Importancia del Estudio de la Historia Militar en el Ejercito Estudiar y

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Importancia del Estudio de la Historia Militar en el Ejercito
Estudiar y conocer la Historia Militar tiene una razón por demás importante.
Entender el pasado para proyectarnos al futuro.
Su objeto es conducir la guerra con experiencia ajena porque la propia es difícil
poderla cosechar, cuesta caro y llega tarde.
Por medio de un estudio buscamos contacto con los acontecimientos mismos,
llegamos a cada caso concreto y de el sacamos enseñanzas de todo orden. En tal
concepto, la Historia Militar, comprende las actividades guerreras en todas las
órdenes: Material espiritual, intelectual y físico.
Ella estudia los hechos, así como los conductores, los ejércitos, los medios, las
circunstancias de tiempo y lugar, las organizaciones, las doctrinas y los factores de
todo orden que intervienen en ellos.
¿Pero a que hecho nos referimos?
En el gran Imperio fundado por Manco Cápac, la Historia Militar destaco
sorpresivamente, tanto en la conducción de la guerra como en la aplicación de los
principios que la rigen, tanto que en ciertas concepciones y modalidades coinciden.
La Historia Militar es fuente generatriz de las enseñanzas de la guerra, en cuanto
concierne a los actos fundamentales de dirección y conducción según los principios
que tienen carácter inmutable, es decir, de las altas partes de la guerra que llamara
Napoleón.
Este mismo guerrero hacia reminiscencia de sus portentosas hazañas militares y las
registraba en las páginas de oro de sus Memorias.
La Historia Militar es una rama importante de la Historia General, toda vez que a
través de su estudio están obteniendo aptitudes o modelando capacidades para el
logro de la altísima misión castrense de garantizar la vivencia de la patria.
La suma de los altos conocimientos relativos a la guerra pueden ser considerados
tanto como una ciencia o como un arte.
Constituyen una ciencia porque las normas generales que rigen la guerra están
basadas en leyes fundamentales que se han deducido, experimentalmente, de las
luchas del pasado, y sabemos que el análisis de las causas y la formación de leyes
establecidas de causa a efecto, constituyen la ciencia en su más amplia aceptación.
En efecto, si “la guerra solo se aprende en la guerra” según el viejo aforismo, es
lógico estudiarla a través de la Historia “la gran maestra de la humanidad” según el
clásico concepto que nos hace conocer las luchas del pasado.
Las guerras es, pues, una ciencia desde el punto de vista especulativo, puesto que
la Historia Militar, que es quien la enseña, realiza el análisis
de los
acontecimientos, pese a las causas determinantes de todo lo ocurrido y establece y
codifica las leyes experimentales o principios que la rigen, y es un arte cuando se le
considera desde el punto de vista de la conducción general de las operaciones en la
que cada jefe ha puesto en practica distintos procedimientos, o variantes de cada
uno de ellos, frente a los casos particulares que ha debido resolver.
En consecuencia, la Historia Militar llenara sus fines si hace resaltar la evidencia
inmutabilidad de los principios, fundados en las lecciones del pasado las
realizaciones del porvenir.
Resulta así que la Historia Militar es libro abierto de la ciencia y arte de la guerra y,
como consecuencia, luz que ilumina su conocimiento y, a la vez, fuente de
inspiraciones.
Su estudio que fluye de las páginas de la historia militar permite, como
consecuencia, poner en evidencia esos factores y así apreciar y sopesar el valor o
integridad de ellos en nexo con los de orden técnico y material.
Buscando ejemplos de nuestras propias historias guerreras, encontramos casos
singulares que atestigüen estos puntos de vista.
En el cuadro negativo recordemos si no el breve ciclo de la conquista ¿Quién
paralizo el poderoso ejército quiteño que cubría la guardia de Atahualpa en
Cajamarca? Reconstruyendo los hechos a través de los escritos de los cronistas,
actores o novelistas de este ciclo, vemos que fue un factor material y con primacía
un factor psicológico.
Las acciones de guerra vistas en los planos estratégico, táctico y logístico,
muestran cada vez aspectos propios, como consecuencia de los factores de
armamentos efectivos, terreno, climatología, recursos, instrucción, personalidad de
los caudillos, capacidad de los cuadros, etc.
La Historia Militar Peruana comienza incuestionablemente en el periodo
Prehispánico y con las guerras de los Incas, las cuales fueron de conquista o
expansión del Imperio en los cuatro suyos y también de sometimiento de pueblos y
naciones rebeldes.
