CONAMA Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío Los recursos más importantes son las algas cochayuyo (Durvillaea antartica), chasca (Gelidium spp), chicorea de mar (Gigartina spp.), luga-luga (Iridaea spp.) y pelillo (Gracilaria sp.). Entre los peces se encuentran la anchoveta (Engraulis ringens), sardina común (Clupea bentincki), lenguado (Paralichthys spp.), blanquillo (Prolatilus jugularis), cabrilla común (Paralabrax humeralis), pejegallo (Callorhynchus callorhynchus), pejesapo (Sicyases sanguineus), corvina (Cilus gilberti) y pejerrey de mar (Odontheste regia). En cuanto a los mariscos, destacan almejas (Protothaca thaca, Ameghinomya antiqua), calamar (Loligo gahi), culengue (Gari solida), cholga (Aulacomya ater), caracol rubio (Xanthochorus cassidiformis), caracol trumulco (Chorus giganteus), choro (Choromytilus chorus), huepo (Ensis macha), lapa (Fissurella spp.), loco (Concholepas concholepas), navajuela (Tagelus dombeii), pulpos (Octopus vulgaris), jaiba mora (Homalapsis plana), jaiba peluda (Cancer setosus), jaiba panchote (Taliepus dentatus), jaiba remadora (Ovalipes trimaculatus), jaiba reina (Cancer coronatus), picoroco (Megabalanus psittacus), erizo (Loxechinus albus), pepinos de mar (Athyonidium chilensis) y piure (Pyura chilensis). En los ambientes rocosos expuestos se encuentran preferentemente locos, erizos, piure, picoroco, jaiba mora, jaiba reina, jaiba panchote, lapa, pejesapo y cochayuyo. En el litoral rocoso semiexpuesto es posible encontrar, además de los anteriores, las algas chascas, chicorea de mar, luga-luga, choros, cholga, blanquillos y cabrilla común. En los fondos de arena y grava son comunes las almejas, jaiba reina, jaiba setosus, jaiba remadora, navajuelas, huepo, culengue, caracol rubio, caracol trumulco, lenguados, pejegallo, pejerrey de mar, y pelillo. En la columna de agua costera es posible encontrar calamares, sardina común, anchoveta y corvina. III. ALGUNOS PROBLEMAS AMBIENTALES EN LOS ECOSISTEMAS MARINOS DE LA REGION DEL BIO-BIO 1. Descarga de aguas servidas por emisarios submarinos La habilitación de emisarios submarinos para eliminar las aguas servidas de centros urbanos hacia el mar, es una solución de ingeniería sanitaria que se está incrementando en la VIII Región. Hoy, existen tres emisarios de este tipo ubicados en los sectores de Penco-Lirquén, Tomé y Coronel Sur, y pronto estarán en funcionamiento los de Coronel Norte, Lota y San Vicente-Talcahuano. Este último será el de mayores proporciones, internándose en el mar 1.800 m en Punta Los Lobos, en el sector norte de la Bahía de San Vicente. Si bien es cierto que eliminar las aguas servidas en el mar desde el punto de vista sanitario puede ser una solución para evitar las enfermedades en la población humana por contacto con desechos fecales, no lo es desde el punto de vista de la salud del ambiente marino. En especial en aquellos sectores que recibirán la gran cantidad de materia orgánica de origen fecal que -se supone- será diluida en la columna de agua, pero que mayoritariamente se sedimenta sobre los fondos marinos en la medida que es evacuada desde el emisario. Se ha argumentado que el contacto con el agua de mar y la presión hidrostática que se genera en el tubo del emisario serían suficientes para matar los microorganismos fecales, pero existen evidencias científicas recientes que indican que en estas condiciones, las bacterias entrarían en un estado de latencia y que podrían recuperar su virulencia cuando encuentran nuevamente situaciones favorables para su proliferación, incluso meses después de vertidas en el mar y, a veces, a cientos de kilómetros de distancia. Además, si las condiciones de corrientes marinas no son las adecuadas para la dilución del vertido del emisario, gran parte de las fecas humanas CONAMA Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío como material sólido particulado se acumulan sobre las arenas creando áreas concentradas con altos contenidos de materia orgánica en degradación, negativas para la vida submarina al alterar notoriamente las condiciones naturales de este tipo de ambientes. Por su parte, esta alteración de las condiciones normales en los sedimentos