III. ALGUNOS PROBLEMAS AMBIENTALES EN LOS

Anuncio
CONAMA
Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío
Los recursos más importantes son las algas cochayuyo
(Durvillaea antartica), chasca (Gelidium spp), chicorea
de mar (Gigartina spp.), luga-luga (Iridaea spp.) y
pelillo (Gracilaria sp.).
Entre los peces se encuentran la anchoveta (Engraulis
ringens), sardina común (Clupea bentincki), lenguado
(Paralichthys spp.), blanquillo (Prolatilus jugularis),
cabrilla común (Paralabrax humeralis), pejegallo
(Callorhynchus callorhynchus), pejesapo (Sicyases
sanguineus), corvina (Cilus gilberti) y pejerrey de mar
(Odontheste regia).
En cuanto a los mariscos, destacan almejas
(Protothaca thaca, Ameghinomya antiqua), calamar
(Loligo gahi), culengue (Gari solida), cholga
(Aulacomya ater), caracol rubio (Xanthochorus
cassidiformis), caracol trumulco (Chorus giganteus),
choro (Choromytilus chorus), huepo (Ensis macha),
lapa (Fissurella spp.), loco (Concholepas concholepas),
navajuela (Tagelus dombeii), pulpos
(Octopus vulgaris), jaiba mora (Homalapsis plana),
jaiba peluda (Cancer setosus), jaiba panchote (Taliepus
dentatus), jaiba remadora (Ovalipes trimaculatus),
jaiba reina (Cancer coronatus), picoroco (Megabalanus
psittacus), erizo (Loxechinus albus), pepinos de mar
(Athyonidium chilensis) y piure (Pyura chilensis).
En los ambientes rocosos expuestos se encuentran
preferentemente locos, erizos, piure, picoroco, jaiba
mora, jaiba reina, jaiba panchote, lapa, pejesapo y
cochayuyo. En el litoral rocoso semiexpuesto es posible
encontrar, además de los anteriores, las algas chascas,
chicorea de mar, luga-luga, choros, cholga, blanquillos
y cabrilla común.
En los fondos de arena y grava son comunes las
almejas, jaiba reina, jaiba setosus, jaiba remadora,
navajuelas, huepo, culengue, caracol rubio, caracol
trumulco, lenguados, pejegallo, pejerrey de mar, y
pelillo.
En la columna de agua costera es posible encontrar
calamares, sardina común, anchoveta y corvina.
III. ALGUNOS PROBLEMAS AMBIENTALES
EN LOS ECOSISTEMAS MARINOS DE LA
REGION DEL BIO-BIO
1. Descarga de aguas servidas por emisarios
submarinos
La habilitación de emisarios submarinos para eliminar
las aguas servidas de centros urbanos hacia el mar,
es una solución de ingeniería sanitaria que se está
incrementando en la VIII Región. Hoy, existen tres
emisarios de este tipo ubicados en los sectores de
Penco-Lirquén, Tomé y Coronel Sur, y pronto estarán
en funcionamiento los de Coronel Norte, Lota y San
Vicente-Talcahuano. Este último será el de mayores
proporciones, internándose en el mar 1.800 m en
Punta Los Lobos, en el sector norte de la Bahía de
San Vicente.
Si bien es cierto que eliminar las aguas servidas en
el mar desde el punto de vista sanitario puede ser
una solución para evitar las enfermedades en la
población humana por contacto con desechos
fecales, no lo es desde el punto de vista de la salud
del ambiente marino. En especial en aquellos sectores
que recibirán la gran cantidad de materia orgánica
de origen fecal que -se supone- será diluida en la
columna de agua, pero que mayoritariamente se
sedimenta sobre los fondos marinos en la medida
que es evacuada desde el emisario. Se ha
argumentado que el contacto con el agua de mar y
la presión hidrostática que se genera en el tubo del
emisario serían suficientes para matar los
microorganismos fecales, pero existen evidencias
científicas recientes que indican que en estas
condiciones, las bacterias entrarían en un estado de
latencia y que podrían recuperar su virulencia cuando
encuentran nuevamente situaciones favorables para
su proliferación, incluso meses después de vertidas
en el mar y, a veces, a cientos de kilómetros de
distancia. Además, si las condiciones de corrientes
marinas no son las adecuadas para la dilución del
vertido del emisario, gran parte de las fecas humanas
CONAMA
Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío
como material sólido particulado se acumulan sobre
las arenas creando áreas concentradas con altos
contenidos de materia orgánica en degradación,
negativas para la vida submarina al alterar
notoriamente las condiciones naturales de este tipo
de ambientes. Por su parte, esta alteración de las
condiciones normales en los sedimentos puede
favorecer el crecimiento repentino y masivo de
microorganismos patógenos que afectan la vida de
peces y otros animales que viven en los fondos
marinos.
