Documento de síntesis La conferencia titulada «Climate change

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Documento de síntesis
La conferencia titulada «Climate change – can soil make a difference?» [Cambio
climático: ¿el suelo puede cambiar las cosas?] se celebró en Bruselas el 12 de junio de
2008. La Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea la organizó con
el objetivo de hacer hincapié en la relación entre el suelo y el cambio climático y, por
ende, en la dimensión transfronteriza de los fenómenos de degradación de suelo tales como
la erosión, la pérdida de materia orgánica del suelo y la desertificación.
Aproximadamente 300 personas asistieron a la conferencia. El público lo formaban
personas muy diversas, desde responsables políticos, funcionarios de las administraciones
nacionales y regionales, investigadores o miembros de grupos de presión hasta
funcionarios de la Comisión Europea. Entre los principales asistentes se contaron el
Presidente del Consejo de Medio Ambiente, la ministra de Medio Ambiente de Islandia, el
Secretario de Estado de Medio Ambiente de Portugal, el Vicepresidente de la Comisión
Temporal sobre el Cambio Climático del Parlamento Europeo y el ponente de la estrategia
temática del suelo del Comité Económico y Social Europeo.
Presidió la conferencia el Sr. Luc Gnacadja (Secretario Ejecutivo de la Convención de las
Naciones Unidas de lucha contra la desertificación), el cual recordó al público que un nivel
muy bajo de materia orgánica del suelo constituye uno de los factores clave que
contribuyen a la desertificación y que los efectos de ésta son devastadores para las vidas
de muchas de las personas más pobres del mundo.
El Sr. Stavros Dimas (Comisario de Medio Ambiente, Comisión Europea) abrió la
conferencia y señaló que la materia orgánica del suelo contribuye de manera
importante a la fertilidad de éste, siendo de hecho como un elixir de vida,
especialmente de la vida vegetal, algo de lo que se hicieron eco muchos otros ponentes
durante la jornada. Igual importancia reviste el hecho de que sea la segunda mayor reserva
de carbono del planeta después de los océanos. Solo en la UE hay más de 70 000 millones
toneladas de carbono orgánico en nuestros suelos. Se trata de una cantidad enorme si
recordamos que la UE emite aproximadamente 2 000 millones toneladas de carbono al año.
Continuó afirmando la necesidad de proteger y mejorar esta reserva de carbono. El
Consejo tiene que hacer avanzar la propuesta de Directiva marco del suelo, pues la Unión
Europea no puede permitirse perder el tiempo y dejar que desaparezca cada vez más
materia orgánica del suelo. Según el Sr. Dimas, es un problema con una dimensión
europea, si no mundial, que exige una solución europea.
Pese a sus nacionalidades y experiencias diversas y a sus convicciones e intereses
científicos variados, la idea general que comunicaron en la conferencia los principales
científicos invitados fue bastante unánime: el suelo forma parte del problema del
cambio climático, pero puede (y debe) también formar parte de su solución. Hasta qué
punto el suelo emite gases de efecto invernadero y hasta qué punto los procesos que
provocan estas emisiones podrían reducirse exigirá mayores esfuerzos para comprenderse
y cuantificarse mejor. Sin embargo, la idea general estuvo clara: la adopción de prácticas
de gestión del suelo más rigurosas, manteniendo y, en lo posible, aumentando el
carbono presente en el suelo, puede contribuir a compensar las emisiones de los
combustibles fósiles (según el profesor Lal, la capacidad potencial de absorción de
carbono de los ecosistemas terrestres compensaría el equivalente de unas 50 partes por
millón de dióxido de carbono atmosférico, que asciende actualmente en la región a 380
partes por millón).
Si bien recordó al público que la reserva de carbono del suelo era limitada en capacidad y
que no era necesariamente permanente, el profesor Smith adujo un sólido argumento en
favor de utilizar el suelo como sumidero desde ahora mismo, porque las emisiones o las
emisiones reducidas a lo largo de los próximos 10 a 20 años determinarán la magnitud de
aumento de temperatura (de +2º a + 6° C o más) que experimentará el mundo para 2100.
Señaló que todos los sectores de las actividades humanas (incluidos UTCUTS [uso de la
tierra, cambio de uso de la tierra y silvicultura] y agricultura) tienen que contribuir, y de
ahí la importancia de unas prácticas rigurosas de gestión del suelo para mantener o
aumentar la materia orgánica del mismo.
El Dr. Liski y el Dr. Freibauer subrayaron la importancia de las turberas naturales como
reservas de carbono y como posibles fuentes de metano y óxido nitroso, por no mencionar
su papel en la filtración del agua y su rica biodiversidad. En su opinión, la protección de
las turberas y su recuperación cuando ya estén drenadas constituye la medida más urgente
que hay que tomar para reducir las enormes emisiones de gases de efecto invernadero
procedentes de los suelos de turba. Abundando en esta idea, el Dr. Arrouays señaló que
preservar las reservas existentes de carbono podría ser más importante que intentar
crear otras nuevas.