puede favorecer el crecimiento repentino y masivo de microorganismos patógenos que afectan la vida de peces y otros animales que viven en los fondos marinos. La solución ideal para este tipo de aguas residuales es su tratamiento secundario, a lo menos, en plantas donde efectivamente se les elimine su peligrosidad, tanto por su carga de materia orgánica como de microorganismos patógenos típicos en las aguas servidas de origen doméstico. Los efluentes secundarios resultantes de este proceso podrían ser incluso usados para el regadío agrícola o forestal en suelos donde la calidad y/o disponibilidad de nutrientes es muy baja. 2. Los residuos industriales líquidos En los procesos industriales de producción pesquera, de celulosa y petroquímica se generan grandes volúmenes de residuos líquidos, conocidos por su abreviación de “riles” que, por lo general, pueden ser vertidos directamente a ríos o al mar, previo tratamiento para evitar o disminuir su potencial contaminante. Estas exigencias actuales, vía reglamentos y fijación de normas de emisión, no eran suficientemente precautorias en la década de los ‘80. En dicha época, por ejemplo, el crecimiento del sector industrial pesquero de la VIII Región fue notable, instalándose numerosas industrias con tecnologías de procesamiento insuficientemente adecuadas para evitar la contaminación marina con sus aportes de riles. En las industrias de fabricación de harina de pescado, estos residuos se caracterizan por tener altos niveles de grasas y aceites de pescado y significativas concentraciones de desechos nitrogenados provenientes de la degradación de las proteínas musculares en el proceso de cocción y de la sangre de los peces en la etapa de descarga de los buques en los muelles. Además, estas aguas son vertidas con altas temperaturas y compuestos químicos y ácidos provenientes de la limpieza de las plantas. En 1988, fecha cuando los problemas de contaminación marina por riles en Talcahuano y San Vicente alcanzó los niveles más críticos, habían nueve industrias pesqueras en el sector del Canal El Morro o Rocuant y seis en la Bahía de San Vicente, vertiendo sus riles al medio marino, a veces directamente sobre las playas. Los volúmenes de descargas eran hasta 520 m3/hora en Rocuant y hasta 3.300 m3/hora en la Bahía. Los problemas de contaminación más serios que producen los riles pesqueros sin un adecuado tratamiento en el ambiente marinos costeros son: a) disminución del oxígeno disuelto en la columna de agua debido a la demanda para oxidar la materia orgánica; b) creación de bolsones de aguas sin oxígeno; c) aumentos de la temperatura del agua; y, d) cubrimientos de la superficie del agua y orillas de playas con capas de aceites y grasas insolubles. Los efectos contaminantes más negativos ocurrieron en la Marisma de Rocuant, donde los vertimientos se hicieron directamente en las limpias aguas de este delicado ecosistema, transformándolo rápidamente en un lugar pestilente por los malos olores, con la vegetación cubierta de aceites y grasas y eliminado todo rastro de la otrora abundante vida acuática que existía en ella, dejando de ser un área de paso o protección de aves acuáticas migratorias. Hasta hoy, esta situación de la marisma no ha sido revertida, a pesar que desde 1990 existen diversos reglamentos y decretos que obligan a las industrias pesqueras a evitar este tipo de contaminación mediante mejoramiento tecnológico de sus procesos de producción. Otras áreas costeras que están afectadas por la descargas de riles son Lota, Coronel y Arauco, donde CONAMA Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío la existencia de industrias pesqueras en las dos primeras, y de celulosa, en la última, sumadas a las descargas directas de aguas servidas crean situaciones de alta contaminación química y orgánica con la consiguiente desfaunación en el bentos marino. 