La solución ideal para este tipo de aguas residuales
es su tratamiento secundario, a lo menos, en plantas
donde efectivamente se les elimine su peligrosidad,
tanto por su carga de materia orgánica como de
microorganismos patógenos típicos en las aguas
servidas de origen doméstico. Los efluentes
secundarios resultantes de este proceso podrían ser
incluso usados para el regadío agrícola o forestal en
suelos donde la calidad y/o disponibilidad de
nutrientes es muy baja.
2. Los residuos industriales líquidos
En los procesos industriales de producción pesquera,
de celulosa y petroquímica se generan grandes
volúmenes de residuos líquidos, conocidos por su
abreviación de “riles” que, por lo general, pueden ser
vertidos directamente a ríos o al mar, previo tratamiento
para evitar o disminuir su potencial contaminante.
Estas exigencias actuales, vía reglamentos y fijación
de normas de emisión, no eran suficientemente
precautorias en la década de los ‘80. En dicha época,
por ejemplo, el crecimiento del sector industrial
pesquero de la VIII Región fue notable, instalándose
numerosas industrias con tecnologías de
procesamiento insuficientemente adecuadas para evitar
la contaminación marina con sus aportes de riles. En
las industrias de fabricación de harina de pescado,
estos residuos se caracterizan por tener altos niveles
de grasas y aceites de pescado y significativas
concentraciones de desechos nitrogenados
provenientes de la degradación de las proteínas
musculares en el proceso de cocción y de la sangre
de los peces en la etapa de descarga de los buques
en los muelles. Además, estas aguas son vertidas con
altas temperaturas y compuestos químicos y ácidos
provenientes de la limpieza de las plantas.
En 1988, fecha cuando los problemas de
contaminación marina por riles en Talcahuano y San
Vicente alcanzó los niveles más críticos, habían
nueve industrias pesqueras en el sector del Canal
El Morro o Rocuant y seis en la Bahía de San
Vicente, vertiendo sus riles al medio marino, a veces
directamente sobre las playas. Los volúmenes de
descargas eran hasta 520 m3/hora en Rocuant y
hasta 3.300 m3/hora en la Bahía.
Los problemas de contaminación más serios que
producen los riles pesqueros sin un adecuado
tratamiento en el ambiente marinos costeros son: a)
disminución del oxígeno disuelto en la columna de
agua debido a la demanda para oxidar la materia
orgánica; b) creación de bolsones de aguas sin
oxígeno; c) aumentos de la temperatura del agua; y,
d) cubrimientos de la superficie del agua y orillas de
playas con capas de aceites y grasas insolubles.
Los efectos contaminantes más negativos ocurrieron
en la Marisma de Rocuant, donde los vertimientos
se hicieron directamente en las limpias aguas de
este delicado ecosistema, transformándolo
rápidamente en un lugar pestilente por los malos
olores, con la vegetación cubierta de aceites y grasas
y eliminado todo rastro de la otrora abundante vida
acuática que existía en ella, dejando de ser un área
de paso o protección de aves acuáticas migratorias.
Hasta hoy, esta situación de la marisma no ha sido
revertida, a pesar que desde 1990 existen diversos
reglamentos y decretos que obligan a las industrias
pesqueras a evitar este tipo de contaminación
mediante mejoramiento tecnológico de sus procesos
de producción.
Otras áreas costeras que están afectadas por la
descargas de riles son Lota, Coronel y Arauco, donde
CONAMA
Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío
la existencia de industrias pesqueras en las dos
primeras, y de celulosa, en la última, sumadas a
las descargas directas de aguas servidas crean
situaciones de alta contaminación química y
orgánica con la consiguiente desfaunación en el
bentos marino.
3.
Puertos
y
terminales
pesqueros
La costa de la región se está transformando en
una importante zona de actividad portuaria, para
atender la demanda de transporte de diversos
tipos de cargas que llegan o salen vía marítima.
