Termina la controversia sobre los aranceles del azúcar 10:25 am 06-septiembre Según el proyecto del Ministerio de Comercio, el tope del arancel que grava el azúcar importado iba a pasar de 116% a 40% en un plazo de tres años. Los industriales de la caña y el gobierno nacional finalmente llegaron a un acuerdo: fijar en 70% el impuesto protector. Colombia produce 119 toneladas de caña por hectárea, frente a 83 de Brasil y las 86 de Australia. Y mientras la producción mundial promedio es 8,2 toneladas de azúcar por hectárea, Colombia reporta 13,8 toneladas. Esta semana se desató el debate en torno al proyecto de decreto que el Ministerio de Comercio publicó el pasado viernes en su página web. El documento confirmaba la propuesta del gobierno de modificar el Sistema Andino de Franjas de Precios (SAFP) reduciendo hasta en un 77% el tope de los aranceles que gravan el azúcar importado. Uno de los primeros en oponerse fue Luis Fernando Londoño, presidente de la Asociación de Cultivadores de Caña de Colombia (Asocaña). Londoño afirmó que los actuales topes del SAFP son necesarios para proteger al mercado nacional azucarero del concierto internacional del producto que, según la American Sugar Alliance, está profundamente distorsionado por efecto de los sistemas de subsidios y mecanismos regulatorios con los que otros países protegen sus producciones. Según Londoño, el decreto en lugar de estimular la libre competencia en el mercado interno, produciría una crisis social y económica en el suroccidente del país al poner en riesgo más de 188.000 empleos de la agroindustria y afectar 48 municipios cañicultores. El pronunciamiento del Comité Intergremial y del Comité Empresarial del Valle del Cauca fue similar. Su presidente, Alfonso Ocampo, señaló que la disminución arancelaria resultaría en un aumento inmediato y dramático en la cantidad de azúcar que se importa en el país, con lo cual afectaría gravemente la industria nacional. Según Ocampo, el decreto sería perjudicial para las familias que dependen de la producción azucarera y panelera, especialmente en los departamentos del Cauca, Risaralda, Valle y Quindío. El sector privado no fue el único que se pronunció en contra del proyecto de decreto. Alexander López, senador del Polo Democrático Alternativo, advirtió que la llegada de mieles y azúcar subsidiada, tendrían impactos sociales y económicos nocivos para la agroindustria colombiana. A la oposición al proyecto de decreto se sumaron el representante a la Cámara Carlos Abraham Jiménez del partido Cambio Radical y el senador de Alianza Verde, Jorge Iván Ospina. El concepto de la superintendencia sobre la necesidad de estimular la libre competencia en el mercado nacional, es parte del debate sobre las protecciones al precio del azúcar. Apunta a que el producto está sobreprotegido, lo cual ha llevado a un mercado en el que los ingenios, a manera de cartel, controlen los precios de sus productos. Finalmente, el pasado jueves se llegó a un acuerdo tras una reunión entre Luis Fernando Londoño, la ministra de comercio Cecilia Álvarez, el ministro de agricultura Aurelio Iragorri y Mauricio Iragorri, Juan José Lulle, Djalma Teixeria, Juan Cristóbal Romero y Harold Éder, presidentes de los ingenios Incauca, Riopaila-Castilla, La Cabaña y Manuelita, respectivamente. La reunión de cuatro horas terminó con la decisión de no reducir el arancel máximo al 40% previsto si no hacerlo al 70%. Las primeras reacciones del sector azucarero fueron positivas. Luis Hernando Molina, presidente de Procaña, describió la decisión como una buena noticia y un avance en la relación entre el sector azucarero y el Gobierno Nacional. Señaló también que fue elemental la unión de los azucareros y cañicultores en el resultado de la reunión. En la misma línea, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Rafael Mejía, celebró que se llegara a un acuerdo con respecto a una medida que, en su opinión, estaba destinada a beneficiar a los productores de dulces. El acuerdo no garantiza que la puja entre el sector azucarero y el gobierno quede resuelta. Pablo Felipe Robledo, superintendente de industria y comercio, dijo esta semana en una rueda de prensa que, según estudios del delegado para la protección de la competencia, es recomendable una reducción del arancel que lo fije en porcentajes inferiores al 40%. Sólo así, explicó el superintendente, se podrá importar azúcar al país y promover la competencia en el mercado nacional. Se lograría con esto reducir los precios del azúcar para los industriales y consumidores locales. El concepto de la superintendencia sobre la necesidad de estimular la libre competencia en el mercado nacional, es parte del debate sobre las protecciones al precio del azúcar. Apunta a que el producto está sobreprotegido, lo cual ha llevado a un mercado en el que los ingenios, a manera de cartel, controlen los precios de sus productos. Aunque se ha dicho que el consumidor colombiano paga valores excesivos por el azúcar, personas de diferentes sectores como el senador del Polo Democrático, Jorge Robledo, y el director de estudios económicos de la Cámara de Comercio de Cali, Carlos Andrés Pérez, aclararon que en la tabla de precios de los mercados internos, el del azúcar en Colombia es un valor intermedio. En medio del debate entre la protección de la agroindustria nacional, la estimulación de la libre competencia y el control de los precios al consumidor, se ha llegado finalmente a un acuerdo que comenzará a regir el funcionamiento de uno de los productos más importantes de la economía nacional. La caña representa el 10% del PIB agrícola nacional y el 4% del PIB industrial y es el segundo empleador rural después del café. Datos importantes Hablando del Cauca en el 2013 la industria de la caña de azúcar representó el 25,2% del PIB del sector agrícola del departamento y el 11% del PIB del sector industrial. Cálculos de la Cámara de Comercio de Cali estiman que el 20% de la caña de azúcar del país se produce en nueve de los municipios del norte del departamento del Cauca. Las cifras revelan que la importancia capital de este sector para el país y el departamento. Sólo el tiempo dirá si el acuerdo que se alcanzó el pasado jueves es provisional o permanente, perjudicial o beneficioso.