3. Puertos y terminales pesqueros La costa de la región se está transformando en una importante zona de actividad portuaria, para atender la demanda de transporte de diversos tipos de cargas que llegan o salen vía marítima. En el litoral de la región existen muelles para la operación de buques de cargas en Lirquén, Talcahuano, San Vicente, Huachipato y Lota y desembarque de pesca en Tomé, Lirquén, Penco, Talcahuano, San Vicente, Lota, Coronel y Lebu. Toda la actividad portuaria tiene potenciales impactos sobre el ambiente marino debido a la implantación de pilotes y molos de protección para los muelles, alteración de flujos de corrientes y depositación de sedimentos, vaciamientos de combustibles, dragados para la profundización de sitios de atraques de naves y buques, y vertimientos de riles, entre otras. A lo anterior habría que agregar la actividad de reparación y/o construcción de buques y naves mayores en diques o astilleros como los de ASMAR, en el suroeste de la Bahía de Concepción y de la empresa MARCO, en el sector norte de la Bahía de San Vicente, dentro del puerto del mismo nombre. Esta actividad genera focos de contaminación por el uso de pinturas tóxicas anti-inscrustantes a base de compuestos químicos como el estaño, por eliminación de restos de pinturas y arena en el proceso de repintado de los cascos y estructuras de las naves, y en general los residuos de diferentes tipos resultantes de la mantención o carena de las embarcaciones. IV. ALTERNATIVAS PARA EL USO SUSTENTABLE DE LOS ECOSISTEMAS MARINOS DE LA REGION DEL BIO-BIO 1. Las gestiones La aspiración del modelo de Desarrollo Sustentable en el correcto balance entre la equidad social, crecimiento económico y protección del ambiente, requiere de un conjunto de complejas acciones de administración y toma de decisiones que involucra a diversas instituciones públicas con sus receptivas atribuciones, en consenso con los intereses de la ciudadanía organizada. Las alternativas de gestión que se apliquen en un momento determinado, dependerán en gran medida del modelo económico imperante y de los intereses políticos y sociales más relevantes en el momento de la toma de decisiones. Respecto de una adecuada gestión de los ecosistemas costeros, terrestres y marinos, está vigente el modelo de la Gestión Integrada de la Zona Costera (GIZC) fortalecido a partir de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Ambiente y el Desarrollo, realizada en Río de Janeiro en 1992. A través de su aplicación, se espera que la sociedad sea capaz de anticipar y resolver los problemas complejos en el uso de la zona costera, que pueden involucrar desde la conservación de los recursos, mejorar la calidad ambiental, fortalecer la vitalidad económica, hasta un balanceado uso de este sector del territorio. Este modelo fue definido por la Conferencia Mundial de la Costa (1993) como; “GIZC comprende la evaluación comprensiva, fijación de objetivos, planificación y administración de los ecosistemas costeros y sus recursos, tomando en cuenta las perspectivas culturales e históricas, conflictos de interés y usos; es un proceso continuo y evolutivo para lograr el desarrollo sustentable”. En la región han estado funcionando varias iniciativas sobre esta materia, existiendo en la actualidad un proyecto de “Ordenamiento Territorial de la Zona Costera de la Región del Bío- Bío” ejecutado por el CONAMA Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío Gobierno Regional, el Ministerio de Planificación y la Cooperación Alemana. A nivel nacional, la Subsecretaría de Marina estableció una Comisión Nacional del Borde Costero, cuya misión principal es definir los tipos de usos para todo el litoral chileno. 2. Las Leyes Dentro del complejo sistema legal que rige nuestra institucionalidad, destacan algunas leyes que tienen referencia directa con la administración de la zona costera. Por una parte, la Ley General de Bases del Medio Ambiente (N° 19.300) a través de su extenso articulado, reglamentos u normas, indica los procedimientos a seguir en caso de posibles alteraciones del ambiente por acción de algún proyecto de inversión o infraestructura. Por otra parte, la Ley General de Pesca y Acuicultura (N° 18.892) y modificaciones posteriores, establece las normas para la explotación y conservación de los recursos marinos vivos de interés comercial, como asimismo, para su cultivo con fines productivos. Dentro de las medidas administrativas con acciones de conservación, se indican las “áreas protegidas”. LISTA