En el litoral de la región existen muelles para la
operación de buques de cargas en Lirquén,
Talcahuano, San Vicente, Huachipato y Lota y
desembarque de pesca en Tomé, Lirquén, Penco,
Talcahuano, San Vicente, Lota, Coronel y Lebu.
Toda la actividad portuaria tiene potenciales
impactos sobre el ambiente marino debido a la
implantación
de pilotes y molos de protección para los muelles,
alteración de flujos de corrientes y depositación
de sedimentos, vaciamientos de combustibles,
dragados para la profundización de sitios de
atraques de naves y buques, y vertimientos de
riles, entre otras.
A lo anterior habría que agregar la actividad de
reparación y/o construcción de buques y naves
mayores en diques o astilleros como los de
ASMAR, en el suroeste de la Bahía de
Concepción y de la empresa MARCO, en el sector
norte de la Bahía de San Vicente, dentro del
puerto del mismo nombre. Esta actividad genera
focos de contaminación por el uso de pinturas
tóxicas anti-inscrustantes a base de compuestos
químicos como el estaño, por eliminación de
restos de pinturas y arena en el proceso de
repintado de los cascos y estructuras de las
naves, y en general los residuos de diferentes
tipos resultantes de la mantención o carena de
las embarcaciones.
IV. ALTERNATIVAS PARA EL USO
SUSTENTABLE DE LOS ECOSISTEMAS
MARINOS DE LA REGION DEL BIO-BIO
1. Las gestiones
La aspiración del modelo de Desarrollo Sustentable
en el correcto balance entre la equidad social,
crecimiento económico y protección del ambiente,
requiere de un conjunto de complejas acciones de
administración y toma de decisiones que involucra a
diversas instituciones públicas con sus receptivas
atribuciones, en consenso con los intereses de la
ciudadanía organizada. Las alternativas de gestión
que se apliquen en un momento determinado,
dependerán en gran medida del modelo económico
imperante y de los intereses políticos y sociales más
relevantes en el momento de la toma de decisiones.
Respecto de una adecuada gestión de los
ecosistemas costeros, terrestres y marinos, está
vigente el modelo de la Gestión Integrada de la Zona
Costera (GIZC) fortalecido a partir de la Conferencia
de las Naciones Unidas para el Ambiente y el
Desarrollo, realizada en Río de Janeiro en 1992. A
través de su aplicación, se espera que la sociedad
sea capaz de anticipar y resolver los problemas
complejos en el uso de la zona costera, que pueden
involucrar desde la conservación de los recursos,
mejorar la calidad ambiental, fortalecer la vitalidad
económica, hasta un balanceado uso de este sector
del territorio. Este modelo fue definido por la
Conferencia Mundial de la Costa (1993) como; “GIZC
comprende la evaluación comprensiva, fijación de
objetivos, planificación y administración de los
ecosistemas costeros y sus recursos, tomando en
cuenta las perspectivas culturales e históricas,
conflictos de interés y usos; es un proceso continuo
y evolutivo para lograr el desarrollo sustentable”.
En la región han estado funcionando varias iniciativas
sobre esta materia, existiendo en la actualidad un
proyecto de “Ordenamiento Territorial de la Zona
Costera de la Región del Bío- Bío” ejecutado por el
CONAMA
Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío
Gobierno Regional, el Ministerio de Planificación y
la Cooperación Alemana. A nivel nacional, la
Subsecretaría de Marina estableció una Comisión
Nacional del Borde Costero, cuya misión principal es
definir los tipos de usos para todo el litoral chileno.
2. Las Leyes
Dentro del complejo sistema legal que rige nuestra
institucionalidad, destacan algunas leyes que tienen
referencia directa con la administración de la zona
costera. Por una parte, la Ley General de Bases del
Medio Ambiente (N° 19.300) a través de su extenso
articulado, reglamentos u normas, indica los
procedimientos a seguir en caso de posibles
alteraciones del ambiente por acción de algún
proyecto de inversión o infraestructura. Por otra
parte, la Ley General de Pesca y Acuicultura (N°
18.892) y modificaciones posteriores, establece las
normas para la explotación y conservación de los
recursos marinos vivos de interés comercial, como
asimismo, para su cultivo con fines productivos.
Dentro de las medidas administrativas con acciones
de conservación, se indican las “áreas protegidas”.
LISTA DE ESPECIES CUYOS DESEMBARQUES COMERCIALES SON REGISTRADOS EN LAS
ESTADISTICAS DEL SERVICIO NACIONAL DE PESCA EN LA REGION DEL BIO-BIO.
