23.EL SUJETO

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23. El sujeto
23.El sujeto
23.1. Características generales
La gramática tradicional definía los términos gramaticales por medio de criterios nocionales (semánticos y pragmáticos) y solo de
manera secundaria por los criterios formales de la gramática. Estas
preferencias se advierten en las definiciones tradicionales del sujeto como «agente que realiza una acción» o como «aquello de lo
que se habla». La primera recurre a una de las posibles funciones
semánticas que, como hemos visto (cf. § 22.3), corresponden a la
función sintáctica del sujeto; la segunda, a la función informativa
de tópico o tema (cf. § 22.4) a la que a menudo se asocia. En ambos
casos, sin embargo, no se plantean las condiciones necesarias para que
un constituyente de la oración pueda ser considerado el sujeto, sino
más bien las típicas en ciertos contextos: así, con verbos que designan
una acción en una oración activa el sujeto es el agente (1a), y no el
paciente, el destinatario o el instrumento. Esta caracterización no
abarca, sin embargo, construcciones como las que se ejemplifican
en (1b) —todas ellas con verbos transitivos— y las de (1c) con verbo en voz pasiva o con un verbo intransitivizado por se (cf. § 15.5).
En todos estos casos el sujeto no es el agente: en (1b) es el paciente, el destinatario y la causa, respectivamente; en (1c), el paciente:
(1)
Objeto directo
Objeto indirecto
Predicado
a.La profesora no corrigió los parciales; Felipe se comió
todo; Martina estuvo nadando.
b.La profesora se pescó una gripe feroz; Mi hija ya recibió la
encomienda; El aire acondicionado refrescó el ambiente.
c.Los parciales no fueron aún corregidos; El ambiente se
refrescó.
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Sintaxis - II. Las funciones en la oración
Por otra parte, el sujeto constituye el tema de la oración cuando ocupa
la posición preverbal, como en (2a), pero no en la posverbal de (2b):
(2)
a.Nosotros dijimos eso; Eso se dice fácil; Los invitados
llegaron tarde; Luisa dejó un libro sobre la mesa.
b.Eso dijimos nosotros; Llegaron los invitados; Quedó un
libro sobre la mesa.
Por eso, si bien en los casos típicos el sujeto suele coincidir con el
agente y el tema, son los criterios morfosintácticos los que indican,
en última instancia, cuál es el sujeto de la oración.
23.2. Criterios formales que identifican al sujeto
23.2.1. La concordancia
En varios de los capítulos anteriores se han ido presentando algunas características que distinguen al sujeto de las otras funciones
sintácticas. La decisiva es la concordancia en número y persona
con el verbo, que pone de manifiesto la relación semántica que se
establece entre el sujeto y el predicado en su conjunto: al sujeto se
le atribuye el contenido del predicado. Véase el contraste entre los
ejemplos gramaticales de (3a) y los agramaticales de (3b), en los
que se infringe esa relación:
(3)
a.Nosotros dijimos eso; Los invitados llegaron tarde;
Quedaron libros sobre la mesa.
b.*Ellos dijimos eso; *Los invitados llegó tarde; *Quedaron
libro sobre la mesa.
Sin embargo, en algunos casos, como los de (4), la concordancia no
es tan clara:
(4)
334
a.Los abogados dijimos eso.
b.La mayoría de los invitados llegó / llegaron tarde.
c.Había / habían libros sobre la mesa.
d.Mi temor eran sus deudas.
23. El sujeto
Si bien el verbo en la primera persona del plural no puede combinarse con el pronombre de tercera, como se observa en (3b), sin
embargo, sí admite sintagmas nominales plurales introducidos por
el artículo definido, como en (4a); esta discordancia en persona,
que solo es posible en el plural, puede explicarse por la correferencia entre la expresión referencial los abogados y el rasgo de persona y número de la desinencia verbal.
La alternancia en número del verbo de (4b), en cambio, tiene que
ver con la estructura de la construcción del sujeto, cuyo núcleo formal es el sustantivo cuantificativo (cf. § 12.3.3) mayoría, pero cuyo
núcleo semántico es el sintagma los invitados. Esta doble posibilidad de concordancia en número es propia de las construcciones partitivas, como la de (4b), en las que se hace referencia a un
conjunto incluido en otro, como en: dos de mis amigos, el tercero
de los candidatos, un tercio de los presentes, la mayor parte de los
hispanohablantes. También alternan en la concordancia algunas
construcciones pseudopartitivas, en las que se cuantifica un único conjunto, como en Un grupo de senadores presentó / presentaron un nuevo proyecto de ley.
