Bloque 4 Anatomía y fisiología humanas

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BLOQUE 4. Anatomía y fisiología humanas
Los procesos de nutrición en el ser humano. Aparato digestivo, mecanismos de digestión y absorción.
La digestión es el proceso mediante el cual los alimentos que ingerimos se descomponen en unidades constituyentes
hasta conseguir elementos más simples que seamos capaces de asimilar por nuestro cuerpo y distribuirlos por el
torrente sanguíneo hasta que los nutrientes que contiene lleguen a su destino final; las células de los tejidos.
La digestión bucal
En la boca el alimento se mezcla con la saliva formando el bolo alimenticio. La saliva contiene un enzima llamado
amilasa que actúa sobre los almidones y comienza a transformarlos en monosacáridos. La saliva también contiene
un agente antimicrobiano que destruye parte de las bacterias contenidas en los alimentos y grandes cantidades de
moco, que convierten al alimento en una masa moldeable y protegen las paredes del tubo digestivo.
Es el único punto que podemos controlar directamente en el proceso digestivo y debemos aprovecharlo, ya que sólo
con una buena masticación solucionaremos una gran parte de los problemas digestivos más comunes.
La digestión estomacal
El paso del alimento del esófago al estómago se realiza a través del cardias. Cuando no es posible llevar a cabo la
digestión en el estómago adecuadamente se produce el reflejo del vómito y el cardias se abre vaciando el contenido
del estómago. En el estómago, sobre los alimentos se vierten grandes cantidades de jugo gástrico, que con su fuerte
acidez consigue desnaturalizar las proteínas y matar gran cantidad de bacterias. También se segrega pepsina, el
enzima que se encargará de partir las proteínas ya desnaturalizadas en cadenas cortas de sus aminoácidos
constituyentes. Los almidones y azúcares se van mezclando con el ácido clorhídrico del contenido estomacal, y
cuanta más proteína hayamos ingerido junto con los almidones, más ácidos serán los jugos gástricos.
La digestión en el estómago puede durar varias horas y la temperatura pasa de los 40º, por lo que a veces los
azúcares y almidones a medio digerir fermentan dando lugar a los conocidos gases que se expulsan por la boca o
pasan al intestino.
Los lípidos pasan prácticamente inalterados por el estómago. Sin embargo, los lípidos tienen la capacidad de
ralentizar la digestión de los demás nutrientes, ya que envuelven los pequeños fragmentos de alimento y no
permiten el acceso de los jugos gástricos y enzimas a ellos.
Una vez terminado el trabajo en el estómago, se vierte el contenido del estómago -quimo- al duodeno en pequeñas
porciones a través del píloro. Allí, se continuará la digestión de los elementos que no pudieron ser digeridos en el
estómago por necesitar un medio menos ácido para su descomposición (grasas y glúcidos).
La digestión intestinal
Nada más entrar el quimo desde el estómago en el duodeno, es neutralizado por el vertido de las secreciones
alcalinas del páncreas, que lo dejan con el grado de acidez necesario para que los diferentes enzimas del intestino
delgado actúen sobre él. El jugo pancreático, además de una elevada concentración de bicarbonato, contiene varios
enzimas digestivos.
El hígado también vierte sus secreciones en el intestino: la bilis. La bilis contiene las sales biliares, que son unos
potentes detergentes naturales que separan las grasas en pequeñas gotitas para que los enzimas del páncreas
puedan actuar sobre ellas. También tiene otra funciones, como la de servir de vía de excreción de ciertos materiales
que no pueden ser expulsados por la orina y deben de eliminarse por las heces.
Mientras que el alimento va avanzado por el intestino se le añaden otras secreciones del propio intestino, como el
jugo intestinal, que contiene diversos enzimas que acaban la tarea de romper las moléculas de todos los nutrientes.
Las proteasas actúan sobre las proteínas que necesitan de una digestión más compleja. Al mismo tiempo que se
siguen descomponiendo todos los nutrientes, los que ya han alcanzado un tamaño adecuado y son de utilidad
atraviesan la pared intestinal y pasan a la sangre.
Al final solo quedan los materiales no digeribles, junto con el agua y los minerales que se han segregado en las
diferentes fases del proceso digestivo. Esta mezcla pasa al intestino grueso, donde hay una gran cantidad de diversos
microorganismos que constituyen la flora intestinal. En este proceso se liberan azúcares, que son fermentados por
ciertas bacterias de la flora produciendo pequeñas cantidades de ácidos orgánicos.
