Diario del Altoaragón

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28
Diario del Alto Aragón
Domingo, 31 de marzo de 2013
LITERATURA
Monztruo,
devora
como puedas
Un hito de la novela negra
“Los amigos de Eddie Coyle”. George V. Higgins. Libros del
Asteroide. 2011. 202 páginas.
CARLOS BRAVO SUÁREZ
“Los amigos de Eddie Coyle” es uno de los libros más influyentes
de la novela negra norteamericana del pasado siglo. Publicada
en Estados Unidos en 1970, fue la primera narración de George
V. Higgins (1939-1999), un fiscal, policía y periodista que escribió después veintiséis novelas más, ninguna de las cuales alcanzó la relevancia de esta sobresaliente ópera prima.
“Los amigos de Eddie Coyle” –traducida en su versión española como “El confidente”– fue llevada al cine por Peter Yates
en 1973, interpretada por Robert Mitchum en su papel principal.
Recientemente también ha sido llevada a las pantallas “Mátalos,
suavemente”, otra de las primeras obras de George V. Higgins.
De “Los amigos de Eddie Coyle” creo que había una edición española de 1973 con el título de “El chivato”, que hoy debe de
ser muy difícil de encontrar. Con muy buen criterio, Libros del
Asteroide reeditó a finales de 2011 esta novela básica del género negro.
Pese a beber en las fuentes fundamentales de la narrativa policiaca estadounidense, “Los amigos de Eddie Coyle” es una novela negra diferente y singular, y constituye en buena medida
un hito y un punto de inflexión en este género narrativo, con
influencia también en el cine posterior y en directores actuales
como Quintin Tarantino o Guy Ritchie. La singularidad más destacable de la novela de Higgins son los diálogos, que sostienen
casi por sí solos toda la arquitectura del relato. Además, Higgins
huye de las convenciones del género y presenta una historia con
muchos personajes, en la que gangsters y delincuentes se mezclan con una policía que se nutre de soplones y chivatos para
avanzar en sus investigaciones. Ambientada en el Boston de los
años sesenta –con breves pinceladas de fondo en que aparecen
los Panteras Negras, los Hare Krishna y algunos hippies y melenudos de la época–, “Los amigos de Eddie Coyle” retrata el mundo sórdido del hampa de los barrios bajos y la despiadada lucha
por la supervivencia en unas relaciones humanas en las que nadie puede fiarse de nadie.
Eddie Coyle es un delincuente de medio pelo que espera un
juicio por un delito de contrabando de alcohol. Su miedo a la cárcel le lleva a pensar en la delación de algunos de los muchos conocidos suyos que actúan al margen de la ley para intentar evitar
o aminorar su condena. La narración transcurre en muy pocos
días y se organiza en una rápida sucesión de treinta capítulos,
que constituyen en muchos momentos secuencias cronológicamente casi simultáneas. El resultado es una novela absorbente,
que tiene algo de tragedia griega en el inevitable destino de su
joven y desamparado protagonista.
Voces
Hablar solos, Andrés Neuman.
Editorial Alfaguara. Novela, 2012.
EDUARDO MARTÍNEZ CARNICER
Nos conmueve lo que no entendemos. Los cuerpos en la plenitud
y en la enfermedad. La realidad con sus lecturas, los hechos consumados, los malentendidos, las dudas, el dolor, los desplantes,
la muerte. Ante la enfermedad, la enfermedad grave, no hay estoicismo ni teorías que nos salven, sólo nos queda el tiempo de
sufrimiento como camino menos estrecho. La enfermedad del protagonista que se impone en Hablar solos como una madeja con la
que enarbolar una buena novela, el dolor como liberación. Frente
a él, el placer. Y la culpa. La búsqueda de placer, lejos del cuerpo lacerado, al otro lado de las batas blancas.
