dossier d`Actualitat - Universitat de les Illes Balears

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Departamento de Pedagogía Aplicada y Psicología de la Educación
Universitat de les Illes Balears
Número 1. Septiembre de 201 2
dossier de Actualidad
Sobre la ratio
de alumnos por
aula
Índice
El número de alumnos por aula en otros países .
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6
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8
Los beneficios de las clases pequeñas según la investigación educativa
Las voces del profesorado
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13
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15
Para saber más
Referencias
Notas
4
Dossier de Actualidad n˚ 1, Página 2.
R
ecientemente, a través
del Real decreto ley
14/2012, de 20 de abril,
de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el
ámbito educativo (BOE de 21 de
abril), se ha dispuesto que las administraciones educativas puedan
ampliar hasta un veinte por
ciento la ratio de alumnos por
aula que, hasta ahora, estaba regulada por el artículo 157.1.a) de
la «Ley Orgánica 2/2006, de 3
de mayo, de Educación», para la
Educación Primaria y Secundaria
Obligatoria. Este artículo de la
LOE garantizaba que el número
máximo de alumnos por aula en
Primaria y en la ESO no fuese superior a 25 y 30, respectivamente. Ahora el número de
alumnos por aula podrá ser de 30
en Primaria y de 36 en la ESO.
Con esta medida, y en nombre la
«racionalización del gasto», se
abandona una estrategia de mejora del sistema educativo que
hasta el momento parecía consistente.
Para hacer frente a la recesión
económica, también en el ámbito
educativo se aplica un patrón ya
experimentado en otros sitios. Se
empieza por recortar las actividades extraescolares, se sigue con la
reducción del presupuesto para
gastos de mantenimiento y compras y, finalmente, se recurre a acciones más contundes como el
incremento de alumnos por aula
y la reducción de profesores
(Chakrabarti, Setren, 2011).
Entre tanto se hace un discurso,
a todas luces fariseo, sobre la gran
importancia de la educación.
Está claro pues que, también
aquí, hemos llegado a esa etapa
de ampliación de la ratio de
alumnos por aula y de reducción
de las plantillas.
Se trata, en su conjunto, de una
política de manual que sirve para
poder equilibrar los balances económicos. Y, ciertamente, quizás
equilibran la economía, pero lo
que es seguro es que desequilibran los balances educativos.
El manual también parece indicar que es preciso difundir la idea
de que todos estos recortes carecen de importancia, que, al fin y
al cabo, todo esto no es sino un
problema corporativo del profesorado, un colectivo privilegiado
y ocioso. Parece que hay que minimizar, al menos, los efectos
sobre la opinión pública, de unas
políticas que dañan mejoras sociales conseguidas en los centros
educativos tras años y años de
muchas luchas.
«Nosotros éramos muchos en las
aulas y no nos ha ido nada mal»,
hemos oído decir a un responsable político de nuestro sistema escolar local. Poco original,
efectivamente. No mucho antes,
el ministro de educación francés
–otro fiel seguidor del manual–
había predicado en la Asamblea
de su país que incrementar el número de alumnos por aula era
una medida que no afectaría a la
calidad de la enseñanza1. Hacen
su papel; un papel que, parece,
consiste en hacernos creer que lo
blanco es negro. En esta batalla
para conseguir los beneficios de
la opinión pública también movilizan los think tanks que tan generosamente financian: les pagan
para eso, para que digan lo que
quieren oír en el momento oportuno. Y vaya si lo dicen. Los últimos años, desde que navegamos
por aguas de la recesión, tanto en
los EUA como aquí, en Europa,
han publicado diversos informes
que intentan minimizar los efectos beneficiosos de las políticas de
reducción del número de alumnos por aula2.
Dossier de Actualidad n˚ 1, Página 3.
Es preciso indicar que el número
de alumnos por clase no es el factor que más influye sobre la calidad y la equidad de los sistemas
escolares. Ahora bien, cuando se
sigue la política del manual que
se aplica en nuestro sistema escolar, cuando la ampliación del número de alumnos por aula se
Se trata, en su
conjunto, de una
política de manual
que sirve para poder
equilibrar los
balances
económicos.
Y, ciertamente,
quizás equilibran la
economía, pero lo
que es seguro es que
desequilibran los
balances educativos
acompaña de otros recortes, entonces se encienden todas las
alarmas que señalan que la calidad y la equidad están en peligro.
Conviene que la comunidad educativa (profesorado, alumnado,
familias) tenga las ideas claras.
Como muy bien dice un orientador de un centro de Mallorca que
ha colaborado en la realización
de este dossier:
Cualquier profesor que en
menos de treinta años ha «sufrido» cuatro leyes de educación (LGE, LOGSE, LOCE,
LOE y los intentos que no
cuajaron, como la reforma de
las «enseñanzas medias»)
puede, por simple experiencia
y sin tener que recurrir a investigaciones, confirmar que
el número de alumnos por
grupo, o ratio, repercute, de
forma directa o indirecta,
sobre el aprendizaje del alumnado, el clima del aula y la cohesión del grupo, la gestión
de la diversidad, la metodología docente, el seguimiento
personalizado de los alumnos
y, por qué no, sobre la propia
salud mental del profesorado.
Los resultados de la investigación
-aunque haya quien lo quiera
ocultar- confirman lo que la experiencia le ha enseñado a este
profesor.
Con este Dossier de Actualidad,
elaborado por el profesorado del
Departamento de Pedagogía
Aplicada y Psicología de la Educación (PAPE) de la UIB con la
colaboración de profesores de di-
ferentes centros escolares de la
Comunitat de les Illes Balears, se
pretende contribuir a la necesaria
clarificación del tema. El documento se ha confeccionado
siendo conscientes de que tener
las ideas claras sin llevarlas a la
práctica es como un sueño estéril
y que la acción sin ideas es puro
entretenimiento. Solo las acciones con visiones claras pueden
cambiar el mundo. Solo con
ideas y acciones podemos cambiar la educación.
