¿De mayor? Tim, es un niño simpático y muy responsable. Es inteligente, ayuda a sus amigos a estudiar, pero siempre, siempre, siempre resuelve los conflictos de sus compañeros. Un día, Pablo el profesor preguntó: - Chicos, ¿qué os gustaría ser de mayores? Todos gritaron y chillaron como si estuvieran lloviendo golosinas del cielo. Pablo exclamó: - ¡Silencio! Voy a preguntaros uno a uno, sin chillar, ¿está bien? - Sí, Don Pablo. Exclamaron todos. Todos estaban nerviosos por decir su profesión, Jaime quería ser futbolista, Paula enfermera como Susana, Ainhoa veterinaria al igual que Guadalupe. Macarena, quería ser reportera, María periodista como Candela, Rafael quería ser futbolista, a Alejandro y Juan tampoco les parecía mala idea serlo. Aitor, científico, Inés quería ser actriz bajo la luz de los focos y el calor de los aplausos. También había gente que no sabía que ser de mayor, como Natalia y Laura. Gonzalo quería ser profesor y enseñar a los alumnos. - ¡¿Profesor?!-exclamó Tim. - Yo, en cuanto termine el colegio no vuelvo. -dijo muy seguro de sí mismo. - Entonces Tim, ¿qué quieres ser de mayor?Preguntó Pablo con un poco de intriga. - Pues… como no quiero volver a ver el colegio a distancia nunca, voy a ser… ¡ASTRONAUTA! –dijo Tim. En ese momento, el señor Wasolsky estaba observando la clase para entrar a explicar su asignatura, pero cuando escuchó la palabra ASTRONAUTA, no cabía en sí de gozo. Entró en la clase con una sonrisa que le ocupaba toda la cara y dijo: - Astronauta, bonita profesión, las estrellas, la Vía Láctea, los planetas… También es interesante introducirse en un cohete y sentir como te lanzan a más de 1.000 metros del suelo. Pero… una pregunta muy sencilla, piénsala bien ¿eh? ¿Por qué astronauta? - Pues muy fácil, he oído que mucha gente ha pisado la Luna, pero… ¿y tocado con sus propias manos? ¿Y sentido con su propio tacto? ¡Céntrate! Al día siguiente, Tim no conseguía centrarse en clase de inglés, las clases estaban separadas en tres grupos, la mayoría de sus amigos iban al nivel medio, con Mari Carmen, muy poca gente iba al nivel bajo con Miriam y al alto iba Tim, con Ana. Ana no dejaba de regañar a Tim porque no se concentraba, tuvo que llegar a un punto en el que tuvo que expulsarle de la clase. En el recreo, Tim se decidió a jugar al Fútbol con sus amigos, como estaba a lo suyo, Juan pegó un pelotazo y tumbó al pequeño Tim en el frío suelo. Jaime, Juan y Álex tuvieron que levantarle y llevarle a secretaría a que le curaran porque el pelotazo le había hecho una gran herida en la parte derecha de la cabeza. Le tuvieron que llevar a urgencias y en la ambulancia tuvo como una especie de visión en blanco y negro como las antiguas series policiacas. En la visión, aparecía Tim, tocando la luna, sintiéndola. Casi parecía que en realidad estaba allí, pero al final del sueño aparecía él, allí, solo, sin nave, sin oxígeno, él en medio del inmenso espacio. Cuando se despertó, se vio atado a una camilla, con la cabeza herida y su mente en blanco. Veía todo borroso, pero cuando se le empezó a aclarar la vista vio a una doctora, con una aguja en la mano e hilo en la otra, Tim ya se imaginaba lo que le iban a hacer. Antes de hacerle nada le pusieron la anestesia y se quedó dormido. Al despertar, todos sus amigos estaban en el hospital, María, Jaime, Paula, Ainhoa, Macarena, Candela, Rafael, Gonzalo, Guadalupe, Aitor, Susana, Alejandro, Inés, Natalia, Juan y Laura, además, Pablo, el profesor Wasolsky, y todos los profesores estaban allí, con globos, pitos, confeti, dulces y la mejor medicina, una gran