Se observó durante los debates que urge medir cuánta materia orgánica están
perdiendo los suelos europeos y dónde. Aunque sin una seguridad total, se sabe que los
suelos están perdiendo carbono y (hasta cierto punto) resulta posible calcular la cuantía de
esta pérdida. Sin embargo, la Unión Europea dista de la situación del Reino Unido, donde
existe desde hace décadas un sistema de supervisión del suelo, según la presentación de la
Sra. Bellamy. La determinación y la medición de las pérdidas de materia orgánica del
suelo son requisitos fundamentales para una ejecución eficaz de las medidas de protección
del suelo.
El debate del grupo de expertos, moderado por el Sr. Grant Lawrence (antiguo Director
en la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea), se abrió con una
declaración de la Sra. Nathalie Kosciusko-Morizet (Secretaria de Estado de Ecología de
Francia), grabada el 4 de junio de 2008, en la que manifestaba su opinión de que el suelo
debería considerarse una categoría contable obligatoria para los países industrializados en
cualquier acuerdo posterior al de Kioto y que la PAC debería tratar en mayor medida los
aspectos del cambio climático y facilitar que los agricultores tuvieran plenamente en
cuenta las consideraciones relacionadas con el cambio climático, antes de añadir que la
propuesta de Directiva marco del suelo formará parte del programa de la Presidencia
francesa, ya que la Directiva contribuiría al almacenamiento de carbono en el suelo.
El Sr. Janez Podobnik (ministro de Medio Ambiente y de Ordenación del Territorio de
Eslovenia y Presidente del Consejo de Medio Ambiente) se preguntó si las medidas
comunitarias dirigidas a reducir el impacto del cambio climático no debían incluir también
la supervisión permanente de las superficies y medidas de referencia para una gestión
rigurosa del suelo en un esfuerzo por preservar y aumentar la capacidad del suelo de
absorber dióxido de carbono. También reiteró el apoyo de Eslovenia a la Directiva marco
del suelo y se mostró de acuerdo con la Sra. Kosciusko-Morizet sobre la necesidad de
reanudar las negociaciones interrumpidas.
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La Sra. Þórunn Sveinbjarnardóttir (ministra de Medio Ambiente de Islandia) subrayó las
relaciones entre la Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la desertificación,
la Convención Marco sobre el Cambio Climático, el Convenio sobre la Diversidad
Biológica y la seguridad alimentaria, especialmente en los países menos desarrollados.
Una idea común de todos estos convenios es la importancia de los suelos y de los servicios
ecosistémicos. El carbono en el suelo es el ingrediente fundamental de la fertilidad del
suelo y es un aspecto crucial del papel de los suelos en los servicios ecosistémicos, tales
como la retención de agua.
El Sr. Humberto Rosa (Secretario de Estado de Medio Ambiente de Portugal) hizo un
alegato apasionado en favor de la protección de suelo, la importancia de la materia
orgánica del suelo y la necesidad de adoptar la Directiva marco del suelo cuanto antes,
porque hace falta legislación europea en este ámbito.
El Sr. Vittorio Prodi (Vicepresidente de la Comisión Temporal sobre el Cambio Climático
del Parlamento Europeo) se hizo eco de las opiniones del Sr. Rosa y aseguró al público que
haría personalmente todo lo posible para facilitar una conclusión positiva de esta propuesta
de legislación.
El Sr. Staffan Nilsson (Comité Económico y Social Europeo) recordó el dictamen
adoptado por su institución en favor de una legislación europea sobre la protección del
suelo, pese a las intensas presiones ejercidas por las organizaciones de agricultores.
Mencionó la importancia de las enmiendas orgánicas y de los lodos de depuradora para
mantener unos niveles suficientes de materia orgánica del suelo. Instó a la Comisión a
revisar la Directiva sobre los lodos de depuradora, porque estos lodos solo deben utilizarse
si se reducen sus niveles de contaminantes (metales pesados y compuestos orgánicos).
En su conclusión, el Sr. Jos Delbeke, Director General adjunto de la Dirección General de
Medio Ambiente de la Comisión Europea, resumió las ideas fundamentales desprendidas
de las intervenciones y debates:
• El suelo es parte tanto del problema como de la solución del cambio climático. Es
indispensable apoyar las prácticas de utilización del suelo que ayuden a mantener y, en
lo posible, aumentar la materia orgánica del suelo.
• La degradación del suelo tiene repercusiones transfronterizas, por lo que resulta
necesaria una legislación europea común que aborde este fenómeno y, en especial,
descubra donde se están produciendo pérdidas de materia orgánica del suelo y mida
esas pérdidas.
• Está claro que la Unión Europea (y el mundo) tienen que adaptarse al cambio climático
y que el suelo desempeña un papel crucial para garantizar la producción de
alimentos y servicios frente a una condiciones climáticas negativas.
Cerró la conferencia el Sr. Luc Gnacadja, quien indicó la importancia de proseguir el
debate sobre la relación entre el cambio climático, la pérdida de materia orgánica del suelo
y la desertificación al efecto de invertir unas tendencias insostenibles.
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