DE ESPECIES CUYOS DESEMBARQUES COMERCIALES SON REGISTRADOS EN LAS ESTADISTICAS DEL SERVICIO NACIONAL DE PESCA EN LA REGION DEL BIO-BIO. ALGAS Nombre común Cochayuyo Chasca Chicorea de mar Luga-Luga Pelillo Nombre Científico Durvillea antarctica Gelidium spp. Gigastina spp. Iridaea spp. Gracilaria spp. PECES Albacora Anchoveta Bacalao de profundidad Besugo Blanquillo Caballa Cabinza Cabrilla común Cochinilla Cojinoba del norte Cojinoba del sur Congrio colorado Congrio dorado Congrio negro Corvina Dorado Jurel Lenguado ojos grandes Lenguado ojos chicos Lenguado tres ocelos Lisa Xiphias gladius Engraulis ringens Dissostichus eleginoides Epigonus crassicaudus Prolatilus jugularis Scomber japonicus peruanus Isacia conceptionis Paralabrax humeralis Mavodon paschalis Seriolella violacea Seriolella caerulea Gcnypterus chilensis Genypterus blacodes Genypterus maculatus Cilus gilberti Coryphaena hippurus Trachurus murphyi Hippoglosina macrops Paralichthys microps Paralichthys adspersus Mugil spp. CONAMA Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío Machuelo tritre Merluza común Merluza de cola Pejegallo Pejerrey de mar Raya Róbalo Sardina Sardina común Sierra Trucha arcoiris Ethmidium maculatum Merluccius gayi Macrouronus magellanicus Callorhynchus callorhynchus Odonthestes regia Raja spp. Eleginops maclovinus Sardinops sagax Clupea bentincki Thyrsites atum Oncorhynchus mykiss MOLUSCOS Almeja Almeja Calamar Caracol rubio Caracol tegula Caracol trumulco Culengue Chitón o apretador Chitón espinoso Cholga Chorito Choro Huepo o navaja Jibia Lapa Loco Macha Navajuela Pulpo Protothaca thaca Ameghinomia antiqua Loligo gahi Xanthochorus cassidiformis Tegula atra Chorus giganteus Gari solida Chiton spp. Acanthopleura echinata Aulacomya ater Mytilus chilensis Choromytilus chorus Ensis macha Dossidicus gigas Fisurella spp. Concholepa concholepa Mesodesma donacium Tagelus dombei Octopus vulgaris CRUSTACEOS Camarón nailon Jaiba marmola Jaiba mora Jaiba panchote Heterocarpus reedi Cancer edwardisi Homalapsis plana Taliepus dentatus Jaiba peluda o pachona Jaiba reina Jaiba remadora Krill Langostino amarillo Langostino colorado Picoroco Cancer setosus Cancer coronatus Ovalipes trimaculatus Euphasia superba Cervimunida johni Pleuroncodes monodon Megabalanus psittacus CONAMA Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío OTROS Erizo Pepino de mar Piure Loxechinus albus Anthyonidium chilensis Piura chilensis (Fuente: Anuario Estadístico de Pesca, Servicio Nacional de Pesca (SERNAPESCA) 1997.) V. LA CIUDAD COMO ECOSISTEMAS ARTIFICIALES El Programa MAB de la UNESCO ha definido que las ciudades son: “Como los ecosistemas naturales, los ecosistemas urbanos están compuestos de elementos físicos y biológicos interdependientes y dependientes, a su vez, de otros ecosistemas (...) Lo que distingue a los sistemas urbanos de los demás ecosistemas es la enorme preponderancia de su componente humano, con sus características sociales, culturales, económicas y políticas”. Las ciudades han ido surgiendo en la medida del crecimiento de la población humana. En Chile, actualmente el 84% de la población tiene carácter urbano. En la Región del Bío-Bío, esta cifra alcanza un 77%, esperándose que se eleve a un 81% hacia el año 2005, hecho que de alguna manera repercutirá sobre el medio natural de la región. Con el cambio de una sociedad agrícola a una de tipo más industrial, ha ocurrido un desplazamiento de la población desde los sectores rurales a las ciudades, donde teóricamente existirán mejores oportunidades de trabajo y desarrollo social. 