Inteligencia Socio-Emocional para la Higiene Emocional Aquilino

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Inteligencia Socio-Emocional para la Higiene Emocional
Aquilino Gonzalez-Canovas
15/10/14
Las emociones no-reguladas pueden trabajar en contra de nuestras relaciones y de
nosotros mismos. ¿Es posible regular cómo nos sentimos? Algunas personas han
sido gravemente dañadas en la vida; ¿es posible reparar el estado de ánimo? ¿Es
posible cambiar una vida entera de estados de ánimo negativos, para experimentar
el bienestar emocional? La verdad es que pocos de nosotros hemos sido enseñados a
administrar el estado de ánimo, o para reconocer las emociones de otros y las
nuestras. El hecho es que dicha inteligencia es un juego completamente nuevo para
la humanidad.
A través de REDES, desarrollamos la capacidad para Reconocer las emociones en
otros y en nosotros mismos, Entenderlas y sus consecuencias, Describir o nombrar
diferentes emociones, Expresar y regularlas en nosotros mismo para establecer y
mantener lazos Sociales apropiados con las demás personas..
Podemos incluso, con la ayuda de los demás; crear Constituciones Emocionales en el
trabajo y la familia. Todo lo que se necesita es consciencia, esfuerzo y habilidad. Es
más sencillo que lo que uno puede pensar. Por ejemplo, si estás triste, coloca un
lápiz entre tus dientes. Hacerlo, involucra uso de los músculos de la cara de una
cierta manera... los músculos, que se utilizan cuando sonríes. Los estados de ánimo y
las posiciones de los músculos son interdependientes y una sonrisa, por ejemplo,
envía un mensaje conforme al cerebro, y mejorará tu estado de ánimo.
Piense en cómo otros pueden sentirse si su estado de ánimo es triste. No solo su
cara evidencia la tristeza, pero todo su cuerpo, incluso las feromonas (Feromonas
son hormonas que se transmiten por el aire y que afectan a los demás) que
producen las glándulas serán tristes. Nuestro organismo constantemente riega
feromonas, y éstas, a su vez, el estado de animo de los demas.
Si no somos conscientes de nuestras emociones, estas gobernarán nuestras vidas,
pero al igual que podemos mantener ciertos impulsos en jaque, es también posible,
en el tiempo, cambiar nuestras emociones mórbidas en mejores. Lo primero que
necesitamos hacer, un par de veces por día, es dar paso atrás, intencionalmente,
para recuperar nuestra paz interior y tomar conciencia de nuestras emociones y de
sus posibles consecuencias para uno mismo y los demás a través de ejercicios de
respiración profunda.
¿Ejercicios de respiración profunda? Aquí está la razón de por qué funcionan. Nuestro
cerebro reptil y la amígdala, en el cerebro, envían mensajes emocionales a nuestro
organismo a través del nervio vago, el cual se extiende desde la base de nuestro
cerebro a la parte inferior del abdomen, y a todo nuestro organismo. Por ejemplo,
cuando estamos asustados o ansiosos, la señal de lucha/huída viaja desde el
cerebro, hacia el resto de nuestros cuerpos. Si nuestros corazones y respiración han
acelerado debido a la ansiedad, es porque el nervio vago, que pasa por la garganta,
los pulmones, corazón, hígado, estómago, bazo, intestinos y el sistema reproductor,
coloca el organismo entero en un estado de alerta. La respiración profunda, desde la
parte inferior del abdomen, a la parte superior del tórax, tiene un efecto colinérgico
(la colina es una sustancia química cerebral para la relajación) efecto sobre el
cerebro, y calma al organismo entero, incluyendo las fantasías cataclísmicas y
emociones exageradas, que a su vez bajan la producción de cortisol en las glándulas
suprarrenales. Piensa en lo que ocurre y cómo te sientes cuando te dan un masaje. De
la misma manera, la respiración profunda, relaja el organismo. Igualmente, la
terapia Movimiento de los Ojos para el Relajamiento y la Regulación de las Emociones
tienen efectos calmantes en las personas, particularmente, en aquellos que han
experimentado traumas.
El organismo fisiológico de las personas crónicamente estresadas, está en una
implacable alerta de lucha/huída, es decir, el cerebro, su neuroquímica y la
endocrinología de las hormonas glandulares, todos los órganos y músculos están en
estado de alerta, haciendo imposible la relajación. Eso es conocido como estrés
crónico. Un estado psicosomático hiper-alerta puede convertirse en crónico y la
sinergia entre recuerdos, pensamientos, preocupaciones, fantasías, endocrinología,
emociones, órganos, músculos, piel y sentidos, se vuelve prejudicial. En tales casos el
componente cognitivo psicológico interpreta la realidad a través de su estado
emocional psicosomático. Es decir ese estado de ánimo y emocional afecta la
cognición.
