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CURSO I: HISTORIA Y PENSAMIENTO SOCIAL SOBRE LA FAMILIA
QUINTA UNIDAD: EL ENFOQUE DE GÉNERO EN EL ABORDAJE HISTORICO
SOBRE LA FAMILIA
TEMA 2: LO FEMENINO EN ESCENA
Los progresos en la condición de las mujeres ha evolucionado bastante más rápido que
las estructuras sociales y económicas repercutiendo de manera significativa dentro y
contra la familia. En este sentido el papel del feminismo1 ha sido crucial, para propiciar
importantes transformaciones legislativas.
Giddens, sostiene que el hombre en una época ha tenido el control sexual y hoy hay
una emancipación -respecto al pasado-, de igualdad sexual y emocional liberada de las
necesidades de reproducción, la cual Giddens lo llama “sexualidad plástica”. Es claro
que Giddens ve a la mujer liberada del espacio en donde estaba relegada, pero no sólo
esta liberación es sexual sino que va por el ámbito de lo social al menos con la
resistencia con la que el movimiento feminista está inmerso a lograr sus propósitos,
deconstruir el falo-logocentrismo.
La investigación historiográfica de las relaciones de género marca un derrotero que
implica la ampliación de las concepciones primarias acerca de la constitución del mundo
social. El movimiento feminista estaría socavando, a través de prolongadas luchas
históricas, el paradigma de la dominación masculina a través de la politización de las
relaciones de género.
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En el siglo XX, durante la década del 60 y 70, cobra mayor autonomía; en un inicio los temas
giraron en torno al uso del cuerpo de la mujer, la violación, el aborto y la denuncia de la
servidumbre sexual y doméstica impuesta por la dominación patriarcal y su influencia mediática
fue considerable. A finales de los 80, las posiciones se bifurca entre el feminismo de la diferencia
y el de la igualdad. En este período, que algunos califican de "post feminista" los desafíos son el
acceso al mercado laboral y al compromiso político. Los debates se dirigen hacia las políticas
natalistas. Si la mayoría de las desigualdades de naturaleza jurídica han sido suprimidas,
subsisten otras no menos significativas, como por ejemplo la desigualdad salarial, dificultades
para el desarrollo profesional en relación a los varones, etc.
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Otro aspecto importante es el avance crucial que ha tenido el control sobre la
fecundidad, pues permite a las mujeres, planificar el número de hijos. En este sentido el
debate sobre el cuerpo constituye una realidad problematizada. Por esto el cuerpo por
su carácter irreductible, puede sujetarse a diversos discursos ya sean biomédicos,
culturales o sociales.
Para Foucault2 el cuerpo es objeto de deseo del poder, así en la sociedad moderna
vemos que este poder se da por medio de la subjetividad ya que el sexo también está
sujeto a una construcción social, es decir, el cuerpo incluye lo sexual y esta sexualidad
es sensible a cambios culturales, modas y transformaciones sociales, es así que la
definición sexual se vuelve imprescindible para la identidad de los sujetos.
El poder sobre la materialidad del cuerpo o el control del cuerpo puede dividirse en
varios aspectos: primero en la reproducción de la población a través del tiempo, es decir
el control de natalidad y mortalidad. Tenemos también la regulación del espacio, es
decir el lugar que ocupan los cuerpos. Luego las representaciones del cuerpo en los
espacios exteriores, es decir cómo nos vemos o cómo somos percibidos, la expresión
de nuestro yo público a través del cuerpo con nuestras propias identidades sexuales.
Decíamos que el poder sobre la naturaleza del cuerpo puede dividirse en tres aspectos,
así uno de los primordiales han sido el de los derechos reproductivos que han sido a su
vez, ampliamente debatidos en cuanto al uso del cuerpo femenino y el papel del
masculino, esto implica por ejemplo poder elegir el número de hijos, además hacen
alusión al ejercicio de la sexualidad (vivida plenamente) y a la posibilidad de interrumpir
un embarazo, entre otros. La discusión de estos derechos reproductivos ha sido tomada
desde la separación del ámbito público y privado ya que se suele ubicar la producción
como parte de lo público y de lo cercano a la experiencia masculina, mientras que la
reproducción es parte de lo privado, dentro de los espacios de desarrollo que se supone
son de las mujeres y por consiguiente con una menor referencia a los derechos de ese
ámbito. Sin embargo poco a poco lo cotidiano irá tomando fuerza y surgirán de él
nuevos derechos, en especial el replanteamiento del significado del cuerpo como objeto
de atención, de significación y de autodeterminación en la vivencia de la sexualidad y de
la reproducción. Es decir la apropiación del propio cuerpo como sujeto de derechos,
2
Foucault Michel. Vigilar y Castigar. ED Siglo Veintiuno. Madrid 1990
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como territorio de soberanía individual en todos los ámbitos. Las relaciones de pareja se
basan sobre todo en la convivencia en familia, protegida por normas y derechos de
carácter público. Los aspectos humanos de la relación de pareja están condicionados
por los criterios y principios imperantes en cada sociedad, y dependen de variables
sociales, económicas y culturales.
Los estudios de las relaciones de género nos demuestran que la biología es incapaz por
si misma de explicar la existencia de la institución: ni la paternidad ni la maternidad se
reducen a papeles biológicos; se encuentran socialmente determinadas, lo mismo que
el amor paterno o materno. De la misma forma, no existe una justificación natural al
compromiso de mantener una relación de por vida. Sin embargo se observa que
cualquier
sociedad
establece
una
diferencia
entre
unión
legal,
sancionada
jurídicamente, y unión libre o relaciones sexuales esporádicas, aunque sean toleradas
o incluso censuradas por el grupo.
Finalmente es preciso señalar los importantes cambios que se vienen dando en la
mayoría de sociedades en torno al empoderamiento de las mujeres en los ámbitos
públicos y privados con efectos directos en la relación familiar, y que se sintetizan en el
goce de una parte del poder en la “calle” y en la “casa”, la apuesta por la equidad de
género que supone igualdad de condiciones de acceso a la propiedad, los beneficios
del desarrollo, el trabajo, la participación política, ausencia de un lenguaje discriminador,
etc. Entrado en nuevo siglo la mujer de casa, madre de familia exclusiva es como un
recuerdo de las series sesenteras, así como el patriarca proveedor exclusivo también es
una especie en extinsión.
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