1. La Ciudad Como un Ecosistema Especial Es posible estudiar las ciudades como ecosistemas, considerándolas como unas enormes unidades suprahumanas que consumen y transforman grandes cantidades de materia y energía, a través de complejos sistemas de interacciones e interdependencias, donde el anonimato de los actores sociales es la norma. Por ello, las ciudades constituyen sistemas complejos, sin comparación con ninguna estructura existente, y sus límites y conexiones se extienden sobre todo el planeta reestructurando y definiendo incluso espacios lejanos del que obtienen los productos que necesitan. En efecto, la ciudad ramifica sus tentáculos de influencia hasta miles de kilómetros más allá de sus límites físicos ya extendidos; absorbe cada región interior y silvestre; expulsa a las poblaciones rurales de su tierra y las reemplaza con grandes complejos agroindustriales y forestales; tiende sus conductos de transporte y comunicación, sus líneas de suministro y distribución a través de los entornos de vida silvestre y derrama sus desechos en todo río, lago y mares cercanos, o los transporta hacia áreas desérticas, entre otros. Así, el modelo de intercambio de materia y energía de una ciudad es opuesto al de un ecosistema natural, ya que en estos últimos, los ciclos son muy cortos y el transporte de materias y energía es eminentemente vertical. Por cierto, en contraposición al consumo de energía solar primaria propia de los ecosistemas naturales, el hombre utiliza las energías fósiles en cantidades que superan en varios órdenes de magnitud la energía de los alimentos que consume. Esta demanda masiva se produce CONAMA Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío desde y hacia cualquier punto del planeta y trasladando sus desechos a zonas circundantes. Así, se puede decir que las ciudades tienen metabolismo lineal; es decir, toma lo que necesita en una zona extensa sin considerar las consecuencias que este hecho puede tener, deshaciéndose de los desechos o residuos donde puede. En resumen, la ciudad presenta, desde el punto de vista ecológico-ambiental, una serie de elementos que la diferencian de un ecosistema natural, destacándose como más importantes los siguientes: • Ingreso y salida de agua por canalizaciones y un alto consumo para el abastecimiento de la población. • Alteraciones significativas del relieve y paisaje originario, con importantes desmontes y terraplenes para todos los usos de la expansión urbana. • Aumento de la contaminación aérea, acuática y terrestre con sus desechos y residuos. • Grandes flujos de importación y exportación de materiales y productos manufacturados. Sin embargo, la ciudad como sistema de flujo energético, también presenta cierta similitud con los ecosistemas naturales, como es la interrelación de sus partes o subsistemas. En efecto, una ciudad es un gran complejo que actúa como un conjunto de subsistemas interconectados. Cuando una de las variables de uno de los subsistemas sufre un cambio, las variables de los sistemas interconectados deben acomodar sus valores, generando a su vez efectos sobre otros subsistemas asociados a estas últimas. Así, por ejemplo, una ciudad saturada por el tráfico como el Gran Concepción, buscará soluciones en la generación de nuevas estructuras viales como el proyecto de construcción de la Carretera Ribera Norte, la construcción del puente Llacolén sobre el Bío-Bío o la incorporación de sofisticados sistemas de regulación del tráfico en su sistema urbano interior, que reduzcan momentáneamente el problema para que puedan contribuir a aumentar la tensión sobre otros: más contaminación, consumo de suelos, contaminación visual o costos en la oportunidad de desarrollar otra actividad en esos espacios. 2. El consumo de energía en las ciudades El balance entre la energía recibida en una ciudad y la energía consumida es muy desigual. Las principales fuentes renovables de energía son el sol, el viento y el agua, que no se aprovechan frente a los consumos de energía procedentes de la combustión de los compuestos fosilizados de épocas prehistóricas (petróleo y carbón principalmente). La energía solar irradiada a la Tierra es de 13 x 1.023 cal/año. De esta cantidad, un tercio es de energía lumínica y otros dos tercios de energía calorífica. El ecosistema urbano presenta un gran desequilibrio energético ya que no usa energía renovable en su funcionamiento y, por el contrario, consume cada vez mayores cantidades de recursos energéticos agotables tales como el petróleo y sus derivados. En efecto, en la mayoría de las ciudades el aporte de energía procedente de los recursos energéticos fósiles está entre el 25% y 50% de la energía que llega a la misma ciudad por la irradiación solar. Visto de esta forma, junto con la necesidad de reducir el consumo de energía, la sociedad de las ciudades debería revisar las fuentes de energía, reduciendo aquéllas que tienen un mayor CONAMA Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío (Fuente: Tomado de Miller, G. Tyler “Ecología y Medio Ambiente”) Figura 1: entradas y salidas típicas diarias de materia y energía de una ciudad de un millón de habitantes en un país desarrollado. 