Las monedas de Constancio II en el acervo del Museo Histórico

Anuncio
CLAUDIO UMPIERRE CARLAN*
Las monedas de Constancio II en el acervo del Museo**
Histórico Nacional de Río de Janeiro: características
Introducción
Las monedas han sido estudiadas por los historiadores
bajo el prisma de la mercadería, objeto de cambio. Se
buscó juntarla con la historia social, es decir, con los
reflejos que la mutación monetaria produjo en la
sociedad a nivel de salarios, costo de vida y los consecuentes comportamientos colectivos ante éstos. El
estudioso de la moneda se ha preocupado más por el
cuerpo económico social al que ella servía que por el
metal que producía y la informaba. Estructuralmente
éste transponía los límites geográficos del poder que
la emitía y definía ideológicamente no sólo un pueblo,
sino también la civilización a la que éste pertenecía.
El hombre contemporáneo difícilmente puede relacionar
la moneda con un medio de comunicación entre pueblos
distantes. Al poseedor romano de una determinada especie monetaria desconocida, ésta le hablaba por el metal
noble o no en que era acuñada, por el tipo de leyenda. El
primero le informaba de la riqueza de un reino y los
otros dos elementos le decían algo sobre el arte, es decir,
el mayor o menor refinamiento técnico usado en la
fabricación del numerario circulante, sobre el poder emisor y, sobre todo, sobre la ideología político-religiosa
que le daba cuerpo. Es dentro de este último aspecto
donde pretendemos explorar la fuente numismática.
En el caso de este artículo, concentraremos nuestros
estudios en las acuñaciones realizadas por Constancio
II, que gobernó el Imperio Romano entre los años 337
a 361, heredero de la política administrativa de su
padre Constantino I.
1- Acervo y origen
El corpus documental aquí tratado es parte del acervo
existente en el Museo Histórico Nacional de Río de
Janeiro (MHN/RJ), considerado el mayor de América
Latina, con más de 100.000 piezas de las más variadas
procedencias. De éstas, 1824, de las 30.000 monedas
romanas, pertenecen al siglo IV d.C., representando a
todos los emperadores, emperatrices y usurpadores del
período. Aproximadamente 259 fueron acuñadas por
orden de Constancio II. Esto se determina por el
hecho de poseer su efigie, o por mostrar eventos
importantes ocurridos durante su gobierno. Esto
tanto por su denominación como “César” (NOB C),
entre los años 324 a 337, como por el de “Augusto”
(AVG), de 337 a 361 (anexo a y b). Se trata, a nuestro modo de ver, de un grupo de monedas bastante
representativo del periodo y de los respectivos emisores, esparcidos por el mundo romano.
Gran parte de esa colección está compuesta por
monedas de bronce, naturalmente más gastadas, debido su mayor circulación en las capas más populares
del Imperio, que las de plata o de oro. Y, artísticamente hablando, de categoría inferior, están determinadas por factores históricos precisos y definidos; o
su estudio puede venir a elucidar rasgos fundamentales del momento histórico en que esas piezas se
difunden.
El origen de la colección es un tanto obscuro. El cuerpo técnico del museo cree que la mayor parte de las
piezas fue legada, en 1921, desde la gran colección
reunida por el comendador Antonio Pedro a la
Biblioteca Nacional, donde su antiguo director, Ramiz
Galvão, desde 1880 había empezado a formar lo que
más tarde vendría a ser la “colección oficial brasileña”1.
*
NEE/UNICAMP
Doutorando/Unicamp.
Pesquisador do Nucleo de Estudos Estratégicos.
Orientador: Prof. Dr. Pedro Paulo Abreu Funari.
** Ese trabajo trata de un resumen del segundo capítulo de la
Dissertação de Mestrado “Moedas, Simbologia e Propaganda sob
Constâncio II”, orientada por el prof./dr. Ciro F. S. Cardoso.
Defendida en octubre de 2000 en la Universidad Federal Fluminense.