El número de alumnos por aula
en diferentes países
Las ratios de
alumnos por aula en
Primaria y primer
ciclo de Secundaria
de las escuelas
españolas se sitúan
casi en el punto
medio de los países
de la OCDE
En los países de la OCDE (2011)
la media se sitúa en 21 alumnos
por aula en la etapa de Primaria.
Sin embargo, este número varía
mucho de un país a otro: en Finlandia o Suiza, por ejemplo, los
grupos son inferiores a 20 alumnos, mientras que Chile o China
tienen más de 29.
Las aulas del primer ciclo de Secundaria tienen una media de 24
alumnos, y estas diferencias aún
son más acentuadas que en Primaria: hay países con una media
de tan solo 20 (Finlandia, Suiza
o Dinamarca, entre otros), con
poco más de 35 (Corea) e incluso
con 50 (China).
Las ratios de alumnos por aula en
Primaria y primer ciclo de Secundaria de las escuelas españolas se
sitúan casi en el punto medio de
los países de la OCDE, escasamente por encima: 21,1 alumnos
en Primaria y aproximadamente
23 en el primer ciclo de Secundaria.
La OCDE también proporciona
datos comparativos sobre el número de alumnos por aula en los
cursos de Lengua a los 15 años.
En España, la media de alumnos
es de 22, algo inferior a la media
de todos los países de la OCDE.
(Ver el gráfico de la página siguiente)
Dossier de Actualidad n˚ 1, Página 4.
Ante este baile de cifras hay que
tener en cuenta dos consideraciones.
Según datos de Eurydice (2012),
en dos tercios de los países europeos hay normas que establecen
un número máximo de alumnos
por clase para las etapas de Primaria y Secundaria. Aproximadamente la mitad de estas normas
también incluyen un número mínimo de alumnos. En el tercio
restante de países no hay regulaciones centrales sobre el tamaño
de las clases. Las razones de las
administraciones para normativizar la ratio de alumnos por aula
no responden siempre a resultados de la investigación educativa,
sino a coyunturas sociopoliticoeconómicas de cada uno de los países. Esto explica las razones que,
últimamente, determinados sectores de algunas administraciones
alegan sobre la menor importancia del número de alumnos por lo
que respecta al rendimiento en
clase. Este discurso solo se en-
Ratio media de las clases en las escuelas de los países de la OCDE,
por nivel de educación. Los datos son del año 2009 (OCDE 2011)
Número de
alumnos por clase
Primaria
Primer ciclo de secundaria
60
50
40
30
20
10
1. Año de referencia: 2008
2. Sólo centros públicos.
Las razones de las
administraciones
para normativizar la
ratio de alumnos por
aula no responden
siempre a resultados
de la investigación
educativa, sino a
coyunturas
sociopoliticoeconóm
icas de cada uno de
los países
tiende en clave de coyuntura económica.
Por otra parte, parece que algunas investigaciones llevadas a
cabo no favorecen una explicación clara (y posterior utilización)
de las ventajas ligadas a la enseñanza con grupos reducidos de
alumnos. Como más tarde veremos, la principal ventaja del trabajo con clases reducidas no es
necesariamente que los alumnos
obtengan buenas calificaciones,
pero analizar sus calificaciones,
relacionándolas con el tamaño
del grupo es mucho más fácil que
captar, determinar y analizar
todas las posibles variables del
proceso de enseñanza – aprendizaje que se relacionan (positiva o
negativamente) con el número
de alumnos. Relacionar dos variables fáciles de observar es una
tarea sencilla de llevar a cabo,
pero a menudo resulta inútil para
el progreso de un conocimiento
riguroso.
Dossier de Actualidad n˚ 1, Página 5.
Bélgica (fr.)
Turquía
Irlanda2
Federación Rusa
Suiza2
Islandia
Luxemburgo
Reino Unido
Eslovenia
Estonia
Dinamarca
Finlandia
Italia
Rep. de Eslovaquia
Grecia
Hungría
Austria
Rep. Checa
Portugal
Polonia
Estados Unidos
Australia
Media OCDE
Francia
España
Alemania
Argentina1
Méjico
Chile
Brasil
Israel
Japón
Corea
Indonésia
China
0
Así, como se detallará más adelante, podemos encontrar grupos
de alumnos que, por sus orígenes
socioculturales desfavorecidos,
encuentran en los grupos reducidos una situación más ventajosa
para desarrollar nuevos aprendizajes. Las interacciones con los
profesores o con compañeros tutores, por ejemplo, son más y
mejores que lo serían en grupos
grandes, lo que favorece cualitativa y cuantitativamente los
aprendizajes, sin que ello suponga la obtención de calificaciones brillantes.
En definitiva, no se trata solo de
conocer este baile de ratios entre
países, sino, muy especialmente,
de conocer a qué responden y
cómo se argumentan estas diferencias.
Los beneficios de las clases pequeñas según
la investigación educativa
La reducción del número de
alumnos por clase es una estrategia que ha demostrado ser beneficiosa para la educación de los
niños; tiene un efecto positivo
sobre el rendimiento académico
del alumnado y sobre las prácticas
pedagógicas del profesorado. A
continuación exponemos, de manera resumida, algunos de los
principales beneficios de las políticas de reducción del número de
alumnos por aula.
