«Aquello parecía una guerra» - Universidad Complutense de Madrid

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O.J.D.:
E.G.M.:
Tarifa:
Área:
137791
543000
27594 €
1092 cm2 - 120%
Fecha: 24/03/2014
LUNES, 24 DE MARZO DE 2014
Sección:
MADRID
abc.es/madrid
Páginas: 104-105
MADRID
ABC
Mariano, uno de los
empleados del Café
Gijón, muestra
parte de los
destrozos en la
terraza exterior del
local, tras el paso de
los vándalos
FOTOS: JAIME GARCÍA
«Aquello parecía una guerra»
∑Los propietarios del Café Gijón relatan
a ABC la pesadilla que vivieron la
noche del 22-M durante los graves
incidentes en el eje Prado-Recoletos
MARÍA ISABEL SERRANO
MADRID
iedo, no. Pánico. Eso
es lo que sintieron
clientes, empleados
y dueños del Café Gijón la noche del sábado cuando más de un
millar de radicales y antisistema reventaron la «Marcha por la Dignidad»
y arrasaron varios locales del eje Prado-Recoletos. «Era como la guerra».
Así describían a ABC la escena que vivieron Francisco Notario y José Manuel Escamilla, propietarios del mítico café madrileño.
«En cuarenta años, nunca habíamos visto nada igual. Tanta violencia.
No hay palabras para describir lo que
ocurrió», recuerda Escamilla. «Es la
primera vez que se llegaba a estos extremos tan graves», apuntilla Notario.
Ayer fue día de recuento y valoración de daños en el Café Gijón. El mobiliario y los adornos de la terraza exterior quedó arrasada. Como si hubiera
M
pasado el caballo de Atila. Sin embargo, el pequeño local construido a modo
de cafetería que el Gijón tiene en el paseo de Recoletos resistió la embestida
de los vándalos.
«Echamos el cierre»
A última hora de la tarde de ayer, los
dueños del establecimiento todavía
seguían echando números. No se atrevían a dar ninguno, todavía. Pero todo
hace suponer que será una cifra importante a la vista de los destrozos.
Para empezar, les han destruido al
menos veinte mesas de forja y mármol, sillas también de forja, sombrillas y toldos. Incluso, se arrancaron los
focos de iluminación de la terraza exterior que los radicales utilizaron como
armas arrojadizas contra las fuerzas
del orden público.
«Acabábamos de inaugurar la terraza. La temporada empezaba bien
porque el tiempo acompañaba este fin
de semana. Estábamos muy contentos, muy ilusionados», explica Francisco Notario. Sin embargo, a eso de
Táctica
Guerrilla urbana y
extrema violencia
La acción de los radicales,
encapuchados y con caretas
anti-gas algunos, ha sido
calificada como de «guerrilla
urbana» dada la extrema
violencia que mostraron con
las fuerzas del orden público.
Dos policía nacionales
resultaron heridos de gravedad. A uno le quitaron el casco
a patadas y le dejaron en
estado inconsciente.
las ocho de la tarde,
la cosa se empezó a
poner fea. Más bien,
peligrosa.
«El límite de la
paciencia fue cuando empezó el lanzamiento de gases lacrimógenos y de
quema de contenedores. Nos asustamos mucho. Veíamos que los radicales entraban dentro
del Café y nos lo reventaban. Pusimos
algo de orden entre
el personal y los clientes y echamos el
cierre», recuerda Escamilla.
Asalto a Derecho
La batalla campal del sábado se saldó,
como hemos informado, con 67 policías y 34 manifestantes heridos que
fueron atendidos por Samur-Protección Civil. Quince fueron trasladados
a diversos hospitales de la capital. Entre los 23 detenidos hay independentistas vascos, catalanes y gallegos, todos radicales. También tres miembros
de un sindicato abertzale y dos extremistas que participaron en el asalto a
la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense hace un par de meses. La Policía Nacional arrestó, además, a tres menores.
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MADRID
Sección: MADRID
Páginas: 104-105
LUNES, 24 DE MARZO DE 2014
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La acción de los salvajes afectó, asimismo, a El Espejo otro café-restaurante próximo al Gijón. Misma escena: terraza destrozada; jardineras, mesas, sillas, toldos y demás objetos de
ornamentación, arrasados e inservibles. De puro milagro se salvó su «pabellón» exterior, estilo «art nouveau»
y de grandes cristaleras, donde también se sirven comidas y aperitivos.
Café Gijón y El Espejo no fueron los
únicos locales dañados en unos disturbios que los expertos en guerrilla
callejera consideran los «peores» de
la legislatura. De Colón a Atocha iba
el reguero dejado por los vándalos.
Destrozados quedaron escaparates de
oficinas y entidades bancarias, marquesinas y contenedores de basura.
Llena de pegatinas quedó «La mujer
del espejo», la escultura de Fernando
Botero situada en Colón.
Coste millonario
El Ayuntamiento
evalúa los daños
de la barbarie
Destrozaron una veintena de
sucursales a su paso
Esquivar piedras
Hacia las once y media de la noche del
sábado, con la calma ya en la zona de
los enfrentamientos, los operarios municipales de limpieza se afanaban en
retirar los restos de la «contienda».
Aun así, la vía pública dejaba a la vista restos de la batalla campal. Lo más
peligrosos, los trozos de piedras en la
calzada que los automovilistas tenían
que esquivar para evitar reventones
de sus ruedas o lanzarlos sin querer
contra otros vehículos.
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OSCAR DEL POZO
Arrancaron el encintado
y adoquines, con los que
rompieron marquesinas
Entre hoy y mañana el Ayuntamiento hará balance de los daños ocasionados tras la batalla
campal que se desató el pasado
sábado en la «Marcha por la Dignidad». El eje de Colón hasta
Atocha quedó afectado con numerosos desperfectos por parte de los 1.500 radicales que destrozaron sin medida todo lo que
pillaban a su paso. Comercios,
sucursales bancarias, fachadas,
pavimento, jardines, mobiliario
urbano diverso, vallas, ... El Ejecutivo de Ana Botella sabe que
los daños son numerosos y millonarios, pero aún están por
cuantificar. Ayer por la mañana había numerosos operarios
de empresas privadas y del
Ayuntamiento capitalino trabajando para limpiar y reparar en
la medida lo posible los estropicios.
idxmpwpvyv
ABC
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