Estos ácidos, junto con el agua y las sales minerales, son absorbidos dejando el material no digerible más seco, que
se expulsa donde se puede a través del ano.
El transporte hasta los tejidos
Una vez que los nutrientes llegan a la sangre, toman diferentes rutas. El Sistema Nervioso, utilizando un complejo
sistema a base de impulsos nerviosos y mensajeros químicos en el torrente sanguíneo, decide que se debe hacer con
cada uno de los nutrientes.
La difusión por los tejidos
Las distintas sustancias que transporta la sangre llegan a cada tejido del cuerpo humano. Pero donde realmente son
necesarios es en cada una de las células que componen estos tejidos. Las células están sin contacto directo con los
capilares sanguíneos. Tanto los nutrientes como el oxígeno de la sangre tienen que atravesar las finas paredes de los
capilares y quedar así a disposición de las células que los necesiten. Este paso es también crítico, ya que si las
membranas que forman las paredes de capilares están obstruidas por depósitos de grasa o aminoácidos en exceso,
la presión sanguínea deberá aumentarse hasta conseguir que los nutrientes pasen y lleguen a las células
(hipertensión arterial). Si se alcanza el máximo de presión sanguínea que el organismo tolera, y aún así no es
suficiente para que los nutrientes atraviesen las paredes de los capilares, se produce una desnutrición de las células,
a pesar de que la sangre está saturada de alimento.
La absorción celular
Los nutrientes son absorbidos por nuestras células, pasando a través de las membranas que las recubren, y una vez
en el interior son digeridas, transformadas y utilizadas en función de las necesidades y del tipo de célula de que se
trate.
Aparato respiratorio
La respiración es el proceso por el que se hace llegar hasta todas nuestras células oxígeno, a la vez que se libera el
CO2, producto de desecho de la respiración.
Los dos sistemas que aportan oxigeno y eliminan el bióxido de carbono son el sistema cardiovascular y el sistema
respiratorio.
El intercambio total de los gases entre la atmósfera, la sangre y las células se llama Respiración. En la Respiración
intervienen dos procesos básicos. El primer proceso, la ventilación pulmonar, comprende a la inspiración y la
espiración. El segundo es el intercambio de gases dentro del cuerpo.
Se distinguen dos tipos de respiración:
-La respiración externa es el intercambio de gases entre los pulmones y la sangre.
-La respiración interna es el intercambio de gases entre la sangre y las células.
La función principal del aparato respiratorio es conducir el oxígeno al interior de los pulmones, transferirlo a la
sangre y expulsar las sustancias de desecho, en forma de anhídrido carbónico. El oxígeno inspirado penetra en los
pulmones y alcanza los alvéolos. Las paredes de los alvéolos están íntimamente en contacto con los capilares que las
rodean. El oxígeno pasa fácilmente a la sangre de los capilares a través de las paredes alveolares, mientras que el
anhídrido carbónico pasa desde la sangre al interior de los alvéolos, siendo espirado por las fosas nasales y la boca.
Componentes del aparato respiratorio
Nariz.
La nariz tiene las importantes funciones de limpiar, calentar y humedecer el aire inhalado. El aire inspirado que
atraviesa la nariz se humidifica y alcanza una temperatura de 32°C.
Faringe.
Conecta con la cavidad bucal, la cavidad nasal, la laringe (que se dirige hacia la tráquea) y el esófago. El aire inhalado
circula por la faringe hasta llegar a la laringe. Durante el proceso de tragado se cierra el conducto respiratorio de
forma que al tragar la comida no entre en la tráquea.
Laringe.
Después de circular por la cavidad nasal y la faringe, el aire inhalado llega a la laringe.
Tráquea.
Es una vía aérea tubular que permite el paso del aire. Se localiza por delante del esófago y se extiende desde la
laringe hasta la división que da lugar a los dos bronquios.
Bronquios y bronquiolos.
Los bronquios son los tubos que transportan aire desde la tráquea a los pulmones, donde pueden transferir oxígeno
a la sangre en pequeños sacos de aire denominados alvéolos. Los bronquios continúan dividiéndose en conductos
menores, denominados bronquiolos, en el extremo de cada bronquiolo se encuentran docenas de alvéolos. Cada
alveolo está rodeado por capilares sanguíneos. El tapizado de las paredes alveolares es extremadamente fino y
permite el intercambio entre el oxígeno que pasa de los alvéolos a la sangre de los capilares y del anhídrido
carbónico que pasa de la sangre de los capilares al interior de los alvéolos.