Mejores resultados académicos
Las lecturas lineales y superficiales de la correlación entre el número de alumnos por aula y el
rendimiento académico pueden
llevar a falsas conclusiones
(OCDE, 2003):
Algunos países ponen deliberadamente a los alumnos con
desventajas o bajo rendimiento en clases más pequeñas, para ofrecerles un
entorno que dé más apoyo a
su aprendizaje [...]. De la
misma manera suele haber
una diferencia de número de
alumnos por clase entre las
escuelas urbanas y las rurales,
por lo que las primeras pueden a la vez tener más alumnos por clase y un
rendimiento académico superior (p.199-200).
Pikkety y Valdenaire (2006) señalan que:
En la mayor parte de países, y
particularmente en Francia, la
medida de las clases suele ser
baja en las escuelas socialmente desfavorecidas que tienen más necesidad de
recursos suplementarios. Por
consiguiente, y teniendo en
cuenta que la ligera aportación de recursos es generalmente demasiado limitada
para compensar la desventaja
inicial de estas escuelas, la correlación bruta entre la medida de la clase y el éxito
escolar va generalmente en el
sentido contrario: superficialmente, la medida de clase
más reducida parece que va
asociada con rendimientos escolares más débiles (p. 8).
Es decir, la reducción de alumnos
por clase no es suficiente para
compensar las desventajas provenientes del entorno familiar.
Basta comprobar que en España,
según PISA, la media de alumnos
por clase en los centros públicos
es más baja que en los centros
concertados y, en cambio, la student performance de los centros
privados es ligeramente superior
que la de los centros públicos.
Estas razones serían suficientes
para entender la dificultad intrínseca para demostrar con una sola
correlación estadística los posibles efectos del número de alumnos por clase sobre su
rendimiento. Esto no quiere
decir, sin embargo, que no se
puedan buscar y encontrar otras
maneras, como lo demuestran los
trabajos a continuación comentamos.
Hay dos trabajos fundamentales
y muy bien documentados que
demuestran que las clases pequeñas favorecen unos mejores resultados académicos: el experimento
Dossier de Actualidad n˚ 1, Página 6.
La reducción del
número de alumnos
por clase tiene un
efecto positivo sobre
el rendimiento
académico del
alumnado y sobre las
prácticas
pedagógicas del
profesorado
Student Teacher Achievement
Ratio (STAR), realizado en los
EUA, y el estudio Class Size and
Pupil Adult Ratio (CSPAR), llevado a cabo en el Reino Unido.
Student Teacher Achievement
Ratio (STAR) es considerado el
estudio experimental más serio y
contundente sobre el tema. Entre
los años 1985 y 1990, unos 8000
alumnos fueron repartidos durante cinco años en dos tipos de
clases: unos fueron asignados a
aulas pequeñas (con una media
de 15 alumnos) y los otros a clases más numerosas (con una
media de 22 alumnos). Posteriormente fueron mezclados y se
hizo un seguimiento de los resultados académicos durante toda la
escolaridad, hasta su entrada en la
enseñanza superior. Los resultados son inequívocos: los alumnos
escolarizados en grupos pequeños obtuvieron mejores resultados que los otros en matemáticas,
lectura y ciencias. Además, los
efectos beneficiosos se mantenían
cuando los alumnos eran reagrupados. Por otra parte, el programa STAR también demostró
que son los alumnos provenientes de minorías étnicas los que
obtienen mayores beneficios de la
reducción del número de alumnos por aula.
The Class Size and Pupil Adult
Ratio (CSPAR) es un trabajo
longitudinal que se llevó a cabo
en el Reino Unido (Blatchford,
2003; Blatchford, Bassett, Goldstein, Martin, 2003; Blatchford,
Moriarty, Edmonds, Martin,
2002) haciendo un seguimiento
a 10000 alumnos de 300 escuelas
desde su ingreso (a los 4 o 5
años), hasta la finalización de la
etapa de Primaria (alrededor de
los 11 años). El estudio demostró
que existe un efecto claro en el
éxito académico durante el primer año, tanto en alfabetización
como en matemáticas. En el segundo año los efectos también
eran claros, pero en el tercero se
reducían. No se encontraron
efectos claros a largo plazo en el
rendimiento en matemáticas.
La correlación entre
la menor ratio de
alumnos por aula y el
rendimiento
académico engloba
múltiples factores
De los trabajos posteriores, en un
entorno más próximo, hay que
destacar los de los franceses Piketty y Valdenaire (2006) y Valdenaire (2011), que demuestran
la influencia decisiva de la reducción del número de alumnos por
aula, especialmente en las escuelas de zonas desfavorecidas.
La correlación entre la menor
ratio de alumnos por aula y el
rendimiento académico engloba
múltiples factores (desde los más
amplios, como por ejemplo, la
interacción, hasta los más concretos, como la cantidad de retroacción) que son los que explican y
dan sentido a la fuerza de esta relación y las diferencias observadas
según la edad de los alumnos3, la
procedencia sociocultural, etc. A
continuación señalamos algunos
de estos factores.
Una mayor satisfacción profesional del profesorado
Incluso algunos trabajos escépticos con la política de reducción
del número de alumnos por aula
señalan una relación positiva
entre las clases pequeñas y determinados aspectos de las condiciones laborales del profesorado;
condiciones que pueden incidir
más directamente sobre la práctica escolar: una mayor apertura
a la innovación en el aula y mejor
satisfacción profesional (OCDE,
2011, 421).
Recientemente se ha demostrado
que una mayor ratio entre profesor y grupo de alumnos es un factor predictor del síndrome de
agotamiento profesional (burnout) de los profesores de Primaria y Secundaria (GonzálezMorales, Peiró, Rodríguez y
Bliese, 2011). Aumentar estas ratios potencia significativamente
determinados componentes del
síndrome burnout en el colectivo
docente, en su componente asociado a «desvinculación» o cinismo. Este sentimiento es
contagioso entre individuos, disminuyendo su autoestima y pro-
Dossier de Actualidad n˚ 1, Página 7.
piciando un clima general de
agotamiento institucional, e incluso repercutiendo en las calificaciones de los alumnos. Por lo
tanto, estaríamos no solo ante un
problema académico, sino que
afectaría también plenamente al
ámbito de la salud.