ALGAS
Nombre común
Cochayuyo
Chasca
Chicorea de mar
Luga-Luga
Pelillo
Nombre Científico
Durvillea antarctica
Gelidium spp.
Gigastina spp.
Iridaea spp.
Gracilaria spp.
PECES
Albacora
Anchoveta
Bacalao de profundidad
Besugo
Blanquillo
Caballa
Cabinza
Cabrilla común
Cochinilla
Cojinoba del norte
Cojinoba del sur
Congrio colorado
Congrio dorado
Congrio negro
Corvina
Dorado
Jurel
Lenguado ojos grandes
Lenguado ojos chicos
Lenguado tres ocelos
Lisa
Xiphias gladius
Engraulis ringens
Dissostichus eleginoides
Epigonus crassicaudus
Prolatilus jugularis
Scomber japonicus peruanus
Isacia conceptionis
Paralabrax humeralis
Mavodon paschalis
Seriolella violacea
Seriolella caerulea
Gcnypterus chilensis
Genypterus blacodes
Genypterus maculatus
Cilus gilberti
Coryphaena hippurus
Trachurus murphyi
Hippoglosina macrops
Paralichthys microps
Paralichthys adspersus
Mugil spp.
CONAMA
Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío
Machuelo tritre
Merluza común
Merluza de cola
Pejegallo
Pejerrey de mar
Raya
Róbalo
Sardina
Sardina común
Sierra
Trucha arcoiris
Ethmidium maculatum
Merluccius gayi
Macrouronus magellanicus
Callorhynchus callorhynchus
Odonthestes regia
Raja spp.
Eleginops maclovinus
Sardinops sagax
Clupea bentincki
Thyrsites atum
Oncorhynchus mykiss
MOLUSCOS
Almeja
Almeja
Calamar
Caracol rubio
Caracol tegula
Caracol trumulco
Culengue
Chitón o apretador
Chitón espinoso
Cholga
Chorito
Choro
Huepo o navaja
Jibia
Lapa
Loco
Macha
Navajuela
Pulpo
Protothaca thaca
Ameghinomia antiqua
Loligo gahi
Xanthochorus cassidiformis
Tegula atra
Chorus giganteus
Gari solida
Chiton spp.
Acanthopleura echinata
Aulacomya ater
Mytilus chilensis
Choromytilus chorus
Ensis macha
Dossidicus gigas
Fisurella spp.
Concholepa concholepa
Mesodesma donacium
Tagelus dombei
Octopus vulgaris
CRUSTACEOS
Camarón nailon
Jaiba marmola
Jaiba mora
Jaiba panchote
Heterocarpus reedi
Cancer edwardisi
Homalapsis plana
Taliepus dentatus
Jaiba peluda o pachona
Jaiba reina
Jaiba remadora
Krill
Langostino amarillo
Langostino colorado
Picoroco
Cancer setosus
Cancer coronatus
Ovalipes trimaculatus
Euphasia superba
Cervimunida johni
Pleuroncodes monodon
Megabalanus psittacus
CONAMA
Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío
OTROS
Erizo
Pepino de mar
Piure
Loxechinus albus
Anthyonidium chilensis
Piura chilensis
(Fuente: Anuario Estadístico de Pesca, Servicio Nacional de Pesca (SERNAPESCA) 1997.)
V. LA CIUDAD COMO ECOSISTEMAS
ARTIFICIALES
El Programa MAB de la UNESCO ha definido
que las ciudades son:
“Como los ecosistemas naturales,
los ecosistemas urbanos están
compuestos de elementos físicos
y biológicos interdependientes y
dependientes, a su vez, de otros
ecosistemas (...) Lo que distingue
a los sistemas urbanos de los
demás ecosistemas es la enorme
preponderancia de su
componente humano, con sus
características sociales,
culturales, económicas y
políticas”.
Las ciudades han ido surgiendo en la medida
del crecimiento de la población humana. En
Chile, actualmente el 84% de la población tiene
carácter urbano. En la Región del Bío-Bío, esta
cifra alcanza un 77%, esperándose que se eleve
a un 81% hacia el año 2005, hecho que de
alguna manera repercutirá sobre el medio natural
de la región. Con el cambio de una sociedad
agrícola a una de tipo más industrial, ha ocurrido
un desplazamiento de la población desde los
sectores rurales a las ciudades, donde
teóricamente existirán mejores oportunidades
de trabajo y desarrollo social.