Novela de médicos sin enfermeras, de pacientes serenos y cuidadoras desquiciadas, de la enfermedad como testigo. En Hablar solos viajamos con los protagonistas por la antesala del dolor, por las
carreteras en la cabina de un camión. Padre e hijo transitan por pueblos fantasmales, por estaciones de paso y pueblos semidesérticos,
por emplazamientos sin concretar a sabiendas de que la memoria
es lo que ya hemos perdido, porque el viaje a los recuerdos tiene los
defectos de esas viejas cintas de casete que siempre se estropeaban
en las canciones preferidas.
El padre y el hijo hacen su último viaje y la madre los espera con
impaciencia, desesperación. El luto es una región oscura que siemDAA
pre sale develada en las fotos. El futuro no existe más que en nuestras cabezas y siempre que lo perseguimos se disfraza de sombras
y pesadillas. Cuando jugamos entre Eros y Tánatos, cuando el placer es la otra cara del dolor, perdemos la partida porque se nos caen
todas las cartas.
Novela narrada a tres voces, en tres primeras personas que monologan con los otros en un juego de espejos, de tragedia griega, de
agonía desesperante, de inevitable final. La inocencia del niño nos
redime y contagia la posibilidad del milagro, de la resurrección, del
no-final, de la pausa temporal. Voz del presente y de la esperanza,
del espacio posible, del futuro necesario.
La voz del padre se cortocircuita, como una pesadilla, como un
programa de radio mal sintonizado, es la voz de la conciencia, de la
culpa y el perdón, del humo en los pulmones, de la negra sombra.
La voz de la madre, de ella, de Elena, es más compleja, más rica,
insegura. La voz de quien escucha, de quien toma decisiones, de
quien se equivoca, de quien nos explica un mundo tramposo, de
quien sabe que algo se va a romper, de quien da la cara, disfruta, se
culpa y quizá ya no tenga tiempo de arrepentirse. Es la voz del presente que se impone en su calidoscopio de matices. La voz literaria
frente a la verdad oficial, la literatura ante la ciencia, las preguntas
en minúscula ante las verdades poco consoladoras, una voz que
nos gustaría escuchar más de cerca.
(4ª parte)
JOTA
Él, prota1, intenta encerrarse en la chimenea pero su sorpresa es mayúscula cuando
comprueba que es una puerta
falsa al cuarto de las escobas.
Monztruo le alcanza y sin
esperar un minuto ha desaparecido el 70% del concursante,
el 30% no va a tardar...
Ella, Prota2 se ha puesto a
correr directamente por el camino principal en el exterior
del complejo.
—Jefe, sé lo que estás pensando, pero en el contrato
quedó establecido que tendría
que sobrevivir uno de ellos, por
eso se apuntan todos—le dice uno de los técnicos al mandamás.
Hermano_ ¿Normas? ¡ La
audiencia manda! Dentro música infantil…
La bestia permanece quieta
junto al umbral de la entrada,
pues no puede salir. De fondo
se observa la tierra.
La protagonista comienza a
escuchar risas y más risas y un
curioso estribillo infantil que
recuerda.
¡¡Ná ná ná, nanana, ná ná
na, nananananaaaaaa !!
Bajo sus pies una inmensa
cinta transportadora se mueve arrastrándole hacia la casa.
La tela gira a máxima velocidad ...
Al día siguiente el ser estira
sus grandes orejotas como si
fuera un peluche y con su sonrisa afilada se dirige a la cola
donde observa a los candidatos a protas.
Monztruo_ Bienvenidos a
la saga monztruo ¿tenéis sal
de frutas? ¡ Llevo una indigestión !
La cosa devora la cámara
anunciando el final de éste giganto-relato.
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Begoña Sopena
La taza de water
brota en el parque.
El agua que contiene
llena un entramado de
pequeños canales
abiertos en el suelo,
por las ausentes raíces
de un gran sauce,
donde cayeron ahogadas
las rojas cucarachas
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