Pulmones.
Son los dos órganos más grandes del aparato respiratorio; El pulmón izquierdo es ligeramente menor que el derecho
porque comparte el espacio con el corazón, en el lado izquierdo del tórax. Cada pulmón está dividido en secciones
(lóbulos). El pulmón derecho está compuesto por tres lóbulos y el izquierdo por dos.
Fisiología de la respiración
El aire entra en los pulmones y sale de ellos mediante los movimientos respiratorios que son dos:
Inspiración.
El aire penetra en los pulmones, estos aumentan su volumen por la acción de los músculos inspiradores sobre la caja
torácica.
El diafragma es el principal músculo inspiratorio, es un músculo esquelético con forma de cúpula. La contracción del
diafragma provoca que se haga plano, disminuyendo su curvatura. La distancia que recorre el diafragma durante la
inspiración va desde 1 centímetro durante la respiración normal en reposo, hasta más de 10 centímetros durante la
respiración intensa.
Espiración.
El aire es arrojado al exterior ya que los pulmones se comprimen al disminuir de tamaño la caja torácica, pues el
diafragma vuelve a su posición normal.
La Espiración se produce de forma pasiva ya que no intervienen contracciones musculares. Este fenómeno depende
de la elasticidad de los pulmones y se inicia cuando se relajan los músculos inspiratorios.
Transporte de sustancias, la sangre y el aparato cardiocirculatorio.
El aparato circulatorio es el encargado de distribuir por todo el organismo el oxígeno que la sangre toma de los
pulmones. Además, la sangre recoge los productos de desecho que se originan en el metabolismo celular y los lleva
hasta los órganos encargados de su eliminación.
La sangre está constituida por un líquido, el plasma sanguíneo (donde se encuentran disueltas sales minerales,
glucosa, proteínas, gas carbónico y oxigeno), y por varios tipos de células sanguíneas que son:
• Glóbulos rojos o hematíes: Contienen pigmento que da color rojo a la sangre. Los glóbulos rojos tienen a su cargo
el transporte de oxígeno desde los pulmones hasta el resto del organismo. Esta función se lleva a cabo gracias a la
hemoglobina.
• Glóbulos blancos o leucocitos: Existen varias clases de glóbulos blancos, pero tienen un misión en común:
Defender al organismo de posibles infecciones.
• Plaquetas: Son placas que intervienen en el proceso de coagulación de la sangre.
La sangre va a través de unos tubos llamados vasos sanguíneos
Desde el corazón, la sangre pasa a las arterias y éstas se ramifican en otros vasos sanguíneos cada vez más
pequeños, formando una espesa y tupida red de capilares.
De nuevo, los capilares se unen entre sí, formando vasos cada vez mayores, llamados venas. Por ellas la sangre, fluye
más lentamente que en las arterias y a menos presión, por lo que sus paredes son más finas que las de las arterias. A
través de las venas la sangre vuelve al corazón e inicia de nuevo el mismo recorrido. Todo este circuito, compuesto
por el corazón y los vasos sanguíneos, recibe el nombre de Aparato Circulatorio.
Dentro del corazón existen cuatro cavidades: dos en la parte superior, llamadas aurículas; y dos en la inferior,
llamadas ventrículos.
Las aurículas son de paredes finas, elásticas y fácilmente extensibles.
Los ventrículos tienen una pared gruesa, siendo más robusta la pared del ventrículo izquierdo que la del derecho.
El corazón realiza un movimiento de contracción -movimiento sístole- para impulsar la sangre y lograr que ésta
llegue a todos los rincones del cuerpo. Por el contrario, cuando se relaja -movimiento diástole- vuelve a llenarse de
sangre.
El corazón es un músculo muy especial, puesto que late sin necesidad de que sea el cerebro quien le envíe la orden
precisa de que lo haga. Además adaptará siempre su movimiento a las necesidades de tu organismo: si corres o
saltas, irá más deprisa; si duermes, latirá lentamente.
Sistema excretor, los procesos de excreción y formación de la orina.
El sistema o aparato excretor es el encargado de eliminar las sustancias tóxicas y los desechos de nuestro organismo.
El sistema excretor está formado por el aparato urinario, los pulmones y la piel. El aparato unitario lo forman los
riñones y las vías urinarias.