A diferencia de (3a), en la que se establece la relación de concordancia entre el sujeto libros y el verbo quedaron, en (4c) el verbo haber se construye siempre en singular, dado que es verbo impersonal
transitivo, y libros es el objeto directo y no el sujeto. Sin embargo,
muchos hablantes reinterpretan haber como un verbo de existencia
que concuerda con un sujeto, como existir, quedar o aparecer, lo que
explica la concordancia en expresiones como Habían libros sobre la
mesa, e incluso con sujetos personales Habemos pocos docentes en
la comisión —variantes ambas no aceptadas por la normativa.
En las oraciones copulativas formadas por dos sintagmas nominales
el verbo concuerda con el sujeto y no con el atributo (cf. § 27.2). Por
lo general el sujeto es el primer miembro de la oración (Mis hijos
son mi orgullo), pero en las oraciones copulativas inversas el atributo
aparece primero, como en Mi orgullo son mis hijos o en (4d), en la
que se predica de las deudas de alguien que constituían el temor
del hablante.
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Sintaxis - II. Las funciones en la oración
23.2.2. La categoría del sujeto
Otro de los rasgos formales que caracteriza al sujeto es la categoría
a la que pertenece. Los sujetos pueden ser pronombres, sintagmas
nominales y oraciones, pero no adverbios ni adjetivos ni sintagmas
preposicionales, como muestra el contraste de (5):
(5)
a.Eso / mi temor / Que llegue solo le pareció un delirio.
b.*Mañana / *Elegante / *En casa le pareció un delirio.
A su vez, los pronombres personales en la función de sujeto solo
pueden combinarse en caso nominativo con verbos flexionados,
como en (6a), y no en otros casos, como muestra la agramaticalidad
de (6b) cuando se interpretan como sujetos:
(6)
a.Yo tosí; Vos dijiste eso; Nosotros invitamos a Mauro.
b.*Me tosí; *Ti dijiste eso; *Nos invitamos a Mauro.
Nótese que cualquiera de los sujetos de (5a) o de (6a) puede ir precedido por hasta: Hasta eso / Hasta mi temor / Hasta que llegue solo
le pareció un delirio, y también Hasta yo, Hasta vos, Hasta nosotros.
Esto parece contradecir la imposibilidad de que un sintagma preposicional desempeñe la función de sujeto. Sin embargo, el hecho de
que sea posible hasta yo, en concordancia con tosí, muestra que en
ese contexto hasta no es una preposición, sino una palabra que no
altera las relaciones gramaticales. Hasta es, en realidad, un adverbio
de foco, como incluso, aun, solo, también tampoco (cf. § 19.5).
A su vez, los sustantivos comunes solo pueden ser sujetos en la posición preverbal si van introducidos por algún tipo de determinante o cuantificador; en posición posverbal, en cambio, son posibles
los sintagmas escuetos o nominales sin determinación (cf. Cap. 12
y § 14.2.4), como se ve en (7):
(7) 336
a.Los invitados llegaron tarde; Algunos libros quedaron
sobre la mesa; Mis amigos pasaron ayer.
b.*Invitados llegaron tarde; *Libros quedaron sobre la
mesa; *Amigos pasaron ayer.
c.Llegaron invitados; Quedaron libros sobre la mesa; Ayer
pasaron amigos.
23. El sujeto
23.2.3. La posición del sujeto
La posición del sujeto no es fija en español. Con verbos monádicos
(cf. § 16.3) suelen ocupar la posición preverbal los sujetos que
reciben la función semántica de agente, como en (8a), y la posverbal, los que se interpretan como temas o pacientes, como
en (8b). En estos casos la posición depende, por lo tanto, de la
clase léxica del verbo (cf. § 16.4): intransitivo puro o inacusativo, respectivamente:
(8)
a.Los maestros trabajaron todo el día; El abogado camina ba rápido.
b.Ya pasaron dos años; Se rompió el ventilador; Ayer na cieron gatitos.