sonrisa dibujada en su cara. Entonces, Tim preguntó, ¿esto no me impedirá ser astronauta? ¿no? ¿Enfados? ¿Para qué? Hoy, hemos tenido un pequeño problema en clase. No sabíamos quién debería representar al colegio en unas olimpiadas, pero no era ningún timo, porque el ganador iría a cualquier parte del mundo fuera del continente. La mitad de la clase dijo que debería ser Tim el que lo hiciera, porque él siempre saca adelante a todos sus compañeros en los momentos más duros del curso. Otros, votaban a Macarena por sacar siempre buenas notas y ayudar a los amigos. Pablo dijo que podríamos decidirlo en una semana, pero la cosa se puso fea en la hora del recreo. Los que estaban a favor de Tim, pegaron pelotazos a los del bando contrario y los que estaban a favor de Macarena tiraron piedras. Pablo que estaba allí vigilando el patio, regañó a sus alumnos, porque “la violencia solo genera más violencia”. ¡Bien dicho Pablo!, dijo Tim.-A mí no me importa quien represente al colegio siempre que ponga empeño. Macarena respondió, -a mí tampoco me importa si lo hace bien. Pablo dijo: - Bien dicho chicos, aunque perdamos la intención es lo que cuenta ¿no? - Pablo tiene mucha razón dijo el señor Wasolsky, la intención es lo que cuenta, además, lo importante es participar, y si perdemos, podremos decir con orgullo que hemos representado al Colegio tanto el elegido, como los sentados en las gradas. - ¡Guau, qué razón tenéis los dos! Dijeron todos los presentes. Pablo también se quedo alucinado con las palabras del señor Wasolsky y dijo: - Tú de joven querías estudiar derecho ¿no?, porque con los discursos que das, ganas a todos los políticos. Todos soltaron una risilla corta por si a caso le castigaban. Entonces pregunto Guadalupe: - ¿Por qué no representan los dos al colegio? así no habrá que discutir por nada. Entonces dijo Pablo: - Excelente idea Guadalupe, no veo por qué no. - Sí, no me parece mal, así los dos podrán contestar a los temas que más les guste. Dijo el profesor Wasolsky. - Espero que me pregunten astronomía. Dijo Tim. algo sobre El mundo dado la vuelta Tim, es normal, el típico niño que cae bien a todo el mundo, hasta el día en el que las cosas cambiaron, pero no como cuando sacas en un examen un suspenso y al día siguiente un sobresaliente, no, esto no tenía ni pies ni cabeza. Como todo el mundo sabe, los primeros exámenes resultan más complicados después del verano, porque has tenido DOS meses para descansar. Pues para Tim no, a él, el verano le parece la cosa más absurda de todo el mundo. Los niños siempre se alegran cuando tienen vacaciones, porque están para pasarlas con su familia, o en un campamento, o en el centro comercial… Para Tim, el colegio es su vida. O al menos eso era, hasta el día en el que las cosas cambiaron. Era un miércoles por la mañana, como siempre, Tim se había peinado, desayunado, lavado los dientes, etc. Su madre, como siempre, le puso el almuerzo en la mochila, mientras él le daba de comer un hueso a su perro Piropo. Cuando llegó al colegio, las cosas ya no eran las mismas, su clase estaba sentada en los pupitres, y Tim se sentó en el más alejado del profesor. Tim cae bien a todo el mundo, pero de pelota ni un pelo. Se sentó al lado de Laura y Alejandro. Jaime, Juan y Rafa querían darle una sorpresa a Pablo, pero una sorpresa mala, y eso no es bueno. Necesitaban ayuda, y se lo propusieron a Tim. Tim no pensaba que Pablo se iba a poner hecho una furia, porque, ¿a quién no le gustan las bromas? Pablo se puso como un tomate, luego morado y creíamos todos que le iba a dar un ataque al corazón, pero no, él dijo: - Los CUATRO al despacho de la directora, ¡ya! Juan dijo: - Venga ya, sólo te hemos manchado de pintura púrpura, no nos puedes castigar por eso. A Tim se le saltaban las lágrimas al escuchar LOS CUATRO, porque a Tim no le había dado tiempo a colocar “la sorpresa”. Tim dijo con mucha valentía: - Noooooooooooooooooooo… - Sí, ahora mismo.