La función de los riñones es la elaboración de orina. Sobre cada riñón se encuentra una glándula suprarrenal, que no
interviene para nada en la formación de la orina: su función es fabricar algunas hormonas.
El principal liquido de desecho del organismo es la orina, esta pasa por los uréteres hasta la vejiga donde se
almacena hasta la micción. Después de almacenarse en la vejiga la orina pasa por un conducto denominado uretra
hasta el exterior del organismo. La salida de la orina se produce por la relajación involuntaria de un músculo: el
esfínter vesical que se localiza entre la vejiga y la uretra, y también por la apertura voluntaria de un esfínter en la
uretra.
El sistema nervioso
El sistema nervioso es el rector y coordinador de todas las funciones, conscientes e inconscientes del organismo,
consta del sistema cerebroespinal (encéfalo y medula espinal) y los nervios.
El sistema nervioso central realiza las más altas funciones, ya que atiende y satisface las necesidades vitales y da
respuesta a los estímulos. Ejecuta tres acciones esenciales, que son la detección de estímulos, la transmisión de
informaciones y la coordinación general.
El Sistema Nervioso es la relación entre nuestro cuerpo y el exterior, además regula y dirige el funcionamiento de
todos los órganos del cuerpo.
En el encéfalo se distinguen tres partes: el cerebro, el cerebelo y el bulbo raquídeo.
-El Cerebro es el órgano clave de todo este proceso. Sus diferentes estructuras rigen la sensibilidad, los
movimientos, la inteligencia y el funcionamiento de los órganos. Su capa más externa, la corteza cerebral,
procesa la información recibida, la coteja con la información almacenada y la transforma en material
utilizable, real y consciente. Es el órgano de las facultades intelectuales: atención, memoria, inteligencia...
-El cerebelo coordina los movimientos de los músculos al caminar y realizar otras actividades motoras.
-El bulbo raquídeo es la continuación de la médula que se hace más gruesa al entrar en el cráneo. Regula el
funcionamiento del corazón y de los músculos respiratorios, además de los movimientos de la masticación,
la tos, el estornudo, el vómito... etc.
La médula espinal es un cordón nervioso, blanco y cilíndrico encerrada dentro de la columna vertebral. Su función
más importante es conducir, mediante los nervios de que está formada, la corriente nerviosa que conduce las
sensaciones hasta el cerebro y los impulsos nerviosos que lleva las respuestas del cerebro a los músculos.
El conjunto de nervios es el SNP. Los nervios se ramifican por todos los órganos del cuerpo. Unos salen del encéfalo y
se llaman nervios craneales. Otros salen a lo largo de la médula espinal: son los nervios raquídeos. La información
puede viajar desde los órganos de los sentidos hacia el SNC, o bien en sentido contrario: desde el SNC hacia los
músculos y glándulas.
La transmisión del impulso nervioso.
El impulso nervioso es un mensaje electroquímico que transmiten los nervios. Se originan en el sistema nervioso
central o en los órganos de los sentidos. Los receptores sensitivos transforman los estímulos en impulsos nerviosos,
que a través de las fibras sensoriales llegan al cerebro. Un impulso comienza con un cambio en la disposición de las
sustancias en un área pequeña en el extremo de una fibra nerviosa. El impulso debe recorrer la totalidad de la fibra
nerviosa antes de que esta se recupere para producir un nuevo impulso. Sin embargo, este periodo de recuperación
es muy breve, únicamente de unas pocas décimas de segundo.
Los órganos de los sentidos.
Vista
El sentido de la vista es el que permite al hombre conocer el medio que lo rodea y relacionarse con sus semejantes.
Las imágenes visuales le proporcionan a través del órgano receptor que es el ojo o globo ocular, información sobre el
color, la forma, la distancia, posición y movimientos de los objetos.
El ojo cuenta con distintas estructuras que lo protegen: órbita, párpados, glándula lagrimal, pestañas y cejas.
Las diferentes partes del ojo son:
Pupila: orificio a través del cual la luz penetra en el ojo.
Cristalino: especie de esfera achatada formada por membranas transparentes de consistencia gelatinosa. Es
el encargado de enfocar las imágenes.
Retina: membrana compuesta en su mayoría por células nerviosas y tienen la propiedad de ser
fotosensibles; en la retina es donde se forman las imágenes.
Iris: Es la porción coloreada del ojo, correspondiente a una membrana que se localiza entre la córnea y el
cristalino, y cuya abertura redonda y central (la pupila) regula la entrada de luz al ojo mediante su
contracción y dilatación.