Una enseñanza más individualizada con atención a las necesidades del alumnado
El tiempo consagrado a la enseñanza individualizada y a las
interacciones alumno-profesor
aumenta en las clases pequeñas.
También se señala una mayor frecuencia del trabajo en pequeño
grupo en clases reducidas.
Hay una mejor atención a las necesidades específicas de los alumnos en los momentos en que
pueden aparecer dificultades.
Más tiempo dedicado a la enseñanza
Las clases pequeñas facilitan que
el profesorado se pueda dedicar
más tiempo a la enseñanza y
menos a intervenciones no estrictamente docentes como la gestión
del
centro
o
el
mantenimiento de un buen clima
de convivencia. Lapointe (2008)
señala hasta once trabajos centrados en este tema, en diez de los
cuales se llega a esta conclusión.
También se ha demostrado que la
política de reducción del número
de alumnos por aula tiene una influencia positiva sobre el estado
de ánimo y el bienestar psicológico del profesorado.
Favorece la implicación familiar
en la educación de los niños
Lapointe (2008) también ha documentado que la reducción de
la ratio de alumnos por aula favorece una mayor implicación de las
familias en la escuela.
Mejora la interacción profesoralumnos
El tema de la interacción profesor-alumnos ha sido tratado en el
marco del Class Size-Research
Project 4 (Blatchford, 2003;
Brühwiler, Blatchford, 2011;
Blatchford, Basset y Brown,
2011). Esta interacción mejora
cuantitativa y cualitativamente
cuando el número de alumnos es
reducido. Esto tiene un poder explicativo muy elevado de buena
parte de las ventajas instruccionales asociadas a los grupos reducidos. También en esta línea,
Hattie (2005) ha tratado sobre la
contribución de la retroacción en
la mejora de los procesos de enseñanza-aprendizaje, procesos
que se ven directamente beneficiados cuando se llevan a cabo en
grupos reducidos.
El tema de la interacción es especialmente importante en la etapa
de Educación Infantil (Eurydice,
2009):
Los efectos beneficiosos de la
educación y atención a la primera infancia sobre el desarrollo de todos los niños y
las niñas, y en particular, los
efectos beneficiosos compensatorios para aquellos que se
encuentran en situación de
desventaja dependen de una
interacción alumno/profesor
de alta calidad, es decir, de la
existencia de un clima de se-
guridad afectiva, de la sensibilidad de los docentes, el
apoyo que brindan a sus
alumnos, su actitud de no intrusión favoreciendo la interacción verbal, su estimulación
y orientación, así como su
papel de guías en el proceso
educativo. Cuanta más interacción de este tipo, mejor. Se
ha comprobado que una
interacción de alta calidad
como la definida aquí se produce con más frecuencia en
clases
con
una
ratio
alumno/profesor favorable y
donde el nivel educativo del
profesorado y del personal
educador es más elevado
(p. 40).
Las voces del profesorado
Cuando hablamos de educación
hay muchos elementos de análisis
que, debido a la complejidad de
la temática, se han de analizar en
mayor profundidad. La situación
resulta intrincada, y la medida del
aumento de alumnos por aula
afectará de diferente a manera a
cada centro. Esto lo piensa también el profesorado, que vive las
aulas en el día a día. Y su opinión,
sus voces, devienen clave para intentar descifrar la complejidad del
tema.
A continuación aparecen opiniones de algunos profesores, a título individual. Se trata de ideas
fundamentadas en el saber que
proporciona el estudio y, sobre
todo, la experiencia. Aunque sean
opiniones individuales, en cierta
manera, también reflejan las del
colectivo al que pertenecen, ya
que esos profesionales forman
parte de un claustro, de un ciclo,
de un nivel, de un departamento,
etc. En estos espacios se habla de
educación, de lo que está pasando ahora y de lo que puede
pasar, de lo que sienten los profesores ante las decisiones de la
Administración que serán los primeros en sufrir; en definitiva,
cómo los cambios inminentes
afectarán en la vida de sus centros.
Estas son, resumidas, algunas de
las opiniones sobre la prevista
ampliación de la ratio de alumnos
por aula.
Dossier de Actualidad n˚ 1, Página 8.
Los maestros se
volverán cada día
más escépticos,
pensando que su
trabajo pesa poco en
la transformación y
mejora de esta
sociedad…
Un maestro de Primaria (tercer curso)
Los nuevos modelos de familia y la
diversidad creciente de los alumnos
requieren más atención individualizada, y esto será más difícil
si se incrementa los alumnos por
aula.
Nos deberíamos preguntar si los
centros públicos y los privados concertados de barriada, las instalaciones y sus materiales, pueden
aguantar los aumentos previstos.
La disminución de las capacidades
económicas de las familias y de las
APYMA hace que el profesorado
tenga mucho cuidado a la hora de
proponer iniciativas (salidas complementarias, material del aula,
nuevas herramientas, etc.). Con el
aumento de alumnos por aula esto
aún se agravará más.
Las clases sociales más afectadas
serán las de siempre.
Los maestros se volverán cada día
más escépticos, pensando que su
trabajo pesa poco en la transformación y mejora de esta sociedad…
demasiado numeroso de alumnos
puede provocar que solo se recurra
a las clases magistrales, dejando de
lado las necesidades específicas. De
alguna manera esto nos puede
hacer volver a la «homogeneización», tan negativa en todos los
sentidos.
Se puede producir un aumento de
la frustración entre el profesorado,
un considerable desequilibrio entre
lo que «querríamos y podríamos
hacer» y lo que nos dejarán hacer.