- Dijo Pablo. Los cuatro fueron al despacho de la directora, y por el camino se encontraron al profesor Wasolsky, que se iba tomando un café, dijo extrañado: - ¿Qué os pasa chicos? - Nos han mandado a dirección.- Dijo Rafa. - ¿Qué habéis hecho chicos? - Una bromilla pequeña, insignificante, no tiene importancia.-Dijo Jaime. - Hemos tirado pintura a Pablo por todas partesdijo Juan con un hilillo de voz. - Me van a matar, - dijo Tim asustado. -Ahora no voy a poder ir a la NASA, porque el castigo que nos van a poner va a ser más largo que la Vía Láctea. Un sueño hecho realidad Como todos saben, en Bachillerato, en el colegio, dan becas. Pero no son cualquier becas, son para entrar en las mejores universidades del mundo, o al menos de España. Como Tim no paraba de estudiar solo Astronomía, en los exámenes paso de sacar dieces a ochos, sietes a cincos pelados y cuatro a ceros patateros. Tim no podía concentrarse en otra cosa más que en Astronomía, y en esa asignatura tampoco sacaba buenas notas porque se distraía demasiado y no estudiaba. Sus padres se empezaron a preocupar y le pidieron a su profesor de naturales que si podría ayudar a su hijo a estudiar. El profesor Wasolsky no podía enseñar más al pobre Tim, se pasaba las clases escribiendo apuntes, pasaba los recreos estudiando en apoyo, había hasta días que el profesor Wasolsky se pasaba por su casa para volver a explicarle la lección, a veces con un solo profesor no bastaba, necesitaba también ayuda de Pablo y de Ana, porque no conseguía centrarse. En matemáticas, hacía aviones de papel con hombrecillos dibujados volando, en Conocimiento del Medio, hacía dibujitos, en Inglés, escribía poemas relacionados con la Astronomía, aunque él quería concentrarse, su cabeza no podía más, hasta que un día recordó cuando Juan le pegó un balonazo y tuvo esa visión. Al principio le daba miedo, pero dijo que a lo mejor tenía que ser un fallo. Empezó la semana de las becas, todo el mundo se esforzaba en todo, pero aún más en lo que querían ser de mayores, Tim pensó que si estudiaba solo Astronomía que no tendría becas en más universidades. Pero las evaluaciones eran mañana, pero no estaba preocupado, porque como él dice siempre, su cabeza es como un archivador, todo lo que lee se archiva en su cabeza y no se olvida. Al día siguiente, en el colegio, la primera evaluación era de naturales, la beca era para Oxford. La mejor nota fue matrícula de honor, dos en realidad, una de Tim y otra de Susana. A la hora siguiente, tocaba evaluación de Inglés. La mejor nota fue la de Macarena, y luego Tim con un nueve setenta y cinco. Después, era la evaluación de Lengua, Tim sacó un nueve con cinco centésimas. Más tarde, la evaluación de Educación Física. A Tim no se le dan muy bien los deportes, pero se esforzó y sacó un ocho “pelado”. La última evaluación era la de matemáticas y al ser la hora más corta y seis hojas por delante y por detrás, Tim se tuvo que quedar con Pablo hasta las siete de la tarde cuando terminó el examen, Pablo tuvo que llevar a Tim a casa. Al final, Tim sacó muy buenas notas y gracias a eso sus padres le dejaron salir un rato a pasear con Piropo, su perro, y jugar un rato a la DS. Lo estropeó todo y más Una lluvia de