Córnea: estructura en forma de cúpula que se halla en la parte frontal del ojo y que protege el iris y el
cristalino además de ayudar a centralizar la luz en la retina.
Oído
El sentido del oído nos permite percibir los sonidos, su volumen, tono, timbre y la dirección de la que provienen.
El órgano receptor es la oreja. Su estructura se divide en tres partes:
Oído externo: Comprende la oreja o pabellón auricular o auditivo y el conducto auditivo externo.
Oído medio: El tímpano lo separa del oído externo, incluye el mecanismo responsable de la conducción de
las ondas sonoras hacia el oído interno. El oído medio está en comunicación directa con la nariz y la garganta
a través de la trompa de Eustaquio. Hay una cadena formada por huesecillos que reciben los nombres de
martillo, yunque y estribo. Los tres conectan acústicamente el tímpano con el oído interno.
Oído interno: consiste en una serie de canales membranosos alojados en una parte densa del hueso
temporal, y está dividido en: cóclea, vestíbulo y tres canales semicirculares. Estos tres canales se comunican
entre sí.
Olfato
El olfato es el más sensible de los sentidos. La nariz es el órgano por el cual penetran todos los olores que sentimos
desde el exterior. En el interior de la nariz se encuentran las 2 fosas nasales separadas con un tabique.
La parte interna de la nariz está formada por dos paredes: la pituitaria amarilla y la pituitaria roja o rosada. En la
amarilla u olfatoria se encuentran los receptores del olfato, la pituitaria roja o respiratoria, llena de vasos
sanguíneos, ayuda a regular la temperatura del aire que entra y sale de los pulmones, entibiándolo.
Gusto
El gusto consiste en registrar el sabor e identificar determinadas sustancias solubles en la saliva por medio de
algunas de sus cualidades químicas.
El órgano receptor del gusto es la boca, sus órganos son los siguientes:
Papilas gustativas: Las papilas gustativas son unos órganos sensoriales que tienes en la lengua y que te
permiten percibir los sabores.
Lengua: Es un órgano musculoso de la boca y es el asiento principal del gusto y parte importante en la
fonación, masticación y deglución de los alimentos. El color de la lengua suele ser rosado. Su principal
función es la contención de los receptores gustativos, que nos permiten degustar los alimentos. También
contribuye junto con los labios, los dientes y el paladar duro, la articulación de las palabras y sonidos.
Paladar: es una estructura de la boca que la separa de las fosas nasales, es una zona de roce cuya interacción
lengua-paladar permite decir las letras.
Tacto
El tacto es el encargado de la percepción de los estímulos que incluyen el contacto y presión, los de temperatura y
los de dolor. Su órgano sensorial es la piel, que, además, tiene el mérito de ser el órgano más grande del cuerpo.
La mayoría de las sensaciones son percibidas por medio de los corpúsculos, que son receptores que están
encerrados en cápsulas de tejido conjuntivo y distribuido entre las distintas capas de la piel epidermis, dermis,
hipodermis, desde la superficie hacia abajo.
El sistema endocrino.
El sistema endocrino está formado por el conjunto de glándulas endocrinas que secretan hormonas. Estas hormonas
se vierten a la sangre mediante la cual son transportados a cualquier célula o tejido de nuestro cuerpo, donde
producen una modificación o alteración de su funcionamiento para conseguir un determinado efecto.
Glándulas que componen el Sistema endocrino:
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Glándula pineal: Es una pequeña masa de células que son muy sensibles a la luz y que secretan una
hormona que se denomina melatonina, no se sabe exactamente sus funciones pero está estrechamente
relacionada con los ritmos diarios de actividad de la persona, con los ritmos estacionales y el grado de luz
disponible.
Hipotálamo: Es un centro nervioso encefálico de gran importancia, a la vez que un centro endocrino que
regula la actividad hormonal del organismo
Hipófisis: Es una glándula que se encuentra en la base del encéfalo y que participa como glándula reguladora
de toda la actividad corporal.
Tiroides: Es una glándula endocrina que se encuentra situada en el cuello por debajo de la laringe a ambos
lados de la tráquea. Desempeña una importante actividad sobre el metabolismo del organismo. Produce dos
hormonas: tiroxina y calcitonina.
Paratiroides: Segregan la hormona paratiroidea que provoca el aumento de la concentración de calcio en
sangre.