Las carencias que sufrirán algunos alumnos no podrán ser «compensadas» fuera del ámbito escolar
en igualdad de condiciones; todo
dependerá de los recursos sociofamiliares. Así se acentuarán las diferencias; todo lo contrario de lo
que pretende la escuela inclusiva.
Un director de IES
Un maestro de Primaria
(quinto curso)
Una primera obviedad es que pueden aumentar los alumnos, pero
no el espacio de las aulas y de los
patios, lo que afecta directamente
a la seguridad y a la convivencia.
Otra consecuencia muy previsible:
cada vez será más difícil plantear
una atención personalizada, diseñar adecuaciones curriculares de
todo tipo, hacer una acción tutorial con un mínimo de calidad…
También se verá afectada la relación tutor-alumno; se verá afectado el acompañamiento que se
hace al alumnado en su desarrollo.
Cuantos más alumnos tengamos,
más difícil será llegar a un conocimiento preciso de cada uno de
ellos, con lo que se puede ver reducido el rendimiento y la interacción. Por otra parte, un grupo
Un mayor número de alumnos
por aula hará más difícil aplicar
metodologías activas, afectará al
clima de convivencia del aula e
implicará menos atención individual.
Afectará más a los sectores con
menos recursos, a los recién llegados, al alumnado con riesgo de
abandono. Los sectores que dispongan de medios podrán compensar la falta de atención
individualizada con clases de repaso o de refuerzo, psicopedagogos,…
No es un tema menor la referencia a los aspectos espaciales y materiales. Más alumnos en las
aulas supondrá una menor separación entre pupitres (en algunas
aulas puede ser menos de 1,5 m) y
tener que preparar exámenes diferentes (por filas), dada la proximidad entre los alumnos. En
épocas de calor el ambiente puede
llegar a ser irrespirable [...].
Dossier de Actualidad n˚ 1, Página 9.
Puede haber insuficiencia de pupitres; pueden faltar plazas en los
laboratorios y tener que asumir
más riesgo de accidentes. También habrá insuficiencia de ordenadores (cada grupo se ha dotado
con 28 ordenadores). La insuficiencia de los espacios comunes
(pasillos, patios cubiertos,…)
también es manifiesta.
Un jefe de estudios de IES
En primero de ESO los alumnos
son muy jóvenes, llegan al centro y
necesitan una acogida y una atención individualizada que difícilmente les podremos dar con el
aumento de ratio que se ha decretado.
Se puede producir un
aumento de la
frustración entre el
profesorado, un
considerable
desequilibrio entre lo
que «querríamos y
podríamos hacer» y
lo que nos dejarán
hacer
El número de alumnos con necesidades educativas en el primer ciclo
de nuestro centro es del 28,6 %, la
atención y el apoyo que podrán recibir estos alumnos será menor.
En la ESO la mayoría de asignaturas tienen tres horas semanales
de clase, y el profesorado tendrá
más dificultades para conocer individualmente a los alumnos [...]
Además, hay que pensar que cada
profesor tiene seis grupos y, por lo
de una campaña
mediática que trata
al profesorado como
funcionarios
«gandules» que
trabajan 20 horas,
tienen tres meses de
vacaciones y están
de baja por nada;
permite anticipar que
no contribuirán a
mejorar la calidad de
la educación en
nuestra comunidad
tanto, si se aumenta el número de
alumnos por aula a 35, en total
tendrá que conocer a 210 alumnos.
También se puede provocar un
cambio metodológico, irá primando la enseñanza transmisiva
ante otros tipos de enseñanza más
interactiva, centrados en los
aprendizajes de los alumnos.
Aumentarán las dificultades para
trabajar las competencias en el
aula, ya que muchas de las actividades para llevarlas a cabo, se
hacen en pequeños grupos fomentando el aprendizaje cooperativo,
y con tantos alumnos eso será muy
difícil de gestionar.
En resumen: se resentirá el clima
de aprendizaje del aula.
Un orientador de IES
Si bien es cierto, como dicen algunos de los políticos «austeristas» del
Govern, que ellos estudiaron en
clases con 40 alumnos y han llegado «tan arriba», no mencionan
que en las aulas de BUP en aquellos momentos llegaba un alumnado filtrado, mayoritariamente
de clase media o media alta (los
que no querían o no podían estudiar iban a la FP1); en aquellas
aulas, el profesor o la profesora,
que tenía una función básicamente instructiva con una metodología
transmisiva
y
uniformadora, era considerado
una autoridad, valorado y respetado; las familias de estos alumnos
tenían altas expectativas para sus
hijos y pensaban que obtener titulaciones académicas era una oportunidad de promoción social y
facilitaba el acceso a un puesto de
trabajo… Hoy, todos sabemos que
este panorama ha cambiado y no
vivimos ni en Suiza ni en Finlandia precisamente.
La experiencia vivida por muchos
de nosotros permite afirmar que
un aumento de las ratios, unido a
otros factores, como la misma arquitectura escolar (aulas concebidas para un número más reducido
de alumnos de lo que ahora se pretende, obligará a distribuir los pupitres en fila y bien apretaditos,
para no tener que encender la calefacción, que cuesta dinero) y el
aumento del número de horas de
docencia del profesorado, que repercute en el número de alumnos
que cada profesor tendrá que atender en un curso escolar (en Secundaria, el hecho de que un profesor
pase de tener 18 a 20 horas lectivas
con las nuevas ratios supone que
pasa de atender una media de 160
alumnos a 240), además de una
campaña mediática que trata al
profesorado como funcionarios
«gandules» que trabajan 20 horas,
Dossier de Actualidad n˚ 1, Página 10.
tienen tres meses de vacaciones y
están de baja por nada; permite
anticipar que no contribuirán a
mejorar la calidad de la educación en nuestra comunidad, que se
sitúa entre las primeras de Europa
por lo que respecta al abandono y
el fracaso escolar.
