El cierre del campo de tránsito de Shousha no supuso el

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NOTA ACLARATORIA
El cierre del campo de tránsito de Shousha no supuso el abandono de los
refugiados por parte de ACNUR en Túnez sino la transferencia de los
programas hacia zonas urbanas
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Aunque el asentamiento temporal se cerró en julio de 2013, esto no significó el fin de la
asistencia a refugiados sino una transferencia de los programas hacia zonas urbanas.
A mediados de marzo 2014, seguían viviendo en el campo cerrado unos 85 refugiados y
solicitantes de asilo que rehusaban abandonarlo.
La situación de muchos inmigrantes y refugiados en países del norte de África es dramática y,
desgraciadamente, las organizaciones humanitarias no podemos dar respuesta a todas estas
necesidades, en muchos casos, por falta de financiación.
En el contexto de Túnez, los programas de ACNUR se han centrado y están actualmente enfocados
hacia las personas que han sido reconocidas como refugiadas bajo el mandato de la Agencia, a falta
de un sistema nacional que asilo que pueda asumir esta función.
El campo de tránsito de Shousha, se abrió de forma temporal en febrero de 2011 con la
colaboración de las autoridades tunecinas, para dar respuesta a la situación de emergencia que se
produjo en el país ante la llegada de centenares de miles de personas que huían del conflicto en
Libia. Por este asentamiento temporal pasaron miles de inmigrantes económicos, que se
encontraban trabajando en Libia en el momento que estalla la crisis, y refugiados, que habían huido
de la persecución y de la guerra en sus países de origen y que estaban también viviendo en ese país.
Este campo provisional, situado a pocos kilómetros de la frontera con Libia, donde se alcanzan
temperaturas que superan los 50 grados, fue concebido como un lugar de paso en el que poder
hacer una valoración de las necesidades de protección de las personas que salieron de Libia y
buscar soluciones para ellos, conjuntamente con el Gobierno de Túnez, organizaciones
humanitarias y la comunidad internacional.
Con el fin de aliviar la presión que la llegada de miles de personas estaba ejerciendo sobre Túnez,
un país que trataba de resurgir tras la caída del Gobierno, se pusieron en marcha tanto programas
de repatriación voluntaria, a cargo de organizaciones como la OIM, y de reasentamiento en terceros
países, gestionados por ACNUR, para los refugiados que llegaron a Túnez antes de diciembre de
2011a consecuencia del conflicto en Libia, y que no podían volver a sus países de origen. El
programa de reasentamiento fue una operación excepcional, condicionada por las plazas ofrecidas
por los distintos países que estaban dispuestos a acoger a refugiados y por los criterios de admisión
que se establecían para la aceptación de casos. Lamentablemente, no todos los refugiados pudieron
ser reasentados, mientras que se observaba la llegada hasta Shousha de personas de distintos
países que no habían vivido el conflicto en Libia pero que, atraídas por el programa de
reasentamiento, buscaban ser reasentadas.
El cierre de este asentamiento temporal en julio de 2013, anunciado con antelación a los residentes,
no significó el fin de la asistencia de ACNUR y de las entidades colaboradoras, para los refugiados y
solicitantes de asilo. Las personas que allí permanecían en esa fecha, fueron informadas de los
programas de asistencia fuera del campo y se les ofreció la posibilidad de beneficiarse de los
paquetes de reintegración en otras zonas. De este modo, el cierre supuso una transferencia de las
actividades hacia zonas urbanas, donde centenares de refugiados han estado recibiendo ayudas
económicas para la reinstalación, alojamiento, apoyo para micro-proyectos, cursos de idiomas y
formación profesional, además del acceso a la educación y servicios de salud tunecinos.
A mediados de marzo 2014, todavía seguían en el campo cerrado unos 85 refugiados y solicitantes
de asilo que rehúsan abandonarlo, mientras que 1.100 refugiados bajo el amparo de ACNUR ya han
iniciado su proceso de integración en la sociedad tunecina principalmente en las ciudades sureñas
de Medenine, Ben Guerdane y Zarzis.
Las dificultades para abrirse camino en Túnez siguen siendo grandes y los programas de ACNUR y
de otras entidades limitados, pero continuarán brindando asistencia a los más vulnerables también
en 2014, en la medida de sus posibilidades.
ACNUR, 31 de marzo de 2014
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