Timo: El timo ejerce una clara influencia en la respuesta inmunitaria defensiva de nuestro organismo.
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Cápsulas suprarrenales: Presentan dos partes (La corteza suprarrenal y la medula suprarrenal).
-La corteza suprarrenal favorece la conversión metabólica de grasas y proteínas en glucosa. Además
interviene en la regulación de sodio y potasio en los líquidos del organismo
-La medula suprarrenal tiene como objetivo aumentar el ritmo cardiaco y el ritmo respiratorio,
además de aumentar el metabolismo de la glucosa para una actividad más intensa.
Páncreas: El páncreas libera dos tipos de hormona llamados insulina y glucagón, además de producir jugo
pancreático que se libera en el intestino delgado para llevar a cabo la digestión.
-La insulina estimula la absorción de glucosa por las células, de esta manera consiguen disminuir los
niveles de glucosa en sangre.
-El glucagón actúa cuando la concentración de glucosa en sangre es baja y el páncreas libera esta
hormona, por tanto, actúa de forma antagónica a la insulina.
Gónadas (Testículos y ovarios): También funcionan como glándulas mixtas ya que tienen por un lado una
función exocrina que consiste en la producción de gametos (óvulos y espermatozoides) y por otro lado tiene
función endocrina ya que secreta hormonas a la sangre que actúan en la función reproductora.
Glándulas y hormonas están controladas por el SNC, y aunque son sistemas distintos están íntimamente
relacionados, formando un único sistema denominado sistema neuro - hormonal que controla todas las funciones
vitales del organismo, donde el sistema nervioso se encarga de captar estímulos e integrarlos y elaborar una
respuesta y por otro lado el sistema hormonal, se encarga de la actuación de forma más lenta en el control de todas
las funciones internas que ocurren en el organismo a través de la secreción de las glándulas endocrinas.
Las hormonas:
Una hormona es una sustancia química que se sintetiza en una glándula de secreción interna o glándula endocrina y
que son vertidas a la sangre para regular el crecimiento o la actividad de las células de otra parte del cuerpo distinta
de aquella en que se produjeron. Actúan como mensajeros químicos y solo ejercerán su función sobre aquellas
células que tengan en sus membranas celulares los receptores específicos.
Cuando la producción hormonal de una glándula es excesiva se utiliza el prefijo hiper y cuando es deficitario se
utiliza el prefijo hipo. La mayoría de las hormonas no actúan de forma aislada, se influyen mutuamente de unas a
otras. Si varias de ellas concurren en una misma función se dice que son sinérgicas o de acción sinérgica. Si ocurre lo
contrario se dice que son antagónicas o de acción antagónica. En cualquier caso una vez que estas hormonas han
actuado son conducidas bien al hígado o al riñón donde son destruidas.
Las funciones de las hormonas se resumen en:
 Función de coordinación y regulación del medio interno en lo que se refiere a metabolismo, funcionamiento
de órganos, fluidos internos. .
 Regulación del crecimiento, desarrollo y especialización de los tejidos.
 Regulación de los ciclos reproductivos
 Regulación de la conducta, fundamentalmente existen unos hormonas llamadas feromonas
 Las hormonas ejercen la coordinación química de lo que depende en gran parte la unidad funcional del ser
vivo para que él actúe de forma coordinada y no haya órganos ni sistemas aislados
Mecanismo de acción hormonal:
Se lleva a cabo sobre las células implicadas, una vez secretada a la hormona se vierte a la sangre y a través
del sistema circulatorio se desplaza hasta las células sobre las que tiene que actuar. Dependiendo del tipo de
hormona que sea tendremos 2 tipos de mecanismos distintos de actuación:
1. Cuando la hormona es lipídica (esteroidea): Una vez que la hormona ha atravesado la membrana se une
en el citoplasma a un receptor específico y forma el complejo hormona - receptor que entra en el núcleo y
actúa directamente sobre el ADN obligándolo a que produzca unas determinadas proteínas que alteren la
función de la célula y que por tanto son las que ejercen la acción hormonal.
2. Cuando la hormona es proteica: No pueden atravesar la membrana plasmática. Para poder entrar la
hormona se une a unos receptores específicos que existen en la membrana plasmática que les facilita la
entrada a la célula, por un lado, o esta unión provoca la liberación en el interior celular de lo que se conoce
como segundos mensajeros que van a modificar y alterar la función celular desencadenando las respuestas
hormonales de esa hormona que está actuando.
El aparato locomotor.