Podemos anticipar algunos de los
efectos a que conducirán estas medidas:
• Empeoran, necesariamente, el
clima de trabajo del aula, y los
alumnos tendrán menos posibilidades de participación.
• Empeoran las relaciones entre
el alumnado y la cohesión del
grupo: mayor número de conflictos y problemas de disciplina.
• Se dificulta en gran manera la
acción tutorial y el seguimiento
personalizado del alumnado
por parte del profesorado, además del contacto y colaboración
con las familias.
• Habrá una reducción del
tiempo efectivo de clase (al quitar el tiempo de pasar lista,
poner orden,… quedan apenas
35 minutos para llevar a cabo
una sesión lectiva).
• Las metodologías expositivas o
transmisivas cobran fuerza por
la imposibilidad o por las serias
dificultades de aplicar metodologías activas, participativas o
de trabajo colaborativo.
• Al aumentar el número de
alumnos, consecuentemente
aumentará la diversidad en el
aula, por lo que su gestión se
hará más difícil.
• El incremento considerable del
tiempo de corrección de las producciones de los alumnos hará
que el profesorado limite los
instrumentos de evaluación a
los exámenes (y reduzca su nú-
mero), en detrimento de otras
técnicas e instrumentos de evaluación.
• El profesorado de apoyo del Departamento de Orientación no
se ha aumentado (incluso
puede disminuir) y el número
de alumnos a los que cada uno
de estos profesionales deberá
prestar apoyo aumentará considerablemente; esto, unido a
En la ESO cada
profesor tiene seis
grupos y, por lo
tanto, si se aumenta
el número de
alumnos por aula a
35, en total tendrá
que conocer a 210
alumnos
las dificultades para coordinarse con el profesorado de
área, conducirá a una atención menos adecuada al alumnado con necesidades específicas
de apoyo y más especialmente a
los alumnos con necesidades
educativas especiales. Además,
este profesorado casi no dispondrá de horario para adaptar
los materiales dirigidos a estos
alumnos.
• Todo esto genera frustración,
insatisfacción del profesorado,
que se siente desbordado, menospreciado y poco valorado.
Un inspector
El curso 2000-2001 en el instituto
de Menorca donde trabajaba redactamos un Proyecto de Intervención Educativa (PIE) que, entre
otros, tenía como principal objetivo
reducir las ratios de los grupos de
ESO para intentar mejorar la
atención individualizada del
alumnado y al mismo tiempo reducir la conflictividad en el aula,
porque intuíamos que la ratio era
una variable fundamental. Nuestro claustro, por gran mayoría, decidió aumentar el horario lectivo
de todo el profesorado. Esto suponía
que en lugar de 18 sesiones lectivas
impartirían entre 19 y 21, y así el
centro dispondría de un «remanente» de horas que permitirían
hacer dos o tres grupos de ESO más
de los que la Conselleria d’Educació nos asignaba de manera oficial. De esta manera la ratio
media de ESO estaba entre los 1820 alumnos.
opinión de las familias, y ha sido
siempre favorable.
De hecho, esta iniciativa se difundió entre los otros centros de Menorca,
de
manera
que,
actualmente, la mayoría de los
centros públicos de Secundaria de
la isla aplican proyectos similares.
Personalmente pienso que, al
menos en el caso de nuestro centro,
ha sido una pena que no se haya
aprovechado esta iniciativa para
introducir cambios metodológicos.
Las medidas de ajuste que ha
enunciado la Conselleria d’Educació para el próximo curso, subiendo las ratios para el cálculo de
grupos en Secundaria de 25 a 30
alumnos y aumentando el coeficiente para calcular la cuota de
profesorado de los centros de 18 a
20 horas lectivas, harán del todo
inviable la continuidad de estos
Habrá una reducción
del tiempo efectivo
de clase (al quitar el
tiempo de pasar lista,
poner orden,…
quedan apenas 35
minutos para llevar a
cabo una sesión
lectiva)
A final de curso se pasó un cuestionario de evaluación de la experiencia y mayoritariamente el
profesorado valoró de manera muy
positiva la iniciativa en cuanto a
la mejora de la atención de los
alumnos y de la convivencia en las
aulas. También aportaban algunas propuestas de mejora para volver a aplicarlo el próximo curso.
De esta manera, hasta el curso actual, con algunas pequeñas variaciones, se ha ido aplicando cada
curso un PIE con el cual se conseguía reducir las ratios de los grupos de ESO, especialmente en
primero, segundo y tercero. Al
final de cada curso se ha continuado valorando el proceso con resultados positivos. En algunas
ocasiones también se ha pedido la
proyectos que tan buena valoración han tenido entre el profesorado y las familias.
Dossier de Actualidad n˚ 1, Página 11.
Para saber más
Para conocer el número de
alumnos por aula en Primaria y
Secundaria en los países de la
OCDE se puede consultar el
indicador D25 del informe
Education at a Glance. La referencia de la última edición es:
OECD (2011). Education at a
Glance 2011. OECD Indicators. Paris; OECD.
En un trabajo recientemente
publicado por Eurydice también se proporcionan datos
que permiten saber cuál es la
situación en los países europeos. La referencia es: Eurydice (2012), Key Data on
Education in Europe 2012.
Brussels; Education, Audiovisual and Cultural Executive
Agency.
De los trabajos que últimamente se han publicado sobre
el tema, hay uno relativamente
reciente6 que, además de su exhaustividad, destaca por centrarse no solo en el
rendimiento académico del
alumnado sino en otras consideraciones también importantes y que a menudo se obvian.