1. Vieira, Rejane Maria Lobo: A Imagem do Rei e do Reino de Portugal
Através das Moedas de d. Fernando (1367-1383). Niterói: Instituto de
Ciências Humanas e Filosofia, 1994, p. 23.
741
CLAUDIO UMPIERRE CARLAN
Antonio Pedro reunió una colección de 13.941 monedas y medallas que comprende, entre otros núcleos
expresivos, 4.559 monedas y 2.054 medallas portuguesas y 4.420 monedas de la Antigüedad.
Es también posible que algunos ejemplares procedan
de las colecciones de la familia imperial, legadas por el
emperador D. Pedro II al Museo Nacional en 1891 e
incorporadas por la Biblioteca Nacional en 18962.
En 1922, cuando el Museo Histórico Nacional fue
creado, el decreto que lo instituyó también determinó
que el acervo numismático existente en la Biblioteca
Nacional –así como en otras instituciones como el
Archivo Nacional y la Casa de la Moneda– fuera allí
transferido. En el momento en que efectuó la cesión,
la colección total sobrepasaba las 48.000 piezas. Hoy
ella llega a 109.000 aproximadamente.
2- Técnicas de producción
El primer estadio en la producción de las monedas es la
fabricación de un disco metálico, sea fundido y moldeado, sea recortado de una placa. Ese disco es colocado
entre dos cuños grabados, el de abajo fijado a un yunque
y el de arriba seguro en la mano o con el auxilio de una
pinza. Con el disco en su lugar, la presión de un martillo sobre el cuño superior es suficiente para imprimir el
dibujo en ambos lados simultáneamente3.
La acuñación de monedas empleaba mano de obra
esclava. Parece ser que cuatro hombres, por lo menos,
eran necesarios: uno para colocar el disco en la posición, otro para sujetar el cuño superior, un tercero
para manejar el martillo y el cuarto para retirar el producto final. La alineación incorrecta del anverso en
relación al reverso, fenómeno bastante común en la
amonedaciones de Constancio, se debe probablemente
a la rapidez de la producción y sugiere que no existía
un cuidado especial para colocar los discos.
De modo general, el oro fue el metal con mayor grado
de pureza empleado en la fabricación monetaria desde
la República hasta Constancio II. Los niveles de pureza llegaron hasta el 98% muchas veces, pero cayeron al
50% en las emisiones de Septimio Severo.
Tales fenómenos no reflejan apenas motivos económicos; reflejan también aspectos como la eficiencia en la
producción en relación a los costos. Metales menos
valiosos y más abundantes, y que circulaban más, también eran adulterados con más frecuencia. Por ejemplo, la liga denominado oricalco, una de las ligas
hechas con cobre, obtenía una durabilidad mayor al
aumentarse la cantidad de zinc.
La fase más larga y que exigía mayor habilidad en la
producción de las monedas era la de la grabación de
los cuños. La mayoría de ellos parece haber sido fabricada en bronce con gran cantidad de estaño. Los cuños
deberían ser suficientemente densos para soportar los
innumerables golpes de martillo. A veces era colocada,
alrededor del cuño superior, una capa de hierro para
evitar rajaduras.
El cuño era fundido en un caniço, árbol con uno de los
lados redondeados y el otro recto. En éste era grabado
el dibujo con una gubia con punta de diamante o de
azo4. En la medida en que el dibujo exigiera más detalles, se utilizaban instrumentos cada vez más delicados, como la efigie, eran hechos a mano.
La proximidad de las técnicas de fabricación de las
gemas y de los cuños monetarios llevó a los especialistas a admitir la posibilidad de que los mismos artistas trabajaran en una y otra actividad, aunque no sea
de nuestro conocimiento la existencia de alguna documentación que compruebe o refute esta hipótesis.
3- Símbolos monetarios
El hombre, durante su paso por el planeta, desarrolló
diversas formas simbólicas, tanto artísticas como lingüísticas, expresadas por su conciencia. A este respecto, y en lo tocante a nuestro tema, podemos afirmar
que “…los símbolos políticos son definidos como
símbolos que funcionan hasta un punto significativo
en la práctica del poder”5.
