso con la libertad. Deniega de la traición de Napoleón I de los ideales revolucionarios y estigmatiza la restauración borbona por implantar nuevamente en Francia el tronco mutilado de la monarquía, la
aristocracia y la Iglesia.69 Bilbao percibe la aparición de Lamennais, en ese período de retroceso,
como un acto providencial destinado a iluminar la oscuridad de los hombres y encender el fervor
por la libertad, la gloria y el amor.70 Lamennais dio a su época, con sus enseñanzas y su ejemplo
personal, una “expresión necesaria de moralidad”, convirtiéndose en el prominente maestro con
autoridad, cuyas palabras el mundo escucharía.71 El pueblo oyó, y cada vicio y despotismo tembló.
Lamennais inspiró a las masas para asumir su soberanía y determinar su futuro, mientras que para
los individuos proveyó a “la inteligencia una fe; al corazón una esperanza; a la voluntad la infusión
de la fuerza”.72 Su ataque contra la indiferencia, fuera en religión o en política, hizo a sus contemporáneos darse cuenta de su libertad, sus obligaciones y derechos.73 Sin embargo, sus esfuerzos
despertaron oposición: la Iglesia lo condenó, el Estado lo persiguió.74 Según la opinión de Bilbao,
la carrera secular de Lamennais era más grande que la sacerdotal: “como filósofo… era el mayor
creyente en la Libertad, la que estableció como un religión en Europa”.75
Esa era la apreciación del discípulo a su maestro. Su sentido y noble apóstrofe al espíritu de
69
OC, I, 90-92.
Lamennais resume el valor con que ubica su relación:
70
OC, I, 95-96.
71
OC, I, 97-98.
72
OC, I, 98.
Tú eres evidencia para la razon, justicia en las relaciones, belleza para la imaginacion y el pensamiento,
amor para el alma, consumacion y felicidad en el órden creado. — Ah! No servirte, no consagrarte la vida,
no sentir tu impulso sublime, eso sí que es proscripcion de la patria inmortal de los sabios y de los héroes.
73
OC, I, 87, 99, 102-03.
74
OC, I, 98, 104, 117, y 123, nota 1.
75
OC, I, 112-13.
76
OC, I, 121.
Adelante! espiritu, cualquiera que tú seas. Brillan en lo alto las virtudes; describen su marcha las estrellas
que iluminan las sendas armoniosas de la inmensidad. El océano abre sus brazos al navegante osado y las
tempestades divinas impulsan el bajel, que dejando sin miedo las orillas del pasado, aborda el continente
de la alianza, de nuestra alianza con Dios y con la libertad.76
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