•La energía sonora se transmite en forma de ondas. Nuestro oído es capaz de transformar esas ondas en un estímulo que nuestro cerebro interpreta como un sonido. •¿Pero cómo ocurre todo el proceso? La luz y el sonido se transmiten en forma de ondas. Imaginemos un despertador que suena insistentemente por la mañana. Las ondas que produce el despertador viajan hasta llegar a nuestro pabellón auditivo. Alguna vez, ¿te has preguntado por qué tenemos orejas? •¿Captaríamos los mismos sonidos si sólo tuviésemos los orificios del canal auditivo externo? •Las ondas sonoras captadas por el pabellón auditivo penetran en el conducto auditivo externo hasta llegar al tímpano. El tímpano es una membrana que actúa como la piel de un tambor, cuando las ondas sonoras golpean, el tímpano vibra con la misma frecuencia que las ondas. El tímpano está conectado a una cadena de tres huesecillos que constituyen lo que se conoce como oído medio. Al vibrar el tímpano, ¿qué crees que les ocurrirá a los huesos? ¿En qué se ha transformado la energía sonora? Al vibrar el tímpano, el primer hueso de la cadena al que está conectado, el martillo vibra con la misma frecuencia que el tímpano. Al moverse golpea (de ahí su nombre) sobre el segundo hueso, el yunque, que se moverá transmitiendo la vibración al tercer y último hueso de la cadena, el estribo. (Los nombres de yunque y estribo hacen referencia a la forma de los huesecillos). Las ondas sonoras se han transformado en vibraciones. •El estribo está conectado a otra membrana llamada membrana oval. ¿Qué ocurrirá cuando el estribo se mueva como consecuencia de la transmisión de vibraciones a lo largo de la cadena de huesecillos? La membrana oval es similar al tímpano aunque de menor tamaño, recibe las vibraciones del estribo y, a su vez, vibra en la misma frecuencia que los huesos, el tímpano y las ondas sonoras. •La membrana oval está conectada al oído interno o laberinto. El oído interno está lleno de líquido. ¿Cómo se transmitirá ahora la energía? •En el oído interno se localizan unas células especializadas capaces de recibir las ondas que se transmiten por el líquido. Reciben el estímulo y mandan la información a través del nervio auditivo al cerebro. En el cerebro esta información es procesada como un sonido. Dependiendo de la frecuencia de las ondas así percibiremos sonidos graves o agudos, los graves son sonidos de frecuencia baja y los agudos de frecuencia alta. Todo el proceso es muy rápido, nos parece casi instantáneo, en este caso la persona habrá oído el despertador y será consciente de que tiene que levantarse para ir a clase. Con unas simples pruebas podemos en Coclear saber cuál es su grado de pérdida auditiva y poner solución a cada caso. No espere a que sea demasiado tarde.