Actualmente, se ha reconocido la importancia que la Historia Militar tiene en el
aprendizaje de la conducción de la guerra. Las personalidades más autorizadas nos
dicen:
Napoleón: “Las altas perte de la guerra no se adquieren sino por la experiencia y
por el estudio de la Historia Militar de las guerras de los grandes capitanes”.
Federico II: “Los grandes ejemplos y los grandes modelos educan al militar”
Clausewitz: “Los ejemplos históricos aclaran todo, dando además un gran valor a la
Historia Militar”.
Schieffen: “Para ser buen conductor de ejércitos es esencial el conocimiento de la
Historia Militar lo que antiguamente era fácil siguiendo en el sequito de un gran
capitán pero hoy es preciso concretarse a bibliografías”.
Balk: “Conducir la guerra con experiencia ajena, porque la propia es difícil poderla
cosechar y llega tarde”.
Jomini: “Buenas teorías basadas en principios verdaderos y justificados, por los
hechos son, en nuestra opinión, agregadas a las lecciones de la Historia, la
verdadera escuela del mando>>.
Foch: <<Mientras mas falta hace la experiencia de guerra a un ejercito, dice, el
General Peucker, tanto mas necesita recurrir a la historia de guerra, como
instrucción y como base de esa instrucción>>
Aquí podemos darnos cuenta que los estudios deben iniciarse con la profesión
misma. La vida de un hombre es relativamente para abarcarlos y de ello se infiere
que no existe tiempo para perder.
Un prejuicio sumamente perjudicial que muestra a los jóvenes oficiales como faltos
de experiencia y de juicio para tratar los grandes problemas de la guerra y su
conducción, ha imperado en algunas partes con resultados funestos. No debe
olvidarse que Napoleón, Alejandro, Ciro, entre otros, fueron grandes conductores
ya en su adolescencia. Contra ese mismo prejuicio parece reaccionar el conde
Schieffen: “Para conseguir su objetivo considero que hasta los oficiales jóvenes se
ocuparan en las soluciones de grandes problemas operativos”.
El que no se prepara desde temprano para la conducción operativa no se hallara en
condiciones en una edad mas avanzada, cuando sea llamado a desempeñarse como
conductor o como colaborador.
Cada etapa tiene significado que conforme vivimos lo vamos comprendiendo. Un
claro ejemplo es la Guerra con Chile. El componente moral era su mejor arma,
éramos un país dominado en el que las motivaciones, las tradiciones y
seguimientos de causa justa permitieron que el Perú sea un país triunfador.
El episodio de la Cordillera del Cóndor fue también una valorable experiencia, el
despliegue de tropas combatientes y el manejo de equipos y distribución de
armamento fue acertado.
Todas estas formas de conducir la parte militar de la historia no tuvieron sentido
sino se hubieran analizado y estudiado, pues forman parte de un componente
conceptual que viene a ser la Doctrina Conceptual Propia que hoy en día todos los
OO tienen el deber moral de hacerla parte de su formación castrense.
Las experiencias citadas nos han llevado a tener una capacidad combativa, la cual
fue aplicad en este ultimo conflicto con el Ecuador. Sin el conocimiento de los
anteriores acontecimientos
no se hubieran podido trazar estrategias, crear
operaciones, es por eso que uno de los requisitos de la formación de oficial es el
estudio de la Historia Militar.
Muchas de las decisiones tomadas fueron basadas en las decisiones anteriores,
tanto en el componente físico y moral fueron acertados y conjuntamente con la
doctrina militar de nuestro Glorioso Ejercito Peruano nos hicieron alcanzar la
victoria.
En conclusión el estudio de la guerra por la Historia tiene provechos positivos:
a) Capacidad y predisposición del espíritu para encarar los problemas en el
campo estratégico.
b) Examen minucioso de los acontecimientos histórico-militares, buscando el
contacto con la realidad de la guerra.
c) Aplicación y deducción por el estudio critico-histórico militar de los
principios, reglas o preceptos prácticos de aplicación en el campo
estratégico.
d) Previsión y deducción dentro de las posibilidades del momento, sobre las
probables características de la guerra futura.
Es natural que tan elevada finalidad no puede ser alcanzada sino por el paciente y
continuo estudio de muchos años.
Como vemos, el Perú ha sufrido cambios importantes a lo largo de la historia,
desde su descubrimiento hasta su triunfo indiscutible ante el terrorismo que en una
despreciable década intento acabar con esta nación.
El lograr este triunfo dependió de la preparación e interés por el conocimiento del
pasado de la historia del Perú… de su Historia Militar.
Esta Historia llena de conquistas, guerras (convencionales y no convencionales),
batallas, etc. Ha permitido que el Perú llegue a ser una nación con mentalidad
vencedora, como debe ser un ejército, como es nuestro Glorioso Ejercito Peruano.
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