Con verbos diádicos y triádicos el sujeto suele ser preverbal, a
menos que aparezca un foco en posición inicial, lo que produce
la inversión del sujeto (cf. § 22.4), como se ve en el contraste
de (9):
(9)
a.Este año Martín escribió una novela; Mi novio me regaló
este anillo.
b.UNA NOVELA escribió este año Martín; ¿QUÉ te regaló
tu novio?
23.3. Los sujetos tácitos
Otra peculiaridad de los sujetos del español es la posibilidad de quedar tácitos. Si bien las formas verbales de (10a) pueden constituir
enunciados por sí solas, en todas ellas se atribuye la acción de saltar
o de venir a un sujeto, aunque carezca de representación fonética.
Este elemento nulo Ø puede ser sustituido por un pronombre o por
un sintagma nominal, como en (10b):
(10) a.Salto; Saltás; Vinieron; Viniste.
b.Yo salto; Vos saltás; Los estudiantes vinieron temprano;
¿Tú viniste sola?
La capacidad de admitir sujetos tácitos está vinculada a la riqueza
morfológica de las desinencias verbales, que hace posible identifi-
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Sintaxis - II. Las funciones en la oración
car los rasgos de concordancia con el sujeto en el segmento verbal
que indica la persona y el número. Esto no es posible, en cambio,
en otras lenguas más pobres en flexión, que solo admiten sujetos
expresos, como el inglés o el francés.
En todos los casos considerados hasta aquí el sujeto expresa un
argumento que el verbo selecciona. Sin embargo, a diferencia de
otras funciones sintácticas, el sujeto no siempre es argumental. Así,
en las lenguas de sujeto expreso obligatorio, aparece un sujeto,
bajo la forma de un pronombre neutro, incluso con los verbos atmosféricos, como los de (11a), es decir, con verbos de valencia cero.
Este elemento es un mero comodín, que no se traduce al español,
pero que corresponde a un sujeto tácito de tercera persona del singular (11b): uno y otro son recursos meramente gramaticales, sin
correlato argumental:
(11) a.It’s raining; Il pleut; It’s cold; Il fait chaud.
b.Ø Llueve; Ø Hace calor; Ø Ya oscureció.
Tampoco puede hacerse expreso el sujeto con otros verbos, como
los de (12), que tienen un paradigma defectivo en la acepción meteorológica, cronológica o existencial en que se usan:
(12) a.Ø Es muy tarde; Ø Hace mucho tiempo de eso; Ø Es la una.
b.Ø Hay demasiada gente allí; ¿Cómo te va Ø? Este año Ø
me fue muy bien.
Asimismo, se conjuga solo en la tercera persona el verbo de otras
oraciones impersonales, como las de (13), en las que el sujeto tácito es argumental y de interpretación humana, pero no designa a
un individuo concreto, sino a uno cualquiera de la clase o a uno en
particular que no se especifica. Las oraciones como las de (13a) se
construyen con el verbo en plural, aunque no necesariamente se
refieran a más de un individuo. Las de (13b), en cambio, llamadas
impersonales reflejas, se construyen en singular, con el verbo precedido por la partícula se. Estas a veces incluyen al hablante en su
referencia, pero las primeras siempre lo excluyen:
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(13) a.Ø Te buscan; Ø Hoy te llamaron de la oficina; Ø En esta
oficina te maltratan.
b.Ø Aquí se respeta a los trabajadores; Ø Se atiende de 16
a 20 hs.
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Si en (13a) se sustituyera el sujeto tácito por una expresión referencial, se perdería el carácter indeterminado del número (uno o más
de uno) y de la identidad del sujeto: Ellos te buscan; La secretaria te
llamó; En esta oficina los empleados te maltratan.11
En suma, el sujeto tácito puede ser argumental o no serlo. Los sujetos argumentales pueden quedar tácitos en todas las personas y
números, como los de (10); en la tercera persona admiten la interpretación no específica propia de las construcciones de (13). Los
sujetos no argumentales solo son posibles con un grupo limitado de
verbos, los meteorológicos, o en acepciones particulares de otros
verbos, que se asimilan a los meteorológicos o a los de existencia,
como los ejemplificados en (12).
11 La presencia del sujeto tú / vos es compatible con la interpretación no específica del sujeto cuando se dan determinadas condiciones (verbo en presente o
imperfecto y sentido condicional de la oración): Si (vos) decís esto en público,
te toman por loco.
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