El aparato locomotor es el conjunto de elementos óseos, articulatorios, y musculares destinados a la
locomoción.
Esqueleto, es el término aplicado a todas las estructuras rígidas o semirrígidas que sirven de soporte a los
tejidos blandos del cuerpo de un animal, y proporcionan apoyo para la acción muscular. Es el principal
determinante de la forma general del cuerpo; es complementado, en este sentido, por las masas musculares
y el tejido adiposo.
En los vertebrados, al esqueleto se le llama endoesqueleto, ya que se forma dentro del cuerpo.
Los huesos son cada una de las partes sólidas y duras del cuerpo del animal. Constituye el componente
principal de casi todas las estructuras esqueléticas de los vertebrados, que protegen los órganos vitales,
permiten la locomoción y tienen un papel vital en la homeostasis (equilibrio) del calcio en el organismo.
Las articulaciones son estructuras cuya misión es la de unir y conseguir el grado de movimiento apropiado
entre las distintas piezas del esqueleto; en una palabra, se trata sencillamente de las uniones de los huesos
entre sí. Atendiendo al grado de movilidad que permiten se clasifican en:
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Sinartrosis: Se trata de articulaciones inmóviles, cuyo ejemplo más característico es el de las uniones
de los huesos del cráneo, que en este caso se denominan suturas.
Anfiartrosis: Son articulaciones semimóviles, como las uniones de las vértebras que forman la
columna vertebral.
Diartrosis: Este tipo de articulación es el más desarrollado de todos. Especializado en permitir el
libre movimiento, sus ejemplos más característicos son las articulaciones del codo, la rodilla, el
hombro, etc. En él se ha conseguido la máxima eficacia y resistencia gracias a la formación de una
serie de estructuras especializadas que componen la articulación:
La cápsula articular. Es una estructura de tejido fibroso poco elástico que se inserta en
ambos huesos y que contribuye a mantener la estabilidad de la articulación.
El cartílago articular. No posee vasos ni nervios, recubre los extremos óseos y sirve para
amortiguar el rozamiento entre ambos huesos; su desgaste es una característica típica del
proceso de envejecimiento, lo que ocasiona el trastorno denominado artrosis.
La membrana sinovial. Constituye la parte más interna de la cápsula y recubre todo el
interior de la articulación, excepto las partes sometidas a rozamiento.
Los meniscos articulares. Son estructuras que contribuyen a un mejor engranaje articular,
aunque no se observan de una forma sistemática en todas las articulaciones; tienen mucha
importancia en la rodilla.
Los ligamentos. Estas estructuras soportan sin deformarse las tensiones articulares gracias a
su organización de tejido denso; tienen como misión unir entre sí los distintos huesos.
El sistema muscular es el conjunto de músculos que tenemos en nuestro cuerpo. Según su estructura, existen dos
tipos diferentes de músculos en el cuerpo humano: el músculo liso, de coloración pálida, cuyos movimientos son
involuntarios, a excepción de la vejiga de la orina, y el músculo estriado o esquelético, de coloración rojiza, cuyos
movimientos son voluntarios, a excepción del músculo del corazón.
Los músculos que recubren el esqueleto tienen como funciones fundamentales:
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Permitir la locomoción.
Los músculos envían información acerca de si están contraídos o no al cerebro. En el músculo hay células
receptoras encargadas de registrar las variaciones de contracción.
Los músculos son fundamentales para sostenerse en pie.
Transforman la energía química en energía mecánica.
Protección junto con los huesos, de los órganos vitales.
Proporcionar calor, cuando la célula muscular trabaja se genera energía calorífica.
La reproducción humana.
La reproducción es una función biológica cuya finalidad es la continuidad de especies. Esta afirmación es válida para
todos los seres vivos, incluyendo el ser humano. El embarazo ocurre por la unión de los gametos. Los gametos son el
óvulo y el espermatozoide, los cuales provienen del aparato reproductor femenino y masculino respectivamente.
Estas células tienen 23 cromosomas a diferencia del resto de las células del cuerpo que contienen 46.
El aparato genital masculino comprende de unos órganos genitales internos en los que se fabrican espermatozoides
y las secreciones que estos requieren para ser transportados al exterior del organismo, tales como los testículos, los
epídimos, los conductos deferentes, las vesículas seminales y la próstata. También posee órganos genitales externos
que conducen a los espermatozoides y las secreciones hacia el exterior, como el pene y el escroto que es parte de
este.