Las prácticas del poder –y sus simbolismos– actúan de
una manera directa o no, a través de cuestiones ideológicas. Y, en toda la sociedad, a través de las ideas de la
clase dominante, predominan, oralmente o a través de
2. Idem, Ibidem: op.cit. p. 23.
3. Singer, Charles; Holmyard, E. J. and Williams, Trevor: A History of
Technology. The mediterranean civilizations and the Middle Ages c. 700 B.C. to
c. A.D. Oxford: At the Clarendon Press, 1956, p. 490.
4. Idem, Ibidem: op.cit.
5. Dicionário de ciências sociais. 2A. ed. Rio de Janeiro: Editora da
Fundação Getúlio Vargas, 1987, p. 1115.
742
LAS MONEDAS DE CONSTANCIO II EN EL ACERVO DEL MUSEO HISTÓRICO NACIONAL DE RÍO DE JANEIRO: CARACTERÍSTICAS
la escritura. Cardoso dice que “…es de especial interés y bien aclarador el estudio de los mecanismos que
aseguran y producen la hegemonía ideológica…6”.
Los símbolos que aparecen en la numismática están
dotados siempre de una clara organización hieroglífica, pues proceden del hecho de que esas imagines
difundidas se articulan siempre con el idioma figurado, en el cual el poder se expresa secularmente. Se
trata, según de la Flor, del surgimiento de representaciones de águilas, leones, como también de torres,
cruces7, del fénix, de emperadores o de personajes
pertenecientes a una élite político-económica, que
representan la órbita de acción del poder, llegando al
punto en que la numismática puede ser definida
“como un monumento oficial al servicio del
Estado8”. Acordamos, sin embargo, como afirma
Cassirer, “…en lugar de definir al hombre como un
animal racional, deberíamos definirlo como un animal simbólico9”.
La moneda, como documento, puede informar sobre
los más variados aspectos de una sociedad. Tanto político y estatal, como jurídico, religioso, mitológico,
estético.
“Sin duda alguna es el terreno de las ideas
políticas y la propaganda donde es más
fecundo el servicio de la Numismática a la
Historia… [Debemos] reflejar sobre la significación de la moneda en el mundo antiguo, en un mundo donde no existían
medios de información comparables a los
nuestros, donde el analfabetismo se extendía a numerosas capas de la población. La
moneda es un objeto palpable, objeto que
abre todas las puertas y proporciona bienestar. En ella se puede contemplar la efigie del
soberano, mientras los reversos muestran
sus virtudes y la prosperidad de la época:
Felicitas Temporum, Restitutio Orbis, Victoria e Pax
Augusta…son slogans, propaganda.10”
Samaran también describe la importancia de la numismática, tanto económica y sociológica como estética.
Para esto, realiza un análisis de los tipos monetarios y
de la paleografía romana, destacando la originalidad de
la idea de la fortuna11, representada en el reverso de
varias piezas. El propio termino denier, denaro, dinero,
dinar, d’argent, son derivaciones de argentus, moneda de
plata acuñada en el vasto Imperio Romano.
Donis Dondis afirma que, para los analfabetos, la lenguaje hablado, la imagen y el símbolo continúan siendo los principales medios de comunicación. Y entre
ellos apenas el visual puede ser mantenido en cualquier circunstancia práctica.
“…eso es tan verdadero como lo ha sido a
lo largo de la historia. En la Edad Media y
en el Renacimiento, el artista servía a la
Iglesia como propagandista… El comunicador visual ha servido al emperador y al
comisario del pueblo… la comunicación
pictórica dirigida a los grupos de bajo índice de alfabetización, se pretende que sea eficaz, debe ser simple y realista12…”
Pascal Arnaud destaca que en las monedas de la
Antigüedad Clásica, griegas y romanas, el anverso es
la parte jerárquicamente más importante13, pues en él
se encuentra la efigie de quien ordenó su acuñación,
juntamente con el título, en el caso romano, de
DIVVS o AVG. Una especie de retrato de sus jefes,
emitido por el Estado. En materia de tipología
monetaria, son consideradas como retratos todas las
imágenes que pretenden representar a sus líderes o
“seres humanos concretos”, en su calidad de personas individuales, quiere que asuman aspectos realistas, pero desea, por el contrario, que correspondan a
las interpretaciones idealizadas o casi simbólicas.