1. La Ciudad Como un Ecosistema Especial
Es posible estudiar las ciudades como
ecosistemas, considerándolas como unas
enormes unidades suprahumanas que consumen
y transforman grandes cantidades de materia y
energía, a través de complejos sistemas de
interacciones e interdependencias, donde el
anonimato de los actores sociales es la norma.
Por ello, las ciudades constituyen sistemas
complejos, sin comparación con ninguna
estructura existente, y sus límites y conexiones
se extienden sobre todo el planeta
reestructurando y definiendo incluso espacios
lejanos del que obtienen los productos que
necesitan. En efecto, la ciudad ramifica sus
tentáculos de influencia hasta miles de
kilómetros más allá de sus límites físicos ya
extendidos; absorbe cada región interior y
silvestre; expulsa a las poblaciones rurales de
su tierra y las reemplaza con grandes complejos
agroindustriales y forestales; tiende sus
conductos de transporte y comunicación, sus
líneas de suministro y distribución a través de
los entornos de vida silvestre y derrama sus
desechos en todo río, lago y mares cercanos, o
los transporta hacia áreas desérticas, entre
otros.
Así, el modelo de intercambio de materia y
energía de una ciudad es opuesto al de un
ecosistema natural, ya que en estos últimos, los
ciclos son muy cortos y el transporte de materias
y energía es eminentemente vertical. Por cierto,
en contraposición al consumo de energía solar
primaria propia de los ecosistemas naturales,
el hombre utiliza las energías fósiles en
cantidades que superan en varios órdenes de
magnitud la energía de los alimentos que
consume. Esta demanda masiva se produce
CONAMA
Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío
desde y hacia cualquier punto del planeta y
trasladando sus desechos a zonas
circundantes. Así, se puede decir que las
ciudades tienen metabolismo lineal; es decir,
toma lo que necesita en una zona extensa sin
considerar las consecuencias que este hecho
puede tener, deshaciéndose de los desechos
o residuos donde puede.
En resumen, la ciudad presenta, desde el punto
de vista ecológico-ambiental, una serie de
elementos que la diferencian de un ecosistema
natural, destacándose como más importantes
los siguientes:
• Ingreso y salida de agua por canalizaciones
y un alto consumo para el abastecimiento de
la población.
• Alteraciones significativas del relieve y
paisaje originario, con importantes desmontes
y terraplenes para todos los usos de la
expansión urbana.
• Aumento de la contaminación aérea, acuática
y terrestre con sus desechos y residuos.
• Grandes flujos de importación y exportación
de materiales y productos manufacturados.
Sin embargo, la ciudad como sistema de flujo
energético, también presenta cierta similitud
con los ecosistemas naturales, como es la
interrelación de sus partes o subsistemas. En
efecto, una ciudad es un gran complejo que
actúa como un conjunto de subsistemas
interconectados. Cuando una de las variables
de uno de los subsistemas sufre un cambio,
las variables de los sistemas interconectados
deben acomodar sus valores, generando a su
vez efectos sobre otros subsistemas asociados
a estas últimas. Así, por ejemplo, una ciudad
saturada por el tráfico como el Gran
Concepción, buscará soluciones en la
generación de nuevas estructuras viales como
el proyecto de construcción de la Carretera
Ribera Norte, la construcción del puente
Llacolén sobre el Bío-Bío o la incorporación
de sofisticados sistemas de regulación del
tráfico en su sistema urbano interior, que
reduzcan momentáneamente el problema para
que puedan contribuir a aumentar la tensión
sobre otros: más contaminación, consumo de
suelos, contaminación visual o costos en la
oportunidad de desarrollar otra actividad en
esos espacios.
2. El consumo de energía en las
ciudades
El balance entre la energía recibida en una
ciudad y la energía consumida es muy
desigual. Las principales fuentes renovables
de energía son el sol, el viento y el agua, que
no se aprovechan frente a los consumos de
energía procedentes de la combustión de los
compuestos fosilizados de épocas prehistóricas
(petróleo y carbón principalmente). La energía
solar irradiada a la Tierra es de 13 x 1.023
cal/año. De esta cantidad, un tercio es de
energía lumínica y otros dos tercios de energía
calorífica. El ecosistema urbano presenta un
gran desequilibrio energético ya que no usa
energía renovable en su funcionamiento y, por
el contrario, consume cada vez mayores
cantidades de recursos energéticos agotables
tales como el petróleo y sus derivados.