El aparato genital femenino, al igual que el masculino, tiene órganos internos y externos. Los internos que fabrican
los óvulos y lo prepara para la fecundación y el embarazo son los ovarios, las trompas de Falopio y el útero. Los
externos que intervienen en el coito o la copulación son la vulva y la vagina. En la mujer se da un proceso que se
llama menstruación que la prepara para un posible embarazo.
El coito.
Es un tipo de práctica sexual que consiste en la introducción del pene en la vagina. Durante el coito se produce la
eyaculación y millones de espermatozoides son expulsados hacia la vagina. Los espermatozoides pueden vivir desde
24 hasta 72 horas dentro de la mujer. La fecundación sólo es posible si el coito se realiza durante el período de la
ovulación.
La fecundación.
Es un fenómeno en el cual se produce la fusión del espermatozoide con el óvulo dando origen a una célula huevo o
cigoto. La fecundación ocurre en la trompa de Falopio. Varios espermatozoides intentan pasar la membrana
plasmática del óvulo, pero solo uno de ellos consigue penetrar el óvulo. Luego se fusionan los núcleos del
espermatozoide y del óvulo de manera en que se juntan los 46 cromosomas. Estos determinan como va a ser el
nuevo ser.
Diferenciación celular.
En las semanas siguientes transcurre el proceso de la diferenciación celular. Se identifican grupos de células que
darán origen al embrión, al saco amniótico y a la placenta.
 El saco amniótico es una membrana que envuelve al feto durante la gestación. Dentro de él se
encuentra la cavidad amniótica, y en él, el líquido amniótico que protege al feto de golpes, fricciones
y ruidos.
 La placenta es donde se produce el intercambio de sustancias entre el feto y la madre. Esta crece a
lo largo del embarazo. La placenta también sirve para elaborar y secretar diversas hormonas,
particularmente estrógenos, que potencian el crecimiento del útero.
 El feto se comunica con la placenta a través del cordón umbilical, el cual transporta la sangre fetal
hacia y desde la placenta. La sangre fetal nunca se intercambia con la materna. Este sistema
funciona como filtro que impide el paso de microorganismos hacia el feto.
El desarrollo del embrión.
Se le llama embrión al feto cuando este tiene desde dos semanas hasta tres meses de vida uterina.
Durante el primer mes diferencian y desarrollan tres capas de células de las cuales saldrán los tejidos y órganos: el
endodermo (de donde se formaran los aparatos digestivo y respiratorio), el mesodermo (de donde se formaran los
aparatos circulatorio y locomotor) y el ectodermo (de donde se formara la piel y el tejido nervioso).
Durante el segundo mes se comienzan a formar las orejas, los ojos, el aparato digestivo, los riñones y los brazos.
El desarrollo fetal.
Al inicio del tercer mes el feto ya tiene forma característicamente humana. Ya se distinguen los ojos, la boca, las
orejas, las extremidades y los dedos, y el corazón ya late.
Durante los siguientes meses el feto sigue creciendo y ya se puede distinguir el sexo.
En los últimos meses la maduración se completa y se perfeccionan rasgos del feto. Los huesos y la piel se hacen más
gruesos y el feto se mueve menos debido a que dispone de menos espacio.
El parto.
Es un proceso fisiológico normal mediante el cual se pone fin al período de gestación, y cuyo desenlace es la salida
del feto y la placenta al exterior del organismo materno.
El parto comienza cuando las contracciones uterinas se hacen más fuertes duraderas y frecuentes como para dilatar
al cuello del útero y expulsar al feto. Otra señal importante que indica el inicio del parto es la rotura de las
membranas que envuelven al feto dentro del útero. Son expulsadas a través de la vagina, acompañándose del
líquido que contenían en su interior que es transparente y muy abundante.
El parto consiste de 3 partes: La fase de dilatación, la fase de expulsión y el alumbramiento.
 En la dilatación el cuello del útero se dilata progresivamente.
 En la fase de expulsión, el feto también debe realizar una serie de movimientos para atravesar el
canal del parto, poniéndose de una forma en que pueda salir más fácilmente. En este momento se
realiza la episiotomía para evitar que se desgarren los tejidos de la vulva. Después la vulva es
atravesada por el cuerpo del feto.
 El alumbramiento, que es la última fase del parto, se inicia cuando el feto es expulsado a través del
canal del parto, y finaliza cuando la placenta y las membranas son expulsadas fuera del organismo
materno.
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