Tanto Arnaud como Gomes Marques las definen
como verdaderos retratos, sin embargo pueden existir múltiplos desvíos de la realidad. Aún así, se trata
de algo bien diferente de la Edad Media, cuando,
salvo pocas excepciones, no existían preocupaciones
evidentes de semejanza con las individualidades
representadas.
6. Cardoso, Ciro Flamarion S. e Pérez Brignoli, Héctor: Os Métodos da
História. 2a. ed. Tradução de João Maia. Rio de Janeiro: Editora
Graal, 1979, p. 397.
7. Flor, Fernando de la: Emblemas Lecturas de la Imagen Simbólica. Madrid:
Alianza Editorial, 1995, p. 183.
8. Idem, Ibidem: op.cit., p. 186.
9. Cassirer, E.: Antropologia Filosófica. Ensaio sobre o Homem. São Paulo:
Mestre Jou, 1977, p.70.
10. Roldán Hervás, J. M.: Introducción a la Historia Antigua. Madrid:
Ediciones Istmo, 1975, p. 166.
11. Samaran, Charles: L’Histoire et ses Methodes. Paris: Librairie
Gallimard, 1961, p. 328.
12. Dondis, Donis: Sintaxe da Linguagem Visual. Tradução de Jefferson
Luis Camargo. 2a ed. São Paulo: Martins Fontes, 1997, p. 184.
13. Arnaud, Pascal: Le Commentaire de Documents en Histoire ancienne. Paris:
Belin Sup, s/d, p. 195.
743
CLAUDIO UMPIERRE CARLAN
Esos retratos monetarios nos cuentan mucho, por ejemplo,
sobre las mujeres de la familia imperial. Según Orlandoni,
era la forma más común de propaganda14. Consistía en escoger una imagen para las mujeres de la casa imperial que
fuera acorde con el papel desempeñado por las mujeres en
general en la sociedad romana, incluyendo a las emperatrices, o a las cercanas a ellas en los cultos del Estado. Era
común que el emperador se asociase a sus esposas en las
presentaciones de las acuñaciones monetarias.
El culto de la virtud, que significa coraje, representada por una imagen masculina, merece una análisis más
detallado, pues, además de las inscripciones en las
monedas, puede ser rastreado en la literatura. Como
instrumento de propaganda imperial, ayuda a definir
la naturaleza de un determinado gobierno y a comprender la ideología del emperador como el centro de
la concepción de un universo organizado.
Según Mendes, en estas concepciones ideológicas, que
constituyen una especie de derecho divino, del gobernante,
de influencia persa, ocurre una aproximación con la divinidad15. Todo lo que rodeaba los emperadores, paganos como
Juliano o cristianos como Constancio II, era considerado
sagrado. En el numario acuñado en el período, se nota en la
efigie la aureola apretando la cabeza del gobernante. Ocurre
una exaltación o, incluso, una legitimación del poder real.
Esas representaciones son comúnmente alegóricas o
simbólicas y el mensaje que transmiten va, casi siempre, más allá de los rasgos visibles. Se encuentran con
frecuencia, en esas monedas, nombres de ciudades,
países, festivales, monumentos famosos, divinidades,
miembros de una familia, que auxilian en la interpretación de su significado y sentido.
Se trata de una exposición de ideas, una composición de
emblemas, como el birrete frigio que tiene el significado de libertad, la cornucopia que remite a la abundancia, y la concordia que representa la unión de los esfuerzos. En algunos casos también son representadas por
manos entrelazadas. Otras coberturas, como el velo,
que puede indicar modestia o viudez, birretes y yelmos,
indicando campañas militares, la ornamentación con la
corona de laureles (laureadas), que tienden a asimilar a
aquéllos que las llevan a la divinidad, también son
comunes en las representaciones monetarias.