meteoritos llegó desprevenida, Tim empezó a hablar muy deprisa y Armstrong se quedó alucinado con el vocabulario tan enriquecido que tenía el pequeño. Tim estaba convencido de que sobrevivirían con su experiencia y la de Armstrong, Pablo y el profesor Wasolsky, podrían hacer algo que los serviría de ayuda. Pero ocurrió lo peor, si Tim no se hubiera desmayado, si ese meteorito no hubiera estado en el medio, si Armstrong pudiera haber hecho lo imposible… pero no fue así. Tuvieron que saltar de la nave, Armstrong, Pablo y el profesor Wasolsky tuvieron que llevar a Tim en hombros hasta la Luna. Con la fuerza de la gravedad en su contra y el pequeño Tim sufriendo, pocas posibilidades de sobrevivir tendrían. Sabían que Tim estaba angustiado, aunque vivo. Armstrong tenía una vieja radio comunicada por vía satélite con la Tierra, intentó comunicarse con ella: - ¡¡Houston!! tenemos un problema. - ¿Qué pasa Armstrong? - ¡Necesitamos ayuda! ¡¡rápido!! De repente, la radio se estropeó y Tim seguía inconsciente, a Pablo se le saltaban las lágrimas y al profesor Wasolsky le estaba dando un ataque al corazón. A la media hora, con tres horas más de oxígeno en el traje, Tim se despertó y pensó, estoy enamorado, sí, estaba profundamente enamorado. De las estrellas, de la Luna, de los planetas, pero estaba enamorado de una buena amiga, la amiga que iba todos los días a darle un abrazo por las mañanas, la amiga que siempre está en lo peor, la amiga que tanto amaba y quería como a su propia vida, esa amiga tenía un nombre, Susana. Susana era divertida, inteligente, alta, esbelta, cariñosa, guapa en su simplicidad. Los profesores no sabían lo que le pasaba, no contestaba a nadie, cuando de repente ¡¡llegó la nave espacial!! Salvado por el mínimo fallo Cuando llegó la nave espacial, Tim no sabía qué hacer, cumplir su sueño y no vivir para contarlo, o entrar a la nave y volver con su amada Susana. En el último tramo para entrar dentro de la nave, vio una pequeña cabeza asomando por el hombro de un señor de la patrulla de rescate. Era la mejor sonrisa que él podría haber visto nunca, ya se imaginó quién era, Susana. Lo que sí le sorprendió fue que ella estuviera allí, así que hizo lo que nunca debería haber hecho, se quitó el traje en medio del espacio, tocó la Luna, era áspera, fría, apagada… De un salto, se metió en la nave esperando alguna palabra, pero no escuchaba ni hablaba, Tim estaba fijamente concentrado en Susana. Ella se acercó y con sus manos suaves y limpias como el aire, abrazó a Tim con todas sus fuerzas y le puso una mascarilla con oxígeno, pero no funcionaba, no contestaba, no tenía pulso… Todos se asustaron y Susana, con delicadeza cogió la cabeza del pequeño, se inclinó y lo besó. Tim volvió a respirar y Susana se alegró más de lo que nadie se podría imaginar. Todos pensaron “¡Qué valiente es el pequeño y qué inteligente!” Pues no era así, Tim no se sentía valiente por haber vivido tantas aventuras y por haber besado al amor de su vida. No se sentía ni orgulloso, porque nadie le había creído cuando estaba en tierra y dijo que algún día tocaría la Luna, y eso le hacía creer que era una persona entre un millón, y no era así, él no era insignificante. Cuando llegó a la Tierra, todo el colegio le dio un aplauso por ser el primer niño que tocó la luna. Pero claro, todas las chicas iban detrás de él, todos los chicos le escogían para jugar al fútbol… Ahora había un niño que jugaba peor al fútbol que él, ese niño era patoso, reservado, inteligente… Se llamaba Tom, y era el primo de Tim, los nombres eran para no llamar a los dos