1. Los desechos y su eliminación Como es sabido, las áreas urbanas son una gran fuente generadora de residuos. Las profundas alteraciones de la ciudad sobre el ciclo de nitrógeno y sus derivados son consecuencia directa de la producción de residuos sólidos urbanos (basura doméstica) y su progresiva acumulación, comparada a su aprovechamiento como abonos antes de la Revolución Industrial. De esta forma, se pueden entender los residuos urbanos como recursos naturales reciclables (sólidos, líquidos y gaseosos) desaprovechados. No obstante lo expresado anteriormente, es necesario indicar -como sostienen muchos investigadoresque: “La ciudad no es una monstruosidad ecológica. Sino que más bien es el lugar donde los problemas CONAMA Capítulo III: Principales Ecosistemas Naturales de la VIII Región • Octava Región del Bío-Bío y las oportunidades de nuestro modelo de civilización son más potentes y visibles”. Es decir, el lugar en el cual se manifiestan más claramente los conflictos típicos del crecimiento económico e industrial sin tomar en cuenta el fin último del desarrollo de toda sociedad humana: el bienestar y calidad de vida del hombre como sujeto natural y social. Desde este punto de vista, el reto actual para nuestra sociedad es precisamente ese, modificar el actual modelo de civilización con el objetivo que éste atienda de mejor forma los postulados del Desarrollo Sustentable para lograr el justo balance entre la equidad social, el crecimiento económico y la protección del medio ambiente. Mejoramiento de la Eficiencia de la Energía Para caminar hacia una sociedad ambientalmente más consciente, es necesario cambiar los hábitos y las dinámicas urbanas. En un planeta con más de 6.000 millones de habitantes, volver al campo y a la vida rural no es una solución ideal. La respuesta puede estar en la dirección de convertir los núcleos urbanos en una nueva síntesis entre la urbe y la naturaleza, donde la arquitectura, el transporte, el uso del suelo, la recuperación de los suelos degradados, las decisiones comunitarias a través de la participación ciudadana, así como las costumbres sociales, la educación y la cultura estén íntegramente relacionadas entre sí. • Establecer pequeñas plantas de tratamiento y reciclamiento de agua en los vecindarios. En esta perspectiva, algunas sugerencias podrían ser: Transporte • Proporcionar un servicio de transporte colectivo eficiente de taxibuses y trenes urbanos. • Establecer carriles expresos para vehículos de transporte colectivo en las carreteras y calles principales de las ciudades. • Fomentar la construcción de vías de flujo rápido y expeditos, y el mejoramiento y mantención de las carreteras existentes. • Usar leyes de zonificación para evitar la construcción comercial y residencial en lugares alejados de los terminales de transporte público. • Obtener más energía de los recursos disponibles localmente: energía solar, eólica, hidroeléctricas de pequeña escala, geotérmica y gas metano asociado a rellenos sanitarios entre otros. • Adaptar los edificios públicos para obtener toda o la mayor parte de su energía de recursos renovables. • Establecer códigos o reglamentos para la construcción que requieran que las edificaciones nuevas sean eficientes en energía y consideren el clima del lugar. Agua Contaminación y Desechos • Fomentar las empresas que reciclan y reutilizan recursos, y que enfatizan la prevención de la contaminación, en vez de depender principalmente de los métodos de salida para eliminar la contaminación. • Reciclar o reutilizar por lo menos el 80% del desecho urbano sólido, en vez de botarlo o quemarlo. • Reciclar los desechos de alimentos, afluentes y sedimento de fondo de las plantas de tratamiento de aguas servidas, como fertilizantes para costados de caminos, parques y jardines públicos.