En efecto, en la mayoría de las ciudades el
aporte de energía procedente de los recursos
energéticos fósiles está entre el 25% y 50%
de la energía que llega a la misma ciudad por
la irradiación solar. Visto de esta forma,
junto con la necesidad de reducir el consumo
de energía, la sociedad de las ciudades
debería revisar las fuentes de energía,
reduciendo aquéllas que tienen un mayor
CONAMA
Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío
(Fuente: Tomado de Miller, G. Tyler “Ecología y Medio Ambiente”)
Figura 1: entradas y salidas típicas diarias de materia y energía de una ciudad de un millón de habitantes en
un país desarrollado.
1. Los desechos y su eliminación
Como es sabido, las áreas urbanas son una gran
fuente generadora de residuos. Las profundas
alteraciones de la ciudad sobre el ciclo de nitrógeno
y sus derivados son consecuencia directa de la
producción de residuos sólidos urbanos (basura
doméstica) y su progresiva acumulación, comparada
a su aprovechamiento como abonos antes de la
Revolución Industrial. De esta forma, se pueden
entender los residuos urbanos como recursos
naturales reciclables (sólidos, líquidos y gaseosos)
desaprovechados.
No obstante lo expresado anteriormente, es necesario
indicar -como sostienen muchos investigadoresque: “La ciudad no es una monstruosidad ecológica.
Sino que más bien es el lugar donde los problemas
CONAMA
Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío
y las oportunidades de nuestro modelo de civilización
son más potentes y visibles”. Es decir, el lugar en el
cual se manifiestan más claramente los conflictos
típicos del crecimiento económico e industrial sin
tomar en cuenta el fin último del desarrollo de toda
sociedad humana: el bienestar y calidad de vida del
hombre como sujeto natural y social. Desde este
punto de vista, el reto actual para nuestra sociedad
es precisamente ese, modificar el actual modelo de
civilización con el objetivo que éste atienda de mejor
forma los postulados del Desarrollo Sustentable para
lograr el justo balance entre la equidad social, el
crecimiento económico y la protección del medio
ambiente.
Mejoramiento de la Eficiencia de la Energía
Para caminar hacia una sociedad ambientalmente
más consciente, es necesario cambiar los hábitos y
las dinámicas urbanas. En un planeta con más de
6.000 millones de habitantes, volver al campo y a la
vida rural no es una solución ideal. La respuesta
puede estar en la dirección de convertir los núcleos
urbanos en una nueva síntesis entre la urbe y la
naturaleza, donde la arquitectura, el transporte, el
uso del suelo, la recuperación de los suelos
degradados, las decisiones comunitarias a través de
la participación ciudadana, así como las costumbres
sociales, la educación y la cultura estén íntegramente
relacionadas entre sí.
• Establecer pequeñas plantas de tratamiento y
reciclamiento de agua en los vecindarios.
En esta perspectiva, algunas sugerencias podrían ser:
Transporte
• Proporcionar un servicio de transporte colectivo
eficiente de taxibuses y trenes urbanos.
• Establecer carriles expresos para vehículos de
transporte colectivo en las carreteras y calles
principales de las ciudades.
• Fomentar la construcción de vías de flujo rápido y
expeditos, y el mejoramiento y mantención de las
carreteras existentes.
• Usar leyes de zonificación para evitar la construcción
comercial y residencial en lugares alejados de los
terminales de transporte público.
• Obtener más energía de los recursos disponibles
localmente: energía solar, eólica, hidroeléctricas de
pequeña escala, geotérmica y gas metano asociado
a rellenos sanitarios entre otros.
• Adaptar los edificios públicos para obtener toda o
la mayor parte de su energía de recursos renovables.
• Establecer códigos o reglamentos para la
construcción que requieran que las edificaciones
nuevas sean eficientes en energía y consideren el
clima del lugar.
Agua
Contaminación y Desechos
• Fomentar las empresas que reciclan y reutilizan
recursos, y que enfatizan la prevención de la
contaminación, en vez de depender principalmente
de los métodos de salida para eliminar la
contaminación.
• Reciclar o reutilizar por lo menos el 80% del desecho
urbano sólido, en vez de botarlo o quemarlo.
• Reciclar los desechos de alimentos, afluentes y
sedimento de fondo de las plantas de tratamiento de
aguas servidas, como fertilizantes para costados de
caminos, parques y jardines públicos.
Descargar