Debemos dejar claro que cualquier sistema de símbolos es una invención o refinamiento de las que fueron,
en otros tiempos, percepciones del objeto dentro de
una mentalidad despojada de imágenes, tornando el
lenguaje visual universal. Dondis aún añade que:
“En cuanto medio de comunicación visual
impregnado de información de significado
universal, el símbolo no existe apenas en el
lenguaje. Su uso es mucho más amplio. El
símbolo debe ser simple y referirse a un
grupo, idea, actividad comercial, institución
o partido político16…”
La impresión iconográfica de las monedas, dejándose
de lado las inscripciones, revela figuras diversas: animales, vegetales, blasones, objetos, edificios y emblemas más o menos estilizados. Generalmente, estas
figuras se refieren al lugar de acuñación y a su autoridad respectiva, designada de un modo claro para sus
contemporáneos por una figura, una actitud, o por
atributos cuyos significados hoy muchas veces se nos
escapan.
14. Orlandoni, Mario: Imitazioni di Monete Romane in Brnze emesse fra il IV
ed V secolo. Rinvenute negli scavi archeologici in Valle d’Aosta.
Ermanno A. Arslan Studia Dicata. V. 2. Milan: Edizioni Ennerre,
1991, p.167.
15. Mendes, Norma: Sistema Político do Império Romano do Ocidente: um
modelo de colapso. Rio de Janeiro: DP&A, 2002, p. 124.
16. Dondis, Donis: op.cit., p. 93.
744
LAS MONEDAS DE CONSTANCIO II EN EL ACERVO DEL MUSEO HISTÓRICO NACIONAL DE RÍO DE JANEIRO: CARACTERÍSTICAS
Anexo a
Anexo b
Anexo c
Anexo a
Anverso: FL IV CONSTANTIVS NOB C; busto
encorazado, a la derecha. Es común en las acuñaciones con esa titulación NOB C (nobilísimo César,
título exclusivo de los miembros de la familia imperial) la imagen del emperador con ropas militares
(encorazado).
Reverso: GLORIA ROMANORVM; emperador representado a caballo, con armadura, lanza, brinca sobre un
enemigo suplicante. Una vez más la letra N a la izquierda. El caballo sobre las dos patas ( parecido a San Jorge)
pisotea el escudo del enemigo. La aureola rodeando la
cabeza del caballero diviniza la imagen del emperador.
Exergo RT. Acuñada en Roma en el año de 350.
Denominación: AE centenionalis. Peso: 4,53g.
Reverso: GLORIA EXRCITVS; dos legionarios, armados de astas con armadura, cabezas vueltas para el centro de la pieza. Arriba del estandarte central el símbolo O. La leyenda demuestra la importancia del ejército en el siglo IV cristiano. En el exergo o línea de tierra SCONG. Acuñada en el año de 337 en
Constantinopla.
Denominación: AE 4. Peso: 1,96g.
Anexo b
Anverso: DN CONSTANTIVS PF AVG; busto diademado a la izquierda, con el manto imperial. A la
izquierda, en la mano derecha, el globo, símbolo del
poder real. La letra N, uno de los símbolos que identifican las acuñaciones de Constancio II, a la derecha.
Anexo c
Anverso: FL IVL CONSTANTIVS NOB C; busto diademado a la izquierda, con el manto imperial y el
globo a la izquierda, cerca de la mano derecha.
Reverso: PROVIDENTIAE * CAESS; Representación de
una fortaleza, campo militar con dos torres. Una estrella
luego arriba. Según Cohen sería parte de un campo militar.
Gomes Marques añade que, tanto las piezas de Constancio
II como la de su padre, Constantino, son las que mejor representan los temas relacionados con construcciones (portones
de Trèves o Traer). Exergo SMANTH. Acuñada entre los
años de 324-337 en Antioquia.
Denominación: AE 3. Peso: 2,17g.
745
Descargar