Diptico 21 x 15 cm

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ARQUITECTURA DE AUTOR
Estreno de La Dolores, de Bretón, 1895 @ Autor desconocido
PALACIO DE LONGORIA
Madrid
Fotografía de los fundadores de la SGAE
Palacio de Longoria, Casa de los Autores desde 1950
“Las casas nuevas están más muertas que las viejas, porque sus muros son de piedra o de
acero, pero no de hombres. Una casa viene al mundo, no cuando la acaban de edificar, sino
cuando empiezan a habitarla.”
Del poema en prosa No vive ya nadie, de César Vallejo
www.sgae.es
ARQUITECTURA DE AUTOR
PALACIO DE LONGORIA
Sede de la Sociedad General de Autores y Editores
C/ Fenando VI, 4. Madrid
El Palacio de Longoria, enclavado entre las
calles de Fernando VI y Pelayo, en el barrio
madrileño de Justicia, alberga desde el año
1950 la sede central de la Sociedad General
de Autores y Editores, razón por la que
también es popularmente conocido como
La Casa de los Autores. Referente simbólico
del paisaje urbano y de la actividad cultural
en Madrid, es uno de los más significativos
ejemplos de arquitectura modernista que
existen en nuestro país y el más singular de
cuantos todavía perviven en la capital.
Francisco Javier González Longoria, político y financiero de gran predicamento en
la sociedad de principios del siglo XX, encargó en 1902 al arquitecto catalán José
Grases Riera (Barcelona, 1850 – Madrid,
1919) el proyecto de construcción de un
palacete residencial con oficina de trabajo.
Grases Riera, autor también de algunos
destacadas obras en Madrid, como el edificio
de La Equitativa, en la calle de Alcalá, el
conjunto monumental dedicado al rey Alfonso XII que preside el estanque del Parque
del Retiro, así como diversas casas y hoteles
que no siempre han resistido el paso del
tiempo, ideó para el conocido banquero una
edificación en línea con un modernismo
expresionista, probablemente del gusto de
su propietario.
El inmueble se dio por concluido en 1905 y,
como toda obra humana, no encontró el
aplauso unánime de la población. Así, en julio
de 1904, el cronista Domingo Gascón criticaba su emplazamiento y lo que en su opinión
eran lamentables equivocaciones: “Da verdadera lástima ver un derroche tan grande
de ingenio, de arte y de dinero, tan mal
empleado”. En su interior los señores de
Longoria organizaban fastuosas fiestas y,
según las noticias de la época, riquezas
admirables lo decoraban: pinturas de Sorolla,
Zuloaga, Nonell, Romero de Torres o Anglada
Camarasa, valiosas esculturas, alfombras,
tapices, porcelanas, etc.
El palacete perteneció a la familia del banquero Longoria hasta el 29 de septiembre
de 1912. En esta fecha fue comprado por
500.000 pesetas por la Compañía Dental
Española, que presidía Florestán Aguilar,
odontólogo de la Casa Real y uno de los
fundadores de la Escuela de Estomatología
Española, que lo reservó para su vivienda
familiar y para sus distintos gabinetes de
trabajo y salas de espera. En 1946, tras su
muerte, sus herederos lo vendieron, junto al
edificio adjunto de la calle Pelayo, en el que
actualmente se encuentran las oficinas comerciales de la SGAE, a Construcciones
Civiles, S.A.
© fotografías: Santiago Fajardo-Florian Bolk-Paco Manzano-Leo Navarro (Tomadas del libro El Palacio de Longoria y su restauración, de Santiago Fajardo)
Cuatro años después de aquella transacción,
el 8 de marzo de 1950, los dos inmuebles
fueron adquiridos por la Sociedad de Autores,
siendo presidente el maestro Jacinto Guerrero Torres. El pago total ascendió a
4.975.000 pesetas.
Según Eduardo Bautista, presidente ejecutivo de la SGAE, a lo largo de estos más de
sesenta años como sede de la entidad, “tanto
la representatividad de este singular edificio
como las múltiples actividades desarrolladas
por y para los creadores en su seno, lo han
convertido en un referente simbólico indisolublemente unido a la cultura y sus diversas
manifestaciones”.
Desde su finalización, el edificio experimentó
diversas transformaciones que fueron modificando su fisonomía original y que también,
con el transcurrir del tiempo, lo fueron degradando en su globalidad, hasta hacerle perder
un elevado porcentaje de sus características
originales y la totalidad de sus acabados, tanto
externa como interiormente. Entre las intervenciones destacan las realizadas por los
arquitectos García Navas en 1912 y Carlos
Arniches en 1950, que proyectó su reforma
y acondicionamiento.
Su última y hasta ahora definitiva restauración,
que le ha concedido el aspecto actual, fue
acometida en 1992 por el arquitecto Santiago
Fajardo. Se derribó prácticamente todo el
edificio excepto la estructura y la fachada. La
rehabilitación confirió una mayor funcionalidad
al edificio y detuvo el declive forzoso de una
construcción casi centenaria, seriamente
debilitada por sucesivas intervenciones, no
siempre benevolentes con la edificación. El
Palacio requirió una completa actuación de
saneado hasta sus estructuras mismas: consolidación y restauración de las fachadas
exteriores e interiores, incorporación de un
nuevo jardín, regeneración de la espacialidad
interior, dotaciones funcionales, etc. Actuaciones necesarias que, con soluciones concebidas en arquitectura de nuestro tiempo,
han potenciado los valores auténticamente
protagonistas de los casi 5.000 metros cuadrados del Palacio de Longoria.
Hoy en día, la sede de la SGAE constituye uno
de los emblemas arquitectónicos de los que
más orgullosos se sienten los ciudadanos
madrileños, asiduos visitantes de un lugar en
el que destacan la escalera principal, sin duda
la pieza más delicada y espectacular de todo
el inmueble, cubierta por un interesantísimo
lucernario cenital de vidrio emplomado, las
galerías acristaladas, el jardín interior o el salón
de actos (Sala Manuel de Falla), en el que se
celebran regularmente actos de carácter cultural.
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