niños igual. Ahora Tom se sentía apartado del grupo, expulsado de la manada. Hasta que esa misma tarde… Una mentira que lo estropearía todo Tom se puso manos a la obra, tenía un gran plan. Ese plan no era nada bueno, trataba de mentir y decir que Tim no había tocado la Luna y robarle la novia. Cuando Tim lo escuchó todo no se lo podía creer, traicionado por su propio primo. A la mañana siguiente, Tom corrió la noticia y todo el colegio se quedó asombrado, creían que Tim nunca mentiría sobre esas cosas, pero se sentían traicionados. Cuando Tim llegó al colegio se esperaba un aplauso, una felicitación, un beso de Susana… No, nada. El profesor Pablo le dijo a Tim lo que ocurría, aunque él ya lo sabía. Tim corrió como si le fuera la vida en ello hacia su primo, lo empujó contra la pared y le dijo: - Tú, ¿tú eres el que has dicho que nunca toqué la luna?, ¿no?, porque ahora todos me guardan rencor y Susana ya no se molesta ni en preguntar, está más centrada en ti. Tom, ¿por qué me mientes?, di la verdad, me estás ocultando algo, ¿envidia?, ¿rencor?, ¿molestia?... - Tú no lo entiendes, no sabes lo que es ser el cerebrito de la clase, que nunca te escojan al fútbol, que ninguna chica se moleste ni siquiera en saber que existes, ser derrotado por tu propio primo- dijo Tom casi llorando. - Las cosas se arreglan hablando, Tom, ya sé lo que es que no te escojan jugando al fútbol, ni que las chicas te miren… Es duro, pero se puede conseguir, a mí me pasaba cuando el año pasado no estabas tú en el colegio y nunca me elegían, no tenía amigos… ¿Pero sabes con quién te podrías juntar y formar una peña? Con Álex, Juan, Jaime y Rafa, os veo formando una peña. - Pues muchas gracias, primo, es verdad, siempre se pueden conseguir las cosas hablando. Ahora diré la verdad y admitiré que tenía celos de ti, y espero que Susana vuelva contigo, hacéis muy buena pareja. Así se solucionan las cosas, hablando y comentando sobre nuestras distintas opiniones, pero… ¿Susana querrá volver con Tim después de lo ocurrido? ¿Y… por qué pensó que Tim estaba mintiendo cuando era verdad y ella lo había visto? La confusión llevó al logro Cuando Tim pensó: - ¿Por qué Susana no me ha defendido? Fue corriendo a buscarla con las lágrimas fuera. Cuando la vio era demasiado tarde, Tom la había dicho la mentira y ella estaba muy confusa. Tim se acercó y la dijo: - ¿Te importa que esté aquí contigo, Susana? - Vale, pero ¿no estás enfadado conmigo?, Tom ya me lo ha dicho todo y me ha sentado un poco mal, pero tiene mucha razón al estar enfadado, y tú también. Sé que no me vas a perdonar, pero lo siento- dijo ella muy arrepentida. - Sí, sé que no puedo perdonarte, pero mi amor por ti es ciego y la locura siempre lo acompaña, te perdono, no te preocupes, estabas un poco confusa, te entiendo- dijo Tim. - Bonita frase, me ha gustado chicos. Muy bien Susana por arrepentirte y muy bien Tim por saber perdonar. Es lo más importante entre amigos cuando hay discusiones- dijo el profesor Wasolsky. - Pues yo no me creo que haya pisado la luna, porque aparte de tener solo diez años, es un poco imposible, ni Neil Armstrong lo hizo, y fue el primer hombre en pisar la Luna -dijo Álex con un poco de envidia. - ¿Por qué no le crees?- dijeron todos los presentes. - Porque es imposible y ya está, nadie pudo ni podrá hacerlo nunca- dijo Álex muy enfurruñado. - ¿No tendrás envidia?