Este trabajo fue realizado a solicitud del Ministerio de Educación del Quebec por el
Centre de Recherche et d’Intervention sur la Réussite Scolaire (CRIRES), y se analizan
más de 500 documentos publicados, a partir de 1999, en revistas revisadas del Canadá,
Europa, Australia y Nueva Zelanda. La referencia del documento es:
Lapointe, C. (2008), Revue des
recherches concernant les conditions d’implantation et les retombées
relatives
à
la
disminution du nombre d’élèves
par classe. Québec; Université
Laval. Centre de Recherche et
d’Intervention sur la Réussite
Scolaire (CRIRES).
Es sabido que las revisiones bibliográficas de tesis constituyen un recurso documental de
primer orden. Es el caso del
trabajo presentado el año pasado por Mathieu Valdenaire
en la École des Hautes Études en
Sciences Sociales para la obtención del grado de doctora. El
capítulo «Revue de littérature»
constituye un excelente estado
de la cuestión. La referencia de
la tesis es: Valdenaire, M.
(2011), Essais en économie de
l’éducation. Tesis doctoral.
École des Hautes Études en
Sciences Sociales.
Un trabajo también reciente y
que analiza lo que dice la literatura sobre la relación entre
número de alumnos y rendimiento académico es el de
Whitehusrt y Chingos. Es un
trabajo mucho menos exhaustivo que los dos anteriores y
hecho con una visión muy economicista. Sea como sea, es recomendable, y la referencia es:
Whitehurst, G. J., y Chingos,
M. M. (2011). Class Size:
What Research Says and What
it Means for State Policy. Brookings: Brown Center on Education Policy.
De los trabajos recientes hechos en Europa que demuestran la conveniencia de las
clases pequeñas es preciso destacar dos:
Dossier de Actualidad n˚ 1, Página 12.
- Piketty, T. y Valdenaire, M.
(2006). «L’impact de la taille des classes sur la réussite
scolaire dans les écoles, collèges et lycées français». Les
Dossiers Enseignement Scolaire, 173. Paris; Ministère
Éducation Nationale.
- La tesis de la profesora M.
Valdenaire (2011) que
hemos referenciado anteriormente.
El Class Size Research Project se
inició en el año 1998 en el Departamento de Psicología y
Desarrollo Humano del Instituto de Educación de la Universidad de Londres. Desde su
web se puede acceder a algunas
de las publicaciones con los resultados obtenidos. La dirección es: http://www.classsi
zeresearch.org.uk/index.html
Hay una buena cantidad de
trabajos también recientes que
minimizan la importancia del
número de alumnos por aula.
Entre ellos encontramos dos
que defienden la conveniencia
de priorizar la inversión en la
formación del profesorado
antes que minimizar los costes
mediante la reducción del número de alumnos por aula. No
dicen nada de aquellas situaciones en las que no se invierte
ni en una cosa ni en la otra. Las
referencias son:
- Barber, M. y Mourshed, M.
(2007). How The World’s
Best-performing
School
systems come out on top.
McKinsey & Company.
- Jensen, B. (2010). Investing
in Our Teachers, Investing
in Our Economy. Grattan
Institute.
Referencias
Barber, M. y Mourshed, M. (2007). Cómo hicieron los sistemas educativos con mejor empeño del mundo
para alcanzar sus objetivos. McKinsey & Company. Recuperado el 3 de junio de 20012, de:
http://mckinseyonsociety.com/how-the-worlds-best-performing-schools-come-out-on-top/
Blatchford, P. (2003). «A systematic observational study of teachers’ and pupils’ behaviour in large and
small classes». Learning and Instruction, 13, 569-595.
Blatchford, P., Bassett, P. y Brown, P. (2011). «Examining the effect of class size on classroom engagement and teacher-pupil interaction: Differences in relation to pupil prior attainment and Primary vs. Seconadry schools». Learning and Instruction, 21, 715-730
Blatchford, P., Moriarty, V., Edmonds, S. y Martin, C. (2002). «Relationships between class size and teaching: a multi-method analysis of English infant schools». American Educational Research Journal,
39(1), 101-132.
Blatchford, P., Bassett, P., Goldstein, H. y Martin. C. (2003). «Are class size differences related to pupils’
educational progress and classroom processes? Findings from the Institute of Education Class Size Study
of children aged 5-7 Years». British Educational Research Journal, 29(5), 709-730.
Brühwiler, Ch. y Blatchford, P. (2011). «Effects of class size adaptative teaching competency and classroom processes and academic outcome». Learning and Instruction, 21, 95-108.
Chakrabarti, R. y Setren, E. (2011). «The Impact of the Great Recession on School District Finances:
Evidence from New York». Federal Reserve Bank of New York. Staff Report nº 534. Recuperado el 5
de junio de 2012, de: http://www.newyorkfed.org/research/staff_reports/sr534.html
Chingos, M. (2011). The False Promise of Class-Size Reduction. Center for American Progress.
Department for Education (2011). «Class Size and education in England evidence report». Research
Report DFE-RR169. Recuperado el 4 de junio de 2012, de: https://www.education.gov.uk/
publications/eOrderingDownload/DFE-RR169.pdf
Department of Education (2000). «Class-size reduction program. Guidance for fiscal year 2000». Washington. Recuperado el 5 de junio de 2012, de: http://www2.ed.gov/offices/OESE/ClassSize/
Guidance/fy2000guidance.pdf
Eurydice (2009). «Educación y Atención a la Primera Infancia en Europa: un medio para reducir las desigualdades sociales y culturales y procesos». Brussels; Education, Audiovisual and Cultural Executive
Agency. Recuperado el 5 de junio de 2012, de: http://eacea.ec.europa.eu/education/eurydice/
documents/thematic_reports/098ES.pdf
Eurydice (2012). «Key Data on Education in Europe 2012». Brussels; Education, Audiovisual and Cultural Executive Agency. Recuperado el 5 de junio de 2012, de: http://eacea.ec.europa.eu/education/
eurydice/documents/key_data_series/134EN.pdf
Dossier de Actualidad n˚ 1, Página 13.