El punto es que las emociones y estados de ánimo personales pueden en la mayoría
de los casos ser autogestionados. La intencionalidad es un requisito: "Quiero, cueste
lo que me cueste". La higiene emocional intencional, administrada por uno mismo es
tan necesaria y frecuente como lavarse el cabello o los dientes y lavarse las manos y
la cara. El objetivo de dicha higiene es des-identificarnos de una fijación crónica a
estados emocionales a través de una desconexión consciente. La meditación es
similar al levantamiento de penumbras emocionales para descubrir la alegría, la paz
y calma interior. Lo que se percibe es un estado de paz interior de auto-contención,
para percibir más objetivamente y resolver lo que haya por resolver de la manera
más apropiada posible. No hace falta decirlo, pero las emociones influyen la
percepción y el juicio.
Desde una perspectiva terapéutica, la mejor de todas las terapias es aquella, que es
autoadministrada eficazmente. Si bien la psicoterapia, desarrolla la introspección, la
comprensión y la resolución, logra su objetivo, una vez que la persona que busca
ayuda, es capaz de lograr el bienestar social y emocional consigo y los demás, por sí
mismo. Un psicoterapeuta es un otro-Yo, hasta que se produce la transición de una
terapia diádica a un manejo personal independiente. Si una persona no desarrolla la
capacidad para administrar su bienestar socio-emocional, poco se ha logrado. El
cordón umbilical emocional necesita ser cortado y su función, psicológicamente
interiorizada en función de un Yo capaz. Uso este ejemplo para ilustrar el papel de la
inteligencia emocional en la vida personal y social.
La inteligencia socio-emocional debe ser el siguiente logro cultural de la humanidad.
Se entiende que en un principio, aquellos que se involucran tendrán la necesidad de
asesoramiento, pero una vez que el individuo o la familia, es capaz de practicar la
higiene socio-emocional, la función cognitiva permitirá a personas y grupos
esforzarse para lograr y mantener la mejor calidad de vida.
Una última observación sobre la sociedad contemporánea: prestamos atención a
como lucimos ante los demás. Los adolescentes pueden pasar un tiempo
considerable dedicado a su aspecto social: cara, vestido y peinado. Los adultos,
además, van a la peluquería, renuevan su vestuario, se duchan, se sumergen en la
bañera, se lavan las manos y la cara, cepillan los dientes y el cabello con frecuencia.
Probablemente hemos interiorizado expectativas sociales... pero como ya he
mencionado un par de párrafos anteriores, la sociedad no nos ha enseñado a
practicar la higiene emocional. Demasiado rápido descartamos los esfuerzos
terapéuticos socio-emocionales como algo que sólo los enfermos emocionalmente
necesitan, o que las practicas de la meditación son para unos pocos. Este prejuicio
social hacia la higiene emocional es indicativo de cuán lejos estamos de la
consciencia de la necesidad de practicar el bienestar socio-emocional.
¿Cuál es el precio pagado por descuidar nuestra vida interior, por no tomar tiempo
para pensar antes de actuar, por intentar cambiar nuestros estados de ánimo a
través de medios ineficientes como lo son las drogas, el alcohol, la hiperactividad, las
compras, los cambios de peinados...? La verdad es que se presta poca atención a
nuestra capacidad innata para reconocer, comprender, etiquetar, expresar y regular
nuestras emociones apropiadamente para el bienestar personal e interpersonal.
Por un tiempo, la practica para el desarrollo de la inteligencia socio-emocional
puede parecernos aburrida y no tener sentido, pero una vez que comenzamos a
cosechar sus beneficios, todo mejora. Si descuidamos nuestra higiene socioemocional, volveremos a tratar de cambiar lo que sentimos viviendo fuera de
nosotros mismo.
Cuál es la mayor de las alegrías? Parece que el esfuerzo por lograr la mejor calidad
en las relaciones interpersonales es la mayor de las dichas.
La satisfacción requiere intencionalidad y perseverancia.
Si los ideales permanecen como tales, la frustración surge.
Las satisfacciones de sí mimo son glotonería.
Postergar y renunciar a satisfacciones de sí mimo, por el bien mayor de los demás,
es virtud.
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