- dijo el profesor Wasolsky. - No sé, es que se me hace raro que ya nadie vaya conmigo a todas partes, porque yo soy el enrollado. Bueno, quizás me pasé un poco, son solo celos, se me pasarán en poco tiempo- dijo Álex. Todo el mundo se quedó feliz, excepto Pablo el profesor, porque… Un día de mala suerte Pablo estaba un poco molesto, porque ese día no había sido muy positivo que se diga. Por la mañana se le cayó el café en la camisa y tuvo que ponerse una de albañil. Cuando se tuvo que subir al coche, al cerrar la puerta se pilló los dedos, con lo cual, no podía corregir los exámenes de problemas. Se bajó del coche y volvió a su casa a curarse la mano herida, pero tuvo tan mala suerte que el perro de su vecina estaba allí presente, y como no se llevaban especialmente bien, le agarró del maletín y lo hizo pedazos, Pablo se enfadó tanto que empezó a chillar al perro y su dueña la señora Magdalena, le dijo que dejara a su pobre perrito en paz. La discusión les llevó toda la mañana, y naturalmente llegó tarde a la escuela. En el colegio, Lola, la profesora de Lengua, se enfadó con Pablo, porque estaban preparando el examen de Lengua, y Lola le pidió a Pablo que la ayudara, pero la cosa no fue muy bien. Se enfadaron porque la pregunta número diez del examen querían hacerla de verbos, pero Pablo propuso hacer un dictado. Ninguno dio su brazo a torcer y la pregunta fue un dictado y luego analizar los verbos. El profesor Wasolsky se encontró con Pablo en el recreo, y este le dijo: - No he visto el maletín que te regalé como bienvenida a este colegio en la sala de profesores, ¿dónde está?- preguntó el profesor Wasolsky. - Resulta… que… el perro de mi vecina lo ha hecho trizas…- respondió Pablo un poco preocupado. - No te preocupes, te compraré otro-respondió el profesor Wasolsky.- Por cierto, ¿has visto a Lola?, parecía que echaba humo, no sé qué la pasaba… - Je, je, je…No la pasa nada…- contestó Pablo. Pablo llegó a clase, y pegó un grito, la sala quedó en silencio, todos se asustaron cuando… ¿Otro viaje? Por la puerta entró Susana. Estaba con la mirada fija en Tim. Pablo la saludó, pero ella no hizo caso. Se fue a sentar en su pupitre, pero al pasar al lado del pupitre de Tim le dio una bolsa cerrada. Tim no sabía por qué se lo daba, pero lleno de impaciencia la abrió cuidadosamente y en su interior había un libro. Miró la portada para comprobar el autor de aquel libro y leyó que el creador de esa historia que Tim desconocía era el maravilloso Julio Verne. Sin pensárselo dos veces observó el título del libro, y era, “Viaje al centro de la Tierra”. Disimuladamente, Tim abrió el libro y comenzó a leer el primer capítulo. Cuando terminó la clase, Tim se acercó a Susana y la dijo: - Susana, ¿a qué viene esto? ¿Por qué me das este libro de Julio Verne? - Pensé que te gustaría…- dijo Susana. - No, no, si me encanta, pero no es mi cumpleaños, y no te he hecho ningún favor, por eso no entiendo por qué me das este librocontestó Tim un poco confuso. - Ayer estuve en una librería y al ver este libro pensé que era como el día que tocaste la Luna, y que podría ser una idea para el futuro- dijo Susana intentando contener la emoción. - Claro que podríamos ir, pero claro, con Pablo y el profesor Wasolsky ¿no?- contestó Tim. Los dos niños cruzaron todo el patio del recreo y se dirigieron hacia la sala de profesores. Una vez allí, llamaron a la puerta y preguntaron si podían hablar con los dos profesores. Ellos salieron un poco extrañados porque no sabían el qué ocurría. Cuando Tim y Susana se lo explicaron, dijeron los dos a la vez: - ¿Por qué no? Habría sido delicioso contaros que los dos niños y los dos profesores no hubieran hecho otro peligroso y arriesgado viaje… pero entonces, no habría cuento… Marta de Vera Pérez 6ºB Curso 2011-2012