González-Morales, M. G., Peiró, J. M., Rodríguez, I. y Bliese, P. D. (2011). «Perceived collective burnout: a multilevel explanation of burnout». Anxiety, Stress & Coping: An International Journal, 25(1),
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Hanushek, E. A. (2003). «The Failure of Input-based Schooling Policies». Economic Journal, 113(485),
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Hattie, J. (2005). «The paradox of reducing class size and improving learning outcomes». International
Journal of Educational Research, 43, 387-425.
Jensen, B. (2010). Investing in Our Teachers, Investing in Our Economy. Grattan Institute.
Krueger, A. B. (2003). «Economic Considerations and Class Size». Economic Journal, 113(485), 3463.
Langanay, J. Y. (2011). «La taille des classes en débat». Éducation et Devenir. Recuperado el 5 de junio
de 2012, de: http://www.educationetdevenir.fr/spip.php?article400
Lapointe, C. (2008). Revue des recherches concernant les conditions d’implantation et les retombées relatives
à la disminution du nombre d’élèves par classe. Québec; Université Laval. Centre de Recherche et d’Intervention sur la Réussite Scolaire (CRIRES).
Meuret, D. (2001). Les recherches sur la réduction de la taille des classes. Université de Bourgogne. Recuperado el 5 de junio de 2012, de: http://www.hce.education.fr/gallery_files/site/21/85.pdf
OECD (2003). Literacy Skills for the World of Tomorrow - Further results from PISA. 2000. Paris: OECD.
OECD (2011). Education at a Glance 2011. OECD Indicators. Paris: OECD.
Piketty, T. y Valdenaire, M. (2006). «L’impact de la taille des classes sur la réussite scolaire dans les écoles,
collèges et lycées français». Les Dossiers Enseignement Scolaire, 173. Paris: Ministère Éducation Nationale.
Valdenaire, M. (2011). Essais en économie de l’éducation. Tesis doctoral. Paris: École des Hautes Études
en Sciences Sociales.
Whitehurst, G. J. y Chingos, M. M. (2011). Class Size: What Research Says and What it Means for State
Policy. Brookings: Brown Center on Education Policy.
Taguma, M., Litjens, I. y Makowiecki, K. (2012). Quality Matters in Early Childhood Education and
Care. Finland. Paris: OCDE.
Dossier de Actualidad n˚ 1, Página 14.
Notas
1
En el mes de mayo de 2010 el Ministerio de Educación Nacional ya había propuesto aumentar el número de alumnos por aula y en una
nota enviada a los directores y responsables de los centros se indicaba que eso no afectaba a los resultados del alumnado (ver: Langanay,
2011).
2
Las políticas de reducción del número de alumnos por clase son caras y tienen un impacto limitado en el rendimiento del alumnado. Esta
es una idea que se difunde a través de la ideología económica que no sabe mirar nada sin pasar por el tamiz del dinero. Entre los trabajos
que se muestran críticos, sobre todo por su impacto económico, debemos destacar los de Hanushek (2003), Krueger (2003), Chingos
(2011), Jensen (2010).
3
Todos los estudios e investigaciones relacionadas con la calidad y desarrollo óptimo de los niños se refieren a las ratios y tamaño del grupo
como variables fundamentales en la etapa de Educación Infantil (0-6 años). No en vano, en esta edad los niños requieren una atención
especialmente individualizada. Es preciso remarcar también que una Educación Infantil de calidad es un elemento clave y fundamental
para la reducción de las desigualdades educativas. Para conseguir este objetivo es imprescindible regular de forma estricta el tamaño de los
grupos, así como promover la formación del profesorado implicado.
4
Departamento de Psicología y Desarrollo Humano del Instituto de Educación de la Universidad de Londres.
5
Indicator D2 - What is the student-teacher ratio and how big are classes?
6
Otra revisión interesante pero que ya es antigua y, por esa misma razón, incompleta es: Meuret, D. (2001). Les recherches sur la réduction
de la taille des classes. Université de Bourgogne.
Este dossier es el resultado de un debate
entre el profesorado del Departamento de
Pedagogía Aplicada y Psicología de la
Educación de la UIB y de centros de Primaria
y Secundaria de la Comunitat de les Illes
Balears, que a continuación se detalla:
Maria Teresa Adame
Daniel Adrover
Antoni Bauzà
Antonio Casero
Rubén Comas
Jaume Femenias
Dolors Forteza
Concepció Gotzens
Jaume March
Jaume Mascaró
Mercè Morey
Miquel Perelló
Bartomeu Quetgles
Maria Antònia Riera
Eduardo Rigo
Rosa Isabel Rodríguez
Maria Rosa Rosselló
Jesús Salinas
Francesca Salvà
Miquela Sastre
Jaume Sureda
Agustí Vergés
Santos Urbina
Dossier de Actualidad, número 1.
Palma. Septiembre de 2012
Edita: Departamento de Pedagogía Aplicada y
Psicología de la Educación
Director: Jaume Sureda Negre
Subdirectora: Adolfina Pérez Garcias
Secretario: Josep Pérez Castelló
Podéis seguirnos a través de la web:
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y en Facebook:
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PedagogiaAplicada
Diseño gráfico: Ferran Sintes (www.ferransintes.com)
Coordinado y redactado por los profesores:
Dolors Forteza y Jaume Sureda.
Traducido del catalán al castellano por el
profesor Santos Urbina.
Dossier de Actualidad n˚ 1, Página 15.
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